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HLdCn: El Legado de Caín - Oldland : Diarios Perdidos – I

Noche 3 - A Juego Abierto

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01/04/2016, 00:17
Director


La tarde despuntaba en rojos, abrasando el cielo... era la hora de declarar la intención de juego. Aunque parecía que todo estaba ya más que tomado y planeado.

Todas las miradas se posaban sobre Daeron que despreocupado se terminaba el cigarro mientras recogía las mangas de su camisa... todas a excepción de la del árabe, que desvió su mirada hacía la chica del lobo.

Daeron recogió sus propias cartas, y empezó a barajarlas sin perder la sonrisa... en el movimiento sesgó la piel de uno de sus dedos, y este comenzó a gotear. Llevó el dedo a sus labios y los lamió mientras varios destellos salían de sus labios...

Un pequeño gruñido corría y rechillaba entre las ruinas, como buscando espacio para llegar a tiempo, y mientras todos buscabais su portador, un hurón de cortejo oscuro y tez blanquecina correteaba hasta llegar junto a Daeron, subirse a sus prendas y alzarse junto a su hombro. El joven ruso sonrió mientras acariciaba con los dedos manchados en sangre a la bestia para luego abrir los brazos hacía vosotros y decir.- ¿Quien empieza a... - Las palabras de Daeron se frenaron al primer golpe de Olenna que con fuerza atizaba su bastón en el medio de su garganta. Los golpes continuaron, mientras el jugador cambiaba la posición de su cuerpo intentando esquivar, a la vez que el pequeño hurón se lanzaba fiero contra la mujer del bastón.

Los colmillos de aquella bestia se hundían sobre la carne de Olenna, hasta que un flecha que parecía lanzada con la fuerza de un ciclón atravesaba al pequeño roedor hasta la empuñadura del plumaje de la misma flecha obligándolo a saltar de su posición, mientras la arquera permanecía impasible con otra flecha en la otra mano... su arco descansaba en la espalda... pero en su vez, en la mano contraria, un pequeño remolino parecía formarse concéntrico dispuesto a lanzar la siguiente como así hizo en tan solo un segundo más...

La flecha por pocas alcanza al hurón si no llega a ser por las llamas que comenzaron a consumir todo el recorrido que proyectaba el roedor como en una caza al detalle... donde no importa la cantidad sino la puntería. Desde una de las ruinas... Fiona estaba sentada mientras en sus ojos brillaban las mismas lenguas de fuego que ardían sobre el suelo, hasta que harta de aquel juego, la dama ardiente extendió una de sus mano a la vez que revindicaba odio con el desprecio de su gesto... era la señal suficiente para que el fuego atrapara a su presa y comenzara a desollar su pelaje, a la vez que Daeron empezaban a gritar al sentir una de sus piernas como su propia piel se calcinaba...

Un dolor difícil de soportar, pero no tanto como el que vendría a continuación... Pues en dos movimientos bien calculados, y sin más dilación Haathee promulgó un gran barrito para después de cabalgar sobre sus cuartos traseros aprisionar con una de sus patas el cuerpo del hurón...

El sonido fue opaco, pero tras el, un aullido de dolor se promulgaba desde la garganta de Daeron,mientras las misma pierna que había sido calcinada, parecía partirse, desde varias direcciones, obligándolo a caer sobre su otra rodilla al suelo. El gesto de aquel que un día hizo del poker su modo de extorsión, se deshizo en improperios y dolor, mientras extendía una mano para empezar a lanzar cartas contra Nimay, llegando a rozar su piel.

El dolor lo hacía fallar, además de las gritos de Vyka que reaccionaban con fuerza sobre su cabeza, haciendo que sus ojos se cubrieran de sangre, además de dos hilos de la misma que empezó a brotar de su nariz...

Las manos de Daeron se aferraron al suelo, y descargas comenzaron a correr, simulando a aquel hurón antes de perecer, corriendo hasta la banshee, pero antes de que estas llegaron a pagarse, mientras que Daeron parecía adormecerse, en el suelo, a la vez que a su lado, andaba con paso tranquilo Theora, susurrando una vieja canción...

Los ojos del hijo de los Urales, se forzaban en no caer, pero algo le sacó de aquel arrullo de sueño, un fuerte pecho en el centro de su pecho, lo lanzaba varios metros hacía atrás, mientras la chica del martillo dejaba de nuevo caer su arma al suelo y lo señalaba, antes de sentenciar con odio entre dientes.- Acabad con él....

Aquellas palabras parecían sentencias firmes a cumplir... pues tan pronto salieron, Smel y su compañero Quón estaba al lado del cuerpo, y en un solo segundo las fauces del cocodrilo máscaban aquella pierna destrozada, a la vez que con agilidad la chica morena se dejaba caer con el peso de una de sus piernas sobre la cadera de Daeron y lo hacía escupir su propia sangre, mientras la agónia, lo hacía estallar de rabia...

