Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

El lugar que nunca fue

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12/02/2015, 23:26
Elendë

Sí, ya lo he decidido. Voy a votar a la niña, no me fío de ella. Tal vez nos equivoquemos, porque estamos votando a ciegas, pero tampoco se me ocurre que más hacer. Se lamentó Elende. Espero que tengamos la misma suerte que la primera vez.

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13/02/2015, 03:01
Yassela

Una risa cascada brotó en la garganta de la anciana, sacudiéndola como las hojas de un árbol con el viento. [color=#0B3B17]- Yassela se encuentra bien, niña. A Yassela le gusta escuchar hablar a los jóvenes, aunque no sepa de lo que hablan. Hacía mucho que Yassela sólo podía hablar consigo misma.[/color]

Se colocó la ropa con la mano nudosa, poniéndose más cómoda contra el árbol y asintió casi imperceptiblemente.[color=#0B3B17] - Podéis marcharos cuando queráis hacerlo. A Yassela le gusta vuestra compañía, pero entiende la impaciencia de los brotes como vosotros. Hay tantos sueños perdidos que visitar como soñadores en el mundo. O tal vez tantos soñadores como sueños perdidos. ¿Quién podría decirlo? Yassela no podría.[/color] - Volvió a reír de nuevo y finalmente los tres pares de ojos ciegos se fijaron en uno y en otro Fata.

[color=#0B3B17]- Quedaos cuanto queráis en el bosque de Yassela. O marchad en busca de vuestros recuerdos extraviados si lo deseáis. Si no encontráis el camino, siempre podéis intentar regresar.[/color]

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13/02/2015, 20:07
Serindë

-Pues ya está. -dijo Serindë cuando todo terminó en aquel puente que parecía estar tan lejos y tan cerca al mismo tiempo. -Estaba claro que Anya iba a hacer algo, ¿por qué la han votado tantos? ¿están ciegos? -los ojos de la fata se habían oscurecido tomando un cierto tono púrpura y su expresión era triste. -Por favor, no le digas a nadie quién soy. Está claro que es muy peligroso que se sepa.

-Nunca había matado a nadie. Ni antes en Fäe, ni con ninguna de mis carcasas mortales. -añadió, mirándose hacia los pies descalzos. -O al menos no lo recuerdo. -matizó. -¿Te hizo daño?

Luego escuchó a Yassela y miró a Elende. -Ayer tu hermana y yo salimos del palacio ese para intentar llegar al reloj. El chico de voz dorada que estaba allí dijo que el reloj estaba en todos los sueños que había visitado. Pero llegamos aquí. También dijo que podíamos intentar volver allí si queríamos. ¿Quieres que nos quedemos? ¿O vamos a ver si hay algo más? -preguntó dudosa.

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13/02/2015, 21:39
Elendë

Ahora solo nos queda esperar a ver lo que dice Paul de Anya, aunque cada vez estoy más convencido de que es una de ellos. Comentó Ellende, que se había puesto un poco más serio. Y espero que no nos hayamos equivocado con la niña. Pero aún así, lo hecho, hecho está, y nuestro objetivo sigue siendo el mismo. Que sea una niña no le da más derecho que a ninguno de nosotros, todos tenemos muchos más años de los que aparentamos, no tiene sentido preocuparse por esas cosas. Parecía como si intentase convencerse a sí mismo.

Miró a Serinde un sonrió. No te preocupes, estoy bien, solo tengo unos rasguños que se irán en unos días. Se quedó meditando unos instantes y, tras una última mirada a Yassela, se decidió. Debemos seguir adelante, siempre podremos volver aquí si queremos. Supongo que este es un hasta luego, Yasela. Espero que volvamos a vernos, pero ahora debemos seguir nuestro camino.

No le gustaba dejar a la fata en aquel lugar sola, pero tampoco podían quedarse allí eternamente.

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13/02/2015, 23:16
Serindë

Serindë suspiró y luego enderezó su espalda. Parecía haber decidido aferrarse a las palabras de Elende. -Sí. Sé que tienes razón. No era una niña aunque lo pareciese. Y que fingiese serlo era muy raro. Espero que no nos hayamos equivocado, pero si es así... Bueno, tendremos que seguir adelante. Al fin y al cabo, ella también estaba dispuesta a matar a alguien. -se calló un momento y luego entrecerró un poco los ojos. -Y yo también creo que Anya es una de ellos. Ahora se hace la víctima después de haber estado insultando todo el día. Pero a ver qué dice Paul...

Luego miró a Yassela y le hizo una pequeña inclinación. -Hasta la vista, Yassela. No sé si volveremos a vernos, pero ha sido agradable conocerte. 

Miró a Elende y pareció dudar sólo un momento antes de estirar la mano para coger la del fata con ella. -¿Vamos? -preguntó, dispuesta a seguir caminando hacia el reloj.

