Partida Rol por web

Mimi miró a Vael con reproche por sus palabras y le dijo: Soy vieja, pero aún sé cuando es necesario presionar para que alguien despierte... es solo eso nada más.

Se disipó como una corriente y esta vez con textura nebulosa apareció junto a Lylian y dijo enseñando los dos dibujos cogidos a la vez por su etérea mano.

Vamos Lylian... míralas bien. Son peonias y flores del infierno.... dime, ¿qué pueden representar, y porque aparecen estos dibujos en la mente de un simple mortal como él?

Poco a poco el cuerpo de la mujer se iba materializando y sus ojos se iban cargando de lágrimas que ella rehusaba en soltar.

Esperaba mucho de ella...puede que llevara mucho tiempo esperando algo en aquella tierra maldita.

Por favor...- Dijo bajando el tono de la voz, mientras con un movimiento de mano, una ligera niebla se encargaba de enseñar aquel papiro a los demás.

Dante miraba pensativo a los demás, como si su vista se clavara en algún lugar de aquella sala, las muertes de Trevor y Katia, solo daban mas incertidumbre a lo que estaba ocurriendo; sorprendido quedo cuando aquel gato de brumas se hacia presente y con el una mujer, anciana de ojos blancos, que parecía molesta o inquieta por algo, se presento y comprendí el por que, las otras reuniones no habían sido capaz de continuar con su labor y por eso, quizás, ahora la Joseline exigía mas sangre.

Lo que continuo entre ella y Lylian era curioso, era cierto entonces que las flores guardaban alguna pista...no es que conociera de flores, pero un caballero siempre debe regalar la flor adecuada a una dama -El Lirio, simboliza el Amor, es recurrente si deseas regalarle una flor a quien amas, las No me olvides como lo dice su nombre, pero también representa la Fidelidad, las Peonias son una flor de Advertencia y la Flor del Infierno, es rara, difícil de conseguir y es venenosa, jamás le regalaría una a una mujer- mire el cuerpo de Trevor con recelo, y luego a Vael y finalmente a Michelle.

Lylian miró a su hermana al escuchar su voz cerca de ella y tan sólo dudó un breve instante antes de asentir levemente con la cabeza. - Sí, sigo pensando lo mismo y creo que eso haré hoy. ¿Y tú?

El movimiento de la anciana llamó su atención antes de que Marion pudiera responder y Lylian se quedó callada ante la reprimenda cargada de decepción de aquella mujer a la que nunca habría esperado conocer en persona. Sin embargo, sí le habían inculcado el respeto hacia ella, así que ni siquiera se le ocurrió replicar o rechistar. Tan sólo bajó la mirada un instante, sintiéndose avergonzada por lo rápido que había hablado al despertar. Lylian no había recibido muchas riñas en su vida, ni siquiera cuando era niña y la sensación de ser reprendida le resultaba bastante ajena e incómoda.

Sintió alivio cuando ella se apartó y la siguió entonces con la mirada, viendo cómo ayudaba a levantarse a Vael y tomaba aquellos dibujos para desvanecerse después. Empezó a mirar alrededor buscándola cuando tomó forma de nuevo a su lado, sin darle tiempo a reflexionar sobre sus palabras. ¿Esa anciana creía que ella estaba dormida? 

Suspiró despacio y miró los dibujos largamente, como ella le pedía, antes de decir nada. Era extraño, pero a pesar de que llevaba muchos años caminando sobre la tierra, Lylian se sentía como una cría frente a esa mujer exigiendo respuestas, obligándola a encontrarlas dentro de sí. Exprimió su mente tratando de recordar cualquier cosa que hubiera escuchado alguna vez en su vida sobre esas flores. 

Se sintió insegura como nunca se había sentido y cuando habló, su voz era suave y un poco dubitativa. - Una flor del infierno para Trevor. - Empezó, haciendo una breve pausa después. - En Oriente creían que estas flores eran guías para las almas caídas. Sembraban el camino dando la última oportunidad de ver la vida mortal antes de renovarse y purificarse en el infierno para una nueva reencarnación. Pero también simbolizaban un último encuentro. - Carraspeó, cogiendo más seguridad según iba hablando. - Trevor... Él podría ser un guía, tal vez. - Miró a Katia entonces y frunció un poco el ceño. - Peonías para Katia. Simbolizan el romance y la prosperidad. Pero también la timidez y la amistad sincera. Supongo que tiene algo que ver con su necesidad por hacer amigos y cómo vence su timidez. Pero no estoy muy segura. Las flores no son mi especialidad. - Terminó, mirando de nuevo a la anciana con una disculpa en sus ojos que tenían un brillo plateado. 

