Xía observó a su alrededor visiblemente confusa, no entendió bien que pasaba. El sonido reconocible de la torre del reloj, y sin embargo no eran la hora tan temida si no la una. ¿Qué sentido tenía? Ninguno al parecer. Tardó poco en darse cuenta de que no se hallaba sola, había alguien más, alguien cuyo rostro reconoció al instante. Samuel.

Antes de romper el silencio entre ambos, la joven de rasgos asiáticas lo estuvo observando.- ¿De verdad eres tú..Samuel? - Obvio que era él, sin embargo le costó de asimilar aquella nueva situación, tan extraña, tan difícil de describir. Claustrofóbica.

¿Cómo hemos llegado aquí...y por qué nosotros? - Lanzó aquellas preguntas al aire con la nula esperanza de obtener una respuesta coherente.  Después su atención se desvió al suelo, al techo, a las paredes...sin encontrar lo que estuvo buscando y analizando todo lo que sus ojos pudieron captar. - ¿Es esto a lo que se refirió Ivanna en el primer día? No parece que exista salida. - 

Samuel estaba ahí, sentado con las manos apoyadas sobre las rodillas. Su postura encorvada de humano había desaparecido para mostrar una más digna, más elegante, aunque sus ojos grandes y su piel pálida seguían siendo los mismos.

- Sí, soy yo - confirmó - No creo que otro haya usado nuestros cuerpos, al fin y al cabo, yo sigo muerto.

Sus palabras eran tristes, aunque no parecían añorar la vida, sino que lo había asumido. Al fin y al cabo, Samuel no parecía haberse ido de una forma violenta, si no casi... voluntaria.

- Dime, ¿has visitado el reloj últimamente? - dijo, con una ligera sonrisa en sus labios - ¿Has aprendido el significado de las llamas?

Xia desvió la mirada durante un instante, la melancolía del joven era notoria. Nada de extrañar teniendo en cuenta su situación. - Lo visité al día siguiente de entrar en la estación de metro, fue después de la muerte de Matthias, junto a Allegra, Alhana, Zaira y no recuerdo si fue alguien más. - Suspiró resignada, el resultado de aquella excursión fue infructuosa más no poder. -

No encontramos nada de interés.....ni siquiera una maldita respuesta a su función, sé que indica algo, pero ignoro el qué. Me estoy volviendo loca por más que lo piense. - Dio un par de pasos nervios a un lado de la habitación, después a otra mientras sus ojos marrones danzaban por toda la habitación.

Sobre los poderes.....quizás tengas razón, eso explicaría las diversas muertes e inesperados regresos. No se puede calcular nada, demasiados factores a tener en cuenta como para conseguir un resultado previsible. - Guardó silencio, con expresión meditativa, y a la vez cansada, no paraba de pensar, ideas que pasaban por su cabeza y finalmente desechadas por ser inviables.

Tenemos la torre, 24 horas, dos llamas de colores, blanco y negro, a veces tarda más en aparecer, somos 25 en total, 25 fatas...Espera- Dijo finalmente como si se hubiese iluminado la bombilla. - ¿Es posible que los colores significan la facción dentro de Faë? Bosque y Palacio. - No estuvo del todo segura de sus palabras, al fin y al cabo era una hipótesis. - ¿Pero qué pasa con el número 25?

Y esta habitación....- Apartó un molesto mechón de su oscura melena, no quería perder de vista detalle de donde se encontraba. - ¿Tendrá relación con algún poder o con la torre? ¿Tal vez con ambas? - Lanzó aquella pregunta cuya respuesta le intrigaba. - Me asusta no saber que pasará con nosotros ahora, aunque nadie, salvo Ivanna ha mencionado algo similar. ¿Qué pasará cuando esto haya "atrapado" a todos los presentes sin importar su estado? - Si pensarlo no le gustaba en absoluto, exponer aún menos.

Voy hacerte caso e ir de nuevo a la torre, no sé si servirá de algo, pero total, no tengo nada más que hacer. Y otra cosa más, sobre Ivanna, ¿es de fiar? Tengo algo pensando, y necesito estar segura. - Añadió con una cuestión para el joven chico que era la única compañía en un lugar tan claustrofóbico.

