Partida Rol por web

En dos ocasiones distintos aromas impregnaron los sentidos de Gale y, por la respuesta de sus compañeros, supo que dos de ellos habían vuelto a la vida. Sin embargo lo que de verdad le llamó la atención fueron las palabras de Anastasia y Paul, razón por la que no se demoró a sumarse a la pregunta de Zaira.

¿Podéis explicaros mejor? Estoy algo perdido -admitió, algo inusual en el ciego.

Todo sucedió tan rápido que no tuvo tiempo de tomar una posición sobre lo sucedido, así que se fue de ese lugar sin notarlo.

Al sentir cómo su herida se cerraba y el aire volvía a llegar a sus pulmones, dio una fuerte bocanada, tratando de recuperarse y cuando hubo calmado su respiración, llevó una mano a su cuello, tratando de recordar aquello que le había causado la muerte. Se giró hacia el cuerpo de Seth y lo miró por un instante, luego buscó el de Samuel y por último, el de Thomas. El color de sus ojos se tornó en un violeta oscuro al instante, mostrando lo triste que se sentía por todo lo que había sucedido. Recorrió a los vivos con la mirada y miró a Zaira. Era cierto que te deshabituabas a verlos en forma humana, así que simplemente le sonrió y le dijo - Gracias - luego, miró a Paul por un instante para luego ponerse lentamente de pie.

Parecía un momento fuerte porque muchos imperaban respuestas a Anastasia y Paul. Sin saber mucho más que decir, se acercó a Niba y le dijo - Es bueno volverte a ver - sonrió y le dijo - ¿De qué me he perdido? -.

Misty contempló la batalla desde una posición discreta una vez hubo participado en ella y se permitió animal a sus compañeros. Aunque Hundo había demostrado tener mucha versatilidad, eran demasiados como para que el escritor pudiera ganar aquello.

Cuando todo acabó, se acercó al grupo mientras jugaba con su pelo, más animada que por la mañana. Espero que esta ve hayamos acertado. Comentó, pasando la mirada por los presentes. Cada vez somos menos, eso puede ser bueno, pero también malo. Solo espero que sea lo primero. Se encogió de hombros.

No había terminado de realizar el gesto cuando algo la sorprendió. Sorprendida, vio como algo ocurría y un movimiento proveniente del lugar donde yacía Ivanna hizo que Misty se tensase. No fue capa de articular palabra hasta que la pelirroja la abrazó.

Sintió que la calidez volvía a su pecho mientras le devolvía el abrazo a la joven. No puedo creer que estés de vuelta. Con la muerte de kammy pensaba que no volvería nadie más, pensaba que te había perdido. Acarició el pelo de la joven mientras una lágrima caía por su mejilla. Lo siento mucho. 

Cuando se retiró del abrazo, la chica de pelo blanco se secó la lágrima y sonrió. Me alegro tanto de que estés de vuelta. Le dijo, sonriendo.

Retrocedió un paso para que Ivanna pudiera hablar con Shawn y escuchó con atención. Shawn, no debes guardarle rencor a Ivanna. Sé que te molestó lo que hizo, pero no debes hacerlo. Ella no lo hizo con malas intenciones. No puedes atar el viento. Dijo al fin, mirando a Ivanna.

Kammy. Fue todo lo que Misty dijo por saludo a la chica de pelo morado.

Tristemente nadie más que él se unió a Niba y Lyman en dejar de votar. No sabía porque varios habían elegido a Hundo, pero era lo de menos. No sólo seguían sucumbiendo a las campanadas, además se confirmaba la sentencia a Aubin. Chris perdía alguien más con quien estaba conectado, pero ya no había rabia. Se había enfriado toda, sólo había pesar y tristeza.

La vuelta de Ivanna fue agradable, y hacía que Chris se sintiera bien con su decisión de no votar ese día. Oyó que Paul había mirado en el interior de Aubin, pero al no mencionar su nombre de Fata, omitió comentario alguno. Realmente, podía haber quedado enmudecido el resto de del día, de no haber sido por el regreso de Kammy.