Entre gemidos acertó a colocar sus manos sobre la bestia y desplegó una descarga consiguiendo que dejara de morder... Jadeaba sabiendo que la antesala de la muerte estaba por llegar, cuando los colmillos de Tyr laceraban su cuello, y las garras del jaguar de la oscura pantera, Nora, arañaban todo su rostro y cráneo dejando un reguero de sangre a su alrededor...

Ambas vestían volvían a sus dueñas a una llamada, como dando por terminado el trabajo... Pero el resto no pensaba igual. Los colmillos de Fyas se aferraban a un trozo de su abdomen y desparramaba su veneno de forma cruenta para luego volver junto a Sylvia y volver a enroscarse en su pecho. El veneno mataba poco a poco a Daeron, pero del mismo modo aquella misma muerte disimulaba el dolor de todas sus heridas.

Con un río de sangre entre sus labios, y con la fuerza que apenas aguantaban sus brazos... seguía sin dejar que su pecho tocara el suelo... disfrutando de aquella lente muerte sin dolor.

Hasta que sus ojos afinaron en una mirada agónica, y el silencio se hizo aullido.... mientras empezaba a aferrar sus propias manos a la piel de su cabeza, deseando morir ya... a la vez que a unos solos pasos, Raffariel, lo escudriñaba... y mordía sus labios concentrada en seguir agudizando aquel dolor...

La muerte parecía aún estar lejana a Daeron, pues aún había fuerza en su interior... pero Oliver pensó que no... Y dirigiéndose al centro, agitó su guadaña sobre el cielo, y de un solo golpe, y sesgo... la cabeza de Daeron rodó... y el cuerpo sin vida vertió la poca sangre que quedaba sobre el suelo...

El juego de la muerte había acabado y finalmente había abierto el camino seguro para restarle su final. Sobre el suelo las cuchillas de Daeron se hundían en su propia sangre, mientras la luna se asomaba curiosa para ver el resultado de aquella mesa macabra que estaba siendo Oldland al final.

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01/04/2016, 03:56
Olenna D

Los minutos antes a que el sol termine de ponerse Olenna los dedica a prepararse mentalmente. Esta vez no hay ejercicio físico previo: no cree que haya que cazar a nadie al vuelo y anticipa que serán tantos contra solamente un semidemonio que no merece la pena. Aún así está alerta por si hubiera cualquier sorpresa, como la intervención del anciano del día anterior.

Y el momento llega. Siente su sangre calentando su pecho, llamándola a la batalla. Observa a otros prepararse, incluido el chico de las cartas al que ve cortarse y lamer su propia herida. Muy incompetente, muy idiota, o ambas.

Entonces lo escucha hablar. Y lo cierto es que Olenna está harta de su voz, de sus declaraciones de guerra y paz, de sus mentiras y de sus amenazas. Así que con toda la naturalidad del mundo descarga un golpe aparentemente inesperado contra su garganta, y luego otro, y después otro más... Hasta que ella misma es sorprendida por un animal que no sabía presente. Siente los dientes del hurón hundirse en su carne, pero lo cierto es que su expresión no llega a ser de dolor. En lugar de eso busca a Fyas con la mirada —Algo vivo...— está a punto de decir mientras trata de defenderse fútilmente.

Y de repente la presión de los dientes de ese roedor cesa. Olenna observa la flecha que ha salvado su brazo y busca en Yaiza su origen. Sin embargo cuando la encuentra con el arco en la espalda y ese remolino en la mano su ceño se frunce sin comprender y decide apartarse unos pasos. Ese no es su combate. Ya no. Ese es su momento de mirar y aprender.

No le hacen falta más que unos segundos de observar al chico de las cartas para entender ahora sí de dónde venía el hurón. Olenna se revuelve incómoda ante lo antinatural que le parece aquello. Una persona, un legado. Así había sido siempre. Así debía ser. Aunque había demasiadas cosas que no eran como debían en aquella ciudad. Caídos volviendo a la vida. Muertos que podían matar...

Para cuando el combate termina las pupilas de Olenna están dilatadas. La carne de su brazo está levantada, pero con el tiempo eso no será más que otra cicatriz. Cientos pueblan su piel ya, esa no supone ningún cambio. Con los ojos fijos en ellas se acerca a Yaiza y a la niña. Su cabeza está ladeada con una mezcla de temor e interés, como si se estuviese acercando a un animal desconocido al que pretendiese llegar a tocar.

—No entiendo —expone con sinceridad, mirando a una y a otra. Su entrecejo se arruga entonces y hace un gesto con la mano, tendiéndola hacia adelante para pedir ver las de ellas y examinarlas. Repasa luego con los ojos sus rostros bien de cerca, como si fueran algo a estudiar realmente. Sus movimientos se quiebran a sí mismos hasta parecer inconexos, pero es sólo que están guiados por la curiosidad más pura—. No entiendo —repite antes de que sus ojos busquen al anciano.

—¿Tú...? —empieza, y no llega a decir más, pues se da cuenta tarde de que es una de esas cosas que no se preguntan en voz alta.

