Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Noche 0: Lo que la Realidad esconde

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31/01/2015, 14:21
Ivanna

Ivanna siguió la figura del guia, impaciente, deteniéndose tan solo a mirar de cuando en cuando algún objeto sorprendente, como el cuadro de Goya que tan bien representaba la crueldad del paso del tiempo. 

Las notas en su cabeza casi le martilleaban los sesos, y tenía que frenarse de cuando en cuando para no adelantar a todo el mundo y echarse a correr. Sobre todo porque a pesar de que sentía con intensidad inusitada aquella llamada desde lo desconocido, no sabía hacia dónde tenía que ir, a pesar de que sólo hubiese un camino visible frente a ellos. 

Atravesó la cortina que impedía la visión del otro extremo del túnel, obligándose a cerrar los ojos al hacerlo y conteniendo un jadeo de asombro al darse cuenta de que el lugar en el que ahora se encontraban era totalmente diferente. 

Miró hacia el reloj, que con su esfera brillante gobernaba sobre el paisaje, y sintió de nuevo el peso del tiempo sobre ella. Tenía prisa. ¿Prisa para qué? No lo sabía, pero la sensación le generaba una ansiedad innegable, que se alojó de manera definitiva en su pecho al contemplar a la mujer encapuchada y oir su voz. 

Ivanna comenzó a respirar deprisa, llevándose una mano al pecho, mientras sentía que los recuerdos se arremolinaban en torno a su ser, rompiendo las compuertas de su cabeza y llenándola hasta desbordarla. Miró alrededor, absolútamente confusa y desubicada. La canción... ¿Dónde estaba la canción? Seguía sonando, pero seguía sin desvelar de dónde había brotado en primer lugar. 

Ivanna no era Ivanna. Ahora ya no lo sospechaba. Ahora lo sabía. Ivanna no era Ivanna, pero seguía estando incompleta. Y aquel momento que para otros había sido revelador y extático, se volvió para ella amargo y trágico. Y sin poder soportar la idea de aquel desconocimiento, rompió a llorar, con la pena de quien ha perdido a un ser amado, con la de las madres cuando pierden a sus hijos. Con la pena de los Faë que han perdido su hogar. 

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31/01/2015, 15:30
Samuel Nabody

El sendero continuó, esquivando fragmentos de otras vidas, de otras personas que habían dejado ahí sus recuerdos en busca de... ¿qué? Cada paso que Samuel, y todos a su alrededor, daba hacia delante, les alejaba de la realidad y les sumergía en un sueño que, paradójicamente, cada vez parecía más real. Ya no había familias, no había amigos, no había trabajos, ni obligaciones. Sólo las sombras a su alrededor, las cortinas que, a modo de muro, separaban un mundo de otro. Samuel apenas si se percató de que todo había cambiado cuando empezaron a avanzar por el puente. Sin embargo, tras un largo minuto en la nueva realidad, se alejó del grupo y se asomó al borde, observando con perdida atención el agua que corría bajo sus pies. Habría sido tan fácil saltar, sumergirse, llenarse los pulmones de oscuridad y perderse para siempre. Sin embargo, algo atrajo su atención.

Era ella... con una voz tan nítida que parecía hablarle al mismísimo corazón. La extraña criatura que había ocupado el lugar de la niña suicida les había llevado hasta ella, como un mayordomo, como un socio, como un secuaz. 

Y llegó el chasquido de dedos... y el torrente de recuerdos. Sus piernas se aflojaron y el débil Samuel cayó al suelo, de rodillas.

Y cuando todo empezó a cobrar sentido, nuevas emociones llegaron a él... y entonces, fluyeron las lágrimas.

Un triste sollozo apuñaló la noche de la oscura ciudad, y sólo una pregunta.

- ¿Por qué?

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31/01/2015, 15:55
Chris Loriod

Chris caminaba animado, sabiendo que cuando antes llegaran las respuestas mejor. Pero cuando empezaron a pasar por el vertedero, la falsa calma se quebró un poco, y tuvo que juguetear con sus dados. Los hacía revolverse en su bolsillo con los dedos, pero acabó apretando uno con fuerza contra la palma de su mano, cuando las cortinas revelaban lo que había al otro lado.

Pero tras eso, Chris se relajó y soltó el dado. No quitó la mano del bolsillo, pero había dejado por el momento los dados reposar en paz. Otra "mujer" les aguardaba allí, y Chris asumía que debía ser Ella. Más que nada, porque después del truquito de la niña ahorcada, empezaría a perder la gracia tanto giro falso. Quiso responderle al hecho que hubieran tardado, pero antes de que pudiera abrir boca, chasqueó los dedos y todo cambió.

Tras recuperar el aliento, Chris entendía muchas cosas. Aunque no todas. ¿Realmente había vivido una vida como Chris, o sólo había sido un sueño antes de volver? ¿O acaso su vida eran manifestaciones de su vida anterior? Había cosas que quería saber, que le aclarasen... pero no ahora. Primero había que resolver lo que había ocurrido o estaba ocurriendo en Fäe.

Cuentanos todo lo que debemos sssaber, para que podamos actuar - le dijo Chris, pues si tanto habían tardado en llegar/regresar, y tanto eran necesarios, empezaba a ser el momento de dejar todo misterio atrás.

