Partida Rol por web

El Planeta os ayudó en vuestra batalla final contra el Meteorito, aumentando su Corriente Vital, y tras ello, todo fue paz y tranquilidad durante algunos años. Cada uno siguió viviendo su vida, pero sin olvidarse nunca de los demás, y mucho menos de los compañeros caídos en combate.

Te encuentras en tu casa, tranquilamente, pensando que el mundo ya no necesita héroes como vosotros... Es entonces cuando ves una inmensa luz llenando las ventanas. No puedes gritar, no puedes moverte. Y la luz entra en tu casa y lo llena todo, hasta que no hay nada más.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos u horas, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Tras los sucesos que sacudieron la tierra después de la última Lágrima de la Luna un grupo de valientes logró liberar al mundo del poder de la bruja Artemisa. Tras ello, todo fue paz y tranquilidad durante algunos años. Cada uno siguió viviendo su vida, pero manteniendo una amistad que perduró por los años. 

Te encuentras en tu casa, tranquilamente, pensando que el mundo ya no necesita héroes como vosotros... Es entonces cuando ves una inmensa luz llenando las ventanas. No puedes gritar, no puedes moverte. Y la luz entra en tu casa y lo llena todo, hasta que no hay nada más.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos u horas, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Cuando Cloud te lanzó hacia la Corriente Vital tu cuerpo y tu consciencia quedaron cristalizados en energía Mako dentro del cráter de Jénova. Una inmensa luz empezó a envolverlo todo hasta atraparte en ella.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos o años, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Tras la derrota de la Tiniebla Eterna en el Árbol Lifa todo fue paz y tranquilidad durante algunos años. Cada uno siguió viviendo su vida, pero sin olvidarse nunca de los demás y de todas las aventuras que pasaron juntos. 

Te encuentras en tu casa, tranquilamente, pensando que el mundo ya no necesita héroes como vosotros... Es entonces cuando ves una inmensa luz llenando las ventanas. No puedes gritar, no puedes moverte. Y la luz entra en tu casa y lo llena todo, hasta que no hay nada más.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos u horas, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Después de derrotar a Sinh todo fue paz y tranquilidad durante algunos años. Poco a poco reconstruisteis cada poblado arrasado, cada casa destruida. Cada uno siguió viviendo su vida, pero sin olvidarse nunca de los demás, y mucho menos de los compañeros perdidos. Tidus siempre tuvo un lugar en vuestros corazones.

Te encuentras en tu casa, tranquilamente, pensando que el mundo ya no necesita héroes como vosotros... Es entonces cuando ves una inmensa luz llenando las ventanas. No puedes gritar, no puedes moverte. Y la luz entra en tu casa y lo llena todo, hasta que no hay nada más.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos u horas, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Después de que Vanille y Fang se sacrificaran para salvar el Nido. todo fue paz y tranquilidad durante algunos años. Poco a poco reconstruisteis vuestras vidas, tratando de asimilar todas las aventuras vividas. Cada uno siguió viviendo su vida, pero sin olvidarse nunca de los demás, y mucho menos de los compañeros perdidos. Vanille y Fang siempre tuvieron un lugar en vuestros corazones.

Te encuentras en tu casa, tranquilamente, pensando que el mundo ya no necesita héroes como vosotros... Es entonces cuando ves una inmensa luz llenando las ventanas. No puedes gritar, no puedes moverte. Y la luz entra en tu casa y lo llena todo, hasta que no hay nada más.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos u horas, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Después de ayudar a muchas personas, en muchos mundos distintos el cansancio ha hecho mella en ti. En la última batalla sacrificaste toda tu energía para salvar a tu invocador y el agotamiento te obligó a retirarte a otro plano a descansar y sanar tu espíritu.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos o años, flotas en ese vacío blanco en el que descansas cuando ningún invocador te requiere. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Después de sacrificarte para salvar la vida de Cloud, y entregarle tu espada a cambio de que fuera tu legado viviente sentiste cómo tu cuerpo se elevaba y una inmensa luz te rodeó hasta llenarlo todo.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos o años, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

Después de que Fang y tú os sacrificarais para salvar el Nido, sentiste a Etro en tu interior, hablándote. Sus palabras eran apaciguadoras y como si fueran una nana, volviste a dormir dentro del cristal, como la vez anterior. 