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01/04/2016, 04:32
13 Muerto - Deidre

La noche volvía a cubrirme en su manto y con ello la sangre volvía a derramarse. Esta vez me mantuve un poco más alejada, no tenía el incentivo necesario de ir tras Daeron con tanta ferocidad, tal vez porque me resultó aquel sujeto un verdadero idiota y se fue sin más, dejando la peor tarea al resto. 

Tyr por su parte, tomó su tajada en el asunto correspondiendo a mis órdenes y en cuanto terminó se dirigió a mis brazos para mantener el cálido contacto entre los dos. No miré a nadie en especial hasta finalizar la matanza, momento en el cual mis ojos lupinos se dirigen hacia el árabe y frunciendo el ceño mantengo la mirada. 

¿Quieres ver mi sangre correr? ¿Torturarme? - pronuncio dentro mío hasta que negando con mi cabeza, vuelvo a centrarme en Tyr. Estaba un poco irritada con Odland, muertos que reviven y matan, alianzas... Seguía sin comprender del todo esto, al punto de la ofuscación porque anhelaba encontrar el verdadero motivo de mi presencia en este lugar y parecía algo lejano, utópico. 

¿Qué tienes para mi Odland? -vuelvo a preguntar mientras contemplo a uno de los ángeles. Ya inundada por el silencio y la soledad de la noche.

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01/04/2016, 20:29
Smel

La lógica pesa cuando el chico de las cartas apenas puede defenderse de tanto ataque seguido. Se da una escena bastante snuff en la que Quón y yo decidimos participar desde hace más que un día. Y tan solo he saltado encima de él como sabandija indefensa que era, pero no me gustaba nada de lo que hacía o decía desde que fue señalado. Habría dejado que Quón le mascase las dos piernas en vida por mentiroso. ¿Pero el mustélido? Un hurón ¿De donde?. En fin... y quizá para siempre, espero: Bye Daeron.

- Al final murió - digo a Vyka. Y no estoy afectada... estoy mucho mas tranquila que antes - Por algún momento pensé que sabría evitar la muerte, o algo peor - o algo peor que peor, si tan llamativo se hacía ver... pero no un hurón - Si esto es una ceremonia ha de cumplirse de algún modo. Una semilla menos - Digo pues. Antes del ocaso había recibido las reseñas de Vyka y Nora, chupando todo factor que pueda ayudarme a sumar en este caótico cuento del demonio, ademas de vislumbrar a boca abierta como el señor Nói resurgió de entre los muertos... ahora presente. Hace un buen rato que comprendí lo devaluada que está la muerte en este encierro, pero no así el sufrimiento que te lleva a saborearla. - Trucos -.

Tratando de no perder atención, me alejo unos metros hasta donde se asome algún matojo de hierba para fregar mis suelas de sangre. Quón me sigue. Silencioso, mi cocodrilo me observa - No te confudias, Quón... - le admito reflexiva, sin apenas mirarlo, a lo que el pesado animal posa su cuerpo en el terreno. Me gusta creer que entiende todas mis palabras. - ¿La piedra otorga ejemplares? - pregunto al resto, dejando caer mis rodillas al piso para limpiarle un poco el morro a mi bestia. 

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01/04/2016, 21:44
15 Muerto - Raffariel

- Aún no entiendo el arrebato infantil de aquel chico, ese arrebato lo llevo a su muerte... El "jardinero" lo recordaré con gracia... Pobre, enloqueció por la presión de sus acciones.

Hablo con la nueva seriedad segura que aparece repentinamente en mi.

- Ahora necesitamos ver que hayamos acabados con todos los traidores que se empeñan en eliminarnos... Algo me da la impresión que siguen entre nosotros. Quienes puedan darnos alguna remota idea de quien más hace esto le pido que lo transmita.

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01/04/2016, 21:57
12 Muerto - Dyehuty

Ya son dos las crónicas de una muerte anunciada.

Miro cómo danza la justicia popular mientras intento escudriñar entre sus movimientos y vaivenes, su mecer y su canción. Es entonces la mujer del bastón la que parece, por primera vez desde que vinimos aquí, rota y fuera de lugar.

Es... raro.

Son mis primeras palabras. Dudo un momento por dónde comenzar, pero serán varios los que se acercarán a ver si ella está bien... pero nadie tratará dignamente el cuerpo, de modo que me acerco a la cabeza del muchacho de las cartas y la tomo. Por unos segundos me quedo mirándola, si bien no es el primer cuerpo que muevo... la sensación de tener una cabeza entre las manos consigue que algo se remueva en mi interior. Me acerco entonces hacia el resto de su cuerpo y comienzo a retirarlo unos metros para darle una postura digna tras su muerte.

Cruzo mi mirada un momento con las de las descendientes del legado de las bestias, con un gesto interrogativo, pero no digo nada, en su lugar decido que debo terminar con lo que estoy haciendo antes que se vuelva a abrir el debate sobre comer o no. Las últimas palabras de la mujer que se hace llamar Raffariel provocan que mi gesto interrogativo se extienda hacia ella, impulsado también por su nueva actitud.

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01/04/2016, 23:12
Yaiza Gray

Es mejor vivir un infierno que te pertenece 

a soñar con un cielo que no es tuyo.

