Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

La voluntad doblegada

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15/02/2015, 12:44
Narrador

 

La voluntad doblegada

Cuando vuestros ojos se abrieron os visteis transportados a otro lugar. Una especie de réplica de la ciudad enorme, infinita, con cada esquina cargada de pena y soledad. Sin embargo allí no era de noche, aunque tampoco de día. El ambiente se había quedado suspendido en un atardecer perpetuo. Aún así, la torre del reloj marcaba claramente las horas, y en ella brillaban las mismas llamas que en su gemelo. Además el aire se veía impregnado de una densa solemnidad, como si las fuerzas que se movían en ese lugar fuesen más graves que ninguna otra.

Allí os encontrabais, de pie. Lassa y Míriel. La madre de aquellos pequeños, y el brazo ejecutor que había acabado con sus vidas. La muñeca derecha de ella se encontraba abierta, y de dentro de su carne salían un par de grilletes que iban directamente a los brazos de él. La sangre presente en los primeros eslabones de la cadena que los unía era la que le daba la fuerza para imponerse sobre el Fata, doblegando su voluntad y sus acciones. Subyugándolo.

Notas de juego

Bueno, pues... Sois Nigromante y Esclavo. El primero ha devuelto a la vida al segundo, encadenando su voluntad en el proceso.

Como tales tenéis esta escena para rolear en privado. Condiciones a conocer: el Esclavo debe acatar cualquier orden del Nigromante, incluso las que conciernan a su rol primario y su voto. Además, el Esclavo jamás podrá mentir a su señor.

Disfrutad. :)

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15/02/2015, 13:12
Narrador

Notas de juego

Destinatarios actuales:

Lassa Míriel

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15/02/2015, 16:12
Narrador

Al mismo tiempo que en la ciudad gemela que ambos habitabais, visteis cómo aquí, sobre el reloj, aparecían un par de llamas sobre el número XII, danzando al mismo tiempo que las que vuestras carcasas humanas observaban.

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15/02/2015, 18:58
Lassa

Cuando mis ojos se abrieron en esa ciudad gemela, la ignoré por completo, ignoré sus edificios, su eterno crepúsculo, la falta de mis hermanos fata y al dichoso reloj llameante. Ignoré todos y cada uno de sus componentes salvo a uno, el único que me interesaba, Míriel.

Le escruté con la mirada, y tardé en sorprenderme por verle en su aspecto fata aquel que se me antojaba a la par más agradable y repulsivo que el humano. Mi mirada se clavó en él con odio y superioridad, necesité de toda mi voluntad para no apartar la mirada aunque aquello hiciera hervir mi sangre hasta extremos insoportables y dolorosos.

- Míriel. – enuncié su nombre incrédula de tenerle delante y la infinidad de palabras que durante siglos había guardado para el asesino de mis cachorros se aglutinaron en mi garganta impidiéndome expresarlas por orden de la parte racional que aun habitaba en mí.

Hice un gesto de muñeca y una sonrisa se afiló en mis labios al oír el ruido de las cadenas que nos ataban. Esa meoldía logró relajarme y aparcar mi lado más visceral.

- No creas que no he deseado hacerte pagar por lo que hiciste, no creas que no lo he planeado para después de oírte confesar,  de arrancarte un porqué y una retractación de tus actos. Pero la noche apremia, y ello debe ser lento.

Acaricié el aire cercano a mi pierna derecha con la mano cóncava y en ese momento mi sonrisa cambió a una más dulce hacia esa dirección.

- ¿Son ciertas las palabras de aquel al que llaman Paul, puedes conocer los secretos de nuestros hermanos fata? Cuéntame, cuéntame cuanto puedes hacer, cuanto puedes saber, cuanto sabes y la magia que te ha brindado el reloj.

Cuénteme si tus acusaciones hacia Vanya, aquella a la que llaman Anya, existieron alguna vez, si son fundadas en tus averiguaciones o ella te las pidió.

Cuéntame aquello que recuerdas de tu muerte, de ese palacio dorado en el que os encontráis o si ni siquiera eso es cierto.

Habla con sinceridad, Míriel, solo entonces podré creer tus palabras sobre la noche en que mis cachorros encontraron su sueño sin necesidad de ponerme muy desagradable.