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31/01/2015, 16:56
Xia Han

La joven morena de tez clara siguió avanzando en silencio, mientras sus ojos se desviaban observando los cambios de escenario, perdiendo así el poco sentido que ya tenía situación. Algunos conversaban sobre trivialidades, ella en cambio solamente caminaba impulsada por una fuerza tenía un dudoso origen.

Una torre, una torre con un reloj, llamó la atención de la claramente extranjera sin conocer muy bien la razón. ¿Pero qué importaba eso? Muchas cosas ni tenían pies ni cabeza, incluso es posible que sí tenga cabeza, más bien cabezas. Sí, en plural.

Después una suave voz proveniente de una, aparentemente, mujer cuya silueta era cubierta por una tela roja. Y en un momento, multitud de imágenes recuerdos cada uno más extraño que el anterior. En principio creyó que fue una ilusión, una trampa. Pero no, eran recuerdos, recuerdos de otra vida, de otra realidad. Tan cercanos como lejanos.

A la joven Xia le costó asimilar tanta información recibida de una tacada, se llevó las manos a la cabeza mientras intentaba procesarlo. Sin embargo, la densidad no le facilitaba mucho la digestión. Y tampoco podía desecharla. Necesitaría tiempo. Aunque no estaba muy segura que tuviese el suficiente. Se llevó las manos a la cabeza y torció su cuerpo hacía delante en un gesto de dolor, como si estuviese sufriendo un inmensa jaqueca.

Unos gemidos de dolor y tiempo después…pasó. Y ya no fue la misma, o quizás nunca fue Xia, solamente una mera ilusión. Recobró la compostura observando a los presentes y con una pregunta que hacer. – Entonces… ¿todo lo vivido hasta ahora fue una…mentira? – Le costaba creer aquello, todos los buenos momentos, y por supuesto no se podía olvidar los malos, que por desgracia eran los peores, se arraigaron con fuerza en la mente de la chica.

Imagino que si hemos sido llamados es porque tenemos algo por hacer, no estaríamos aquí de lo contrario. – Una obviedad que necesitó exponerla. – Entonces vamos, o al menos yo sí que voy. Para eso he venido. – Añadió decidida, con determinación en su mirada y en su timbre. No había lugar para la fragilidad ni tampoco para las dudas.

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31/01/2015, 17:16
Kammy Phillips

Kammy continuó el camino en silencio pero mientras más avanzaban, más incómoda se sentía. El camino se hacía angosto y la expectativa crecía en su interior. Además, trataba de alejarse de las multitudes y en ese momento, parecía no tener opción. Todos estaban demasiado cerca y casi podía sentir su aliento. A la final, debían filarse para poder continuar de todas las cosas que habían en el suelo.

Al principio, parecían cosas sin importancia pero mientras más avanzaban, el sobrecogimiento crecía. El cuadro de Urano comiéndose a sus hijos hizo que se revolviera su estómago. Recordaba el mito que inspiraba ese cuadro: un padre con temor de que uno de sus hijos lo destronara, profecía que Cronos cumplió y después de él, su hijo Zeus. Cruel pero un clásico de la mitología.

La imagen de ese cuadro le recordó al árbol deshaciéndose y revelando la identidad de la niña. Amazarac. Si se le analizaba, se asemejaba al cuadro. Por fin llegaron a la extraña cortina y Kammy dudaba si debía cruzar, pero el llamado era más fuerte y no podía simplemente atravesar la multitud, eran demasiados para que eso sucediera.

El panorama era hermoso pero sombrío, su corazón latía con rapidez por a expectativa y alzó la mirada para ver el reloj. El único brillo que tenían a su alrededor era ese. Siguieron caminando hasta el puente donde encontraron a una mujer de capa roja. Con todo lo que habían visto, ya poco le sorprendía, pero ese puente daba una hermosa vista al río. Lo contempló por un momento pero luego las palabras de la mujer llamaron su atención. La observó mientras alzaba sus manos y el chasquido de sus dedos resonó en sus oídos por un rato. Su eco activó en su mente una gran cantidad de imágenes que al principio le eran lejanos pero con cada imagen, iba comprendiendo más. Un camino muy largo había tenido que recorrer para que este día llegara, el día donde la llamada sería más fuerte que su sueño, el día de regresar a Fäe y de despertar del verdadero sueño: su cuerpo humano.

Sus ojos se tornaron violetas una vez más, debida a la desolación que experimentaba y trató de no llorar pero antes de que pudiera notarlo, las lágrimas ya surcaban su rostro. Recordó su dolor, su pérdida, la guerra, su misión, ahora todo tenía sentido para ella.

Con voz temblorosa dijo - ¿Cómo hemos tardado tanto? ¿Quién eres y cómo hiciste eso? - se abrazó a sí misma buscando consuelo en sí misma. En ese momento, Stewart vino a su mente pero ya ella sabía que no volvería a verlo. Su destino sobrepasaba su vida hasta el momento. 

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01/02/2015, 00:03
Shawn D. Williams

Un torrente de emociones me invadió cuando poco a poco fuimos adentrándonos en la oscuridad y, avanzábamos sobre el nuevo mundo que ahora se presentaba ante nosotros. Pensé que en lo extraño que era todo, ¿de verdad estaba ocurriendo todo aquello? Crucé el país buscando una esperanza, persiguiendo un sueño o una llamada, o como cojones quisieran llamarle. Estaba sucediendo todo en ese entonces.

