Partida Rol por web

Mientras el sol iba dejando paso a la noche en su cíclico baile, la muerte de uno de los presentes era más que visible, pues todas las miradas se dirigían hacía Eva, la cual poco a poco era rodeada por los pasos de los demás.

Como si de un coso se tratase todos estaban expectantes a la caída de la gladiadora, que junto a su leal tigre miraban a su alrededor cubriendo las espaldas de ambos, esperando poder salvar algo de su valor entre los pocos milímetros que quedaban entre ambas.

El primero en actuar fue Asfaloth, que tras un fiero rugido intentaba abalanzarse sobre Yannick intentando romper aquel circulo y poder escapar a su suerte, pero su salto fue frenado gran fiereza.

Las cadenas de Verona agarraban el cuello del animal, y haciendo acopio de todas su fuerzas lanzó al felino hacia el suelo, golpeando todo su cráneo contra el suelo, esperando que el golpe les diera algo de ventaja.

La rápida actuación de Verona impidieron un final peor para Yannick, pero su cara mostraba un profundo arañazo del que escurría un negro lodo a modo de sangre. Mientras Yannick limpiaba su mejilla apretaba sus dientes conteniendo la furia que lo carcomía… pero Trigo, fue incapaz de contenerse.

Saltó desde el hombro de Yannick, hacia el suelo para en otro salto, llegar hasta Asfaloth, segundos antes de entrar en contacto con él, el Jerbo se materializó como una masa acuosa negra, que mancharía el pelaje del tigre, desapareciendo ante vuestra vista por unos segundos, pues instantes después… Trigo salía del interior del felino, manchando su pelaje de sangre, mientras carcomía y roía todo lo que encontraba a su paso, dejando una apertura sobre uno de los muslos del tigre que ahora rugía de dolor.

Eva no pudo contener su voz, y alzó un brazo en la dirección de Asfaloth, mientras gritaba sintiendo a la vez el dolor:

¡¡¡ Nooooo…. !!!

 El brazo de Eva, fue recogido por Elisabeth, y lo llevo hasta la espalda de la misma, y le susurró en su oído de forma siniestra:

Si….

Las palabras fueron suaves, y casi volátiles, pues al mismo momento que Elisabeth mantenía un gesto serio y poco expresivo, forzaba el brazo de Eva, con toda la fuerza que su legado le aportaba, obligando al hueso a astillarse y salir por la piel. Los gritos de Eva, aumentaron por el inmenso dolor mientras su brazo quedaba tendido, sin movimiento y atravesado por la fiereza de su propio hueso, que dejaba paso abierto a la sangre.

 Tras aquel embiste de dolor continuaron otros… ahora era Kaldreade el que gran fuerza se lanzo contra el torso de la mujer, rompiendo en el choque varias de las costillas, que como avisadas de su destino, se hincaban poco a poco en los pulmones haciendo de lo que quedaba de la existencia de Eva, una tortura agónica, que poco a poco la hacía ahogarse desde dentro en su propia sangre.

Asfaloth, quería levantarse y ayudar a su dueña… liberarla de tanto dolor, y con premura tiró de las cadenas, y derrocando la fuerza de Verona pudo liberarse de su atadura, e intentó ir en pos de Eva, pero una oscura y densa niebla cegó sus pasos antes de hacerlo caer sobre el suelo, mientras sentía que una de sus patas delanteras era arrancada por algo que aportillaba sus huesos, y los masticaba con rencor.

Cuando la niebla por fin se disipó… Nanuk, seguía degustando aquel miembro bajo la atenta mirada de Avla, mientras detrás, la niebla volvía acomodarse en la piel de Nybras que permanecía expectante a que llegara el final.

Llegaba el turno de Jared, que con furia en los ojos, miro el cuerpo de Eva, y cerró su puño en medio de los dos, y en tan solo unos segundos… el cuerpo de Eva, comenzó a quemarse desde dentro, como si su propia sangre hirviese, y destruyese en aquel cocitorio la carne y la piel.

