Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

La mirada clavada

Cargando editor
10/02/2015, 14:13
Lassa

Observé la fuerza de Serindë, deleitándome en ella, encontrando la prueba de la veracidad de mis recuerdos. Había sido fuerte para no confesar un crimen que no había cometido a pesar de la determinación de algunos por convertirla en culpable.

Sus palabras coincidían con algunos de mis pensamientos, especialmente el calificativo que empleó en Aina.

- Falmari ha contactado conmigo. – revelé de pronto – Parecía querer desahogar su rabia por haber sido suprimida. Me llamó asesina, – sonreí al recordar sus otros adjetivos – y aseguró que Samuel era malvado, así como Ivanna, no.

La falta de decisión sobre cómo interpretar esas palabras hizo que Anastasia se encogiera de hombros, breves y carente de significado en el mundo exterior.

- Desconozco si esta información es verídica, si pretende hacer bien o mal. Se ha dicho que Falmari era uno de los atacantes nocturnos, puede que sus palabras no tengan fundamento alguno, pero se ha molestado en hacérmelas llegar antes de desvanecerse.

Cargando editor
10/02/2015, 14:42
Serindë

La sorprendente revelación de Lassa interrumpió mis propios pensamientos. Una oleada de curiosidad brotó de mi pecho envolviéndome en ella. 

Entonces... Sí que era cierto que podías hablar con los caídos. De alguna manera. - Respondí, recordando cómo habían atosigado a su carcasa por dirigirse al cadáver de Aina. Después medité algunos segundos en sus palabras, pero no llegué a ninguna conclusión. - Tú viste el pasado de Falmari, ¿no es así? Por lo que me contaste no parecía alguien de quien fiarse... Aunque las cosas no suelen ser lo que parecen en Fäe.

Hice una pequeña pausa y finalmente suspiré quedamente. - Me temo que nos falta información para saber si dice la verdad o sólo ha tratado de confundirte. Pero si en algún momento se confirma o desmiente la culpabilidad o inocencia de Samuel o Ivanna, puede resultar importante lo que te ha contado. O lo contrario. 

Callé entonces, con la atención puesta en aquel otro lugar, pero antes de que Lassa pudiera responderme volví a ella, subyugada por algunas de las cosas que había visto en ese puente. La belleza de su piel estrellada. El hombre capaz de dominar a la Bruma. Sentía ganas de compartir algo con ella pues en aquel rincón en el que nuestras mentes se reunían se me antojaba que podíamos compartir al margen del resto del mundo. 

- Hay algo que deseo contarte, Lassa. - Dije con una sonrisa tras dudar tan sólo un breve segundo. - ¿Recuerdas nuestra despedida en la Linde? ¿Recuerdas que partí también de allí? - Había sido la última vez que nos habíamos visto, cuando los moradores me despreciaron por el fracaso de mi visita a Palacio. Mis pies me habían guiado fuera de allí y mi vista nunca se había vuelto atrás. - Viajé por tierra y agua durante largos días. Ya no me molestaba en buscar un lugar donde encajar, tan sólo caminaba sin rumbo. Fue entonces cuando conocí a dos Fatas, también maltratados por el Palacio, ellos me llevaron a un lugar cuya existencia ni siquiera conocía. Un lugar olvidado en el tiempo que ellos llamaban las Ruinas y me aceptaron como era. Sin traiciones, sin subterfugios, sin mentiras. - Una sonrisa cálida inundó mi esencia. - Como una familia. - En silencio disfruté del sonido de esa palabra durante un instante antes de seguir hablando. - Los he encontrado también aquí. Los tres estamos juntos y conozco su esencia como ellos conocen la mía. 

Cargando editor
10/02/2015, 18:06
Lassa

Estuve a punto de corregir la idea que Serindë se había formulado de mi relación con los muertos, sin embargo, se adelantó a mis palabras y me regaló una porción de sus recuerdos, una parte de su felicidad y la llama de mi amargura.

Me alegré por ella y a la vez me sentí dolida, la palabra que utilizo para referirse a aquellos amigos entró en mí y se astilló en mis entrañas. Todo lo que siempre había deseado, que una vez había logrado y me habían arrebatado, la autentica fuente de felicidad que tanto había anhelado había caído en otro jardín.

