Partida Rol por web

La lucha esta vez estaba clara a quien se dirigiría, y momentos antes de que todo empezara de una vez, las chicas desaparecieron para reaparecer, sobre las vigas de madera que abohardilladan el lugar, hacia un centro afincado en una pequeña meseta octagonal.

Parecían silenciosas y deseosas de que todo empezara de una vez, la sangre siempre llamaba a la sangre, y ese era su mayor placer.

Vanna permanecía en medio de todos como esperando que alguien se dignara a empezar aquella lucha de una vez, y mientras lo hacía, sus mirada se fijaba como Yormund se apartaba hacia una esquina, sin dirigir ni una ráfaga hacia atrás… Ella alzo la mano para llamar su atención, pero entonces un fuerte viento de temperatura glaciar la obligo a estrellarse contra la pared, oprimiendo cada una de sus extremidades, mientras desde un lateral Marceline, seguía extendiendo sus alas, mostrando su nuevo poder. Marceline miraba sus manos incrédula de aquel poder, mientras Vanna caía al suelo, de rodillas esperando encontrar un apoyo, para ahora empezar su embiste esta vez.

Su cuerpo se estremecía mientras sus huesos crujían, como preámbulo a aquel desdoble que tanto tardaba en ocurrir. Pero el tiempo no corría a su favor, pues antes de que ni siquiera, parte de su otra falsa yo, pudiese escapar, el puño de Liam, se estampaba contra su vientre, dejándola sin aliento, mientras sus labios se teñían del rojo de la sangre, que aquel golpe provocó

Sabía que aquella podría ser su última batalla si no se afanaba en procurarse la libertad. Por ello, apretó los dientes aguantando el dolor, y comenzó a correr, hacia el final, mientras su cuerpo volvía a crujir, esperando conseguirlo esta vez. Pero un ataque combinado daría con caza a su alma otra vez, pues sin que nadie lo esperaba, aparecieron desde el suelo dos manos que poco a poco fueron creciendo hasta mostrar en su totalidad el brazo que se unía al torso de Poron, el cual aferró sus tobillos, y tiró hacia atrás, precipitándola hacia el suelo, pero antes de hacerlo, un colchón de acero se precipito sobre su rostro, haciendo la caída más dañina al caer sobre una superficie labrada… aún así estaba aliviada, por saber que aquel golpe había terminado, y cuando intentó levantarse, el pie de Andrew, sobrevino sobre su brazo, partiendo y astillándolo por la mitad.

Mientras Vanna chillaba de dolor, Andrew recogía su escudo y volvía hacia su lugar. Entre aquellos gritos su otra mitad, pudo salir esta vez, esta copia estaba completa y miraba aterrorizada el brazo de su otra mitad…. Intentó darse la vuelta para buscar una salida aunque fuera sola, pero la bestia de Alexia se precipitaba sobre ella, profiriendo una larga herida sobre su brazo que desgranaba su carne con facilidad.

A pesar del dolor continuo, pero esta vez, fueron sus pasos los que se quebraron y dejaron su cuerpo caer… Pues sin saberlo, al pasar cerca de Ira, esta movió con gran agilidad su arma, y el filo de la tijera, sesgo los tendones de sus pies, dejándola desprovista ahora para andar.

A pesar de la herida en sus pies, se alzó sobre sus brazos y se arrastraba buscando un escape en algún lugar, pero el látigo afilado de Zyllah, la aferraba por uno de sus pies y la traía de nuevo hacía el centro, mientras sus cuchillas se hincaban una y otra vez, sobre una herida que poco a poco se ganaba terreno sobre aquel delicado pie.

Las lágrimas de Vanna se confundía con el terror de su mirada, y entonces un silbido en el viento dejo primero paso al frio para luego cambiarlo por el calor de la sangre caer… La katana de Tetsuo se guardaba limpiándose a la vez sobre su vaina, mientras la pierna de Vanna había sido sesgada, haciendo la libre de aquella hiriente presa, pero precipitándola hacia una muerte más certera quizás.