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos o años, flotas en un vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.

En el momento en que caes contra el suelo te quedas sin respiración durante unos segundos. Miras a tu alrededor y ves una mano tendida hacia ti para ayudarte a levantarte.

El dueño de la mano es un hombre muy atractivo, con el pelo largo, vestido con extraños ropajes morados y una cinta con plumas en la cabeza. Aceptas titubeante su mano y una vez que te ha ayudado a ponerte en pie te sonríe.

- Hola, Tifa. Te estaba esperando. Camina conmigo, por favor.

Dais un paseo por la playa en el que te cuenta que es el Guardián del Caos. Dice que la diosa Etro ha enloquecido y ha alterado el Equilibrio provocando desgracias en todos los mundos conocidos. Dice que ha llegado la hora de solucionarlo, pero que está muy cansado y no podrá arreglarlo él solo. Que necesita ayuda y que eres una de las almas destinadas a apoyar su causa. Te dice que la diosa ha convocado muchas almas para enfrentarse a él, y por eso ha tenido que convocarte a ti, entre otros.

Te explica que para poder restaurar el Equilibrio primero hay que destruir todos los mundos. Que cuando sólo quede el Valhalla, él podrá encargarse personalmente de la Portavoz de la diosa sin mucha dificultad, ya que su poder estará débil. Y cuando lo haga, restaurará todos los mundos a sus inicios, pero sin las desgracias sucedidas en los últimos tiempos. En ese momento te mira a los ojos y te pierdes en ellos. - Imagínalo, Tifa, un mundo sin el Meteorito. Sin ShinRa. Con Zack, Aerith... Todos vivos. Merece la pena destruirlo primero para poder construirlo bien desde los cimientos, ¿verdad?

Lo cierto es que suena convincente, habéis sufrido tanto... Su voz te tranquiliza y da seguridad. No puedes evitar confiar en él como si de un viejo amigo se tratase. Cuando te tiende la mano y te pregunta - ¿Estás conmigo, Tifa? - tu respuesta es inmediata, coges su mano con fuerza - Sí, señor. En ese momento sientes un escalofrío recorriendo todo tu cuerpo. Sientes cómo cambias desde dentro. Ahora tienes el poder. Tienes una misión. Y estás resuelta a ganar esta batalla.

El escalofrío llega hasta tu cerebro y te desvaneces. Cuando despiertas estás sola de nuevo.

En el momento en que caes contra el suelo te quedas sin respiración durante unos segundos. Miras a tu alrededor y ves una mano tendida hacia ti para ayudarte a levantarte.

El dueño de la mano es un hombre fuerte, con el pelo largo, vestido con extraños ropajes morados y una cinta con plumas en la cabeza. Aceptas titubeante su mano y una vez que te ha ayudado a ponerte en pie te sonríe.

- Hola, Kimahri. Te estaba esperando. Camina conmigo, por favor.

Dais un paseo por la playa en el que te cuenta que es el Guardián del Caos. Dice que la diosa Etro ha enloquecido y ha alterado el Equilibrio provocando desgracias en todos los mundos conocidos. Dice que ha llegado la hora de solucionarlo, pero que está muy cansado y no podrá arreglarlo él solo. Que necesita ayuda y que eres una de las almas destinadas a apoyar su causa. Te dice que la diosa ha convocado muchas almas para enfrentarse a él, y por eso ha tenido que convocarte a ti, entre otros.

