Partida Rol por web

HLdCn: El Legado de Caín III - La Cosecha del Odio

Día 0 - Un Camino al Anochecer

Cargando editor
05/11/2014, 23:52
Marion Létang

En el instante en que la voz de Dam cortó el aire para unirse a las de ellas Marion giró levemente la cabeza para observarle. Su primer comentario le hizo cierta gracia y no tardó en ladearse un poco, dejándole espacio. Acto seguido tomó la mano del Melknhar, saludándole, pero algo en la conversación hizo que su garganta se cerrase de golpe.

Sus ojos de color dorado brillaron durante un instante al posarse en Lylian y examinarla de nuevo, reevaluándola, antes de hacer lo propio con él.

- Marion. - Se presentó después, antes de liberar lentamente todo el aire de sus pulmones. Delante de su boca se formó un pequeño jirón de bruma que no tardó en desaparecer, dejando detrás de él una pequeña sonrisa, que perfectamente podría ser una más grande bien contenida. - Y estoy de acuerdo: es agradable estar entre hermanos. - Aseguró. Detrás parecían estar discutiendo con fuerza, y Marion habría apostado la mitad de cosas que llevaba en su mochila a que ni siquiera tenían un motivo real. Sin embargo lo que sucedía en la entrada de la ciudad le importaba bien poco en ese momento. Cuando la música resonó en el lugar permaneció escuchando sin decir nada, echando fugaces vistazos a sus acompañantes de vez en cuando. Su desconfianza había cambiado en una radiante expectación, un nerviosismo que se concentraba en su vientre y se extendía hasta su inquieta cabeza.

- Conozco la historia de una persona que intentó eludir esa llamada. - Intervino entonces, retomando el tema anterior, y girándose un poco para observar al chico. - Hasta que descubrió lo que esa llamada tenía para ella. - Añadió luego volviendo a mirar hacia adelante, hacia el camino que les llevaría a la catedral. Marion llevaba ahora los pulgares de ambas manos enganchados en las cintas de la mochila, y con los otros dedos tamborileaba sobre esas mismas correas siguiendo el ritmo de la canción que había quedado en el aire.

Cargando editor
06/11/2014, 01:02
Brif

A cierta distancia, Brif vio como alguien de su mismo legado inclinaba la cabeza cuando acabó de tocar. Le devolvió el gesto, complacido, antes de girarse hacia los semidemonios que tenía más cerca. Gracias, señor. Dijo, inclinando brevemente la cabeza cuando el hombre del cuervo alabó su canción.

Miró entonces a la curiosa chica y a su animal y volvió los ojos a su instrumento. Su mirada se endureció unos segundos, mientras su mente vagaba por el pasado. Fue un regalo. Dijo finalmente, mientras empezaba a guardar el instrumento en su estuche. Pese a haber recuperado el aparente gesto despreocupado, podía verse que aquel tema era delicado. Un amigo me pidió que cuidase de él.

No dijo más, tampoco había porqué hacerlo. Aquello pertenecía al pasado. Cuando acabó de guardar el violín respondió al Melknhar que había pedido que siguiese tocando. Me encantaría, pero ahora mismo hay asuntos más urgentes que atender. Deberíamos continuar. ¿Vamos? Preguntó, invitando a los rezagados a proseguir su camino. Se echó a andar siguiendo las siluetas cada vez más lejanas de los que ya habían partido en busca de su destino. Su ritmo era algo lento, pero constante.

Cargando editor
06/11/2014, 01:58
Katia Dragomir

Realmente esperaba que alguien conociera algún lugar donde quedarme, pero me daba la impresión de que no iban a saberlo. Esa situación se parecía demasiado a lo que ya sabía que había pasado antes. El chico del gorro y la chica de morena (Nathaniel y Nessa) contestaron a mi pregunta. –Vaya que lástima. Sorin esperaba poder dormir a cubierto, es muy quisquilloso y lleva enfadado desde que salimos de casa. - Sonreí señalando a la comadreja que llevaba sobre la cabeza.