Miró entonces a Vael y ladeó un poco la cabeza estudiándolo una vez más. Sus negros cabellos se deslizaron por su hombro en ese gesto. - No comprendo cómo un humano como él puede tener la fuerza para estar aquí... - Dijo lentamente. - Él puede ver a los caídos. Podía verla a usted cuando estábamos arriba. Quizá son ellos los que le inspiran estos dibujos en su mente. Pero, ¿quién es él verdaderamente? ¿Y quién nos conoce tan bien a todos como para susurrarle una flor para cada uno? ¿La Dama Oscura? ¿Alguno de sus encapuchados? ¿O tal vez es él el que puede ver más allá de nuestra fachada y entender nuestra esencia? - Pestañeó y volvió a mirar a Mimí, colocándose el pelo con cuidado tras la oreja. - Lo siento, señora Braxton -dijo con respeto-, me temo que ya estoy divagando. La verdad es que no tengo una respuesta firme a esa última parte de su pregunta. Al menos por ahora lo único que tengo son muchas dudas sin resolver. - Reconoció, lamentando decepcionar a esa mujer que parecía esperar demasiado de ella. Sus ojos se desviaron rápidamente a Marion durante un instante, buscando algún tipo de apoyo en su mirada antes de volver a la anciana, pero no dijo nada más.

Durmió sentada en aquellas escaleras y solo levanto la cabeza de entre sus rodillas con el gruñir de su amigo y confidente. Sin tener que abrir los ojos para ver, ella ya lo sabia por los suyos. Dos mas habían muerto, y una mujer, una vieja mujer, había aparecido, solamente para crear mas desconcierto entre todos ellos. Y si no entendió mal, ella era aquella mujer que llamaban como Vieja Tata, un curioso nombre que sin duda podría a ver sido un bautizo por parte de él, en su faceta mas alegre y despreocupada. Después de todo en el principio Melina le recogió aquí mismo en Oldland.

Pero no hubo mucho tiempo para reflexiones de ese tipo cuando la hija de EVE muerta, volvía a la vida como ya lo hiciera la Letang el día anterior. Muchos la recibieron de nuevo pero ella no se atrevió a hacerlo, su pájaro la miro inquisitivo y le dijo una sola palabra.
-Habla-Ella negó con la cabeza y acaricio su cuello con el dedo anular.

Poco después la mujer con su animal se interesaron por una persona en particular y le hicieron una pregunta, que ha ella también le gustaría saber. Y tanto Lilyan como Dante respondieron cada uno a su manera, pero ambos semejante, Melina por su parte nada sabia de flores, tan solo que morían al poco de ser cortadas y cada una tenia un olor característico.

-¿Es verdad?-Pregunto Parler a su amiga. Pero Melina unicamente se encogió de hombros y espero lo que la aparecida tendría que decir al respecto.

La anciana resopla como encontrando aquello que le extrañaba no encontrar y dice finalmente, mientras se gira como hablando consigo misma.- Sabía que Nybras no pudo hacerlo tan mal...

También Dante comenta algo sobre los dibujos y asiento diciendo: Todos tenéis razón en parte... debéis utilizar todo lo que conocéis.

Oldland os tratará de engañar... Vosotros tratáis de engañar, pero el silencio solo aumentara el engaño. En vuestras cabezas existen muchos conocimientos, y en aquellos que están alrededor.

Usadlos...en Oldland todo está relacionado y todo tiene solución.

No uséis lo que desconocéis para crear más preguntas, sino aquello que ya sabéis.

Se deja caer hacía atrás, mientras una niebla se densa a su alrededor, y comienza a tapizar un etéreo sofá que acomoda su figura mientras el gato salta sobre uno de los brazos y tras un bostezo se relame y os mira sin más.