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15/02/2015, 23:12
Míriel

Míriel casi deseó volver a estar muerto en cuanto sus ojos se posaron en Lassa y siguió la dirección de las cadenas. Se miró las manos incrédulo, supo de inmediato lo que significaban aquellos eslabones... su orgullo de Fata y de guardaespaldas de Celebia trataron de oponer resistencia, jamás había sido el títere de nadie y no estaba dispuesto a serlo... sin embargo no podía luchar contra eso.

 Míriel apretó los puños y escuchó a Lassa dedicándole una mirdada gélida a la que consideraba su asesina.

- Antes de que te responda, ¿Me has devuelto a la vida para volver a arrebatármela? Si va a ser ese el castigo que me impongas como pago por la muerte de tus hijos estoy dispuesto a aceptarlo, pero sólo te pido que me permitas continuar con vida el suficiente tiempo para proteger a Fae y a Celebia- le dijo con los ojos clavados en los suyos.

Tras una breve pausa se decidió a contestarle con suma tranquilidad.

- Lassa, lo que dije en boca de Roger era totalmente cierto y Paul, al parecer lo acaba de confirmar... ¿por qué fuí durante tanto tiempo el guardaespaldas de la princesa? Por la secilla razón de que puedo ver el peligro y la maldad en todas sus formas- entonces las pupilas de Míriel adoptaron una nueva formas... se dilataron de forma vertical, como las pupilas de un gato y fue como si en ese momento el Fata pudiese ver a través de todo, inlcuida la propia Lassa- Puedo verlo todo al anochecer, ví a Anya y en ella reconocí a Vanya, en realidad miré en ella porque estaba buscando a mi princesa... pero además de ver a Vanya, pude ver su poder... puede proteger a cualquiera y librarlo así de la muerte incluida ella misma... y si a quien protege es a un traidor podrá establecer un vínculo con él o ella y conspirar tranquilamente sin que nadie más lo sepa... No tengo ningún vínculo con ella, ¿si fuera así por qué señalarla? ¿Te satisface mi respuesta o tienes que abrirme nuevamente el pecho?

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16/02/2015, 01:14
Lassa

La resignación de Míriel manchada por su mirada desafiante aunque vacía me hizo sonreír.

- No te confundas, - arqueé una ceja sorprendida por el aplomo de aquel fata - No te he devuelto solo para volver a ver como tu esencia se desvanece - hice una pausa dramática para pintar una sonrisa sádica en mis labios - de nuevo.

Escuché sus palabras aborreciendo su tranquilidad, despreciando su voz cuando no era acompañada de gritos que le desgarraran la garganta por lo que me distraje ondeando mi mano y acompañando su habla con la melodía de las cadenas, e incluso toleré que pronunciara mi nombre pero en cuanto mencionó la princesa hice girar mi muñeca para enroscar las cadenas en mi mano y tiré de ellas obligando a Míriel a dar un paso y meter sus pies en unas aguas pantanosas que mi mente acababa de crear entre ambos, sustituyendo el pavimento de esa ciudad gemela y que se extendían en toda ella dejando en tierra seca la torre del reloj y a mí misma.

Dentro de las aguas del pantano aguardaban los cuerpos inertes de miles de niños fata, multiplicándose allí donde alcanzase su vista, pero en ninguno de ellos encontraría el rostro de mis cachorros.

¿Qué acaba de confirmar Paul? ¿Qué usabas tu información sobre nuestros secretos con fines turbios? ¿Que disfrutaste aniquilando a mis cachorros?

Cerré los ojos con fuerza incapaz de seguir soportando el dolor de ese recuerdo. - ¡¿Qué maldad viste en ellos?! ¡En mis ángeles! - grité guiada por mis entrañas e incluso me recluí en mi propio cuerpo y me abracé las piernas con la mano de la que surgían las cadenas apoyando mi frente en las rodillas. La otra mano buscó aquella cabecita invisible que ahora se alzaba junto a la mia y la acaricié.

- Es un pobre ignorante Aidëmie, pero se lo preguntaré - hablé a mis costillas y volví a erguirme - ¿Has estado al otro lado del reloj? - Clavé mis ojos en él imitando su gélida mirada, y recomponiendo mis entrañas - ¿Encontraste a tu princesa? ¿Conoces su nombre humano?

Sonreí de pronto con amabilidad, sin ocultar la sobra que seguía incrustada en mis ojos - Cuéntame, cuéntame más - agité mi mano y cubrí el pantano de los niños muertos de hierba y amapolas rojas - ¿Cómo protege y libera Vanya a alguien de su muerte? ¿Cualquiera que sea la ejecución?

¿Pensaste en ella? Cuando tu pecho cedió. - aclaré llevando mis ojos a la abertura ya inexistente.

