Partida Rol por web

Cuando el último de vosotros que fue llamado a la audición con la Hija de la Luna volvió a la sala, la noche había caído en el reino de Fantasía. Atreyu entró segundos después.

- Nuestra soberana ya se retira a descansar, pero me ha pedido que os dé un último mensaje. Quiere que cada día os reunáis aquí e intentéis averiguar quiénes son los traidores. Cada día debéis tomar la decisión de desterrar a uno de vosotros, aquel al que creáis culpable. Se hará mediante votación. Para hacer vuestra elección lo único que debéis hacer es mirar la botella - Atreyu señala la botella que descansa sobre la mesa en el centro de la estancia - mientras pensáis en su nombre. Al final del día, la botella nos dirá quién ha sido elegido. Por orden de nuestra emperatriz, yo no podré intervenir. La decisión es vuestra. El elegido será llevado a la Ciudad de los Antiguos Emperadores**, donde serán vigilados por Árgax*. También os pide que durante la noche permanezcáis en vuestras habitaciones privadas, pues es más probable que los aliados del mal elijan ese periodo para atacar.

- Sí... - Una voz como de ultratumba se escucha por toda la sala al mismo tiempo que una imagen se forma justo encima de la botella. - Escondeos durante la noche... Oh, vaya... Veo caras de sorpresa... Es cierto. Pensábais que había muerto de hambre, que La Nada me había tragado... Y así fue. Pero yo soy parte de la Nada, y allí será a donde os llevemos mientras dormís... Así que escondeos... Escondeos...

La imagen se esfuma mientras una horripilante risa retumba en la habitación.

Habiendo escuchado lo que todos y habiendo observado lo que aconteció, se limitó a meramente ignorarlo y continuar con el asunto que a él realmente le interesaba, porque amenazas de muerte por parte de un ente extraño o el aviso de aquel de la realización de juicios para culpar a uno de nosotros hacia su perdición, era algo completamente en segundo plano. Ya que, su plan se había puesto en marcha, y solo eso le merecía su atención.

Así que el esqueleto andante, Bones, habiendo escuchado las palabras de aquellos que lo han increpado en sus acciones contra la sirena, se limitó a no responder nada, ni mostrar siquiera un atisbo de sentimiento encontrado, ni de pena o vergüenza en sus acciones, a la par que no dijo ni hizo ademán alguno contra las duras críticas que estaban siendo lanzadas. Pues, lo único que esperaba, es que más de esas criaturas que decían ser gentes de bien, se unieran en contra de la violencia que el había realizado de forma predemeritada. Así que tan solo recapituló la información sonsacada:

-Kerasi, la sirena asustadiza, posee un artefacto. El cual puede ser de utilidad contra aquellos traidores.

Tras decir eso, volvió a callar. Sin decir nada más, ni moverse, siguió esperando a realizar su próximo movimiento, el cual, por supuesto que no sería sacar la espada ante alguien más, sino uno mucho más sutil, el cual le gangrenará el odio de todos los que aún son leales a la Emperatriz. ¿Acaso su plan es ser odiado por los leales?. De momento "El Caminante", "Lothlorl" y "Asgalot" le habían reprobado sus acciones. ¿Acaso los otros 13 aprobaban el uso de la violencia contra inocentes?.

Algunos fantasíos salieron en su defensa interponiéndose entre el loco y ella.

Después todo sucedió muy rápido: Atreyu entró y les indicó el modo en que iban a tener que deshacerse de los traidores. Era un castigo bastante civilizado, dadas las circunstancias, igual que era civilizado el método de selección.

A la intervención de Atreyu siguió un momento de pánico. Justo encima de la botella que tendrían que usar para la votación se materializó el rostro de un temible lobo de ojos rojos y largos colmillos que les amenazó. Reconoció a aquel ser de las historias de sus mayores. Estaba muerto, la Nada le había devorado y ahora él les devoraría a ellos desde la Nada con la ayuda de sus complices. Se puso a temblar.

La imagen se esfumó y quedaron solo los que habían estado. Era de noche y si la amenaza era cierta uno fallecería engullido por la Nada. ¿Pero quién?

