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HLdCn: El Legado de Caín - Oldland : Diarios Perdidos – I

Noche 4 - Huesos Rotos

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08/04/2016, 12:53
Director


El destino parecía marcado y mientras las miradas se debatían por quien debía de empezar,  el árabe parecía saber que aquel sería su día, y jugaba con el filo de su cimitarra abanicando el aire... Su mirada iba y venía, centrando el odio entre el espacio de tierra donde la mujer y su lobo esperaban con paciencia.

El albor rojo empezaba a despuntar, cuando todo se volvía a iniciar. La primera en decidirse fue Raffariel, la cuál mientras rascaba su pelo desde atrás, cambiaba la postura de su cabeza, como en pequeños espasmos que la obligaban a mirar hacía otro lado, pero finalmente fijo su mirada, y fue entonces cuando Dyehutí, asió con fuerza su cabeza, arrancando aquel sudario que cubría su pelo, dejando al viento su pelo moreno, mientras en su gesto se prendía la agonía y el dolor.

Los gritos parecía incrustarse en su propia piel, desgarrando su propio cerebro y arañando su existencia... había que poner fin a aquello... Y sin saber que hacer esgrimió su arma y de un diestro movimiento lanzó el filo de su cimitarra al viento, esperando callar aquel dolor de su interior. 

La mirada de Raffariel cesó mientras seguía el filo de aquella espada curva, y fue entonces, sin saber como, un chasquido metálico os hizo daros cuenta de un nuevo arma que se presentaba entre los demás... Pues el filo de la cimitarra chocaba de lleno contra un enorme escudo de metal, que mantenía con destreza Theora, cubriéndose completamente con él... y desviando el ataque. 

La pequeña jadeaba ante el esfuerzo que había supuesto mantener aquella mole de acero ante sí, e incluso se preguntaba como había llegado, ella solo había cerrado los ojos y había esperado esquivar aquel arma, que se dirigía contra su dirección. Abrió los ojos y comprobó que todo parecía callado y acto seguido... desdibujando unas lineas que formaban un griso en el arma, surgío la cabeza de Wardjan y trás ella su cuerpo que empezó a correr en dirección al árabe con los dientes sedientos de venganza.

Dyehuty, se alzó y crujió sus dedos, al ver aquella escena con el escudo y el perro... estaba lejos de su arma, pero como cualquier Grovehn, su propio cuerpo era un arma más. Abrió sus piernas, y flexionó sus rodillas, manteniendo una postura de ataque... esperando el embiste del animal.

Pero este no llegó... hasta que las fauces del can, llegaron varias flechas, que surcaban el cielo... silbidos que rompían el propio aire, y se clavaban en torno a la espalda del hombre del desierto; de sus piernas, y de su espalda, cayendo justo en aquellos puntos que lo dejaban herido entre un gesto de odio, al mirar a la arquera, que miraba desde lejos. Ya no quedaban flechas en su carcaj... y parecía que Dyehuty se había percatado de ello, pues arrancó una de las flechas que atravesaba su rodilla, y mientras mordía su propio labio hasta sangrar... lanzaba con furia la flecha hacía su dueña, esperando acertarle con la fuerza de su brazo... pero algo paso en el trayecto que hizo la flecha.

En el mismo aire, según seguía su trayectoria, la flecha parecía crecer... y tras un momento, allí donde había una flecha sobrevolaba la figura de un ave, que con alas bien curvadas, alzaba el vuelo, evitando a Yaiza, endulzando el aire con aquel plumaje grisaceo, roto por una mancha blanca en su pecho, como crespón... Aquel ave dibujo un circulo sobre la arquera y después de un vuelo sinuoso, se dejó posar grácilmente sobre Yaiza, demostrando ante los ojos de esta, la elegancia de un Vencejo Real.

Aquel momento había servido para demostrar de nuevo el poder del último legado, pero tambíen para que Dyehuty, recuperara su arma, dispuesto a volver a luchar, mientras rompía los cuerpos de las flechas, para facilitar sus movimientos... Sus manos se presentaban frente a sí, dispuesto a demostrar su artes de guardia del desierto... pero entonces un amargo sabor en su boca lo obligo a escupir.

