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[HLdCN] La puerta de Fäe

La mirada clavada

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31/01/2015, 14:26
Narrador

 

La mirada clavada

 

Los recuerdos que de repente habían llegado a vuestras mentes dejaron palpitando vuestras sienes. Eran muchas cosas que asumir, y sin embargo ahora todo parecía tener sentido.

Vuestros ojos miraban a los demás de una manera totalmente distinta ahora. Y en algún momento hubo una mirada que se quedó grabada en vuestras retinas, presente en la parte delantera de vuestro cerebro como si estuviera grabada a fuego. Una mirada del pasado que ahora se hacía más presente que nunca.

Lassa, aquella cuyos niños habían sido asesinados en nombre de una justicia que no existía. Serindë, la primera acusada de ese crimen, encerrada y torturada por él, pero con la fuerza suficiente para no reconocer un acto que no había cometido.

Vuestros destinos se habían cruzado en el pasado, en la Linde. Ambas habíais renunciado a volver a Palacio después de lo sucedido, y los actos egoístas de aquellos Fata pesaban en vuestras almas, latiendo de manera paralela, al unísono.

Notas de juego

Como podéis ver, compartís escena. Es importante que sepáis que aquí debéis postear únicamente con vuestro Fata.

Por otro lado, que ambas estéis en este lugar indefinido, en algún punto de vuestras mentes, no significa que vuestro bando o alianzas sean las mismas. Confiar o no, es decisión vuestra.

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31/01/2015, 14:34
Director

Notas de juego

Destinatarios actuales:

Lassa Serindë

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01/02/2015, 04:10
Serindë

Mis ojos miraban alrededor, buscando en las miradas de las otras personas que me acompañaban en ese extraño viaje, tratando de averiguar quiénes se escondían tras ellas, si serían amigos o enemigos. Algunos me habían hecho daño en el pasado y no podía evitar el deseo de saber si ahora estaban a mi lado, sonriendo hipócritamente a ese cuerpo humano que ahora no estaba tan segura de que me perteneciese. 

Fue entonces cuando sentí aquella presencia en mi mente. Empezó como un leve cosquilleo en el fondo del cráneo, como si algo se me hubiera atascado tras el cerebro, produciendo un zumbido extraño. Pero no tardó en materializarse, tomando consistencia, como si hubiera encontrado un lugar donde unir mi consciencia a la otra que sentía. Supe entonces de quién se trataba y sentí cómo mi corazón se encogía durante un instante al hilar los recuerdos recibidos con la presencia de esa Fata a la que mi vida anterior había estado ligada. 

- ¿Hola? - Pensé con un pequeño titubeo, preguntándome si recibiría mi saludo y si sería capaz de responderme. No recordaba haber tenido antes una conexión así. - ¿Lassa? - Añadí, pensando su nombre con la esperanza de ser capaz de rozar su mente con la mía. 

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02/02/2015, 10:41
Lassa

Lassa

Hacía mucho tiempo que no sentía mi nombre, que no respondía ante él, mucho más tiempo de la inmensa brecha de olvido, y, sin embargo, una de las pocas voces capaces de volver a ligarme a ese nombre hizo que me acostumbrara de nuevo a él con facilidad.

- Serindë. - aseguré reconociendo a la fata que me llamaba y sonreí con toda mi esencia a pesar de mantener el rostro inexpresivo. - Te recuerdo. Te siento. - expresé con sorpresa aquellas ideas que en otro tiempo ni hubiesen sido resaltables, y lejos de considerarlo suficiente busqué con mis ojos prestados aquellos que retenían a la fata cuya mente se había enlazado con la mía, esperando que esta vez la fortuna que nos abrazaba fuera distinta.

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02/02/2015, 14:14
Serindë

Al escuchar la respuesta, sentí cómo si me hubieran quitado un peso angustioso de encima y los pulmones de ese recipiente en el que me hallaba atrapada -castigada como el resto por un delito que no recordaba todavía y que quizás ni siquiera había cometido, no sería la primera vez- se vaciaron despacio mientras sus hombros perdían parte de su tensión.