Vanna temblaba sin saber qué hacer y entonces Gabriel se acercó, con el arpón al hombro, sujeto por un cinturón de piel, y la mirada fija en ella… Ella pensó que el tiempo se detendría pero entonces sintió como del brazo de Gabriel, una mancha que hasta ahora no había sido percibida, comenzaba a vibrar… Vanna centraba la mirada y entonces… Un férreo y grueso tentáculo rompió la piel de Gabriel y se aferro al cuello de ella, ahogándola a cada segundo.

Poco a poco de la piel de Gabriel surgió un gran pulpo que con fieros ojos, miraba a su víctima mientras poco a poco la alzaba a cada segundo un poco más del suelo, y apretaba más su garganta.

Con paso rápido y sin dar tiempo a más, Lennish esgrimió una de sus flechas y sin usar ni siquiera su arco, con su propia mano, usándola como si de un puñal se tratara, lo clavo en su cabeza, y la introdujo hasta el fondo mientras el cuerpo de aquella mitad temblaba, antes de dejarse morir.

La otra mitad aún doliente de aquella fractura sobre su brazo, miraba con ojos atónitos la incisión de la cual manaba un líquido muerto sobre su propio rostro pero el cuerpo de su otra mitad.

Se levanto y decidió escapar… pero sus ojos encontraron las espaldas de Yormund esquinado sin volverse aún para atrás. Sabía que debía de ir, así que empezó a andar deprisa hacía él, en mitad de su andanza el doble filo de Megan se hincó sobre su muslo, mientras que Megan aferraba aún el otro en la mano a unos pasos dispuesta a lanzarlo, pero esta vez de una forma más letal…

Vanna se fue alejando de sus agresores, y llegó hacia el otro extremo de la sala donde, se encontraba Yormund, sin darle tiempo a decir nada, este se voltea y abre los brazos para darle un abrazo mientras le susurra en el oído: - No permitiré que sufras.

La besa intensamente, mientras una lágrima solitaria cae de los ojos del chico sobre la mejilla de la Melknhar.

La sorpresa tiñe el rostro de la semidemonio, surcando entre el desconcierto y el temor, cuando la zarpa de introduce en el pecho de Vanna, y de un tirón, Yormund, saca su corazón.

El mundo a los ojos de Vanna, se vuelve negro súbitamente, y sin color ni sufrimiento, y su cuerpo cae desplomado sin más dilación. Yormund, había cumplido su promesa, después con una mirada de ira hacía las niñas del averno, destroza en sus manos el corazón con sus garras mientras les dice: - No os daré ese placer.

La muerte volvía a unir ambas almas en un solo ser, donde la herrumbre y la sangre son reinas otra vez.

Y mientras aquellas dos almas se fundían en una sola muerte, en vuestra piel de nuevo el símbolo comenzaba a arder, un nuevo trazo se hacía herida. Un nuevo legajo de lo que un día fue.

En cuanto la luz dorada del atardecer empezó a colarse por los ventanales me puse en pie, respirando lentamente mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios, intuyendo que esta vez sí que sería mi turno de combatir. La adrenalina galopaba por mis venas a toda velocidad, afilando mis sentidos.

Muchos se preparaban con el mismo objetivo que yo. Esperé mi momento sin desenfundar hasta que vi la oportunidad y en menos de una respiración Irad estaba en mi mano y extendiéndose hacia el tobillo de Vanna, impidiéndole escapar. No se puede huir del destino.

Cuando el combate terminó, crucé una mirada interrogativa con la de Eko, sacudí a Irad, dejando un latigazo serpenteante de gotas de sangre en el suelo, y me aparté para limpiarlo con tranquilidad, con una sonrisa en los labios.

La verdad es que el combate me supo a poco, éramos demasiados y ella no había dado mucho juego, pero después de tres días en este encierro, mi sangre clamaba simplemente por participar. - Esperaba más después de sus alardes. - Dije sencillamente mientras me sentaba y colocaba a Irad delante de mí.

Una vez lo tuve perfectamente limpio, alcé mis ojos buscando a Alexia, esperando alguna confirmación por su parte.

Durante todo el combate Eko permaneció al margen. Apartado, simplemente observando, analizando cada movimiento de los presentes y esperando poder obtener algo de ellos. Cualquier retazo de información. Alguien que dudase durante un segundo por estar golpeando a una aliada. A una compañera.