Por un instante desee haber hecho el mismo camino que ella, haberme alejado de la Linde y de Palacio. Pero luego comprendí que en aquel lugar llamado Ruinas no hubiese encontrado lo mismo que Serindë, mi familia se encontraba en otro lugar.  

Sonreí a sus palabras con sinceridad manchada de tristeza, me alegraba de que si bien yo ya no podía adueñarme de ese tesoro, ella sí. La conexión que se había establecido entre nuestras esencias me reconfortaba en un sentimiento que podía confundirse con la familia y por ello su felicidad era la mía, sin embargo, fue el resentimiento con Palacio el que habló, chocando frontalmente con la emoción que mi esencia transmitía.

- ¿Y quiénes son esos? – aflojé el tono - ¿Ellos también te sienten familia? 

Cargando editor
10/02/2015, 18:36
Serindë

Sentí las turbulencias en las emociones de Lassa y me encogí durante un breve instante ante el temor irracional a que se sintiese dolida por mis palabras. Quizá no había elegido la mejor forma de expresarlo, pero sí era la más certera. 

A las palabras que contradecían las emociones, respondí con una sonrisa cálida, envolviendo la esencia de mi compañera con la mía en un abrazo. Ignoré las preguntas, respondiendo a lo que me pedía mi esencia y no a lo que me habían preguntado. - Lassa... Mi querida Lassa... Lamento si mis palabras han removido tu dolor. - Me disculpé con suavidad. - No era eso lo que pretendía, sino decirte que hay un lugar también para ti. Cuando volvamos a Fäe... Me gustaría poder hablarles de ti y a ti de ellos, que los conocieras, que pudieras visitar las Ruinas y quedarte allí con nosotros. Ellos son mi hogar, por encima de cualquier lugar, me encontraron a pesar de mi carcasa mundana, como tú me encontraste y yo a ti. Tú también te mereces tener un hogar. Y me gustaría que fuera a mi lado. 

Suspiré quedamente mientras en el otro lado mi carcasa buscaba los ojos de la suya. - No quiero que volvamos a despedirnos.

Cargando editor
10/02/2015, 20:03
Lassa

A las palabras que contradecían las emociones, respondí con una sonrisa cálida, envolviendo la esencia de mi compañera con la mía en un abrazo

Serindë calmó, una vez más, el ardor de la desolación, y rompió las espinas de la soledad en un abrazo inesperado. Palacio se había abierto paso en mí y ella no había rehuido mi mirada para comprobar su espalda. Le agradecí el cariño que me mostraba aunque el poso de recelo por su supuesta familia tardaría en desaparecer.

- Si – puntualicé volvemos a Faë, ¿realmente crees que ese lugar me aceptaría? ¿Qué podía encontrar en él aquello que busco?

¿Cómo? – pregunté fascinada saltando de línea de pensamiento - ¿cómo os habéis encontrado? Supongo que eso hacen las familias. Encontrarse.

Guardé silencio centrándome en los pedazos rotos de recuerdos de mis pequeños, convenciéndome de que un día me reuniría con ellos. Luego mi mente volvió a la Linde, al Abrazo, a ese fata al que ansiaba ver y temía que me viera ahora que mis manos se habían teñido de sangre, ahora que había sucumbido a la venganza, aquella desesperación que él había calmado.

- ¿Les has hablado de mi? – pregunté con curiosidad interesada, ansiosa por formar parte de aquel futuro que Serindë me ofrecía. Intenté iniciar la segunda parte de mi interrogación varias veces y finalmente me di por vencida, no me sentía capaz de pronunciar el nombre de aquel al que buscaba y realmente dudaba que el esfuerzo para vencer mis demonios interiores obtuviera el fruto esperado.

- Os protegeré a todos. Y a ti, por encima de ellos. – espeté con determinación. – No volveremos a despedirnos. - prometí con toda la fuerza de mi esencia.  - Ya han intentado acabar conmigo, y aquí sigo. 

 

 

Cargando editor
11/02/2015, 02:52
Serindë

- Si pudieron aceptarme a mí después de que el Palacio, el Bosque y la Linde me dieran la espalda... ¿Cómo no iban a aceptarte a ti? - Pregunté, sin separar mi esencia de la suya, más tranquila ante su respuesta. - Sí, creo que habrá un lugar para ti. Deseo que lo haya y que permanezcas a nuestro lado. Sé que ellos te comprenderían y tú también a ellos. 