La mujer apoya su cabeza sobre una de sus manos, mientras oculta su mirada en un gesto de concentración mientras acaricia sus sienes.

Con un vago movimiento se frotó los ojos, su cuerpo aún estaba acurrucado al de Dante y parecía ser que no tenía intención alguna de apartarse, al menos al principio. Finalmente y obligándose se separó un poco a la par que alzaba la mirada. Al principio la luz la cegó de tal manera que todo se volvió blanco, y por un momento se sintió totalmente vulnerable lo que provocó que se cubriese los ojos con el brazo. Un leve gimoteo salió de su garganta, y cuando creyó que podía retirar el brazo lo hizo. Pero claramente, esta vez de manera lenta para que sus ojos pudiesen captar la luz que los golpeaba, de normal no tenía ningún problema para ver, al contrario pues gozaba de muy buena visión, pero cuando la luz le daba por las mañanas o esta era demasiado intensa, se volvía mortal para ella durante unos segundos.- Lo siento... -Susurró a su compañero cuando finalmente se sentó. Hasta ese momento no había visto nada de lo que allí había pasado, pero no tardó demasiado.

- N-no puede s-ser...-Sus ojos estaban completamente abiertos y su piel se había vuelto más pálida si es que eso era posible. Aquella noche no había muerto uno solo, si no que dos... Como si hubieran soltado una piedra en su estómago, sintió una leve arcada provocada por la angustia y los nervios. La sangre nunca le había dicho nada, y ver un cadáver tampoco, pero el miedo a acabar como ellos era tal que todo su cuerpo temblaba.- ¿Por qué...? Esto es una locura...-Sus hermosos, pero extraños ojos violetas se llenaron de lágrimas y con un rápido movimiento bajó la cabeza para esconderse.- Si no damos con ellos... Si no les frenamos, acabaremos así...-Sus manos aferraban la pequeña manta contra sus piernas. Tenía miedo.

Aún con la mirada bajada, percibió el suave aroma de la menta. Era dulce, pero intenso. Lentamente levantó la cabeza, y observó como la joven llamada Katia volvía a renacer. Durante unos segundos Kimberly no supo reaccionar, pero finalmente sonrió. Estaba segura de que si la conociese mucho más hubiera saltado sobre ella para darle la bienvenida, pero eso no era así.- Me alegra de que estés de vuelta, Katia. Bienvenida.-Mientras ella daba ese leve saludo a su alrededor se crearon distintas conversaciones, las cuales todas tenían de base el sentido de aquellas flores que dejaba caer sobre los cuerpos. Cuando la anciana se acercó a Lylian la observó callada, incluso atendió a cada una de las frases.

- Existe una leyenda... Sobre la llamada "Flor del Infierno", incluso un mito sobre la peonía.-Negó con la cabeza un par de veces.- Pero qué tienen que ver las leyendas con nosotros... O lo que signifique una flor.-Con suavidad flexionó las piernas, y tras eso abrazó las mismas con los brazos. 

Al recibir la respuesta de su hermana Marion simplemente asintió con la cabeza, convencida. Después sus ojos se desviaron hacia la anciana, incómoda. No le terminaba de gustar la actitud condescendiente de esa mujer, como si estuviera por encima de ellos. Marion siempre había sido escéptica y analítica, y esa mujer cada vez le daba peor espina. No era sólo que hablase con acertijos - cosa que a Marion poco importaba - sino que ponía a Lylian en una posición en la que ella era evidente que no quería estar. Ser el centro de atención en estas reuniones podía convertirse en algo peligroso, y la Melknhar no podía dejar de sentir que era algo gratuito.

Una ceja de Marion se alzó, todavía más escéptica, ante la aportación de Dante. - La flor del infierno no es venenosa. - Le corrigió. - El bulbo de la planta lo es, pero la flor es inofensiva. - Afirmó antes de tomar aire. - Además, el jugo de sus estambres destilado puede utilizarse como catalizador en determinados procesos. - Comentó alternando su mirada entre el hombre y la anciana, inquieta. - Pero esto no es una lección de botánica, ¿verdad? - Preguntó de manera retórica, acercándose a Mimí. Sin embargo antes de que pudiera alcanzarla la mujer creó un sofá de la nada y Marion se detuvo, observándola largamente con sus ojos dorados. No comprendía a qué había venido ella, ni por qué hablaba de su abuela o qué quería de su hermana. Pero como intentase hacerle algo no sería su niebla la única que se levantase. Sin llegar a decir nada más ni quitar el ojo de la anciana Marion se acercó a su hermana, rozando su brazo enguantado como por casualidad. Estoy aquí, parecía querer decir.