Me tomé un momento para observar a todos los que se habían reunido allí y el resto de las conversaciones atrajeron mi atención, sobre todo los comentarios de dos chicas Marion y Lydia que parecían saber bastante sobre la ciudad. Mientras caminaban hacia la ciudad corrí tras ellas. –Perdonad que os interrumpa y me una a vosotros, ¿creéis que todos hemos llegado a la ciudad atraídos por algo?

Cargando editor
06/11/2014, 11:40
Dam

Continuó caminando junto sus compañeras, cuando una voz saltó tras ellos. Ese entusiasmo, esos movimientos gráciles... solo podía tratarse de una hija de Eve. Dam se giró sobre sus talones y sonrió de forma afable a la recién llegada. 

- Parece que tenemos nueva compañera de viaje-dijo con un tono de voz animado-, ni siquiera hace falta que lo pida, simplemente únase a nosotros. Será un placer caminar rodeado de tantas bellezas-digo, halagando a las muchachas que le rodeaban. No parecía decirlo como método de seducción, sino como un hecho innegable. Dam no pudo evitar reír suavemente ante la pregunta de la muchacha. El legado de Eve era impaciente y ansioso, quería las cosas en el instante en el que lo deseaba... A veces es bueno, aunque la impulsividad podía ser una mala compañera en según qué ocasiones-. Lo que nosotros creamos es realmente irrelebante para usted. Yo podría decirle que creo que el cielo que tenemos sobre nosotros es verde, ¿y acaso me creería? Atrevéos a mirar arriba y contemplad la verdad, o lo que creéis que es vuestra verdad. Decidme, ¿qué cree entonces? ¿de qué color es vuestro cielo?-formuló la pregunta con un tono de voz suave, enigmático. Dam podía no ser demasiado fuerte o ágil, pero sí que sabía atraer la atención de la gente e invitarlos a que encontrasen las respuestas que buscaban de una forma más difícil, sí... Pero más exacta. 

Cargando editor
06/11/2014, 11:56
01 Muerto - Ithan Avalon

 Respondiendo a su pregunta(Katia) Ithan habla con tono mas calmado intentando trasmitir tranquilidad, no como hace unos minutos, hace unas semanas empece a tener pesadillas, sobre mi infancia,sobre Oldland, yo vivia aqui hasta creo recordad los doce o trece años a lo sumo y bueno...se encoje de hombros ,perdi a mi familia y digamos que las cosas se torcieron, desde entonces no supe ni quise saber de esta ciudad, salvo hasta ahora, no creo que sea algo "normal" que estemos todos aqui y menos a la misma hora,atraidos como las polillas a la luz...sea como fuere debemos hacer por saber sobre que esta pasando.

Suspira y levanta la vista hacia Madame Butterfly, haces un gesto de inclinarse como en la edad media Señora o Señorita Butterfly, le pido disculpas, jamas osaria a posar mis manos en sus pechugas y menos sin permiso, se que he sido un poco soez en mis comentarios, pero simplemente ha sido un gesto defensivo como un erizo que saca sus puas, supongo que a veces el pasado se pega a ti como un chicle a la suela de los zapatos y mis maneras aun las tengo que pulir, le pido disculpas por mis actos, aunque no lo crea le soy sincero y jamas podria matar a un animal,personas si, es relativamente facil, pero me es imposible herir a un ser noble, acepte mis disculpas.

Le dedica una sincera sonrisa mientras se vuelve a encender otro pitillo

Cargando editor
06/11/2014, 16:28
Lylian Létang

Algo en las palabras de Marion hizo que Lylian frunciese levemente el ceño y sus ojos brillasen con el color del acero mientras giraban para mirar a la otra mujer Melknhar. La escrutó en silencio durante un instante antes de empezar a caminar junto a Dam. - Me encantaría escuchar esa historia alguna vez. - Dijo simplemente, recuperando su sonrisa suave.

