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HLdCn: El Legado de Caín III - La Cosecha del Odio

Día 0 - Un Camino al Anochecer

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31/10/2014, 12:15
Director


Con un viento callado poco a poco vuestro pasos son guiados hacía el cercado que delimita la antigua puerta de Oldland. Aquella donde un día descansó aquel viejo cartel oxidado y que ahora rige un cartel de forja y labrado.

La cerca delimitaba aquella tierra que el mundo marcaba como maldita tras todas aquellas historias que sucedieron una vez, y tras aquellas noches que se repetían una y otra vez, dando luz a un miedo crepitante al anochecer.

Una entrada algo cambiada, como queriendo enmascarar tantas heridas que se hicieron en el ayer. Pero imposibles de borrar. Junto a aquel cartel ahora se erguía un frondoso árbol, que ahora desnudo os saludaba, desde aquel lugar donde un día pereció una pequeña intentando escapar.

Ya no había muros rotos, pues todo con el tiempo se reconstruyó. A cada paso, las casas, al principio espaciadas luego más adhesionadas, os daban la acogida al lugar, pero todas con todas sus puertas y ventanas cerradas, sin ganas de mantener contacto con aquello que correteaba sus calles ahora que empezaba a anochecer.

Era extraño… pues a pesar de la festividad de la fecha, no se escuchaban risas ni entresijos entre las calles… tan sólo silencio. Un silencio que  era enmarcado por velas que se asomaban desde algunas ventanas, como un mudo espectador.

Miles de historias pasadas reunidas en un único fulgor… indicando un camino que aunque sin marcar, siempre llevaba con rapidez a aquel antiguo lugar. Aquella catedral aún rota… que era semilla de miedo y desesperación.

Diferente la causa o la historia que os trajo a Oldland en esta fecha esta vez. La noche de los muertos estaba por empezar, pero nada denotaba festejo en el lugar.

Era el momento de recorrer las calles, mientras el reloj a vuestras espaldas en la torre del pueblo marcaba una hora más. Momento y preludio de algo que pocos conocían o que si algún día lo escucharon no sabían bien como era en realidad.

Las silenciosas calles de Oldland eran vuestra aquella noche, iluminadas por el fulgor de la luna, y el viejo  ambarado de algún que otro candil.

En vuestras mentes, recuerdos, o esperanzas… cada uno con sus momentos, y abrazado por una noche que empezaba a ser fría, bajo un cielo que empezaba a rugir, como en la batalla siempre antecede el tambor.

Nada ni nadie en vuestro camino, salvos vuestros pasos… era vuestro momento, vuestra decisión. Una decisión que cambiaría muchas de las verdades hasta ahora conocidas. Oldland estaba dispuesta para dejaros actuar, pero aún quedaban unas horas para que todo aquellos fuese verdad.

Quién sabe si todo esto duraría un día… quizás un par de ellos o más. Pero dentro de cada casa, aquel que aún vivía en Oldland sabía que de nuevo… todo estaba por empezar.

Era vuestra historia, vuestro camino… y todo empezaba justo al anochecer.

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31/10/2014, 16:49
Vexy

No sabía cuánto tiempo había viajado y cuántos kilómetros había recorrido ya, solo sabía por la resequedad del ambiente y por la forma en que el pelaje de Nimah parecía engrosarse que se acercaba la noche.

La noche de los muertos, una festividad desconocida para ella pero que siempre le había causado curiosidad. Todos esos colores y luces, pero algo parecía diferente en aquella vieja ciudad. Nuevas edificaciones y nuevos aires de esperanza pero una gran soledad que invadía el ambiente. ¿Habrá siempre sido de esta manera? Solo había sabido de ella por libros y algunas historias que escuchaba de personas de los pueblos, pero nada real.

El cielo pasaba del color que imitaba el color de su cabello al oscuro de la noche, lo cual hacía que Nimah buscara su habitual puesto alrededor del cuello de Vexy, casi como si  se tratara de su propio abrigo de piel mullido. Acaricia su mejilla con la de su compañero con suavidad y se acerca al letrero de Oldland, analizándolo, contemplándolo, tratando de descubrir su historia a través del roce de sus manos, pero sintiendo la barrera de la marca oscura que tenía esa tierra marcada por lo maldito.

