Partida Rol por web

-La Condena que viste en mí, ahora pesa sobre él. El hechizo con el que Vaechio me convirtió en una sierva de los traidores, ahora pesa sobre él. Él está cargando por mí... Y por eso le pido disculpas, y nunca me cansaré de hacerlo. Shioban, yo creo en tí, creo en lo que viste, y creo que eres una bruja digna que lucha por sus principios.

Reconozco desde la seguridad que me proporciona estar al lado de mi hermana. Luego miro a Mustard y una leve, infantil prácticamente idea, cruza mi mente, y aunque sé que me voy a arrepentir.

-Mustard... Acércate, por favor.

Mustard asiente en dirección a Shioban y enarca una ceja, intrigado por la petición de Kuvia. Se acerca y se agacha para mirarla a su altura, curioso.

Como en un juego infantil mi mano en mi vientre y me inclino sonriente ante él, aunque su gesto me resulta excesivo decido continuarle la supuesta etiqueta pro-caballeresca.

-Mi nombre es Kuvia, hija de Naivé, tengo once años. Me gustan las cosas sencillas y ver llover. No me gustan las peleas ni el dolor. No conozco ningún hechizo que pueda utilizar. Creo que podemos ser amigos.

Quizá nadie entienda mi mensaje, pero no perdía nada por intentarlo, miro a los ojos de Mustard, esperando que al menos él, maestro de la Lengua, sí pudiese ver más allá de lo que hago, no puedo evitar sentir cómo en éstas palabras con el tiempo en nuestra contra vuelvo algo más que mi propio corazón. Mi esperanza.

Kuvia eres una mala zorra!!!! Mostazito tiene ese don que algunos llaman del condenado, pero no por eso es un asesino, y te aseguro que mañana ya no lo tendrá pues su espíritu animal se lo cambiará al amanecer, si alguien debe de morir por traer esa maldición al conclave eres tu!!!, además el no ha matado ni matará a nadie, deja de distraernos para que no nos centremos en los asesinos reales, de los que tu debes de ser miembro pues Vaechio no lo era. 

Tras tranquilizarse continua hablando mas despacio pero con igual determinación en sus palabras.

Vaechio al morir con su baraja mató a Prue en un último esfuerzo para ayudarnos a sobrevivir pensando que ella podía ser una de los traidores, pero estaba equivocado, debería de haber acabado contigo en lugar con la hermana de Mustard!!! Si hay justicia mañana tu serás la que muera.

Erial no podía creer lo que veía. Eran demasiadas cosas sin sentido, se mirase como se mirase, y todas ellas giraban alrededor de Xar. Quizá la muerte de su maestro había enloquecido al chico, o quizá simplemente le había desinhibido, pero fuese como fuese encontraba su actuación pueril.

Cuando Kuvia pidió a Mustard que se acercara, no alcanzó a comprender el por qué de sus palabras. Pero dijesen lo que dijesen, la niña estaba demostrando ser mucho más adulta que al principio. O bien había cambiado durante estos tres días, o bien siempre había sido más astuta de lo que muchos creían. Cualquiera que fuese el caso, estaba demostrando, como decían, llevar la sangre de su madre. Erial no pudo hacer otra cosa que mostrar una leve sonrisa.

Fue entonces cuando Erial se dirigió a Drakonia y Shioban. - Cualquiera de las dos es libre de mirar en mi alma. No tengo nada que ocultar, pues todos me conocéis. Puedo asegurar que bajo mi mano no se ha derramado ni una sola gota de sangre a escondidas: he terminado con Geralt y con Vaechio como muchos habéis visto. Sin embargo, Drakonia, he de decir que en tu lista hay algún que otro error. Esos son los más peligrosos. Además, tú, mejor que nadie, deberías saber en qué consiste mi don, pues lo has sufrido en varias ocasiones. - dice, esperando que ella lo entienda, pero intentando no desvelar demasiada información. - Estoy con Ailish en esto. decir las cosas claras sólo nos llevará a convertirnos en blancos.

En la comisura de sus labios aparece algo que casi podría considerarse una sonrisa al escuchar a Kuvia.

Hola, Kuvia. Soy Mustard, el hijo del Olmo, ahijado de tu madre. Decidí que me gustabas en el momento en que supe que existías. Mi vida siempre fue fácil, y ahora es cuando he de pagar esa deuda. No sé qué soy...No me queda familia y no sé en qué me convertiré mañana. Y lo siento.