El joven no pareció tener opinión propia al respecto del viaje de la joven, pero sí decidió interrumpir cuando habló de los colores de aquellas misteriosas llamas.

- Fäe es más que Palacio y Bosque - dijo, con una triste sonrisa - también había habitantes en la Linde y las Ruinas. 

Recogió las rodillas, encogiéndose como si fuera a meditar, y se acomodó en aquella espartana cama.

- Aventuraría a pensar que este lugar es sólo de tránsito, sólo para aquellos que han descubierto algún tipo de verdad - dijo, mirando a la asiática. Los ojos grandes y tristes del joven destacaban en su pálida piel - Así que te pediría que no intentaras engañarme. Si algo he aprendido en mis viajes, es a distinguir ese tipo de situaciones. Sé que has estado detrás del reloj.

Se encogió de hombros, como si no le importara.

- ¿Qué opino de Ivanna? No sabría decirte, apenas si tuve tiempo de forjarme mis propias opiniones cuando me sobrevino la muerte - dijo, mirando al infinito - ¿Qué tienes pensado? Quizás pueda ayudarte.

La joven Xia se quedó callada, siendo consciente de que sus palabras, no fueron las más indicadas en lo referente a su teoría. - Tienes razón. Te debo disculpas Samuel. Tanto tiempo en Palacio que me he olvidado de que hay más mundo. - Dijo en tono suave viendo que el otro su estado no era el más óptimo, razones más que obvias.

Estoy de acuerdo de que es un sitio de paso, aunque no sé si tiene relación con la torre o quizás es debido al poder de alguien, por ejemplo una ilusión. - Comentó mientras sus ojos observaban cada rincón de aquel misterioso rincón. - Y no tengo ninguna necesidad de engañarte, o mentirte. Simplemente fui a la torre, y llegué hasta arriba, y no vi nada, o quizás no llegué a comprender la verdad que esconde. - Llegó a admitir, y por tanto le frustraba.

Fue necesaria una pausa entre sus palabras para tomar un poco de aire y centrar su atención de nuevo en el interlocutor. - De todos formas, habrá que aprovechar el tiempo que disponemos. Entre los vivos la situación se ha tensado, si no estalla pronto la guerra le faltará poco. - La verdad es que no el gustaba en absoluto aquella situación con la cuál tendría que lidiar.

Durante unos segundos se mantuvo callada, tomándose unos valiosos segundos para pensar. Una vez pasado el tiempo sus labios se pusieron en movimiento. - Sé que las horas, están relacionadas con nosotros, pese a que ignoro hasta que punto y de qué modo. Quizás por nuestros actos, o nuestras vidas. Si vamos cayendo es posible que afecte a los demás. - Su tono no era muy seguro, hasta ella misma dudaba de la teoría recién expuesta. - Supongo que será para equilibrar. - Hizo una pausa para tratar sobre otro punto, la pelirroja. - Sobre Ivanna, creo que tiene la capacidad de ayudarnos a arrojar algo de verdad que tanta falta nos hace.

Sentado en aquella cama, Samuel observaba a su interlocutora mientras hablaba, en absoluto silencio. No fue hasta que terminó que decidió participar, como si fuera un conversador profesional.

- Pero con eso no me dices nada. ¿Ivanna también murió, no? ¿Cómo puede ser ella de alguna ayuda? Si acabaron con ella los asesinos, no creo que tardasen en asesinarla otra vez. ¿O es lo que buscas, que sirva de cebo durante una noche para disponer de más tiempo? - dijo, pasando su lengua por el interior de la mejilla - ¿O en qué estás pensando?

Ella se limitó a levantar con suavidad una ceja como reacción. Se tomó su tiempo para responder. - ¿Tú qué crees? - Preguntó ella con cierta tranquilidad. - De todos modos dudo de que fueran aquellos que tuviesen la semilla de la guerra en su interior quienes sesgaran su vida. - Añadió sin apartar los ojos de su interlocutor.

Anteriormente ya algunos que han tenido al fortuna de regresar. Podría aprovechar para persuadir a la gente de que la traigan de nuevo. O al menos intentar que me escuchen. - Después suspiró cansada mientras daba un pequeño paseo por aquella claustrofóbica sala.