Vexy buscó un árbol que le ayudara como punto de apoyo para descansar un poco de tan largo viaje, mientras su compañero se acomodaba igualmente. Reposó su espalda contra el tronco y el tacto tosco de la madera refrescó un poco su piel y descansó su cuerpo. No quería sentarse, ya que podía dejarse llevar por la oscuridad y dormir. Aún no era el momento, eso podía sentirlo.

Nimah escaló el árbol lo más que pudo, tratando de explorar un poco y dejar que el cuerpo de su compañera también descansara de su peso, para luego bajar nuevamente y confundirse un rato entre su cabello.

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31/10/2014, 20:04
03 Muerto - Melina

Un ave de grandes dimensiones y vivos colores llego volando para posarse en el cartel que antes daba la bienvenida a los que recién llegados. Y del camino por donde llego el pájaro, una figura encapuchada caminaba en dirección a él. El ave hizo un agudo sonido y levanto las alas como llamándola y aquella figura acelero el paso hasta estar delante de aquel cartel. El animal simplemente dio un salto para posarse en su hombro y la figura se quedo mirando el lugar a donde había llegado.

Durante mas de un minuto ninguno se movió, como si fuera una estatua, permanecía quieto y callado, hasta que por fin descubrió su rostro al quitarse la capucha y dejo caer parte de su largo cabello por el hombro libre.

-Mucho tiempo, mu...-Dijo el loro y ella lo hizo callar cerrando su pico. Este intento quitarle la mano con su garra pero no consiguió nada, al poco dejo de luchar y ella le soltó. Alzo el vuelo de nuevo gritando. -Llegas tarde, tarde.

La mujer, ni siquiera le miro, sus ojos estaban clavados en el camino que llevaba a la catedral, aquella que en una noche como esta, hace tanto tiempo, la dejo sola.

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01/11/2014, 00:21
02 Muerto - Nessa

Tras varios días de caminata y autoestop Nessa llegó a las puertas de Oldland. Cansada, harta, y con muchísima hambre se acercó al gran árbol que había en la entrada. Allí dejó caer todo el equipaje que llevaba con tal de descansar un rato. Otra mujer ya se encontraba junto al árbol cosa que lamentó. Le hubiera gustado poder meditar un rato sin nadie alrededor.

Cargaba con un saco de dormir atado a la espalda y una gran mochila donde guardaba las pocas cosas que necesitaba para continuar su viaje. 

Después de librarse de todo aquel peso saludó a la chica con un gesto y se deslizó de espaldas al tronco hasta quedar sentada un poco más lejos de la pelirroja. Miró al cielo y resopló por el cansancio acumulado de aquellos días. Toda aquella carga no solo retrasaba su avance sino que además la dejaba exhausta al final del día. Aun así era lo que había deseado. En el pasado intentó asentarse pero sabía que había algo que tenía que hacer en algún lugar, que no podía quedarse en Francia para siempre, que necesitaba continuar su camino.

Echó un vistazo a la luna y respiró profundamente tratando de evadir todas las penas que había pasado hasta llegar a Oldland. Con un soplido se apartó un mechón de pelo y cerró los ojos durante un rato.

De repente el parloteo de un pájaro la sacó de su ensimismamiento y la puso en alerta. Se puso en pie curiosa y siguió el vuelo con la mirada hasta ver a otra chica allí. No se atrevió a decir nada, simplemente se quedó observando el bonito animal que la acompañaba. 

No esperaba encontrarse a nadie, pero parecía que había más personas con ganas de dar un paseo nocturno.

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01/11/2014, 00:27
Lylian Létang

Los rayos del sol se volvían dorados y las sombras de los últimos árboles se alargaban mientras una mujer de cabellos tan negros como el azabache, caminaba con paso lento y flexible, casi lánguido, hasta detenerse delante del cartel que daba la bienvenida a Oldland. 