De sus propios labios, caía un hilo de sangre y hiel, mientras sentía como miles de agujas clavandose dentro de sí, como si algo se empezara a romper. Como su propia carne cedía debajo de él... El dolor le contraía el rostro en un espasmo de dolor, pero se obligó a mirar hacía un lado, para ver quien desataba aquel poder.... y antes de que sus ojos rompieran en hilos de sangre, logró ver a Vyka, que estaba vez movía sus labios en silencio, en un murmullo casi inaudible, mientras peinaba su pelo y lo miraba con rabia sin más...

Todo parecía perdido, y entonces en medio de aquel mundo ciego que ahora se presentaba, sintió un gran golpe en el pecho que le hizo toser, y vomitar aquella sangre que se acumulaba dentro de él... Olenna se alejaba tras haber desplegado aquel golpe, mientras se limpiaba, la sangre que los labios del árabe le había propinado como lluvia.

Se apoyó en el filo de su cimitarra para tomar aliento, mientras jadeaba entre hilos de sangre. Y fue entonces como sintió un frío marcado a fuego que sesgaba sus piernas desde atrás... Un movimiento de Oliver con su guadaña y los tendones se abrían, y obligaban el cuerpo de Dyehuty a caer.

El dolor de la carne abierta, y la tortura que sentía dentro de su ser, alzó una voz del árabe que parecía pedir la muerte, sin más destino que aquel que escoge el guerrero que se siente derrotado.

 

Las manos del árabe intentaban alzar su torso, para aceptar una muerte con dignidad, pero las heridas y el dolor lo obligaban a caer. Y mientras caía una y otra vez, entre su propia sangre, unos pasos se acercaban con lentitud, sin importar que cada segundo fuera una agonía más....

Una sonrisa nacía en los labios de Bethanny, y tras ella mueca de asco que promulgó antes de levantar con un grito su martillo y dejarlo caer sobre el cráneo del hombre del desierto una sola vez...

El cráneo de Dyehuty, se hundía sin remedio entre el suelo, y el martillo... La chica Grovehn apoyó sus zapatillas sobre los hombros del ya difunto, y se esforzó en varios tirones de sacar su arma de aquel masijo de huesos...

Tras un último impulso lo logró regando el suelo de esquirlas de huesos rotas, mientras su martillo dejaba un sendero de sangre, que se promulgaba con el frío de aquella tarde antes del anochecer.

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08/04/2016, 20:32
Olenna D

En cuanto llega el atardecer Olenna siente su sangre cabalgando en sus venas, ansiosa y casi feral. Sin embargo la contiene por algunos segundos, mirando a unos y otros, y se sorprende al ver que es el árabe el ajusticiado. Quizá son muchas más las dudas que hay sobre él que las que ella pensaba. Y es que el hombre ha jugado realmente mal sus cartas.

En esta ocasión no hay persecución, ni tampoco se divierte con el que pronto habitará en su cabeza. En lugar de eso da un golpe fuerte y contundente, más como un símbolo que como cualquier otra cosa. Y cuando llega el momento en que la Grovehn del martillo revienta el cráneo del árabe ella simplemente observa, desviando sus ojos luego hacia las esquirlas de hueso que riegan el suelo.

Guarda silencio entonces, jadeante, sintiendo cómo su sangre vuelve a latir con normalidad. Luego repasa a los presentes. Cada vez son menos.

—Mentía —dice, claramente sorprendida por la muerte del beduino. Sus ojos revelan una ligera confusión, sin entender por qué el hombre había dicho que sobreviviría si no era cierto. Finalmente sólo encuentra una explicación posible—. ¿Creía que por decir eso se salvaría? —pregunta mientras se acerca al cuerpo lentamente. Lo observa un par de segundos desde arriba antes de asentir. Luego comienza a caminar, estirando las piernas tras la batalla en la que había participado de manera escasa. Se detiene junto a Yaiza y la niña y las observa por un instante.

—Tres de tres —enuncia con aparente orgullo—. Es más que dos de tres, y mucho más que uno de tres. Cuidadlos. —En ese momento habla sólo a la cría—. Ahora sí me han llevado. Es raro. La piedra es rara.

Y con esas palabras vuelve a andar, dirigiéndose  de nuevo hacia la linde. La Grovehn parece a punto de empezar una de sus rondas cuando desde allí habla directamente a la mujer de fuego.

—Perdón —enuncia con contención, aún sabiendo que haber retirado su mirada no habría cambiado nada—. Tenía que sobrevivir, pero también era mentira.