Las visiones que iban y venían confundieron mi mente y fueron nublando la poca cordura que me quedaba. No era capaz de entender con exactitud que tenía que ver todo aquello con su destino y el andén. No tardó en pensar que aquello quizá acabara volviéndolo loco. ¿Eran acaso recuerdos almacenados por los presentes? Sea como fuere, la suerte estaba echada. Seguiría al monstruo aunque le costase su juicio, y la vida.

Pero no fue el final, de nuevo caminábamos en el exterior sobre una ciudad. ¿Era Londres? Nunca había estado fuera de los Estados Unidos, pero juraría que aquello se parecía a las postales que había visto del Reino Unido.

No fue hasta que una mujer ajena al grupo habló y consiguió sacarme del ensimismamiento. Sus palabras fueron muy contundentes. Fäe. Un torrente de recuerdos inundaron mi memoria y fui capaz de recordar. ¡FÄE! ¿Cómo pude olvidar? Todos lucían igual de boquiabiertos, no debía de ser él único. Yo era... yo era... ¡Al fin! Recordar todo aquello fue como un soplo de aire fresco.

-¡Si, es hora de volver! -enuncié con fuerte convicción y furia-. Después me dirigí a Xia Han. -Ha sido real, pero no era nuestra vida. No era una vida para nosotros.

 

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01/02/2015, 01:14
Roger Templar

Pese a que el instinto humano de Roger lo incitaba a cada momento a darse la vuelta y volver, quizás consciente de que con cada paso que daba su identidad sería anulada por la verdadera naturaleza de Roger... El señor Templar continuó caminando, la fuerza de la llamada era cada vez mayor, sentía que debía continuar, si seguía adentrándose en aquel mundo... a pesar del pavor que le inspiraba obtendría respuestas. Sensación que fue confirmada primero por la mujer que tenía a su lado, la única que se percató que estaba allí.

- Tiene razón señorita- le dedicó una sonrisa- de todas formas creo que no hay marcha atrás... hemos llegado demasiado lejos- añadió justo antes de que el guía los detuviese frente a aquella mujer.

Entonces todo cobró sentido, los ojos de Roger se abrieron aún más, ¿Cómo había sido capaz de olvidar aquello? ¿Qué había pasado? De nuevo comenzaron a surgir más preguntas cuando apenas había empezado a obtener respuestas.

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01/02/2015, 01:27
Thomas Haynes

Termino el dibujo de la pistola en medio de la oscuridad. La falta de luz no era impedimento para saber el lugar exacto en que cada trazo tenía que ser hecho, y en el que cada color debía de ser aplicado. Al terminar, busco a Kammy con la mirada, quién parecía querer alejarse de todos. Una leve mueca apareció en su rostro, pero comprendía que la situación podría ser algo complicada y confusa para ella, por lo que decidió darle el espacio que parecía buscar.

Siguió entonces el camino del túnel, mirando atentamente todo, desde la pelota de baloncesto allí tirada, y luego el resto de cosas apiladas y tiradas por el resto del camino. Grabo cada imagen en su mente con la primera mirada, cada detalle. Sin duda, lo que más le llamo la atención de entre todos los objetos fue el cuadro de Goya. No pudo evitar recordar la mención del cuadro en una de sus clases, o entre las charlas de sus compañeros como una gran obra del expresionismo, un cuadro que retrataba el horror. Sin embargo, para Thomas cobraba un nuevo significado. ¿Como Zeus podría haber liberado a sus hermanos liberados dando muerte a Chronos? ¿Como hacerlo si los devoraba de esa forma? ¿Como podría vivir una deidad de forma humana sin su cabeza, cuando las leyendas retrataban a estos dioses como figuras excelsas y completas? Quizá las historias no son en realidad como las cuentan. Quizá eso es lo que, en cierta forma, pretendía comunicar aquel cuadro.

No se detuvo para pensar más en ello. Volvió la vista al frente y siguió caminando, hasta que por fin las cortinas y se corrieron. Al cruzar las cortinas, el escenario que les esperaba era algo totalmente inesperado. Algo que solo tendría lógica si esto se tratase de un sueño. Una ciudad al otro lado del túnel, que de ninguna forma podría haber estado en el mundo real. Sin embargo, estaba allí, y para él, este lugar se le antojaba más real que ningún otro lugar en el que haya estado antes. 

Entonces, allí estaba Ella, quién con su voz aterciopelada les dio la bienvenida, y les invito de pronto a recordar con un chasquido de dedos. La explosión de imágenes, recuerdos, y viejas emociones le llenaron la cabeza de un segundo a otro. Vinieron con tanta fuerza que le produjo cierto mareo, y tuvo que inclinarse mientras sujetaba la cabeza para no caer de espaldas al suelo. Respiro profundamente, y aquellas memorias que con tanta fuerza llegaron, fueron asimiladas con la misma rapidez. La agitación paso, y lo único que quedo fue una sonrisa en su cara. Sujeto con fuerza su cuaderno, aferrándose a lo único que importaba ya del mundo humano.