Dime....¿por qué crees que tiene que ver esta sala con la "verdad" sobre el reloj? - Preguntó con interés sin dar mucho rodeo sobre el asunto.

- ¿Cómo estás tan segura de que no fue asesinada por los anarquistas? - dijo, inclinándose, interesado por lo que la joven tenía que decir, e ignorando deliberadamente su pregunta - Paso a paso, dame una respuesta, te daré una respuesta.

Xia se mantuvo tranquila mientras su mente se encargaba de organizar las ideas antes de exponerlas. - Simplemente me guio por como quedaron los cuerpos, mientras que en la primera noche la muerte fue violenta, en cambio, Ivanna...su muerte fue más sutil y la primera de Roger fue similar a la de Zaira. Todo suponiendo que actúan una vez por noche...aunque empiezo a tener mis dudas sobre esto último. - Expuso al interlocutor, Samuel, como respuesta a su pregunta.

Se mantuvo callada durante un rato, guardando silencio antes de continuar la conversación con otro punto. - De todas formas, poco importa, Ivanna a regresado. Sin embargo, hemos tenido dos visitas, Azmarac y Meia. Aunque todavía no entiendo que quieren que veamos, salvo claro está, que somos una enfermdad para Faë. - Comentó aquellas palabras con un deje de molestia. - Dicen que todo esto, no es culpa suya, si no de todos los que vinimos. Yo lo veo como una prueba, de todas formas, una vez que esto acabe, los supervivientes tendrán que lidiar con lo que ocurre en nuestro hogar. - Con un gesto de una de sus manos cedió el turno para Samuel dado que creyó que tendría preguntas que hacer.

- Puede que tengas razón - respondió, cuando habló de la muerte de Ivanna - Al fin y al cabo, lo normal era que hubiera sólo una muerte por noche, pero aquella en particular fallecieron cinco, si no recuerdo mal. Todo está muy confuso de aquellas horas.

Al fin y al cabo, él también había muerto aquella noche.

- El Sueño de la Muerte es distinto al Sueño de la Vida que hemos llevado hasta ahora, ¿sabes? No sabría decirte qué sensación es mejor. Dime, ¿cómo es vivir con el miedo de ser asesinada cada noche?

Miré al suelo ante su pregunta.

-Es bastante difícil, pero a la vez pienso que no debo preocuparme por eso. Se que no supongo ningún mal para nadie y eso me hace creer que la gente se apoyará en mi, y que juntos podremos ganar esta batalla.

Di un par de pasos hacia Samuel.

-¿Qué darías por que convenciese a alguien para resucitar a Ivanna?-Dije, mirandolo fijamente, con palabras tranquilas y lentas-¿Qué estarías dispuesto a ofrecer? Pues no será fácil, y puede ser peligroso.

Suspiró, sorprendido por la propuesta.

- Dos veces he muerto por estar vinculado a ella, y si volviera... otra vez volvería a morir. Mi corazón está lleno de dolor, pues todo lo que he amado, respetado y apreciado, ha desaparecido - dijo, rascándose la nuca - Si puedes hacerme volver, yo te lo agradecería. Estoy más que interesado en que todos regresemos a Fäe, sanos y salvos, y que todo vuelva a ser como era, y haría todo lo que esté en mi mano para capturar a los asesinos.

Dijo, y luego miró a Xia, con una serenidad pasmosa.

- Aunque no fui nunca un visitante permanente en Palacio, siempre guardé buenos recuerdos de vos... Majestad.

Sonreí complacida por sus palabras.

-Intentaré hacer lo posible, pero bien es sabido que no es momento para fiarse de cualquiera. Y cargo con mucha responsabilidad con esto, así que dime, necesito ese voto de confianza, confiesame quien eres, y bueno, también el porque crees saber con esas últimas palabras, quien soy.

Apoyando toda mi fuerza en una pierna, me crucé de brazos.

El joven se encogió de hombros, y una sonrisa triste asomó a su rostro.

- ¿Quién soy? - dijo, arqueando las cejas - Mi identidad, la que se esconde tras esta máscara de piel, no es ningún misterio. Cualquiera que haya regresado del más allá podría decírosla, e incluso aquella que habla con los muertos. No gano nada, ni pierdo tampoco, ocultando que soy Loth. Me conocísteis cuando pasé una temporada en Palacio, acogido por Aina.