- Y yo a ti. - Pensé en su dirección, devolviéndole la sonrisa, sin que los labios del cuerpo humano que me contenía se movieran. - Te siento en mi mente. 

Guardé silencio algunos segundos. Quería decirle que sentía lo que le había pasado, pues aunque sabía que hacía mucho de aquello, comprendía el dolor que debía haberla sacudido al recordar. Pero no había palabras que expresaran lo que sentía al respecto. Y tampoco me parecieron necesarias. De alguna manera tenía la impresión de que Lassa lo comprendería aunque no dijese nada. 

- ¿Confías en Ella? - Pregunté entonces, tratando de centrar su atención en algo que no le resultase tan doloroso. En la pequeña esperanza que parecía iluminarse ante nosotros. - ¿Crees que nos permitirán volver a Fäe? - Y no pude evitar preguntarme si realmente Lassa desearía volver, si no hubiera preferido mantenerse en el Olvido. Dudaba que a ninguno de los presentes recordar les hubiera puesto una carga tan amarga sobre sus hombros como la suya. Sin embargo, no puse esta duda en palabras, no quería hurgar en una herida que debía estar sangrando en esos momentos como el primer día.

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02/02/2015, 20:20
Lassa

Pude sentir la mente de Serindë dubitativa mientras guardaba silencio, no necesité más para saber qué le inquietaba y suponer que aquello que nos había unido en Linde era ahora lo que nos unía en ese mundo de soñadores.

El dolor de la pérdida de mis cachorros no se había borrado jamás, la crueldad del destino se había asegurado de procurarme simulaciones de aquel mal, o quizás habían sido justificaciones al dolor asumido que me acompañaba; aunque ahora que mi corazón no recordaba solo sus heridas aun sangrantes, sino también el motivo de ello, el dolor empezaba a tornarse furia.

Procuré guardarme ese odio en un cajón privado y emitir hacia Serindë calidez, la respuesta a unas emociones adivinadas, la necesidad de hacerle saber que sabía que ella no era culpable, aunque no me planteé comunicarle que sentía su dolor, lo vivido a acusa de esa acusación, de aquella falsa justicia. Lo que realmente sentía era que hubiesen errado.

- No. - respondí tajante, con sinceridad y advertencia - Recuerdo como funcionaban las cosas en Palacio, en todo Faë.

- No confío en sus palabras, ni en sus intenciones. Pero tomaré lo que nos ofrecen con gusto.

Guardé silencio tanto en palabras como en emociones procurando no condicionar ni ofender a Serindë.

- ¿Deseas regresar? ¿Regresarias a Palacio? - pregunté con un tono servicial, ofreciéndome a ayudarla si así lo quería.

Notas de juego

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02/02/2015, 20:53
Serindë

- Jamás. - Respondí sin que en mi voz hubiese voz ninguna. - Deseo regresar a Fäe, siento mi sangre hervir en las venas por la expectación ante la idea de respirar su aire de nuevo. Pero nunca volveré a pisar los salones del Palacio. Ya traicionaron mi confianza una vez y devolvieron dolor y rechazo a mi lealtad. Si volviese, no sería al Palacio. 

Hice una pausa tras la vehemencia de mis afirmaciones y busqué los ojos tras los que se ocultaba Lassa. - Yo tampoco confío en ellos. Sean cuales sean sus intenciones, sospecho que sólo seremos sus herramientas. 

Después observé al resto, deteniéndome en cada uno de los pequeños gestos que delataban sus emociones. Podía sentir la crispación creciente crepitando en el aire. De alguna manera la certeza de que esa mujer que no quería responder a mis preguntas, fuese quien fuese, tenía razón. La bomba estaba preparada. Tan sólo haría falta que alguien prendiese la cerilla. Suspiré en mi mente. 

