Partida Rol por web

Ivanna, recibió, curiosa y ávida, el tacto de los labios de Mathias. Los probó, nuevamente, recordando el sabor que había obtenido de lo más hondo de su ser la noche en la que él había sido ajusticiado, y emitió un involuntario jadeo. 

Rodeó su cuello con los brazos y lo atrajo hacia ella, observándolo con los ojos entrecerrados mientras se relamía, ligeramente ansiosa- ¿Quieres pasártelo bien? Es imposible que pueda matarte ahora... Así que podría... Drenarte indefinidamente- sugirió, enardecida, estremeciéndose ante la sola idea de poder libarlo sin tino. 

Mathias sonrió con deseo hasta que escuchó la ultima parte, en la que se echó un poco para atrás por la idea-valla...-dijo algo aturdido-eso es lo mas...romántico que me han dicho nunca-revelo escupiendo gotitas de saliva. Un leve rubor recorría sus mejillas-demonios....¿quien a encendido la calefacción?-dijo echandose para atrás para desabrocarse los primeros botones de la camisa y de las mangas para quitarsela, dejando su torso al descubierto. al terminar, la rodeo con sus brazos y se metió con ella en la cama, mordiendose el labio, mirandola con un deseo irrefrenable, mirando los botones de su abrigo con impaciencia. 

- Sí... Soy una romántica. Me lo dicen mucho- dijo, con una sonrisa- Pero ahora mismo no me siento romántica...- confesó, ensombreciéndose su semblante, dejando caer sus párpados, para volver a mirarlo de repente, con decisión, y casi con furia. 

Sus manos se posaron sobre su torso, empujándolo contra la cama, y ella, en un movimiento grácil, se sentó a horcajadas sobre él, desabrochándose el abrigo y dejándolo caer, como si le estorbase, con las pupilas febriles, perdidas en algún punto indefinido.

Con toda su piel lechosa al descubierto, en plena desnudez, comenzó a acariciar el pecho desnudo de su acompañante, suspirando, centrándose una vez más su mirada en él, algo más apaciguada al notar cómo los pequeños capilares de su piel resaltaban, rojizos, al contacto de las yemas de sus dedos. 

Le sonrió entonces, turbada y melosa- No te preocupes. No te dolerá.- susurró, inclinándose sobre él para besarlo, lamiendo primero el contorno de sus labios y tomando el aire de su aliento, comenzando a sentir en su garganta el sabor de su esencia vital como una chispa ardiente que la llenaba de una calidez inconfundible mientras su cuerpo desnudo lo abrazaba, buscando y anhelando un contacto más íntimo.

El chico se dejo hacer, en un primer momento sorprendido por la audacía de la pelirroja pero dejando escapar un pequeño gemido al sentirla encima de el-Valla....parece que tu también estas "ardiendo" ahí abajo-dijo con malicia

Con la mirada realizaba pequeñas incursiones a lo largo de su cuerpo desnudo respirando trabajosamente, puso sus manos en su cintura, acariciandola de arriba abajo. De buen grado recibió su beso al que respondió deslizando una mano por detrás de su cabellera y acariciando su nuca, con la otra fue hacia su culo, el cual debido a su excitación estrujó como si fuera una pelota anti-estrés, le daba pequeños besos centrandose en el labio superior, jugando con su lengua, mordiendo, succionando y saboreando cada milimetro de esa piel. En un momento dado se aparto lo justo como para que pudiera hablar-Eso espero...vas a tener un gran trabajo entre manos-dijo mirandola cogiendo su barbilla con dos dedos-no se si podrás aguantarlo todo tu sola.-terminó inseguro sellando su declaración con un beso.

- No me subestimes...-suspiró, despegándose de sus labios, descendiendo a su barbilla mientras roza su piel, hasta llegar a su cuello, donde primero besa su piel, notando su calidez, inhalando su aroma, lamiendo su gusto salado, y acto seguido, mordiendo suavemente y succionando, probando de nuevo su esencia entre suspiros y pequeños jadeos.

Una de sus manos acariciaba su cabello, deleitándose en su suavidad y en la sensación que las finas ebras cortas dejaban entre sus dedos. La otra descendía por su pecho, y desabrochaba sus pantalones, escurriéndose bajo la prenda, terminando por agarrar aquello que, según Mathias, no iba a ser capaz de soportar sola- Vaya...-le susurró, apartándose de él durante un instante para observarlo fijamente al mismo tiempo que comenzaba a acariciarlo.

Lo observó, arrebolada, y se acercó a su oido, para morder suavemente el lóbulo de su oreja y susurrar- ¿Quieres hacerme tuya, Mathias? O quizá no... Quizá te haga yo mio... ¿Qué te parece? 

Mathias se retorcía entre los besos de Ivanna mientras esta iba bajando su mano se aferro a alguna parte de esta cuando acarició su miembro, cuando hizo su proposición la miró a los ojos con una sonrisa-creo que de aquí vamos a salir violados...te cedo la primera ronda.-dijo mordiendola en el hombro.