Notas de juego

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16/02/2015, 13:50
Míriel

Míriel estuvo a punto de caer de bruzes cuando Lassa tiró de las cadenas para atraerlo a aquellas agua, el Fata observó el cambio operado a su alrededor, Lassa quería torturarlo con aquellas imágenes de niños asesinados, sin embargo aquello no lo perturbo. Él no era el culpable de la muerte de aquellos rostros infantiles, tan sólo mató a dos infantes y lo hizo por el bien común de Fae, no hubo acto de maldad en aquello por mucho dolor que causara a su madre. Él sabía que había hecho lo  correcto.

Tras mirar a su alrededor sin el menor atisbo de espanto o remordimiento, buscó la mirada de la Fata que lo había encadenado.

- Lo que dice Paul es mentira, mis asuntos no son turbios puesto que yo no soy uno de los traidores. Mi poder siempre ha sido la visión, lo que me sorprende es que se le dé tanto crédito a él y a mi tan poco...- Míriel miró directamente a los ojos de la Fata- Deberías haber visto lo que vi en tus cachorros... pero una madre jamás ve los defectos de sus hijos por muy grabes que estos sean... no voy a perdir ni perdón ni misericordia...Dije en su momento y lo repetiré las veces que sean necesarias que sus almas sólo albergaban oscuridad, maldad, ponzoña y sed de sangre...- sus ojos seguían prendidos en ella- Ya te has enseñadado una vez conmigo, ¿realmente necesitas que te vuelva a describir como me ajusticiaste? Ni en ese momento ni ahora me escucharás gritar- la miró desafiante para después contestar a la siguiente cuestión- Vanya sencillamente puede proteger a quien elija incluida ella misma, pero sólo puede proteger una sóla vez a la misma persona, lo que significa que si os ponéis deacuerdo en eliminarla no podrá volver a defenderse... Con respecto a Celebia, no se quien es. No he podido mirar a nadie más, no he tenido tiempo.

El escenario volvió a cambiar y Míriel pareció encontrarse más débil, hasta tal puntop que no pudo evitar caer de rodillas al suelo y que de su boca saliera un hilo de sangre.

- No me queda mucho, he sido envenenado durante la noche… lamento no poder servirte más como distracción- dijo con un tono cada vez más débil, la vida se le escapaba a cada segundo- ¿Qué más quieres saber? date prisa...

Notas de juego

Post arreglado master ^^

PD: Como da la casualidad de que me muero otra vez te tengo que decir que me ha encantado compartir escena contigo, cortito pero intenso ^^

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16/02/2015, 16:37
Lassa

-Al asesino de niños le sorprende su poco crédito. - reí ante la ironía de su frustración - Tampoco creo sus palabras. - confesé en apariencia de consuelo aunque no fue más que un pensamiento expresado en voz alta.

-¡Callate! - exploté al oírle hablar de mis cachorros y cerré el puño liberando mi ira en el aire de esa ciudad gemela. El campo de amapolas se prendió en fuego y las salamandras empezaron a corretear a nuestro alrededor. - Cegado por tu propia arrogancia, herido de muerte por tu pedantería y enterrado vivo por tu soberbia. Mereces cuanto te llegue . - acepté su mirada directa considerando llevarme aquellos que parecían ser los verdaderos asesinos de mis cachorros: sus ojos.

Sonreí provocada por su declaración de silencio y empecé a acercarme a él con decisión a pesar de que mi piel asqueada y precavida creaba una estalactita más a cada paso que daba.

Cuando el fuego nos cercó, Míriel cayó de rodillas, no me sorprendió, menos al recordar que tampoco había mostrado una gran resistencia cuando jugué con sus entrañas. Todo en él era palabrería barata, penosas justificaciones que le permitieran dormir por las noches y alzar el mentón durante el día.

Alargué mi mano sobre su rostro y abuse de mi dominio sobre esa ciudad para colar en las cuencas de sus ojos el aire abrasador, envolver sus ojos y hacermelos entregar. Sin embargo, no conseguí nada, mi dominio no parecía extenderse en él más que por el vínculo de sus grilletes de voluntad. Arrugué la nariz con fastidio y aplaudí el ojo de la princesa al optar por guardarlo celosamente a su lado.

Encogí los dedos y retiré mi mano dejándola caer a un lado. Algunas de las agujas rocosas de mi piel se recogieron.