Eva alzaba su mano en medio de una agónica existencia intentando llegar hasta Asfaloth, pero el dolor y la falta de aire le impedían moverse… mientras todo parecía llegar a un final cercano para ella.

El Tigre parecía mirarla con lágrimas de ira y dolor… Y entonces Azhariel sintió en sus manos la caricia de las plumas que portaba sobre su espalda, y se acordó del dolor que un día sintió Raven y se decidió.

Aumentando su velocidad con la fuerzas de sus alas, se abalanzó sobre el tigre y hundió su mano acerada sobre el corazón del animal…. Arrancado su vida, su alma y por tanto el sentimiento de dolor.

El lazo que unía a ambos, oprimía ahora también el corazón de Eva, abocándola a una muerte, que pronto llegaría mientras la magia existente en aquella unión estrangulaba su existencia sin compasión.

Pero alguien ahorraría segundos de dolor y agonía sin sentido en aquella ocasión. Pues silbando en el viento una saeta cruzó el lugar, y atravesó la testa de Eva. La muerte de forma rápida la abrazó, quedando por fin tendida con su cuerpo torturado lejana al cuerpo de Asfaloth… La gladiadora había caído en medio de un coso de lealtad, odio y rencor.

La muerte de Eva ha sido tan agónica como las anteriores, pero ya no me afecta, sobre todo si son traidores los que caen así. Gracias, Raven. Ha sido él el que me ha mandado la señal para participar en la carnicería. Quería venganza, quería devolver parte del daño que le habían causado y lo ha conseguido. Saco mi mano del pecho del animal, llevándome conmigo trozos de carne del tigre. Miro mi brazo manchado por aquella sangre y ni siquiera soy capaz de sentir nada. Me limpio en el lomo del animal y me levanto, plegando alas en el proceso.

-Espero que estéis en lo cierto y que Eva fuera la última traidora. Lo creeré cuando Valfar vuelva y todo acabe.-Lo digo mirando al tigre, sin dirigirme a nadie en especial. Tras unos instantes vuelvo al lado de Valfar, esperando ver algo que me indique que ha vuelto.

-Yo también espero que lo sea, Azhariel, pero, ¿cómo sabremos que esto ha acabado? Creemos haber acabado con todos los traidores, pero parece que seguimos aquí, y nada ha cambiado... -dije, recuperando el aliento tras la ejecución de Eva.

Nybras se aparta del lugar donde ha sucedido la batalla, caminando junto a Nyx hasta llegar a una de las tumbas para sentarse sobre ella con cierta languidez.

- Los caídos están nerviosos, algunos sienten el fin cerca y otros temen que no sea tan fácil como pensamos. Por mi parte, espero que todo haya terminado ya, pero supongo que tendremos que esperar al amanecer para estar completamente seguros. Aunque quizá tendríamos que investigar un poco, porque... ¿Cómo vamos a salir de aquí aunque ya no quedasen traidores? ¿Alguien le prestó suficiente atención a la anciana como para recordar si dijo que tuviéramos que hacer algo más? - La joven se encoge de hombros, arrugando la nariz. - La verdad es que yo no le hice demasiado caso.

-no... yo la escuché,  pero la verdad es que no le entendí muy bien... pero seguramen...- no termino la frase y se me viene una idea a la cabeza...

- y si la Anciana fue alguna vez parte de ésta misma batalla?... porque la encontramos sola aquí... y ella sabía exactamente porque veníamos no?... y si los que batallaron antes,  para salir de aquí, alguien tuvo que sacrificarse por los demás... y por eso la anciana nos esperaba, por lo que eso significaría que para poder de aquí alguien tendría que...- no termino la frase y agacho la cabeza...

-ojalá me equivoque-

-Si hay alguna muerte esta noche significará que aún no ha acabado y que queda un traidor entre nosotros. Solo habría que acabar con él... Hasta ahora han sido cuatro los asesinos confirmados y dos los que los apoyaban. Si es que quedan no pueden ser muchos.