Quizás había entendido lo que la pequeña quería decir, quizás no lo había entendido. Podría haber sido una malinterpretación intencionada o un salto a otro tipo de verdad, como si de dos acertijos encadenados se tratase. Se levanta entonces sin añadir nada, regresando junto al cadáver de su hermana Prue.

Inclino mi cabeza en señal de respeto y de reconocimiento a sus palabras, mientras continúo escuchando cada palabra dicha. De reojo me fijo en Erial y sus palabras. En Xar y sus palabras. Y luego me preguntan si necesito un don para ver la verdad... Claro, es tan necesario... Pero mis pensamientos se pierden.

-Tienes una hermana. Tienes una amiga.

Digo con naturalidad.

-El León surgió esta mañana. En aprender, un Corazón, tarda al menos dos latidos de amanecer. Mañana con casi total probabilidad no haya cambiado nada. Pero, en serio, deseo que así sea.

Una vez dicho esto entrecierro los ojos intentando pensar, ubicarme, y meditar las palabras para que no suenen infantiles.

-Además de pedirte que controles tu lengua, Xar, te corregiré en Vaechio, era un traidor. Tú le condenaste también. Y acompañé su muerte, nada había cambiado en él. Y ninguna constelación brillaba, así que puedo asegurar que él no mató a Mandrágora.

Tras ello continúo al lado de mi hermana, aunque extiendo mi mano hacia Erial.

Recapacito en silencio mientras escucho las conversaciones de todos. Miro con sorpresa a Xar y Mustard, cuyas peleas de enamorados están trascendiendo hasta ocupar la atención de los presentes, más incluso que nuestro objetivo de salir del aquelarre con vida. - Me pregunto si será algún tipo de maniobra de distracción para que dejemos de centrarnos en lo importante...

Tras unos minutos escuchando las palabras de Mustard, Erial y Kuvia y pensando en ello me decido a hablar de nuevo. 

- Si lo he entendido bien, la maldición que pesa sobre Mustard sólo tendrá efecto si algún traidor lo llama a su lado esta noche. Propongo que esperemos al amanecer y que entonces quien tenga el don de la videncia lo examine. - Miro a Drakonia y Shioban. No confío demasiado en ninguna de las dos, pero si tuviera que elegir, me quedaría con la segunda. Drakonia ha demostrado ser mentirosa e inconstante con anterioridad. Fijo mi mirada en Shioban al añadir. - Si quien sea la vidente, comprueba que Mustard es un traidor, podremos encargarnos de él en las votaciones. Si no lo es, podemos pensar que no quedan traidores entre nosotros... - pienso durante unos segundos - ... o que han decidido no llamarle. En cualquier caso, según dicen los que han portado la maldición, Mustard se redimiría y dejaría de tenerla sobre él. Ya no sería un problema. Podríamos mantener a Mustard con vida una vez redimido.

Mi mirada se fija entonces en Xar. - Caballero, sinceramente me pregunto por qué cuentas estas mentiras sobre Vaechio. Yo sé a ciencia cierta que era un traidor como dice Kuvia. Me pregunto si con eso y otras cosas - mi mirada se posa en Mustard durante un breve instante - no estarás tratando de distraernos para que perdamos de vista el objetivo principal.

-El problema...

Explico con una sonrisa amable a Ailish y al fin mi corazón se siente descansado a ver que, no sólo ratifica mis palabras, si no que alguien parece estar comprendiendo lo que sucede.

-Es que Vaechio me llamó a su lado con algún tipo de hechizo. Si la Condena heredara es la mía, continuará del lado de la traición, incluso sin pretenderlo. También radica en que es el Corazón del León quien le puede liberar, tardará dos latidos de amanecer... Así que mañana no estará libre aún, y de estarlo, mi Condena pasará a otro de los presentes como hizo conmigo, mi hermana, y él.

Pues igual que no matamos ni a tu hermana ni a ti no veo por que hay que matar a Mostazito por tener esa maldición del condenado...

Trato de entender las explicaciones de Kuvia y escucho a Xar antes de volver a intervenir dirigiéndome a la niña.

- Pero... por lo que he entendido, para que se active esa Condena, tiene que haber algún traidor que lo haga, ¿no es así? ¿Podrías explicarme exactamente cómo funcionaba tu maldición, pequeña? - Suspiro. - Por ahora, yo tampoco creo que Mustard tenga que morir irremediablemente. Quizá haya esperanza para él si podemos protegerlo de los traidores hasta que sea liberado en el plazo que indicáis. Si es que quedan aún traidores entre nosotros... 

