Partida Rol por web

El sonido de aquella puerta entristecido por el tiempo, cercenaba vuestra libertad...

El Futuro necesitaba una respuesta antes de volver a caminar.

Una madre había caído, una enemiga, una traidora, y una amiga... Quien sabe si la única que hubiera ganado hubiera al final hubiera sido ella, por haber caído...

Ahora, vuestro pasos se vigilian por los huesos rotos de las que antaño lucharo por vuestro presente, dejandose la piel y el esfuerzo por salir de aquel lugar, logrando tan solo su muerte y un futuro funesto y lleno de ira y rencor...

El pebetero vacío, ya no está sediento de sangre... pero una inscripción bajo él... asegura que nada quedará sin consecuencia...

Un futuro espera... tras una puerta cerrada...

Las botas de Anabel resonaron en el silencio, el único eco que demostraba que allí seguía habiendo vida después de tanta muerte. Tanto tiempo, tanta sangre...

Con algo de reticencia, alzó la vista, observando el oscuro edificio. ¿De cuantas traiciones había sido testigo?¿De cuantos asesinatos? Quizás solo estaba exagerando, pues ella misma había visto ya lo suficiente...Quizás aquel edificio solo hacía eso, recordar aquellas tristes memorias.

Cerró los ojos por un momento, antes de inspirar el aire rancio con fuerza y soltarlo en una larga bocanada. 

Ojala no fuese verdad que todo está escrito por el Destino. Y si asi fuese, ella misma se encargaría de Cambiarlo.

Las lágrimas aún corren vivas por mis mejillas mientras mis ojos enrojecidos por el dolor son incapaces siquiera de intentar contenerlas, no obstante todos se han pronunciado ya y la puerta está cerrada de modo que simplemente resta aguardar a un futuro incierto con una extraña runa desconocida.

-Mamá... Y ahora ¿qué?

Alcanzo a murmurar entre sollozos que intentan detenerse y normalizar mi respiración sin demasiado éxito en verdad. Me deslizo hasta colocarme a la diestra de Eriel y así sentirme algo más segura entre unos cuerpos bastante más grande que los míos. Mis ojos jóvenes miran a todos los presentes como intentando recordarlos y así poder saber quién es quién y qué se esconde, pero la cortina borrosa formada por mis aún nacientes lágrimas impiden que me concentre con claridad. Aunque eso no debería de ser extraño en una niña de once años a mí me resulta doloroso, más de lo que voy a admitir.

El joven ahogaba su propio sentimiento intentando consolar a su hermana. Tantos años desaparecida para tan solo... verla marchar con una sonrisa. Pero no... no lloraría. No le haría ese feo a la que fue su maestra. 

Prue seguía inconsolable*. Se le hacía extraño verla así, pero no podía hacer mucho más. 

Sus ojos se posaron sobre esa otra niña que lloraba. No la recordaba... pero había llamado madre a Naivé? ¿Era posible que en aquellos años de ausencia, Naivé hubiese tenido otra hija? Dejando a su hermana reposar, se acercó en primer lugar a Eriel, a la que tanto recordaba, la que tanto había cambiado en aquellos años de ausencia. Le costó varios segundos encajar el rostro infantil de sus recuerdos con la mujer que tenia ahora frente a si.

- Eriel... - En los ojos de Mustard hay reconocimiento. Se inclina ante la nombrada para besar su mano - Cuanto has cambiado... Prue y yo te hemos extrañado todos estos años ¿Y esta pequeña es tu hermana? - Se arrodilla a su lado, sacando un pañuelo de bordado de su bolsillo, comienza a secar sus lágrimas con delicadeza mientras que con la mano contraria la invita a levantar el rostro - Ella no querría verte llorar... Recuerda que su estirpe es fuerte y luchadora. ¿vas a ser tú menos? - Atrapando sus ojos, añade - Puedes llamarme Mustard.

