Partida Rol por web

Shawn se pasó la mano por la nuca y centró su mirada en Kammy. Hacía apenas un rato había dicho algo que había quedado grabado en su memoria, algo que no le había gustado. Aun así se esforzó por tranquilizarse y pensar con claridad.

—Gente, nos estamos yendo. ¿Es que nadie le vueltas a qué hacían Alana y Seth despiertos en mitad de la noche? —enunció hacia el resto del grupo. —¿Alguien puede mirar el alma de esos dos y confirmar su inocencia por favor? Sinceramente me preocupa más que alguien pueda estrangularme mientras duermo que no quien ha sido una mosquita muerta desde que llegamos a esta ciudad.

No era capaz de creer que ya se hubiera formado otra discusión tan rápido. Era como si les encantase estropear el momento, justo había regresado Jane y ya estaban al ataque por auténticas bobadas. —Pensad con claridad ¿De verdad vamos a matarnos por quien habla más o menos? Centrémonos en pruebas y hechos, ¿no?

Su mirada se suavizó al mirar a Lyman sentado en el bordillo del suelo, casi tentada a dejar el lugar que defendía por ir a sentarse a su lado y apoyar la cabeza en su hombro. En momentos como aquel, y de una manera absolutamente egoísta, deseaba que la vista del hombre se recuperara de pronto, para que pudiera leer en sus ojos lo que no le podía decir en palabras. Sin embargo, se alegró de que recuperara la compañía de Jane ahora que ella no podía dedicarle sus caricias. 

Una sonrisa ladeada se dibuja en su rostro al escuchar a Seth, que aunque de humor vulgar e iracundo podía ser muy chistoso en su enojo. Pero pronto vuelve a concentrarse y su rostro se torna neutro nuevamente, mientras escucha a Thomas justificándose, o al menos intentando hacerlo. Por supuesto, Adam no tardó en ponerlo en su lugar y terminó de sacarle la sonrisa que había logrado aguantar con el chiste del tatuado al darle un nuevo significado al III.

Shhh - se hizo callar tan pronto escuchó su carcajada, negando con la cabeza - Lera, Lera, no te quiebres ahora, que ya has mostrado demasiadas fracturas... - repitió en su cabeza como un canto, acostumbrándose a la melodía hasta hacerla suya. 

La pregunta de Alana le recordó lo mucho que se habían expuesto, y rogó que Allegra no decidiera confirmar nada. Pero lo hizo y dio las explicaciones pertinentes, a lo que Lera respondió con un suspiro. Ya casi podía ver el interior del cañon de la escopeta apuntando entre sus dos ojos. Y no solo a ella, por lo que escuchaba del resto. Le guiñó un ojo a Andy al oír la frase que mencionaba, una de las razones por las que prefería guardar silencio en todo ese ambiente constantemente bélico. Levantar la voz era prácticamente ofrecerse de voluntario para fusilamiento, y aquello no le apetecía ni un poco. Pero considerando que Andy se había arriesgado por ellos, le pareció justo hacerlo por él. 

Si me permites, escritor, esta vez yo me guiaría más por palabras de alguien que se atrevió a dar su nombre como fuera Albert Camus que por las de un anónimo cualquiera. No puedo asegurar la inocencia de nadie más que de mis hermanos, pero en el caso particular del chico presente, he tenido menos razones para sospechar que de cualquier otra persona fuera de mi familia. - contestó brevemente al tiempo que guardaba la navaja en su bolsillo nuevamente. - A fin de cuentas, me imagino que no soy la única con problemas de confianza a estas alturas, y si tan poca sospecha me genera alguien a pesar de su casi permanente silencio, tiendo a tomarlo como una buena señal.