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14/02/2015, 14:24
Yassela

La anciana tan sólo sonríe a las palabras que le dedican los dos Fatas y se recuesta más sobre el árbol antes de que sus ojos ciegos se cierren, al mismo tiempo que lo hacen los de las águilas de sus hombros. 

[color=#0B3B17]- Partid sin tristeza y que los sueños guíen vuestros pasos.[/color] - Sus palabras llegan lejanas y amables, con cierto sabor a despedida.

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14/02/2015, 14:30
Narrador

Cuando el último árbol del bosque queda atrás, de nuevo el camino bordeado de agua se ve iluminado por los pequeños fuegos fatuos, que marcan una estela que seguir y de la que es imposible ver el final. Tan sólo la esfera del reloj, brillando a lo lejos, parece estar en la misma dirección. 

El aire parece más húmedo ahora, cargado de sueños y añoranzas, empapado por esa ligera melancolía que empaña los deseos perdidos. Sin embargo, al mismo tiempo, es capaz de exaltar el ánimo del más incrédulo de los mortales, haciéndolo capaz de las mayores proezas. Tan sólo... Tan sólo hay que seguir ese camino, tan sólo hay que permitirse soñar. 

 

 

 

Poco a poco el caudal de agua va disminuyendo, el río de cauce desordenado se va convirtiendo en riachuelos, para terminar como un fino hilo de agua que parece seguir el mismo camino que los fuegos fatuos marcan. Los arbustos van desapareciendo y el suelo se vuelve seco y quebradizo.

Es difícil decir en qué momento el ambiente se reseca o en cuál el aire deja de ser puro para empezar a estar más cargado. Pero aún es más complicado saber cuánto tiempo ha pasado. El sonido de los pasos suaves sobre el césped se va haciendo más audible cuando la hierba escasea hasta que en algún momento es innegable que el paisaje ha cambiado por completo. 

Llega un momento en que los fuegos fatuos se desvían hacia la izquierda, como queriendo esquivar lo que hay en línea recta, y al levantar la vista hacia delante se puede ver un abismo que separa dos lugares. Un puente de cuerda y madera parece ser el límite entre la última zona habitable y la bruma que se extiende más allá. El olor a humo flota en el ambiente y todo el lugar trae inevitables recuerdos a los que visitaron en algún momento la Linde. 

Los pies de los visitantes levantan pequeñas nubes de polvo en un suelo que parece no haber sido pisado por nadie en mucho, mucho tiempo. Sin embargo, a lo lejos, a la misma distancia que antes, continúa estando la presencia del reloj como si de un faro se tratase, iluminando con esas pequeñas llamas blancas y negras el cielo brumoso en el que parece estar amaneciendo de forma constante. 

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14/02/2015, 14:32
Wilwarïn

Una figura esbelta se gira sorprendida al sentir el movimiento de los recién llegados. Se trata de una Fata que parece hecha de ceniza. Toda su piel es gris y está surcada por grietas profundas que desvelan un color dorado bajo la capa de polvo que la cubre por entero. Sus cabellos flotan alrededor de su rostro en un viento inexistente y es difícil decir en qué punto termina su pelo y empiezan las cenizas en que parece disolverse. 

Tan sólo lleva una tela, también gris, prendida de un hombro y atada en la cintura, a modo de túnica. Sus ojos permanecen cerrados en todo momento, sin embargo, su rostro parece mirar directamente a los recién llegados, como si no necesitase verlos para saber dónde se encuentran. 

Cuando habla, su voz es apenas un susurro frágil, como el de quien lleva tanto tiempo en silencio que apenas recuerda cómo se hablaba. [color=#6E6E6E]- Habéis llegado lejos, visitantes. No esperaba encontrarme con nadie más hasta el fin de mis días.[/color] - No es difícil notar la sorpresa en su voz, así como la curiosidad. [color=#6E6E6E]Soy Wilwarïn, la última de los Custodios Extraviados. ¿Puedo preguntaros por qué habéis venido a este lugar yermo?[/color]

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15/02/2015, 02:41
Serindë

Al principio del camino Serindë metió los pies descalzos en el agua y caminó por ella. Incluso intentó tocar uno de los fuegos fatuos con los dedos. Pero cuando el caudal fue disminuyendo salió de allí para caminar por la tierra cada vez más seca.

Su caminar se fue volviendo cada vez más lento y cansado hasta que llegaron al lugar que traía recuerdos de la linde de Fäe. Miró a la fata que allí había con curiosidad y antes de responder miró también a Elende.

-Venimos del bosque, esto es un sueño perdido también, ¿verdad? -preguntó echando un vistazo a todo. -Intentábamos llegar hasta el reloj, pero no hay manera. ¿Qué es eso de los Custodios? 