Aparté el hurón de Olenna sin necesidad de usar mi arco, pues el remolino de mi mano lo propulsó con una fuerza sobrenatural. Me sentía fuerte, renovada, nueva.

Anteriormente había pensado que aquella parte, aquella mitad, estaba dormida...pero erraba, y justo lo entendí en ése momento. Desde mi vuelta todo mi ser estaba alerta, sufriendo un constante cambio personal en el que la humanidad que me reinaba, ahora comenzaba a llorar en un rincón de mi alma. Conocer la incesable maldad del mundo me afectaba.

El linchamiento cesó y ladeé la cabeza en dirección a la sangre que brotaba del fallecido cuerpo de Daeron. Mientras lo veía acariciaba las plumas de mi arma, perdida en pensamientos, tratando de asimilar lo que pasaba, con ellas: las flechas; aquello en lo que más confiaba y que me había acompañado desde pequeña. Lo único que me llevaba a la realidad, mi realidad, una base llena de recuerdos. 

De pronto noté como Olenna se acercaba.

Sacándome de mi estado la miré a los ojos con simpatía, y rompiendo el silencio le contesté - yo tampoco lo entiendo muy bien, pero la vuelta a la vida me ha hecho más fuerte...- le presté mi mano para que la examinara, aunque ésta estaba normal, común y ante todo se veía frágilmente humana - Oldland me ha otorgado un don que no poseía antes de cruzar el umbral...- callándome justo ahí le sonreí y me acerqué a su oído - el resurgir nos ayuda a todos, estoy casi segura, pues yo vine aquí sólo con mi arco.

Separándome de su rostro y volviendo a mi posición inicial, miré brevemente la vuelta de Nói pero me quedé junto a mi compañera de legado, no lo conocía, no me acercaría.

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02/04/2016, 00:45
19 Muerto - Fiona Blackwood

Cuando finalizó la ejecución Fiona permaneció observando el cadáver... aquello había resultado ser un auténtico linchamiento... la abogada no iba a llorar, el muchacho de las cartas no había jugado bien y por eso terminó de aquella manera... sin embargo había cosas que se les estaba escapando y no le gustaba.

- Demasiados cabos sueltos...- murmuró para sí con el cigarro en los labios- está claro que aún no hemos conseguido identificar a los traidores... de ser así todo esto habría terminado y no tiene pinta de ser tan sencillo...- miró a Yaiza con el interrogante reflejado en sus ojos- ¿los renacidos volvéis más fuertes o cambiados?... toma cielo- le tendió un cigarro a Raffariel mientras observaba a la arquera con curiosidad.

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02/04/2016, 03:41
21 Muerto - Vyka

La ejecución se llevó a cabo y, una vez más, Vyka hizo parte de ella. No podía no hacer caso a las irreverentes palabras de Daeron pero hubo algo que llamó especialmente su atención.

El poder de los recién regresados hizo que la Melknhar se quedara mirándoles fijamente y los analizó. Daeron tenía un hurón, Yaiza un ciclón y Theora un canto que se asemejaba a su propio poder.

- El último legado. Unos cuantos lo portaron la última vez, entre ellos Trevor - miró a Nora por un momento y luego a Yaiza -. Tras volver de la muerte, puedes regresar con otro legado más. Es uno de los regalos de Oldland que muchos vienen a buscar - dijo para luego mirar a su amiga.

- ¿A qué te refieres con ejemplares? - la verdad no lo comprendía muy bien pero luego algo hizo que cambiara el gesto, algo que realmente parecía molestar a la chica. Miró a Raffariel con el ceño fruncido y luego de vuelta a Smel - Sí que es una ceremonia y hay más que una idea remota – le dijo segura y se acercó a Nimay y a Theora poniéndose entre ellos y Deidre, mirándola desafiante y con ira en su rostro.

- Nimay, yo no permitiría que esa loba vestida de cordero se acercara a ninguno de ustedes – la miró con recelo y se interpone entre ellos.

- Esta mujer es una semilla de destrucción. Lo confesó ante algunos de nosotros, los cuales nos encontramos en un lugar paralelo a este, parecido pero no igual – miró alrededor y dijo – Ahí nos lo ha dicho a quienes estamos, con un tono altivo y cero tristezas por ese Grovehn caído – señaló a Alastor.

- Lo dijo muy claro, su misión es proteger a las semillas de la destrucción de las ejecuciones y devolver a Oldland a la oscuridad que merece – citando sus palabras e imitando su tono altivo y desafiante.

- También dijo que el poder tiene un precio, no puede proteger a una misma persona en dos ocasiones consecutivas – la miró y soltó una leve risa. – Le he tendido una pequeña trampa para hacerla hablar y esto es lo que ha dicho. Desconozco la lealtad de los demás que se encuentran allí pero no revelaré sus identidades, a menos que ellos lo hagan por sí mismos – su tono era certero.

- Siempre mostrando gentileza y fragilidad cuando un lobo es tu compañero – rió – el compañero de mi madre es un panda rojo. No hay criatura de aspecto más adorable, al igual que la cara de inocencia de mi madre, pero te aseguro que ambos son cazadores letales – cruzó sus brazos y continuó -, pero bueno, compartes esencia con un lobo, es clara tu verdadera actitud – rió y luego miró al resto.