Adam escuchó de refilón las últimas palabras de Thomas y no pudo contenerse. -Pero qué pasa contigo majete. Cómo que silencio de Adam o victimismo de Paul. Qué cojones hablas tú si en lugar de boca parece que tienes un esfinter y cada vez que la abres es para soltar mierda por ella.-  dijo ya con claro enfado. -Pero ¿cuándo cojones respondes tú a nada?- Le miró con claro desprecio. -¿Tú tranquilo? Me parto la polla. Tú lo que eres es un podrio. Pero lo más gracioso es que no te apeas del caballo ni aunque esté dando coces. Tú sigue, que te estas cubriendo de gloria.- Se echólos dedos a los ojos y se los frotó.- A ver si lo entiendes así. ¡Qué no marees la perdiz tio! ¡Qué a Anastasia y a mi nos han intentado matar y no ha sido entre nosotros!. ¡Qué no nos intentes meter en tu lago de mierda!. ¡¿Qué no solo los portadores matan por la noche?! ¡Pues muy bien tio. Pues otro grupo de hijos de puta igual!. A ver si así lo entiendes, ¡cooooño!- Le miró un instante tratando de abrir más los ojos. -Qué dices, ¿qué yo ataco por las noches como una sabandija?. Pues mira, te lo respondo claro a ver si te pispas: ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!. Espera que te lo repito...¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!. ¿Ya? ¿Lo pillas?.- Entrecerró los ojos poniendo uno de los brazos en jarra.-Ahora, que te lo digo a la cara y delante de todos. Cuando toque elegir, te voy a elegir a ti, más a gusto que un arbusto, porque me tienes hasta los huevos.-
 

Mira a Adam. Suspira.- Ok, esto es ridículo. ¿He dicho claramente que me pareces un traidor, y que eso te ha pasado por querer atacar a Anastasia? No. ¿He tomado la idea de Kammy para ver si sacábamos algo en claro? Si. Tal como hemos hecho todos al preguntar cosas a Anya, Roger y Paul. Si quieres dirigir tu rabia contra mi esta tarde, pues bien, hazlo, me importa bastante poco. Y ya deja de gritar hombre, que te vas a quedar sin fuerzas para lo que se vendrá a la tarde.- Negó con la cabeza, dejado al yonki discutir solo si eso le seguía apeteciendo.

En algún que otro momento Xia abrió los labios para intervenir, sin embargo, las acusaciones volaron de un lado a otro de forma apresurada, incluso palabras cargas de odio. Desconfianza y tensión, señal inequívoca de que las seis, hora tan temida se acercaba. La joven oriental no cesaba en mirar en la gran torre de reloj, centro de muchas conversaciones.

La conversación trataba sobre varios puntos que todavía se consideraban un misterio. - Al igual que Kammy yo también pensé que se habían atacado uno al otro, sin embargo, tal idea la deseché en cuanto ninguno hizo nada contra el otro. Si uno de los dos hubiese sido, habría actuado como víctima lanzando acusaciones y centrando la atención sobre el supuesto atacante. Vamos, tal y como ha dicho Andy. Lo cuál no ha sucedido. - Expuso sin titubear un instante la joven asiática.

Con una mirada señaló a Kammy, la chica de pelo morado. - Entiendo que ella lo haya cuestionado, quizás esperaba alguna reacción más que una explicación. No obstante, agarrarse a eso...no le veo ningún sentido a mi parecer. Más cuando a Anny le han atacado dos noches seguidas. ¿No prueba eso su inocencia?- Añadió como si no necesitase ninguna explicación más sobre aquel punto. Al menos por el momento.

Hizo una pequeña pausa y suspiro cansada de tanta discusión e insulto que no llevaba a ningún sitio. Pero había más asuntos que tratar. - Sobre Seth y Alhana, está claro que no han ido a por ellos, y dudo que o hagan. Se me ocurren varias teorías al respecto, quizás los quieran vivos ya que gracias a su “inmsonio”, son un blanco fácil para las acusaciones, sean ciertas o no, lo que está claro es que están en duda. ¿O me equivoco? - Lanzó aquella pregunta al aire.

Después de su intervención, Xia esperó a que los demás tuvieran más que añadir a su palabras. O quizás una corrección. Lo que sí estaba claro es que el tiempo se acababa, otra vez, y nuevamente tenían que dar un nombre.

Después de escuchar todas las explicaciones, para mí un tanto escasas, me quedó claro que no había entendido el motivo de mis preguntas. Necesitaba información porque no quería cometer errores.