Si que ha pasado tiempo...- Murmuro para si.- Es bueno volver a casa... Pero no hay tiempo para descansar, ¿o me equívoco? - 

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01/02/2015, 03:13
Alana McRae

El túnel se extendía delante de nosotros como un pozo de oscuridad indefinida. Continué caminando con el resto del grupo pero, a pesar de que seguía habiendo railes, no podíamos estar en el metro. Desperdicios, despojos, incluso un cuadro de Goya, descansaban a lo largo del túnel como restos de historias y vidas desconocidas. No sabía cuánto tiempo llevábamos andando cuando, frente a nosotros, apareció una cortina. Dudé solo un segundo antes de cruzar. ¿De verdad quería ir más allá? Una voz en mi cabeza me contestó… sí, esto es lo de tienes que hacer. Entonces crucé.

¿Cómo era posible que hubiéramos aparecido en una calle tan extraña que no parecía estar en Nueva York? Allí estaba Ella… la mujer que nos había llevado hasta allí. Fue un instante y, de pronto, todo encajó. Mi vida, mi infancia, el motivo por el que nunca había encajado en ningún sitio. Tantos psicólogos, tantas adopciones frustradas y tanto sufrimiento. Por fin sabía quién era y por fin todo estaba en su lugar. Era una Fata, pertenecía al mundo Faë y ahora tenía que regresar. 

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01/02/2015, 16:07
Lera Madison

Las arañas no eran sus mejores amigas, eso lo podía ver todo el mundo. No era que no pudiese mirar una sin salir corriendo, pero como era fácil de ver, un montón de ellas eran suficientes para hacerla treparse a lo primero que encontrara. En este caso, un hombre que había sido lo suficientemente amable para ofrecerse a llevarla a pesar del tremendo susto que le había hecho pasar. Gracias - le susurra bajito, afirmándose bien de él y mirando aquellos bichos que de a poco arrancaban con temor. 

Cuando las arañas desaparecieron de su vista, se bajó de la espalda del caballero y le dio un fugaz beso en la mejilla como agradecimiento, para seguir caminando junto a él. Hasta ahora, era quién se veía más confiable, y prefería no perderlo de vista por si pasara algo más peligroso más adelante. Porque... estaban siguiendo a un demonio. Por un pasillo lleno de recuerdos olvidados por personas ausentes que de seguro podrían ver su vida marcada en alguno de esos objetos. ¿Cuantas historias contaría aquel vestido de novia, por ejemplo? Quizás aquel cuadro a un lado sería obra del mismo demonio, pues su aterrador contenido no parecía poco digno de él. Lo que le sorprendía era como el demonio no miraba aquellas cosas, pero asumió que entonces sería que las había visto demasiadas veces y habían dejado de llamarle la atención.

Pero, como criatura maligna que era, él sí quería dejarlos a ellos con la boca abierta. Y por eso hacía trucos de magia, como el de la cortina, donde los llevaba a otros lugares. Increíbles trucos de magia, cierto, pero probablemente un juego de niños para alguien de esa calaña. Más la cautivaba la mujer de apariencia misteriosa, pero cuando iba a acercarse, algo la hizo detenerse en seco. Bruja... - murmuró para si misma - Una de las putas de Satanás. No es mejor que el demonio. - intentó recordarse, para no dejarse engañar por la apariencia de la dama. Cuando Ella chasqueó los dedos, y Lera vio pasar tantas vidas humanas como la de Fata, fue como si hubiese estado ahogándose con una bolsa en la cabeza durante todo este tiempo sin saberlo y de pronto se la quitaran de encima. ¡Aire! 

Fäe nos necesita - repite obedientemente, con rostro decidido y gesto serio. Cuanto recordaba era suficiente para saber que debía actuar, sin importar el costo. 

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01/02/2015, 16:55
Misty Holes

Misty observó el extraño suceso en el árbol maravillada. Ella siempre había creído en la magia, incluso cuando todo el mundo se empeñaba en intentar disuadirla de lo contrario. Sin embargo, la suerte siempre le había sido esquiva, jamás había sido capaz de presenciar lo que ella tanto ansiaba. La magia, pese a haber estado siempre en su vida, había estado de una manera inconsciente y sutil. Pero en aquel instante la magia estaba frente a ella. Si se acercaba a ella podría incluso tocarla, pero estaba demasiado maravillada como para hacerlo.

Al ver aquella figura y escuchar sus palabras, Misty no pudo evitar sentir un escalofrío de entusiasmo. Lejos de estar asustada, aquel ser, al que todos parecían estar viendo, demostraba que la magia existía. Confirmaba lo que ella siempre había sabido, que la magia existía y que estaba ahí aunque no siempre se pudiera ver. Hechizada por aquel descubrimiento, por aquella prueba viviendo de todo en lo que había creído y que le había importado jamás, siguió al ser sin dudarlo, adentrándose así en la oscuridad.

Avanzó, mirando alrededor, pero sin perder de vista en ningún momento aquel increíble ser. Observó los objetos con curiosidad, pero sin llegar a detenerse en ninguno de ellos hasta llegar a la cortina. Al atravesarla, no pudo evitar mirar alrededor y atrás después, sin esperanzas de encontrar aquella tela roída y gris.