Hago una pausa y dirijo mi mirada seriamente hacia Kuvia. - ¿O por algún motivo estás segura de que ya se ha convertido en traidor? - Finalmente la pequeña nos está dando una lección a todos con su sabiduría. - Miro a Shioban. - En todo caso, antes de pronunciarme contra Mustard, me gustaría que alguien comprobara si esa maldición está activa en su interior. - Me miro las manos apenada. - Me parecería muy triste tener que eliminarlo cuando ha demostrado ser una buena persona, incluso confesando su Condena y ofreciéndose para ser sacrificado por ello...

Ailish no lo entiendes???? Ya lo he explicado mil veces, NADIE PUEDE ATACAR MI MOSTAZITO, el y yo por las noches nos escondemos en nuestro refugio secreto donde los asesinos no nos pueden encontrar y estamos a salvo de ellos, solo podemos morir si nos envenenan o nos atacáis todos a la vez como a Vaechio, pero de noche nadie, repito, NADIE, puede hacernos daño, por lo tanto su maldición no se activará, además aunque lo matemos la maldición pasará a otro como sucedió las demás veces con lo que no se habrá solucionado nada, al menos teniendola el está localizada y si cambia sabremos a quien pasa por que los poderes de mi Mostazito serán los que antes tenía la persona a la que pase la maldición.

-Vaechio me trajo a su lado. Vaechio activó la Condena. Al aprender de Cole, fué mi Condena la que fué transmitida, de algún modo, a Mustard, a través de mi hermana. Por eso ella tiene su don. Por eso yo aprendí los secretos de ella. Por eso sé que Mustard está igual de condenado que yo. Pero más allá... Sé que Vaechio era el último de los traidores, salvo que existan dos grupos. Lo sé por que yo fuí llamada a su lado. Por eso sé que si mañana alguien amanece muerto a manos de los traidores, habrá sido a mano de Mustard. ¿E... Está claro?

Pregunto tras mi explicación, quizá demasiado larga, pero no por ello iba a callarme para dejar las preguntas a medias. No obstante alzo el índice.

-Y él ha confesado postrar el Corazón del León a su hermana. El Corazón del Dragón estuvo de mi lado, me libró de la condena en dos latidos de amanecer. Si el Corazón del León es similar, su don seguirá en su poder cuando amanezca... Y si no lo hace, la Condena pasará a uno de los que aún estamos vivos. Él quiere terminar con la Condena, lo siento en su Corazón, él es mi amigo, por eso... Por eso sé que tenemos que liberarle.

Miro a Xar con tristeza en los ojos.

-Lo siento, Xar, sé que quieres defenderle, pero sé que su Condena está activa, del mismo modo que lo estaba la mía. ¿Acaso dices que la muerte de cuando amanezca, así como la del próximo amanecer y, después, el segundo latido del amanecer, tres muertes, están justificadas para liberar a tu amado?

Mi pregunta es directa y sólo una sonrisa triste.

¿Por que tanto interes en saber como se activa esa condena....mmmm....asi que lo he sufrido en varias ocaciones?......

Drakonia se aparto del grupo mientras caminaba de un lado a otro con la mano apoyada en el menton, pensativa.....analizando lo que les decian....Pero me falta ella...ella no se ha pronunciado en ningun momento de su don...

Kuvia mientes y mañana podrá verlo todo el mundo, Mostazo ni ha matado ni matará a nadie, simplemente el es incapaz de hacer daño a nadie, si lo conocieses como yo lo sabrías, TE TRAGARÁS TUS PALABRAS!!!!.

Tu en cambio si que mataste a gente pues a ti si que te atacaron y la maldición en ti se activó, si hay justicia tu morirás y Mustard meará en tu tumba.

-Si me equivoco, que me puedo equivocar aunque lo dudo, lo sabremos al amanecer. La llamada de la Luna es fuerte, y no podrá evitarla. Si me equivocase, las puertas deberían de estar abiertas.

Mi tono de voz es cada vez más suave, como apagándose.

¿A través de mí?- pensé para mí- un gran pesar se instaló en mi corazón, no podía soportar la idea de que Mustard estuviera en esa situación por mí.