- Temo que no será sencillo regresar. Y no estoy segura de que nos guste lo que encontraremos allí. ¿Pero acaso podemos hacer otra cosa que intentarlo? ¿Acaso existe algún lugar al que pertenezcamos? - Reflexioné mentalmente, compartiendo mis preocupaciones con la presencia que sentía cercana y cálida. - ¿Acaso no compartimos el deseo de que los que nos dañaron paguen por sus pecados?

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03/02/2015, 22:27
Serindë

- Yo sí. - Respondí en un tenue susurro a palabras pronunciadas en un lugar fuera de nuestras mentes. - Era Aina, una de las compañeras de la princesa Celebia. - Mi voz se quebró un poco al recordar. 

- Ella fue la que me acusó falsamente de... -dudé un brevísimo instante antes de terminar la frase- de lo de tus pequeños. Se merecía todo el daño que hayan podido hacerle. Ojalá hubiera podido matarla yo misma. - Terminé con un deje de rencor en la voz.

Cerré los ojos un instante y recordé. -"¿Qué puede esperarse de una sirena?" - La voz de Aina, acusándome en aquel salón, tan fresco como aquel día, atravesó mi mente repitiendo aquellas siete palabras cargadas de veneno y ponzoña con fuerza, llegando también a la consciencia que compartía ese pequeño espacio conmigo. - Su muerte me ha... completado de alguna manera. Por eso sé que era ella la que se escondía detrás de esa máscara.

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03/02/2015, 23:41
Lassa

Las cuestiones de Serindë removieron mi esencia, mis recuerdos, mis creencias, e incapaz de negarlas o secundarlas, guardé silencio, y permanecí en él, meditante, toda la noche.

Cuando la voz de mi compañera en ese mundo de paso volvió a conectar conmigo, a punto estuve de darle una respuesta pero sus palabras eran mucho más relevantes.

- Aina…

- La princesa Celebia…

- Mis cachorros…

Suspiré acudiendo con cada una de esas palabras a los rincones de mi mente donde debían estar sus recuerdos, pero todavía existían lagunas propias de una mente aletargada, era tierra seca y agrietada en donde antes había vivido un mar.

- Quizás también fue engañada.quise apaciguar la ira de Serindë que se empezaba a extender dentro de mi esenciaHe sentido a mi ángel en ella, he besado a mi cachorro en su mano. Quizás fuese su culpa lo que me atraía, o quizás … - dejé la frase inacabada, apoderándome de las emociones de Serindë, sintiendo el veneno de Aina quemarme desde mis labios, ojos y manos hasta lo más profundo de mi corazón incompleto.

- Siento lo que te hicieron.Pronuncié por primera vez, y enlazó la respuesta que le debía En Faë no existe la justicia, fui ciega a ello una vez, y fui realmente feliz. Pero aprendí la cara oculta de Palacio y te arrastré en mi aprendizaje.

Quienes nos dañaron pagaran sus pecados. Cada una de nuestras cicatrices será vengada, Serindë. Si Aina ha pagado la primera de ellas, si su muerte expone más al asesino de mis angelitos. Sonreiré por ello.

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04/02/2015, 01:26
Serindë

El rencor era en mí como un poso lejano que se había reavivado con los recuerdos. Se extendía denso y espeso por mi mente, llenando mi esencia. Y sin embargo, negué en aquel lugar la disculpa de Lassa. 

- No. No fue tu culpa. Fue ella quién mintió, no tú. Fue ella la que me mostró el veneno que esconde el Palacio tras sus ricos tapices.

Guardé silencio durante varios segundos, tan sólo compartiendo desde lejos el dolor reminiscente de unas cicatrices lejanas, pero que no habían sido vengadas hasta ese momento. - ¿Tienes alguna idea de quién esconde al asesino? - Pregunté con toda la delicadeza de la que fui capaz. Mi voz era solícita, una oferta de ayuda tal vez. - Tus heridas también merecen ser vengadas.