Sin embargo, no sirvió de nada. La lucha transcurrió y, para cuando hubo terminado, sólo quedaba el despojo de lo que ella había sido.

Por una vez prácticamente todos habían hecho causa común. Lo cual en el fondo le producía un cierto malestar.

Una vez todo hubo terminado se acercó a Zyllah, acuclillándose delante de ella y la observó durante un instante mientras limpiaba su arma. En los ojos del chico podía verse el brillo que le había producido ver todo el combate. Hubiera deseado poder admirar más las técnicas de algunos, como la de Tetsuo, pero haber visto a los portadores del Último Legado en acción había merecido la pena.

- Estaba claro que no había para todos. - Le dijo encogiéndose de hombros, como quien había decidido ceder el último trozo de tarta mientras cruzaba con ella una mirada cómplice.

A pesar de su ensimismamiento, cuando llegó la hora de la batalla, Tetsuo se puso de píe. Camino lentamente hacía el cuerpo herido de Vanna.

Los movimientos del oriental solo podrían haber sido descritos como veloces y certeros. Una carrera casi instantanea hasta la rubia hija de Melknhar, un desenvaine rápido, un corte poderoso y eficaz que abrió la piel, carne y hueso de la pierna de Vanna sin encontrar resistencia alguna. Un movimiento de tanta habilidad que solo podría compararse con la calidad del arma. Tras envainar su espada, simplemente se limito a murmurarle a la próxima fallecida.- Te dije que eres renta...- 

Se alejo de todos, y se cruzo de brazos. Repaso su mirada en aquellos en quienes podía confiar de su inocencia, que no eran muchos. Espero las palabras de aquellos, consciente de que sus palabras podrían cambiar el rumbo de todo hasta ahora.

Alexia estaba sacando su comprensión a relucir, pero pese a que me mostraba su apoyo y me daba a pie a seguir hablando, no necesariamente ahora, preferí negar la cabeza ante sus palabras y mascullé un "Lo dudo" que pudo oír perfectamente antes de irse. Luego miré a aquella morena que poseía los tres legados, no entendí a que se refería y pudo ver mi desconcierto en mi rostro, aún así no dije nada al respecto..

Estaba inquieto por llegar al momento de la verdad, la rubia Melknhar recibiría el castigo por su traición, empuñé Drachen y estuve esperando con impaciencia para que pudiera intervenir. Y así fue, una pequeña intervención que me supo a poco, el rostro de decepción que se dibujó en mi cara era evidente. Aunque por otro lado, con tantos que éramos para aquel momento, fue comprensible que a a cada uno le tocara un trozo bastante pequeño de aquel jugoso momento.

Al contrario que muchos, mis movimientos fueron directos y salvajes, muy diferentes de aquellos que utilizaban la precisión. Cuando mi puño se hundió el vientre de la rubia provocando que vomitara sangre, sentí como la reventaba por dentro. No me extrañaría nada que alguna costilla u órgano se rompiera por aquel golpe.

Fruncí el ceño, como intentando comprender lo sucedido, había algo que me inquietaba y decidí compartrilo del resto de fastidio y malhumor. - Las votaciones....¿no son extrañas? Recibió muchos votos, incluso me atrevo a decir que de algún traidor. - Hice una pequeña pausa y continué explicando, aunque me pareció algo evidente. - Supongo que después de sus palabras no iban a defenderla. Hubiera sido descarado. Además, por un momento pensé que sus palabras escondían alguna argucia o algo así para llamar la atención creyendo que estuviera protegida. Me equivoqué.

Una vez dicho todo aquello, me alejé del resto. Me encontraba algo relajado después de descargar tanta frustración causado por aquel forzado enjaulamiento.

Por una vez Liam decía algo con sentido con lo que estuve de acuerdo.

-Sí, las votaciones son extrañas. Primero queda expuesta y todas las miradas se centran ella, haciéndola a priori la principal candidata a morir. Pero luego se menciona la posibilidad de que, al igual que ocurrió conmigo, alguien la protegiera, pero esta vez, un traidor, un protector oscuro. Yo también me equivoqué, Liam. Voté a Alexia en lugar de a Vanna pues pensé que sería inútil atacarla, que alguien la protegería. Parece evidente que o bien no existe tal protector... O bien era demasiado peligrosa y su grupo ha decidido deshacerse de ella para que no les salpique la mierda.

