Partida Rol por web

La luz del atardecer volvía a tildar el día de un rojo vibrante que predecía la sangre que pronto habría de correr.

Las últimas palabras habían cambiado la mirada de la mayoría con respecto a Domino, pero aún así ella decidió seguir hacia delante. Sabía que la mayoría de las miradas se centraban bajo su garganta, pero eso no la detendría.

Con paso lento pero seguro abandono, aquel aspecto delicado y dulce por una mirada preparada para la lucha… abría y cerraba la palma de su mano, extendiendo un arco voltaico entre sus dedos, mientras sus pasos se dirigían hacia Valfar.

La mirada de Domino se hizo fría, fuera cual fuese el resultado llegaría hasta el final… Sus pasos avanzaban y Valfar no dejó que siguiera en su intención.

Con tan solo un movimiento de su mano, Valfar dejó a la eléctrica mujer, erguida, como si miles de manos le impidiesen el movimiento mientras la elevaba del suelo, como si estuviera asiendo su garganta intentado asfixiarla.

Valfar, sonrió y miró a Azhariel y le dijo: Ahora… es tu turno…

Pero las palabras del chico se perdieron en el viento, pues Azhariel, estaba arrodillado, tapando sus oídos con su manos, como deseando de dejar de escuchar algo que lo atormentaba…

Valfar lo miró atónito, incrédulo de que aquello volviera a pasar.

Sin embargo, aquel espacio ya tenía dueño, apoyado en su bastón Gael se apresuró a acercar su posición extendiendo una de sus manos y cerrándola en el aire con furia en su gesto.

Al instante Domino, empezó a retorcerse de dolor, su voz se quebraba entre agonías que inundaban la sala… Un dolo que hizo que Valfar la dejara caer, para que terminara de estremecerse sobre el firme suelo…

Tras minutos, de desesperante dolor, con respiración aún jadeante alzo la mirada del suelo… apretó sus débiles brazos y se alzó del suelo con intención de devolver el dolor a su dueño, pero su afrenta fue truncada. En mitad del camino, con paso lento pero adelantándose a la posición de Domino, Yannick había blandido su hoz y había sesgado la piel del brazo de Domino, dejando un manojo de carne y nervios tendido en el suelo, mientras la muchacha grito sin aguante mientras aferraba su brazo aun ensangrentado.

Aquel mismo grito hizo que no escuchara el sonido reptante de miles de criaturas que parecían llamadas por el olor de la sangre hasta su piel… Sorprendida, en tan solo unos segundo su cuerpo estaba infectado de Sanguijuelas, que a la vez que capturaban su sangre, disminuían su fuerza para batallar.

Escoria rió desde su posición, sentada en unas de las sepulturas y dijo: ¿A que no adivinas quien de todas dirige a la Legión?

Domino arrancaba con su brazo ileso las sanguijuelas que podía alcanzar, llevando con ellas incluso jirones de su piel.

El sol empezaba a decaer y aún la batalla no había terminado, era el momento del plato fuerte… Nyx comenzó a trotar en pro de Domino. Nybras estuvo a punto de hacerlo pero antes de que lo hiciese vio como la muchacha del oso, montada a lomos del mismo igualaba la posición de su estilada pantera para combinar el ataque.

Avla, miro de soslayo a Nybras y comprendió que era el momento de las bestias en plena carrera descabalgó a Nanuk y se situó callada junto a Nybras. Ambas miraban como sus compañeros avanzaban unidos hasta Domino.

La pantera sin parar su avance salto sobre Domino, y comenzó a morder su cuello, dejándola caer al suelo. El oso por su parte aferro con sus garras el vientre de la muchacha y comenzó a devorar sin compasión, arrastrando a su paso incluso alguna sanguijuela que encontró por el camino.

La muerte era segura para Domino, la cual yacía casi ausente, pues la parca ya estaba anidando en su alma….

Y por fin alguien se apiadó, de tanto sufrimiento, de tanta sangre y de tanto dolor.

