Partida Rol por web

Cuando os despertáis no lo hacéis de un sueño reparador, como otros días. No os levantáis poco a poco, preocupados por quién habrá sido desenlazado. Al abrir vuestros ojos un poco antes del amanecer lo hacéis repentinamente. Notáis en todo vuestro ser que algo va mal. Estáis temblando... no, no estáis temblando. El suelo del Valhalla es quien lo está haciendo.

Os resulta difícil poneros en pie, a unos más que a otros, pero con el suelo en movimiento es complicado mantener el equilibrio. Algunos conseguís avanzar ayudándoos de los muebles. Otros no encontráis otra opción que arrastraros. A pesar de estar en el interior del templo, el viento os golpea en la cara con fuerza, acompañado de grandes cantidades de polvo. Podéis oír como algunos de vuestros compañeros chillan. Otros, preguntan a gritos qué está pasando.

Cuando conseguís salir de la habitación podéis ver cómo los demás están una lucha parecida a la vuestra. Tratan de llegar al salón principal ayudándose de todo lo que tienen. Clavan las manos en el suelo, se agarran a cada grieta en la piedra... La situación es demasiado caótica como para saber si falta alguien. Es la primera vez que veis a tantos héroes de otros mundos tomados por sorpresa, peleando con todas sus fuerzas contra un enemigo invisible.

Y, de repente, todo se detiene. El suelo deja de temblar y el viento pasa a ser una brisa y, después, a no ser nada. Podéis oír a alguien toser fruto del polvo tragado: estáis en el Valhalla y eso no es necesario. Probablemente se trate de un acto reflejo. Eso, o el poder del lugar se está debilitando a la vez que el de la diosa.

Aturdidos, pasan varios segundos hasta que el primero de vosotros comienza a ponerse en pie. Las piernas os tiemblan y sabéis que, de no estar en un lugar como este, todos habríais echado hasta la primera papilla. Los rostros de preocupación y desconcierto reinan en la zona. Miráis a vuestro alrededor y enseguida veis un grupo de lucilos saliendo de una de las habitaciones y dirigiéndose hacia el salón del trono. Antes de que os dé tiempo de identificar a quien pertenecía esa habitación veis una mueca de dolor en el rostro de uno de vuestros compañeros. La silueta de Hope empieza a iluminarse desde dentro, pero de alguna manera, parece ser capaz de controlar la luz y la contiene. Su figura parpadea una, dos, tres veces antes de caer de rodillas, pero sano y salvo.

En ese momento, cuando comenzáis a respirar aliviados, y os vais a encaminar de nuevo hacia el salón principal todo vuelve a comenzar. El suelo tiembla de nuevo. Tratáis de sosteneros en vuestros compañeros, pero no pasa mucho tiempo hasta que las sacudidas son tan fuertes que os tiran al suelo. El viento vuelve a levantarse, huracanado aquí, fuera de las habitaciones. Tenéis la sensación de que en cualquier momento podríais salir volando y algunos no conseguís reprimir un grito de horror al ver cómo Yuna efectivamente sale despedida. Por suerte uno de sus guardianes, Kimahri, consigue desprender separar una de sus manos del suelo y agarrarla por el tobillo antes de que se estrelle contra una pared. Durante unos segundos que os mantienen en vilo la veis mantenerse en el aire, sujeta sólo por la mano del ronso que cada vez tiene que esforzarse más, que no parece que vaya a aguantar mucho tiempo así. Un suspiro de alivio se escapa de vuestras bocas cuando Rinoa consigue alcanzar el mismo tobillo que Kimahri está sujetando, y entre los dos son capaces de devolverla al suelo. 

El salón principal parece el centro del torbellino. Hay tal cantidad de polvo levantada que no podéis ver absolutamente nada. Un grito repentino os pone los pelos de punta. Reconocéis sin problema la voz de Lightning. Con la cantidad de ruido que hay no podéis entender lo que dice, pero por su tono, parece una orden desafiante. Sin embargo, estáis demasiado ocupados tratando de manteneros con vida como para preocuparos por eso en este momento.