Sonreí a Allegra con sinceridad, me alegraba de que se hubieran encontrado. –La verdad es que me dais un poco de envidia. Me alegro de que os hayáis encontrado. Mi vida fue bastante solitaria como Fata y como humana no ha sido mucho mejor, solo había tres personas con las que quisiera reencontrarme y dos están muertas. Ojalá tuviera vuestra suerte.

Dicho eso me concentré en temas más serios.-No sé si me he explicado bien. Ya sé que lo que puedo hacer tiene un gran inconveniente, por eso intento asegurarme mucho antes, de hecho podéis comprobar que esta noche no lo he usado y eso es porque no estaba segura. También ese es el motivo por el que os he hecho esas preguntas, estoy segura de que tanto yo como vosotros, necesitamos información. Pronto sonará el reloj y tenemos que intentar no cometer errores. Me preocupa el motivo por el que te han atacado dos veces, Anastasia. Tal vez sea verdad que puede ser por testarudez, pero creo que eso sería absurdo. Esto es una situación de esas de con nosotros o en contra nuestro, si yo tuviera que hacerlo y confirmara que tengo un enemigo, lo eliminaría lo más rápido posible. ¿Hay alguien que sepa lo que puedes hacer?

Me sorprendió que Shawn y Xia volvieran a poner en duda mi inocencia y francamente me molestó bastante.-No veo que problema tienes, Shawn. Si eres inocente no tienes nada que temer de mí. Dices que te preocupa que te ataquen mientras duermes, pero parece que no te importa que hayan atacado a Anastasia dos veces. No da la impresión de que te preocupe la posibilidad de que haya dos grupos de asesinos. Ya he explicado y demostrado lo que puedo hacer, si eso no es suficiente no sé qué más explicarte. Lo que sí que te voy a decir es que me parece muy extraño que vuelvas sobre lo mismo, cuando todos están buscando culpables tú intentas desviar la atención de nuevo a nosotros. ¿No será que alguna de las cosas que se acaban de decir ha dado en el clavo y tratas de que se pase por alto para proteger a algún “viejo amigo”?- Miré a Thomas de forma significativa, no se me había pasado por alto el comportamiento entre los dos.

El pequeño mimo que Anastasia deposita en sus hombros le sienta como agua de mayo. Tanto estrés, ningún apoyo fijo y muy pocas verdades a las que aferrarse hacen de este día uno muy duro para Seth. Sus ojos la observan alejarse, serios, pero en estos se descifra un cierto agradecimiento. - Gracias... - Le dice mientras se crea más distancia entre ellos.

Atiende a las opiniones que se forman sobre él y sobre Alana, que parecen encontrarse en una situación similar. Espera antes de responder, a todos en general. - Es normal que dudéis, pero no se me ocurre una manera de demostrarlo. Es decir, ¿alguno se ve capaz de permanecer despierto conmigo? Si es así, perfecto. De otro modo, tiene que ser como propone Shawn, algo más místico, ¿no? - Se encoge de hombros algo frustrado. - A ver, es una putada enorme para mi que no sea algo tan directo como traer a alguien a la vida de nuevo. - Desvía su mirada hacia el francés. - Trato de ser todo lo claro que puedo, pero es que coño, es bastante simple. Por las noches, tengo los cojones de salir a ver si veo a los asesino, o a cualquier otro que merodee, por lo que parece... - Dice y se interrumpe para mirar a Alana. - Pero como la vida es una mierda, no soy invisible. Por eso mismo elijo si salir o no, aunque ahora no tiene sentido, ya que lo he largado a los cuatro vientos. Antes podía significar el ser descubierto o no. - Finaliza sus explicaciones.

