Partida Rol por web

- Bien al caer la noche Kalin morirá y mi venganza se habrá cumplido. Ailish revelara ante todos su verdadero rostro y se proclamara la vencedora. Aunque seria delicioso que esta también muriese... pero todo es esta vida no es factible ¡Una lástima!

Mustard cerró los ojos a lo que sucedía en el exterior. 

El aviso contra Ailish y Erial no había sido suficiente, pero todo aquello quedaba en un segundo plano. 

La Carpa y el Craken habían hablado. Una nueva verdad... y una muy difícil de digerir. 

Caminando lento, obliga a la distancia que les separaba a desvanecerse, para acabar abrazando a su hermana.

- Ahora tengo el consuelo de que este no será tu final. Aún te queda vida por delante, largos años de vida. Prométeme que usarás cada segundo. Prométemelo.

Yo siempre estaré a tu lado... - La abraza con más fuerza - aunque no puedas verme, aunque ya no exista, vas a salir adelante, Prue... Algún don dormido te permitirá eso.

Mira entonces hacia atrás, buscando los ojos de la parca Elvira. La sensación de sentir a su melliza en ambos lugares a la vez era extraña, pero ahora que las estrellas habían hablado era indudable el parecido entre ambas. - He estado ciego... y ahora Erial ha conseguido derrotarme, pero no a ti. Álzate, Prue... debes hacerlo y continuar. Tu historia no ha acabado aquí - sonríe - Recuerda que son los bardos y escribas quienes deciden qué historias recordará el futuro como auténticas y la tuya no ha acabado aquí

Besa entonces su frente y se aleja solo un suspiro de ella - Solo hay una última cosa que tengo que hacer, Prue. Enseguida regresaré.

Se gira, tan solo dedicando a Erial una corta mirada de desprecio, pero siguiendo su avance hasta la sombra de Ailish, aún viva. Se interpone y con un gesto rápido de los brazos, dice - Basta.

Basta de muertes, Ailish... ojalá pudieses escucharme, pero ya está bien. Basta. Nos engañó a ambos, nos hizo creer que era otra clase de persona. Tienes que terminar con esto. Solo quedan dos. Tienes que detenerlo... sé que puedes hacerlo. Nadie más tiene porqué morir... has ganado, Ailish. Basta...

Me pongo al lado de mi hermana, pongo mi mano sobre su hombro en un gesto conciliador. Sin saber qué decir o cómo actuar, símplemente aguardo.

Mientras las constelaciones siguen revelando una información que ya no le importa, Erial comienza a hablar.*

- Eriel, yo... - empieza Erial - te echaré de menos, pero aún así espero que Ailish pueda llevarte de vuelta.

Sentado y mirando sus propias manos, comienza a hablar como lo hizo el primer día: sin esconderse, sólo para ella, a pesar de saber que será escuchado por todos.

- Tienes que entender que lo que hice no fue algo repentino. Durante años intenté que tu madre viese sus propios errores, pero no había forma de que entendiese que hacía algo mal. Era demasiado orgullosa. Su reinado arrastraba a la muerte a cientos, y nunca aceptaba vencer a un enemigo sin destruirlo por completo.

- Tu madre era un cáncer para su propio imperio, y era la única forma de extirparlo.

- Al llegar te dije que no te juzgaría, y que había sido un necio. Claro que lo había sido: tendría que haberte llevado conmigo.

- Cada año de los que estuve fuera, el día de tu nacimiento, era un día de luto para mí. Yo mismo me lo busqué, pero eso no significa que me gustara.

- Dejarte allí es de lo único de lo que me arrepiento.

Así que eras malo Erial, así que ahora se que mi intuición al tratar de matarte sin exito fue acertada....Sonrio... jajaja  me alegra haber sido parte de esto, aunque no consegui mi verdadera misión, debia participar de liberar al pueblo, aunque  yo como lo que en otra vida fui, no temere, reencarnare de nuevo, lo hice en este cuerpo, y lo hare ahora....