Sonreí y mi esencia buscó en mi mente una respuesta que no tenía. - ¿Cómo? - Repetí de forma retórica para responderme a mí misma después. - No lo sé. No sé cómo. Estaba perdida en mi carcasa, pero a pesar de ella me encontraron y volvimos a estar juntos, como en Fäe. - Hice una pausa. - Supongo que sí. 

- Les he contado que eres una buena amiga mía -respondí, más cómoda a cada momento. Empezaba a permitirme creer que la idea de un futuro común en Fäe le había hecho ilusión-, pero no les he dicho dentro de quién habitas -maticé-. También... Les hablé de Míriel y de todo lo que sucedió entonces. Conocen mi historia y por extensión también parte de la tuya. Ellos comprenden. No les conté que fuiste tú quién saldó esa deuda anoche, pero ellos nunca te juzgarían por hacer justicia. Me gustaría hablarles más de ti, pero no lo haría sin tu consentimiento.

Su promesa hizo que mi sonrisa se ampliase, hasta llenar con calidez ese lugar común. Sin embargo, algo en sus últimas palabras me preocupó, haciendo que mi ceño se frunciese. - ¿Qué quieres decir con que han intentado acabar contigo? ¿Te han atacado? - Pregunté, preocupada por esa noticia. - Tal vez no deberías pasar las noches sola. Esta noche podrías quedarte conmigo en alguna de esas casas. Nos cuidaríamos mutuamente.

Cargando editor
11/02/2015, 17:34
Lassa

Escuché a Serindë, escuché e intenté imaginar que sus palabras eran una predicción, no conjeturas, sueños o deseos, sino una verdad por venir. Lo intenté pero mi experiencia con la soledad era demasiado extensa, y el sabor del abandono se encontraba en las raíces de mi esencia. Me forcé a creerla una vez más, a vivir en la felicidad del ahora y no mirar al futuro incierto.

Sentí como una parte de mí buscaba escapar hacia otra dirección, desanexarse de la plenitud que caracterizaba mi realidad actual, sentí como esa parte se recluía junto al poso de recelo amenazante de tomarme en un futuro y obligarme a dar El Paso si alguna vez volvía a Linde. Lo ignoré, en ese momento no necesitaba escucharle. No mientras Serindë siguiera conmigo.

- ¿No juzgarán?Pregunté extrañada pues ese concepto era desconocido para mí - ¿Y si yo sí lo hago? –Temí - No conozco otro modo de protegeros. Confié una vez en aquellos que se ocultaban en las sombras, aquellos que no revelaban sus nombres a alta voz, sino que te lo susurraban al oído con tu último aliento. Confié en aquellos que prometían tener siempre un ojo puesto en mis cachorros, y pusieron en ellos algo más que sus ojos. Confié en toda apariencia, en toda palabra, en toda promesa. Y dos ángeles murieron.

He aprendido mucho de ellos, de la gente de Palacio. He aprendido la importancia de conocer más de lo que sonríes. La importancia de escuchar y sacar conclusiones. Anticiparse.

Sonreí para quitarle importancia Me gustaría conocerlos. Conocer sus historias, conocer más de ti. Me gustaría poder sentir su esencia como te siento a ti, poder recibir sus sentimientos, y asegurarles con los míos que no dejaré que nada les ocurra.

Me reí con amable malicia al ver el ceño de su carcasa fruncirse Han intentado eliminarme pero solo han logrado hacer más fuerte mi determinación para sobrevivir. Estaba dispuesta a no regresar a Faë, – confesé sin emoción alguna – había olvidado los nombres de mis pequeños, a Aidëmie y a Eimedia, mi lucha había acabado mucho antes de empezar; pero tras el ataque, recordé la fuerza que bombeaba mi sangre en Faë, la canalización de mi vida hacia la venganza, recordé a mis cachorros, sus cuerpos desgarrados, y su sangre pintando Palacio. Y encontré un motivo por el que luchar, por el que seguir en pie.

Y ahora que el hilo del destino de Míriel ha sido cortado, ahora que mis cachorros han encontrado el sueño, ahora te tengo a ti. Y a ellos.

Esta noche estaré cerca de vosotros. -  aseguré Pero no será mi espalda la que correrá peligro.