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15/02/2015, 14:39
Elendë

Siguió el camino en silencio, pensando en aquel misterioso lugar, el bosque, los fuegos fatuos, el río y las palabras de la anciana fata.De vez en cuando giraba la cabeza y contemplaba a Serinde sin llegar a decir nada. Se preguntaba quien los había traído aquel lugar y la razón por la que lo había hecho, pero no llegó a manifestar sus dudas en alto.

Supongo que buscamos respuestas a unas preguntas que ni siquiera entendemos. Dijo Elende, inclinando la cabeza a modo de saludo respetuoso. No estaba seguro de si podía verlo, pero pese a todo había que mantener la educación. Mi nombre es Elendë y ella es Serindë.

Tras presentarse esperó a que Wilwarïn respondiese a las preguntas de Serindë.

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15/02/2015, 15:14
Serindë

Mientras esperaba la respuesta, miró a Elende y frunció el ceño. -Me ha pasado una cosa. -le contó, menos animada que cuando habían estado en el bosque. -Estoy en otro sitio también, en un lago. Con Falmari. -ladeó la cabeza y lo miró con curiosidad. -¿Has sido tú?

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15/02/2015, 15:37
Elendë

Elendë miró sorprendido a Serindë. Aquello era tan repentino como inesperado. ¿En un lago con Falmari? Preguntó, extrañado, con el ceño fruncido. No tengo nada que ver con eso, lo siento, pero ten cuidado. Si lo que se dice es verdad, ella no está de nuestra parte. Al menos si se puede confiar en Paul.

La miró preocupado. Aunque tal vez puedas descubrir algo de tu pasado.

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15/02/2015, 15:43
Serindë

-Eso espero. -suspiró e hizo un gesto que de haber sido hecho con su carcasa humana se habría entendido como poner los ojos en blanco. -Hasta ahora me ha llamado hija de puta y genocida, ha dicho que nos estamos equivocando con todo y que está harta de estar con los muertos, que está eso lleno de parejas y virgencitas. Y agárrate... -continuó, con un nuevo suspiro. -Ha convertido el agua del lago en whiskey o algo así. Y se está bañando dentro. -terminó con una mueca de asco.

Se calló un momento. -Tendré cuidado. Pero voy a ver si al menos me sirve para averiguar algo sobre quiénes eran mis padres. -Se acercó un poco al chico y cuchicheó algo en voz baja. -Me gustaba más el bosque de Yassela que esto. Está muy... seco.

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15/02/2015, 16:13
Narrador

Al mismo tiempo que en la ciudad gemela que ambos habitabais, visteis cómo aquí, sobre el reloj, aparecían un par de llamas sobre el número XII, danzando al mismo tiempo que las que vuestras carcasas humanas observaban.

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15/02/2015, 20:18
Wilwarïn

La Fata devolvió la inclinación de cabeza de Elendë y respondió a las preguntas con el mismo susurro tenue y frágil. [color=#6E6E6E]- Sí, esto es un sueño perdido. No todos son bonitos y llenos de colores, viajeros de sueños.[/color] - No se traslucía molestia o ningún tipo de recriminación en su voz. Tan sólo enunciaba de forma concreta. 

[color=#6E6E6E]- Cuando el río de Almas seguía su cauce y su caudal era grande, éramos muchos los Custodios. Vigilábamos los sueños, guiábamos a los soñadores. Pero ahora sólo somos exiliados, perdidos en los mismos sueños que cuidábamos.[/color]

Sus ojos cerrados se giraron hacia el reloj a lo lejos.[color=#6E6E6E]- El reloj está tan lejos y tan cerca como vosotros queráis soñar. ¿Pero estáis seguros de que queréis llegar a él?[/color] - Preguntó finalmente con suavidad, volviendo a mirar a los dos Fatas.

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16/02/2015, 00:41
Narrador

El lugar que nunca fue

 

En la oscuridad del sueño tu consciencia siente una sacudida y tus ojos se abren. No a la realidad en que posees ese cuerpo humano, sino en una diferente, más onírica y brumosa. En ocasiones los sueños de los soñadores se extravían, sin llegar a tomar forma en ningún lugar, quedándose tan sólo como una reminiscencia en algún lugar de las consciencias. Tienes la sensación de encontrarte en uno de estos sueños perdidos, sintiendo una Llamada diferente a la anterior. Una que te invita a soñar. 

Al principio no ves nada, pero poco a poco el tenue brillo de la esfera de ese reloj va reflejándose en las suaves ondas del agua que tienes a tus pies. Un fuego fatuo comienza a titilar, al principio con timidez, pero después con más intensidad. Y tras él, aparece otro y luego otro más, hasta que parecen marcar un camino más allá, un camino que despierta en ti una curiosidad con un pequeño poso de melancolía y de una ilusión casi infantil. Uno que no puedes evitar seguir.