Podía escuchar cómo a lo lejos algunos de los que se reunían en la entrada empezaban a caminar tras ellos. Suponía que era cuestión de tiempo que el árbol quedase tan sólo como había estado antes de su llegada. Y de alguna manera esa idea le provocaba una pequeña punzada de lástima. Sin embargo unos pasos moviéndose más rápido que los demás llamaron su atención y volteó la cabeza a tiempo para ver a Katia corriendo hasta alcanzarlos. 

Lylian sonrió a la Eve, impulsiva e impaciente, como dictaba su legado, y después, sin dejar de caminar, ladeó un poco la cabeza para escuchar la respuesta que Dam daba a su pregunta. Le agradaba la forma que tenía ese hombre de darle la vuelta a todo de esa forma misteriosa y llena de ingenio. Al mismo tiempo inocente y sabio, al igual que la sensación que producían sus ojos. 

Lylian esperó a que él terminase antes de hablar ella. - ¿Acaso no nos movemos siempre porque algo... o alguien nos empuja o tira de nosotros? - Preguntó dedicando una críptica sonrisa de medio lado a la mujer mientras le ofrecía su mano, cubierta por el suave guante negro. - Soy Lylian, es un placer. - Tras presentarse echó un vistazo al animal que viajaba sobre su cabeza. - ¿Y vosotros? - Preguntó, incluyendo a la comadreja como si fuese sencillamente un participante más de la conversación y tuteándola con comodidad, como había hecho ella.

Cargando editor
06/11/2014, 18:21
Zoar

-Oh, por supuesto Kim, perdonar mis modales. Me quito el sombrero, recojo algo mi cabellera con la mano libre pasándola por detrás de las orejas  y con una amable sonrisa. -Señorita, mi nombre es Zoar, el vagabundo. Vuelvo a ponerme el sombrero. -Retomando el tema de conversación... os diré la verdad absoluta sobre los córvidos y es la siguiente; Los cuervos, cuervos son... Doy un pequeño pasito hacia atrás y le dedico un guiño de ojo. Ahora, disculparme unos instantes.

Escucho las palabras de Ithan e irrumpo con un leve carraspeo. Con voz tranquila y pausada. Ni Señora, ni Señorita... es Madame. En ese momento empieza a graznar a lo que yo escucho atentamente sus comentarios. Ambos miramos a la moneda dorada y tras unos largos segundos de parloteo (graznidos) muevo ligeramente el sombrero a modo de asentimiento.

-Caballero, os hace saber que no está ofendida por el vocabulario soez y vulgar que utilizasteis. Tampoco se sintió ofendida por el comentario de las pechugas. Pues es bien sabido por todos que los cuervos no se comen leve pausa Me ha recalcado que en todo caso es al revés, los cuervos se comen a las personas. Dejo algo de tiempo para que asimile la información. Ahora bien, el motivo de su enfado es el siguiente: El no coger las cosas brillantes. Lo considera una falta de respeto sin igual y una desfachatez... Pues es bien sabido que las cosas brillantes están para ser cogidas.

Miro la moneda dorada después a Ithan y me encojo de hombros. Últimamente se junta con muchas urracas.

Cargando editor
06/11/2014, 23:19
Marion Létang

Manteniendo el ritmo que los otros dos Melknhar marcaban Marion continuó caminando a través de las calles de Oldland. Sus pasos eran ahora más quedos y silenciosos, como los de un gato que camina por el borde de un tejado. La prisa había terminado. Acompañada por aquella mujer y el hombre con bastón podía tomarse el tiempo necesario para poner en orden sus pensamientos. Sus ojos mientras tanto paseaban por las ventanas, observando las velas encendidas y tratando de adivinar por qué las mismas personas que mantenían las puertas y ventanas cerradas a cal y canto seguían viviendo en la ciudad. De fondo las conversaciones continuaban, y ella sólo atendía a medias. Su cerebro procesaba sin siquiera pensarlo lo que los otros decían, y eso era suficiente.