Sus ojos del color de la lluvia lo observaron durante algunos segundos en silencio y después se quitó la bufanda roja que llevaba al cuello, para guardarla en el bolsillo de su abrigo negro. Dejó que asomase un poco de él, dando una pincelada de color a su atuendo oscuro. Vestía unos vaqueros también negros, que terminaban dentro de unas botas del mismo color. Sus manos estaban cubiertas por guantes, negros también, de un material mate y suave, y su final se perdía dentro de las mangas del abrigo sin que se llegase a ver su longitud. 

Tras varios segundos delante del cartel suspiró y miró a su alrededor, descubriendo a un par de chicas apoyadas en un árbol muy cerca de allí. Hizo una pequeña inclinación con la cabeza hacia ellas a modo de saludo y después continuó su camino, con el mismo paso tranquilo y sinuoso. 

Sus botas resonaban en el empedrado de las calles vacías y silenciosas bajo la luna, que brillaba ya en el cielo oscuro e iluminaba su camino, como guiándola hacia el punto al que debía llegar. Sus ojos se deslizaban con descuido por el lugar y su expresión serena contemplaba aquellas calles de forma indescifrable, sin que quedase claro si las observaba por primera vez, o si las reconocía después de mucho tiempo.

La luz cálida de las velas se reflejaba en su tez tan pálida como el alabastro, rota por las grietas que delataban a todas luces su legado y que se extendían por su mejilla, y una pequeña sonrisa se esbozó en sus labios al contemplarlas en su camino hacia la catedral. O lo que quedase de ella. - Pues ya estamos aquí. - Musitó para sí misma, sin detenerse. 

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01/11/2014, 22:00
Marion Létang

Anochecía, pero aquello no era para nada importante.

Las oscuras botas de Marion Létang iban acercándola cada vez más a la ciudad. Paso a paso, constantes, guiando su camino por la certeza y no por la prisa. Ella se creía con todo el tiempo del mundo. Erraba.

El camino no se le había hecho largo, ni tampoco corto. Había sido exactamente lo que esperaba. Sobre su espalda una enorme mochila de color verde oscuro la acompañaba, y por su tamaño se diría que en ella podría guardarse todo lo necesario para montar un campamento.

Todo estaba en silencio, pero aquello no era importante.

Las marcas de su Legado se mostraban en toda la parte izquierda de su cuerpo, y ella nunca se había molestado en ocultarlas. A diferencia de otros Melknhar su piel parecía más quemada que agrietada, como si algún químico hubiese penetrado en su epidermis provocando esas marcas que ella mostraba como una parte más de sí misma. Ni orgullo, ni vergüenza. Simplemente aceptación.

Marion caminaba, y según avanzaba sus ojos parecían cambiar ligeramente de color. Ámbar a la sombra, dorados cuando la luz suave del atardecer les daba directamente. Sus pupilas inquietas repasaban todo lo que estaba a su vista mezclando expectación y una curiosidad calmada, utilizando la visión periférica para obtener una imagen completa de la estampa. Al fin, Oldland.

Se detuvo delante del cartel. Nada era como lo había imaginado, y eso era precisamente lo que esperaba. Sin embargo hubo algo que sí llamó su atención.

Las ventanas estaban cerradas, y aquello era importante.

Un escalofrío recorrió la espalda de Marion justo un instante antes de que las cosas encajasen en su mente. Esa sensación la recorrió desde la base de la nuca hasta las rodillas, erizando su piel allá por donde pasaba.

Volvió a caminar negando suavemente con la cabeza. Quizá sólo estaba viendo fantasmas donde no había más que sábanas tendidas. Su abrigo gris oscuro, de pana por fuera y de borrego por dentro, llegaba hasta sólo unos dedos por encima de sus tobillos y ahora se movía inquieto, como si de alguna manera respondiera a los pensamientos de ella. Casi no se había dado cuenta de que su respiración se había vuelto más sólida, tanto que se podría cortar con una hoja de Grovehn mal afilada.