Sin entender la razón de tanta lágrima voy sintiendo un alivio cada vez mas grande a medida que el fantasma abandona el lugar, me ha llevado años encontrarla y porfin, puedo ver su cadáver. Mucho tiempo ha desde que antes de esa imagen solo fueran sueños los que poseyeran mi mente con esa visión, la mujer que tanto sufrimiento me había hecho pasar porfin había pagado el precio merecido. Es hora de mirar al frente y demostrar que aquellos que un día han vivido bajo el yugo de la tortura, también pueden hablar… y deben ser escuchados…  Aeidos miraba con desprecio el cadaver de Naivé...

-Y quienes no saben lo que es dejar de pagar por sus errores... Por mi puedes irte al infierno

Cambio mi mirada y miro con rabia a estos que lloran su muerte...

Durante los primeros instantes tras la muerte de Naivé no puedo dar crédito a lo sucedido. - Por fin nos hemos librado de la tiranía de esa mujer. El Imperio podrá ser libre ahora... - Es entonces cuando medito en sus últimas palabras y mi mirada se dirige hacia la puerta por la que entramos. Mientras la familia llora a la tirana muerta me acerco a la puerta, ahora cerrada, y trato de abrirla con fuerza. Al no conseguirlo vuelvo junto al grupo de gente.

- Señores, soy consciente de que quizá no es el mejor momento para algunos. Aunque me siento incapaz de sentir lástima por la muerte de una tirana de tal magnitud. Quizá les interese saber que Naivé como último regalo antes de morir nos ha dejado encerrados a todos aquí dentro. 

Durante unos segundos miro con lástima a Kuvia que llora la muerte de su madre. - Sólo es una niña triste, pero por la que llora hizo que tú no tuvieras la suerte de tener una infancia nunca. No lo olvides, Ailish. - Mi mirada se endurece contemplando a la familia de la fallecida.

Erial permanece cerca de las puertas. Son muchos aquellos a los que no conoce y no quiere dar ningún paso en falso. Se asegura de que Mandrágora esté cerca y, aunque desea acercarse a Eriel y darle consuelo, no se mueve ni un paso. Ha pasado demasiado tiempo y la barrera entre ellos es gruesa. Sin embargo, quizá esto sea una oportunidad para cruzarla.

Un sonido algo extraño resuena por el lugar,pues a cada dos pisadas se acompaña un repiqueteo extraño. Vaechio camina hacia los congregados mientras los mira,unos mas conocidos que otro.

Os doy el pésame por la muerte de vuestra madre pero no puedo decir que no sea bueno para todos,lo siento Terminó haciendo un ademan con la mano,para que haya paz ante su comentario.

Caminaba detrás de los demás con la cabeza orientada hacia esa gran fuerza. Gran dilema de aquellos que estamos aqui, y me acerco poco a poco a Anabel, mi ropaje rojo es distinto de los que estan aquí, pero no entienden las sagradas virtudes del dragón, no entienden nada...

Con desconfianza ciertamente camino, porque aquella que murió no era más que una asesina...pero es claro que para su familia fuera justa, no puedo decir que lamento su muerte, básicamente creo en la rueda de la vida y en el gran árbol de la vida cuyas raices tienen nuestro destino.

Quisiera confiar en algunos de estos desconocidos, pero ciertamente, la vida en la miseria me ha enseñado a no confiar. Mis ojos tienen un tinte de rojo, posible tenga una sonrisa en mi ser, sentía que ahora se podía hacer algo para cambiar, para seguir...

Hace frío. digo de manera misteriosa. y a pesar de que muchos sienten dolor, la tierra parece estar aliviada. Nuevos ciclos, nuevos cambios, esta gran puerta simboliza mucho más de lo que los ojos pueden ver.

El cambio se acerca, las puertas son caminos...

No seré hipocrita y diré que siento la muerte de la madre de aquellos que llorar, pues mientras unos la vieron bondadosa otros como yo....

Me quedo meditando, tantos cambios...merecidos cambios...