Me desperté como si se hubiera tratado de una pesadilla. Sorin me mordisqueaba el hombro contento y, tal vez, un poco desorientado igual que yo. Cuando pude incorporarme vi que Lylian era la primera que se acercaba, le sonreí con simpatía, al haber pasado por lo mismo sabía que entendía por lo que estaba pasando.

Briff fue el siguiente en acercarse y también hubo más, aún estaba un poco confusa, intentaba recordar lo que había pasado pero no lo conseguía.

-Lo siento, no pude ver nada. Solo me desperté en aquel lugar con Trevor. Gracias a todos por vuestra bienvenida, yo…- Me callé de golpe cuando vi a una mujer extraña con un gato que no estaba cuando llegamos.

Estaban hablando de las flores, por lo visto la mía era la peonía. Escuché todo lo que decían en silencio tratando entender algo antes de preguntar.

-¿Qué ha pasado? ¿Quién es esa mujer?

El despertar trae dos muertes, muchos interrogantes, alguna respuesta fugaz, una aparición de un ser del otro lado y una resurrección. Nada mal, sólo con lo que ha pasado en las últimas horas se podría escribir un libro.

Pero la realidad es mucho más cruda de lo que lo son los libros. Miro a Zoar, quien el día anterior pareció tener un pensamiento lógico, aunque hablo en voz alta.

"Estamos suponiendo que mataron a ambos pero... ¿y si se mataron entre sí?"

Pregunto, más como una posibilidad que cualquier otra cosa. Luego clavo mis ojos en Mimi y finalmente en Vael, parece que ambos tienen una historia complicada.

"El quién son ellos es una buena pregunta... ¿tienes la respuesta, Vael?"

Vuelve entonces mi mirar hacia Mimi, a quien debo de mirar un par de veces más antes de creerme su estadía en este lugar, corroborada por la actitud tranquila y familiar de las hermanas. Asiento lentamente.

"En efecto, señora, ya hablé de cazar las mentiras con verdades. Y la única verdad que puedo aportar ahora es que las flores son importantes. A Joselinne le encantaban. O eso me contó una niña."

Me encojo de hombros y observo cada movimiento, me duele ligeramente la cabeza, pero sé que pronto se acerca una nueva batalla, y debo de estar centrar y no dejar que jueguen con mi mente nuevamente. Las palabras de Katia me hacen girarme y abarcar a la mujer con la mano.

"Te presento a la Vieja Tata, Michelle Braxton, o Mimi. O al menos su recuerdo, su esencia, lo que queda de ella. Hablábamos de las flores, de su significado y su importancia, así como la relevancia de Vael en todo esto."

Explico, despacio, suponiendo que volver a la vida no tiene que ser precisamente un paseo de rosas y probablemente esté mareada o le duela la cabeza, así que le costará asimilar lo que pasa.

-Señora Michelle, un placer. efectúo una leve reverencia hacia ella.

- Está claro que cada flor con su palabra asociada jugara un papel importante en todo esto. Pero me da que aún faltan muchas fichas del puzle... Ojala me equivoque en lo dicho y salgamos de aquí pronto. Supongo que con el tiempo y mas detalles todo empezara a encajar y como por arte de magia chasco los dedos todo cobrara sentido... solo espero que cuando llegue ese momento no sea demasiado tarde.

De momento no veo ninguna secuencia lógica en lo que respecta al orden de las muertes con sus respectivas imágenes asociadas. Como para poder narrar una historia, encajar dicho puzle, descifrar el misterio que rodea este lugar o lo que el futuro depare. Pero tengo por seguro que jugara un papel crucial en todo esto.

Añadiré  que en la época victoriana, en donde variadas flores y arreglos florales se usaban para enviar mensajes codificados... observo los dibujos con detenimiento pero el color jugaba un importante papel, aquí poco color tenemos.