Ahora que había entrado en la ciudad sus pasos no eran los únicos que se oían en la noche. Pasó por al lado de ese árbol que en otro tiempo no estaba ahí, dedicando sólo un rápido vistazo a las mujeres que se encontraban apoyadas en él. Un pensamiento cruzó su mente, rápido como un latigazo. En él estaba condensado el deseo de que fueran simples prostitutas, pero había un fuerte desasosiego creciendo en la boca de su estómago.

Gente que iba por delante. Gente detrás. Pasos que se dirigían adonde otrora estuviera la Catedral. Aquello sí era importante.

- Ostia puta. - Musitó sin parar de andar, dejando que las dos palabras se deshicieran en el aire. Su vista estaba fija en el frente y sus nervios a flor de piel.

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02/11/2014, 05:04
Katia Dragomir

Las sombras de la noche me acompañaron en mi llegada a Oldland. Contemplé el perfil de la ciudad que, con un poco de suerte, sería el final de mi viaje, tenía la esperanza de que encontraría la información que buscaba.

Le di un golpecito al macuto que inmediatamente se revolvió, Sorin salió de la bolsa y se encaramó a mi hombro para después mordisquear de forma cariñosa mi oreja.- Ya hemos llegado, pero esta noche tampoco tendrás suerte, no vas a dormir frente al fuego.- Era noche de difuntos y todo parecía cerrado a cal y canto. En cierto modo era lógico, con todo lo que había escuchado sobre esa ciudad. Nadie en su sano juicio daría cobijo a ningún forastero en la noche en que el velo entre vivos y muertos es más fino.

Consideré las opciones que tenía y finalmente decidí esperar a la mañana para empezar a llamar a las puertas y a hacer preguntas. Tal vez podría encontrar un lugar un poco resguardado donde poder pasar la noche.

A la entrada del pueblo pude ver a dos mujeres sentadas junto a un árbol, pasé de largo pero no me alejé demasiado, estaba tan cansada que podría quedarme dormida de pie. Solté el macuto en el suelo de forma tan repentina que Sorin perdió el punto de apoyo de sus patas. Se quedó colgando de mi hombro pataleando para agarrarse a mi abrigo, con un gruñido bajó por mis piernas y volvió a meterse en la bolsa. Solté una risilla mientras me dejaba caer en el suelo con la intención de descansar un poco antes de buscar un sitio mejor para pasar la noche. No podía evitar sentir curiosidad por las dos chicas que llegaban a la ciudad casi a la vez que yo.

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02/11/2014, 05:12
Vexy

Vexy apoyaba su cabeza suavemente en el lomo de su compañero, mientras escucha pasos. Sus sentidos se ponen alerta, mientras que Nimah asoma su cabeza con curiosidad y para sus orejas mientras busca de dónde provienen aquellos pasos. Ambos se dan cuenta de la llegada del ave y de dos jóvenes de cabello oscuro, aunque sus legados son diferentes: una Grovehn y una Eve. Desde su madre, no conocía a nadie más de otro legado. Al ver que la Grovehn se acerca a ella, la mira con atención por un instante y como había aprendido, asiente con la cabeza.

No se sentía muy cómoda rodeada de mucha gente, así que cuando la joven de cabello oscuro se apoya en el árbol igualmente, Vexy se dispone a subir a una rama baja y de allí, se cuelga de cabeza, de manera que su cabellera de color rojo cae y roza el suelo.

Al estar de cabeza, ve llegar más figuras y recuerda las historias que ya había escuchado sobre ese extraño lugar. Sentía algo de temor porque esas historias se cumplieran y una tierra tan hermosa pudiera ser destruída. Es entonces cuando escucha los improperios de parte de una chica que tenía el cabello de un color parecido al suyo. Otra extrañeza. Todos venían cargados de equipaje y ella solo tenía su ropa y a Nimah, quien al entender la curiosidad de la chica, mira fijamente a Marion.

Nimah se sostenía del cuello hasta este momento en que escala por el torso de la chica, bajando un poco su camiseta de color azul y se fija en la que le recordaba un poco a su compañera, aunque las marcas en su piel le mostraban sus orígenes. Y como si no fuera lo suficientemente extraño, otra mujer parecía llegar. Una chica que parecía venir de más lejos que ella y con un extraño pelaje. A pesar de ello, su compañera se parecía un poco a Nimah.