Sandor apoyó su mano sobre el suelo y una gran losa de piedra se alzó, el oso y la pantera, incluso algunas sanguijuelas dejaron su ataque y se alejaron de aquel cuerpo aún convulso por el abrazo de la muerte.

Una sombra se alzó sobre aquel cuerpo… sepultando bajo una sombra su rostro antes del adiós. Aquella losa, sepultaría su cuerpo y también su dolor. Sandor dejó que aquella inmensa piedra destrozara su cuerpo hasta fundirlo con el suelo, pero a la vez dejó que la muerte cerrara la puerta al dolor.

La crueldad con la que Domino había sido asesinada por aquel basto grupo le había impresionado. Se quedo boquiabierto, impactado por lo que sus ojos veían

Si, Eko había matado antes, muchas veces... pero esto... esto no tenía nombre. Ya no era una cosa de querer averiguar quienes eran o quienes no eran los asesinos, puestos que ya todos lo eran. Unos por matar a sangre fría, otros por no impedirlo. 

Ya poco importaba si Domino fuese o no fuese culpable de haber intentado matar a Azhariel, o de haber matado a la nuevamente viva Verona. Se arrodillo, junto a Bheka, su único y real compañero. Esto iba más allá de la supervivencia. Cerró los ojos, y el aroma de la sangre llego a su nariz, sus manos temblaban, tenía ganas de clavar sus garras en la garganta de alguien. No le gustaba ver como un grupo mataba a una chica sola, pero era... tan contradictorio. 

No tenía idea de que pensar, no sabía con quién hablar. No lo consideraba justo. No, el no iba a participar en esas matanzas, si Eko iba a matar, iba a hacerlo solo, no de aquella forma tan cobarde. 

Yannick observó, jadeante, lo que quedaba de Domino.

Se acercó despacio a su cadáver, hasta quedar a su lado.

- La carne de tu brazo por la del de Verona. - le dice al cuerpo sin vida de la chica - Tu vida por la suya.

Después comenzó a alejarse hacia la que consideraba su tumba, sin posar su vista en nadie.

Una vez allí se sentó sobre la lápida, aún con la respiración agitada, y echó una mirada de agradecimiento a aquellos que le habían apoyado en algún momento desde que habían llegado allí.

¡He! ¿que ha pasado?... estaba indignada, pues mis intenciones estaban encaradas hacia otro lugar, pero algo  hizo que no se hiciera mi voluntad. No terminaba de entender que habia pasado, aunque si recuerdo las palabra de Azhariel con algo que paso ayer...

Empece a andar entre los que estaban regodeandose de la muerte de la muchacha, es posible que fuese quien decian, pero seguimos la linde marcada y eso nunca me ha gustado, ya no se ponen en duda las decisiones, y estas para bien o para mal seran las que se seguiran...

No necesito escuchar a Gael para saber que es lo que dira... pues creo que dice lo que los demas quieren oir... algun poder tiene pero cual.... y en favor de quien....

me pare frente a Elisabeth.... y dandola la espalda... alguien puede decirme quien y porque ha hecho esto con mi voluntad... prometo no tomar represalias si habla ahora....

Sepulté a Domino para terminar con esa matanza de una vez por todas. La muerte de la mujer fue incluso pero que la de Verona a manos de los traidores.

Una vez cancelé mi contacto con la tierra, escuché la queja de Escoria. -¿A qué te refieres?- Le pregunté. ¿Su voluntad? Recordé la votación de ayer, donde hubo un voto que no concordaba con las acciones de la persona. ¿Había vuelto a pasar?

Miré la escena horrorizada - No sé si preocuparme más por los que matan mientras dormimos o por la carnicería que habéis echo mientras estabamos despiertos - comenté con cara de repulsión. Luego miré a Escoria - ¿Tu voluntad?¿Tu tambien has sentido lo mismo que Azhariel?

Alguna de las cosas que había escuchado, quién sabía exactamente el qué, la hace reír. Una risa rota y sin humor. 

- Farsante... - es todo cuando murmura, a nadie en concreto.