Vael asintió a Nathaniel y dijo sin reparos.- Son las almas de muchos de los que cayeron en Oldland, almas de vencedores de perdedores, de leales y traidores...

Un nido de Almas que desde hace unos años se han despertado y acompañan con sus pasos y miradas mi cansada estancia en este lugar, mientras que algo parece estar a punto de estallar.

Por un momento la atención se centró en la conversación con Michelle, mientras aquel cuerpo descasaba alejado del centro de dialogo como un mero espectador. Desde aquella posición vosotros le habíais dado para que descansara mientras la muerte abrazaba su conmoción.

Pero entonces un sonido remoto, empezó a reverberar desde aquella alejada posición... al principio aquel sonido fue lejano y débil, pero con el tiempo aquellos ecos crepitantes clamaban vuestra atención procedentes desde el interior del cuerpo de Trevor.

Parecía como sus huesos contundidos empezasen a crujir de nuevo, un sonido que llegaba desde dentro hacía fuera... empezaron siendo sonidos sordos y secos, y luego aquel crujido empezó a crecer en volumen a la vez que los huesos aplastados y golpeados volvían tras cada crujido a su antigua y perfecta posición.

Era como si una fuerza los golpease desde dentro hacía fuera, cincelando de nuevo aquel cuerpo otra vez.

Las manos de Trevor empezaron a estremecerse, para luego como un acto reflejo alzar su torso del suelo elevando poco a poco su figura mientras aquellos sonidos seguían crepitando. Hasta que la mirada de Trevor miró hacía el frente y un grito de agonía y esfuerzo salió de sus fauces esperando sacar fuerzas para soportar aquel dolor.

Mientras gritaba se iba irguiendo y poco a poco sus dedos aún temblorosos recorrían su torso donde habían estado algunas heridas que se cincelaban desde su interior.

Sus manos se aferraron a su antigua arma aún presa en la parte posterior de su cráneo, y mientras apretaba los dientes sacaba la misma desde su cuerpo, un sonido óseo y visceral llenaba el ambiente aquellos que veíais su parte posterior, veíais como huesos crepitantes y blancos comenzaban a crecer de la nada tapando la oquedad.

Sus brazos se extendían a lo largo de su cuerpo, mientras su pecho bamboleaba por el esfuerzo y dolor que había soportado en aquella ocasión.

Mientras su respiración se adecuaba a una posición más relajada, su mirada os escrutaba y poco a poco miraba preguntándose el cómo y por qué.

Una de sus manos se aferraba aún su almarada que ahora se recubría de un hueso que parecía estar vivo, creando en un segundo un filo serrado para al siguiente transformar el arma en un estile alargado, o al otro un sable de gran dimensión.

Por fin había recobrado el aliento y su pecho respiraba normal, pero aquel hueso pedía explicaciones y compensación por el sufrimiento que había tenido que soportar.

Aquel Trevor de nuevo de tez color café estaba de nuevo entre vosotros... cuando estaba apunto de atardecer...

Las palabras del viejo humano le llegaron como un puñal de atención, algo le decía que todo era posible, incluso que él lo conociera, o al menos a su alma, pues ya no tenia duda alguna de que callo en la pasada reunión, sino porque no volver a su lado como en otras tantas ocasiones. La duda era como y en que bando.

Pero su pájaro la quito de aquella búsqueda mental cuando alzo el vuelo para alejarse de allí, al parecer estaba molesto por el ruido y la visión que ofrecía del cadáver de Trevor, el otro caído, que como la mujer, parecía recobrar vida poco a poco. Pero entendía porque Parler deseaba alejarse de allí, sus sentidos agudos masificaban el terror del regreso de aquel hombre negro. Como su cuerpo destrozado volvía a hincharse y juntarse en un macabro concierto de gritos y chasquidos, algo grotesco, no actos para todos, ni siquiera para alguien que ha vivido tanto.

Vexy había descargado el cuerpo de Trevor junto a Nessa pero las palabras de la anciana la dejaron heladas. ¿Nimah temía por su vida? ¿Cómo sabía ella esas cosas?

El gato se materializó a su lado, haciendo que Nimah se relajara poco a poco y permitiera que la anciana mujer se le acercara. Con temor, observó la acción pero no sentía ninguna hostilidad de su parte, así que conservó la calma y solo asintió a las palabras de Mimi.