Chris la miró, sin creerse que hubiera regresado de entre los muertos, antes del anochecer... - Hahahahahahahahaha... - El joven de pelo verde reía como si le hubieran explicado un gran chiste, que sólo él hubiera escuchado y entendido. Hasta se puso una mano en el rostro, para taparse como se estaba descojonando de esta situación.

Adam miró al chico que tuvo que taparse el rostro para evitar ser visto descojonándose. Divertido, poco a poco se le fue contagiando la risa. Risoterapia...¿por qué no?. Ya lo conocía de su internamiento, aunque forzarla nunca le había dado un buen resultado. Se había sentido estúpido. Pero aquel momento arrancó aquella risa de forma espontánea. Así que en aquel instante, ya había dos carcasas sobre aquel puente descojonándose. Los ojos de Adam se tornaron vidriosos dejando derramar alguna lágrima, pues cuanto más miraba a Chris ocultando su risa, más intensa era la suya.

A pesar de la cantidad de muerte que habíais visto ese día, a pesar de la cantidad de vida, los ecos del destino parecían no sentirse satisfechos. Habían pasado sólo un rato desde la vuelta de Kammy cuando el aire empezó a vibrar de una manera distinta, especial, una que ni vuestros ojos ni vuestras manos podían sentir, pero que en algún lugar de vuestras mentes se percibía con claridad. Algo estaba por venir. Olía a vida. a muerte y a Bruma.

Puede que fuera por eso que muchos de vuestros ojos buscaron el cuerpo de Seth. El hombre se encontraba tal y como el combate le había dejado: ciego y manco. Su cuerpo estaba desmadejado y su cuello aún se encontraba rajado de lado a lado. Bajo él el charco de sangre se había ido secando hasta ser algo oscuro y denso.

Lo primero que percibisteis fue un movimiento en sus labios, como un pequeño espasmo. Sus heridas aún estaban presentes, pero él parecía estar dispuesto a vivir con ellas. Lo siguiente fue un sonido, seguido después de algo que podría haber sido su propia reverberación: Lera caía de rodillas, y de inmediato, de forma similar a ella, lo hacía Zaira. Aquello era algo que no habíais visto hasta el momento, pero tan real como vosotros mismos.

Lentamente, como si le costase un esfuerzo sobrehumano, el cuerpo de Seth empezó a encogerse sobre sí mismo hasta quedar hecho un ovillo. Su rostro se mantenía totalmente inexpresivo, arrastrándose sobre el adoquinado sin ningún tipo de miedo al daño que eso podía hacerle. Poco a poco fue poniéndose de rodillas, después incorporándose, y cuando alzó su cabeza pudisteis ver todo el interior de su garganta. Su postura era totalmente inverosímil, y tuvisteis que recordar cómo sus huesos se habían partido para comprender por qué su anatomía parecía desobedecer cualquier norma o canon. Entonces algo en él empezó a cambiar, y sus huesos empezaron a buscar su lugar poco a poco, soldándose ante vosotros. Sus ojos seguían siendo dos pozos de oscuridad, y de lo que había sido su brazo ya no quedaba más que el muñón, pero todas las heridas superficiales se iban curando. Incluso su cuello sanó sin dificultad. Sin embargo su tez permanecería pálida, evidenciando la sangre perdida.

A sólo unos metros de él, las otras dos mujeres agonizaban. Lera había caído al suelo y ahora se encontraba tumbada, boca arriba, respirando con dificultad mientras su mirada se perdía en el cielo. Sus manos buscaban de forma inconexa algo en sus bolsillos, y no tardasteis en saber de qué se trataba: aquella navaja que la había acompañado día tras día como método de defensa. Sin embargo parecían faltarle las fuerzas. Su pulso temblaba de una manera inconstante, y el arma no tardó en caer al suelo. Los labios de la chica se movieron, tratando de decir algo, pero ninguna palabra llegó a salir de sus labios. Había muerto.