La sensación que embargó a Misty fue extrañamente familiar, los ojos se le abrieron de par en par durante escasos segundos y después los cerró de golpe. Una risita salió de su boca entonces, que fue ganando en intensidad. Una lágrima cayó por su rostro mientras levantaba la mirada hacia el cielo. Al fin... Fue lo único que salió de su boca. 

Los recuerdos habían vuelto, lo inexplicable había dejado de serlo. Ya nadie se atrevería a cuestionar su cordura y, aunque lo hicieran, ahora contaba con la absoluta certeza de que se hallaba en posición de la verdad. Aunque en realidad, pensándolo bien, era indiferente ya. Había dejado aquel mundo atrás y no pensaba volver. Jamás dejaría aquel lugar lleno de magia y lleno de vida. No. Aquel era su hogar. 

¿Qué ha ocurrido en nuestra ausencia? Quiso saber. No había urgencia en su voz, solo curiosidad.

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01/02/2015, 19:12
Lyman F. Gale

Seducido por el destino y deleitándose con el camino, aquél hombre pálido e inexpresivo como una máscara de cera, siguió avanzando por el túnel, con paso seguro, dispuesto, y despreocupado de la creciente oscuridad que los envolvía y de las fauces que entornos a ellos se cerraban.

A diferencia de algunos de sus hermanos sabía qué buscaba, pues lo había esperado muchos años, y sabía que lo quería.

No dudaba, nada parecía poder detenerlo, dejando su pasado atrás, sin remordimientos ni escrúpulos, de forma inexorable y constante, regodeándose internamente en la satisfacción propia que puede sentir alguien quién sabe que su objetivo largamente anhelado está cada vez más cerca, quién está muy próximo a ver el fruto de la lucha de su vida, y, por ello, no se distraía, con nada. Se mostraba indiferente ante cualquier hallazgo, aunque no tenía porque ser algo extraño. ¿Cómo podían llamar su atención cada uno de esos múltiples y distintos objetos invisibles a su vista velada? ¿Cómo iba a posar una mirada y dedicar parte de su tiempo a una obra de arte un ciego? Menos, aun de poder hacerlo, cuando paradojicamente veía su primera luz delante de sí en una existencia compuesta de oscuridad.

Y, como la polilla al fuego, voló hacía ella. Dispuesto a quemarse.

Pero no iba solo, el enjambre que eran sus iguales surcaban el cielo con sus alas al unísono, hacía el mismo foco, el mismo renacer. Y, a pesar de sus palabras, de mostrar su capacidad, la niña tomó su mano y la puso en su cabeza. No lo necesitaba, así lo había dicho, y de fijarse en él, así lo podrían casi asegurar cuantos los vieran. Se las apañaba curiosamente muy bien, aun siendo ciego. No obstante, no se resistió, se dejó arrastrar, sin dar más importancia a Jane tirando de él, que la que se daría al viento cuando viene de espaldas. Mientras persiguieran una misma estela, y guardasen un mismo propósito, no sería problema.

-Esto mismo.- Aclaró con aquella voz que parecía perdida en el tiempo, como el eco de un susurro extraviado en un valle. Esto mismo. Lo he soñado toda mi vida.- Nadie podría decir si estaba respondiendo su pregunta o si por lo contrario simplemente manifestaba un hecho o un pensamiento desatendido. ¿Una niña podría entender lo que quería decir? No parecía importarle mucho, y no se procuró de constatarlo. Jane lo entendería por sí misma, y todos ellos también.

El nudo de la cuerda se estrechaba, el saco se cerraba tras ellos y cada vez menos había vuelta atrás. Aquellos que quisieran desistir perdían paso a paso su oportunidad.

Levantó la mano de su asidero incluso antes de que nadie le diera a entender que no había espacio para ir de dos en dos. Y siguió su camino con las manos en los bolsillos, con la cabeza apoyada en su templanza. Y en la oscuridad, nadie pudo asegurar si iba delante, detrás o a su lado. No obstante, seguía en medio de la manada al cruzar la frontera.

Tampoco admiró el paisaje. De nuevo ¿Cómo podría hacerlo? Desdeñoso a todos aquellos edificios y lo gris del paisaje, ajeno al sonido del río, al frío del lugar o el cambio de subsuelo en el que afinanzaban sus pies. Desgranó uno a uno sus pasos como granos deslizándose por un reloj de arena. Y, solo ante Ella, se paró, observó y escuchó.

Dispuesto para el gran viaje.

Cerró los ojos bajo las gafas, aun sin la necesidad, cuando los recuerdos besaron su memoria. Y ahí estaba. El sentido a todo y a nada.

Gale sonrió. Y amplió su sonrisa, entonando un "era hora" cuando supo que al fin comprendían sus hermanos.

Y una vez más, se dispuso a abandonar aquel mundo sórdido y sin color, dispuesto a volver a casa.

-¿Y a qué esperamos?- Su pregunta era pura retórica. 

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01/02/2015, 19:37
Anya Bennet

Hago caso al joven yonqui y camino junto a él y el resto por el túnel que se va estrechando. Cuando emprendí el camino lo hice con una extraña sensación, con una certeza que parecía ajena a mi, algo que me pareció incoherente y raro. Esa sensación era una mala broma ante lo que podía ver conforme caminábamos, recuerdos de épocas pasadas y personas que, seguramente, ya habrían dejado el mundo. Pese a todo la sensación me impulsó a seguir, a descubrir la verdad.