El esqueleto demente desveló entonces cuál había sido su plan desde el comienzo dando respuesta a esa pregunta: Ella misma sería la primera víctima. El esqueleto le había obligado a mostrar su artefacto para que los traidores supieran a por quien ir.

Se hizo un ovillo en el agua y rompió a llorar silenciosamente. Nunca debió haber participado en aquello.

Malderín volvió de su audiencia con la emperatriz aun más saltarín y caracontento, tarareando una musiquilla. Al oir a otros de sus compañeros hablando de los artefactos, su cara reflejó que se sentía un poco triste, decepcionado de no ser único. Pero tras un momento de duda, despertó su optimismo habitual y empezo a hablar dando saltitos y acercandose a unos y otros. Así que la emperatriz también os ha dado regalos. A mí también, soy su amigo y la voy a ayudar. Y yo también le he dado un regalo, una flor muy bonita que encontré en el Bosque de Haule. Y le ha gustado mucho. Que generosa y que guapa es nuestra señora. A mi me ha dado algo para ser más listo, que bien. ¡Regalos para todos!

Sin embargo, al ver que el conflicto surgía entre algunos de sus compañeros, dejó de dar saltitos y se sento en la mesa, en silencio. Cuando Atreyu apareció y les dio instrucciones, Malderín se volvió a sobreponer. No nos peleemos, seguro que todos juntos encontraremos a esos triado... a esos traidores y los destetaremos! Somos un buen equipo, no? Su intento de optimismo acabó con un "no?" inquisitivo y lastimero y se quedó en silencio. Se calló justo a tiempo para escuchar esa voz atronadora y amenazante que interrumpió la escena. Oh, oh! ¿Qué es eso? ¿Quién nos buscará por la noche? ¡Qué miedo! y se agachó para quedar más protegido por la propia mesa.

El dragón habló de nuevo, acomodando sus alas al erguirse. Soñaba con el día que alcanzase el tamaño fastuoso de sus ancestros.

-Muchas somos las criaturas que aquí nos hallamos, y muchas las opiniones y sospechas. Ya véis que tenemos una gran amenaza que se cierne sobre nosotros y sobre el Reino. Debemos ser cautos y no precipitarnos, como veo que está ocurriendo con acusaciones tempranas.

El esqueleto andante tan solo se dignó a hablar tras escuchar el comentario propiciado por aquel fauno flautista, el cual había comentado exactamente lo que aquel saco de huesos quería escuchar. Así pues, alzando su mano huesuda derecha levantó dos de sus dedos sin piel ni carne y habló.

-Kerasi, la sirena asustadiza, posee un artefacto. El cual puede ser de utilidad contra aquellos traidores.

-Malderín, el fauno sordo, posee un artefacto. El cual puede ser de utilidad contra aquellos traidores...

-Aunque sería de interés, que Malderín lo mostrara a todos, para comprobar si su palabra es en efecto verdadera.

Dicho lo cual, siguió esperando a que algún otro comentara algo que le volviera a llamar la atención. Bajando sus dedos, cerrándose en su puño, y cruzándose de brazos, recostado contra la pared, siguió observando la escena que se le podría ir presentando ante el.

La perorata de aquél esqueleto estaba empezando a fastidiar a Kshpir, y cuando eso pasaba su fuego se volvía ligeramente más rojo.

- Bones, el esqueleto con verborrea, quizá debería callar un poco y esperar -gruñó irritado-. Sobre todo cuando, como ya le ha señalado más de uno de los presentes, sus acusaciones todavía no se basan en nada y es absurdo suponer que los que posean artefactos no estén del lado de los traidores.

Miró a Kerasi. Le sorprendía estar de acuerdo con una náyade, una criatura de agua, pero así era.

- Yo pienso como tú -dijo-. Y de momento no diré nada, ni si tengo o no tengo artefacto, ni lo que opino de que los demás lo tengan. Observemos y esperemos, antes de actuar como locos...

No dijo más, se limitó a quedarse ahí, donde había estado desde después de su audiencia con la Emperatriz, siseando y crepitando como hacen los elementales de fuego. Miró a su alrededor, sabiendo que era inútil intentar hacer cábalas tan pronto. Apenas sabían nada unos de otros.