Jared tiene razón. Cada vez estoy más seguro de que esa mujer ya había pasado por todo esto, al fin y al cabo tenía el poder de diferentes legados, como los que hemos vuelto de la muerte. -La anciana dedicó su vida a mantener el sello cerrado y nosotros somos su relevo, pero yo me niego a permanecer aquí una vez todo haya acabado. Ya he tenido suficiente, no voy a ocupar el lugar de ella para rajarme los brazos cada noche. Cuando Valfar regrese y todo acabe me iré de aquí con él y nos olvidaremos de este lugar. Miro a Verona, con cara apremiante.-Podrás...?

Solo quiero que vuelva. Sin él me siento demasiado vulnerable.

Escuché las palabras de Azhariel y una idea vino a mi cabeza.

-Y si.... ¿Y si el traidor que queda no tiene el poder de matar? ¿Cómo podremos identificarle?

Esa recóndita posibilidad me rondaba la mente, aunque deseaba con lo que me quedaba de alma que no fuese así...

Yannick se pasó una mano por la cara, asegurándose de que la marca del arañazo hubiese sanado ya... Después se agachó un instante, listo para recibir a Trigo en sus manos.

Después, pasó la mirada por los presentes. Era la primera vez que todos atacaban realmente a una, sin que nadie se quedase atrás, y estaba claro que la fuerza de varios semidemonios unidos podía ser demoledora.

Yannick negó con la cabeza cuando comenzó a hablarse de la anciana. En aquel entonces él ni siquiera había asumido su condición de semidemonio, y las palabras de la mujer carecían del sentido suficiente como para retenerlas. Sin embargo, a la que sí respondió fue a Elizabeth.

- Si no me equivoco, entre nosotros aún hay alguien capaz de ver los deseos más oscuros que todos albergamos. - le dijo - Si quedase un traidor que no pueda matar, bueno... tendremos que confiar en que esa persona dará pronto con él. Eso, o se marchará de aquí fingiendo ser uno más, lo que sería terrible.

- Sobre lo otro, bueno... - siguió, pensativo - Lo de que alguien tenga que quedarse aquí lo estábamos hablando en ese lugar... y la verdad es que no sé si alguien querría sacrificar su vida de esa manera. Me parece un trabajo más aburrido que otra cosa, pero puede que sea necesario. En cualquier caso, ya lo decidiremos cuando todo haya terminado. Quizá entonces tengamos más información.

-Yo... yo podría tomar ese papel, si nadie tiene inconveniente. Nadie me espera ahí fuera, y puede ser una especie de penitencia por mis errores en este tiempo -miré a Azhariel - Confiemos entonces en que identifiquemos rápido a esa persona. Me parece una idiotez que sigas fingiendo, seas quien seas -dije, dirigiéndome ahora al grupo en general - No puedes hacer ya nada por tus amos. Entrégate y terminemos con esto lo antes posible.

Era terrible pensar que alguno debiera quedarse para sacrificarse cada día como Michelle Braxton. Desde luego era una vida nada deseable y no creía que nadie allí estuviera dispuesto a hacer semejante sacrificio, hasta que Elizabeth habló y la dejó boquiabierta.

-Espero que no sea necesario que ninguno haya de pagar por ésto –dice seria.

Las palabras de Elizabeth me pillan completamente por sorpresa. Abro la boca, pero soy incapaz de articular palabra. Acaba de ofrecerse para pasar aquí el resto de su vida alimentando el sello como penitencia. Mi opinión sobre ella había empezado a cambiar, pero eso no cambiaba lo que había hecho.

-Eso que acabas de decir te honra, Elizabeth. Yo... si lo haces habrás saldado tu deuda con creces. Siempre que Valfar vuelva, claro...-Tal vez había juzgado mal a la chica. Estaba dispuesta a pasar por lo que pasó la vieja... Tal vez se ha arrepentido de lo que ha hecho de verdad.