Los músculos de Nybras se tensan bajo su piel, al unísono con los de Nyx, durante el ataque y cuando la pantera muerde el cuello de la joven, el sabor metálico de la sangre golpea el paladar de la muchacha, recordándole otros tiempos y otras batallas. Todos sus sentidos se llenan de los del animal mientras permanece junto a Avla, sabiendo que a ella también le estará sucediendo algo parecido y sintiendo de repente una leve simpatía por la joven, con la que comparte legado.

Cuando todo termina y Nyx se coloca a su lado, Nybras le dedica una pequeña sonrisa a la joven del oso antes de darse la vuelta y dirigirse a la zona de las lápidas acompasando su paso al de la pantera. Sin embargo, en su andar hacia allí, se detiene durante un segundo, mientras lleva una mano a su cabeza al sentir un leve mareo. Parpadea varias veces, con los ojos confusos y los labios apretados. Tan sólo dura unos instantes y cuando se pasa, levanta de nuevo la cabeza y sigue caminando hasta tomar asiento en una lápida.

Permanece en silencio durante algunos minutos, encerrada en sí misma mientras algunos comienzan a hablar. Al parecer dos de los votos han sido alterados el día de hoy. Una suave curiosidad aletea en su interior al oírlo, ¿quién podría tener el poder de nublar así la mente de otros? ¿y con qué intenciones? Aunque le interesa el tema, decide que ha llegado el momento de preguntarle al callado chico del búho algo que le da vueltas por la cabeza desde el día anterior. Posa sus felinos ojos en él antes de hablarle en tono serio, pero amable.

- Kaldreade. Cuando me votaste ayer, pensé que podría ser normal, casi no nos conocíamos entre nosotros y todos los votos fueron muy... dispersos. No me preocupó tener alguno. Pero hoy me has votado otra vez... Me pregunto si hay algún motivo concreto detrás de ello. Quizás he hecho algo que has malentendido o algo así y, en ese caso, me gustaría saber qué para poder aclararlo.

Después de contemplar horrorizada la carnicería, se acercó a Cristie:

-Soy Nekhbet... Tengo curiosidad. Por qué te has votado a ti misma? Es posible que hayan controlado tu voluntad?

Comenzó a reincorporarse, mientras miraba a los demás, con suma pena. Sin embargo, apenas varios segundos después, se marchó hacia un lugar separado

Nada comentó, observando el rostro de varios de los que estaban allí. Después intentó calmarse, mientras su rostro permanecía compungido aun siendo uno de los que habían sembrado la destrucción en aquella mujer: La muerte jamás resultaba un plato de buen gusto. Pero, a veces, y solo a veces, estaba justificada. Y la justicia debía ser repartida con brutalidad para evitar mas efectos indeseados.

Hasta que alguien deseara saber su opinión, esperando el momento correcto, aguardaría en silencio, leyendo una vez mas aquel extraño libro que poseía entre sus manos.

Todo empieza como el día anterior. Domino se siente acorralada y decide atacar a Valfar. Quiero ayudar pero de nuevo algo se apodera de mi mente. Mátalo! Debe morir! Sácale los ojos! Aunque esta vez estaba preparado soy incapaz de actuar. Me llevo las manos a la cabeza, tapándome las orejas, intentando que las voces se callasen. Peor no lo hacen. No provienen de fuera. Están en mi cabeza. Me incitan... No, me obligar a atacar a Valfar. Caigo de rodillas, incapaz de mantenerme en pie mientras lucho contra los impulsos que me llevan a atacar al chico rubio. Tienes que hacerlo! Ahora está desprevenido, ve a por él!

No soy consciente de lo que ocurre a mi alrededor. Solo quiero que acabe esta tortura de una vez. Y efectivamente, acaba. Abro los ojos y me limpio las lágrimas con las mangas. No vuelvas a demostrar debilidad, imbécil! Observo los restos de Domino y mis ojos se abren como platos. Qué ha pasado aquí? Está completamente destrozada! No me da pena, pero si miedo. Miedo de que Kaldreade esté en lo cierto y que tanto Valfar como yo acabemos así.