Sin embargo, cuando esos ojos rosados se abrieron de nuevo, algo se encendió en mi pecho, quemando el alivio que había sentido hasta ese momento en una hoguera ardiente. - ¿Qué...? ¿Por qué? - Susurré, tratando de asumir que la causante de algunas de mis heridas había vuelto. No fue la ira lo que retorció mis entrañas en aquel momento, sino la desolación. 

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05/02/2015, 20:30
Lassa

Oír hablar a Serenidë del asesino me estremeció, llamarlo asesino me parecía incluso compasivo. Ese quién fuera había aniquilado a mis cachorros y con ellos un tozo de mundo, la esencia de la esperanza y una infinidad de sueños.

- Lo desconozco. Pero “el asesino” – cité el suave apodo que le había otorgado mi compañera – es soberbio, perverso, cínico y sádico. Es un ser despreciable, repugnante y condenado al olvido de todos los soñadores.

No creo que se esconda detrás de ese rubiales malhablado, ese cachondo sin fondo; pero creo que su muerte sería la primera de una serie de advertencias para “el asesino”.

Mi esencia empezó a turbarse, como si estuviese hecha de agua emborronada – Quiero descubirle para poder ver la paranoia en sus ojos, el miedo y la suplica por un perdón que jamás obtendrá. Y luego, – hice una pequeña pausa para sonreír – luego aliviaré su pesar.

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05/02/2015, 20:42
Serindë

Podía sentir la turbación de Lassa llegarme a través de su consciencia y estuve a punto de arrepentirme por haber mencionado el tema. A punto porque al escuchar todas sus palabras, finalmente asentí. Podía comprender esa necesidad de venganza, esas ansias que te corroían las entrañas como si hubieras ingerido el más letal de los ácidos. Había sentido cómo esa necesidad se había apagado aquella mañana al ver el cadáver de Aina. A pesar de que ella ahora estuviese en pie de nuevo, mi dolor se había apaciguado en parte. Deseaba que Lassa pudiera apaciguar el suyo. 

- Según avance el tiempo en este lugar, probablemente lo peor de cada uno irá saliendo a la luz. - Respondí con un suspiro. - Ya está sucediendo. Ania está derramando sus lágrimas de cocodrilo y consiguiendo un séquito que la adule. Y los que han osado hablar contra ella, seguramente lo pagarán antes de que se den cuenta de lo que sucede... 

Hice una pequeña pausa y asentí. - Si llega el momento y puedo ayudarte, lo haré. Con ese joven cuya presencia se me antoja insoportable, o más adelante si conseguimos encontrar al asesino. - Mi voz sonaba grave en ese pensamiento. No era una oferta hecha al azar o dejada en el aire; no eran palabras dichas sin pensar. Sonaba con la determinación con la que solía hablar Allegra. Sonaba a promesa. 

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08/02/2015, 20:24
Lassa

Una vez más irrumpí en ese punto en el que nuestras mentes convergían, buscando la mirada de Serindë. Toda mi esencia temblaba aunque me resultaba difícil localizar el foco de ese sentimiento: exaltación, adrenalina, ansiedad... y, quizás, una pizca de temor a ser privada de mi verdadero destino.

La guerra me había manchado, la muerte de Mathias pesaba en mis manos y, aunque no era la única que podía lamer la sangre de ese monstruo de sus propios dedos, la satisfacción la sentía como mérito propio, y con ella, un tinte de pesar. 

- ¿Serindë? - tanteé su humor tras esa ejecución - ¿Has sufrido daño en tu esencia? - mi voz sonó bañada en sincera preocupación.

Luego mis palabras se ahogaron, y mi esencia en ese punto intermedio se redujo, como si buscase recluirme, callar y escuchar.

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08/02/2015, 20:48
Serindë

Una oleada de gratitud fue la respuesta a la preocupación de Lassa en aquel pequeño lugar en que nuestras consciencias se reunían. Negué con suavidad. - Estoy bien. Gracias a ti. - Y si mi carcasa mundana había dicho en voz alta que le debía una a la suya, en esas tres últimas palabras se podía entender de nuevo esa determinación. 