Pero no sería ella la única que caería. En el tiempo en que Seth se había recuperado y Lera había estado agonizando, Zaira también había estado luchando por su vida. Tras caer de rodillas había llevado sus manos a su propio cuello mientras luchaba por respirar, hasta que un rápido borbotón de sangre salió de su boca. Sus ojos rosados llevaron la vista a los otros dos implicados y luego a vosotros, asustada, mientras sólo podía seguir intentando respirar. Ni siquiera llegaba a tomar aire, pero cada vez que lo intentaba más y más sangre la abandonaba. No tardó en caer al suelo. Y allí sólo unos segundos la separaron de la muerte. Pasaron rápidos, como si no quisieran hacerla sufrir demasiado. Y cuando se fueron, ella ya no estaba con vosotros.

Sonreí al ver a Kammy levantarse, pero estaba ya sentada y no me apetecía levantarme así que simplemente la miré, sonriendo. Sonrisa que no duró mucho al ver a Zaira caer de rodillas. Me levanté y traté como pude de llegar hasta ella. Pero mientras lo hacía, se llevaba las manos al cuello y mirando a los demás, de su boca empezaba a salir sangre cada vez que intentaba respirar y para cuando llegué, acababa de caer tendida en el suelo.

-No, no, ¡Zaira!-Pero ya era tarde y de mis ojos salieron dos pequeñas lagrimas recorrendo mis mejillas, me quedé unos segundos arrodillada a su lado para luego levantarme, dando la espalda a los demás, las piernas me temblaban, sin saber muy bien por que y de nuevo, volví junto al rió, sin mirar a nadie allí me quedé, sin saber si esperar a que algo más pasara o que hacer.

Ivanna besó, emociona, las lágrimas de Misty, negando lentamente con el rostro, conmovida- No te preocupes- musitó, percatándose entonces de aquella nueva corriente de olores, que la llevó a girar el rostro, en búsqueda de su origen.

Al descubrir a Kammy nuevamente en pie, la miró, parpadeando, sorprendida, y la saludó, con un gesto breve pero afable. Entonces, tanto Adam como Chris parecieron encontrar algo gracioso en todo aquello. Ivanna los miró perpleja, durante un instante, como si no los entendiera, pero el eco de sus risas comenzó a penetrar en sus oidos, sugestionándola, y acabó tapándose la boca con las manos antes de bufar ligeramente y romper a reír también, aún con lágrimas en los ojos.

Sin embargo, sus carcajadas se quedaron congeladas en una mueca cuando de pronto, los acontecimientos dieron un trágico giro argumental. De pronto el cuerpo de Seth, se elevaba, a medio formar, y los de Lera y Zaira caían, agonizantes. 

La pelirroja observó todo aquello paralizada, sintiéndose incapaz de reaccionar debidamente después de todo lo que a ella misma le había sucedido, y quedó anclada en el sitio, consumida por el miedo, mientras la vida se escapaba de unos labios para volver a otros, incapaz de comprender qué estaba ocurriendo con exactitud.

No fue hasta que vislumbró la sangre carmesí sobre el suelo, junto al cuerpo de Zaira, cuando pudo reaccionar, acercándose a su cadáver, temblorosa, y agachándose a su lado, como si tuviera que comprobar que realmente aquello había pasado- ¿A...Aina?-llamó, temblorosa, moviéndola ligeramente por los hombros, sin obtener respuesta. Se llevó entonces, de nuevo, una mano a los labios. Esta vez no para contener su risa, sino para contener el sollozo que pugnaba por salir de entre los mismos mientras cerraba los ojos con fuerza.

Niba hubiera querido responder a la pregunta de Lyman, incluso hubiera querido responder a Kammy que estaba de vuelta, junto con Ivanna (Hundo se había ido) pero no podía decir gran cosa, porque no entendía nada de lo que sucedía. 