Te explica que para poder restaurar el Equilibrio primero hay que destruir todos los mundos. Que cuando sólo quede el Valhalla, él podrá encargarse personalmente de la Portavoz de la diosa sin mucha dificultad, ya que su poder estará débil. Y cuando lo haga, restaurará todos los mundos a sus inicios, pero sin las desgracias sucedidas en los últimos tiempos. En ese momento te mira a los ojos y te pierdes en ellos. - Imagínalo, Kimahri, un mundo sin Sinh, donde nunca haya existido. Donde no hayan hecho falta nunca los Invocadores... Con una nueva oportunidad para ti de no haber perdido el cuerno. Merece la pena destruirlo primero para poder construirlo bien desde los cimientos, ¿verdad?

Lo cierto es que suena convincente, habéis sufrido tanto... Su voz te tranquiliza y da seguridad. No puedes evitar confiar en él como si de un viejo amigo se tratase. Cuando te tiende la mano y te pregunta - ¿Estás conmigo, Kimahri? - tu respuesta es inmediata, coges su mano con fuerza - Sí, señor. En ese momento sientes un escalofrío recorriendo todo tu cuerpo. Sientes cómo cambias desde dentro. Ahora tienes el poder. Tienes una misión. Y estás resuelto a ganar esta batalla.

El escalofrío llega hasta tu cerebro y te desvaneces. Cuando despiertas estás solo de nuevo.

En el momento en que caes contra el suelo te quedas sin respiración durante unos segundos. Miras a tu alrededor y ves una mano tendida hacia ti para ayudarte a levantarte.

El dueño de la mano es un hombre fuerte, con el pelo largo, vestido con extraños ropajes morados y una cinta con plumas en la cabeza. Aceptas titubeante su mano y una vez que te ha ayudado a ponerte en pie te sonríe.

- Hola, Odín. Te estaba esperando. Camina conmigo, por favor.

Dais un paseo por la playa en el que te cuenta que es el Guardián del Caos. Dice que la diosa Etro ha enloquecido y ha alterado el Equilibrio provocando desgracias en todos los mundos conocidos. Dice que ha llegado la hora de solucionarlo, pero que está muy cansado y no podrá arreglarlo él solo. Que necesita ayuda y que eres una de las almas destinadas a apoyar su causa. Te dice que la diosa ha convocado muchas almas para enfrentarse a él, y por eso ha tenido que convocarte a ti, entre otros.

Te explica que para poder restaurar el Equilibrio primero hay que destruir todos los mundos. Que cuando sólo quede el Valhalla, él podrá encargarse personalmente de la Portavoz de la diosa sin mucha dificultad, ya que su poder estará débil. Y cuando lo haga, restaurará todos los mundos a sus inicios, pero sin las desgracias sucedidas en los últimos tiempos. En ese momento te mira a los ojos y te pierdes en ellos. - Imagínalo, Odín, un montón de mundos sin esclavitud, donde nunca nadie tenga el poder para invocarte. Donde no hayan hecho falta nunca los Invocadores... Donde seas libre y no tengas que correr de una batalla a otra ayudando a nadie. Merece la pena destruirlos primero para poder construirlos bien desde los cimientos, ¿verdad?

Lo cierto es que suena convincente, habéis sufrido tanto... Su voz te tranquiliza y da seguridad. No puedes evitar confiar en él como si de un viejo amigo se tratase. Cuando te tiende la mano y te pregunta - ¿Estás conmigo, Odin? - tu respuesta es inmediata, coges su mano con fuerza - Sí, señor. En ese momento sientes un escalofrío recorriendo todo tu cuerpo. Sientes cómo cambias desde dentro. Ahora tienes el poder. Tienes una misión. Y estás resuelto a ganar esta batalla por la libertad.

El escalofrío llega hasta tu cerebro y te desvaneces. Cuando despiertas estás solo de nuevo.

No sabes dónde estás y no tienes adónde ir, así que finalmente te diriges hacia el edificio del fondo. Sólo con acercarte puedes sentir su poder sagrado. Hay allí una energía oculta que lo recorre. En la puerta se pueden ver unos extraños símbolos en los que se lee "Templo de Etro". No puedes comprender cómo sucede, pero eres capaz de leerlos pese a no haberlos visto nunca antes.