-Sí, Eva, a mí también me han controlado. Aunque sospecho que el que me ha controlado a mí y el que ha controlado a Escoria están en bandos distintos... Quién ha sido? Has sido tú, Eva?-Las palabras de Cristie pueden haber ido dirigidas a ella. También miro a Elizabeth y a Nekhbet con cara de pocos amigo. Dos de dos, ambas nos han acusado a Valfar o a mí en los dos días. Esperaré a su explicación antes de decir nada, suficientes enemigos tengo ya.

Por último me giro hacia Gael, que está absorto en su cuaderno. Tengo que saberlo. -Gael, sabes algo sobre la identidad oculta de Domino? Qué te dicen tus notas? Tiene que ser una de las traidoras, tiene que serlo. las evidencias eran claras.

Leyó lo escrito, citando exactamente los vocablos que parecían existir allí.

-"Domino, ojalá fueran solo las marcas de tu piel, las heridas que soportara tu cuerpo. Ojala unas míseras vendas pudieran calmar el dolor que acrecienta tu alma. Pero tu mente ha sido herida desde siempre.

Odiada por todos, repudiada en cualquier situación, sin ninguna familia que pudiera albergar un poco de todo ese dolor.

Destinada a romper entre lágrimas todo cuanto te rodeaba, mientras la herida se hacía más y más grande sin solución.

Y es ahora, ahora que el fin se acerca cuando todos te ven como igual, todos te ven como ellos, desvalida, y una posible aliada a tratar. Pero no… ya no.

Pues en tus sueños una y otra vez, has podido soñar con un futuro mejor, un futuro donde a pesar de ser más débil te respetaran por tu filiación, y un futuro donde servir a la verdadera estirpe y posicionarte bajo la protección de su sombra.

Pero para ello, debes de abrir las puertas, dejar que el verdadero infierno llegue a las vidas de todos y cuantos rodean esta Tierra, y después… postrarte ante el ejército de los Demonios, ofreciendo tu propia alma a cambio de protección.

Oldland, no espera una traición desde este lado… al igual que tu nunca esperaste tanto odio, sin rendición."

Despues calló, haciendo evidente para todos el contenido escrito, y esperando que entendiesen el significado de aquellas palabras.

- Tienes lo que te mereces, jamás debísteis atacar a Azhariel. - Digo con un tono serio y de desprecio hacia la muerta.
Después de haber acabado con la chica me vuelvo hacia Azhariel y apoyo mi mano en su hombro.
- Se dedican a jugar con nosotros, pero me da igual, no van a hacer que desconfíe de ti. Lo que me pregunto es qué gana quien esté haciendo eso... pero se lo haré pagar.

Miro a Gael entonces hablar.
- Tus palabras nos han ayudado, así que ahora es mi turno de cumplir lo prometido.

  Ahora la pregunta que rondaba la mente era si ¿Domino en verdad era culpable?. De igual manera, se da cuenta que este juicio realizado por ellos parecía no tener puntos ciegos, dado a que no había escapatoria a esto, a diferencia de la noche.

  La demostración de la capacidad de los presentes era cada vez más increible. Diarmuid se levanta de su lugar hace un gesto de desaprobación a lo sucedido, y al igual a lo sucedido a Verona le hace un gesto muy cordial, a la difunta Domino, mientras se sienta en vez de estar recostado y empieza a hablar.

  -Esto no hace más que confirmar mis ideas. El hecho de si se es culpable o inocente, no es algo más que nuestro juicio. Por lo que lo sucedido con Mark- hace una muy breve pausa -y Valfar fue una resolución lógica de supervivencia. No un hecho para decir que por ello sin duda era un enemigo- finaliza.

Domino era culpable según Gael. Y no sabía si creer o no, poco importaba. Le daba dolor de cabeza mantenerse en aquel lugar, rodeado de estas personas. Nuevamente bajó por las escaleras para llegar a la catedral, yendo directamente hacía el altar que allí habría, para sentarse a meditar.