No comprendía qué motivos habían llevado a sus compañeros a atacar a Hundo, y no entendía aquel devenir de vivos y muertos. Era desesperante y enloquecedor, y la muchacha sintió que, o aprendía a desligarse de todo aquello, o terminaría irremediablemente loca, si es que no lo estaba ya.

Antes de que abriese la boca para tratar de decir algo, el cuerpo de Seth empezó a incorporarse y poco después Lera y Zaira caían al suelo, muertas.

De nuevo se habían quedado sin la intermediaria. Niba sintió que no podía decir ni una sola palabra, aunque tampoco es que tuviera algo que decir, con lo que cerró la boca (que tenía abierta de asombro y miedo) y se limitó a concentrarse en recuperar el control sobre sí misma.

Allegra había contemplado a Anastasia mientras se alejaba hacia la silla del escritor y tras sus palabras había terminado por caminar hasta la barandilla de piedra para sentarse sobre ella, con las piernas hacia fuera y la mirada fija en la corriente que discurría bajo el puente.

Había escuchado las conversaciones a su espalda, pero no había participado de ninguna. Cuando los aromas de Fäe llegaron a su nariz, se giró, buscando con la mirada algún cuerpo moviéndose y al ver a Kammy apartándose de forma discreta, tan sólo sonrió levemente, sin llegar a decir nada antes de volver a detener sus ojos en el discurrir del agua. Escuchó risas tras ella y su sonrisa se amplió al reconocer la de Adam.

Sintió entonces algo vibrar en el aire y su estómago se contrajo con la certeza de que algo estaba yendo mal. Muy mal. No necesitó ver a Lera caer de rodillas para comprender lo que estaba sucediendo y sus ojos reflejaron absoluto terror mientras buscaban los de Adam con urgencia. 

Se giró rápidamente, bajándose de la barandilla sin preocuparse por tener ningún tipo de cuidado, y corrió hasta el lugar donde Lera había terminado por caer al suelo. Se dejó caer a su lado, sabiendo incluso antes de que sus rodillas tocasen el suelo, que era demasiado tarde, que esa vez no había podido hacer nada para salvar a su hermana. 

- No, Lera, no... - Murmuró mientras tocaba frenéticamente su rostro, su cuello, sus manos, buscando algún rastro de vida en su cuerpo. - Joder, no. - Gimió con la respiración entrecortada por un dolor agudo que amenazaba con romper su pecho. Levantó con manos temblorosas la cabeza de la joven y la posó sobre sus piernas, abrazándola contra su regazo. Sus cabellos negros y azules cayeron como una cortina cuando inclinó su rostro, ocultando su dolor y su rabia. Todo era incomprensión en ese momento, demasiado dolor para poder asimilarlo o pensar con claridad. Allegra sintió cómo su mundo empezaba a deshacerse con amargas lágrimas y tan sólo había una presencia que podría soportar a su lado en aquel momento de duelo. La de Adam.

La risa de Adam, a la cual se había unido la de Ivanna recientemente para conformar un trio, se fue apagando paulatinamente al observar como Lera caía inerte y sin vida sobre el pavimento. Ni siquiera se percató del alzamiento de Seth de entre los muertos. Quizás en shock, sin mediar palabra, se sentó sobre la barandilla de piedra del puente y se quedó con la mirada perdida en algún punto. Giró su rostro para encontrar el de Allegra, la cual se encontraba a los pies de Lera, destrozada y desconslada. Solo las observó con tristeza, cansado y abatido. No se movió, no dijo nada.

Anastasia respondió a Zaira y Lyman con un gesto de mano que indicaba que no hablaba de nada más allá de lo evidente y a punto estuvo de ponerlo en palabras cuando el olor a pino se intensificó y le siguió el de tierra mojada. Buscó con agilidad un movimiento sobre los altares de piedra que había creado Alana, descartando de inicio toda esperanza de que Aubin llenase de nuevo sus pulmones y en cuanto vio a Kammy removerse esa esperanza marchita volvió a latir.