Cuando entras en el edificio puedes ver unas enormes escaleras que parecen subir eternamente. Subes y subes durante lo que parecen horas, pero nunca te cansas. 

Al llegar arriba entras en una enorme sala. Al fondo hay un gran trono que parece estar hecho de cristal, vacío. Verlo te transmite una increíble paz, y muchísima tristeza. Algo en tu interior sabe que debería haber alguien sentado en él. La luz que has visto desde la playa cae directamente sobre el trono, iluminándolo.

De rodillas delante del trono puedes ver a una hermosa muchacha que parece estar rezando. Su pelo es de color rosa y va vestida con una extraña armadura plateada con detalles en dorado. De su cintura cuelga lo que parecen ser un gran número de plumas entretejidas. En su brazo izquierdo porta un escudo, y en su espalda puedes ver una espada imponente.

Por distintas puertas se van acercando otras personas, incluso algunos que no parecen personas, si no animales, o invocaciones y te das cuenta de que hay algunas caras que conoces de aventuras pasadas.

Poco a poco, la sala se va llenando, y la joven sigue de rodillas en el suelo, sin hacer caso de lo que pasa a su alrededor.

En un momento determinado, cuando parece que no llega nadie más, ella se levanta y mira a su alrededor. Cuando posa su mirada en ti durante unos segundos, puedes sentir en lo más profundo de tu ser su rabia y su dolor. Su rostro parece calmado, pero hay ira en sus ojos azules.

Descansa en paz, divina Etro. Yo protegeré tu legado.

Lightning (FFXIII-2)

Tras unos segundos de silencio en que os mira uno a uno, la muchacha comienza a hablar con una voz clara y potente. Tiene la voz de una líder, acostumbrada a ser escuchada y obedecida.

- Bienvenidos a las tierras de Etro. Mi nombre es Lightning y soy la Portavoz de la diosa. Supongo que tendréis muchas preguntas, pero sois muchos. Así que antes de que las hagáis, sentaos si queréis, - hace un gesto como señalando que podéis sentaros en el suelo, no hay ningún otro lugar donde sentarse - y escuchad lo que tengo que contaros. - Ella se mantiene de pie, delante del trono vacío. Espera unos instantes para que los que lo deseen se pongan cómodos y cuando lo considera oportuno comienza con su relato.

- Cada uno proviene de un mundo diferente, Spira, Gaia, Planeta... Todos existen a la vez en distintos planos dimensionales, junto a muchos otros. Todos convergen aquí, en el Valhalla. La diosa Etro era la encargada de guardar el Equilibrio entre los mundos, pero como podéis ver, casi ha desaparecido totalmente. Antes de desaparecer, me ha nombrado su Portavoz, y me ha encargado la misión de dirigiros para salvar todos vuestros mundos, y así, el Equilibrio. - Pasea lentamente su mirada de nuevo por cada uno de vosotros.

- Esto es lo que sé: un hombre llamado Caius fue convertido en Guardián del Caos por la diosa. Durante siglos ha mantenido este cargo con honradez, manteniendo el Caos bajo control y dejando libre la parte necesaria para conservar el Equilibrio. Pero ahora, por algún motivo, ha dejado de servir a la diosa y ha decidido terminar con todos los mundos para desestabilizar el Equilibrio, y provocar un colapso que termine con toda existencia. - Habla despacio, asegurándose de que todos comprenden sus palabras.

- Para conseguir esto ha encontrado un sistema infalible. Algunas almas están unidas a sus mundos. Puede ser porque lo hayan salvado, o porque estén destinadas a ello, o por muchos otros motivos, pero de alguna manera su destino queda unido a esas almas. Si estas almas son desenlazadas del cuerpo que las porta, estando fuera de su mundo, este se va debilitando, ya que las almas se pierden lejos de él. Si todas las almas unidas a un mundo desaparecen, el mundo muere. Caius y sus secuaces, que se hacen llamar los "Comealmas" han estado sacando a estas personas especiales de sus mundos y desenlazando sus almas, con el fin de ir acabando con todos los mundos uno por uno. Quizá hayáis oído hablar del mundo de Invalice... Es un ejemplo entre muchos, y ya no existe. La energía que se liberó cuando desapareció hizo temblar incluso el Valhalla. Por eso estáis aquí. - Hace una pequeña pausa antes de continuar.