Ivanna escuchó sus palabras, y asintió, clavando sus pupilas afiladas sobre sus ojos, irguiéndose, hasta quedar de nuevo sentada sobre él, aún acariciándole. Se mantuvo inmóvil un instante, en silencio, esbozando una sonrisa maliciosa- Eres tierno como un fauno...-susurró, justo antes de posicionarse, guiando su masculinidad entre sus piernas, comenzando a descender sobre ella, despacio, horadando en su interior- Oh... - emitió un quejido, al ser consciente de las verdaderas proporciones del asunto- Joder, también la tienes como un fauno... No... Como un minotauro- susurró, entre jadeos, mientras intentaba introducirlo por entero en su interior, con el rostro contraído en una expresión a medio camino entre el dolor y el placer.

Cuando al fin lo tomó por entero, gimió, estremecida, sintiéndose horrible y deliciosamente llena. Entonces volvió a mirarle, con la respiración desbocada, empezando a mover sus caderas mientras no perdía detalle de sus reacciones.

El rostro de mathias se contorsiono entre el ansia y el dolor cuando Ivanna trataba de hacerse un hueco en su pequeña caverna.

-Eso se lo diras a todos-dijo con picardia sintiendo como su miembro era abrazado y comprimido poco a poco la sensación de dolor iba dejando paso al placer súbito desaciendose entre los alagos de su compañera, poco a poco empezó a mover sus caderas acompasando a los trotes de su compañera.

- Puede ser- dijo, con malicia- Han sido muchos... -añadió, antes de inclinarse hacia adelante, dejándose caer suavemente sobre su cuerpo, tomando su rostro por la barbilla, buscando sus labios para besarlos con avidez, ahogando los gemidos que brotaban de entre sus labios- Y no todos han podido contarlo después... Eres un chico afortunado.

Lo miraba a los ojos, en medio de aquel acto carnal, clavando sus pupilas hambrientas en su mirada, relamiéndose justo antes de volver a buscar su boca para dejarse llevar, tomando desde la misma el vigor de su cuerpo, provocando que las grandes arterias de su cuello se dilatasen y latiesen, resaltando bajo su piel. Transmitiéndole un poderoso escalofrío voluptuoso a medida que libaba su vida como una abeja tomaría el polen de una flor.

¡¿que que?!-dijo el chico ofendido-¿me estas diciendo que a ellos los matas a polvos y yo soy el afortunado?-dijo como si no terminara de creerse lo que acababa de oir. Mathias puso una mano en medio de su pecho y la echó para atrás con suavidad pero con decisión, para poder enderezarse, le cogió el brazo y tiro de ella para acercarla a el, con una mano masageo sus nalgas cerca de su sexo mientras que con la otra le cogía un lado de la cabeza para besar/mordisquear su cuello-tengo una noticia para ti....dijo excitado sin parar en su trabajo-no e matado a nadie...pero alguna que otra a perdido la cabeza-le giró la cara para mirarla de frente y mordió sus labios introduciendo su lengua con la intención de llegar a cada rincón de su boca.

Ivanna gimió complacida, ante el repentino cambio de tornas, emitiendo una risa cantarina, llena de malicia- ¿No has matado a nadie? ¿Nunca? Qué aburrido...-dijo, entre jadeos, permitiendo que su lengua intruyese entre sus propios labios, buscándola con la suya propia, rozándola, enardecida, succionándola como si, de hecho, pudiese beber de ella. 

Se aferró entonces a él, rodeándolo con los brazos, apretándolo contra su cuerpo con sus piernas, que se cruzaban tras su espalda. Se acercó a su oido y susurró, con la mirada perdida-Vamos... Enséñame cómo lo hacen los tipos como tú... Fóllame, como si éste fuera el último polvo de tu vida.- deseaba sentirse viva, deseaba sentirse aún más llena, deseaba sentirlo enardecido y desbocado sobre su cuerpo. 

El deseo crecía y crecía en consecuencia a las continuas provocaciones-Tranquila...-transmitió con una sonrisa que contradecía sus palabras-Lo hare...-asintió con la mirada-Pero has sido...una niña muy mala...y tengo que castigarte por ello.-la tendió sobre la cama y con su boca hizo un pequeño tour por su cuerpo, saliendo de su boca manos y labios comenzarón a descender por su cuello, pechos, costillas, muslos, acariciando cada rincón, cada trozo de carne expuesto, desde las rodillas hasta el interior de los muslos deslizaba sus dedos sin apenas tocar la piel mas que con las llemas de los dedos hasta la casa roja pasando por el pequeño sotobosque pero sin llegar a llamar a la puerta en ningún momento.