Las seis de la tarde estaban cada vez más cerca y todos podíais sentir su proximidad. Las agujas del reloj seguían girando sin descanso en aquella enorme esfera, y las llamas que bailaban sobre cada número danzaban con ellas. Muchas discusiones estaban aún a medias cuando fueron interrumpidas por un cambio de luz. Después de tantas veces estabais empezando a acostumbraros a verlo, pero en ninguna ocasión la oscuridad generada por él había llegado hasta este punto. El cielo ennegreció primero tanto como la noche, pero no se detuvo ahí: el ambiente siguió oscureciéndose y oscureciéndose hasta que no pudisteis ver absolutamente nada, ni siquiera vuestras manos si las acercabais a vuestro rostro. Y aún entonces la negrura fue a más, instalándose en la parte interior de vuestro cráneo durante algunos segundos.

Y sin embargo, justo después, todo terminó. Lo hizo con una luminosidad enorme, como si de repente el día recordase que no debía ser tan negro y tratase de compensar la luz perdida. Cegó vuestros ojos con una enorme intensidad y sólo cuando vuestras pupilas estaban empezando a adaptarse todo empezó a volver poco a poco a la normalidad.

Para entonces cuatro nuevas llamas habían aparecido en el reloj, aunque para los que no llevaban la cuenta empezaba a hacerse complicado saber cuáles acababan de nacer y cuáles no. Una negra, sobre el número I, que hacía compañía a la blanca que ya se encontraba allí, y tres blancas sobre los números VI, X y VIII, de las que sólo la última tenía pareja.

En total había ya siete llamas blancas sobre los números I, V, VII, VIII, X, XI y XII y nueve llamas negras sobre el I, II, III, IIII, VII, VIII, IX, XI y el XII, formando una imagen incompleta y, en cierta forma, temible.

Vuestros ojos aún estaban acostumbrándose a la normalidad cuando algo más llamó vuestra atención: un sonido diferente cuya procedencia no lograbais terminar de ubicar.

En un lugar como este en el que hasta las respiraciones se oían a decenas de metros, un continuo plic, plic, plic fuera de lugar como ese llamaba la atención. Plic, plic, plic. Plic, plic, plic.

Tardasteis algunos segundos más en localizarlo: provenía del cadáver de Ivanna. Se encontraba misteriosamente húmedo, como si acabase de salir de darse un baño, y en las puntas de sus dedos se condensaban gotas de agua una y otra vez hasta caer al suelo. Plic, plic, plic.

Poco a poco la frecuencia con la que el agua iba cayéndose fue haciéndose menor, y cuando el sonido cesó pudisteis ver sus dedos moverse suavemente. Su piel estaba húmeda y su pelo mojado, y una expresión de extrañeza no tardó en aparecer en su rostro mientras empezaba a incorporarse lentamente. De forma casi automática empezó a abrazarse a sí misma, como si toda esa agua le hubiera traído también un frío cortante. Otra más había regresado.

Ivanna temblaba de frío y castañeteaba los dientes, parpadeando varias veces, confusa y asustada, tratando de acostumbrarse a aquella nueva luz y a aquel puente, que a pesar de no ser nuevo para ella, durante varias jornadas le había resultado irreal y lejano, a la par que diminuto.

Miró a un lado y a otro, temerosa, respirando agitadamente, como si esperase a que sucediese algo horrible. Esperó en tensión y en silencio, clavando sus ojos verdes sobre cada uno de los presentes, incapaz de soltarse a si misma, tanto por el frío como por el miedo.

Y sin embargo, aquel instante inicial transcurrió, inalterable y pacífico, sin que nada que perturbase la paz de su espíritu sucediese. 

Aunque aún se abrazaba a si misma, el alivio consiguió que relajase su postura y que suspirase hondamente, en medio de los temblores que sacudían su cuerpo- Gr...Gracias-musitó, refiriéndose aparentemente a nadie en concreto, dedicando a continuación una mirada triste al resto de sepulturas, mordiéndose el labio inferior a la par que sus ojos humedecían, amenazando con derramar lágrimas, que a juzgar por el frío que sentía quizá ni siquiera estaban cálidas.

Buscó entonces entre los rostros que poblaban el puente aquel bajo el cual se escondía Aina. Su aspecto humano se le antojaba extraño tras haberla vislumbrado tal cual era, pero continuaba siendo hermosa, y aquello la hizo esbozar una tenue sonrisa- Todo está bien. Estoy bien. Dile que no le olvidaré, y que haré lo que pueda para tenerlo a mi lado una vez más.