Cuando la anciana mujer se dirigió nuevamente a Lylian, Nimah saltó a los brazos de Vexy, casi que recuperando el aliento. Fue un momento muy tenso para la chica, aunque Nimah no parecía haberlo pasado tan mal, una cercanía tan grande con un muerto no era a algo que ella estuviera habituada.

Algo escuchó a sus pies y fue cuando vio la escalofriante resurrección de Trevor. Al igual que Katia, parecía más fuerte, más capaz, y eso llamaba su atención. El último legado parecía algo grandioso. Con una sonrisa amable, le dice - Bienvenido de vuelta, hijo de Grovehn -.

Apenas habíamos movido el cuerpo de Trevor cuando este también empezó a convulsionar hasta dar una bocanada de aire. Él mismo sacó su arma de su cráneo, fue un espectáculo de lo más nauseabundo pero al menos estaba vivo de nuevo. Oldland, que lugar tan macabro. Los muertos resucitaban y aquellos que no lo hacían estaban condenados a vagar por la ciudad como Pedro por su casa.

Me agaché cerca de él con aspecto preocupado. -¿Cómo te encuentras tío? -pregunté mientras lo analizaba de arriba a abajo. -Primero ha sido Katia y ahora tu... 

-¿Recuerdas quien pudo haberos hecho eso Trevor? -le dije esperanzada, si supiera quien había sido las votaciones serían más sencillas. Todo se acabaría en un santiamén.

Gabrielle esperó a que Katia se recuperara y respondiera a sus preguntas. Mientras lo hacía, escuchó las palabras de la anciana y las respuestas que algunos de ellos le iban dando. Arqueó suavemente una ceja y lanzó una rápida mirada al dibujo que mostraba la flor del infierno, para desviar su mirada hacia Vael. Le gustó escuchar la respuesta de Lilyan, pero prefirió no intervenir. Ella no era una experta en flores y no entendía qué significaban. Al escuchar el nombre de aquella flor, lo primero que le había venido a la cabeza habían sido imágenes de muerte y destrucción, pero Lilyan había despejado sus dudas y ahora la podía mirar con otros ojos y fijarse más en sus detalles.

Cuando Katia se encontró algo mejor, respondió a sus preguntas y una mueca se formó en los labios de la Eve. - Seguimos como al principio. Así es imposible saber quiénes son - Murmuró, apretando con fuerza los dientes. 

En ese momento escuchó un extraño sonido a sus espaldas. Se volvió a mirar el cuerpo de Trevor, que acababan de dejar en un rincón, lejos de la vista de sus asesinos. Las pupilas de la joven se dilataron al ver como el cuerpo del Grovehn empezaba a recomponerse. Escuchó sus gritos de dolor, de sufrimiento, y apretó con fuerza los puños mientras un escalofrío recorría su espalda. 

Cuando Trevor volvió a estar entre ellos, le miró a los ojos y la sombra de una tenue sonrisa se perfiló en sus labios. 

- Me alegro de que hayas vuelto - . Le dijo, tras las palabras de Nessa y de Vexy. Dio media vuelta y caminó, junto a Dama, hasta uno de los bancos de piedra. Se sentó y suspiró, esperando que llegara el momento en el que todos empezarían a acusarse.

Desde el amanecer y, con este, el descubrimiento de dos nuevos cadáveres, Dam se mantuvo en silencio, reflexivo. Estuvo escuchando las apariciones de la recién llegada, la mujer era quienes las hermanas Létang habían llamado Mimi, compartían parentesco... Y Mimi quería ayudar, o eso parecía. Aún era pronto para juzgar. 

Se mantuvo cerca del cuerpo de Trevor, examinando sus heridas una y otra vez, reflexionando. Cuando el cuerpo comenzó a convulsionar y a volver en sí, el Melknhar retrocedió, confuso. Una sonrisa se dibujó en sus labios cuando los ojos de Trevor se abrieron y un suspiro de alivio se le escapó. 

- Bienvenido de vuelta-lo recibió con una palmada en el hombro, estrechándolo con suavidad.