-Mis pequeños hubiesen sido una bendición para Faë. - pronuncié con claridad ahogando las llamas que consumían mi ciudad copiada- No viste en ellos más que el reflejo de tu princesa. Tal era su poder.

Agaché la mirada mientras jugueteaba con los primeros eslabones de una de las cadenas enredándola entre mis dedos. Le sonreí al aire y con mi mano libre acaricié lo invisible moldeando mi mano como si resiguiera una mejilla.

- Encontraré a tu hermana. - besé la altura de una frente infantil - Probaremos sus mentiras, las de todos ellos.

Volví a Míriel y me encogí de hombros ante la providencia de su muerte.

-Pagaste por uno de mis cachorros. La princesa pagará por el otro.

Me senté a su lado para observar de cerca su último suspiro, y mi voz tomó suavidad sin olvidar el ácido que circulaba por mis venas. Lo rodeé con un brazo como había hecho en su anterior muerte.

-Hablame del más allá. ¿Cómo es? ¿Quién hay?.

Notas de juego

Encantada también de haber compartido escena. ^^ Una penita que haya sido tan corto (y perdoname por la petardería, jo, me lamento por no poder dejar que Lassa te comprenda :( .

X( Debes volver!

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16/02/2015, 18:09
Míriel

Míriel ya no sabía que hacer ni que decir, por mucho que se esforzara en decir la verdad, por muy alto que había sido el precio pagado por aquel mal necesario... nadie creía en su palabra. ¿Dónde había ido a parar el orgulloso guardaespaldas de Celebia? Siempre había sido un buen guerrero, jamás se había rendido ante nada ni ante nadie, nunca fue fácil ser él... pero sencillamente se sentía derrotado, como un niño de corta edad que no sabe caminar. Aquello era sin duda el mayor de los tormentos, estaba acostumbrado al dolor físico, era consciente que el final de todo guerrero es doloroso y violento y estaba preparado... pero no para morir por nada, impotencia era lo que mejor definía el estado de Míriel... nada de lo que dijera o hiciese Lassa podía hacerle más daño que lo que le estaba pasando.

Cegado por tu propia arrogancia, herido de muerte por tu pedantería y enterrado vivo por tu soberbia. Mereces cuanto te llegue

- Estamos deacuerdo en algo...- comentó cuando la Fata se acercó a él y le posó la mano en el rostro buscando sus ojos- ¿Qué haces...?- Míriel quiso retroceder "No... así jamás la encontraré..." pensó alarmado tratando de zafarse de su mortal contacto.

El guardaespaldas de la princesa sintió el frio contacto, un nuevo dolor que tenía como objetivo arrancarle la base de su poder... pero fiel a su palabra, en aquella ocasión tampoco grito, en su lugar apretó los puños y cuando Lassa retiró sus letales dedos pestañeó agradecido por conservar sus ojos.

- Entiendo que quieras cebarte conmigo, pero ¿por qué quieres acabar también con la princesa? ¿Qué mal te hizo?- Míriel no pudo evitar preguntarlo- No lo entiendo...- una nueva bocanada de sangre interrumpió lo que iba a decir- vaya... seguro que lo estás disfrutando...- ironizó tirando de orgullo- soy bueno protegiendo a los demás pero no a mí mismo.

Cuando Lassa lo abrazó el Fata no pudo evitar encogerse, sus abrazos y sus caricias eran el preludio de la muerte y el sufrimiento... parecía que ni muriendo cien veces aquella sed sería saciada, aún así cada vez se encontraba en peor disposición para resistirse y menos con aquellas cadenas sometiendo su voluntad.

- En el otro lado se encuentran...- Míriel necesitó unos segundos para contener la nueva bocanada sanguiñolienta que amenzaba con añadir más sangre a su boca- Aina, Falmari, Loth, Aidane, Rais, Tarma y Elendire... - Míriel se maldijo a sí mismo por haber rebelado aquellos nombres, acaba de servir a los traidores cuando lo que quería era ayudar a Fae, sintió asco de sí mismo y una honda desesperación que le provocó una violenta sacudida de tos acompañada de un vómito de sangre.

Notas de juego

Tranquila ^^ lo normal es que Lassa jamás lo comprenda ni lo entienda... nadie lo hace :(  pero oye que me encanta como la llevas ^^

Lo de volver... ya no depende de mi querida, pero casi mejor para él quedarse muerto... pobrecico mio ^^U

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16/02/2015, 19:02
Lassa

Hice rotar mis ojos declarando lo absurdo de sus preguntas, y empecé a hablarle con la mirada puesta en el horizonte observando como el mundo que había creado se desvanecía lentamente engulléndose en un bruma cada vez más cercana- Ella pagará por tu crimen - le expliqué como si de un niño se trata - y su muerte pesará sobre tu consciencia.