Mandrágora observa el cuerpo inerte de aquella que una vez fue su señora. En lo más profundo de su ser no sentía nada al verla. Y así lo reflejaba un rostro inexpresivo, curtido y marcado por las penurias de una vida ajetreada al extremo

Con un tono serio que demuestra un cierto respeto, acompañado de una voz ronca y pausada se dirige al cuerpo de Naivé. -Demasiado tiempo hace que no lloro de la risa y mucho menos por un muerto. Una leve sonrisa de ironía se perfila en sus labios. Viniendo de mí considerarlo un cumplido.

JAJAJA, la risa hueca resonó en la sala, La hija de la oscuridad y la parca ha llegado.

Naive hizo bien su trabajo en su ultimo aliento reunió aquí a todas estas traidoras y siervos del enemigo para que acabemos lo que elle no hizo antaño por su pacto con Gala……..llego el momento de solventar esta situación que 50 años  llevamos arrastrando…..

Drakonia estaba alejada de esa escena, pero cuando noto que Ailish no pudo abrir la puerta, supo que un nuevo aquelarre comenzaria, ¿con que fin? ¿con que proposito? respuestas desconocias, pero que quizas se albergaban en nuestros corazones, del suelo dos formas felinas comenzaron a formarse alrrededor de Drakonia, dos hermosos tigres, uno blanco y otro negro...

Ambos felinos se acercadon a su invocadora, quien les acaricio la cabeza dulcemente, ellos ronronearon como si gatitos fueran, entonces Drakonia miro el cuerpo de Naivé y camino hacia el a paso lento y elegante, parecia que se deslizaba por el suelo, los felinos caminaron junto a ella, cuando estuvo junto al cuerpo de aquela bruja que le arrebato lo que mas amaba, su rostro se volvio inexpresivo, los felinos se acercaron y en ambos brazos de Naivé pasaron sus garras, dejando tres marcas en cada uno, los felinos rugieron y volvieron junto a Drakonia...

Asi como me has quitado mi alma, me encargare de que tu sangre pague tus pecados, jamas he temido a tu nombre y jamas temere a tus descendientes, pues el alma de los mios seran horrados con la sangre de tus hijos...

Drakonia se giro dandole la espalda al cuerpo de esa asesina...Tengo paciencia, y mi venganza traciende mas alla de la muerte, aqui empezara y terminara donde te encuentres...La invocadora se alejo junto a sus felinos...El Destino sera atormentado por el Cambio...ese es el futuro que se avecina...Sonrie...

Xar avanzó despacio de esa manera que solo el parece ser capaz de conseguir, en la que más parece que se desliza silenciosamente que camina.

Se acercaba al señor Vaechio para protegerlo de cualquiera que a el se acercase, desde su nacimiento había vivido en su fortaleza y lo había tratado bien, todo lo contrario que su mujer, esa gran hija de puta había matado a su madre embarazada de su hermano dándole patadas en el vientre mientras estaba caída en el suelo.

Desde aquel momento lamentaba cada día de su vida pues todos habían estado llenos de sufrimiento e ira contenida hacia el mundo; y también en cierto modo hacia su propia madre por haberle traído a este mundo lleno de traición y muerte.

Pero había llegado el momento del cambio, en este aquelarre se decidiría el futuro, el haría que fuera un sitio mejor. No tenía miedo a la muerte, no podía ser peor que la vida, no al menos que la que el había tenido.

Aún así estaba feliz, había tenido hace poco el placer de ver a la mujer de Vaechio muriendo, tendida en el suelo como antes estuvo su madre, y pudo percibir como su alma se separaba de su cuerpo en su último aliento. En ese momento sintió por primera vez lo que era la felicidad, pero para no ofender a su señor tuvo que reprimir un orgasmo y una risa histérica que intentaban salir de su cuerpo al ver a la asesina de su madre y de su hermano nonato en la misma situación que ellos años antes, si Vaechio no hubiera sido un padre para el sin duda lo habría hecho, pero le debía mucho para ofenderlo en esos momentos de debilidad.