Salimos al aire libre y vimos frente a nosotros a una extraña mujer encapuchada. Comenzó a hablar, atrayendo toda nuestra atención, logrando con sus palabras quebrar todo lo que eramos. Recuerdos aletargados por alguna extraña razón brotaron en mi mente, haciéndome rozar con los dedos la locura durante unos breves instantes.

Mis compañeros lanzan todas las preguntas que mis labios secos son incapaces de hacer. Algunos, los menos, parecen tomar la verdad como un traje hecho a medida, sin pestañear siquiera ante la revelación.

Estoy lista para volver a casa -me digo a mi misma más que a el resto.

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01/02/2015, 20:01
Jane Wild

Con la mano de aquel hombre sobre mi cabeza para guiarlo como si fuera un perro de esos que se pueden ver por la calle o el autobús, abrí camino despacio, avisándole de cuándo había un obstáculo y podía caerse, o de lo que íbamos pasando para que se hiciera una imagen mental en su prodigiosa cabeza.

Mira, ahora pasamos por delante de un armario— informé, señalándolo con el dedo, sin darme cuenta de que no lo iba a ver—. Y tiene ropa vieja— añadí, arrugando la nariz, preguntándome quién dejaría algo así en un sitio como aquel.

Seguí los pasos de los demás, con cautela, y procurando que el hombre no apartara su mano de sobre mi cabeza, pues temía que se perdiera.

Emití un grito ahogado, y noté el corazón latiéndome muy deprisa al ver aquel cuadro. Pestañeé varias veces, y noté mi labio temblar porque el susto había sido tan grande que me dieron ganas de llorar. Algo así debía de estar escondido aún más para que nadie pudiera verlo.

—Pero, ¿quién ha hecho eso?— murmuré con el entrecejo fruncido, aún asustada.

Le expliqué como pude el cuadro al invidente para que se hiciera una idea de lo horrible que era.

Oscuro, un monstruo, devorando a un niño pequeño desnudito— sentí un escalofrío recorrerme todo el cuerpo.

Seguimos avanzando poco a poco, y, cuando vi que todos se paraban delante de nosotros, me puse de puntillas para ver lo que pasaba.

Y, fue, entonces, cuando escuché la canción, y vi las cortinas. Arrugué la nariz, alcé la mirada, y vi al hombre, e hinché mi pecho, dando a entender que no era cobarde, que no me daban miedo unas simples cortinas.

Avancé junto a él, y atravesé las cortinas con los ojos cerrados. Al cruzarlas, noté el aire cambiar, la piel se me puso de gallina, y la sensación de cerrado terminó.

Abrí los ojos, y me quedé con la boca entreabierta. Pestañeé varias veces, y miré al hombre de las gafas.

No estamos en Nueva York— indiqué, confusa—. ¿Dónde estamos?

Fue entonces cuando la vi, y ladeé la cabeza. ¿Qué haría allí?

Hay una mujer sentada sobre un montón de libros— informé al hombre, sin dejar que retirara su mano de mi cabeza—. Es la que nos ha llamado.

Nos apiñamos junto a los demás, y escuché sus palabras con atención. Me había olvidado por completo de dónde estábamos, de qué hora era, o de si mi madre se iba a preocupar.

En ese momento, como si la eternidad se pudiera comprimir en un solo segundo, lo entendí todo. Como si una ventana se acabara de abrir, y los rayos de la iluminación me cegaran, para, después, mostrárseme con claridad, como en una mañana de verano.

Me noté imbuida de mil vidas, de mil recuerdos poderosos, donde sólo uno parecía cobrar más fuerza. Mi yo. Mi yo de verdad. Quien era.

Escuché las palabras del invidente, y pestañeé. Tomé consciencia de lo que estaba pasando, de lo que éramos cada uno de los que estábamos allí.

—O sea, que no tendría que haberme comido la verdura— resoplé, frustrada, cruzándome de brazos. 

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01/02/2015, 21:16
Andy McGregor

El torrente de recuerdos que me inundó tras el instante inconmensurable atrapado en aquel chasquido derrumbó mi mente para volver a erigirla piedra a piedra, con nuevo mortero y vieja estructura.

Fäe. - Murmuré. Entonces comencé a ordenar todo aquello, poco a poco, aunque rápidamente para lo realmente esencial. - Debemos regresar. Hay mucho por hacer. - La vida de incomprendido, mis capacidades de ignoto origen, todo lo que me había hecho un bicho raro, vi que se repetía en mi existencia, vida tras vida. La razón está clara. Por fin parecía que podría regresar a Fäe. Las lágrimas brotaron de mis ojos, como impelidas por los recuerdos. Recuerdos de dolor, recuerdos... de realidad. De mí realidad.

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01/02/2015, 22:30
Anastasia Bubois

Como se preveía inevitable la conversación se redujo a brasas, latente todavía en Anastasia que así como su cuerpo se refugiaba entre la espalda de Aubin y la cobertura que le proporcionaba Allegra, su mente se refugiaba en el recuerdo de las voces de los susodichos, en la idea de que en todo ello había un punto de normalidad.