Responde a Azhariel cuando él la mira con mala cara:

-Veo cuanto menos curioso, Azhariel, que tengas tan claro que hay dos personas que controlan mentes. Y veo también curioso que dés por sentado que han dominado tu mente y la de Escoria. En qué te basas? Ah... en que Elizabeth y yo hemos acusado a Valfar... pero... vaya! no es lo mismo que has hecho tú? -dice encogiéndose de hombros. - Aun peor... tú le susurras palabras de amor y lealtad, duermes con él, pero luego no dudas en acusarle... y cuando llega la hora de la verdad, cuando se ve si alguien está o no de tu lado... deseas su muerte. No te tiembla el pulso al apuntarle. Participarías sin pestañear, pero el resultado de las lealtades no es de tu gusto y te ves en minoría. Luego alguien se adelanta y le ataca primero... tú podrías sumarte para atacarlo, pero no te atreves porque tiene aliados peligrosos, así que te quedas ansioso, expectante, esperando que caiga, deseándolo... pero sin mover un dedo por si acaso el ataque contra él fracasa. Entiendo que temas las represalias: si Valfar supiera que en secreto buscas ver derramada su sangre...

- ¿Ouedo preguntarte algo? - Pregunto a la chica rubia mirándola fijamente - ¿Eres así de estúpida a propósito o sin querer? No entiendo que ganas intentando enfrentarme con él, pero lo que me resulta más curioso es que siquiera lo intentes, pero oye, si eres feliz creyendo que te voy a hacer algún caso, que vas a causarle desconfianzas o que alguno de los dos vamos a llorar de tristeza, adelante.

Y me llama estúpida a mi... en serio cree que lo intento enfrentar? Hace tiempo que se le ve el plumero.

-No te voy a enfrentar con él, Valfar, sólo esperaba que saltaras a defenderle sin siquiera extrañarte ni preguntarle a él por qué lo había hecho. Pero esto es normal puesto que los dos estais en el mismo bando: el de la traición. Por qué alguien no se ve traicionado cuando su amante intenta quitarle la vida?-dice con tranquilidad-. No me engañarás haciendo la pantomima de que es normal que tu pareja te intente matar y lo lógico sea hacer o decir... nada?

-Me cansan tus insultos de colegio, me aburres. Sin embargo tienes razón en que actué como tal al darte una oportunidad en la primera votación y debí apoyar a Domino antes de la acusación para que los que se supone que desean que el mundo continue tal como está también votasen. Pero sí... fui una estúpida y pensé que su mensaje estaba claro y los demás aprovecharían la oportunidad para eliminar a uno de los traidores.

-En fin... ahora ya tienes víctima para esta noche, para asesinarme junto a tus secuaces, en la oscuridad, como rastreros y cobardes. Al entrar aquí supe que no había vuelta atrás, que es cuestión de tiempo, y aunque deseo vivir, no tengo miedo a la muerte. Todos morimos algún día.

Nybras aparta durante un segundo la mirada de Kaldreade, del que espera una respuesta, para dirigirse a Diarmuid. La joven habla primero con incredulidad. - ¿Tú escuchas lo que sucede a tu alrededor? ¿O te limitas a decir frases al azar? 

Con un suspiro, suaviza su tono antes de seguir hablando, explicándole al hombre algunos de los sucesos pasados que parece haberse perdido. - Si algunos consideramos segura la culpabilidad de Mark no es por su juicio, ni por su altercado con Valfar. Es porque Gael nos ha garantizado que tiene una habilidad... o algo así, para poder saber si los que mueren eran asesinos o no. Nos confirmó ayer que habíamos acertado con Mark. Y por lo que acaba de decir, parece que también hemos acertado con Domino. En serio, sería de agradecer que escucharas a los demás antes de lanzar tus conclusiones. Más que nada, para evitar malentendidos, porque luego otros podrían pensar que tus palabras son certezas cuando son sólo ideas dispersas.