- Realmente nos estás demostrando lo valiente que eres mi pequeña, portas gran nobleza y sabiduría como nuestra madre- dije mirándola con una pequeña sonrisa- Xar, no puedes evitar lo que ya está escrito, nadie quiere ese final para Mustard, deberías controlar tus palabras- dije mirando al enamorado-.

Seguidamente miré a Mustard:

Intentaré aliviarte el dolor alojado en tu corazón...

- Quizás sea cierto que una parte de mí quiere morir. Eso no me hace un traidor, aunque no se me ocurre un modo en vida que sea suficiente como para aliviar este peso que me azota. ¿Seré capaz de deshacerme de esta condena? - Mira entonces a Kuvia - Si lo que dices es cierto, y no tengo razón para creer lo contrario, la opción que nos queda es suponer que tu Dragón lo que ha enviado no es el estado en el que se encontraba tu maldición, sino lo que era en su esencia.

Sigue hablando de forma ausente, con un encogimiento de hombros.  - Eso soluciona el misterio. Las leyendas son más puras en su origen.

Ahora solo me queda esperar una... dos noches... quien sabe. Desharé esto, y si por mí fuera... - suspira - , pero hay muchas cosas que desconozco... ojalá pudiese aportar algo más.

Sihoban seguía observando y escuchando a todo lo que decía... pero se quedo muy atenta a lo que dijo Ailish sobre volver a mirar a Mustard otra vez... y nombraron varias veces y quise pronunciarme... Me acerque donde estan todos y mire Ailish y le repondi...

-Ailish no se si sabrás que el don de la Videncia solo puede ver a la persona que quiere ver una sola vez... porque si vuelve a ver a se persona le puede salir los mismos dones que poseía... yo a Mustard ya lo mire y vi. Los dones que poseía que eran el de curandero y Cazador... no era ningún traidor. Pero cuando paso los cambios de los dones podría haber perdido uno de esos dos. Y puede tener otro pero el que no habrá perdido es el de Cazador... yo Siento decir que no lo puedo volver a mira ya que lo mire en su día... y no lo puede volver a mirar.

No sabía se les había quitado la idea de volver a mirar a Mustard, ya que en su día lo mire y no quise dar el nombre por si sentía incomodo por desvelar sus dones….

Tambien me llamo la atención a lo que dijo Erial de mirar a el porque no tenia ningún problema en que lo mirase… mire a Erial y le dije.
-Erial yo no tengo ningún problema en mirar pero no creo que seas un traidor, pero todo a su debido tiempo cuando llegue el día de poder volver a sur el don de la videncia, y sigo viva no tendre ningún problema en mirarte.

Tras decir a Erial si seguía viva en estos días, no tendría ningún problema en mírale y decirle si oculta algo malo o algo bueno...

Lo que me hacia volverme loca. Es que había gente que no entraban en razón, Mustard el no fue el que trajo la maldita “Condena de los dones”, seria al revés tendríamos que tener cuidado en Kuvia. Porque ella podría haber sido la culpable de todo los cambios de dones.

Respondo a Xar más tranquila. - Bien, pues si nadie puede atacarle, y es así como se activa la maldición, podemos estar tranquilos, pues Mustard no podrá pasar a formar parte de los traidores.

Mi mirada se dirige a Erial. - Es un buen hombre, parece de fiar... ¿Será cierto lo que he creído entrever en sus palabras?

Luego me dirijo a Shioban. - Lo lamento, Shioban, pues desconocía el funcionamiento de tu poder. Ciertamente aquí veo mucha gente conocedora de los secretos de muchos poderes. Yo no he tenido oportunidad de alcanzar ese tipo de sabiduría. Siendo así sólo nos queda esperar el veredicto de la otra vidente. - Si es que tiene ese poder... - Miro a Drakonia de reojo. - O esperar que lo que dice Xar sea cierto y no se pueda dañar a Mustard. En todo caso, yo no acabaría con su vida sin pruebas.

Para finalizar me fijo en Kuvia y se me escapa una pequeña sonrisa al ver a la pequeña que habla y se mueve con más sensatez que muchos adultos de los que nos rodean. - Bien, Kuvia, si Mustard está protegido por Xar, y si no quedan más traidores como aseguras... Sólo nos queda esperar que al amanecer se abran las puertas. Pero hay algo que me inquieta. El pebetero fue una de las más grandes preocupaciones al inicio, ¿realmente será tan fácil y podremos salir sin más? ¿No tendríamos que hacer algo con él?