El cuerpo sin vida de Vanna, cae a mis pies. Apesadumbrado, lo tomo en brazos y lo dejo contra la pared. Colocándola boca arriba, cierro sus ojos. 

Como haría Naica después de cazar una presa, clavo mis garras en la viga de madera más cercana, y me afilo las uñas, descascarillándolas, quitando la sangre de su superficie.

Tal vez, si no hubieran sido tantos los agresores, habría sido posible un combate digno contra las partes que la componían, pero la paliza era demasiado intensa, demasiados atacantes. Miré a los presentes que se debatían sobre cuantos de los que la habían vendido serían traidores.

-Sólo he cumplido mis promesas, dije que creería la versión de Nil y que me enfrentaría a ella. - Había resultado ser una traidora, y no estaba dispuesto a inclinarme ante nadie. Si las circunstancias hubieran sido otras...

Me siento en otra de las esquinas, buscando posición para dormir, y acaricio a Naica. Ella sería mi única compañera al fin y al cabo. 

-Bien hecho, Poron! Dice Andrew, dándole un golpe suave en el hombro al semidemonio. Hacemos buen equipo! Es increíble lo que eres capaz de hacer con ese poder. Andrew sonríe, satisfecho con el resultado de las votaciones y de la pelea. No era rival para tantos, no tenía nada que hacer. Una menos.

Aún con la sonrisa en el rostro se gira hacia Liam y Alice. Ya lo han comentado antes, el que es capaz de proteger a los asesinos lo hace a ciegas, no sabe a quien está protegiendo cuando usa su poder. Está claro que ha fallado. Cuantos menos queden más probable será que acierte, más peligroso se volverá. También tenían a una mujer que era capaz de ver los dones de cada uno de su lado. Aunque ahora mismo les va a resultar bastante inútil... Ya saben a quien deben matar.

Andrew mira a Tetsuo. Respecto a lo que me preguntaste antes de lo de Vanna... Hubo dos. Dos semidemonios con el poder de ver la identidad de los muertos. Uno quería proteger el sello y el otro decidió hacerlo también, aunque podría haber tomado la decisión contrario. Porqué lo preguntas?

Tomando asiento cerca de Zyllah, Eko se apoya en el suelo. Observa la efusividad y buen humor recuperado de Andrew y se alegra de ello, pero las palabras de Alice no terminan de gustarle.

- Vamos a ver, Alice. - Le dice desde su posición, buscándola con los ojos. Su voz suena un poco tomada, y carraspea antes de continuar. - Puedo entender que no hayas entendido nada sobre Vanna y esa protección. ¿Pero votar por Alexia? Eso vas a tener que explicármelo si no quieres ser la siguiente. - Pide con tono grave, dejando claro que considera la posibilidad totalmente en serio.

Marceline aún observaba asombrada el alcance de su poder, y eso que no lo había desatado todo aún. Al final con tanta gente, perdió el interés, con saber que una de las culpables de su muerte estaba recibiendo su merecido ya le era suficiente. Entonces, ya con Vanna muerta, empezó a reírse. Intentó calmarse la risa, mientras se limpiaba una lágrima que se le saltaba, y miró a los presentes que lo miraban sin saber a que venía eso a cuento.

Alguien me ha pedido disculpas a través de Zagam. Divertido, a la par de interesante. - dijo con una sonrisa inocente.

-No me creo nada de lo que dice, simplemente. Su incondicional apoyo a Liam cuando discutimos me pareció sospechoso, y más aún el rollo melodramático cuando Liam soltó lo de ser humano y ella le dedicó unas cuantas palabras bonitas. No soporto a Liam, pero no creo que sea culpable. La vida me ha enseñado que el más insoportable gilipollas siempre suele ser el más inocente... Sin embargo, que ella le apoyase tanto, sí que me llamó la atención...

Y no pensaba que el protector de los traidores no supiese a quién estaba defendiendo, pues me parecía lo más lógico. Me confundí, es por eso que no voté a Vanna (creí que si iba a ser protegida, sería un voto desperdiciado), quien sin duda era una prioridad.