Guarda entonces un momento de silencio, reflexionando, y comienza a caminar mientras sigue con su rutina. Algún día escapará de allí. Ya lleva cuatro más de los que esperaba estar, es sólo cuestión de tiempo. Eso, o morirá antes. La mujer hace el recorrido completo una vez, y está empezando la segunda cuando vuelve a hablar, y lo hace mirando a la chica del lobo.

—Consejo —enuncia, aclarando qué es lo que tiene para ella. Pasa a hablarle entonces como en más de una ocasión ha hablado a la niña, como si de verdad tuviera algo que aportarle—. Viva mejor que muerta. Si no has encontrado lo que buscas, busca más. Para morir hay tiempo. —Luego sigue hablando sin mirarla directamente—. Has participado en dos atardeceres. Este la has mirado a ella —enuncia sin señalar a quién, pues por todos es sabido— porque te acusa. Mala idea. En una pelea de dos, una acaba muerta, y puede ser cualquiera. Luchaste contra la mujer globo. Luchaste contra el de las cartas. Sigue luchando contra las semillas, y no lucharemos contra ti. Yo no. —En ese momento sí detiene sus pasos un instante para mirarla—. Ayuda a encontrarlas. Ayuda más, llora menos. Habrá tiempo para llorar, pero no para buscar. Porque el atardecer que no conozcan semillas asesinas, muchos irán por ti. Y la muerte es más fría que la vida.

Notas de juego

Editado para añadir los dos últimos párrafos.

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09/04/2016, 05:01
13 Muerto - Deidre

Esta vez estaba ajena a todo, presencie la muerte del árabe desde la poca lejanía que el reducido espacio podía brindarme. Esa batalla no era mía y prefería no dejarme arrastrar por aquel espíritu de destrucción, tan letal como abrumadora porque necesitaba analizar a los actores principales de la escena y sacar mis conclusiones. 

Aguardaba silencio, Tyr se encontraba a mi lado sobre mi regazo y sólo cuando Olenna se dirigió a mi, fue cuando alzó las orejas para escucharla con atención él también. Confiaba en ella por sus capacidades, lo sincera y frontal que podía ser pero también por sus consejos, gracias a ello pude escucharla con atención y asentí a sus palabras mirándola a los ojos. 

- Una semilla menos... ¿El bastón llegará hasta las llamas de un intenso fuego? - pregunto esbozando una media sonrisa, ella captaría la adivinanza porque en la respuesta, no sólo confirmaba la postura de Theora sino que el rastro me guiaba hacia ella o hacia otra persona que aún no revelaré el nombre.

Tal vez, con su don podía comprobar la veracidad de mis palabras y también, confirmar mi sospecha porque ambos me observaron, querían matarme pero no me había enfrentado abiertamente a ellos como con Vyka. Era su amenaza y sin dudas mi muerte eliminaría cualquier mirada sospechosa hacia los implicados. 

- Ayudaré porque creo en ti y te doy la razón, llorar no sirve pero buscar... Si ayuda. Al menos puedo asegurarte que se me da bien hacerlo. - respondo a su consejo con absoluta sinceridad. 

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09/04/2016, 05:16
21 Muerto - Vyka

El nuevo linchamiento llegó y fue el único momento en que Vyka abandonó el lado de Smel. La lucha fue sangrienta como era de esperarse, pero aquello que sucedió con ella era algo que no esperaba. Sus ojos se abrieron de par en par al ver lo que había hecho. Si duda, era algo que nunca había hecho, tal vez ni ella había terminado de descubrir los límites de su propia habilidad. Su padre le había hablado de ello alguna vez y cómo, a medida que pasaban los años, el control sobre su poder sobrepasaba sus propio límites. Tal vez era Oldland o tal vez eran las constantes batallas, las cuales hacían que se estuviera volviendo fuerte.

Miró a aquellos que recibieron su tercer legado con algo de curiosidad. Sin duda, el Último Legado era algo curioso y caprichoso, además que nunca se esperaría algo así. No había sabido de nadie que recibiera los tres legados con una muerte. Tal vez Oldland también se hacía más fuerte tras cada reunión.

Vyka se acercó a Smel nuevamente y luego miró a Deidre tras recordar lo que había dicho sobre ella.