Un poco cansada de sostener sus brazos también, los dejó caer, lo cual aprovecha Nimah para bajar y quedarse en el suelo, en la base del árbol.

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02/11/2014, 12:10
Nathaniel

El camino hacia Oldland es largo y tedioso, por fortuna la música que suena en el coche lo hace más ameno y la emoción que me embarga por el destino final me hace sonreír de un modo similar al que lo haría un lobo.

Al llegar al lugar aparco el coche negro en las afueras y bajo, con un gesto confiado e incluso desafiante. La noche se me antoja fresca y las velas atenúan las sombras de un modo realmente siniestro y, por unos momentos, casi me siento como en casa. Pero las calles están desiertas, como los restos de un cadáver reciente que lucha por no dejar escapar su alma llamando a gritos a la vida.

Entorno la mirada y distingo varias siluetas y, si hay algo que me llama la atención, es que son todas mujeres, a mi vista de todos los legados posibles. Mis hombros se tensan ligeramente mientras contemplo a cierta distancia el cartel y quienes lo rodean. Tres animales, tres legados de Eve. Dos pieles marcadas, legados de Melknhar. Por eliminación una de ellas compartiría mi legado y me pregunto qué tipo de arma usará.

Sin embargo, el silencio reina en el lugar casi tanto como la muerte y la tensión.

"Hola" -rompo el silencio- ", no esperaba ver tantos rostros."

Confieso abiertamente. Y con esa confesión, una pregunta no formulada: ¿Qué harían allí? Al menos la compañía no aparenta ser desagradable. Inspiro profundamente y, definitivamente, esta noche huele a magia.

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02/11/2014, 12:44
Gabrielle

La noche no tardaría en extender sus alas negras sobre todas aquellas tierras. El sol estaba declinando, bañando con sus últimos rayos el terreno que Gabrielle veía extenderse delante suyo. Se detuvo un momento, para contemplar la belleza de aquella hermosa puesta de sol. 

Metió la mano en el bolsillo y sacó una zanahoria que ofreció al pequeño gamo que la acompañaba. 

- Mira, Dama, qué hermosura - . Acarició sus orejas y volvió a dirigir sus ojos negros hacia el horizonte. Poco a poco el sol fue ocultándose, bañando por último, con su luz anaranjada, la lejana catedral de Odland. 

Gabrielle sintió un pequeño escalofrío y un suave suspiro salió de sus labios. Había hecho un viaje muy largo para poder llegar aquella noche.

- Continuemos, que todavía no hemos llegado - Le dijo al animal que acompañaba sus pasos y, cogiendo de nuevo la mochila que había dejado caer momentos antes, volvió a encaminarse hacia el viejo pueblo. 

Ya anochecía cuando llegó a la entrada. Se volvió a detener y olfateó el aire. La gente que todavía viviera allí se mantenía cerrada a cal y canto en sus casas. Es normal, después de todo lo que ha llegado a ocurrir aquí. La joven había empezado a ponerse un poco nerviosa. Había escuchado muchas historias sobre lo que allí había ocurrido. Quería descubrir cuánto había de verdad en todo aquello. Se arrebujó en el abrigo de color rojo que cubría su cuerpo y continuó caminando.

Al pasar junto a un enorme árbol, volvió a detenerse. Parecía algún punto de encuentro o algo así, pero lo que le había llamado la atención era una joven que colgaba boca abajo de una de sus ramas. Inclinó un poco la cabeza.

- Hola, buenas noches. ¿Eres de aquí? - No le había visto equipaje alguno. Quizás no tenía dónde dormir, pero aquello debía crearle fuertes dolores de cabeza. Gabrielle arqueó ambas cejas y una suave sonrisa empezó a perfilarse en sus labios. 