Cuando el sonido de una carrera cambió el ambiente no tardó en girarse para ver de quién se trataba, y caminó de espaldas hasta que la chica se unió a ellos. Lo hizo tan cómoda como cuando andaba mirando hacia adelante, con naturalidad y constancia. Al oírla hablar la pequeña sonrisa que había aparecido un rato atrás en el rostro de Marion se amplió, afilándose, y se sorprendió de que tanto Dam como Lylian pusieran en palabras sus propios pensamientos. Aún así miró a Dam alzando una ceja cuando las calificó como bellezas. Era evidente que no lo había hecho como si realmente pretendiese algo con ello, pero justamente eso hizo que el comentario le llamase más la atención.

Antes de decir nada volvió a girar, quedando de espaldas a la recién llegada. - No estoy segura de que sea la pregunta correcta. - Señaló con un deje de diversión. Esa delgada barrera entre dialéctica y filosofía era algo que le resultaba fascinante. - Al fin y al cabo no creo que lo importante sea lo que nosotros creamos, ¿no? - Dijo dibujando una sonrisa tranquila, mucho más calmada que cuando un rato atrás había echado a andar rápidamente en dirección a la catedral entre exabruptos. - ¿Por qué has venido tú? - Enunció de manera retórica. - Si lo has hecho atraída por algo - Citó. - ya tienes parte de tu respuesta. Una parte de dieciséis, si no he contado mal. Si no lo has sentido, tienes tu respuesta completa.

Cargando editor
07/11/2014, 00:01
Trevor

El sonido de una armónica atrajo al hombre de piel oscura que vagaba por Odland, hacia el punto de reunión improvisado que parecía estar reuniendo a cada vez más hijos de Eve, Melknhar y Grovehn. Sus facciones, ocultas por la capucha de su atuendo, oscuro al igual que su piel, recorrían el horizonte, buscando el lugar del que procedía la música y aquellas voces que sonaban cada vez más numerosas.

Trevor se detuvo a una distancia prudencial, y retiró su capucha, para observar mejor aquella rara coincidencia que era encontrarse en el mismo lugar que tantos otros, precísamente aquella noche. Su expresión era dura, a pesar de la media sonrisa que surcaba su rostro mientras se llevaba un cigarro encendido a los labios y daba una profunda y lenta calada. No se le daba bien ofrecer un aspecto más amistoso, y aquello le había grajeado muchos problemas. 

Sin embargo, quien supiera observar bien, podía ver más allá de la dureza de su rostro, descubriendo una nostalgia innegable que emanaba de su mirada, desde un interior que parecía sombrío y apesadumbrado. 

Escuchó durante un rato a aquellos viajeros, evaluándolos, como precaución. Los caminos no siempre eran seguros, y las intenciones no siempre benévolas. Pero encontró indicios de paz entre aquellas personas, a pesar de las usuales bravuconadas masculinas que proferían dos de los hombres allí reunidos. 

El sonido del violín que un hijo de Melknhar llevaba consigo, terminó por convencerlo, conduciendo sus pasos hacia donde se encontraban los demás, pronunciando a su vez la nostalgia de su mirada mientras se acercaba lentamente y apuraba su cigarrillo. Y mientras la música se diluía en el aire nocturno, aprovechó para mirar de manera más detallada a cada uno de los presentes. No quería resultar amenzante, pero ciertamente, podía parecerlo. 

Posó la mano sobre el pomo de su arma, que colgaba lánguida de su cinturón, más por costumbre que por intenciones belicosas, y se mantuvo en silencio hasta que una hija de Melknhar dijo algo que llamó su atención- Nadie acude a Odland sin motivo. Ya sea en conocimiento de éste o no, cada viaje que nos lleva a esta parte del mundo, tiene su propósito -  se encogió entonces de hombros- Al menos eso dicen las leyendas. Y me considero lo suficiéntemente poco necio como para no despreciarlas. 