Sonrió con hipocresía hacia la chica de cabellos gemelos recibiéndola de nuevo y sin hacer más aprecio volcó su mirada en Paul y sonrió de medio lado. - Interesante. Pero era mera literatura, la narración final del enredo que ha acabado con...-agachó la mirada creyendo innecesario quemar su garganta con ese nombre que se le atragantaba pronunciar, y, en su lugar, señaló hacia el árbol a los pies del cual había acomodado a Aubin.

Unas risas estallaron a canon y con ellas las uñas de anastasia dejaron de clavarse en los brazos de la silla del escritor, relajando parte de la rabia que latía en su interior. Y cuando su esencia más interna reconoció el olor a Bruma sus hombros cayeron completamente relajados.

Se levantó con la misma lentitud en que el cuerpo de Seth buscaba enroscarse y avanzó hacía él sin prisa ni pausa mientras sus huesos buscaban su lugar correcto. Y, finalmente, se cruzó con él en el momento en que su cuerpo recuperaba la sombra de su imagen. Dejándole atrás sin más bienvenida que una ligera sonrisa que no conocería y siguió avanzando apresurando el paso para llegar a Allegra junto a Lera.

Detuvo sus pies a la espalda de la cantante y apoyó en sus hombros ambas manos, devolviéndole el consuelo que ella le había entregado minutos u horas atrás; y tras unos segundos dejó que sus brazos cayeran y la abrazaron con suavidad colocando un beso sobre sus cabellos azulados.

- Lo siento. - murmuró contra su cabeza.

Seth vuelve de la muerte con una leve sonrisa en los labios. No puede ver el caos a su alrededor, pero puede sentirlo. No se le escapa la situación entre Lera y Zaira, que parecen debatirse ambas entre la vida y la muerte. Sin mano y sin ojos, está de vuelta. Encuentra ahí a muchos de los que le condenaron con sus votos. A uno de ellos siente que le debe unas palabras. Por puro instinto, al carecer de visión, busca a Chris y clava en él sus cuencas vacías, sonriendo macabramente. 

- Al mejor de tres. - Dice alegando a la última frase que este le dedicó cuando osó coger su moneda y lanzarla al aire. Ya no contaba con su moneda, esta se rompió. Camina entonces en una dirección de la que no está seguro y busca a alguien con la mirada vacía, sin ser capaz. - Elendire... - Murmura con voz temblorosa, entre emocionada y asustada por no ser capaz de encontrarla a ella. Él no estaba listo para ser ciego y enfrentarse al mundo así y sin su moneda. - Elendire, ven... - Suplica al aire, ciego, perdido entre la gente. Otros podían ver sin ojos, él aún no. Simplemente espera a que la chica pelirroja que estaba en comunión con Elendire fuese a él. 

Tras cerrar con delicadeza los ojos de Zaira y colocar su cuerpo en una postura más digna, relajada y pacífica, Ivanna escuchó el llamado angustioso de Seth, que clamaba utilizando el nombre de la Fata que había en su interior, provocando que ésta se removiese, y la llevase a incorporarse, observándolo fijamente mientras se llevaba una mano al pecho.

El conflicto se desataba en su mente, mientras su corazón parecía querer hacerse pedazos al contemplar el estado en el que la carcasa humana en la que se encontraba su antiguo compañero, ahora incapaz de ver. Incapaz de verla. 

Finalmente, sintiendo que no podía abandonarlo. Que no podía dejarlo solo en aquella circunstancia, se acercó a él, presurosa, y tomó su mano. La única que le quedaba- Estoy aquí- le susurró, con la voz temblorosa- Estoy aquí, no te preocupes. -aseguró, acariciando su pelo mientras posaba la palma de su única mano sobre su propia mejilla, para que pudiera comprobar que en efecto, era ella la que se encontraba a su lado.