Después añadí algo más, mientras en otro lugar, trataba de captar lo que los demás no decían, más centrada en sus gestos y miradas que en las palabras que pronunciaban en voz alta. - Tan sólo lamento que no se tratase de él. No conocí a Falmari, pero si era uno de los que nos impiden el regreso a Fäe, no lamentaré su muerte. 

Con un pequeño suspiro traté de enviarle mis ánimos a la Fata que me acompañaba, a esa con la que mi camino se había cruzado en más de una ocasión y con la que sentía que compartía un lazo especial. Una sed de venganza y justicia que no muchos comprenderían. - Lo encontraremos. Es cuestión de tiempo. - Aseguré con calidez y firmeza. 

Hice una breve pausa entonces, antes de compartir un tema que me intrigaba. - ¿Cómo saben quién se esconde tras otras carcasas? El actor sabía lo de Vanya y lo de Ania parecían saberlo unos cuantos aparte de mí. - Suspiré antes de conseguir poner en palabras lo que realmente me molestaba de la situación. - Me siento rodeada de intrigas y mentiras, como en el Palacio. - Terminé, dejando que mi voz se disolviese en la última palabra.

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09/02/2015, 00:03
Lassa

- Falmari era un ser sádico. – pronuncié con convicción y acto seguido rebajé mi agresividad temiendo que aquella frase se enlazara como consecuencia de la siguiente – Una sirena.

Hice una pequeña pausa buscando la calma en mis palabras – Temía que las chicas de agua estuvieseis conectadas, en vuestra esencia, que su muerte te debilitara.

Me detuve una vez más, repasando mis palabras, consciente de que hablaba desde la ignorancia, desde las fabulas escritas en cuentos de niños – No sé por qué, pero su muerte me ha traído recuerdos de su despreciable vida. La he visto acabar con vidas humanas y fatas, la he visto – mi voz se entrecortó y hasta las manos de cuerpo prestado se cerraron en un puño – llevarse a una pequeña.

La calidez de Serindë me llenó, envolviéndome en una seguridad que no sentía desde El Abrazo en la Linde.

- Le hemos encontrado. – la corregí tiempo después y la agresividad de mi esencia volvió – Creo que han sido mis cachorros, ellos me han traído esas imágenes, y ellos han hecho delatarse a Miriel.

Sonreí, egoísta en mi regocijo.

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09/02/2015, 00:56
Serindë

A pesar de su intento por suavizar el impacto, las primeras palabras de Lassa despertaron en mi mente los ecos de otras, lejanas pero nunca olvidadas. - "¿Qué puede esperarse de una sirena?".- Parpadeé varias veces, apartando aquello de mi mente y cuando ella terminó de explicarse asentí. - Si Falmari era así, menos aún lamento su muerte. Fatas como ella son las que nos dan mala fama a las sirenas. - Respondí con una pizca de desprecio antes de suavizar mi tono con las siguientes palabras. - Estoy bien, su muerte no me ha afectado en nada. Tal vez porque nunca pertenecí al mundo de las sirenas -hice una pequeña pausa antes de matizar-, a ningún sitio en realidad. 

Tras el primer impacto al escuchar a ese hombre anunciar que en realidad era Míriel, una sonrisa se esbozó en mis labios, llenando ese lugar donde nuestras mentes conectaban. - ¡Por todo lo Desconocido! - Exclamé sin poder creerme que lo hubiéramos encontrado tan pronto, que él mismo se hubiese entregado en bandeja.

- Míriel. - Pronuncié su nombre despacio, regodeándome en cada sílaba. - Ahí está, tan arrogante como siempre. Anunciando a los cuatro vientos su nombre, creyéndose inmune a todo mal. Intercambiando sonrisas con Aina, tan despreciable como él. Y de nuevo disfrazado de noble caballero cuando no es más que un asesino despreciable y sádico. Podrás tener tu venganza, Lassa. Espero que le hagas pagar por todo tu dolor. Por tus cachorros. - Podía sentir el regocijo de Lassa confluyendo con mi esencia. No había sadismo en mis palabras, pero sí una sed de justicia y venganza compartida. - Si puedo ayudarte a conseguirlo, sabes que puedes contar conmigo.