- En ese lugar somos cuatro personas, contándome y excluyendo a Deidre, y ella mencionó que más o menos ese es el número de semillas restantes. Aunque no me fío completamente de esta información porque dice que puede haber más, es decir que ni ella lo sabe con exactitud – habló fuerte y miró a Olenna.

- Sé que hay un Rey sin Trono que, de no ser un traidor, se sentirá devastado – rió y miró a Nimay – Yo de ti me alejaría de ella. Propuso acabar con el más fuerte de los eslabones para debilitar el delgado equilibrio de este lugar – al terminar, miró a Smel y, con un poco de gozo en su mirada, le sonrió.

- La verdad es que no sé a dónde creíste que habías llegado pero al menos, gracias a ti, hemos descubierto a uno más relativamente fácil – en su rostro se dibujó una media sonrisa y se giró hacia Olenna.

- ¿Ha sucedido algo con Daeron? -.

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02/04/2016, 03:49
13 Muerto - Deidre

Y allí estaba, el precio por jugar sucio encontrando la verdadera cara de la moneda. Si que había lobos disfrazados de corderos y ésta mujer era una. - Pues... digamos que Raffariel, Vyka, Sylvia y Bethany se reúnen a cotillear... No sé quien traiciona a quien, aunque es evidente lo tonta que puedes ser al juzgar a alguien cuando te miente en la cara para que termines diciendo esto. ¿Quieres matarme? Hazlo... Si eres una asesina. - termino por decir muy segura de mi misma. No me importaba ese castigo, ni siquiera morir en manos de todos ellos o incluso de sus gritos. 

- Te encanta señalar con el dedo y que todos te hagan caso, lo hiciste con katalina... Daeron y ahora conmigo. ¿Tanto poder crees tener Vyka? ¿Tan omnipotente te crees? Una pena, tus gritos un día llegarán de la ultratumba y no seré yo la causante de ello. Como verás mis manos y mi consciencia están limpias... Ah... Y no metas a Alastor en esto, bien que sabes distorsionar la información. Felicidades. - la acuso esbozando una sonrisa, para luego tomar asiento y esperar a que todos opinen, juzguen y hagan lo necesario en mi contra. 

- Por cierto... ¿te creíste mi discurso? ¡Ilusa! jajajajaja. Era una prueba para ver que hacías y a la vista está de lo que eres capaz... - afirmo con cierta ironía en mis palabras. 

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02/04/2016, 06:49
23 Muerto - Sylvia

La muerte de Daeron me complace. No podría negarlo. Tras el ataque de Fyas, una sonrisa aparece en mi rostro, la cual sólo desaparece al ver la profunda herida del brazo de Olenna. Ella no parece preocupada. Es como yo en ese sentido: las heridas solo son nuevas cicatrices.

Estaba pensando, intentando averiguar y dar una explicación a la aparición del hurón, cuando Vyka y Deidre se ponen a discutir.

El hastío cada vez es más significativo. Fyas no se relaja, y yo jugueteo con los jirones de mi ropa entre mis manos, intentando evitar así un ataque de furia.

Dedico una mirada a Olenna y otra a Yaiza, antes de decidirme a ponerme en pie. Usando un tono autoritario, lo primero que sale de mí, es una orden.

- Silencio.

Por un momento mi cuerpo se crispa, intentando no seguir. Habría querido gritar "¡basta, basta ya!" pero me contengo. Quería ser razonable. Miro a Deidre antes de continuar.

- Has cometido ya muchos errores, loba. El primero, revelarnos a aquellas que nos reunimos. El segundo, caer en el mismo juego que Daeron e intentar defenderte sin argumentos plausibles. No voy a mentir, estoy con Vyka, pero te daré una oportunidad de explicarte. Dices que todo era un discurso para ver nuestra reacción. Bien, pues dinos. ¿A quién ibas buscando y creías haber encontrado? ¿Cuál es ese rastro que seguías? ¿Por qué en aquel lugar no has permanecido con tu manto dulce e inocente hasta estar segura de dónde estabas y con quién?

Me tomo un momento para mirar a mi alrededor, antes de seguir, localizando en el proceso el rostro de la niña.

- Theora, Nimay, si queréis mi opinión, yo tampoco me fiaría de ella. Si ya era sospechoso el hecho de que cambiara a Nimay por Alastor sin motivo aparente, más lo es su actitud en aquel lugar en el que sí, es cierto, algunas nos reunimos para intercambiar impresiones.

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02/04/2016, 12:13
12 Muerto - Dyehuty

Tras terminar me pongo en pie y vuelvo a acercarme al grueso del grupo que rápidamente encara a la compañera del lobo. Es curioso ver el fuego contra el fuego. Miro a la chica de los cabellos de fuego, ahora el centro de las acusaciones, con severidad.

En la hora más oscura de la última noche, un Júpiter sin truenos te llamo loba con piel de cordero.

Niego con un dedo mientras tomo aire.