Y de repente, igual que la vez primera, el temblor comienza a ser más suave hasta detenerse, el viento amaina hasta la inexistencia y la tierra, el polvo y las piedras levantadas comienzan a caer aquí y allá, algunas con grandes golpes y otras simplemente posándose. Cuando la nube de polvo ha disminuido y por fin podéis entrar en el salón, os sorprende ver que la Portavoz no se encuentra en la sala del trono. La sala parece vacía, y completamente descompuesta. Una de las columnas está en el suelo, derrumbada.

Sin embargo, hay algo más... una figura os mira desde el Trono de Etro. Un hombre con el pelo largo y vestido de color morado oscuro. Caius.

La figura está mirando hacia abajo, tranquila. Cuando el primero de vosotros da unos pasos hacia la estancia, comienza a levantar la cabeza, despacio, hasta que sus ojos se cruzan con los vuestros. La sensación es indescriptible. Por un momento podéis sentir los dones de la diosa bullendo en vuestro interior, tratando de esconderse o activarse, y estáis completamente convencidos de que él ha averiguado, sólo con esa mirada, todas vuestras habilidades e intenciones.

Su pelo morado parece ondear por una brisa inexistente y algunas plumas que lleva en uno de los lados de su cara se mueven agradecidas ante la situación. Podéis ver su espada de color oscuro, del mismo tamaño que la de la Portavoz, pero mucho más ancha. Una débil luz parece irradiar de ella, hambrienta, y lo que parece ser un ojo cerca de su empuñadura os repasa a todos, uno a uno. Un escalofrío os recorre completamente cuando ese ojo se fija en vosotros.

Cuando habla su voz es potente y segura. Una sonrisa irónica se refleja en su rostro cuando os mira. - La Portavoz ha tenido que salir. Parece que ahora estaré yo al cargo de la guardería.

Ah... ¿Por qué no está Lightning? ¿Etro habrá caído? ¿Habremos caído todos? .. Cid más o menos pudo recuperar la compostura e incorporarse. Miró a sus compañeros, pero parecía que él llevaba la iniciativa. ¡Tú! ¿Quién coño eres?
¿Qué nos has hecho? No sé por qué, pero creo que este es el tipo del que se habló... 

Yuna se sentía extraña. Por poco sale volando y había sido salvada. Mira agradecida a Kimahri y a Rinoa y mira a Caius.

- ¿Quién eres? - le dice parándose al frente de sus compañeros. Sentía que algo había cambiado en su interior. ¿Será que el resto sentían lo mismo? -.

- Tu porte es oscuro. ¿Qué has hecho con Lightning? -.

Ella... ya no estaba a su lado, por lo visto que el destino lo odiaba realmente... quizás jamás estuvo destinado a estar a su lado... Molesto y cabreado se sostiene como puede contra el viento que sacude todo el Valhalla. Rueda por el suelo incorporándose después y lo único que puede hacer contra un enemigo invisible no es sino que apretar los dientes con furia. Tras ello al llegar al salón del trono y ver a Caius desenvaina su espada sin miedo y lo encara. ¿De verdad estamos preguntándole?

- ¿Es el mal que quiere destruir los mundos, porque habláis con él como si nada?- Dirige la punta de su espada hacia Caius,. amenazante pero sin atacarle y osado trata de plantarle cara.- ¡¡Responde a Yuna!! ¿Dónde está la portavoz de la diosa?

Cuando Laguna se despierta sabe que algo va mal, igual que todos. Trata de levantarse de un salto, pero la situación lo hace tan difícil que no tarda en estar tambaleándose y cayendo al suelo.

Los siguientes instantes son de confusión total. El segundo temblor, lo sucedido con Hope... cuando llega al salón del trono y ve a ese hombre sentado irrespetuosamente en él, no puede evitarlo: toda su formación como soldado le ha enseñado cómo actuar. Se cuadra y apunta con su ametralladora al hombre, listo para abrir fuego en cuanto sea necesario. Y en lugar de intervenir, espera en tensión una respuesta a las palabras de Yuna y Zack por parte del sujeto.

Malos augurios, eso es lo que aquel Caius parecía mostrar a todos.

-¿Hacia donde ha partido la guía? ¿volveremos a verla?- la idea de que Lightning les hubiera dejado era desalentadora. Más tarde mira en todas direcciones y pregunta- Por cierto, ¿donde está Aerith? ¿le ha pasado algo?

Al parecer Yuna había sido atacada o algo similar pero no se sabía nada de Aerith.

