Partida Rol por web

Y ahí se encontraba Lemmy, (nuestro Lemmy D:) luchando por su vida mientras un fornido hombre musculoso lo levantaba en volandas, bueno, en volandas no, con una cuerda, pero no tocaba el suelo. Y bueno, poco más que decir salvo que el hombre musculoso se encontraba desnudo y tenía unas nalgas que podían partir nueces con ellas... y... ¡Era negro!.

Evidentemente esto quizás alertara al resto de los presentes, ya sabéis, hombres blancos y heterosexuales... pero había pocos para ser alterados, por lo que la conmoción de ver a Lemmy elevarse por encima de las aguas del lago a costa de un fortachón hombre de color con unos abdominales para rallar queso, fue menor al esperado por parte de una congregación como la nuestra.

Fabius Clementine trató de dar un paso al frente hacia la camioneta de las armas, pero algo agarró su pierna y cayó al suelo de bruces, revelando su rostro finalmente, como uno de los paletos más obtusos que he visto en mi vida, tan solo míralo, ni hizo falta que el claramente vástago de Duke Cornhauler se enredara en sus piernas para hacerle caer y reventarse la cabeza contra la parte trasera de su camioneta, el mismo caería por su propia cuenta.

Por otro lado, nuestro querido Jim Bob Jr. Le Blanc trató de llevarse las manos al tobillo para sacar su cuchillo, por desgracia al agacharse a recogerlo ya tenía algo similar -pero distinto- clavado en su espalda, al girar su cuello para ver qué era lo que estaba perforando su pulmón pudo ver con toda claridad... ¡Una hoz roja!. Detrás de la ensangrentada mano que la sujetaba, se encontraba no otro que James Watson... quien por algún motivo, también estaba desnudo...

Por parte de R2T2 C3PIO Smith ni tuvo tiempo a girarse, pues con un sonoro disparo de un rifle mandó a volar, el causante no fue otro que Johnny, el traidor a la causa, el causante de todo mal, y el que portaba ahora mismo un rifle humeante y se encontraba arrodillado ante una serpiente que sin querer había pisado, llorando por ser un monstruo desalmado.

El único que faltaba ahí era Sam Houston Dallas, que, si hacemos un proceso de eliminación, él era el negro con un cuerpo esculpido por los dioses y engrasado en aceite que había colgado a Lemmy Kilmister en aquel arbol.

Si alguien viene aquí a quejarse de cómo puede ser que una niña pequeña mate a alguien de forma tan cruel y burda, quiero decir en mi defensa que esa niña pequeña era hija de la feminista-cerdo de antes, ella vio y sufrió peores cosas que hacer tropezar y desnucar a un líder de secta.

Jijiji - decía echándose las manitas a la boca para reírse. - No se lo han esperado ni por un solo momento. - alzó el puño, aclamando la victoria. - ¡Por fin! Logré vengar a mi padre Gavin, el cual era un progre que luchaba por los derechos de las mujeres ¡y al que estos hijos de puta habían matado hace años! Por si fuera poco, mi madre para intentar vengarse, se infiltró aquí, pero la pillaron y la mataron, pero ahora yo, Leyla Meyers, acabé el trabajo que empezaron mis padres hace tiempo. - se acercó al radiocasete y puso una canción alegre para celebrar la victoria, no sin antes acercarse a Johnny y abrazarle, si no fuera por él, habrían muerto muchos más de los suyos.

¡Por un futuro más brillante!

¡Por nuestro compañero caído!

¡Celebremos nuestra victoria!

Jim Bob Jr. Le Blanc se arrastró por el suelo, moribundo, con aquella hoz atravesando sus pulmones. Le había matado un maricón. ¡Y encima comunista! Solo faltaba que además tuviera el sida. El tío, no la hoz, claro.

Horrorizado, incapaz de creer que sus hermanos hubieran sido tan idiotas de ejecutar a R y al hijo de un Grand Wizard, intentó con su último aliento de buscar una birra con la que calmar su sed. Pero en el suelo sólo había hierba y ceniza.

-Os dije... os dije que votáseis a Johnny, retrasados mentales... -musitó el redneck, antes de quedarse completamente inmóvil en el suelo, pero satisfecho de no haber visto la película de Capitana Marvel.

-Tommy ahi te voy, os he fallado a todos- y así dejo este mundo.