Ahora había llegado el momento de protegerlo como el lo había protegido antes y de hacer que el cambio llegase al mundo.

Cuando por fin estuvo a su lado puso timidamente una mano sobre el hombro de su señor y le habló casi en un susurro.

Mi señor, no les déis el pesame, el cambio ha llegado y la muerte de Naivé es la prueba, debemos celebrarlo y prepararnos para lo que aquí va a suceder, incluso ellos no tendrán tiempo de lamentar la muerte de esa zorra traicionera. Ahora debemos preocuparnos de los vivos y no de los muertos.

La calidez de un pañuelo tendido se trunca enseguida por las palabras de Aeidos y de Ailish, el bálsamo neutral de Erial, Vaechio y Alexandra, rematados por la risa cruel de Mandrágora envuelta de la esperanza de Elvira y apuñalada finalmente por los gestos de Drakonia y las palabras de Xar.

Tomo el pañuelo con cierta rabia y seco mis lágrimas para devolvérselo sin mediar palabra, aprieto los dientes tanto que consigo que me hagan daño de modo punzante en mi sien y ese mismo dolor me devuelva un poco a la realidad.

-¿Ni siquiera te han enseñado a respetar a los caídos? -mis palabras son escupidas contra Drakonia- ¿Tanto deseas mi sangre que corrompes la tuya propia? ¿Tanto odias la guerra que la alimentas con tus actos? ¿Tan justa eres que levantas tu magia contra quien es incapaz de defenderse?

Mis ojos la miran y sin darme cuenta las lágrimas vuelven a brotar, pero no son dolorosas, en su lugar fluyen con facilidad sobre mis mejillas y mi rostro.

-Mi nombre es Kuvia, tengo once años... Y sólo deseo que esto termine. Estoy harta de escuchar las mismas respuestas para todo... ¿De verdad no lo veis? ¿Por qué...?

No termino mi frase cuando yazco de rodillas de nuevo y el llanto esta vez se torna doloroso en mi garganta y gotas de mocos acompañan las lágrimas y mi voz rota.

Mientras la actitud de Elvira me causa la sensación de patadas de ahogado, no puedo sentir simpatía por la acción de Drakonia, los muertos pueden no sentir dolor, pero el espiritu de estos vigilan los cuerpos por un tiempo, sin embargo no digo nada hacia la acción de la mujer. La comparto en silencio. Escucho a otros y solo digo muy bajo, como un suspiro, pero perfectamente audible.  Eres sabio Xar. 

Contemplo todo desde donde estoy, dandome cuenta que poco a poco llegan más hijos de la mágia.

Kuvia, todos deseamos que esto termine. Digo de manera fría pero con poco reconocimiento del dolor de la chica, se que es perder unos padres, y se su dolor, pero soy conciente que la muerte de la tirana no es el fin hasta que se haya terminado el proceso.

Viendo a la niña llorar el corazón de Xar se ablanda, el comprende el dolor de Kuvia, pero jamás comprenderá que alguien lamente la muerte de Naivé o Gala aunque sea hijo suyo, a pesar de todo se acerca a ella y tras secar sus lagrimas la levanta, alza su cabeza cogiendo su barbilla y mirándola a los ojos le habla.

Kuvia, lamento tu tristeza, aunque no la muerte de tu madre, pero ahora no es momento de llorarla, ahora es el momento de prepararte para lo que va a suceder, si sales viva de aquí ya te lamentarás por su muerte, en estos momentos lo que has de hacer es evitar la tuya y para eso no puedes mostrar debilidad.

Alzo mi vista para mirar a Kuvia, con una sonrisa ironica en mi rostro escucho sus palabras que me molestan profundamente...