Su tos atrajo mi mirada y le limpié la sangre con mi pulgar, de un modo abrupto y con menosprecio - No creas, - mentí delatandome con una sonrisa divertida - disfruté más de tu agonía pasada. 

Volví a guardar silencio para comprobar el horizonte antes de afilar mis dedos en estacas - Podría acelerar el proceso... Liberarte de tu sufrimiento. Podría incluso hacer que tu vuelta al otro mundo fuese dulce. - divagué en una propuesta que jamás pensaba cumplir. Y en cuanto recibí los nombres sonreí aliviada y me llevé un dedo a los labios en señal de silencio - Te guardaré el secreto, si tu me guardas el mío. - le propuse enredando mis dedos en sus rubios cabellos, y alzando su rostro de aquel vómito de sangre.

Negué con la cabeza constatando su mal estado y volví a limpiarle el rostro con la misma aspereza. - O vamos, ¿ni siquiera vas a luchar por tu dignidad? - protesté aborrecida acercando mis ojos a los suyos. - ¿Qué ves? - ordené más que preguntar y solté sus cabellos con desdén para que se sujetara el mismo la cabeza; para algo seguía teniendo cuello.

 - ¿Quién ha sido? - pregunté curiosa - ¿A quién le debo esto? - señalé con una mueca de desagrado la sangre que manchaba mi ciudad.

 

Notas de juego

:'( Me harás llorar! 

Me alegra que te guste, al menos así me siento mejor por fastidiarte. ^^ A mi también me encanta como llevas a Míriel. 

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16/02/2015, 20:32
Míriel

Lassa manejaba a Míriel como si fuera un muñeco de trapo, jugando con él, con sus sentimientos, mangoneando su debilitado cuerpo a su antojo... se había convertido en un mero despojo de lo que fue... malditos asesinos... así no podía luchar, no podóa defenderse. Debería abandonarse de una vez, entregarse al olvido, no sufrir más... pero su orgullo se lo impedía, demasiado gusto le estaba dando ya a aquella Fata como para dejarse caer sin gastar el último álito de su vida.

 Míriel se vió completamente de bruces en el suelo cuando Lassa le soltó los cabellos por donde le había estado sujetando la cabeza para obligarla a mirarla a los ojos, el movimiento fue tan brusco y su cuerpo estaba tan débil que sólo fue capaz de frenarse cuando sus brazos tocaron el suelo.

- Nuevamente tienes razón...- comentó Míriel mientras era sacudido en esta ocasión por una extraña risa- últimamente tengo la moral por los suelos...- comenzó a decir reuniendo fuerzas para incorporarse- pero estoy dando una imagen horrible...- tambaleante y haciendo fuerza con los brazos y las piernas comenzó a levantarse- la dignidad hay que conservarla...- con un gran esfuerzo Míriel se levantó sosteniéndose nuevamente por sus propios pies- Así mejor ¿verdad?- un ligero temblor a punto estuvo de volver a postrarlo en el suelo, pero se mantuvo y consiguió afianzarse- Ahora... no veo nada, no se si podré ver algo antes del fin... pero lo intentaré... y no, lamento el desastre, te estoy dejando tu mundo echo un asco, pero no se quien me envenenó...- la extraña risa que se adueñó de él hacia un rato volvió a aflorar a sus labios como si nada le importase ya- matarás a Celebia por hacerme daño a mí...- volvió a reir- perdón, no entiendes el por qué de esta risa ¿verdad?... que desconsiderado por mi parte... a Celebia le debo lealtad absoluta, moriría por ella porque es mi deber, pero mi corazón no le pertenece a ella...

Notas de juego

Pues llora mala persona XD

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16/02/2015, 21:14
Lassa

Observé al rubio aniquilador de ángeles reír a la muerte, desquiciado como aquellos que guardaban la bruma en Faë, y lo otorgué a la inminente muerte corroyendole la consciencia.

Dejé que se levantara por su propio pie, sin trabas ni ayudas, desinteresada en lo que hiciera con sus últimas horas siempre y cuando no dejase de sufrir.