Miró entonces alrededor, acentuando ligeramente su sonrisa, tratando de relajar la expresión de su rostro antes de volver a hablar con su voz grave y carente de acento- Perdón por la intromisión. Mi nombre es Trevor, y no pertenezco a ninguna parte, aunque he sido forastero de muchos territorios. Espero que el hecho de que nos hallemos tantos de nosotros en este lugar en un día como este, disipe las tinieblas que pretenden alzarse contra nosotros en la noche de los difuntos, y aleje los recuerdos amargos de quienes no se encuentran ya entre nosotros. 

Cargando editor
07/11/2014, 00:29
Marion Létang

Al escuchar la voz de un recién llegado Marion prestó atención intentando identificarla, y no fue hasta que hubo terminado que se giró para mirar a la Eve que se había unido a ellos. La contempló durante un instante, llevando sus ojos dorados al animal que viajaba con ella antes de corregirse y volviendo a posarlos después en las pupilas de la chica.

- Una de diecisiete. - Le dijo con suavidad.

Cargando editor
07/11/2014, 00:36
Katia Dragomir

Las palabras del Melkhnar me desconcertaron un poco, a veces eran demasiado crípticos para mi gusto. Acepté la mano de Lylian antes de contestar a ambos.- Soy Katia y este es Sorin. En realidad cuando he preguntado esperaba más una confirmación. Cuando he llegado a la ciudad solo buscaba información sobre un familiar que, tal vez, pueda haber estado aquí. Sin embargo, cuando he visto que se juntaba un grupo tan grande de los tres legados… Bueno, digamos que parece que la historia tiene tendencia a repetirse. Hasta que no he estado aquí y os he visto a todos, no me he dado cuenta de que no podía ser una coincidencia que esté en la ciudad justo ahora.

Cargando editor
07/11/2014, 16:13
Vexy

El hombre de la motocicleta le dijo a Brif que continuara y varios admiraron su arte. Era realmente hábil con su violín y eso no podía evitar que Vexy se preguntara por su habilidad Melknhar.

Luego, escuchó las palabras del joven y miró a Nimah, quien aún parecía inquieto, presagiando lo que pasaría a continuación.

- Claro, ya es tiempo - miró el camino y comenzó a avanzar junto a Brif. La verdad es que el violín llamaba mucho su atención y quería estar allí, esperando que saliera de su estuche una vez más.

Siguió el paso lento del Melknhar con calma, no tenía prisa por llegar, ya había recorrido una gran distancia, así que unos cuantos metros más no harían la diferencia.

Cargando editor
07/11/2014, 16:44
Director


Poco a poco todos llegabais de una manera o de otra a Oldland, y tras su cartel, vuestras dudas y vuestros temores comenzaban a germinar.

Calles desiertas de un paraje vivo aunque callado, tan solo la lánguida luz de una vela tras el dintel de una ventana. Ese era el único saludo de la ciudad.

Pero entonces la voz de aquella antigua torre vigía comenzó a sonar. La campana empezó a vibrar, y con cada tañido una hora representada más, y tras el doceavo el silencio llego. Un silencio que reino tan solo unos segundo pues las calles comenzaron a respirar, meras imágenes, meros recuerdos, tan solo sombras de lo que fueron, o tal vez una estela de una mente fugaz… quien sabe lo que eran, pero atravesando las calles aparecieron formas distintas y encapuchadas.

Cada una de un lugar diferente, como reanudando una actividad hace escasos segundos detenida. Ninguno de sus rostros se mostraban, pues todos ellos se difuminaban tras aquella capucha.

 

Cuerpos alados algunos, otros heridos o maltratados… acompañados por la figura de algún niño, o puede que por la sombra cabizbaja de un animal, o incluso alguno que otro ataviado con un arma y ya no más.

Aunque todos diferentes, todos seguían un mismo patrón, una vida que parecía nacer tras el último sonido de aquel viejo reloj.