No opines pequeña, si no sabes de todos los actos de la que llamas madre...Jamas respetare a esa mujer, no es digna de respeto alguno, ni viva ni muerta...Mi sangre se seco hace mucho por culpa de tu madre, lo que corre por mis venas es odio puro y no odio la guerra, vivo en ella constantemente desde que Naivé corrompio la paz de mi hogar...Los Felinos se alzan y miran fijamente a Kuvia...¿Justa?...¿Es que tu madre lo fue lo fue en algun momento?...¿Hablas de que es incapaz de defenderse?...pues pequeña te contare una historia...Drakonia hace un gesto si los felinos posan sus cabezas en sus piernas y ella comienza a acariciarles...

Para que todos me conoscan, soy Drakonia, la Invocadora...Mira a Kuvia...Escucha con atención...Su voz parece mas tranquila...

Imagina que al llegar la noche te vas a tu cuarto con tu madre y le das un beso de buenas noches diciendole que la amas, ella te arropa y espera a que te quedes dormida, sientes el amor de ella, su preocupación y devoción, minutos mas tarde las luces que iluminan tu hogar se apagan y todos duermen placenteramente, en medio de la noche un sonido estruendoso te saca de tu infantil sueño, escuchas gritos y ves como una extraña te asecha y entre tu llanto y el llamado a tu madre para que venga a protegerte, te arrebatan la vida, derramando tu sangre en una escena espelusnante, macabra, no solo la tuya tambien la de tu hermano...Ahora imagina el dolor de tu madre el ver que sus hijos estan muertos de forma injusta, seres que no podian defenderse, criaturas pequeñas que recien comenzaban a vivir, seres que carecian de culpa de los actos de sus antepasados, almas inocentes e indefensas....

Tu madre fue una mujer espantosa, tirana, desquisiada, macabra que arrasaba con cuanta criatura se cruzara en su camino, inocentes o no...tu madre Kuvia mato a mis hijos en plena noche mientras mi hogar dormia despues de una jornada de duro trabajo, mis dos pequeños, gemelos de 3 años, almas inocentes, con su sangre derramada por toda su habitación sin justificación alguna, con su pequeños rostros marcados por el dolor y el sufrimiento, con la ultima imagen en sus ojos del ser mas horrendo que jamas imaginaron, con sus dulces voces enmudesidas por el miedo,  y todo por el estupido odio de tu madre por los seguidores de Gala...Ahora dime pequeña...¿sigues juzgando mi sed de venganza?...

Shioban entro al sitio de donde nombraron emperatrices a Gala y Naive.. Al entrar ahí dentro se me pusieron los pelos en punta pensar que su presencia podían estar observando...pero no sabia exactamente que hacíamos aquí todo los que estábamos,  no se que pretendía Naive encerrarnos aquí todos juntos...Porque no entiendo a que hemos venido.

- No, drakonia, no digas... - Pero las palabras mueren en sus labios con un brillo de comprensión. Respira despacio y se lleva una mano a la frente. Suspira - no... es imposible... Eso no puede ser...

Mustard toma aire, tomándose unos segundos y calculando las palabras que dirá a continuación y hecha a andar directamente hacia Drakonia, con una sonrisa amable en los labios que sus "mascotas" no entienden, pues enseguida un leve gruñido de amenaza marca al joven las distancias...* y entonces empieza a hablar con una voz dulce como el estío.

- Dulces bestias defensoras y somnolientas percibirán en mi a un amigo, mientras... - Está más cerca, ahora está a altura suficiente como para que de un zarpazo lo tumbe, pero los animales parecen efectivamente somnolientos y a gusto, aunque probablemente ni toda la magia del mundo impediría defender a su señora si ella se sintiese realmente amenazada... pero lo que el muchacho transmite es la más suave de las cortesías. Es difícil no escuchar esa voz, o negar la mano que está tomando de ella, mientras él se inclina para besarla - ... mientras robo un beso de esta mano... - lo toma - y pregunto si este joven ignorante podría saber cuanto tiempo... hace de un recuerdo como ese, pues sus palabras me han conmovido... más de lo que creí posible - En sus ojos puedes ver que es cierto, pero aún hay más... ¿un cierto temor?