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02/11/2014, 13:40
Kimberly

Estaba segura de aquel era el lugar, observando en la lejanía la catedral se quedó unos instantes inmóvil. La bajada del sol y el golpe de los rayos sobre sus ojos hicieron que ella girase casi al instante los ojos con molestia. Una de sus manos subió hasta el rostro cubriéndolo a la par que soltaba una pequeña queja. Desde que apenas tenía recuerdos, sabía que el sol era su peor aliado. Lentamente apartó la mano a la par que entrecerraba los ojos y dejaba que la agresiva luz se colase, al principio se vio casi cegada, pero poco a poco fue distinguiendo las distintas figuras y siluetas en la lejanía, aunque aún todo era demasiado borroso y dudaba que mejorase.

Dándole la espalda al lugar se agachó para sacar de su mochila una pequeña botella de agua, dándole un corto trago volvió a guardarla y se levantó a la par que colocaba perfectamente la mochila en la espalda.- Casi estamos.-Susurró para si misma. Nuevamente inició su paso hacia el lugar, pero esta vez más calmado pues sabía que aunque la noche cayese llegaría sin problemas. Sus violáceos ojos bailaron de un lado a otro y sus manos subieron hacia el pequeño cordel plateado que adornaba su cuello con un pequeño frasquito, los largos dedos jugaron distraídos mientras ella caminaba, aunque dejaron de hacerlo cuando ella entró finalmente en la ciudad.

Una extraña sensación la inundó completamente y una mueca de disgustó cruzó su rostro dejándose ver sobre todo en sus ojos. Algo le decía que tenía que estar allí, pero otra parte no entendía porqué. Tomando una bocanada de aire miró al frente "Es tu lugar, lo sabes" La voz de su cabeza  la hizo volver a caminar, durante todo el viaje se había intentando convencer de que aquello era lo correcto, pero una vez allí todo se había vuelto confuso.

Cuanto más se acercó a la catedral más fácil le fue ver a las distintas personas que allí estaban. Sus manos bajaron hasta quedar apoyadas sobre las telas negras del vestido y se entrelazaron lentamente. Su tez clara como la leche destacaba bajo el color negro, inclusos sus ojos eran llamativos. Lentamente se acercó hasta donde estaban los demás, en su rostro se podía notar el nerviosismo del momento, y es que nunca había sido amiga de las presentaciones, tenía claro que era algo que desde tiempos pasados se le daba bastante mal.- B-buenas noches.-La suave voz de la joven rompió en el lugar. El cómico tartamudeo de Kimberly provocó que desviase levemente la mirada hacia otro lado, pero después alzó una vez más la cabeza sonriendo nerviosa.

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02/11/2014, 15:20
01 Muerto - Ithan Avalon

El camino en moto fue muy agradable, hacia buena temperatura y la brisa en la cara le hacía sentir libre, las luces de las farolas pasaban rápido a un lado y otro de la carretera hasta que llegó al cartel, entonces bajó de la moto dejando su casco encima del manillar, se sorprendió al ver la congregación de gente y les dedico una sonrisa mientras tomaba una bolsa de su alforjas, camino hacia el árbol y saludo con la mano, Hola soy Ithan, dijo antes de ponerse en cuclillas y sacar un sandwich y una botella de agua de su bolsa ,ofreció a los presentes aun sabiendo que no lo tomarían pero hizo unos cachitos  para los animales los cuales dejo en el suelo.

Dio unos pasos hacia tras y se encendió un pitillo.

Tengo un sitio en la moto por si alguien quiere subir y en las alforjas puede ir comodo uno de vuestros animales

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02/11/2014, 17:29
Zoar

La mezcla de parloteos, ruidos y murmullos hizo que me despertara. Poco a poco abro mis ojos dando tiempo suficiente para que se habituaran a la reciente oscuridad. Mientras asimilaba con asombro la creciente negrura del lugar. Así que el viejo astro rey ha decidió irse a tomar vientos para dar paso a la pálida luna.

El caso es que no tenía ni idea de cuánto tiempo llevaba dormido. Cansado tras jornadas interminables de pateada había llegado al atardecer a su destino. Un lugar silencioso y demasiado arisco todo había que decirlo. Así que decidí echar una cabezada entre los bajos muros que rodeaban la iglesia oculto a la vista de los transeúntes. Y aquí me encontraba tirado bajo el cielo de lo que auguraba ser una noche de lo más conmovedora.