Los sonidos de sus pisadas se enmarañaban con el rumor del aire, sus voces ni siquiera sonarían en un susurro. Un mundo en duermevela que renace otra vez, puede que fuera la primera vez que alguien lo viera, o puede que el miedo escondido tras las ventanas os dijera que sería tan solo vuestra primera vez.

Ninguna figura ni sombra interactuaba con el resto, más que con aquellas que parecía tener alguna relación, pero de repente algo en aquel doble mundo cambio. Nada se escuchaba en vuestro lado, pero la reacción de aquellas figuras os dijo que algo en el suyo si sonó.

Pues en tan solo un instante todos cesaron en su actividad, y tras una mirada al oeste, comenzaron cada uno por su senda a caminar, hacía un lugar más al centro de Oldland, más meridiano, más atrás…

Las alimañas parecían guarecerse alrededor de Oldland, las nubes esconderse en un halo de oscuridad, dejando ver de soslayo, un rayo de luna, que iluminaba en parte a Oldland una noche más.

Aquellas formas andan hacía un lugar predestinado, mientras con unas miradas veíais como sus figuras atravesaban bancos y farolas, o plantas o muros sin más… era solo un recuerdo que Oldland recobraba, aquella noche, mostrando el inicio de aquella noche nueva… la noche de los difuntos en Oldland… otra noche más.

Cargando editor
07/11/2014, 18:53
Vexy

Nimah percibía la pesadez del ambiente con mayor exactitud que Vexy y mientras más se acercaban al camino que llevaba a la catedral, más difícil era caminar sin verse afectado por el aura del entorno.

Es entonces cuando las campanadas del reloj comienzan a sonar y Vexy se pone alerta, parece nerviosa. Realmente no sabía qué encontraría pero algo dentro de sí le decía que debía continuar. Allí comienzan a aparecer las figuras, todos semidemonios como ella, algo notable por las marcas de sus legados, pero incorpóreos. Eso definitivamente no era normal, no se lo esperaba.

Vexy no sabía muy bien qué hacer y se detuvo a observar lo que hacían. ¿Eso pasaría siempre en la noche de los muertos? Al fin y al cabo, era su primera noche de los muertos fuera de su hogar. Miró al violinista un momento y le preguntó - ¿Qué son ellos? - su corazón latía a gran velocidad y sentía el peso de su vida y de la historia de una ciudad maldita, marcada por la desgracia.

Cargando editor
07/11/2014, 19:52
02 Muerto - Nessa

Todos los legados que llegaron a la entrada fueron dispersándose por el lugar, explorando la ciudad o con una idea muy clara de que aquello que buscaban. Poco a poco Nessa tuvo la sensación de haber estado dando tumbos toda su vida hasta que llegó esa noche a Oldland. Ya no tenía ese continuo anhelo de seguir buscando, de seguir caminando en busca de un lugar donde sentar la cabeza... Ahora se sentía un poco más completa y aquello la hacía sentirse un poco más insegura y asustada. No lograba comprender qué ocurría.

La intriga la mataba, las palabras de algunos la hacían sospechar de que algo importante todavía estaba por suceder. Algo que tenía relación con todo aquello que ocurría en su interior, pero Nessa era demasiado reservada y solitaria como para preguntarles abiertamente por algo tan personal. Decidida a encontrar una respuesta simplemente tomó el mismo camino que aquel grupo de Melknhar, a seguirles con la esperanza de conocer algo más de la ciudad. La movía la curiosidad y la sed de saber qué ocurría en aquel lugar.

¿Qué era tan especial en Oldland? 

Cuando las campanas sonaron sintió como poco a poco su temor aumentaba, como si aquello fuera el inicio de un gran evento. Aquellos seres aparecieron y Nessa hizo acopio de todo su valor para poder seguir allí, se dijo a si misma que permaneciera junto a ellos, que no tenía que temerles. Los observó caminar, atravesar el mobiliario y sintió una gran lástima con aquel lúgubre espectáculo, se apiadaba de aquellas figuras.