Kammy sentía temor de que fuera Thomas el elegido pero hubo un momento en el cual se sobresaltó. Se giró lentamente hacia Andy sorprendida y le miró por unos cuantos segundos con una profunda tristeza en su corazón.

Sus ojos ya se habían tornado violeta intenso cuando decidió apartar la vista. Las discusiones continuaban pero ella se encontraba soportando las lágrimas, tratando de no llorar. Hace mucho tiempo había jurado no volverlo a hacer y aunque había roto su promesa con la niña ahorcada, no quería hacerlo, no más.

Es entonces cuando el reloj hace su espectáculo una vez más, robando la atención de todos, tratando de comprender qué ha sucedido, qué ha pasado ahora que no hubiera pasado antes. A pesar de la conmoción, no tiene mucho tiempo, ya que una extraña sensación, similar a la del regreso de Jane, invade el lugar. Se gira y ve cómo Ivanna comienza a reaccionar. En ese momento, mira a Jane, preguntándose si era ella o la misteriosa fata que había traído a Roger de vuelta quien había hecho eso.

No quería pensar demasiado en ello, así que se acercó a Paul y le dijo - Creo que lo mejor es que mires a sea quien sea que caiga hoy en las votaciones -.

Se mantenía tranquilo ante tanto ataque, ante tanto cúmulo de sandeces dicha por Adam, y de insinuaciones del resto, porque todo le daba igual. Estaba claro en donde caería la rabia de la mayoría aquella tarde, y así lo creía, pero hubo una insinuación entre todas que simplemente no se pudo contener, una que si bien era una mención como cualquier otra, para Thomas no era lo mismo, era un ataque personal. No, para Thomas no, para Gelion.

- ¡No te atrevas a mencionar eso! - Dijo, apuntando furioso el dedo contra Alana.- ¡Insinúa lo que quieras sobre mí, cuestiona mi inocencia lo que quieras, pero no te atrevas a insinuar que yo y esa rata del palacio somos amigos! - Furioso era poco, aquellas palabras habían tocado en lo más profundo de su orgullo como guardián del Bosque, y era también un ataque directo. Escupió el suelo para retroceder, tratando de permanecer calmado, mientras dirigía una fugaz mirada rabiosa hacía el tipo con el que le intentaban conectar.

Las mejillas de Zaira se sonrojaron y una suave sonrisa aleteó en sus labios cuando Annie le dijo que la canción le había quedado bien. - Deberías ir al otorrino - . Le dijo, inclinándose desde la barandilla del puente, para susurrarle esas palabras en el oído. 

Observó como se acercaba a Jane y sus ojos se empañaron al ver el esfuerzo que tenía que hacer para acuclillarse. Pestañeó y apartó la mirada, dirigiéndola hacia Thomas. Se quedó en silencio, observándole mientras él intentaba justificar su comportamiento. A Zaira no le habían gustado sus palabras. ¿Qué problema tenía con palacio? Arqueó una ceja, molesta y negó con la cabeza.

- No te confundas. Cuando se les preguntó a Paul, Roger o Anya, no acababan de ser apaleados hasta casi perder la vida - . Se mordió el labio y miró de nuevo hacia el reloj. Habían aparecido nuevas llamas y la luz de la ciudad había hecho su particular festival de oscuridad. 

Bajó de la barandilla, volviendo a posar sus pies sobre el suelo de piedra y esta vez dirigió su mirada en dirección hacia el sonido de gotas de agua cayendo. Tardó un poco en encontrar su procedencia y cuando lo hizo, una mueca se formó en sus labios. Instintivamente le lanzó una mirada fugaz a Jane, con el ceño fruncido. 

Ivanna regresaba a la vida. Zaira caminó hacia ella, quitándose el abrigo que llevaba puesto y se lo colocó por los hombros a la pelirroja. Sus palabras detuvieron sus movimientos y volvió a mirar hacia Jane, para volver a mirar de nuevo a Ivanna. Asintió con la cabeza y una sonrisa se dibujó en sus labios. 