Mi hijo Geralt estara siempre conmigo, y yo...siempre estare...

Sonrio con una postura trunfante.

Me alegra todo lo que ha pasado, creo que hice lo que debi... no me arrepiento de nada.

Mercancía. Era era la primera palabra que le vino a la mente al contemplar la revelación de la runa sobre Ankara y Kalim. 

La partida estaba resuelta y sólo quedaba la decisión de una persona para conocer quien saldría con vida de aquel lugar. 

Nada de lo que hiciera o dijera ahora el bardo cambiaría aquello, pero no por ello la mirada que dedicó a Ankara fue menos expresiva. Tras dar su mensaje a Ailish ya nada le podía interesar de los vivos, por lo que regresó junto a su hermana, pasándole un brazo por encima para reconfortarla de como seguro se sentiría ahora. 

Ankara la había estado engañando todos estos años... pero eso ya no tenía importancia. - Me consuela saber que estas irremediablemente muerta, Ankara. No mereces otra cosa.

Miro a Mustard de nuevo con la fría mirada que la caracterizaba -¿Así me agradeces? que os sacase de la más letal pobreza que os invadía y os diese un hogar en el que no os falto de nada- miro a los dos -además en el castillo siempre cuide de vosotros, siempre estuve vigilando que nada os pasara ¿o no lo recuerdas?-

Erial mira a Ankara con una media sonrisa.

- Ankara, tú dijiste que alguien fue a buscarte y te trajo de vuelta, y ese alguien no fue Eriel. - dice mientras asiente - Tú sabes quién es el Nigromante.

La ultima historia que mostraban las estrellas me estremecio, mi ojos se cruzaron con los de Mustard intentando justificar nuestras dudas, pero fue a Ankara a quien hable...Vacio he sentido en mi corazon desde que perdi a mis hijos y llenado de odio y rencor permanecia hasta que comenzo este aquelarre...espero Ankara, que tu historia y la de los gemelos Elm no se vincule con la mia, por que te juro Dama del Destino que mi alma no descansara en paz y la tuya tampoco...

Miro a Drakonia -¿y que harás matarme?- rió.

Luego miro a Erial y sonrió -No, se quien es el nigromante, pero no, no me resucito Eriel, fue Mandragora- lo miro -ya cero que da igual que lo sepan querido- fue hacia él y se sentó a su lado, apoyando la cabeza en su hombro.

- Ankara, probablemente tengamos sólo una oportunidad. - responde Erial con gravedad - ¿Me aseguras que fue él quien te llevó de vuelta? Si es así házselo saber a Ailish, por favor.

Después baja la cabeza, para murmurar. - No creo que a mí me creyese ya.

- Si, fui yo quien la traje... acaso también vas a dudar de mi palabra. Acaricia el rostro de Ankara con suavidad.

Erial asintió ante las palabras de Mandrágora. Por lo más sagrado, esperaba que dijera la verdad.

Después se dirigió hacia Eriel y, agarrando una de sus manos, tratando de sentir una última ver su cercanía, comenzó a hablar.

- Hija, si consiguen llevarte de vuelta, quiero que te olvides de todo esto. Deja atrás este aquelarre donde sólo hay muerte, y trata de vivir una vida tranquila. Aléjate de todo, y sé feliz. No te metas la política, o los buitres se comerán tus ojos. Trata de formar una familia con algún buen hombre y, cuando sepas que puedes confiar en él, cuéntale todo. Comparte con él todo el peso que sentirás en tu espalda, y sigue adelante. Nunca, nunca, dejes que nadie te diga lo que debes hacer. Tienes el carácter necesario para ser lo que desees, sólo tienes que sacarlo. Pero no desees nada con menos fuerza que los demás, o harán daño a los que te rodean para arrebatártelo.

- Y lucha sólo por lo que de verdad importe. De cualquier otra forma entrarás en una espiral de la que sólo la muerte podrá sacarte.