- La diosa ha utilizado sus últimas fuerzas en traer a todas las almas que quedan enlazadas a distintos mundos a sus tierras. Sí, vuestros mundos son los últimos que sobreviven. - Se detiene y os mira fijamente. - Pero Etro está segura de que hay infiltrados Comealmas incluso aquí, entre vosotros. Por esto os ha dado un don a cada uno que os ayudará a defenderos. No podréis salir del Valhalla hasta que acabemos con todos los Comealmas.

Esto es lo que haremos. - Dice con decisión.- Es la voluntad de Etro que al final de cada día todos votéis a un sospechoso de ser Comealmas, y su alma sea desenlazada. Yo me encargaré de recoger vuestros votos en secreto y de liberar el alma del elegido. La diosa no tiene fuerzas para intervenir más, todo dependerá de vosotros. Así que espero que seáis sabios y vuestras almas sean puras. O al menos, que tengáis el suficiente interés por vuestra supervivencia y la de vuestros mundos como para tomaros esto con la seriedad debida. 

Se cruza de brazos y os mira. - Hoy, por ser el primer día no habrá votaciones. Cualquier necesidad física ha quedado anulada al entrar en estas tierras, pero por las noches habrá lugares donde todos podréis descansar. ¿Y bien? ¿Alguna pregunta?

Yuffie mira Lighting durante su discurso, seguidamente se arrasca su cabeza, no había entendido nada, solo sabe que los mundos están en peligro… o algo así… viendo que allí no se cansa corretea un poco de un lado para otro como si de una niña pequeña se tratase y seguidamente se sienta… si no se cansa ¡no es divertido!

Laguna se acerca unos pasos sin saber muy bien qué hacer. Tiene suerte: en las situaciones realmente importantes su cuerpo trabaja al cien por cien. De no ser así, le habría dado un calambre en la pierna al ver a la mujer del escudo y la espada, y habría sido una presentación bastante ridícula. Después se sienta y pega un repaso a los presentes. Hay muchos a los que no conoce, e incluso un par de Guardianes de la Fuerza entre ellos. Siguen siendo muy poderosos, aunque Shiva parece haber cambiado. Se alegra al ver a Squall y a Rinoa. Por un momento le ilusiona la idea de hacer equipo con el joven Seed. Sólo para asegurarse formula una pregunta en voz alta. - Entonces... si los que estamos aquí fracasamos... ¿todo nuestro mundo morirá?

En su expresión se puede ver su sensación de incomodidad: tiene el palillo que siempre muerde más flojo de lo normal y su mirada está perdida. Argg... Lejos de los motores y mi cohete, no sé reaccionar... Otra vez a luchar por nosotros. 
¿De verdad que tenemos que quedarnos aquí? ¿No hay manera alguna de pasar a la acción? Se cruza de brazos. Quedarnos aquí, votando hace que sienta que no hacemos nada y que esperamos a la destrucción de nuestros mundos.

¿Cuanto tiempo había pasado en aquel vacío antes de ser consciente de que mi cuerpo volvía a respirar? ¿Así era el lugar donde las almas descansaban en paz?

Las preguntas no cesaban en la mente del muchacho que con asombro observaba la grandiosa y celestial edificación, lo último que recordaba era haber solicitado unas alas para si mismo, antes de haber dejado a Cloud su legado. Solo esperaba que su sacrificio, no hubiera sido en balde. Con algo de recelo al principio, comenzó a subir los peldaños, aunque con el paso de las horas, su decisión se volvía más firme; al no notar cansancio alguno, comienza a subirlas mientras corre, con ansias de que de una vez se acaben.