Luego abrió las manos.

- Y sé que sois su Majestad, porque hay alguien más que lo sabe, y he obtenido información de esa persona - añadió, con una sonrisa - Ahora sólo queda que hagáis memoria. A mí me es indiferente que me creáis o no. Claro, que a mí también podrían haberme engañado, no sería ninguna sorpresa.

Reí viendo su reacción.

-No te preocupes. Solo quería observar tu reacción. Ya sabía quien eras y por medio de que persona supiste quién soy, pues lo más normal es que ella te contara sobre ello.-Chasqueé los dedos-Está bien, que así sea, veré que puedo hacer. Una princesa debe preocuparse por los suyos.-Y terminé con una sonrisa.

Empecé a reír, un tanto misteriosa.

-Lo prometido es deuda Loth. Elendire está de vuelta. Tu podrías ser el próximo, pero hay algo que me reconcome por dentro...-Me llevé las manos a la barriga, agarrando con fuerza, como si me doliese-Te pedí que me contases todo lo que sabías. Es más, me mentiste sobre ti, a mi, tu princesa. Y eso me duele.-Mi cara de pronto se volvió triste, mir´´e al suelo, con mirada desolada.-Pero..-Suspiré-Eres importante para alguien que me es importante, así que te doy otra oportunidad.-Volví a recomponerme, mirandolo con ojos esperanzadores.-Ya sabes a que me refiero...cuéntame tu historia con Essä, cuentamé que ocurrió cuando ella murió, y más vale que me digas esta vez la verdad, y solamente la verdad, si lo haces y efectivamente me demuestras que lo que ahora hay en tu interior no servirá de ayuda en nuestra causa, volverás y tendrás una vida junto a tu querida Elendire. Pero si por el contrario vuelves a mentirme...olvídate de regresar, olvídate de mi perdón, y olvídate de Elendire...

Terminé mirando hacia un lado, evitando su mirada.

-¡Ah!-Exclamé volteando de nuevo hacia él, sonriendo como si nada-Y cuentame todo lo que sepas sobre esos que también están en en ese lado..."oscuro". Está en tus manos, recapacita sobre como se está información y tien me ha indicado que tu podrías ayudarnos. Ella lo quiere así.-Y le guiñé un ojo.

Samuel se incorporó, con las manos en la cabeza, desesperado.

- No, no, no, ¡NO! - dijo, para luego mirar a Xia, cargado de desesperación - ¿Elendire? ¿Por qué la devuelves a la vida a ella? ¡Sabes que morirá! Y si me llevas de vuelta, ¡yo moriré con ella! ¿De qué me sirve confesar todo lo que me preguntas si haces regresar a otro?

Se dejó caer en la cama, hundiendo la cabeza en su pecho.

- Yo no quiero regresar. No mientras ella siga viva. Hacerme volver sólo me hará morir de nuevo, y estoy harto. MUY harto.

-Tsk.-Lo miré un tanto entre confundida y molesta-Para ella es su penitencia para ganarse tu perdón, o eso es lo que me dijo. Tu sabrás a que se refiere. Y necesitamos tu ayuda, tus conocimientos respecto a ellos. Por las buenas o por las malas. Pues bien sabes quedes regresar, sometido a voluntad de alguien. Y lo confesarás todo. Si no quieres volver, habla.-Mi cara se puso sería, realmente no tenía tiempo para discutir y se negaba a ayudarnos, ni a su princesa ni a su amada. Y como siguiese así terminaria de nuevo vivo, sometido como un simple esclavo.

-O hablas o Ivanna sufrirá más de lo que ahora mismo lo está haciendo por ayudar y por ganarse tu perdón. Tsk. ¿Así se lo pagas?-Se dibujó en mi rostro una sonrísa un tanto maliciosa-Se lo haré saber, y bien sabes de su espíritu libertino. Más te vale no echar leña al fuego, pues las ascuas a un queman y puedo avivar una hoguera en ella.

Mis palabras se habían tornado un tanto amenazantes, no soportaba que me menospreciasen así. Yo era la princesa.