"Así mejor ¿verdad?" - mi propia voz se solapó con la de Míriel en cuanto pronunció esa frase y mi consciencia viajó a su pasado en Faë, viéndome a mí misma sujetando las diminutas manecillas de mis cachorros ayudándoles en sus primeros pasos, vi los cabellos dorados de Aidëmie temblar por la vibración de sus rodillas y ladeé la cabeza en busca de la plateada cabecita de Eimedia, sin suerte. Pues en mi mano derecha únicamente se encontraban aquellas cadenas que me unían a su asesino, dispuestas a retornarme a la realidad.

Alcé mi mirada hacia el tambaleante cuerpo de Míriel, sin inmutarme por sus palabras más que por un gesto de muñeca cuya única finalidad era entonar aquella melodía metálica que le recordaba mi domino. No necesitaba más, no necesité ponerme en pie, ni devolverlo a mí nivel. Si con ese postureo quería gastar sus energías, libre era de hacerlo, al menos hasta que me cansara.

Le escuché reír e irse de la lengua y me uní a su risa con sorna en un dúo que jamás hubiese podido prever, ni creer.

- ¿Y a quién pertenece tu corazón? - arqueé una ceja escéptica, no hubiese creído en la existencia de ese órgano en él si no fuese porqué lo había tenido en mis propias manos.

 

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16/02/2015, 22:20
Míriel

Había vuelto a hablar, la prudencia sin duda no era su fuerte, pero ¿qué más daba? Estaba ya todo perdido, con suerte no tardaría mucho en irse de allí, en librarse de aquellas cadenas... había empleado parte de sus mermadas fuerzas en tratar de liberarse de la proximidad de Lassa, no le gustaba estar a su lado y mucho menos sentirse tan aferrado a ella, pero aquel momento de libertad momentanea terminó en cuanto la Fata dió un suave tirón para recordarle quien mandaba allí

- No lo sé, murió frente a mí... sin que pudiera hacer nada por impedirlo- las piernas de Míriel le fallaron volviendo a caer al suelo, la sensación de estar completamente a merced de su asesina como un niño indefenso... era desagradable, pero contestó con tranquilidad con la mirada perdida, vacía- por eso busqué llenar el vacio que dejó con justicia, mi corazón no le pertenece a nadie...
 

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17/02/2015, 04:04
Narrador

Tal y como había sucedido el día anterior, al mismo tiempo que la llama en cuestión apareció sobre el número VII una llama gemela lo hizo también aquí, uniéndose a la que ya se encontraba en el mismo lugar.

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17/02/2015, 13:32
Lassa

Apreté los labios para no reírme de aquella ironía, por puro interés. Míriel había amado y había perdido aquel medio corazón sin poder hacer nada. Clavé mi mirada en él en cuanto esta volvió a mi nivel, preguntándome si creía que con esa historia despertaría alguna simpatía en mi, alguna clase de empatía alimentada por un mismo dolor.

- Una pena que estuvieras demasiado ocupado con el tercer ojo de la princesa. - me reí de su desgracia - Y decidiste aceptarlo sin más. - juzgué con desprecio.

Una risa repelente se escapó con mi respiración - Ahora mismo me pertenece a mí. - le corregí con contundencia - Es todo mío.

Eché una vez más una mirada a la bruma que disolvía el horizonte de mi mundo, todavía lejana pero avanzante.

- ¿Has olvidado su nombre? - le deseé aquel infierno que me hubiese consumido antes de fijarme en el reloj.

- Otra llama...- murmuré - ¿Conoces su significado?

Giré la cabeza con brusquedad hacia un lado de mi cuerpo todavía sentado en la hierba consumida por el fuego - No muerdas a mamá - le hablé al aire y presioné mi antebrazo izquierdo con la mano fuente de las cadenas - Tu quisiste que le preguntara. - rechisté - ¿Aidëmie?, ¡ Aidëmie! - me indigné con el tono de una madre mientras mi cabeza seguía a mis ojos en lo que parecía ser la estela de una huida.

Mi frustración y odio se clavó en Míriel de nuevo, mi mirada le condenaba una vez más y mis labios le sonreían a sus cabellos tan idénticos a los de mi cachorro.

- Volverá. - declaré como si supiera de qué le hablaba con un tono que culpaba a la edad de esas travesuras de niños. Y sin dar tiempo a asimilar mi locura volví a castigarme con su voz. - ¿Cómo es el mundo de las almas? ¿Confían en la mentirosa de Aina? ¿Por qué no me señalaste en tu primera visita a ese lugar?