Sus ojos infundidos por el poder de Mako, se posan sobre la figura de la oradora que reza ante ese hermoso trono. Confuso se siente incómodo de que su cuerpo no haya perdido el aliento, no siente fatiga, ni hambre, ni dolor...

¿realmente sería aquello el Etereo o solo un paso intermedio antes de llegar a tan ansiado descanso?

Sin embargo de haberlo sido, no tendría ahora a escasos metros a Cloud y a Vincent, a los que sin dudarlo les da un fuerte apretón de manos y sonríe con un brillo en sus ojos. Hay más gente a su alrededor, algunos son verdaderos desconocidos otros casi intuye quienes son, de hecho sus ojos se dirigen hacia su héroe, Sephiroth, o hacia Tifa, o incluso hacia los aeones.

- Hola Cloud, Vincent; Me alegra veros. ¿se puede saber donde estamos?

Pero antes que nadie responda, la oradora los interrumpe presentándose, ella es Lighting y al parecer no se hallaban en el Etereo ni en ningún otro lugar parecido que conociera. De algún modo había vuelto a la vida, y su mundo dependía de él. Quería ser un héroe, pero esto casi le venía demasiado grande. Su sonrisa se dibujó de soslayo en su rostro y avanzó con paso firme hacia Lighting, haciendo una reverencia.

- Mi nombre es Zack Fair, provengo del mundo conocido como Gaia, es un placer conocerla. ¿Hay alguna manera para averiguar el motivo que ha hecho que Caius se decidiera a destruir la realidad de todos los mundos?

La verdad es que todo aquello le sonaba muy extraño, pero dentro de lo que cabía, estaba vivo de nuevo. Cierto que no estaba su amada Aerith a su lado, pero de algún modo se le había brindado una segunda oportunidad para disfrutar de la vida, solo esperaba estar a la altura de las expectativas.

Cloud se acerca a sus compañeros agarrándose la cabeza dolorido y mareado, el viaje desde Midgard no le ha sentado nada bien.

Oye atentamente las explicaciones de la mujer, no le gustan, lo han mentido muchas veces y puede que este sea otro intento de hacerlo, sin embargo el saludo de Zack lo saca de sus pensamientos, aún así no contesta nada, sigue callado pensativo como es natural en el.

Pronto Yuffie se pone a correr Oh dios, que alguien la pare, dentro de poco se pondrá a hablar sin parar y hará que la cabeza me duela aún más. Aunque es su amiga Cloud se aparta ella, en su estado no quiere estar a su lado, a nadie con su dolor de cabeza no le gustaría estar cerca de ella.

Finalmente ve a Sephiroth y al hacerlo se decide a hablar.

Alguien quiere destruir el mundo??? Oh dios por que siempre me toca a mi salvarlo??? Bien, aquí tenemos a Sephiroth, no se por que buscamos más culpables. Si hay problemas siempre es cosa suya. No es la primera vez que intenta destruir el mundo. Primero lo intentó con Jenova y lo derrotamos, pero años más tarde al no integrarse su espiritu en la fuerza vital del planeta se manifestó convertido en tres hombres distintos Kadaj, Loz y Yazoo que al conseguir lo que quedaba de Jenova consiguieron unirse y crearlo de nuevo. No hay nadie tan peligroso y loco como el. Os recomiendo que lo vigiléis continuamente.

Yuna se encontraba un poco confundida porque se encontraba buscando a Tidus por Spira pero se hallaba allí y veía a su compañero Kimahri, a Wakka, a Auron, a Rikku... Se sentía muy aliviada y más cuando veía a Shiva, una de sus grandes aliadas en la lucha contra Sin. - Que bueno ver que están bien. Lástima que él y Lulu no estén aquí - dice con un aire de melancolía y reflexiona sobre todas las palabras de Lightning. - Es una situación delicada, pero sé que podremos salvar nuestro mundo. He confiado mi vida a ustedes en el pasado y lo haría nuevamente - le sonríe a sus compañeros y comienza a mirar a todos los que se encuentran en el lugar.