- Y, ante todo, sé todo lo feliz que sepas.

- Cuando todo termine, te estaré esperando. - termina, congelando una lágrima que lucha por salir. Después se gira hacia Ailish para señalar a Mandrágora, esperando que su antiguo compañero no le haya engañado.

- Mentirosos y bastardos...

Erial, sabes perfectamente qué don tomó de mi Vaechio, sabes por tanto que la negrura que descubrió en el corazón de Mandrágora era auténtica ¡¿Y todavía vas a seguir con esa farsa!

Aprieta las mandíbulas mirando en dirección al viejo emperador. Todo el respeto y admiración que le profesara en el pasado, estaban ahora truncados. - Eres un bastardo y Ankara no ha hecho sino confirmar uno más de los errores de Kuvia, que ella nunca se liberó de la maldición.

Pero ya es tarde, demasiado tarde... Eriel, aléjate de él. Ven con nosotros - Señalándose a sí mismo y a Prue. 

- Puede que tengas razón, Mustard, pero no sé qué vio Vaechio. No es mi intención engañar. No tengo ya nada que ganar. No soy egoísta porque sí, y lo sabes. Dime, por favor, ¿quién crees que posee el don de la nigromancia? - pregunta - Te escucho, y espero que no nos equivoquemos.

Deje los brazos de Aeidos por un instante...y me deslice hacia Ailish, pose mis manos en su hombro y negue dos veces...No revivas a nadie, nadie merece mas oportunidades, nuestras acciones sentenciaron nuestro destino...

...tape sus ojos con una de mis manos y con la otra señale su corazón...mire a Kalin y le señale, a la vez que cruzaba por mi cuello pasaba mi dedo indice, despues señale la puerta y volvi a señalar a Ailish...Solo tu debes salir por aquella puerta y cambiar el imperio....y asenti con mi cabeza...di unos pasos a atras y señalando a los demas caidos y negando con mi cabeza...Confio en ti...

Todo lo que sé, que no es poco, señala a que el don de la Nigromancia se ha perdido. 

Si tenemos suerte, al amanecer se abrirán las puertas y tanto Kalin como Ailish saldrán con vida. Es un parco consuelo, pero es mejor que el que salga solo uno.

Si la maldición de Ailish sigue activa o si decide salir sola y copia una vez más a uno de los Malditos con su don, con el amanecer Kalim estará muerto e igualmente Ailish saldrá de aquí.

Al menos sus ideas para el futuro imperio no son del todo malas, pero pronto descubrirá lo difícil que es gobernar un reino plagado de traición. Pronto...

- No contéis con mis palabras, porque no vais a hacerlas ni puto caso.- espetó al guerrera, al ver la discusión sobre a quién devolver a la vida. Al final acabarían con un traidor entre los vivos por un patinazo estúpido, y ella no quería ser participe de aquello.

Solo le quedaba mirar y rezar porque fuese verdad que ninguno de los supervivientes ocultaba oscuridad en su corazón y la turbia existencia de la guerrera al fin tuviera algo de paz: un Imperio digno y noble, basado en el respeto y el amor. El Imperio con el que había llegado soñando y que las amargas palabras de cada uno de los brujos había ido empañando.

- Mustard, eso no nos ayuda. - responde Erial, comenzando a sentir cierto desconcierto - Vaechio señaló a Mandrágora, sí, ¿confiamos lo suficiente en su palabra? Con los que estaban vivos entonces, sólo Anabel o él pueden ser el nigromante, de seguir existiendo ese don.

- Anabel sufrió un ataque hace dos noches, pero no sabemos si fue un vivo o un muerto quien le atacó. De todas formas primero dijo que su don no había cambiado, pero luego dijo haber aprendido de Kalin.

- Anabel, te escucho. Sé sincera, por favor. Sé que perdiste a tu hija. Entiéndeme a mí ante la posibilidad de que la mía vuelva a la vida.