- Quiero aclararte varias cosas. Primero, no estabas actuando y eso lo sabes tan bien como yo. Segundo, si yo no fuera de fiar, ¿Crees que hubiera hablado? ¿Por qué no guardaría el secreto si de verdad tuviera un interés personal? Tu mentira es tan débil como tu independencia del sexo masculino - paró por un momento para continuar.

- Tercero, no me ofendí en absoluto con tu actuación, solo que es más que obvio de qué lado estás. Si ahora harás caso a lo dicho por Olenna, de acuerdo. Si no, tenlo por seguro que serás tú la que caerá. Cuarto, ignorarme constantemente y tratar de inculparme de cualquier manera solo sigue mostrando tu culpabilidad. Quinto, no sé de qué hablas. Yo no me ofendí con Sylvia, ni siquiera sé por qué lo dices. Tal vez solo sea para convencer a la pequeña niña que tú serás su madre sustituta y que no eres mala. Sexto, cuestiono a la Grovehn porque parece pasar de alto lo que decimos todos. Incluso el Grovehn de la guadaña le habló aquí y no le hizo caso. Se le hicieron preguntas y no contestó y además me llamó mentirosa por decir lo que podría ser un número aproximado de las semillas restantes. lo cual aún no comprendo. Séptimo, el hecho de creerte me parece increíble. Octavo, no fui yo quien señaló a Raffariel en primer lugar, fue Sylvia. Yo solo apoyé su posición al decir que lo había considerado igualmente. Eso es todo - le dijo con una mirada feroz.

- Y noveno - hizo una pausa - Yo, en ningún momento, acusé a la niña de absolutamente nada. De hecho, no entiendo de dónde ha sacado tantas ideas podridas una cabeza que parece solo cargar un cabello rojizo. Tal vez le ha aprendido a su supuestamente amado Alastor. En el único momento en que mencionamos a Theora, ni siquiera había llegado a pavonearse frente a nosotros, sino que le pregunté a Sylvia por qué la pequeña había atacado a Aisha y si sabían el motivo. Yo no lo sabía - dijo apretando los puños -. Así que, yo protegí a Theora en un par de ocasiones y tú tratas de venderle la idea de ser su madre, pero yo nunca le he mentido para que me quiera. No intento ponerla de mi lado para que no me miren. De hecho, la intenté proteger de ti, al igual que Nimay - en ese instante miró a Theora y luego volvió su mirada a la pelirroja -. Me sorprende que se le acerque tan fácilmente, sí. Yo de niña era más reservada, pero esa era yo. Tal vez ella se siente demasiado sola aquí y, así sea de una semilla confirmada, prefiere sentir compañía ahora que Nimay... - se detuvo. No era capaz de decirlo porque recordaba esa mañana. Smel había aparecido muerta junto con Nimay. Ambos comfiaron en ella, ambos le agradaban aunque su unión era más fuerte con Smel.

Sus ojos se llenaron de lágrimas pero solo dejó que una cayera para decir finalmente mirando a Deidre - Te sugiero que dejes de mentir y tratar de verte como inocente. Se dice que la mentira es el arte de la mujer, pero esa parte puede que te haya sido negada al convertirte en una semidemonio - tras decir esto, se agachó para tomar la mano de Smel. No quería dejar su lado. Le hubiera gustado poder mostrarle a Smel su nueva habilidad pero sus ojos habían sido cegados por una de esas semillas de destrucción.

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09/04/2016, 06:32
24 Muerto - Sarghagas

Contemplé la escena atónito. La agresividad mostrada por algunos de los asistentes era incuestionable. Nada quedaba del árabe, solo fragmentos de hueso y piel. 

Supuse que después de aquel espectáculo, nadie pondría objeción de querer alimentar a mis ratas con la sangre de aquel traidor, ¿o no lo era? Estaba dispuesto a descubrirlo y pregonarlo.

Con un leve susurro, decenas de mis roedoras se adelantaron, moviéndose rápida y frenéticamente hasta donde se encontraba la mayor parte de lo que había quedado del beduino. Se movían en manada, cerca una de las otras, regocijándose del festín que iban a realizar. Comenzaron a lamer, morder y roer, en ese orden. 

Tras darles libertad, para que se alimentaran a sus anchas, volví a susurrar un sonido imperceptible para el oído. Al instante, una rata se quedo paralizada y de manera hipnótica, se dirigió hasta donde yo me encontraba, trepando por mi cuerpo hasta que se posó en mi hombro. Acercó su pequeña y mugrienta boca a mi oreja y profirió un sonido agudo.