Mi respuesta fue en un tono neutral, estaba siendo sincera. No tenía problema en que Alexia lo escuchase pues ya la había votado anteriormente y no creo que la pillase por sorpresa.

-¿Disculpas por qué? -pregunté a Marceline.

Arranqué la flecha de la testa de Vanna y me alejé. Escuché cada uno de los testimonios de los presentes tras la caída de la traidora. Me resultaba curiosa la reacción de Marceline y la votación de Alice...no fui la única que se sorprendió tras su explicación:

- Liam por ser "gilipollas" no es traidor, pero el que lo sigue si?...jajajaja curioso curioso- dije mirando a la pelirrosa como la llamaba Liam- vaya explicación absurda...-pensé para mí-.

Miré con curiosidad a Marceline, esperando que diera una respuesta a lo que preguntó Alice.

Le dediqué un pequeño asentimiento de cabeza a Eko cuando me respondió y lo seguí con la mirada y una pequeña sonrisa hasta que se sentó y habló hacia Alice.

Las palabras de ésta, explicando su voto, no me convencieron en absoluto, pero permanecí en silencio, tan sólo contemplándola elevando una ceja durante varios segundos. Dediqué una mirada a Lennish cuando puso en palabras parte de lo que yo pensaba sobre el tema.

Mis ojos se desviaron después hacia Yormund y sentí una pizca de lástima por lo que se había visto obligado a hacer. A pesar de lo aborrecible que se mostraba en ocasiones, otras veces me agradaba su actitud. Y en esta ocasión me había gustado su entereza. - Has hecho lo que debías. Y le has dado el mejor final que podías darle. - Dije en su dirección, mirándolo seriamente y con la voz un poco ronca después del combate. 

- Ni siquiera sabemos si hay alguien que pueda proteger a los traidores. Que lo hubiera en el pasado no significa que lo haya ahora. - Dije después, sin dirigirme a nadie en particular. - Sólo es una posibilidad. - Busqué la mirada de Tetsuo antes de añadir algo más, completando la respuesta de Andrew. - Además de los que podían saber cosas de los muertos, también había quien podía saberlas de los vivos. Dos, uno en cada bando.

El combate resultó tan brutal como breve, tanto que algunos de los presentes parecían un tanto decepcionados, como si no hubiera sido suficiente para saciar su sed de sangre y violencia, aunque esperaba que al menos entendieran que no estábamos aquí para dar rienda suelta a nuestras pasiones ni para liberar nuestra bestia interior, nuestro objetivo debía ser más elevado, más puro. Es posible que algunos ni siquiera comprendan todo lo que está en juego.

Observé en silencio como Lennish arrancaba la flecha del cráneo de Vanna, mientras tanto aquella criatura que había surgido desde mi interior reptaba subiendo por mis piernas, envolviéndome con sus tentáculos, hasta que de nuevo se unió a mi formando un único ser, unos tentáculos oscuros quedaron grabados en mi brazo, espalda y pecho, y en el hombro podía verse uno de sus ojos, que parecía moverse con vida propia, contemplando, atento a todo lo que sucediera a su alrededor, como un depredador silencioso.

-Algunas arañas se alimentan de su propia especie en tiempos de necesidad -Reflexiono en voz alta, aunque no tardo en darme cuenta de que una de las presentes tenía una araña como compañera. -No lo digo por ti, Ivhone. -Corrijo en tono amable para evitar malas interpretaciones. -Estoy de acuerdo con Liam, creo que sus propios compañeros decidieron participar en su ejecución, era la única forma que tendrían de no levantar sospechas.

Dedico una mirada prolongada a Liam, el día anterior me había dicho que no debía haberme inmiscuido, pero estábamos aquí precisamente para eso, para hablar cuando algo no nos gustara, para tratar de encontrar la verdad.

Las sospechas comenzaban a sucederse de nuevo, ahora sobre Alice, sin duda había que ser muy ignorante o muy temerario para actuar como lo había hecho ella. La hubiera increpado de alguna forma pero Eko ya se estaba encargando de ello, así que decidí aguardar la respuesta de la chica. Respecto a Eko, parecía raro que no hubiera decidido participar en el combate, lo mismo que Nil, aunque ambos tenían mi plena confianza. Jane y Annie tampoco habían hecho nada, aunque tampoco es que normalmente solieran hacer mucho, por lo que no me extrañó demasiado. 