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17/02/2015, 14:31
Míriel

Miríel terminó por sentarse sobre el suelo, sus rodillas ya no eran capaces de sostener el peso de su debilitado cuerpo, acada minuto que pasaba le costaba cada vez más mantenerse despierto, deseaba cerrar los ojos y abandonarse al olvido, dejar de pensar, de luchar... dejar de ser él. Pero aquellas malditas cadenas seguían en sus muñecas doblegándolo, obligando a que continuara hablando, a que continuara sufriendo... su dolor era intenso, no tanto por el físico, puesto que al fin y al cabo ya ni siquiera le dolía, aquel veneno lo estaba dejando tan debilitado que el mundo a su alrededor comenzó a hacérsele lejano. Lo único que lo mantenía consciente era la voz de su verduga y la suya propia.

- Elória... ese era su nombre...- Miríel miró de soslayo a Lassa durante unos segundos, sus ojos reflejaron el vacio de su interior.

Tras escuchar a la Fata hablar sobre su corazón los hombros de Míriel se encogieron, que más daba, no era mucho lo que quedaba de él... que lo desgarrara como la vez anterior, era tanto el dolor acumulado que otro poco casi ni se notaría.

- Las llamas... no lo sé, lo único que se me ocurre es que representen la esencia de cada uno, son negras o blancas... puede ser oscuridad y luz, proque no obedece a ningún elemento... creo que cuando me trajiste una nueva llama se formó sobre el mismo número... pero no le encuentro mucho más sentido.

Míriel continuaba respirando con cada vez mayor dificultad, se mantenía sentado luchando por no dejarse caer, con los hombros caídos, la mirada perdida y el regero de sangre que ya había empezado a mancharle el pecho. Con un débil movimiento seguido del tintineo de las cadenas el Fata se limpió la sangre con la mano y la observó unos segundos.

- Ni siquieran creen a Roger, piensan que el veneno es también una invención... no debería haberme molestado- si hubiera tenido más fuerzas, Miriel se hubiera levantado airado y maldecido a partes iguales la ignorancia de aquellos que seguirían respirando cuando él se fuera, pero simplemente apretó el puño y lo dejó caer, derrotado física y moralmente... que enorme triunfo para Lassa.

- El mundo de las almas es cambiante, primero adquirió la forma del Salón del Trono, pero después la del Bosque. Sí, confian en ella... Dije que fue Lassa mi asesina y todos saben cual es tu forma humana... pero creen que no eres una traidora, que sólo me mataste por venganza. ¿Es eso así?- se atrebió a preguntar con un hilo de voz- Yo no hice hincapié en que te votaran porque sólo he visto el interior de Vanya, sino estabas con los traidores no tenías por qué ser ejecutada.

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17/02/2015, 16:15
Lassa

Me deleité con Míriel, torciendo mi mirada con fastidio al descubrir que recordaba a su amada. Algo le quedaba y odié no poder arrebatárselo.

Cayó, se sentó, se apresuró a eliminar su sangre visible. Aprendía rápido, casi podía apreciar esa fuerza entre tanta lastimosa debilidad y ocaso de su ser.

-Verás lo estúpidos que se sienten al verte morir con el rostro azulado por la hinchazón de tus venas coaguladas, pegadas al rededor de tu cuello, mejillas, labios, pulmones. No será agradable, probablemente tu órganos se atrofien y te asfixien, tu lengua empezará a secarse y tu boca a babear espuma... - callé interrumpida por respuesta sobre el más allá.

-¿Cómo? - pregunté con renovada ira en mi voz - ¿Cómo saben mi nombre humano?¿Cual es? - me cerré sobre él con una mirada sombría - ¿Quién-ha-hablado? ¿Qué otros nombres conocéis?.

Notas de juego

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17/02/2015, 16:40
Míriel

Morir... sólo deseaba morir... abandonarse, terminar aquella lucha, aquella tortura... ¿Acaso no había sufrido lo suficiente? La sed de Lassa era insaciable, Míriel quería decirle que terminara de una vez, pero sabía que no lo haría, disfrutaba con su sufrimiento y sin duda disfrutaría con su suplica, de manera que no lo haría, aguardaría, seguría soportando el tormento conservando el poco honor que le quedara.

 Cuando Lassa lo increpó nuevamente, su tono elevado le taladró los oidos provocándole un nuevo dolor, Míriel cerró los ojos y apretó los dientes de manera inconsciente, respiró y cuando consiguió controlarlo, volvió a mirarla con serenidad.