-No puedo hacer nada ya por Valfar, Azhariel. Sabemos que eso no está en mis manos. Pero lo digo en serio, no me importaría ser la nueva guardiana del sello. Nunca he tenido una misión en la vida, ningún objetivo me ha guiado nunca y quizá por eso mi solitaria vida haya ido en declive desde que nací. Akerbeltz es el único en quien de verdad he podido llegar a confiar, no estoy hecha para vivir en sociedad. Sí, era divertido acostarse con humanos, disfrutar de sus vicios y acabar con alguno de ellos de vez en cuando, pero cada mañana al despertar seguía igual de vacía por dentro que siempre. Quizá... quizá proteger el sello de al fin un sentido a mi vida. Luchar por aquello que Padre* luchó una vez y evitar que el Infierno tome la tierra, por toda la eternidad...

- Bueno, tampoco adelantemos tanto. - pide Yannick, viendo por dónde van las cosas y sintiendo algo de lástima por la chica - Elizabeth, yo agradezco mucho que te ofrezcas, pero puede que no sea necesario. Creo que no necesitas esto para dar sentido a tu vida. Aquí todos hemos aprendido mucho. Si salimos mañana, piensa a qué te gustaría dedicar tu vida. Seguro que encuentras algo que te llene, y que no suponga una obligación.

He comenzado a tejer el lazo que me uniran a Valfar, espero que el amanecer nos lo traiga de regreso...

Verona se habia mantenido callada tras la muerte de Eva, algo ocurria que todabia no nos dejaba en libertad este lugar, la propuesta de Elizabeth en ofrecerse y cuidar el sello era noble...

Mire a Kaldreade...todos han pasado por alto de él...

Si al amanecer no hemos salido de aqui, ya todos sabreis quien queda...lo dije antes y lo vuelvo a mencionar, Kaldreade no es de confiar...no olvideis su amenaza...

Si, hablas de amenaza quien tenía bajo su lazo no sólo un asesino, porque oh con tu maravilloso poder ibas a poder curarlo... si no dos. Y no fuiste tu quien hablaste, callaste como una cobarde y tuvo que ser Yannick nuevamente quien nos salvase. Así que perdona bonita, pero no veo porque yo voy a ser más aliado de los traidores que tu. Porque podrías ser tu, o peor aún, que no trajeras de vuelta a Valfar curado... así que déjame en paz, porque si no, Valfar, tu y yo nos veremos en el otro lado cuando expire mi último aliento - replicó con una mirada llena de desprecio y resentimiento, con Louch graznando vehemente hacia la mujer.

- Kaldreade, cálmate. - pide Yannick de inmediato.

- Verona sólo ha tenido a uno bajo su lazo, como dices, y ese es Azhariel. Valfar estaba unido a él, no a ella. Y sí hacía lo que tenía que hacer para mantenerlo cuerdo y bajo control. - explica - Si yo hable y no ella fue porque ellos mismos me lo pidieron. Verona pudo escoger seguir el camino del odio utilizando a Azhariel para matarnos, y Valfar les habría ayudado. Pero en lugar de eso me pidieron ayuda para encontrar cómo solucionarlo. Yo decidí hablar y que los matásemos, como en su día le prometí a ella que haría si hiciese falta, y encontré una solución para poder tener a los tres de vuelta.

- Verona ha estado siempre de nuestro lado. Y si vas a ponerte así, preferiría que te llevases mi vida que la de ellos tres. - dice al final, poniéndose entre ella y el chico.

Yannick, tranquilo, Kaldreade solo habla para justificarse, yo tengo mi alma tranquila y ya todos lo han visto, soy inocente y si traigo a Valfar que aun sigue corrupto es por que puedo controlarlo y de no ser asi, yo misma le ordenare a Valfar matarme pata libraos de todo...

Camino hacia Kaldreade...Todos han sido testigo de mi actuar y mi palabra tiene como prueba eso...lo que todos han visto...mi escencia no ha cambiado aunque me he visto ligada a un traidor...en cambio tu Kaldreade...que prueba tienes de tu inocencia...eres el unico que no ha revelado su habilidad...el unico que no ha dicho que poder le otorgo este encierro...sera que eres el ultimo traidor que queda??? o un aliado silencioso???....habla!!...por que si al amanecer no hemos salido de aqui, todo apunta que eres el ultimo...