Es ahora o nunca, pensó. Su respiración se aceleró poco antes de tomar una decisión. Alzó la mirada y se dispuso seguirlas allá a donde quisiera que fueran sin pensar que aquello pudiera llevarle a la perdición.

Cargando editor
07/11/2014, 21:42
Gabrielle

Gabrielle había reemprendido su camino, adentrándose en las silenciosas calles de aquella ciudad dormida. Se detuvo un par de veces, observando las velas que titilaban con una leve luz amarillenta, tras los cristales cerrados de algunas de las casas. La gente tenía miedo. Algo debía estar a punto de ocurrir y la hija de Eve tenía curiosidad por saber de qué se trataba. 

Dama caminaba a su lado. Había echado hacia atrás sus orejas y olisqueaba el aire con nerviosismo. 

- No temas, Dama, estoy a tu lado - . El pequeño gamo la miró durante un instante y continuó caminando, sin separarse de Gabrielle. 

Cuando las campanas empezaron tañer marcando las horas. Gabrielle volvió a detenerse y un escalofrío recorrió su espalda al ver aparecer a todas aquellas figuras silenciosas. ¿Qué estaba ocurriendo? Dio un par de pasos hacia atrás, causando que Dama se asustara más y se pusiera detrás de ella, con las orejas completamente pegadas al cráneo y que su pequeño cuerpo empezara a temblar. 

Gabrielle se volvió y se agachó para abrazarla, mientras susurraba palabras dulces en su oído. Levantó de nuevo la mirada, dirigiéndola hacia esas figuras y tragó saliva. Algo las estaba llamando, pero no podía ser lo mismo que había sentido ella. ¿Quiénes habían sido? ¿Por qué acudían a ese llamado? 

- Tenemos que llegar a la Catedral. Hemos hecho un camino muy largo para llegar aquí - . Murmuró mientras se incorporaba e instaba a Dama a seguir adelante. Tenía el corazón en un puño y en su cuello podía sentir los fuertes latidos. Tenía miedo, pero no iba a permitir que éste la dominara. Así que volvió a ponerse en marcha, con la mirada fija en el camino que debía seguir.

Cargando editor
07/11/2014, 23:02
Lylian Létang

Lylian estudió con una media sonrisa al apuesto joven de color que se acercó a ellos en su camino y cuando se presentó, hizo lo propio a su vez. - Soy Lylian. Un placer. - Saludó, tendiéndole a él también la mano enguantada. 

Después escuchó la explicación de Katia, pero antes de que llegase a responder las campanas de la torre empezaron a tañer y sus repiqueteos se esparcieron por las silenciosas calles de Oldland. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de la Melknhar mientras se detenía y miraba a su alrededor, sintiendo una extraña expectación en su piel quebrada que se erizaba más con cada campanada. El instante de silencio que siguió a la doceava tan sólo le parecía un breve respiro, tal vez la última oportunidad de darse la vuelta y alejarse sin mirar atrás.

El aire salió de los pulmones de Lylian en un quedo suspiro cuando las figuras empezaron a hacerse visibles y en ese momento fue consciente de que había estado conteniendo la respiración. Todas diferentes, pero similares y encapuchados. Giró sobre sí misma para verlos mejor y contempló con sus ojos del color de la lluvia muy abiertos cómo esas sombras caminaban en la misma dirección. Tal vez recuerdos, quizá almas despojadas. No se atrevió a hablar, sobrecogida por ese momento en el que parecía que dos mundos se habían fusionado en el mismo lugar.

Tras varios segundos en silencio continuó su camino, siguiendo la ruta que aquellas siluetas marcaban llenando con cada paso su pecho de una nostalgia densa y espesa. Cada latido que golpeaba sus venas parecía acompasarse a su caminar y los pasos sobre el suelo empedrado de los que de nuevo se ponían en marcha parecían mezclarse con los restos de los ecos que las campanas habían dejado atrás. 