Después me quedo mirando a Marceline, me interesaba mucho conocer por qué le habían pedido disculpas, aunque la chica del pelo rojo ya había lanzado esa pregunta. Zagam estaba muerto, y su poder lo había robado alguien para crear un mundo ilusorio donde pudiera hablar en secreto con alguien más. Si Marceline no estaba dentro de ese mundo... ¿como podía saber lo que allí ocurría?. O quizá únicamente sabía lo que Zagam le contaba... por lo que debía tener cuidado para no dejarse manipular. 

Finalmente me detengo a mirar como Yormud afilaba sus garras. -¿Que hará ahora el pequeño gato, sin su ovillo de lana para jugar? 

Annie observó el combate desde una posición segura. No quería salir malparada de aquella trifulca, aunque no estuviese destinada a acabar con ella. Se llevó una mano al vientre, y suspiró, con resignación, cuando todo terminó- Al menos alguien tuvo un gesto de buena voluntad con ella, supongo- dijo, mirando a Yormund, enarcando una ceja- Aunque espero que esas crías no quieran saciar su hambre con nosotros en venganza por lo que has hecho. 

Miró entonces a los demás- Bien, ¿cuál es ahora el plan? Debo confesar que la situación me puede. No estoy acostumbrada a verme envuelta en este tipo de eventos. 

Una vez Vanna estuvo muerta los animos se calmaron, realmente me sorprendió que recibiera tantos votos, pensé que algunos de sus amigos la apoyaría. Esto me decía mucho de los traidores. Me retiré contra la pared y me senté con Saskia a mi lado, no tenía muchas ganas de conversación, era la primera vez que participaba en una muerte y estaba afectada aunque tuviera claro que era una traidora.

Entonces Eko le preguntó a Alice porqué me votó, si hubiera sido por mí ni me habría molestado, porque tenía muy claro cual era su motivación. Al escuchar sus explicaciones, un risita comenzó en el fondo de mi garganta y fue subiendo de nivel hasta que se convirtió en una sonora carcajada.

- Ésta es la primera y última vez que voy a gastar saliva contigo por este tema. Dices que miento, pero no das detalles de en qué crees que miento. ¿En qué exactamente? En que vivo en Siberia o en que atacaron mi aldea- saqué mi cartera de la mochila y la agite delante de mí- ¿Te enseño mi documentación? Si te refieres a mi opinión sobre ti, nunca he pretendido que fuera una verdad universal y de hecho simpre he reconocido que era mi opinión y que podía estar equivocada. La próxima vez que te voten será mejor que no preguntes los motivos, si no eres capaz de aceptarlos. Me habría guardado mis impresiones para mí si no hubieras preguntado, por cierto que también me parece curioso que seas la única que ha preguntado los motivos de una votación, aunque a Eko no se los preguntaste cuando te votó el primer día.- guardé mi cartera en la mochila y me coloqué más cómoda antes de continuar.

-En cuanto a Liam, deberías repasar el significado de la palabra "incondicional". Si hablar con él un par de veces, compartir mi opinión sobre ti y defender a los humanos, algo que he hecho desde que me presente el primer día, es apoyo incondicional, entonces sí, le apoyo a él y a todo aquel con el que comparta una opinión, ya sea sobre esto o sobre cualquier otro tema.- paré de hablar unos segundos me estaba molestando muchisimo tener que hablar así, pero estaba dispuesta a terminar.

-Lo único que he expuesto como una verdad ha sido lo que sabía sobre Zagam y, aún así, tampoco he intentado imponer mi punto de vista, he aceptado las distintas opniones porque creo que había que tener en cuenta los pros y los contras. He actuado en todo momento de forma coherente, razonable y educada con todos, bueno casi todos, aún lamento la actitud que tuve con Gabriel, porque así soy.- entonces quité mi mirada de Alice para subir el volumen de mi voz, aunque no creía que fuera necesario.

-Si por las palabras de aquí Hello Kitty, vais a dudar de lo que yo diga de ahora en adelante, no puedo evitarlo, aún así seguiré contando lo que vea y en vosotros estará creerlo o no.- dicho esto volví de nuevo a Alice.