Notas de juego

Cargando editor
11/02/2015, 21:15
Serindë

Comprendía la reticencia de Lassa. La comprendía perfectamente, pues yo misma la había sentido. Igual que había conocido el sabor amargo de la soledad más intensa, del rechazo y de contemplar las espaldas de los que creí cercanos. Yo también me había sumergido en la ponzoña de mi propio dolor. Había odiado. Y había ansiado venganza. Todavía sentía una necesidad adherida a mi piel y a mi sangre de que se hiciera justicia. De que las venganzas pudieran cobrarse. De que las deudas se saldasen con la sangre de los culpables.

Sin embargo, yo mejor que nadie sabía que existía una salida. Que se podía volver a reír y a soñar. Y la dulzura de esa sensación fue la que envié como respuesta a sus dudas. - Aprenderás. Es difícil aprender a amar cuando te desgarran hasta las entrañas. Pero serás capaz y aprenderás a confiar de nuevo. - Sonreí. - Ya lo verás. 

- Me gustaría que los conocieras. - Añadí, dándole vueltas a las posibilidades. - Pero no comprendo cómo funcionan estas conexiones. Por qué las mentes se quedan prendidas como ahora mismo las nuestras. No sé cómo podría llevarte con ellos, aunque... Pensaré en ello y si existe, buscaré la manera. Mientras, puedo hablarles de ti si quieres. - Y a pesar de parecer un ofrecimiento, era una petición.

- Quiero que vuelvas a Fäe, Lassa. - Dije entonces, con una seriedad solemne. - Con nosotros. El resto me dan igual, podrían irse al infierno en este mismo instante y no pestañearía. Pero quiero que tú tengas otra oportunidad. No voy a dejarte ir fácilmente. 

- Esta noche... - Dudé apenas un instante. - Nosotros no dormimos juntos, nuestras carcasas se separan, no queremos que los demás conozcan nuestra unión porque eso es nuestra fortaleza, pero también nuestra debilidad. No necesitamos estar juntos para protegernos. - Hice una pausa y finalmente expresé mis temores. - Pero tú no te quedes sola. Temo por ti... Temo que en el puente piensen que tú has traído a esa gente de vuelta. Temo que los asesinos hayan posado sus miradas en ti. No sé si podría protegerte, ni siquiera percibí los ataques de estas noches, pero al menos me gustaría tenerte cerca. 

Cargando editor
11/02/2015, 23:49
Lassa

- Es difícil amar cuando no tienes corazón. - me excusé- Pero he aprendido a corresponder, y ha llenarme con la dicha de otros. Aprenderé. - acepté darme una oportunidad en Ruinas.

- Serindë - me centré en la franqueza - si les hablases de mí, de mi cuerpo prestado, dejaría de estar segura. Conocen mi nombre, y yo no conozco los suyos; conocen mi pasado, y yo no conozco el suyo; y lo han oído pronunciar en el exterior. Por lo que tendrían un rostro a quién asociar el crimen. Confío en ti, y busco su bien. Pero no estamos en Ruinas.

Guardé silencio para dejar de escuchar mi propia voz. Necesitaba un momento de calma, de reflexión.

- Cuando caiga la noche estaré junto a ti y no necesitarás temer por mi. Por lo que puedan creer en el puente. Es ahora cuando necesito cubrirme la espalda, tener ojos en cuello, manos y muslos.

 

- No me gusta la fijación de Vanya con ser mártir, la desesperación para atraer miradas en ella. - cambié de tema por el movimiento exterior - No me gusta la fijación del escritor en el reloj, y la falta de interés en la guerra. - seguí advirtiendo - No me gusta esa cría de pelo blanco que osa tachar a mis cachorros de un posible futuro mal. ¡Eran ángeles! ¡Eran mi corazón!

El relativismo es una enfermedad que debe ser erradicada. 

Cargando editor
12/02/2015, 01:07
Serindë

Asentí ante sus reticencias. No me importaba esa negativa después de lo que había aceptado ya. El primer paso estaba dado y el resto, ya llegaría cuando fuese el momento apropiado. - Ellos no podrían hacerte daño. Ni tampoco tienen motivos para querer hacerlo. Conozco su inocencia, como ellos conocen la mía. Pero si no lo deseas, no sabrán quién es tu carcasa. Puedes estar tranquila. Cuando os conozcáis, que sea en igualdad de condiciones. - Me parecía razonable, así que no le di más vueltas. 