- ¿No es Lera... tu nombre humano? Es lo que he supuesto... y la mayoría han supuesto... fue tu reacción cuando Roger rebeló mi nombre... te rebelaste tu mostrando tu odio... creí que me matarías en ese mismo momento... o ¿me he vuelto a equivocar?- contestó con trabajo

Tras una nueva pausa Míriel la volvió a mirar con una interrogante en los ojos

- ¿Será tu sed saciada alguna vez?...- una nueva bocanada lo obligó a detenerse, con mano temblorosa se limpió como pudo y añadió con sus ojos clavados en ella- Siento... siento... el daño que te hice...- incapaz de seguir hablando se concentró en respirar, cada vez le costaba más.

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18/02/2015, 00:36
Lassa

La respuesta de Míriel devolvió mi mirada a la Bruma que seguía engullendo los edificios de esa ciudad tan distinta a su gemela. Guardé silencio, concediéndole unos minutos de paz sin proponérmelo ni ser consciente de ello.

Parpadeé ignorando el horizonte de nuevo -¿A esto me ha llevado tanta discreción?

Volví a sentarme a su lado dejándome caer por mi propio peso y lo recosté en mí con malas formas buscando la proximidad de sus dificultosa respiración, exactamente como la última vez.

- Una disculpa no me devolverá el corazón. Ni te librará de tu destino. - acertó el momento en que aquellas palabras tan ansiadas y despreciadas no pudieron encender mi vena sádica que golpeaba para salir a la superficie sin éxito. La distancia de mis pequeños ahogaba mis energías avivando mi dolor y mi odio pasivo.

- ¿Hablas con Zaira y Paul en privado? - seguí exprimiendo su esencia - ¿Por qué? - centré mi mirada en su dorada cabeza y empecé a acariciar sus cabellos. Con cierta melancolía, imaginando que eran los de mi cachorro, y poco a poco mis ojos fueron creyendo esa ficción, real en mi consciencia.  

-No soy uno de los traidores . -concedí - Sabes que jamás te mentiría, Aidëmie, además, la guerra acabó para mi hace mucho tiempo.

Guardé silencio, volviendo cada pasada más suave y familiar. Y permanecí acariciando a mi pequeño mientras la Bruma se acercaba, encerrada en mi propio sueño, hasta que Míriel volviera a arrebatármelo.  

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18/02/2015, 01:48
Míriel

La brusquedad de Lassa atrayendo el cuerpo de Míriel hacia ella, hicieron que los ojos del Fata se abrieran sorprendidos por el movimiento. Míriel estaba seguro que iba a ser castigado con un nuevo dolor a manos de su captora, sin embargo se encontró apoyado en su regazo... de una manera similar a la primera vez que sesgó su vida. Pero en aquel momento no repudió su contacto... a pesar del odio que ella le profesaba y del dolor que le infringía en busca de llenar el vacio que la muerte de sus hijos había causado en la Fata, Míriel empezó a darse por satisfecho... al menos ella sí creía en sus palabras y tenía una razón fundada para desear su muerte.

 - No pretendo huir de mi destino... lo merezco...- se sinceró Míriel mientras recibía aquella caricia en sus cabellos, un gesto tan suave y reconfortante que intuyó no estaba reservado para él... Lassa estaba rememorando los tiempos en que acariciaba a sus hijos... por alguna extraña razón la Fata lo había asociado con Aidëmie, el muchacho rubio... claro, debía de ser el cabello...

- Hablo con ambos... en el Salón de Trono, un lugar muy parecido al real... creo que allí van los Fata de palacio que murieron una vez y resucitaron. Allí nos encontramos Aina, Nun- Tahur y yo...

Lassa comenzó entonces a hablarle como a su hijo, Míriel entornó los ojos y su visión se volvió borrosa mientras algo húmedo comenzó a recorrerle la mejilla... Los justos no debían morir... los justos no debían sufrir... Lassa al fin y al cabo había sufrido la desgarradora pérdida de lo que más quería al igual que el propio Míriel, él sabía lo que era aquello, lo que dolía... la locura del vacio... el Fata consiguió refugiarse en su trabajo... pero ella... a ella no le había quedado nada, salvo la sed de venganza. Se le formó un nudo en la garganta provocado por todos aquellos sentimientos mezclados... lo sentía, sentía haber echo daño a Lassa... lo sentía tanto, tanto... Una nueva lágrima acompañó a la primera dejando un fino reguero en la mejilla del moribundo Míriel.