Habiendo escuchado las palabras de aquel montón de llamas, Bones tan solo se limitó a negar con la cabeza mientras de dentro de sí, poco a poco, comenzó a salir una profunda y a la par, tenebrosa risa, que en poco tiempo llenó toda la estancia con aquel sonido raquítico de sus esqueletos crujiendo y contorneandose mientras iba acompasado con el profundo alarido de éxtasis.

-Kya-Hahahahahaha... 

Habiendose calmado, poco a poco la risa fue perdiendo fuelle y sus huesos dejaron de bailotear y temblar en su caja torácica, haciendo que aquel sonido característico desapareciera de la estancia tan rápido como había aparecido. Y entonces habló en relación con aquella criatura que lo había increpado, aunque de una forma especial.

-Me parece correcto. Es normal que los traidores digan de esperar, a ver quien es la primera víctima. Tal y como dijo aquella criatura sierva de la Nada, por las noches uno de nosotros perecerá, un leal a la Emperatriz. Así que, esperar de brazos cruzados, sin hablar entre nosotros, sin indagar ni investigar, es lo que más le conviene a los traidores. ¿Cierto?. 

-Puede que me veáis pinta del más cruel y malvado de aquí, pero eso no quita la culpa que vosotros los que aún sois leales a la Emperatriz, la culpa que tenéis sobre vuestras espaldas... o lo que sea que tengáis. ¿No sabéis de que os hablo o queréis seguir ocultando vuestra culpa y responsabilidad en lo que va a suceder esta noche?. 

-Y pese a que seguiréis en vuestros trece, en vez de ser culpables indirectos, os convertiréis en verdugos para privar de la libertad de uno de nosotros, sea culpable de traidor o un mero leal e inocente que no os caiga en gracia. ¿De eso no podemos hablar ahora antes de estar en la tesitura de condenar a uno de los 16 restantes?

Pasaría un instante antes de que el esqueleto continuara con su réplica, en donde meditaría sobre si era o no conveniente hablar más, o si por el contrario no dar más pistas sobre cual era su plan desde el principio y terminar ahí la conversación con aquel ser de llamas. 

-Seas o no un traidor a la Emperatriz y a nuestro mundo, una vez que termine esta noche, como tus palabras hagan mella en las cortas mentes de los que están aquí, tus manos estarán tan manchadas como las mías por el terrible destino que LA NADA va a imponer sobre uno de nosotros, que creo que todos sabremos quien va a ser... o quien puede llegar a ser...

Tras decir estas palabras, volvió a mirar a hacia la Náyade y soltó una leve risa entre sus dientes que dado a la falta de carne o piel en su rostro siempre parecía tener una sonrisa constante, lo cual sumado a sus acciones y a la situación tensa en la que se encontraban, lo hacía mucho más amenazante y perturbador.

Estaba claro que el saco de huesos necesitaba un abrazo. Y la bola de fuego y la náyade. Todos necesitaban un abrazo y a todos abrazó la pequeña squizz.
-Uy. No peleemos- dijo alzando las manos negras mientras contempla la bonita decoración que había dejado sobre los presentes- Si alguien trata de hacernos daño yo os protegeré, y vosotros me protegeréis. Y estaremos todos a salvo. Esa voz que dice nosequé de la nada no podrá hacernos daño, ni mucho menos a la emperatriz.

Bloop comenzó a bailotear entre todos los presentes dejando frasecitas escritas en el suelo sin darse cuenta de ello. Pero cuando bailó alrededor de Bones la frasecita que apareció fue en realidad un dardo muy bien lanzado.

"El que primero lo huele, debajo del culo lo tiene."

Claro que los squizz no eran capaces de controlar lo que escribían, pero si que manifiesta de muchas más cosas de lo que cualquier otro se lo diría con palabras.

“Comparto la opinión de Kshpir”, tomó Kairim un poco de interés en la discusión que estaba trascurriendo en su derredor, aunque aún estaba cavilando sobre la posible utilidad del regalo que había recibido de la Emperatriz. “Aún no tenemos ningún indicio para sospechar a nadie y...”