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09/02/2015, 08:48
Lassa

Cuando volví a Serindë me encontraba completamente en paz, acariciando con las puntas de mis dedos las puertas del orgasmo, toda mi esencia era un cosquilleo pausado y feliz.

- He acabado con él, Serindë, le he asechado, causado pavor, advertido desde las sombras de su incipiente muerte. - mi paz se dirigió hacia Serindë como una mirada sincera - Mis cachorros estaban conmigo, me guiaban, he sido feliz y egoísta y no te he pedido ayuda.

Hice una pausa, ordenada por mi calma. - Romper su envoltorio ha sido...Corto - decidí finalmente- Virtual e insulso, me he adentrado en él en busca de su esencia y, paradojicamente, la he encontrado en el exterior, en sus gritos.

Sonreí, agradecida por la comprensión que Serindë me había mostrado - Es la primera sangre que derramo - obvié a Falmari- Y será la última. Al menos hasta que ensuciarme las manos te ayude en algo. - Dictaminé con sinceridad. Mientras ese cosquilleo siguiera en mi no necesitaba absolutamente nada, podía entregarme a la felicidad de Serindë, quería hacerlo.

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09/02/2015, 14:18
Serindë

Mi pecho había aleteado al descubrir el cadáver del asesino, con los nombres de los dos cachorros escritos sobre él y me había tenido que contener para no buscar enseguida los ojos de Lassa tras su carcasa. Sin embargo, ver el resto del derramamiento de sangre sucedido durante la noche, había atenuado esa alegría. Mis emociones eran un torbellino contradictorio de alegría, satisfacción por la justicia que se había realizado, tristeza por los que me parecían inocentes, alivio porque ni yo ni nadie a quien apreciase hubiéramos amanecido en un charco de sangre y temor porque pudiera suceder otro amanecer.

En medio de toda esa vorágine de sentimientos entremezclados la aparición de Lassa fue como un bálsamo que apaciguó en parte las turbulencias de mi esencia con su apacible felicidad. Una sonrisa brotó en mí sin que se reflejase en los labios de la carcasa mundana que me cubría y protegía, llegando hasta su consciencia como una caricia. 

- Te sientes completa ahora. - No era una pregunta, sino una simple constatación. - Más incluso de lo que yo pude sentirme ante la muerte de Aina, pues tú has podido tomar la venganza con  tus propias manos.  ¿Has llegado a ese lugar en la torre para tomar tu regalo? Me alegro tanto por ti... Dejé que su felicidad me llenase y calmase mis ánimos y mis dudas, como un líquido denso y dulce y cerré mi mente al resto de situaciones que me rodeaban, perdiéndome en la agradable sensación durante algunos instantes. 

- ¿Qué crees que ha pasado con los otros? - Pregunté lentamente, todavía disfrutando de esas sensaciones. - Han caído muchos esta noche. 

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10/02/2015, 12:20
Lassa

Sonreí al comprender las palabras de Serindë y no sentir en ellas acusación alguna.

Asentí sin mediar palabra ni gesto humano pero segura de que mi esencia le transmitiría esa confirmación y con esa premisa seguí su discurso.

- ¿Fuiste la primera en llegar? - pregunté curiosa - Ningún lugar puede escapar de tu presencia.- me permití bromear. La venganza había engrasado los viejos mecanismos de mi verdadera esencia, aquella ilusa, ingenua pero feliz; solo que esta vez las dos primeras cualidades se encontraban enterradas bajo los cuerpos de mis cachorros.

- Me alegra saber que la muerte de Aina llegó a llenarte tanto.

Hice una pausa interrumpida por esa bruja a la que parecía invocarse con solo pronunciar su nombre aun en otro plano.