- Entonces me alegro de que estés aquí - . Le dijo y la abrazó, dándole un suave beso en la mejilla. - Aunque te echaré de menos en el otro lado - . Le guiñó un ojo y una suave risa salió de sus labios.

Vale. Otro comentario que realmente le volvía a tocar las pelotas, el de Zaira. No podía negar que ese aire de superioridad que tenía al saberse inocente por todos desde el primer día, y su desdén constante a cualquiera que no opinase como ella realmente le tenía harto. Típico de excusas de fata del palacio.

- Oh, ¿así que ahora vamos a ponernos a ver si actuamos de forma cruel o noble? No me jodas, desclasada.- 

Volvió nuevamente su molesto mirar, ya no tan enojado como antes, pero aún se notaba que no se encontraba a bien. Apuntó su mirada a Adam, y sentenció firmemente.

- Vale, matenme. Pero te advierto: Dame un solo motivo para no arrastrarte conmigo cuando ya me encuentre muerto.- Luego apunto a Lera y Allegra.- Y espero que tu vínculo con ellas sea lo bastante fuerte para cuidarte... O quizá los tres se van conmigo.

En aquel momento, una ira apasionada se apoderó del cuerpo de la vagabunda, y lo que podría haber pasado como un simple insulto en cualquier otro momento ahora se tornó en una amenaza directa y latente sobre su familia, provocando una reacción visceral que le robaba cualquier atisbo de sensatez en su hasta ahora frágil pero controlada mente. Si había algo que se pudiera agradecer en aquel momento era que hubiese guardado hace unos minutos la navaja en su bolsillo, pues su primera reacción fue atacar a Thomas, tomándolo de la camiseta para llevar su espalda contra alguno de los faros cercanos.

¡¿Que dijiste?! - rugió al dibujante, enfurecida y con ojos que bien podrían haber estado hechos de llamas - Vuelve a amenazar a mi familia una puta vez más, pedazo de mierda, ¡una puta vez más y te mato ahora mismo!

- Vamos, te estas tardando en apresurar tu condena.- Respondió a Lera sin mirarla, mientras le daba la espalda para dirigirse a Shawn.

- Voy a morir Ohtar. Y no me gusta la idea, pero sin mí eres la única opción que le queda al Fäe.- Para Gelion Fäe era el Bosque. El Palacio solo era un gran adorno que había ocasionado todos los males del lugar, y tanto la Linde como la Bruma eran consecuencias directas de lo que los habitantes del Palacio hacían, y confiaba con que él entendiese eso, al menos ahora.- Fueron los del Palacio quienes no sacaron de Fäe, y fueron ellos quienes nos trajeron nuevamente aquí para matarnos unos a otros... No debes olvidar eso cuando vuelvas al Bosque. Da igual lo que pase con el resto, pero el Bosque tiene que sobrevivir a todo esto. Se implacable en tus acciones. Hazlo por el Bosque.- 

Frustrada por no lograr su objetivo de acorralarlo y por haber sentido la tela escaparse de su puño como si de arena entre sus dedos se tratara, golpea una de las murallas a su alrededor. - No tientes tu suerte, fata del bosque. Los que no tenemos nada que perder no tenemos miedo a arriesgarnos por venganza. - dijo arrastrando las palabras, controlándose para no saltarle encima y metiendo sus manos a los bolsillos. 

Su mirada se clavó en Allegra, un pequeño atisbó de sonrisa en sus labios, pero sus ojos aún llenos de ira, como un niño caprichoso que se divierte al sacarle los brazos a los insectos. 