Una vez mis pupilas se habituaron a la penumbra fue cuando divise con claridad al extraño grupo arremolinado frente al enorme árbol. Curioso, muy curioso... llevo una brizna de hierba seca a mi boca mientras los contemplo tumbado desde la seguridad de mi posición.

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02/11/2014, 18:29
04 Muerto - Mariam Travis

Cuando bajé del avión el día estaba a punto de llegar a su fin, pero al menos pude ver como los últimos rayos del sol pintaban el cielo con colores rojizos, recordándome al fuego que siempre crepitaba en la forja de mi padre.

Cuando por fin salí del aeropuerto, acomodé mis espadas en sus vainas firmemente atadas a mi espalda, se sentía bien volver a tenerlas cerca, cogí el bolso de deporte que era todo el equipaje que llevaba y comencé a preguntar el cómo llegar a mi destino. No llevaba dinero de sobra, por lo que no gasté en vehículos y empecé mi travesía andando.

Pase por varios pueblos y aunque todos me parecieron iguales, había un detalle que no me pasó desapercibido, entre más me alejaba del lugar al que llegué, la tierra se iba volviendo mas árida y el aire mas seco, no tenía certeza ninguna, pero algo me decía que cada vez me acercaba mas a mi destino.

Caminé durante todo el día y cuando calló la noche me resguarde bajo un árbol del camino, mi cuerpo estaba exhausto por lo que no tardé en dormirme, y cuando las primeras luces del alba asomaron por horizonte desperté y reanude mi camino. En un pueblo de paso desayuné y me cambie de ropa, una camiseta de tirantes gruesos ,una cazadora hasta la cintura que dejo sobre mi bolso, botas altas sin tacón y pantalón tejano, todo de un pulcro color negro.

SalÍ de ese pequeño pueblo y cuando el manto de la noche vuelve a cubrir el cielo, un cartel me indica que he llegado a mi destino – Por fin – pienso aliviada, el viaje no se me había hecho mas pesado que un entrenamiento, pero antes de cruzar la barrera del pueblo acaricie el mango de mis armas que asomaban desde mi espalda por sobre mis hombros, eso siempre me había echo sentir segura.

Al entrar me fije en el pueblo, puertas y ventanas cerradas pero la decoración de las casas y calles me indicaban que era la noche de Halloween, como lo había olvidado? Seguí avanzando y un grupo de personas llamó mi atención, con todo cerrado era curioso verles fuera, así que me acerqué a ellos con paso decidido – Buenas noches – saludé con una sonrisa mas bien dulce y ahí fui consciente de que los tres legados nos encontrábamos reunidos, algunos traían equipaje así que eso fue bastante esclarecedor aunque no tanto como la cara de sorpresa e incomodidad de algunos – vosotros tampoco sois de aquí verdad? – pregunté solo para ratificar mis sospechas o por el contrario, tirarlas a la basura.

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02/11/2014, 18:42
02 Muerto - Nessa

¡Hay que ver la de gente que sale a pasear por la noche en esta ciudad! - pensó Nessa sin entender qué hacían todas esas personas junto al árbol de la entrada. Después miró a las personas que rodeaban el tronco y se sintió algo avergonzada por sentirse fuera de lugar. 

Definitivamente algo no terminaba de encajar para Nessa y eso la ponía muy nerviosa. Cuando llegó no eran más que tres personas pululando alrededor de unas ruinas y ahora eran doce. Y lo peor es que nadie parecía conocerse.

- Em... - Empezó a musitar sin saber a quien dirigirse. - Perdonad es que... He llegado  a la ciudad hace cosa de una hora como mucho y... - Comenzó a mirar a un lado y luego a otro sin saber exactamente que había llevado a reunirse a todas aquellas personas en tan poco tiempo.

¿Es que hay algún tipo de celebración local o algo así? - Preguntó a todos aquellos que quisieran escucharla. - No esperaba encontrar a tantas personas reunidas.