Mi esencia recuperó parte de la furia apaciguada al oír los nombres de mis cachorros en los labios prestados de la acusadora. Si no hubiese sido por la presencia de Serindë que me sujetaba a la cordura como una vez lo hizo otro fata al que ya había renunciado reencontrar, quizás hubiese tomado posesión del cuerpo prestado una vez más para golpear esa boca indigna contra el pavimento.

Cuando habló de la acusada mi esencia volvió a centrarse en Serindë, y me extendí buscando rodearla con la calidez de una amiga, pues jamás volvería a ser madre.

- Menuda descarada. - aseguré - Aún fuera de faë tiene la osadía de señalarte.

Los ánimos se fueron apagando, dejé que Serindë sintiera en privado, y poco después volví a ella con las respuestas que le debía.

- Demasiados. - completé su afirmación acerca de los caídos - Debió caer uno menos.

Me encogí, conteniéndome recelosa de seguir hablando del tema. Dudé y mi esencia se turbó en una lucha de remordimientos y confesión.

- Creo que la pelirroja sufrió la misma desdicha que Míriel. Creo que ese sádico procuró transmitirle su dolor. Creo que en el pago de su crimen en pro de una falsa justicia cometió otro. Quizás creyó que ella se lo debía por haberla defendido públicamente; seguro que su arrogancia le hizo creer que estaba siendo justo, incluso considerado.

Busqué la calma fuera de mí. Suspirando el nombre de mi compañera para llenarme de la felicidad de su compañía.

- ¿Qué opinión te merece Vanya?

Notas de juego

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10/02/2015, 13:31
Serindë

Una sonrisa viajando a través de mi esencia fue la respuesta a la pequeña broma de Lassa. Era agradable sentirla bien y después de aquel primer amanecer en esa ciudad, nadie sabía mejor que yo lo bien que sabía la venganza.

- Este lugar está lleno de recovecos. - Añadí después. Y probablemente habría seguido hablando si no fuese porque las palabras de Aina tras su carcasa mundana llegaron a mis oídos volviendo mis aguas turbulentas. 

- Incluso ahora. - Empecé, masticando las palabras con rencor. Tuve que hacer una pausa para contener las ganas de verla de nuevo tendida en el suelo. - Incluso ahora habla de las pruebas contra mí... Cuando fue ella la que inventó esas pruebas para inculparme. - Sentí la calidez de Lassa rodeándome y me dejé arropar por ella. - Habla como si Míriel me hubiera hecho un favor por reconocer su propio crimen. 

Tras esas palabras permanecí en silencio varios minutos, tan sólo contemplando cómo se desarrollaba la situación en aquel puente, cubriéndome de una coraza que me protegiese de las palabras de Aina, pues lo que menos quería era delatar mi presencia tras mi carcasa para que pudiera arremeter también contra mí con sus artimañas de palacio.

Cuando Lassa volvió a acariciarme con su presencia, me sentía más fuerte y decidida a mantenerme así. Sus palabras me hicieron meditar unos instantes antes de hablar. 

- Tal vez tengas razón. Es un pensamiento muy propio de Míriel y cierto es que la defendía como si le fuese algo en ello. Han caído juntos, tal y como juntos se mostraron ayer en la discusión. 

Hice una pequeña pausa, valorando la respuesta a su pregunta. - Vanya... No la recuerdo de Fäe, pero temo que hay tantas cosas que no recuerdo... Creo que no la conocí nunca. Si no supiese quién escondía a Míriel, pensaría que tal vez fuera ella. Esa carcasa tiene su arrogancia y su soberbia. Su ridícula autoridad y autoconvencimiento. Y si la acusación hacia ella no viniese de un asesino y una mentirosa, probablemente podría creerla. Pero siendo el caso tal y como es... No sé a quién creer. Tal vez sea una cuestión del Palacio contra el Bosque. O tal vez sean sinceros. Si es que alguno de ellos es capaz de serlo.