De pronto, se calló. ¿No era precisamente esta la estrategia de Bones? ¿Hacerlos hablar a todos, para poder finalmente disponer de indicios permitiendo de hacer la decisión? Al fin a al cabo, nunca iban a tenerlos si todos se quedaban callados.

“Pero comprendo la actitud de Bones”, terminó.

La Náyade no pudo más al ver que alguien aprecía apoyar al demente.

La actitud del esqueleto malvado es señalar con una diana a los que tenemos objetos. ¿o acaso él ha mostrado el suyo?. Es un falso y un hipócrita demente. El modo de conseguir que los inocentes tengamos ventaja sobre los culpables no es identificando quien tiene objetos sino USANDOLOS. Yo ahora tengo una diana que ese malnacido me ha puesto. Que nadie más se dibuje una. Guardaros en secreto vuestros dones hasta que los hayáis usado y compartir su resultado. Esa es la forma de vencer a la Nada.

Ante las palabras de la náyade, la boca llameante de Kshpir se curvó en una sonrisa irónica mientras miraba al esqueleto.

- Es curioso acusar de traidores a los demás, mientras uno es el único que intenta que muestren sus armas, lo único de lo que disponen para defenderse -gruñó-. Quizá la diana se la haya puesto él mismo sin saberlo y sea el primero en caer...

Viendo la actitud hipócrita de los presentes, el esqueleto andante volvió a hablar, a pesar de que parecía que todos y cada uno de ellos tenían un resentimiento contra él o sus acciones, algo totalmente infundado aunque propiciado por las acciones propias del esqueleto, de todas formas, volvio a hablar y esta vez, cercando más aún sus palabras de la gran verdad que estaba a rodear.

-Sean los que sean los traidores, vosotros y me refiero a todos vosotros, no sois más que una panda asquerosa de egoístas y traidores en segundo grado. Y es obvio que entre vuestras manos estará la sangre de la primera victima por La Nada y por los Traidores. Y tras esta, estará muy posiblemente un inocente encerrado por siempre. Y de vuelta a otra víctima de La Nada siendo todos ustedes complices indirectos, y de vuelta coartaréis la libertad de un posiblemente, otro inocente. Así una y otra vez, hasta que al final, tan solo queden los Traidores y La Nada logre engullirlo todo. Gracias a vuestro egoísmo y a vuestras cortas miras.

Dicho esto, ando tranquilamente entre los presentes extendiendo los brazos al aire, que pese a que sus acciones pasadas lo presentaban como una gran amenaza y así era como deseaba actuar, actualmente no parecía más que un inofensivo aunque espeluznante saco de huesos en simples harapos. 

-Todos tenemos claro que los traidores se conocen entre ellos, trabajan juntos. Actualmente somos 18, si los traidores fueran 9, esto terminaría en esta noche. Si los traidores fueran 8, terminaría tras nuestro primer inocente encerrado. Así poco a poco, podemos disminuir el número para poder asumir que los traidores que hay entre nosotros son menos que 4, muy probablemente 3. Ya que si no fuera así, toda esperanza se desvanecería de que la vida y el Reino en el que nos encontramos sobreviva a La Nada.

Se acercó poco a poco a la Náyade, quien a simple vista se notaba que esta no tenía ni un solo atisbo de cordialidad hacia aquel esqueleto andante, el cual, pareciera que la había condenado a perecer la primera al desvelar la posesión de uno de los artefactos que esta poseía.

-Mis manos es muy probable que estén manchadas en la sangre de esta pobre criatura, cuyo error fue levantar la voz cuando no debía. Yo la he atacado, yo la he presionado y ella ha cedido para decir el gran secreto, ella es una de las usuarias de un artefacto. No podemos saber si ella es o no una traidora, pero lo que sí podemos saber es lo siguiente. Si ella es eliminada por La Nada, los traidores tendrán el 70% de la Culpa, Yo tendré el 20% y todos aquellos leales que tienen un artefacto y NO LO HAN DICHO tendrán el 10% de la culpa.

Dicho lo cual, se giró hacia todos los presentes y los señaló con su huesudo dedo a la par que apretaba su puño izquierdo, lleno de ira e impotencia por los actos cometidos por los que supuestamente iban a ser sus compañeros en esta aventura para derrotar a La Nada y salvar el mundo en el que se encuentran.