- Mi suerte ya esta echada desde que absurdamente posaron sus ojos en mi, cuando otros se salen con la suya.- Se giro hacia Lera, nuevamente tranquilo, sin mostrar ningún atisbo de temor a la muerte en sus ojos.- Aunque no me gusta la idea de morir por berrinches como los de ustedes, no puedo hacer nada si son la mayoría.- Mientras hablaba, comenzó a dibujar en su cuaderno, con lápices no de tinta, por si Hundo decidía unirse la escaramuza contra el guardián del Bosque, y de la hoja salieron dos falcatas que blandió para esperar los ataques, mientras se preguntaba si la chica decidiría cumplir su amenaza ahora, o si esperaría al ocaso para actuar con el resto.- No tienes nada con que tocarme.- 

Allegra asintió como respuesta a las palabras de Alana e incluso consiguió esbozar una pequeña sonrisa. Sin embargo, la tensión de la discusión que la rodeaba atrajo su atención y su mirada tan sólo se intercalaba entre Adam y Thomas.

Cuando la oscuridad les sobrevino, tan densa y profunda como la que asolaba las noches, estiró ambas manos, buscando el contacto de Adam y Lera con ellas. Con rozarlos era suficiente para saber que estaban ahí, junto a ella incluso en la más negra oscuridad. 

Parpadeó, acostumbrando de nuevo sus ojos a la luz cuando esta volvió y percibió por el rabillo del ojo la vuelta de Ivanna. Sonrió muy levemente, pues las palabras de Thomas, cada vez más crispadas, no le permitían prestar atención a otro lugar ni a otras personas. Su pecho hirvió al escuchar cómo el dibujante osaba amenazar a Adam y tuvo que apretar los dientes y los puños para no aplastar su cabeza contra los adoquines en ese mismo instante. - Va de farol. - Murmuró, masticando cada sílaba para sí misma. 

Sin embargo, su rostro se giró rápidamente, en el mismo instante en que Lera terminaba por perder los papeles y salía en dirección al tipo. No podía culparla por ello. Ella misma estaba a punto de ebullición. Pero sabía que esa no era la forma. 

- Su momento llegará pronto. - Dijo con solemnidad, dirigiéndose a Lera pero sin abandonar su posición. Adam todavía estaba herido y al menos una de las dos debía permanecer a su lado. Y más si la crispación seguía subiendo de nivel. - Le estás dando lo que busca, no dejes que te provoque, Lera. Él mismo se está coronando cada vez que habla. Deja que el reloj sea el que haga justicia. - Sus ojos brillaban con ira mientras se movían para fulminar al joven con ellos. Por primera vez desde que se metió en esa estación de metro, Allegra estaba deseando que el reloj diese las seis. Estaba deseando participar en el combate. Y ojalá pudiera dar ella el último golpe.

Shawn estaba escuchando a Alana hablar cuando escuchó como se refería a él, no era para menos, estaba acusando abiertamente a Seth y Alana de conspirar contra el grupo. Todo y eso no pudo evitar poner los ojos en blanco y una mueca de cansancio en su rostro —¿En serio?, ¿otra vez con lo mismo?— pareció querer decir.

—Alana... Shawn resopló con aspecto de estar muy cansado de aquel tipo de tonterías. —¿Por qué dices que no me preocupo por los ataques? Yo... —comenzó a decir quizá tratando de justificarse pero terminó levantado el brazo en un gesto de cansancio para zangar el tema, no iba a discutir tonterías. —Lo que tu digas, piensa lo que quieras. Pero que sepas que una cosa no quita la otra, ¿cómo no voy a ponerme nervioso cuando sé que ambos estabais despiertos? —dijo el guarda forestal adelantándose hacia la rubia. —Lo siento pero es igual de justo que tu afirmes eso, que el hecho de que yo pida que comprueben vuestra coartada. Shawn se encogió de hombros y se giró sin prestarle mucha más atención a Alana. —O pueden comprobar la mía, no tengo nada que ocultar. 

Aquella rabieta por parte de Alana había enfadado a Shawn en demasía. Simplemente se se alejó de allí y fue unos metros hasta el resto del grupo. No quería saber nada más de ella.

Aprovechó que todavía hablaban Allegra, Lera, Zaira y Thomas para unirse a la discusión sobre la que se centraba ahora. —Thomas es posible que tus intenciones sean buenas, pero calentando al personal no vas a conseguir nada. Creéme cuando te digo que si hoy acabáis peleando no será porque te crean culpable, será únicamente porque te has ganado su odio.