Tu nos has salvado no sólo una, si no dos veces. No podría hacerlo, incluso me sacrificaría por ti, es lo menos que podría hacer. Reconozco que llevarte a ti para castigarla a ella se me pasó muy fuerte por la cabeza, pero tras revelar lo de Valfar... simplemente no puedo. - Kaldreade hizo un gesto con la cabeza negando, pero cuando parecía haberse calmado, la sangre le volvió a hervir al escuchar nuevamente a Verona.

¿¡ERES JODIDAMENTE SORDA, ADEMÁS DE RETRASADA!? - Kaldreade dio media vuelta, le pegó una patada a una piedra que encontró hacia donde no había nadie, y pegó varios resoplidos - ¿Que no he revelado mi habilidad? Llevo TRES PUTOS DÍAS diciendo cual es mi puta habilidad. Llevarme a uno de mis asesinos a la tumba conmigo en mi último aliento. Puedes creerlo, o puedes pensar que es una excusa para evitar ser ajusticiado. Pero NO digas que no he revelado mi habilidad, porque llevas días usándola como excusa de "amenaza" para acusarme. Únicamente, porque soy feo, desagradable y no formé parte de vuestro "círculo de iluminados". Todo lo contrario que Yannick. Pero eh, júzgame sólo por mi aspecto, ya se vio como de inocente era Eva... 

Kaldreade se sentó y se puso a acariciar a Louch, que estaba como loco y quería picotear la cabeza de Verona hasta dejarla sin cerebro. - Aquí hay gente que ha confesado haber matado, y se confía en ellos. Incluso Valfar se convirtió en uno de los asesinos traidores, y lo traeréis de vuelta perdonándole de cualquier maldad que hubiera hecho, porque no era su culpa. Pero conmigo, nunca me perdonaréis mi aspecto y que no os besase los pies nada más llegar aquí. Y lo más triste de todo, es que sí aun queda un traidor y me condenáis en las votaciones, y os deis cuenta de vuestro error... seguro que nadie se preocupará en devolverme la vida para excusarse de su error. Ya me estoy cansando de toda esta mierda, quizás sería lo mejor terminarla ya de una vez y dejarme en paz el resto de mi eternidad...

Asiento a Elizabeth, pero Yannick tiene razón. Aún no sabemos lo que va a pasar, no hay que adelantar acontecimientos. Por lo que sabemos igual ni siquiera podemos salir de aquí.

Vuelvo la vista a Valfar. Pronto, Valfar, muy pronto. Pero las acusaciones siguen y los nervios de algunos son evidentes. Miro a Kaldreade.

-Escucha a Yannick pues lo que dice es cierto. Sí, fui un asesino.  Sí, he matado, pero he matado a gente que se lo merecía. Fui yo el asesino ligado a Helmuth y después a Verona. Hacía lo que me ordenaba y maté a Escoria siguiendo las órdenes de Helmuth. Si me hubiese ordenado no matar a nadie no lo habría hecho. Helmuth estaba del lado de los inocentes y Verona también. Me lo demostraron cuando estaba bajo sus ordenes, todo lo que hice cuando era un asesino fue a favor de los inocentes. Maté a una asesina e iba a matar a Eko si Yannick no lo hubiera acusado ese día, puesto que creo que es el último asesino que queda. No tiene sentido desconfiar de Verona.

-Pero tranquilo, Kaldreade, si de verdad no eres el último traidor lo sabremos pronto. El que tiene el poder de ver nuestra alma optará por ver la tuya y descubrirá lo que tanto escondes. Si no eres un traidor no tienes nada que temer, tienes mi palabra. Si ese semidemonio afirma que eres inocente le creeré y no iré a por ti. Pero no te hagas la víctima ni tomes la actitud que tanto odiabas de Valfar, Kaldreade, porque te pones en evidencia. Tu nos amenazaste a todos, es normal que desconfiemos se ti.