- Tengo la esperanza de que los asesinos hayan visto a otros desvelarse de forma más clara, pero agradeceré tenerte cerca. 

Acepté el cambio de tema con naturalidad tras seguir los acontecimientos que se sucedían unos a otros en el puente. - A mí tampoco me gusta tanto interés por ser la elegida. Es como... Una cortina de humo. Una ilusión. No creo que sea lo que parece, ni todo lo contrario. Sino... Otra cosa diferente. - Reflexioné sobre la rubia que había cambiado su estrategia tras ver que los insultos no le funcionaban. 

- Y tampoco me agrada el escritor, ni ese muchacho alcohólico que pinta botellas en su cuaderno. Parecen ambos demasiado ajenos. Artificiales. - Respondí, mientras los ojos de mi carcasa recorrían los rostros que la rodeaban. - En cuanto a esa niña albina... - Sentí crispación al recordar lo que había dicho un rato antes sobre los dos pequeños asesinados. - Su atrevimiento fue simplemente insultante. Nadie debería ser condenado por una posibilidad. Eran unos niños, su futuro tan sólo era una pizarra en blanco. Eso no fue justicia. Lo que tú has hecho sí lo ha sido. 

- No sé aún qué nombre pensaré cuando llegue el momento. Pero no creo que sea el de la mártir. Al menos quiero escuchar qué dice el enfermero antes de tomar como ciertas unas palabras que han llegado de labios de una mentirosa y de parte de un asesino.

Cargando editor
14/02/2015, 09:59
Lassa

- No has sido más que un instrumento. - volví a nuestro rincón compartido con fuerza - Esa no niña no ha caído por tu mirada . - intenté limpiar sus manos y reducir su carga - Ha caído por la palabra de Vanya. Y llegará un día en que pagará por haberte inculcado un crimen.

Mi esencia se encontraba revolucionada, demasiado agitada por mis haceres pausados. Anastasia, al otro lado, se llevó una mano al corazón y pude sentir el latir de un corazón entero, y más tímidamente, el latir irregular y roto de pedazo que quedaba del mío.

Sonreí a Serindë - Siempre han sido fuerte. Sobreviviste al Bosque aun siendo un cachorrillo. - me empapé de orgullo - [i]Sé fuerte en esta ciudad oscura, venga a tus hermanos.

Notas de juego

Cargando editor
14/02/2015, 13:05
Serindë

En cuanto la esencia de Lassa llegó a ese lugar que compartíamos, me refugié en ella, dejando que percibiese mi dolor sin sentir vergüenza por ello. 

- Nunca había derramado sangre con mis propias manos. - Confesé en ese pequeño lugar seguro. - Ni en Fäe ni en ninguna de mis vidas mundanas. Y créeme que lo habría hecho sin pestañear si con eso hubiera podido hacer justicia o conseguir vengarme de los que me dañaron a mí o a los que me importáis. Pero esto ha sido distinto. He temido por mi familia. Temí por mí. La he matado sin siquiera saber a quién escondía dentro. No ha sido Vanya, ella nos avisó de lo que sucedería. Yo pensé su nombre por mi propia voluntad, fue mi decisión y no voy a renegar de ella... Pero duele.

Suspiré largamente y me imaginé que apoyaba la frente en su esencia, consolándome con su presencia. - No sabes lo cerca que estuve ante mi indecisión de hacer lo mismo que ese ciego. Y si lo hubiera hecho... Habría sido yo la que habría tenido que luchar por mi vida. 

Cargando editor
14/02/2015, 17:39
Lassa

Dos veces estuve a punto de negar de nuevo su culpabilidad, pero sentí que aquello no me correspondía, que no era quien para quitarle su acción aunque a mis ojos los culpables fueran aquellos que habían escuchado la palabra maldita de Vanya, aquellos que se habían negado a ejecutar el destino correcto y que se encontraba escrito.

- Me alegro de tu decisión.- afirmé a su último comentario - Mejor ella que tu.

Arropé su esencia en un beso imaginario en su frente no humana. Un beso que contenía toda mi dicha por esa esquiva de un mal destino reescrito con el hollín de los dedos de Vanya y la cabezonería que esclavizaba la voluntad de Seth.