Es hora de una historia -digo, mirando a la mujer que ha pedido que hablemos-. No es bonita, pero es real. Como os dije, consideré a Júpiter indigno de su historia, y le puse fin. Soñé entonces con la historia de su traición. Allí estaban la compañera del búho y el jugador perdedor. Allí ella habló de que tenían dos aliados más: la compañera de la serpiente y la compañera de la pantera -miro en este momento a una y a otra, mientras alzo una mano pidiendo algo de tiempo para terminar de hablar-, sabía ella que la muerte de la niña cambiaría las reglas del juego. El odio era intenso en ese sueño -miro a la más joven e inclino mi cabeza un poco más de lo habitual- y no pude contenerlo. Lamento lo que te hicimos -la miro a los ojos ahora- y agradezco lo que hiciste por mí: la traición y el sueño se han desdibujado.

Me aparto un par de pasos y dejo el tiempo necesario para respirar tres veces antes de continuar.

Pero si la compañera del búho era inteligente: mintió. Eso significaría que ambas son inocentes. Y si es más inteligente: mintió a medias. Eso significaría que nada de esta historia es relevante. Y si era idiota, que no lo creo: dijo la verdad.

Cierro un momento los ojos mientras suspiro, la historia ha sido larga y tengo la boca seca después de tanto tiempo sin encontrar nada de beber. Me humedezco los labios.

Sin embargo, me dejo guiar por lo que veo, por lo que intuyo. Júpiter se presentó digno, pero dejó de tronar... para no atraer miradas, como el traidor que era. Júpiter estaba cerca de ella -miro entonces hacia la compañera de la serpiente-. Mis disculpas, queréis que ella se explique. Bien, me encantan las buenas historias.

Sonrío, ahora sí, complacido de haber terminado de hablar.

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02/04/2016, 12:45
Olenna D

Olenna escucha, seria, las palabras de Yaiza. Lo hace mientras escruta sus ojos y su piel con expresión interrogante, y conforme ella va hablando la Grovehn asiente lentamente.

—Ahora entiendo —asegura volviendo a centrar en ella sus pupilas. No llega a hacerlo del todo con la cabeza, pero al menos las cosas parecen tener una razón. Un por qué.

—Ser más fuerte está bien. Ayuda a vivir —comenta poco a poco mientras se va habituando a ese nuevo estado del mundo en que uno puede poseer más de un legado. Entonces una media sonrisa cruza su cara—. Pero no morir ayuda más.

Tras esas palabras busca a la niña con su mirada, esperando comprobar que las cosas que Yaiza ha dicho se aplican también a ella. La observa con una curiosidad menos temerosa que antes, pero las palabras de la chica que grita la sacan de su escrutinio. Lentamente Olenna se gira para observarla y sus ojos empiezan a alternarse entre los de las dos pelirrojas presentes. Y ante su pregunta final simplemente se la devuelve con la mirada, sin llegar a formularla en voz alta.

—El de las cartas sólo ha llegado y ha dicho que bien —comenta, y aprovecha para dar más explicaciones—. Que ahora es tres legados, y será el mejor torturador del infierno, y que eso es bueno. Nadie más ha hablado. Pocos muertos dicen cosas ya. La del búho ha intentado prohibir que yo diga cosas de ella. Los demás sólo dicen tonterías. Muchos asesinos, y Roy callado como una tumba.

Acto seguido, cuando la chica del lobo se defiende Olenna la observa con escepticismo. Comienza a caminar entonces despacio, rodeándola, como un animal haría con una presa a la que está estudiando. No parece creerse demasiado, ni de sus palabras ni de su actitud. Y cuando de inmediato Sylvia se pone en pie y pide silencio Olenna la mira con interés. Pone atención a lo que dice y al final asiente lentamente. Sin embargo sus pensamientos discurren por otro lado cuando ella termina de hablar, y los expresa en voz alta sin pensárselo demasiado.

—Yo también quiero reunirme.

La verdad es que tal y como hablaban de eso parecía un encuentro entre mujeres, o algo parecido. Sin embargo algo conectó en su cabeza un instante más tarde y buscó los ojos de la que gritaba primero y de Sylvia después.

—¿Es como Oldland, pero sin ruinas? —pregunta. Mientras espera la respuesta se acerca a ella, colocándose un paso por detrás y a su lado. Lo hace para imitar la postura que ella había adoptado para ofrecerle su apoyo. Es entonces cuando empieza a oír hablar al árabe.

—No te creo —le dice en cuanto termina. No necesita pensar demasiado para no poner ningún tipo de fe en las palabras de ese hombre. Era curioso cómo había usado una forma extraña de hablar y sin embargo le había sido más fácil entenderle que a tantos otros.

—Estás mintiendo —asegura insistiendo, como si tuviera la total certeza—. Dices que Sylvia es semilla y tú no, pero antes la miraste a ella —señala, haciendo un gesto con el bastón hacia la mujer del lobo. Entonces su gesto se vuelve interrogativo—. Fuiste el único que no miró al de las cartas, y la miraste a ella.