-En breves sabremos si Dyehuty era una semilla o hemos errado en nuestro enjuiciamiento...

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09/04/2016, 11:33
Olenna D

Con la atención en esa vuelta de comprobación Olenna escucha las palabras de la chica del lobo, y las deja en el suelo de su mente para responder en cuanto termine. Sus pasos son lentos y su comprobación metódica, y para cuando acaba mira a todos durante un instante.

—El bastón llegará adonde tenga que llegar —enuncia entonces con seguridad—. Si la mujer de fuego es asesina, llegará. ¿Lo es? —Se encoge de hombros—. Yo no creo. Pero antes tampoco creía de él —afirma haciendo un gesto hacia el árabe. Entonces se pone más seria—. Pero si insinúas de ella, que no sea porque te ha mirado, que sea por más. Eso sólo es cambiar a la que grita por otra.

Con esas palabras continúa sus pasos, acercándose a los sellos apagados y esperando que uno de ellos cambie. Los observa largamente, uno a uno, mientras las palabras de la chica que grita van desgranándose en sus oídos.

—Dices muchos números —observa entonces, como si eso fuera lo más señalable de su discurso. Entonces guarda silencio un instante antes de proseguir—. ¿Puede proteger a los que asesinan? —Se encoge de hombros—. Que proteja. Si es como hasta ahora, bien. Pero si el enfado te enciende es peor para ti. La del cocodrilo ha muerto. Dices que ella no la ha matado, que ella sólo protege. Busca al asesino de tu amiga. Ve a por ella cuando no lo tengas. Sobrevivid las dos, y arreglad las cosas luego aunque sea con muerte. Pero ahora es pérdida de tiempo —expone, intentando poner las cosas de manera práctica.

Acto seguido, cuando ve lo que el hombre alimaña pretende hacer, permanece observando. Desvía sus ojos un instante hacia el panda, comprobando que ninguna de las ratas se acerque a ese animal, y luego mira de nuevo el cuerpo del árabe. Entonces sus ojos buscan a los de la mujer más mayor del grupo.

—¿De quién dice el fuego?

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09/04/2016, 14:44
17 Muerto - Oliver Swamp

Luego de la muerte del árabe, miro su cuerpo solo con el convencimiento de que cada vez que Olenna y Theora han acusado a alguien, al parecer han sido semillas.

Sin embargo, el hombre rata no aprende y trata de alimentar a sus compañeras con el cuerpo del oriental:

- hey!- le llamé la atención- te dijimos que nada de comerse los cuerpos!... que no lo entiendes?- me puse en aire serio- hemos cambiado eso?- termino preguntándole al grupo.

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09/04/2016, 21:11
25 Muerto - Bethanny Andersen

Miré mi martillo tras haber acabado con el árabe. Parecía más ligero, como si se hubiera quitado una carga de encima tras acabar la supuesta semilla de destrucción. El día anterior había rechazado darle el golpe final al "botánico-jardinero", pero ahora no se contuvo, guió mi mano más que yo guiarlo a él para dar el golpe fatídico. ¿Era porque se sentía traicionado? ¿O ayer se sentía que no se merecía tal honor? En cualquier caso, parecía que mi martillo iba a descansar mejor que yo misma esta noche.

Si mañana nos despertamos con vida - dije mirando a Oliver -, os explicaré nuestra historia. Nuestro odio. Hasta donde me permite hablar, pues no estoy segura si el sólo hecho de sobrevivir será suficiente para contarlo todo - dije, levantando en alto mi martillo.

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09/04/2016, 21:47
Yaiza Gray

Con la masacre del árabe descubrí un nuevo lazo: el que tenía con aquel Vencejo real. Era una conexión claramente Eve. Cuando vi el vuelo del ave, - salvándome del reenvío de la flecha -, no pude evitar sorprenderme. Fue un sentimiento que viró al afecto nada más lo contemplé volar haciendo un círculo a mi alrededor. De pronto, un cariño muy similar al que le tenía a mis flechas, me perforó el corazón nada más notar sus patas posándose en mi cuerpo. Me brillaron los ojos y rocé sus plumas con el dorso de mi dedo índice. Le dí la bienvenida a mi nuevo camarada.

Cuando Dyehuty terminó de exhalar su último aliento, me fijé en Olenna, que fue la primera en hablar.