Cargando editor
08/11/2014, 16:06
Katia Dragomir

La conversación, a la que se había unido Trevor, se vio interrumpida por el intenso sonido de las campanas que reverberaban entre las calles de tal forma que me pareció que lo envolvían todo. Entonces empezaron a aparecer las figuras encapuchadas por todas partes y todas caminando en la misma dirección. Sorin bajó escalando hasta que se metió en mi abrigo de forma que solo asomaba la cabeza y las patas delanteras, todo aquello no le gustaba mucho más que a mí. Habíamos ido a Oldland para buscar información, para encontrarla, pero estaba claro que nos habíamos metido en algo mucho más complicado y antiguo. Parecía que las figuras no eran más que sombras, ecos del pasado de los que pasaron por allí, pero el miedo de la gente de la ciudad me decía que no era algo nuevo.

Vi a Lylian caminar tras las figuras que debían dirigirse hacia la catedral, el centro de todo aquello. Ya estábamos allí y, tal vez, la mejor manera de descubrir que pasó exactamente era seguir sus mismos pasos. Caminé en la misma dirección colocándome junto a la mujer que acababa de conocer, así tomé la decisión de seguir adelante.

Cargando editor
08/11/2014, 16:36
04 Muerto - Mariam Travis

Negué con la cabeza a la pregunta de Nathaniel con respecto a si mis armas tenían algún símbolo, era de mi casta, de mi legado, pero para mi seguía siendo un total desconocido al que no tenía por qué dar información tan personal.

Después de eso, me dediqué a escuchar, el sonido del viento, las conversaciones, incluso los silencios eran reveladores en una noche como esta y mas en la situación en la que me encontraba, rostros que no conocía pero que al parecer, habían llegado aquí por el mismo motivo que yo, o al menos eso era lo que yo creía. Las conversaciones a mi alrededor fueron haciéndose menos tensa por algunas partes, y como no sabía que postura tomar, seguí en silencio preguntándome que hacíamos todos tan lejos de nuestros hogares.

Las campanadas de la catedral sonaban y alcé una ceja ya que, quien y para qué se tocaban unas campanas en un pueblo que parecía haberse enclaustrado a conciencia? Aquello no tenía sentido, pero quizás era una tradición, pero cuando aquellos seres aparecieron marchando, estaba segura que no eran los habitantes que salían de sus casas - noche de Halloween, noche de muertos y brujas – me recordé, había leído sobre las antiguas tradiciones con respecto a ese día. Todos los encapuchados parecían ir al mismo lugar y no dudé dos veces. Miré a mi alrededor en busca de alguien que como yo, se animase a ir que descubrir que pasaba, sobretodo miré a los de mi linaje donde seguro era que me encontraría mas cómoda, pero me acompañasen o no iría de todas maneras. Sabía que mi lugar era este, lo supe desde que tome la decisión de venir y ahora no iba a detenerme

Notas de juego

Perdón si he dejado de contestar a alguien.

Cargando editor
08/11/2014, 17:44
Nathaniel

Aunque Mariam no me responde, no me preocupa, ya que las cosas comienzan a ponerse en funcionamiento.

El sonido de las campanadas hacen que me detenga y me tense cual cuerda de arco. La posterior aparición de las sombras no mejora la cosa, resultando en que me agache a coger una piedra como si de verdad pudiese incrustarla en la cabeza de algunas de esas formas en caso de acercarse demasiado a mí... pero pronto me parecen poco más que recuerdos vacuos.

Escucho la pregunta de Vexy pero no va dirigida hacia mí. Aguardo unos segundos y una distancia prudencial antes de comenzar a caminar siguiendo a aquellas sombras. La pregunta es buena... qué diablos son. Parecen el sueño de algún Melknhar desquiciado. Aunque pronto la sensación de urgencia empieza a dar paso a la sensación en la boca del estómago y al sabor en el paladar que se tiene instantes antes de una batalla. Y aquello me hace sentir mejor, mucho mejor.