-Yo soy el culpable de poner la diana sobre su cabeza, aquel fauno en su estupidez, valentía o ignorancia; hizo que el 100% de las amenazas que estaban sobre ella se disgregaran, compartiendo él parte de la amenaza que supone llegar a ser un objetivo de los traidores. Ahora tanto la Náyade como el Fauno son objetivos posibles para esta noche. Porque ambos han tenido la valentía de decir su secreto. ¿Por que me culpais a mi? Si ustedes no hacéis más que perder el tiempo a la par que escondéis vuestro secreto. ¿Por el bien de todos? Falso. Por vuestro propio bien. No sois dignos de portar un artefacto si no podéis llevar el peso de que esto supone. ¿Podréis ser victimas de la nada? Quizás lo seais, pero vuestro SACRIFICIO -haciendo alusión su primer discurso- supondrá la victoria para el Mundo de Fantasía y para la Emperatriz.

Dicho lo cual, se volvió a acercar más a la Nayade y esta vez, cayendo de sus cuencas vacías unas gotas de agua salada, que resbalaron por su calavera hasta toparse con el suelo, creando pequeños charcos de las lágrimas de aquel, temible y rudo esqueleto. Habló, casi susurrando a la Nayade.

-Siento haberte puesto en esta tesitura... sinceramente, pensé que... la gente leal iba a hablar y que el riesgo sobre su cabeza... se vería reducido por los 6 o 7 artefactos que seguramente hay... sinceramente, lo siento... no quería que tanto peso recayera sobre usted o sobre el noble fauno... 

La mujer se había quedado estupefacta con la actitud del esqueleto, en base a nada se autoproclamaba adalid de Fantasía y único con la verdad absoluta. Ella era un ser de movimientos y pensamientos lentos, y para cuando fue a reaccionar ya varios de los reunidos se habían acercado para auxiliar a la criatura del agua, por lo que se quedó sentada y siguió escuchando. Escuchar se le daba bien, actuar no tanto, pero la Emperatriz la había llamado y haría lo que pudiese para cumplir con la tarea encomendada.

La entrada de Atreyu distrajo la atención de todos de la conversación que se había iniciado y dio en qué pensar a Shantee, pero sus reflexiones se vieron interrumpidas por la aparición de aquella silueta fantasmagórica. La leyenda de Gmork parecía cierta, al menos hasta cierto punto. Las ramas de la ent, que eran su pelo, se replegaron sobre ella en un acto inconsciente de protección, pero las abrió al poco para ver y escuchar los nuevos argumentos que se daban.

Una hoja se marchitó y cayó desde la espesa copa hasta el tronco sentado de la mujer árbol, las palabras de Bones la confundían y su ánimo decaía, hechos que se mostraban en la lozanía de su follaje. Con dedos cuidadosos recogió esa parte que había sido de ella y ya no lo sería más, y habló mientras la miraba con nostalgia.

-Dissculpe sseñor Boness, me he perdido en variass ocassioness en ssuss disscurssoss pero creo que hay algo que no ha tenido en cuenta. -calló un momento y levantó la vista para mirar a la calavera -Ssi la Emperatriz tuviesse idea de quieness sson loss traidoress, no noss habría convocado, ella sse encargaría. Ssuponer algo por tener o no tener lo que llama artefacto, que no ssé de donde ha ssacado esse nombre puess el héroe Atreyu dijo que daría un poder, ess tan ssimple y tan peligrosso... Lo único que veo en ssu actitud ess la de que los demáss sse muesstren y, mientrass ussted missmo no ressponde a ssu propia pregunta, llama traidoress a todoss loss que no contesstan.

Sus ojos y su postura mostraban curiosidad por saber la respuesta del ser, si es que esa vez contestaba realmente y no volvía a atacar como ya había hecho anteriormente. Ella tenía muy claro que no iba a contestar a una exigencia, sólo hablaría de igual a igual, cuando el demandante fuese el primero en mostrarse.

Habiendo escuchado esas palabras, y viendo que esperaba una respuesta, aquel esqueleto que pasó de ser uno más al centro de atención por todos los presentes, aún más si cabe, que aquella criatura que apareció frente a todos.