Tres de tres, me dijo. Respondí asintiendo con la cabeza y pasándole con los ojos la misma sensación de orgullo que ella poseía en los suyos.

Sin hablar nada al principio, - pues me dediqué a fijarme en mi nuevo compañero - , terminé por atender a la conversación de las dos pelirrojas. Seguía sin ver claro porqué nada más que acusaban, pues Deidre dejó caer su enfoque en Fiona, sin fundamentos a la vista, sin pruebas, sin nada. A mi parecer aquello era sólo por causar incertidumbre. Me dirigí a Olenna - no confío en las acusaciones sin sentido, sólo en las de mis instintos...te aconsejo que hagas lo mismo - musité.

Luego, en cuanto escuché la negación de Oliver a dejar que las ratas de Sarghagas probaran la carne del árabe, me alejé de la Grovehn para interponerme en el conflicto - déjalo, en cuanto diga lo que tenga que decir, le pediremos que pare - le comenté al hombre de la guadaña mientras miraba al de las ratas con paciencia e intriga.

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09/04/2016, 23:03
Director

La noche estaba a punto de cubrirse, y teñir el cielo de un intenso añil, pero no importaba aquella oscuridad, pues bajo vuestros pues, una nueva luz, alumbraba de nuevo... con intensidad.

Un nuevo trazo en aquel sello, un nuevo paso en aquella vieja historia...

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10/04/2016, 15:26
Olenna D

Aún pendiente de la respuesta de la gente a la que había hablado, Olenna escucha cómo el negro interpela al hombre alimaña y observa la situación, atenta. Sin embargo no interviene: mientras respete al panda, tal y como ella había exigido, todo está bien. Acto seguido oye a la chica del martillo y ladea la cabeza, ahora más interesada en esa historia. Sin embargo no insiste, ni mucho menos. Ella ya ha dado un plazo: ahora sólo queda esperar.

Es entonces cuando comienza a caminar de nuevo entre la piedra observando las luces, ligeramente inquieta. La cercanía de la noche implicaba peligro, y el silencio que casi todos guardaban no le aportaba tranquilidad. Sin embargo ni su piel ni sus pasos parecían los de alguien asustado.

Al recibir las palabras de Yaiza la Grovehn asiente despacio.

—Eso hago —responde de manera escueta. Parece a punto de decir algo más, pero la aparición de una nueva luz la interrumpe. Se dirige entonces allí con resolución, y tras tenderse al lado de la piedra pone su oído contra el suelo, escuchándola.

Cuando se siente satisfecha vuelve a recogerse, quedando de rodillas, y desde allí mira a la chica del lobo.

—Dice que no dejes que la añoranza te detenga —le dice—. Que si la ciudad le quiere muerto, muerto está bien, pero tú no. Que ayudes.

Entonces guarda un momento de silencio, pensativa.

—El árabe dice tonterías —expone entonces antes de mirar a Sylvia—. Habla de ti, pero no creo nada.

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10/04/2016, 21:20
15 Muerto - Raffariel

El árabe pagó por sus palabras, pero todo parece muy fácil. Alguien dice algo que a más de alguno no le parece y listo... Está muerto. Aguardo unos segundos. - Voy a quedarme a la espera de lo que diga Sarghagas esperando que hayamos actuado de manera correcta. Me gustaría que tuvieramos alguien con el poder de ver dentro de los demás para así averiguar con más certeza y no equivocarnos.

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10/04/2016, 23:38
17 Muerto - Oliver Swamp

Escucho la palabras de Yaiza pidiendome que dejara al hombre rata alimentar a sus hermanas, asentí con la cabeza pero no con gusto.

- esta bién..- dije mientras observé que solo hiciera lo justo y necesario.

luego de unos momentos, también caí en que la noche se aproximaba:

- maldición, otra vez...- dije mientras miraba la oscuridad como nos empezaba a envolver.

 

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10/04/2016, 23:49
23 Muerto - Sylvia

Otro nombre se iluminaba. Un día más, y esta vez sí que la ejecución me sorprende. Yo no sospechaba del árabe. Más aún me sorprenden las palabras de Olenna.

- Déjale que hable. No tiene nada que decir. Si hubiera algo que decir sobre mí, según él, ya lo habría hecho la mujer del buho, ya que fue ella quien le habló de mí al árabe, ¿no?