Tras ese instante ladea la cabeza con una mezcla de precaución y curiosidad, estudiándolo.

—Antes la mirabas para matarla sin mirar al de las cartas. Ahora han dicho que ayuda a asesinos y quieres defenderla. Por qué.

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02/04/2016, 13:11
12 Muerto - Dyehuty

No.

Niego con la cabeza. Miro a la mujer del bastón y suspiro.

Creo que quizá he contado mucho y se ha mezclado. No quiero defender a la compañera del lobo, quiero escuchar su historia. Me guío por mi intuición y seguiré mirándola, al igual que seguí mirando al Júpiter sin truenos -me encojo de hombros-. Y tampoco acuso a la mujer de la serpiente, sólo repito lo que dijo la compañera del búho. Es más, si recuerdas, digo que creo que mentía, ya que sabía que la muerte de la niña lo cambiaría todo.

Me inclino levemente a modo de disculpa.

Lo lamento si mi capacidad para contar historias ha mermado... hacía mucho que no contaba algo tan... intenso.

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02/04/2016, 13:16
Nimay Radhav

Nimay y Haathee participaron en aquel combate cuando el atardecer llegó, con fuerza y contundencia, haciendo lo que sentían que debía hacerse, tal y como habían hecho con los furtivos innumerables veces antes de abandonar su hogar. Y cuando todo terminó, se apartaron y buscaron con la mirada a Theora y Wardjan, comprobando que estuvieran bien.

Después ambos observaron y escucharon en silencio. Nimay también había notado que algunos parecían manifestar más de un legado y se sintió intrigado por la explicación. Aquella ciudad no dejaba de quebrar una y otra vez lo que para él siempre habían sido firmes leyes de la naturaleza. 

Detectó la postura defensiva de Vyka delante de él y Theora y por puro instinto sus músculos y los del elefante se tensaron a su vez, aún sin saber qué sucedía. Escuchó la acusación y sus ojos viajaron hacia Deidre al mismo tiempo que su ceño se fruncía. No intervino en aquella discusión, pero sí dedicó un susurro a la niña.

—Quedaos cerca de nosotros. 

La existencia de aquel lugar del que hablaban explicaba algunos silencios, supuso. Asintió en dirección a Vyka primero y a Sylvia después. No dijo nada más por el momento. Cerca de allí Olenna y el hombre del desierto hablaban sobre las historias de él, pero Nimay quería saber qué tenía Deidre que decir a las palabras de Sylvia.

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02/04/2016, 13:33
Olenna D

La mujer presta atención a la respuesta del árabe, y por un momento se centra sólo en él, observando toda su postura y escuchando sus palabras. Su ceño se frunce un poco, pero se relaja antes de dar respuesta.

—No quieres defenderla —repite—. Pero cuentas cosas malas de Sylvia cuando la acusa, no antes. Eso que dices no ha pasado ahora. No tenías que esperar, pero no lo contaste —comenta mientras ladea la cabeza.

—Dices que la del búho podía mentir. Así si Sylvia es buena no es tu culpa, es la del búho, que mentía —enuncia antes de devolverle la negativa—. No. No tiene sentido eso, si cuando atardece miras a la del lobo. Eres el único que no atacó al de las cartas. Ahora dices eso y distraes, cuando se sabe que ayuda a los asesinos.

—No cuentas historias peor —responde a su disculpa—. Pero las historias son las verdades de detrás de las mentiras. Y esta la has contado bien. Sólo que no es la historia que querías contar. Pero es buena historia. No para ti, pero buena.

En ese momento se queda callada un instante antes de encogerse de hombros. Sus ojos dejan de estar fijos en el hombre para posarse en la chica del lobo una vez más.

—Algo bueno —enuncia, como si estuviera ofreciéndole una buena noticia. Ahora que en la cabeza de Olenna las dudas se han disipado ya no habla al hombre de forma acusadora, sino tratando la verdad de su condición como un detalle más, como si eso no le hiciera diferente—. No sé cuál es tu trabajo —asegura aún hablándole a él antes de señalarla con el bastón y la sonrisa—, pero lo haces mejor que ella.

Después, al igual que tantos otros, se queda esperando la respuesta de la mujer que parece ser ahora el centro de atención.

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02/04/2016, 13:53
13 Muerto - Deidre

Como era de esperar comenzaron a increparme,  lo sabia perfectamente y ahora querían meterme en la horca a todo precio. ¿Quiénes en verdad era los lobos disfrazados de cordero? Ahí estaban, delante mio. 

- Vamos por partes y antes de que metan más cosas en su discurso aclararé todo. Lo primero es que nunca cambié a Nimay por Alastor,  si quieren agarrarse de eso para matarme es porque lo que tienen en manos no es lo suficientemente loable como para que todos crean en sus palabras. Con Nimay he compartido el mismo sentimiento de querer proteger a Theora,  en él remueve cosas de su pasado sobre su hija,  en mi caso,  es sobre mi infancia. - explico claramente, no estaba nerviosa ni nada por el estilo. 