Caius os mira levantando una ceja ante las poses amenazantes de algunos. Se levanta y de un salto baja del trono. Se mueve más rápido de lo que vuestros ojos son capaces de percibir y aparece detrás de Zack.

- La Portavoz... No sé a ciencia cierta dónde está. Pero no cerca de aquí. Eso seguro. - Suelta una risa ligera mientras empieza a acercarse a Laguna. Coloca un dedo encima del cañón del arma y comienza a bajarla lentamente sin que éste pueda ofrecer ninguna resistencia. - Baja eso, hombre. Que le vas a hacer daño a alguien.

Con una sonrisa empieza a pasearse entre vosotros, mirándoos directamente a los ojos. - Lo cierto es que mi idea inicial al llegar aquí era desenlazaros a todos sin más. Pero tengo que reconocer que me estoy divirtiendo. - Hace una pausa mientras su sonrisa se ensancha. - Por lo que tengo entendido realizáis unas votaciones cada día tratando de localizar a mis Comealmas. Me muero de ganas de verlo en directo. Aunque he decidido hacer... algunos cambios en el sistema. Será más divertido si en lugar de votar a una sola persona, cada uno de vosotros vota a tres. 

Steiner se levantó tras haber caído de culo con toda la sacudida, y miró rápidamente que la Princesa Garnet estuviera bien. Luego miró al desconocido y se estremeció de sus palabras.

Rinoa pensaba que era imposible que las cosas fueran a peor, pero al levantarse se da cuenta de lo equivocada que había estado. No entiende nada. Tras cogerle el pie y salvar así la vida de su nueva amiga Yuna, se dirige hacia el desafiante Laguna y alza sus delgados brazos situándolos alrededor de su brazo, el que sostiene el arma.

Miedo. Mucho miedo. No puede evitar temblar al oír la voz del chico de morado dirigiéndose a ellos, hasta tal punto que deja de agarrar el brazo de Laguna para hacerlo con su hombro. A los pocos segundos se da cuenta que no puede comportarse de tal forma y, mostrándose al villano, dedica todas sus fuerzas a concentrarse en dejar de temblar.

No tengas miedo... no tengas miedo... que te digo que no tengas miedo, ¡tonta! 

Con lo que, decidida, le mira fijamente a los ojos y, apretando con fuerza sus puños, se le escapan los pensamientos. - ¡¿Qué te piensas que haces?! - en el mismo instante se da cuenta de la gravedad del tono de sus palabras y hace un paso atrás. - ¿Eres... un Comealmas? - dice más calmada, con una mezcla de respeto y miedo, sabiendo ya la respuesta a su pregunta. - No entiendo qué pretendes, es inútil seguir con las votaciones... - Mira de reojo dónde el día anterior se encontraban sus dibujitos y no ve rastro de sus rocambolezcos esquemas.  - ...Seguro que si votamos a uno de los tuyos nos harás el mismo caso que a Lightning. - al decirlo se da cuenta de la realidad de sus palabras. Lightning ha desaparecido y con ella toda esperanza. 

Maldito Comealmas... Aún no sé cómo, pero no dejaré que te salgas con la tuya.

Aquí todos actúan muy bien...

Se dio la vuelta muy rápido, tanto como pudo, pero Caius lo había sido más... estaba solo... de estar ellos uno habría cubierto su espalda y no podría haberle sorprendido, pero no estaban allí. Sabía que entre ellos había servidores de Caius, y que muy probablemente no habían demostrado sus verdaderas intenciones estaban tan perdidos como al principio... Cerró los ojos un segundo enviando sus pensamientos hacia lo lejano y después bajando su arma ya que eran solo dos los que le habían plantado cara con sus armas... sería inútil seguir empuñándola, aunque no la guarda todavía y vuelve a encararlo. 

- ¡¡No tienes derecho para estar aquí, tu que con tu sola presencia ofendes a la diosa!! ¡¡Somos más que tu!! ¡¡Aunque trataras de desenlazarnos a todos, no lo haríamos sin pelear maldito¡¡

Sabía que aquel extraño no traía nada bueno consigo.

-¿Tres votos? ¿así es como os divertís? Esto no es un juego, tratamos de acabar con los asesinos comealmas- miró con desprecio al extraño, antes de preguntar- ¿pretendéis convertir las votaciones en una burla para liar las cosas más de lo que ya están?