A pesar de mi indiferencia, le hago una señal de agradecimiento a Olenna.

Después la observo dándole el mensaje, deduzco que de Alastor, y me conmueve. Y al comenzar a confiar en ella puede dar la sensación de que inclino la balanza hacia Vyka, pero no es así. Cada vez estoy más convencida de que ambas se equivocan.

- Debéis dejarlo ya. - Les digo mirando a ambas. - Aquí y en privado. No ayudáis con vuestras rencillas.

Termino por mirar al hombre rata, mientras le hago una seña a Fyas.

- Engorda a tus ratas con los cuerpos caídos, y más saciada quedará mi serpiente. Es la última vez que te lo advierto.

Le hago una seña de conformidad a Oliver. Parece que es de los pocos que aún conservan un poco de cordura y principios en aquella conversación. Cosa que Yaiza comienza a perder, por lo visto.

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10/04/2016, 23:57
13 Muerto - Deidre

- No...  No es por el hecho de que me haya mirado, es una sospecha luego de seguir los rastros. Solo dos semillas quedan y he sacado mis conclusiones. Hasta ahora no me equivoqué pero la cuestión es creer o no. -respondo a Olenna a su cuestionamiento, incluso a sabiendas de que vendrían por mi si continuaba ayudando. 

Aún permanecía debajo del ángel haciendo caso omiso a Vyka,  se tornaba cansina con lo mismo. Ya no entraría en su saco porque había dado mi palabra,  quería meterse con la relación de Theora que tengo, con Alastor y cualquier excusa era perfecta pero no. Me mantendría ajena a ello. 

- Gracias,  soy consciente de que me quiere aquí. Siempre me demostró eso pero mi tiempo está contado. -  termino por decir,  abrazando a Tyr mientras espero cubrirme con el manto de la noche. Muchas respuestas,  algunas sorpresas y otras verdades dolorosas llevaba conmigo, sin dudas era muy tarde para abrir la caja de Pandora.

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11/04/2016, 01:19
19 Muerto - Fiona Blackwood

Cuando el linchamiento se celebró a Fiona no le quedó más remedio que asistir al espectáculo, se sentía realmente molesta por haberle privado de tener la oportunidad de que el fuego le hablase sobre el árabe.

- Me temo que no voy a poder contaros nada sobre Dyehuty... ¿tanto trabajo costaba esperar un poco y ajusticiar a Dreide?- dijo visiblemente molesta- el fuego no puede contarme nada sobre los muertos sino sobre los vivos- añadió a modo aclaratorio- sin embargo...- sacó un cigarrillo y miró a Dreide- me temo que tu tiempo, como has dicho... está contado... semilla- la acusó abiertamente con los dedos en los que sostenía el humeante cigarrillo.

- El fuego me ha contado muchas cosas sobre tí... me ha hablado de tu traición, de que querías entregar un mensaje oscuro a alguien... que proteges a los tuyos y que estás hechizada... eres toda una mala hierba que debe ser herradicada cuanto antes... ¿Has entregado el mensaje? no pienso parar hasta averiguar quienes sois todas las malas hierbas- concluyó sonriendo- ahorremos esfuerzos y terminemos el juego... simplemente todos podeís morir... te recomiendo que hables, querida.

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11/04/2016, 01:48
21 Muerto - Vyka

Vio cómo Sarghagas parecía devorar el cuerpo del árabe y aunque lo miró con desaprobación, comprendió el porqué. Tal vez, si ese hombre regresaba, le sería difícil.

Olenna le habló y ella parecía molesta, pero no le dijo nada más. Tal vez Deidre había decidido colaborar pero seguía siendo semilla. No importaba que ella no fuera quien blandía la espada, era parte de ellos y como consecuencia, era una asesina. Una loba vestida de cordero.

Las palabras de Fiona solo confirmaban aquello – No sé qué más evidencia se necesita. A todas las que estábamos allí nos preguntó su habíamos recibido una carta. Para mí está claro y nada nos dice que no se ha contactado con las otras semillas. Pero yo cumpliré mi parte, aunque me haya llamado zorra, teniendo en cuenta que panda roja queda mejor – dijo y no soltó la mano de Smel. Esa mujer la seguía ignorando porque no sabía cómo responderle.

- Para mí, el hecho de que la loba acuse a Fiona, la hace de fiar -.