- El rastro que seguía era el tuyo Sylvia,  me parecía muy extraña tu actitud ya que de estar prácticamente siendo la sombra de Olenna, de repente te aíslas. He estado todo este tiempo observando,  analizando e intentando ordenar todo esto. Yaiza fue la que me iluminó con su respuesta,  al decir que primero hay que saber de que bando estoy. ¿Que mejor fingir ser algo para atraer lo que en verdad son uds? Te seguí hasta dar en aquel lugar y encontrarme con uds,  porté una actitud diferente porque no sabía con lo que me iba a encontrar. Era mi jugada,  descubrirlas. - hago una pausa deteniendo la mirada en cada una y prosigo. - Por ejemplo,  Raffariel ni siquiera confía en ellas,  Vyka es la que lidera y te seduce haciéndose la buena para que sueltes todo lo que sabes y clavarte un puñal por la espalda. Ahora,  ellas se reúnen, planean y ni siquiera existe en uds el beneficio de la duda.  ¿Verdad? ¿Como puede no resultarles sospechoso lo que están haciendo? A su vez,  la sospechosa soy yo por inventar un plan y descubrir lo que están haciendo...  Ellas distorsionan los hechos,  agregan cosas y la verdad es otra pero para uds esta bien es creíble. - ahora Incorporándome camino cerca del ángel y le dedico una mirada. 

- Si en verdad fuera una semilla como uds creen y tuviera el don que dije que tenía. ¿Creen que me arriesgaría tanto en contarle al mundo sobre ello? A sabiendas que aquí te sonríen y te clavan el puñal por la espalda. Una cosa,  no crean en mi porque tampoco soy como Daeron pero tampoco se fien en una grupo de mujeres capaz de manipularte y luego darte un puñal. Me remito a los hechos... - termino por decir,  mientras asiento a lo que dice el árabe.

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02/04/2016, 14:46
18 Muerto - Nói Cách Doc

Nói regreso con alguien mas, un erizo negro, justo para presenciar la muerte de usuario de cartas quien también portaba a un compañero. Esto le confirmo lo que contaban otros, el semidemonio que muere en Oldland, a su regreso, portara el don de los tres legados. Fue entonces que se pregunto cuando aparecería su arma. Pero por el momento simplemente quedaría mirando a su amada, bajo la visera de su gorra, mientras daba apoyo a su animal para subirse a él, pues sus cortas patas le hacían mucho mas lento que aquel oriental.

Tras lo que le pareció una eternidad, cerro lo ojos y apareció en la otra punta del cónclave, sentado en una roca ligeramente elevada, liándose un cigarro, callado y escuchando. Al parecer aun tenían mucho que decir, sin duda el poco tiempo que estuvo muerto, habían pasado tantas cosas que debía comprender y asimilar.

-Un grupo aparte en otro lugar... son mas de tres, sí, tiene sentido, el tercer bando debe de estar formandose... dos aliados de las semillas; que presupongo que hablan de quienes desean abrir las puertas del infierno, Puedo creer el de una de ellas, el otro suena extraño.-Elevo aquel compañero hasta su gorra, para que hincara sus uñas en ella y quedara sujeto y a salvo.

Encendió su cigarro, mientras se distraía por un instante mirando las palmas de sus manos.
-No se siente diferente, ser de un cuarto legado, esperaba más...

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02/04/2016, 20:43
Smel

En principio escucho como se explican algunos dotes al alza sin levantar la vista, pero cuando Vyka pregunta sobre mi propia cuestión elevo mi atención – – subo ambos mofletes y me aúpo del suelo. Fue una pregunta incompleta – Me refería a ejemplares animales. Pero ahora hay más que mestizos, ya veo. - Algo me dice que tendría que salir mas de casa – Pienso, pues crecen los aspectos cripticos. Y así pues, diviso como ella toma discurso poniéndose entre Nimay/Theora y Deidre. Observo con atención su nueva cruzada y cruzo un brazo sosteniendo mi hombro. Soy todo oídos para, en definitiva... ver como mi compañera inculpa a la otra pelirroja, quien a su vez también replica nombrando a las chicas del mencionado lugar de anexión. ¡Pero que fuerte!

Lo que dice Vyka me suena a que he sido, quizá... torpemente útil. Pero ¿yo? se hablan de muchas cosas, ciertamente. – Yo no sé a donde esperaba (o espero) llegar - ni lo que me espera - Pero me alegro de haberme topado contigo. Ahora mismo estaba sin norte – admito, muy perdida. Con lo cual me alegra el nuevo arranque de mi compañera. Le dedico otra animosa sonrisa... y una mirada llena de dudas hacia Deidre.

Algunos intervienen, otros solo escuchan... y yo, entre comentarios, me quedo en un insignificante detalle del hombre del desierto - No estoy segura y si me equivoco no pasa nada porque es una chorrada – entre mentiras, trampas y muerte - Pero creo que Alastor había dicho cordera con piel de lobo. Por Tyr pensé... y el halo de armonía que se traían entre ambos – Amor no correspondido, o tan solo atracción... que sé yo. La verdad es que no tengo nada mejor que decir, así que seguiré curioseando cuanto pueda.