-Al contrario, yo siempre he dicho la verdad ante todos los presentes, y es por eso que pido y exijo que todos nos sinceremos ante todos, porque sin tener la verdad como arma, esta catastrófica situación tan solo será una caza de brujas infundada y manipulada desde el principio por aquellos que son traidores. Así pues, ¿Por que ocultar información a todos los presentes?. Yo siento envidia de los que sí poseen artilugios, porque yo no he sido digno. Por tanto sé que no todos los presentes tienen poderes especiales que pueden usar en favor de la Emperatriz, y al igual que yo, somos más sospechosos.

Mientras hablaba poco a poco iba desatando los trapos raídos y de colores apagados que llevaba como única vestimenta, dejó con delicadeza en el suelo el escudo de bronce y se desató el cinturón dejandolo caer y junto a el su espada. Quedando completamente expuesto a todos los presentes, los cuales podían ver a través de el. Como ahora realmente no poseía nada escondido entre sus huesos, ni entre las costillas, ni en la pelvis. Estaba completamente expuesto a la mirada de todos aquellos que deseasen ver un esqueleto.

-Podemos concordar que hay muchos menos traidores que criaturas leales, ya que si de los 18 hubiera 9 traidores, todos los ataques nocturnos, como dijo aquel monstruoso ser, se harían con una efectividad total, contra los seres aún leales, y lo peor aún todos los debates y votaciones serían manipulados por los traidores. Si es que no deciden terminar de una vez con los leales una vez que sean mayoría. La única esperanza que tenemos, es que el número de traidores sea inferior a 4, en donde si en 4 votaciones no encontramos a algún traidor, todo habrá terminado. Tenga en cuenta que cada ciclo nuestro número disminuirá en 2, un leal por día es el mínimo que perderemos. Así que, si son 4 o más, todo esto habrá terminado en apenas 2 o 3 ciclos. Lo cual me niego a mi mismo que sea una posibilidad, porque estaríamos todos aquí condenados al exterminio, sin esperanzas de sobrevivir ni salvar al Mundo en el que nos encontramos. 

Habiendo hecho su punto de desnudarse ante todos los presentes, con cuidado y delicadeza se fue vistiendo sus trapos, aún así dejando el escudo boca abajo, abultando hacia el cielo, y su cinturón con la espada en el suelo, pues sabía que intentar de nuevo un movimiento amenazador, ahora que todos estaban en guardia, sería inutil.

-Así pues, podemos volver a las posibilidades. Los Artefactos son limitados, no todos tienen artefactos. Así que o bien solo los traidores no poseen artefactos convirtiendome a mi en un traidor confeso, y chocando con la lógica que usted ha expuesto, ya que si la Emperatriz supiera a quien dar o no un artefacto por ser o no un traidor, ya los tendría localizados y nosotros no haríamos ninguna falta. O bien, hay gente entre nosotros que pese a no ser un traidor, tampoco tenga artefactos. El cual, si mi palabra tiene valor, es lo que más creo. 

Aquel esqueleto andante se agachó para recoger su escudo, con delicadeza metió su mano huesuda por debajo del escudo, y lo levantó sin mucho esfuerzo pese a su condición de no tener músculos. Una vez arriba, lo tapó con sus trapos raidos y lo puso en su espalda, evitando así que se viera desde el exterior, creandole una especie de chepa. Aún teniendo la espada y el cinturón en el suelo.

-Ahora hay dos oportunidades que ver aquí, o bien ningún traidor tiene artefactos, o bien puede haber la posibilidad de que haya traidores con artefactos. Teniendo en cuenta que los artefactos son limitados, de momento conocemos de dos, pero puede haber más ocultos. Así pues, ¿alguien podría decirme que para el caso de 3 traidores, que posibilidad hay que los 3 tengan artefactos?  ¿y solo 2? ¿y solo 1?. Si no sabemos el número de artefactos nunca podremos calcular estas posibilidades.