Avanzo a paso acompasado con el de sus nuevos conocidos, esforzándose por no pensar mucho en la ansiedad que se aglutinaba en su pecho fruto del nerviosismo de estar a punto de vivir aquello que llevaba toda la vida buscando, siguiendo; y que sin embargo, no había tenido el tiempo suficiente para prepararse, aunque quizás de otro modo ese tiempo jamás hubiese llegado.

Ojeó las cosas que se extendían en la oscuridad de ese túnel con desinterés, sin preguntarse cómo o por qué estaban allí, ni si eran abandonadas, perdidas, olvidadas o depositadas; de algún modo le pareció que debían estar allí, que era lo más lógico y normal así como aquellas cortinas que se extendían como el telón final.

Y detrás de la cortina, un mundo gris. La mirada de Anastasia se dirigió directamente al único punto de color y luz que se alzaba por encima del monocromo del lugar, atraída por el color disonante, creyendo que en ello residía lo práctico de ese mundo: resaltar únicamente aquello a lo que debes prestar atención. Achantó los ojos intentando descifrar la hora marcada por el reloj  y pronto el color granate reclamó su atención.

El granate alimentaba el color de una capa que cubría a una mujer sentada sobre una pila de libros, una imagen que le resulto fantasiosa, como sacada de uno de los libros que daban utilidad a las estanterías de su habitación en París, la verdadera. La mujer esperaba lo suficientemente cerca de ellos como para que no necesitase dar un paso más, y lo suficientemente lejos para que no necesitase retroceder. Distaba la medida exacta para evitar que el cerebro de Anastasia tuviese que debatir con sus entrañas.

Habló, con una voz aterciopelada que acarició los oídos de Anastasia y se filtró hasta su esencia, frenando la retirada de su calma, rogando y consiguiendo que controlase su instinto de huida un poco más. Y luego todo volvió.

Anastasia recibió sus recuerdos y la ansiedad dulce por conocer se tornó en una un poco más agria por lo conocido. Apretó los labios en una fina línea y sintió como su estomago se contraía y sus manos se cerraban sobre sí mismas. Dio la espalda a la mujer y avanzo entre sus compañeros de viaje, clavando su mirada en cada uno de ellos a medida que los dejaba atrás de su paso. Se colocó detrás de todos ellos y entonces se permitió a sus manos cruzarse sobre su pecho, arañar el hombro contrario y contener la respiración ahogando el grito que llevaba mucho tiempo desgarrándola por dentro, el último que jamás emitiría y que ni siquiera esta vez iba a nacer. 

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01/02/2015, 22:33
Paul Adams

Mientras sus pasos aumentaban en aquel sitio, sus recuerdos parecían ir creciendo y sobretodo cuando llegamos frente a aquel puente y aquella torre, donde aquella mujer encapuchada nos parecía dar la bienvenida al mismo momento que nuestras mentes se habrían a aquel sentimiento común en todos y que poco a poco empezaba de nuevo a nacer.

Mis labios susurraron mientras mi alma agradecía aquel vacío que empezaba llenarme tantas dudas y esquejes que mi mente humana nunca hubiera llenado jamas.- Fäe...

Mil preguntas nacían de los labios de mis compañeros aunque cualquiera de ellas podía haber salido de mí, pero en parte estaba un poco herido conmigo mismo por haber actuado así, y las repercusiones que aquello pudiera tener hacía nosotros. No quería herir a ninguno de nosotros solo protegernos, de aquello que desconocía pero sabía que de una manera u otra nos atenazaba en la sombra. Mientras el resto esperábamos aquellas respuestas.

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01/02/2015, 22:57
Ella

Después de sus palabras la mujer permaneció callada mientras os dirigíais a ella, sin cambiar su postura en ningún momento. Su mirada seguía escondida tras esa capucha, aún siendo una incógnita. A su lado, aquel ser os observaba lleno de interés y curiosidad, contemplando cómo vuestra actitud cambiaba poco a poco.

[color=#000066]- Veamos. -[/color] Enunció, como anticipando lo que estaba por venir. Sin embargo tardó varios segundos en volver a hablar, como valorando qué decir y qué callar. [color=#000066]- Lleváis ya quince años aquí. - [/color]Explicó manteniendo su tono suave. Su voz sonaba cargada de derrotismo, pero aún así mantenía la serenidad. [color=#000066]- Y tenemos un problema.[/color]

[color=#000066]- La Guerra acabó. Y por suerte, terminó bien. - [/color]Continuó entonces, antes de emitir un suspiro. Para vosotros, tan carentes de información, fue evidente que bien era muy poca información. ¿Bien para quién, exactamente? [color=#000066]- Cuando fuisteis expulsados Fäe se quedó roto. - [/color]Enunció lentamente, y sus labios empezaron a curvarse formando el atisbo de una sonrisa. [color=#000066]- Los soñadores ya sólo llegan por cuentagotas. El Río de Almas está casi seco. - [/color]Dijo, y la sola imagen que presentaba os provocó un escalofrío que no pudisteis reprimir. [color=#000066]- Nos estamos muriendo.[/color]

[color=#000066]- El Palacio está prácticamente a oscuras. El Bosque cada día está más marchito. Y la Linde prácticamente ha desaparecido, comida por la Bruma.[/color]

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01/02/2015, 23:57
Amazarac

La inicial satisfacción de Amazarac - ese al que ahora recordabais - fue dando paso al aburrimiento mientras ella hablaba. Un fingido y exagerado bostezo apareció en su boca mientras ella hablaba del Río de Almas, como si nada de aquello importase en realidad, y acto seguido os dio la espalda a vosotros y a la mujer, dirigiéndose al borde del puente como un minuto antes había hecho Samuel. Debajo de vosotros el agua avanzaba, lenta, densa y oscura, y si alguno de vosotros miró en la dirección del Fata pudo ver cómo dejaba caer algunas gotas de una saliva de un color verdoso.