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03/11/2014, 01:17
Vexy

Nimah observa a Ithan y por un momento, se acerca a las migas que ha dejado el hombre de la moto en el suelo y se las come. Vexy lo mira con algo de intriga para luego bajarse del árbol. Queda en cuclillas en el suelo mientras observa cómo su panda se lo come con gran gusto y le sonríe de manera de agradecimiento.

- Vexy - dijo simplemente con un tono de voz infantil y algo pasivo a la presentación de Ithan. Sus ojos paseaban por los presentes y escuchó a Gabrielle hablar. Inclina la cabeza de la misma manera que ella y le dice - No, vine de visita - escucha a Nessa y ríe. Al parecer, la joven no sabía muy bien qué era lo que estaba sucediendo.

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03/11/2014, 04:30
06 Muerto - Speeir

"Oldland, 15 Kms", leí en el letrero, instintivamente sonreí y miré a Amarok como buscando su aprobación.

- Sí, mi querido amigo; ya casi hemos llegado.- le dije, mientras le acaricié el lomo, lo cual sentí como me agradeció el cariño.

Si bien ya estábamos llegando a nuestro destino, el viaje no fue para nada desagradable, pues habíamos pasado por muchos pueblos y habíamos tratado de recopilar información de la historia de Oldland, pero solo encontramos un montón de mitos y leyendas, pero nadie que realmente tuviera información que fuera creíble.

Cuando llegamos a la entrada del pueblo, estaba el típico letrero que te da la bienvenida, junto con el pude divisar a un grupo de personas, la mayoría reunida en torno a un árbol, que parecía sería el sitio de reunión de los que estaban visitando el pueblo en esta ocasión.

Antes de acercarme, me agaché para estar a la misma altura que Amarok y le susurré:

- Anda, da una vuelta y después me cuentas amigo- le dije y salió corriendo hacia el grupo olfateando por aquí y por allá.

Mientras tanto me acerqué a la Mujeres que estaban apoyadas en el árbol a las cuales saludé amablemente:

- Buenas tardes, Soy Speeir y él- les dije señalando a mi Lobo- es Amarok, mi hermano y mejor amigo; veo que son del legado de Eve al igual que yo, entonces entienden que Amarok no les hará ningún daño a sus compañeros, así que no se asusten por su aspecto.- les dije sonriendo.

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03/11/2014, 13:17
Gabrielle

Poco a poco la gente se iba reuniendo alrededor de aquel enorme árbol. Gabrielle miró a la joven que preguntaba si había alguna celebración y se encogió ligeramente de hombros. 

- Que yo sepa no se celebra nada aquí. Pero sí que es curioso que hayamos coincidido tantos en una noche como esta - . Posó la mano sobre el lomo de Dama, que no se había separado de su lado. Cuando el hombre de la moto dejó el trozo de sandwich en el suelo, ella lo había olisqueado y le había dado un pequeño golpe con el hocico, como si le estuviera devolviendo aquel trozo de pan reseco. Gabrielle bajó la mirada y una sonrisa asomó a sus labios. 

- Perdónala, no le gusta comer del suelo - . Le dijo, mientras sacaba otra zanahoria del bolsillo y se la ofrecía. Dama la cogió con delicadeza y empezó a comérsela, clavando sus ojos negros en los de Ithan. 

En ese momento llegó uno nuevo y Gabrielle se quedó mirando el imponente lobo que lo acompañaba. Era impresionante. Volvió su mirada hacia el dueño de aquel fiero animal y le sonrió. - Yo soy Gabrielle, y tranquilo, no le tengo nada de miedo. Es muy hermoso, ¿os molesta si le acaricio? - Le preguntó, volviendo de nuevo sus ojillos hacia el enorme cánido.

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03/11/2014, 13:34
06 Muerto - Speeir

- Un gusto conocerte Gabrielle- le contesté cortésmente- Amarok!- llamé a mi compañero y cuando este estuvo a mi lado le dije- saluda a la Señorita

Amarok se acercó lentamente hasta que estuvo al lado de Gabrielle  y se sentó a su lado mirándola y esperando un gesto de ella.

- él te está esperando Gabrielle, trátalo con cariño y te lo recompensará; y yo también- le terminé diciéndole, mientras le cerraba un ojo.