Miró a Sylvia y le dijo – Ella confesó, yo destapé su rostro. Ella solo se ha dedicado a insultarme porque sabe que tengo razón. Además, se contradice a sí misma todo el tiempo. ¿Que ha decidido ayudar? Perfecto. Pero yo no me fío más que de los números de los rastros, no de sus acusaciones. Son obviamente malintencionadas – no dijo más. La verdad es que la reiteración se volvía molesta.

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11/04/2016, 02:14
13 Muerto - Deidre

- Hace rato que te ignoro Vyka y tu sigues erre que erre... En serio, como quieras. No entraré en ello porque esto es un espacio de libre expresión y sólo tu sigues ensañada conmigo... Bueno, ahora Fiona que por obvias razones puede sentirse amenazada y se aprovecha de tus palabras para redirigirlas con intenciones de acompañarte en mi muerte. - me daba exactamente igual, había aceptado el consejo de Olenna y estaba brindando mi ayuda con una soga al cuello. El que no quiera ver aquella intención, allá él pero no entraré en la guerra interna. 

- Sólo una cosa diré y estoy de acuerdo con Fiona... Ella confirmó lo que dije, mis días están contados y si muero por la noche tendrán la respuesta delante de sus ojos. No soy una asesina, sin embargo no los convenceré de ello porque ya es innecesario. - hago una pausa como si meditara sobre algo. -Ah... Tu fuego lee lo que le conviene o tal vez una semilla te comentó algo antes de que muera acribillado por los presentes... Bien hecho Fiona. - esas fueron mis últimas palabras, continuaba aferrada a mi postura de no pelea.  

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11/04/2016, 02:26
Olenna D

Después de dedicar aquellas palabras a Sylvia Olenna permanece observando. Parece que cuanto más se acerca la noche más deciden hablar todos, y eso es bueno. O es, al menos, mucho mejor que el silencio. Escucha las palabras de su compañera sobre el árabe y asiente. Es evidente que hay más en su mirada, pero tampoco son de esas cosas que se dicen en voz alta.

Un instante más tarde, cuando ella se dirige al hombre alimaña, Olenna permanece observando, expectante. Parece relajada, pero está lista para saltar a defender a la chica de la serpiente en caso de que sea necesario, cosa que no cree probable. Aún así decide dar en nombre del Eve la explicación que Sylvia no ha pedido.

—Dice que las ratas le dicen secretos —enuncia entonces, mirándola con seguridad—. Que así conoce los suyos.

Después de eso sus ojos se dirigen a la chica del lobo. Es obvio que varias de las cosas que ha dicho han llamado su atención.

—¿Sabes que son dos? —pregunta—. ¿Contigo? ¿Sin ti? —insiste después, sin ocultar ni por un momento que piensa que ella está incluida en ese grupo—. ¿Qué sabes de ellos? —pregunta después, y no tarda en aclarar—. Saber, no creer. ¿Qué sabes?

Al hablar a la chica lo hace de manera directa y hosca, pero no la trata peor por lo que dicen que es. Sí, es cierto que dicen que protege asesinos, pero eso a ella no parece importarle demasiado por el momento. Quizá por lo poco efectiva que ha sido en su trabajo hasta el momento.

Entonces llegan las palabras de la mujer de fuego y frunce el ceño.

—¿Hechizada? —pregunta.

Luego vuelve a oír hablar a la chica que grita y Olenna la observa durante algunos segundos. Luego vuelve a caminar con un rumbo fijo: ese lugar donde espera pasar la noche. Sus ojos se dirigen a Yaiza por un instante, preguntándose si volverá a acompañarla, y luego a Sylvia y a la cría. Sin embargo no llega a invitar directamente a ninguna de ellas.

—¿Es semilla? —pregunta en dirección a la que grita, pero no tarda en contestarse ella misma—. Sabemos que es. Yo sé, tú sabes, ella sabe. Pero no importa si ha contactado. A mí no. No si no mata. No si mira semillas al atardecer. Será buen objetivo si no hay objetivos. Pero si hay asesinos, hay que matar asesinos.

Es entonces cuando toma asiento. Lo hace en el recodo de una pared derruida. Apoya la cabeza contra la piedra, y usa su palo para rascar en ella durante algunos segundos. Luego lo mira y se lleva un dedo a los labios, pidiéndole silencio, antes de escuchar hablar a la chica del lobo una vez más.

—¿Qué es el mensaje?