- Ven aquí, pequeñaja - secándome las lágrimas, cogí en brazos a Leyla-Duke y me acerqué al cadáver de Jimbo - ay, Jimbo... Jimbo, Jimbo, Jimbo, ¿aún no lo has comprendido? Daba igual que me votarais, hace tiempo que os teníamos cogidos por los huevos, especialmente desde que conseguimos cargarnos a R. Con mis tres votos, nuestro investigador James y, joder, ¿has visto los músculos de ese pedazo de negro? No, muchacho, sólo estábamos jugando con vosotros.

Miré el resto de cadáveres del lugar, especialmente el del niño ario que tuvimos que sacrificar.

- No espero que me entiendas, sí, soy ario, y sí, soy heterosexual, pero ante todo, soy hombre. Y desde que este capullito de alelí tocó mi corazón con su dulce fragancia mis prioridades han cambiado, incluso he aprendido a hablar mejor - mis ojos adquirieron un brillo soñador mientras miraba a Leyla - es el amor, muchachos, el amor. El rayito de felicidad que conmueve los corazones, el arcoiris de  radiantes pensamientos,  el dulce caramelo que te alegra el día, el tierno sentimiento ¡UUUGGGGH! - me encogí cuando algo golpeó mi espinilla.

Al bajar la mirada pude ver a Rumilda mirándome con mala cara. Lanzó un bufido y se dio la vuelta.

- Vamos, mi terroncito de azúcar, no te pongas así - dije dejando a Leyla-Duke en el suelo y acercándome a la cabra - no ha sido culpa mía, pasó sin que me diera cuenta, ya sabes, las circunstancias, me dejé llevar, mi hombría de macho ario... yo te sigo queriendo, pero te mereces alguien mejor que yo ¡IIIIIIkhh! - terminé doblado en el suelo cuando Rumilda, por fin, después de cinco días, decidió usar su super-mordisco a los huevos. Boqueando en el suelo vi como la cabra me lanzaba una última mirada iracunda con sus bizcos ojos y se iba trotando todo indignada.

Con mucho esfuerzo, me levanté.

- Bueno, seguro que mi hermano Boby se ocupará bien de ella, siempre se le estaba insinuando - tomé de nuevo en brazos a Leyla-Duke y miré a James y Dallas - excelente trabajo, muchachos, ahora a festejar al bar, como dije, ¡la primera ronda la pago yo! Y, después - miré a la niña que sostenía entre brazos - como te prometí, tu y yo nos vamos al caribe a tomar margaritas y bailar samba. Y luego ¡a Las Vegas! Ya verás qué bien cuidaré de ti, amore mío.

Al parecer, poco me preocupaba que fuera una niña, si ya me había casado con una cabra, ¿porqué no? El amor era el amor.

Una pequeña matanza más y la humanidad marchará mucho mejor. Asevero el comunista parafraseando a uno de sus escritores favoritos. Aunque muchos de los presentes no supieran que era un libro. Bien camaradas, esto se ha terminado. Pero la revolución nunca descansa.

El hombre negro al fin se había deshecho de las ataduras que le habían impedido matar a nadie desde la primera noche y estaba feliz recordando tiempos mejores, todo mientras ataba la cuerda a algún árbol de por ahí. tomo de vuelta la tunica que estaba allí y se la puso pensando seriamente en ir a recuperar su ropa y vestirse, aunque estaba seguro tambien de que las vistas eran buenas para cualquiera. 

-nunca descansa no, una batalla ganada no es la guerra vencida... nos quedan aun muchos... pero antes bebamos, festejar no estará mal - decidió viendo el cadaver que colgaba e hizo una mueca ante las palabras de Johnny más no dijo nada, aunque su mirada a la pequeña pelirroja decía claramente "si necesitas ayuda, sabes que hacer" con todo estaba seguro de que si Johny hacía algo malo la pequeña podía hacerse cargo... que para algo su madre era su madre. 

Y así termina la historia de mi Klan... todos los miembros de bien, hombres heterosexuales blancos y cisgénero, signifique lo que quiera significar esa palabra, colgados de los arboles, por otro lado, los muertos que no eran verdaderos miembros del Klan fueron retirados y llevados a sus familias, mandando una carta a la Asociación Central pidiendo su renuncia, lo mismo pasó con los vivos.

Y sinceramente, no sé mucho más, solo sé que cuando salió el sol, esto parecía un puñetero árbol de navidad...

^{_{Cuernitos, ¿Puedes bajar el termostato? Aquí empieza a hacer calor...}}