 

 

 

 

Poco a poco el riachuelo se va convirtiendo en un fino hilo de agua que parece seguir el mismo camino que los fuegos fatuos marcan. Los arbustos van desapareciendo y el suelo se vuelve seco y quebradizo.

Llega un momento en que los fuegos fatuos se desvían hacia la izquierda, como queriendo esquivar lo que hay en línea recta, y al levantar la vista hacia delante se puede ver un abismo que separa dos lugares. Un puente de cuerda y madera parece ser el límite entre la última zona habitable y la bruma que se extiende más allá. El olor a humo flota en el ambiente y todo el lugar trae inevitables recuerdos a los que visitaron en algún momento la Linde. 

Los pies de los visitantes levantan pequeñas nubes de polvo en un suelo que parece no haber sido pisado por nadie en mucho, mucho tiempo. Sin embargo, a lo lejos, a la misma distancia que antes, continúa estando la presencia del reloj como si de un faro se tratase, iluminando con esas pequeñas llamas blancas y negras el cielo brumoso en el que parece estar amaneciendo de forma constante. 

 

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16/02/2015, 00:50
Narrador

Poco a poco la esencia de dos nuevos Fata fue tomando forma en este lugar. Lúva, moradora de la Linde, quien la había dejado atrás para acabar viviendo en las Ruinas, y Randir, aquel que había muerto cien veces sin llegar a morir ninguna, ocupante de las Ruinas.

Ante ellos otros dos Fata parecían hablar con una mujer hecha prácticamente de ceniza. Serindë, quien había sido abandonada por el Bosque, rechazada por el Palacio y repudiada por la Linde para acabar finalmente en las Ruinas y Elendë, habitante de Palacio y asiduo del Bosque.

Notas de juego

Destinatarios actuales:

Elendë   Lúva   Randir   Serindë

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16/02/2015, 00:50
Wilwarïn

Junto a Serindë y Elendë se encuentra una figura esbelta. Se trata de una Fata que parece hecha de ceniza. Toda su piel es gris y está surcada por grietas profundas que desvelan un color dorado bajo la capa de polvo que la cubre por entero. Sus cabellos flotan alrededor de su rostro en un viento inexistente y es difícil decir en qué punto termina su pelo y empiezan las cenizas en que parece disolverse. 

Tan sólo lleva una tela, también gris, prendida de un hombro y atada en la cintura, a modo de túnica. Sus ojos permanecen cerrados en todo momento, sin embargo, su rostro parece mirar directamente a los recién llegados, como si no necesitase verlos para saber dónde se encuentran. 

Cuando habla, su voz es apenas un susurro frágil, como el de quien lleva tanto tiempo en silencio que apenas recuerda cómo se hablaba. [color=#6E6E6E]- ¿Más viajeros de sueños?[/color]- Pregunta de forma retórica con sorpresa en la voz, antes de hacer una pequeña inclinación ante los recién llegados. [color=#6E6E6E]- Soy Wilwarïn, la última de los Custodios Extraviados.[/color]

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16/02/2015, 02:47
Lúva

Un nuevo sueño invadía su descanso, algo a lo cual se había desacostumbrado. A pesar de ello, lo siguió hasta que llegó a ver el reloj que alumbraba todo como un gran faro.

Al principio, pensó que había muerto pero luego se dio cuenta que se había levantado en el otro lado y que seguía viva, solo que ahora su lado fata se encontraba también en ese extraño lugar. Primero, observó a los otros fatas que se encontraban allí y solo uno lo reconoció al instante.

- ¿Randir? - dijo esperanzada. Por fin uno de sus amigos. Solo los fatas del bosque y del palacio se habían encontrado y ahora ella tenía a alguien cercano frente a ella. Su cara mostraba alegría y si el fata lo permitía, le abrazaría. Algo muy humano pero era al primero que veía.

Lúva observó a la mujer que parecía hecha de ceniza y recordó su hogar. Muchos eran así.

- Soy Lúva, moradora de la Linde y habitante de las ruinas. ¿Qué hacemos aquí? -.

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16/02/2015, 12:25
Serindë

Serindë dejó la conversación un momento para mirar a los recién llegados con curiosidad. Los estudió en silencio antes de abrir sus ojos completamente granates. -Hey hola, vuestras caras me suenan... ¿vivíais en las ruinas? -preguntó curiosa. -Yo soy Serindë, también vivía allí. Y él es Elende.

-Por lo que parece, buscamos nuestros recuerdos perdidos, o algo así. -respondió dubitativa. -Y estábamos tratando de llegar hasta el reloj cuando terminamos aquí. -miró a la mujer de ceniza. -¿por qué no íbamos a querer llegar? ¿Sabes qué hay en él?