Si tuviese aquí mi lanza o un destornillador me iba a cargar a este tipejo. Cid apretó los puños pegados a sus piernas, sabía que no podía hacer nada en este mundo, sólo valían los dones concedidos por Etro y las decisiones de los portavoces.   ¿Tres votos? Muy bien, vamos a cazar a los comealmas que quedan de esta sentada. Fantarrón de mierda. 
Si se pudiese luchar... Ibas a durar poco, cabrón...

Una vez que la situación se ha rencauzado, el guardián camina impetuoso hacia el nuevo individuo que se sienta sobre el trono de la diosa.

 Cuando llega saca su brezo izquierdo del abrigo y lo deja caer,m después se coloca en posición de combate.

-Tú eres el causante de todo esto. Gaia acaba de sucumbir, por eso Lighting ha desaparecido, pero en un último esfuerzo ha dotado de un segundo don a los habitantes de ese mundo que descansan en el etéreo. - No se gira hacia él,p ero aun así lo habla - Y tú, Hope, Aerith dice que contratacó a quien trató de asesinarla, y tú has estado a punto de morir. Más te vale justificarte. - El guardián mueve el sable para dirigir la punta hacia Caius - ¿Quién está conmigo para esta lucha?

Sorprendida por la intromisión de Auron, Rinoa se avalancha sobre él.

- ¡¿Qué?! - No se lo cree - ¿Gaia acaba de sucumbir? Pero si aún estan aquí Cid y Za... - se da cuenta de lo que significan sus palabras justo antes de terminar la frase - ¡Un momento! ¿Eso quiere decir que... - dirige la mirada a Zack y luego a Cid - ... sois Comealmas? 

- ¡Auron! - grita mientras sigue fijando la vista en los dos sospechosos - ¿Me lo puedes confirmar? - quería verificar su teoria antes de decirla más gorda - De ser así, ¡cuenta conmigo para esta lucha!

-Zack no es un comealmas, eso puedo asegurarlo casi a ciencia cierta. La teoría de los caídos y la mía es que las almas que ya han sido desenlazadas, no sirven para sostener un mundo.

¿Y Shiva ha dicho algo de su don? ¿Queda limpio mi nombre o aún hay dudas de que yo fuera un Comealmas y Shiva inocente? - le pregunta Steiner a Auron.

-Poco importa quién haya dicho qué ahora, pero en este caso la única respuesta ha sido silencio. Ahora tenemos ante nosotros al causante del exterminio de un mundo, eso es lo importante. - Dice sin bajar el filo de su hoja.

Hope se dirige a Auron cuando le pregunta lo que ha pasado por la noche.

-Pues sí, esta noche me atacaron como Aerith dice, de hecho estuve a punto de morir, debió ser ella quien lo hizo creyendo que yo era malvado como reflejó ayer con su voto. Tampoco es que le culpe demasiado, estaba equivocada respecto a mí, pero me ha ayudado a ser aún más fiel que antes a la causa de cazar a los comealmas. Dile que siga igual de ardiente que antes, que desde ahora yo también intentaré serlo.

Pero los comealmas aún estaban sueltos.

-En cuanto a mis sospechas no han cambiado esta noche, Odín me sigue pareciendo sospechoso por apoyar a Tifa y por comenzar las calumnias contra mí junto con ella.

Ante tal despliegue de poder, Laguna sólo puede tensar sus músculos con más fuerza. Sabe que es una referencia para muchos y, si algo ha aprendido en el transcurso de su vida, es que las situaciones desesperadas pueden arreglarse de formas insólitas y con increíbles resultados.

Siente a Rinoa aferrándose a él cuando Caius baja el cañón de su arma. Maldito sea... parece que tiene un poder equiparable al de las brujas, piensa, incapaz de accionar el gatillo.

Después escucha las palabras de sus compañeros. En respuesta a Auron, Laguna añade. - Tiene sentido. Cuando devolvemos un alma a su cuerpo lo hacemos aquí, en el Valhalla, pero creo que no volvemos a enlazarla a su mundo. Sólo espero que al menos aquí sí queden enlazadas. Así tendrían que destruirnos a todos para acabar también con este lugar. - después, se dirige a Caius - ¡Eh, tú! ¿Por qué esperas que juguemos a tu juego?