- ¿Está bien tu familia? - pregunté en mi pequeña dosis para asumir la existencia de esas personas que decían no juzgar.

Notas de juego

Cargando editor
14/02/2015, 18:58
Serindë

Cerré mi mente al puente, disfrutando del pequeño momento en el que Lassa me arropaba y me permití esbozar una pequeña sonrisa. 

- Sí. Los dos están bien. Y tú también lo estás, así que todo está en su lugar. - Respondí con un suspiro. - Yo estaré bien pronto, sólo necesito asimilarlo. 

Dejé que un silencio cálido me envolviese mientras me daba cuenta de lo que estaba echando de menos, algo que podría apaciguar mi esencia. Tenía el río cerca, pero echaba de menos la música que me había acompañado en todas y cada una de mis vidas. Al fin y al cabo, era una sirena. 

- ¿Crees que esa muchacha de cabellos blancos creará una guitarra para mí si se lo pido? - Pregunté, sintiéndome mejor ante la idea de poder acariciar las cuerdas de una con los dedos de mi carcasa. 

Cargando editor
14/02/2015, 19:46
Lassa

Reí, reí como hacía mucho tiempo que mi esencia no lo hacia.

- Seguramente. - comenté divertida sin ser consciente de la importancia que podía tener para su carcasa ese objeto. - He oído que combatir en un mismo frente estrecha lazos. Aunque aquel con el que combates no dude lo más mínimo en acabar con la vida de una criatura. - Aun dentro de la risa que envolvía como una segunda voz mi esencia, la seriedad en mi última palabra dejaba entrever que no me refería a Jane.

- Pídeselo, quizás solo sepa traerte un laúd o una lira, pero seguro que aún así podrás llamarla familia. 

Hablé más rápido de lo que mi mente tardaba en aprobar mis palabras y al escucharme mi risa se apagó y guardé silencio. Reduciéndome a una parte discreta de aquel lugar compartido.

Aidëmie ha despertado. - murmuré recluyendo todavía más mi esencia.  
 

 

 

Cargando editor
14/02/2015, 20:16
Serindë

La risa me desconcertó en un primer momento, sin embargo, aún sin comprender qué la había provocado, ni intuir lo que vendría después, esbocé una pequeña sonrisa, suponiendo que escucharla reír no podía ser algo malo. 

Una sonrisa que se desvaneció lentamente con cada una de sus palabras hasta convertirse en una mueca confusa. Parpadeé, sin ser capaz de imaginar de dónde venían o a qué se referían. Quise preguntar, pero el temor a que la respuesta fuese hiriente contuvo mis palabras. 

Dejé que Lassa se apartase y me recogí sobre mí misma. - La albina no es de mi familia. - Fue lo único que musité antes de que se recluyese del todo, en un susurro tan tenue como el murmullo de un riachuelo.

Cargando editor
15/02/2015, 20:56
Lassa

- Serindë – volví a ella con la única disculpa de mi tono – Tarma ha acudido a mí.

Lentamente desplegué mi esencia, prudente, avanzando en ese espacio compartido con confianza y cautela sabiéndolo mío pero temiendo no ser bienvenida. Abrí mi esencia rompiendo los muros ficticios en los que me había encerrado y me asenté hasta la puerta de dominio de Serindë.

- Dice conocerte. - Llamé a su puerta – Sus recuerdos dicen hacerlo. – Me corregí – Me ha dejado ver a la pequeña que recogió en el Bosque y he visto en ella tu mirada.

Sonreí ante el recuerdo de su diminuta imagen y me apresuré a continuar el relato antes de crear en ella sentimientos amigables que iban a ser destruidos - Te entregó a la Bruma, te debía su muerte. Quizás por ello el destino ha querido que no pensarás tu nombre, que no lucharas por tu vida, pues ya lo habías hecho, y que te llevaras la suya.

-Los ciclos deben cerrarse. Por definición. – sentencié con mi última pizca de paz antes de ensombrecerme.

- Ha vuelto. – me quebré y Anastasia al otro lado apretó los labios.

Guardé silencio y poco a poco mi esencia recuperó la sed de sangre – Los ciclos deben cerrarse. – volví a repetir con un tono sádico que cambiaba la voluntad reconfortante que imperaba en la vez anterior en que usé esa frase – Dos vidas me arrebató, dos veces me llevaré la suya.  