- ¿Vas a castigarme?- le preguntó, de pronto desconsolada, deseando que volviera a intruir en ella hasta que vislumbró sus intenciones. Entonces se mordió el labio inferior, ansiosa, y emitió un jadeo al notar cómo acariciaba aquel vello que era del mismo color que el cabello que cubría su cabeza- ¿Te gusta que sea pelirroja... Por entero?- preguntó, divertida, antes de volver a estremecerse, al percibir sus dedos, a penas rozándola, tentándola- Oh... No seas malo conmigo... Me portaré bien... Te lo prometo. -pidió, mirándolo, con cierto desespero.

Quizás...-admitió mientras le cogía una pierna y le daba la vuelta para ponerla contra la almohada para luego cogerla de las muñecas y tirar de ella pegada a espaldas de el-creo...que hubiera preferido quedarme con la intriga-susurró mientras le besaba del hombro hasta la espalda.

Mathias pegó su cuerpo a la espalda de le chica. Con una mano le masajeaba un pecho mientras que con la otra ayudandose de su virilidad le extimulaba por la fricción de ambos

Tenia el rabo como una roca, a causa de su excitación un leve temblor se había adueñado de su cuerpo

-creo que deberiamos parar ahora que podemos-dijo en medio de su balanceo, apretando su cuerpo contra el suyo, con una intención totalmente contraria.-ademas...no llevo condones-dijo divertido.

Dio un respingo, sorprendida, al notar cómo la movía y se pegaba a su cuerpo, desde atrás. Al notar cómo la estimulaba, comenzó a rozarse contra él, riendo al escuchar sus palabras- ¿Te estás haciendo de rogar?- dijo, jadeante- No me mientas. Tengo una prueba demasiado evidente de que no quieres parar rozándome entre las piernas...

¿Sabes que?-dijo parando de repente-!me has pillado!-exclamo divertido a continuación la cogio por detrás y la obligó a que pusiera la cabeza en la almohada salivó en la mano y la extendió por aquellos pétalos rosados y comenzó a llenarla lentamente hasta colmar su copa, lentamente fue acerelanado la marcha hasta llevar un ritmo frenetico, en un momento dado le agarro de las muñecas y tiraba de ella como si estuviese encadenada a el, acompasandola a su ritmo, los jadeos poco a poco se hicieron notar, una sensación comenzó a bajar y la necesidad de intensificarla..de aumentarla hasta el máximo surgió en el.

- Pervertido...-susurró, justo antes de sentir cómo volvía a llenarla hasta casi rebosar su capacidad, provocando que gimiera, lastimera, y se aferrase a las sábanas, mordiéndose el labio inferior. 

Se dejó domar por él, mientras movía las caderas, intentando acompasarse a su ritmo, notando que se estremecía cada vez que se deslizaba en su interior-  Me siento como si fueras a partirme en dos...-dijo, entre jadeos- Me encanta...-añadió, cerrando los ojos para dejarse llevar por aquella sensación, mientras su piel se erizaba bajo el influjo de la intensidad del placer.

-No te creo....-susurro algo fatigado por la incesante carga. su rostro comenzaba a tener un brillo perlado a causa del sudor, la volteó como una croqueta y se puso encima frente a ella, descendió hasta sus labios para hacer un circulo con su lengua al rededor de estos, para luego dar unos pequeños.-¡Dilo otra vez!-retó antes de volver a iniciar el balanceo, alterando el ritmo, la profundidad y la fricción, poco a poco en su rostro empezó comenzó a formarse una mueca que se iba ensanchando-oHHHH ese coño de fuego que tienes...no voy a aguantar mucho mas-dijo mirandola a los ojos entre jadeos. Decidido a terminar con ello de una vez por todas se puso las piernas de ivanna sobre sus hombros y comenzó a penetrarla lo mas rápido que podía mientras con el pulgar iba jugando con su clitoris.

Dio un respingo al notar cómo le daba la vuelta de aquella manera tan brusca y rió, enardecida, entre gemidos y jadeos- Pervertido- repitió, lamiendo sus labios, deleitándose en su expresión, que parecía rozar cada vez más la dulce evasión del orgasmo- ¿A qué esperas, pervertido? Suéltalo... Lo quiero todo para mí- le susurró, antes de volver a gemir, cada vez más alto, sintiendo cómo horadaba en ella ahora con mayor intensidad.

Como si fuera un crio, se resistió a la petición de ivanna. Siguió con sus enbestidas tratando de controlarse para no eyacular, en su fuero interno había una lucha entre el dolor, el placer y la necesidad de sentir mas placer, por ello la penetro como si fuera un loco tratando de sentir hasta el ultimo momento aquella sensación divina que iba en aumento y cy que llegaba a su final, al cabo rompio a quemir como un animal en ese momento la sacó y en el instante en el que la aguantaba dentro de el la coloco sobre el colchon pelirrojo apuntando hacia ella, antes de "descargarlo todo" sobre su vientre.