Diciendo esto, agarró del suelo el cinturón con la espada y se alejó un poco de aquel ser imponente, se acercó a la hoja de pergamino amarillo y raído, al cual comenzó a cortar pequeñas tiras usando el filo de la espada, que pese a no estar afilado, le sirvió para poder medir de forma efectiva, y sacando de entre sus trapos de nuevo el trozo de carbón con punta comenzó a hacer pequeñas marcas y entonces comenzó a cortar siguiendo estas marcas. Una vez terminado obtuvo 18 pequeños trozos de pergamino, todos del mismo tamaño y todos idénticos en cuanto a contenido, nada. Entonces con el carboncillo afilado en mano, este lo lanzó contra el suelo partíendolo en distintos pedazos de distintos tamaños, aunque todos ellos con un trozo más puntiagudo que el resto, aunque sea levemente.

-Veo mi gran error por presionaros a todos para confesar quienes tienen los poderes, me disculpo ante todos. Comprendo que tengáis miedo a ser devorados por la Nada, al ser las primeras víctimas a manos de los traidores y en especial, me disculpo con la Nayade, a la cual, presione en exceso y la puse en esta dificil situación. Es por eso, que, confio en ustedes. Aquí hay 18 papeles idénticos, me gustaría que los que poseen un artefacto escriban una "X" en ellos, y los que no poseen un artefacto, escriban un "O". Así sabremos cuantos artefactos hay y nadie estará expuesto. Por supuesto que es probable que mientan los traidores, pero eso también se tendrá en cuenta para los cálculos de que posibilidad hay de que un, dos o tres traidores tengan artefactos. Así que por favor, los que aún sean leales, sed sinceros.

Dicho lo cual, dejó en el suelo los 18 trozos de pergamino y los distintos tipos trozos de carbón. Entonces cogió uno de esos trozos de carbón y 3 papeles, en donde escribió dos "X", tanto por la Nayade como por el Fauno, y un "O" en referencia a el mismo. Y esperó, o mejor dicho, deseó que todos los miembros de aquella instancia hicieran lo mismo, que cogieran un trozo de carbón y pusieran su respuesta, doblaran el papel y lo dejaran cerca de Bones, el cual se había sentado unos pasos más atrás de los papeles observando como la escena se desenvolvería.

A Malderín el esqueleto le daba miedo y hablaba tanto que le costaba seguir el hilo. Finalmente, le pareció entender algo y no pudo reprimir un estallido de alegría. Dio un salto y se puso a hablar, aunque temeroso se alejó del esqueleto que además de hablar sabia luchar. Yo no sé mucho de traidores, pero en mi bosque hay lobos y otros depredadores y son animales peligrosos. Pero mi hermano Ferdarín dice que son cobardes y nunca atacan de uno en uno. Así, querido Bones, no sé si es verdad lo que dices. Creo que crees que los malos atacaran por separado y seguramente ataquen a la vez a uno de nosotros. Ay, espero que no a mí. El fauno temblaba y sonreía. Estaba atemorizado pero por un momento pensó que había dicho algo listo y estaba orgulloso.

A Kshpir empezaba a darle vueltas la cabeza con tanto número, tanto cálculo y tanto vaivén mental de aquél esqueleto. Como veía que su treta no le había salido bien, ahora reculaba y pedía disculpas. Pero el elemental de fuego lo había calado hacía ya rato y no pensaba dejarse embarullar más. Él ya tenía muy claro lo que tenía que hacer, y esperaba que los demás también.

Se limitó a resoplar una voluta de humo y permaneció en silencio.

Los números y conspiraciones no entraban en el cerebro de Bloop. Ella estaba hecha de tinta del más puro negro. Nada de materia gris, solo mucha tinta hecha con las mejores agallas. Y por ello no había en su cabeza lugar para las tramas demasiado complejas.
–¡Uy!¡uy!¡Uy! Habla como un político, no como un fantasio– dijo mirando al esqueleto con un repentino recelo, muy poco propio de ella–. Será mejor no hacerle mucho caso...

A saltitos se acercó a la nayade que parecía preocupada.
–¡No te preocupes! Nadie te hará daño aquí, porque todos nos defendemos a todos. Cuando Fantasia está en peligro, los auténticos fantasios nos unimos. Nada de disputas tendió la negra mano a Kerasi– ¡Le ignoramos y ya! Dame la mano, verás que dibujo más bonito te queda. ¡¡Tenéis suerte de poder ser decorados!!