[color=#000000]-[/color][color=#070000] [/color][color=#0E0000]S[/color][color=#150000]í[/color][color=#1D0000],[/color][color=#240000] [/color][color=#2B0000]t[/color][color=#320000]o[/color][color=#3A0000]d[/color][color=#410000]o[/color][color=#480000] [/color][color=#500000]e[/color][color=#570000]s[/color][color=#5E0000] [/color][color=#650000]t[/color][color=#6D0000]e[/color][color=#740000]r[/color][color=#7B0000]r[/color][color=#830000]i[/color][color=#8A0000]b[/color][color=#910000]l[/color][color=#990000]e[/color][color=#A00000] [/color][color=#A70000]y[/color][color=#AE0000] [/color][color=#B60000]u[/color][color=#BD0000]n[/color][color=#C40000] [/color][color=#CC0000]a[/color][color=#D30000]s[/color][color=#DA0000]c[/color][color=#E10000]o[/color][color=#E90000].[/color][color=#F00000] [/color][color=#FF0000]-[/color] Dijo desde su posición, como si aquello le hastiase soberanamente. Luego se dio la vuelta, quedando de cara a vosotros de nuevo. [color=#FF0000] [/color][color=#FB0000]-[/color][color=#F80000] [/color][color=#F50000]P[/color][color=#F20000]e[/color][color=#EF0000]r[/color][color=#EC0000]o[/color][color=#E80000] [/color][color=#E50000]n[/color][color=#E20000]o[/color][color=#DF0000] [/color][color=#DC0000]p[/color][color=#D90000]a[/color][color=#D60000]s[/color][color=#D20000]a[/color][color=#CF0000] [/color][color=#CC0000]n[/color][color=#C90000]a[/color][color=#C60000]d[/color][color=#C30000]a[/color][color=#C00000],[/color][color=#BC0000] [/color][color=#B90000]p[/color][color=#B60000]o[/color][color=#B30000]r[/color][color=#B00000]q[/color][color=#AD0000]u[/color][color=#AA0000]e[/color][color=#A60000] [/color][color=#A30000]v[/color][color=#A00000]o[/color][color=#9D0000]s[/color][color=#9A0000]o[/color][color=#970000]t[/color][color=#930000]r[/color][color=#900000]o[/color][color=#8D0000]s[/color][color=#8A0000] [/color][color=#870000]v[/color][color=#840000]a[/color][color=#810000]i[/color][color=#7D0000]s[/color][color=#7A0000] [/color][color=#770000]a[/color][color=#740000] [/color][color=#710000]v[/color][color=#6E0000]e[/color][color=#6B0000]n[/color][color=#670000]i[/color][color=#640000]r[/color][color=#610000] [/color][color=#5E0000]y[/color][color=#5B0000] [/color][color=#580000]n[/color][color=#550000]o[/color][color=#510000]s[/color][color=#4E0000] [/color][color=#4B0000]v[/color][color=#480000]a[/color][color=#450000]i[/color][color=#420000]s[/color][color=#3E0000] [/color][color=#3B0000]a[/color][color=#380000] [/color][color=#350000]s[/color][color=#320000]a[/color][color=#2F0000]l[/color][color=#2C0000]v[/color][color=#280000]a[/color][color=#250000]r[/color][color=#220000] [/color][color=#1F0000]e[/color][color=#1C0000]l[/color][color=#190000] [/color][color=#160000]c[/color][color=#120000]u[/color][color=#0F0000]l[/color][color=#0C0000]o[/color][color=#090000].[/color][color=#060000] [/color][color=#000000]-[/color] Explicó con un tono totalmente sarcástico, haciendo evidente que no creía en absoluto en lo que la mujer esperaba de vosotros.

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02/02/2015, 00:06
Ella

[color=#000066]- Amazarac. -[/color] Enunció entonces Ella, con un tono sosegado pero tajante que habría cortado el aliento de cualquiera. El Fata entonces le dedicó una exagerada sonrisa, pero se mantuvo callado.

[color=#000066]- Me encantaría llevaros a todos. -[/color] Continuó entonces, como si aquello fuera una disculpa. [color=#000066]- Pero eso no va a suceder. Los demás -[/color] Dijo, sin aclarar quiénes eran. [color=#000066]- no creen que sea una buena idea. La Guerra aún está presente en todos vosotros. Ninguno la ha dejado atrás. Tarde o temprano vuestra lucha volverá a estallar, y acabaréis con lo poco que nos queda.[/color]

[color=#000066]- Este es el trato que he conseguido. -[/color] Anunció entonces, como si hubiera luchado por vosotros. [color=#000066]- Quedaos aquí. Hablad o mataos, como queráis. Arreglad las cosas. Y cuando estéis en paz, vendré a buscaros.[/color]