Cargando editor
15/02/2015, 21:49
Serindë

Con la música corriendo por mis venas no pude menos que responder con una sonrisa al acercamiento de Lassa. Desenrollé esa parte de mi mente que se había acurrucado sobre sí misma, tanteando su esencia con la mía hasta terminar acomodándome a su lado con facilidad, como si nuestro último encuentro no hubiera tenido nada fuera de lo normal. 

Sentía en mi pecho la adrenalina de nadar en alta mar. La emoción de rozar otra piel por primera vez. Y esa calidez brotaba de mi esencia, extendiéndose a mi alrededor. No parecía que nada pudiera borrarme la sonrisa en aquel momento. Así, recibí las palabras de Lassa con una sensación de amortiguada complacencia, como algo lejano que tuviese que traspasar un aceite denso antes de llegar a mi consciencia.

- Tarma. - Murmuré antes de asentir brevemente. - Sí, ella me abandonó en la Linde como sacrificio para la Bruma. - Confirmé, recordando lo que allí me habían contado sobre mi origen. - Nunca la vi después de aquello. - Hice una pequeña pausa y suspiré, pensando en las palabras de mi compañera. - Tienes razón, parece obra del destino. Ella me entregó a la muerte cuando yo era una niña. Y yo he hecho lo mismo ahora con ella.

Sonreí. - Y tal vez la vuelta de Míriel también sea obra del destino pues te debe dos muertes, no sólo una. Y con su vuelta la infamia de su proceder ha sido pronunciada en voz alta, limpiando la memoria de tus cachorros. - Volví a asentir con la cabeza. - Sáciate de nuevo. Es lo correcto.

Cerré los ojos y guardé silencio unos instantes, disfrutando de la música llenando mi ser. Cuando hablé de nuevo, comencé a hacerlo aún con ellos cerrados. - A mí también me ha contactado alguien. - Dije mientras los abría. - Me he encontrado con Falmari en un lugar... Una especie de lago. O era un lago, hasta que ella ha convertido el agua en whiskey o algo así. - Hice una pequeña mueca de asco. - Quiere chantajearme. Dice que me dará información sobre mis padres si consigo que la traigan de vuelta. 

Cargando editor
15/02/2015, 22:52
Lassa

Gracias a mi conexión con Serindë sentí la música como jamás la había sentido, y llegué a comprender aquel amor incondicional que habitaba en mi carcasa por la suya.

Dejé que su esencia me llenara junto con su canto y sonreí hechizada de buen grado por la magnificencia de la voz de las sirenas.

- ¿Falmari? – pronuncié su nombre contoneando mi esencia como una ola calmada – Cuídate de sus palabras. – profeticé con la misma calma mecida por la voz de su cascara – La he visto atraer a fatas y humanos con canciones para acabar con sus vidas; y esa promesa de información bien puede ser su canción para ti.

Relajé toda mi esencia, olvidando la segunda venganza por esa noche - ¿Qué recuerdas de tus padres? ¿Qué recuerdas de ti misma?

Cargando editor
15/02/2015, 23:28
Serindë

Asentí a la advertencia sobre Falmari. - No confío en ella. Y ella no deja de insultarme. No creo que salga nada de provecho de esa reunión, ni comprendo qué o quién la ha propiciado o con qué objetivo. 

Aún sin perder la sonrisa, buceé en mis recuerdos para ella. - Recuerdo que el agua me dio la vida, cuando se suponía que debía haberme dado la muerte. - Narré con voz suave, remontándome a lo más lejano que podía recordar. - Las aguas se revolvían y alguien trataba de ahogarme, pero en lugar de eso, respiré y viví. 

- Después... Todo fue la Linde. Allí crecí y allí me hablaron de Tarma, de cómo me llevó como ofrenda para la Bruma. Me aceptaron y me crié con ellos. Nunca nadie acudió a reclamarme. No salí de allí hasta que me enviaron a Palacio a informar de la situación de la Bruma. El resto... Ya lo sabes. No sé quiénes fueron mis padres, ni quién intentó ahogarme en el inicio.

Mi sonrisa se volvió un poco triste, pero permaneció bailando en mis labios. - Aunque no estoy segura de que a estas alturas eso sea importante. No voy a venderme a Falmari por esa información.