-Por último, voy a añadir algo más de ti que me parecen curioso. Me parece preocupante que, al despertarnos con la visión del cadáver de Syd, tu única preocupación fuera volver a justificarte y no el cuerpo ensangrentado que teniamos delante. También creo que, lo que en realidad te pasa, es que tienes una enorme pataleta porque pensabas que nunca te votaría nadie por el ataque. Quiero que sepas que no voy a volver a hablar de esto contigo y que a falta de un candidato más claro, como ha sido el caso de Vanna, seguiré votandote porque cada vez estoy más convencida de tu traición. Eso no quita para que si me equivoco lo reconozca. Ah y, es posible que sí sea un poquito melodrámatica... ¡que le voy a hacer!- finalicé con un encogimiento de hombros.

Me acerco a Gabriel, fugaz, con la mano izquierda le cojo de la pechera, y la derecha afilada permanece a escasos centímetros de sus ojos. 

- Aclaremos un punto, hijo de puta, no me gusta la vocecilla de subnormal que pones cuando usas términos referentes al tiempo. No me caes bien, eres un puto pedante presuntuoso. Pero desgraciadamente eres inocente, y tienes más valor vivo que muerto. Por ahora. No me toques los cojones. Gracias. 

Le suelto con un empujón de antebrazo. Tenía ganas de arrancarle la cara de un zarpazo, pero las rencillas personales debían quedarse de lado, por un tiempo.

-Haré lo que debo hacer. Como hasta ahora.

Me alejo del tipo que es tan desagradable como el pulpo que lleva pegado. Los convertiría a los dos en sushi.

La pelea de gatas me llama la atención, pero no es mi pelea.

Luego de observar el final de Vanna, me quedé pensando en el siguiente paso, pues se venía la noche y con ello el momento de los lobos.

- si bien es cierto, no participé en la muerte de ella, quería observar quién se quedaba al margen...- al decir esto me quedo mirando a alice.

-Yo tampoco he asegurado ninguna verdad universal, Alexia. No tengo nada contra ti aparte de sospechas, no puedo probar nada. Simplemente he ejercicido mi voto en base a mi opinión, igual que tú y el resto. ¿Tengo razón? No lo sé, querida, y no tengo forma de saberlo. No tengo el poder de examinar el don de los muertos como sí tienen otros, que nos podrán confirmar nuestros errores cuando los cometamos, ni mucho menos el de los vivos, o no no daría mi opinión, daría hechos. Sólo estoy compartiendo mis pensamientos en voz alta. Repito que sólo trabajando juntos conseguiremos acabar con los traidores, y aunque nuestras palabras por sí solas quizá no valgan nada, puede que enciendan la chispa de otro, y así sucesivamente, hasta llegar a un razonamiento y un juicio coherentes.

Con respecto a lo de Syd, qué puedo decir. Sinceramente no lo conocía, apenas crucé dos palabras con él, y me importaba una mierda. Lo que me jodía es ver a otro inocente (pues supongo que si los traidores han acabado con él, es porque no era uno de ellos) muerto mientras Liam y tú os cebábais acusándome. No pude tener mi turno de réplica por la noche, y por eso lo hice al amanecer.

Y de nuevo el tema del ataque. ¿Quieres comprobar lo real que es? -me bajé la camiseta tirando de ella por el escote dejar al descubierto una enorme cicatriz que adornaba mi pecho, a la altura del corazón, amén del resto de la piel, repleta de moratones y cortes- ¿Cómo iba a fingir el puto ataque? Recuerda que el protector oscuro no elige a quién salva, y además sólo protege de los ataques diurnos, no los nocturnos. ¿Qué sentido tendría si no esto? -señalé a mi labio, aún algo hinchado, que seguía cicatrizando.

-Mirad, esto ya se hizo una vez. Ya se venció a los traidores que quisieron destruir el sello una vez. Y sí, hubo disputas, algunas más graves que otras (somos semidemonios, no llevamos precismente la paz en la sangre), pero el sello prevaleció porque los allí presentes colaboraron, como llevo repitiendo desde el principio. Cometí errores en el pasado, y estoy dispuesta a enmendarlos en esta ocasión.