Se dirigió entonces al grupo:

- He estado un poco absorto durante el día... ¿alguien sería tan amable de explicarme si se ha llegado a alguna conclusión clara? Estaría muy agradecido. 

Trevor respiró agitadamente, entre dientes, mientras la agonía a la que se veía sometido su cuerpo acometía sus ataques en oleadas, tensando sus extremidades y obligándolo a emitir un grito agónico para poder soportar semejante dolor. Si no se percató del momento de su muerte, éste sin duda habría sido un sufrimiento semejante. 

Con las nauseas apretando su estómago peligrosamente, notó el crepitar de sus huesos recomponiéndose, y miró al frente, desorientado, irguiéndose a pesar de las sensaciones que lo invadían, palpando y comprobando los daños reparados en su anatomía, llevándose las manos a la nuca para darse cuenta de la gravedad de la lesión que posiblemente lo había matado, y tomando el mango de su almarada con decisión para tirar de él mientras la mueca de dolor que inundaba su rostro se veía acentuada por momentos. 

Aferrándose a su compañera de lucha, respiró, notando aún aquella sensación que brotaba de su cuerpo, y que al mismo tiempo le causaba escalofríos y lo hacía sentirse más fuerte, más vivo. Entonces miró su mano y lo comprendió. Un don, como el de los hijos de Melknhar, había nacido en su alma al ser ésta renovada. El Último legado se había manifestado en él.

En silencio se observó a si mismo durante unos instantes, aún aturdido, y acto seguido miró alrededor, oyendo voces de otros, voces que no lograba aún identificar. Asintió a aquellos que le hablaban y levantó una mano, intentando frenar las preguntas y los recibimientos momentáneamente, mientras se centraba en mirar hacia un punto concreto y recomponerse mental y físicamente de aquella experiencia trascendental. 

Caminó hacia una columna y se apoyó pesadamente contra ella. Respiró hondo varias veces. Entonces algo más calmado, miró a Gabrielle y a Vexy en primer lugar- Gracias. Yo tambien me alegro de haber vuelto.- dijo, suspirando, aliviado, y acto seguido se dirigió a Marion, Lylian y Dam- Es justo que sepáis que el embustero Melknhar al que hemos mandado al otro lado consume su tiempo vertiendo acusaciones sobre vosotros. Ha intentado hacer ver culpables ante mis ojos y ante los de quien se encuentra presente en ese lugar y en este tanto a Dam, como a Lylian y a Marion Létang. A decir verdad incluso ha insinuado que tanto yo, como Vexy y Zoar tenemos intenciones oscuras y sospechosas. Afirma poder registrar nuestras "habitaciones" por las noches, cosa que sin duda no comprendo, pues todos dormimos al raso desde que hemos llegado aquí. 

Guardó su arma y se cruzó de brazos entonces, antes de proseguir- Podéis hacer con esta información lo que creáis oportuno. Yo sólo creo que es un traidor cobarde y además corto de miras. Y que lo correcto es que sepáis lo que otros intentan hacer ver en vosotros. 

Aquella extraña orgía de huesos que crujen llamo mi atención. Me giro para contemplar la estrambótica escena que era la resurrección de Trevor. Aquello hecho mi teoría al traste pues no solo las damas resucitaban en este lugar.

Una vez Trevor termina de volver a la vida le dedico media sonrisa mientras me ajusto el sombrero a modo de saludo. Escucho con atención sus palabras y al terminar de hablar.

-En pocas palabras... aquellos que no hemos reído sus gracias nos convertimos en sus sospechosos.

Escucho, asimilo, miro y atiendo todo lo que se sucede a mi alrededor, poco o nada tenía que añadir a lo que ya se había dicho, y si algo había aprendido en el poco pero intenso tiempo que llevaba aquí, si algo tenía claro era que , era mucho mejor escuchar que hablar.

Pero como no podía ser de otra manera, una nueva sorpresa nos esperaba, Trevor volvía de entre los muertos para unirse a nosotros – Bienvenido Trevor – fueron todas las palabras que le dediqué a quien volvía , ya que nada más se podía decir al respecto, escuché sus palabras con respecto a Ithan y una mueca, ni de desagrado ni de complacencia salió de mis labios, y seguí escuchando lo que se decía en rotundo silencio.