La risa podría haber continuado toda la noche, pero cuando con el regreso de Seth, acabaron muertas tanto Lera como Zaira, la risa se fue apagando, hasta quedar enmudecido, sentado de rodillas y con la cabeza hundida en ellas. Deseando que llegase la noche de una vez, para tener algunas horas de olvido...

El silencio de Niba la desconcertó pero no quería decirle nada malo, aunque sí miró con extrañeza a Chris cuando comenzó a reír de manera histérica al verla. Sus mejillas se colorearon y tapó su rostro como pudo, pero al ver la trágica escena de Lera y Zaira, se acercó a Aina, ya que Lera pasaba de ella constantemente. Se arrodilló a su lado y despejó el cabello de su rostro. No había sino regresado y la joven había muerto al instante. ¿Cómo era eso posible?

- ¿Qué... Qué ha sucedido? - no esperaba respuesta pero observó el dolor de Adam y Allegra. Se acercó al primero y se puso de cuclillas cuando llegó con él. No podía más que sonreírle, ya que no encontraba las palabras adecuadas y le dijo - Ella logrará encontrar el camino de vuelta - para luego dirigirse a Chris. El chico se mantenía solitario y aunque no estaba segura si se reía o no de ella, decidió acercársele - Tranquilo - le puso una mano en su hombro tratando de confortarlo. Ella apenas había regresado de la muerte, así que se sentía serena y liviana consigo misma.

Al sentir la mano de Ivanna tomar su única mano y luego ser guiada hasta su mejilla empieza a respirar con normalidad. Se encuentra en un lugar con referencia, no como un ciego perdido en la inmensidad. Deja que su mano acaricie su pelo y se entrega al apoyo de Ivanna en estos momentos. Recobra poco a poco el ritmo normal de respiración y se acostumbra a la pesadilla que es no poder pese a intentarlo y desearlo con todas tus fuerzas. Niega con la cabeza ante un lamento mudo y se pierde, con calma, en la ayuda que le brinda Elendire. 

Segundo tras segundo, acostumbrado de nuevo a estar entre los vivos, Seth va adquiriendo independencia y con suavidad se aparta de Ivanna, a la que dedica una sonrisa demacrada y triste en un rostro sin ojos. Sabe que la noche se acerca, y con ella los peligros. Con pesar deshace su mano de la suya, sabiendo que es lo correcto ahora. Siempre había sido independiente, y esto no podía cambiar ahora. 

Quizás por olor, quizás siguiendo el ratro de los lamentos, se encaminó hacia donde suponía, de manera acertada, el cuerpo de Zaira. Ahí, con un lamento silencioso suspira y niega con la cabeza. De nuevo se las apaña para llegar al cuerpo sin vida Lera, para del mismo modo negar con la cabeza y tomar aire cansado. Finalmente se retira, con andar lento, en soledad, dispuesto a buscar un lugar donde pasar la noche si es que nadie se dirigía a él. 

Enmudecido aún, sin querer ni poder decir nada, observó como Kammy se acercaba a él para dirigirle aquellas palabras. Acarició su pelo morado y una mueca dejó ver el intento fallido por sonreir, en agradecimiento a sus palabras. Dejó entonces que se fuese a ver a Chris, para perder de nuevo la mirada en algún punto. En una fracción de segundo, apareció junto a Allegra y la tomó por los hombros para abrazarla. Siguió sin decir nada, mientras su rostro se endurecía como una roca. Sus manos sujetaron las mejillas de su hermana viva, mientras con los pulgares limpiaba sus lágrimas, serio, cada vez más serio. La besó en la mejilla y volvió a abrazarla. Mientras su abrazo la arropaba, dirigió una mirada a todos y cada uno de los que allí estaban. Su mirada y gesto no parecían vaticinar algo agradable, bueno, o noble. Finalmente apoyó su rostro en el pelo azul y sedoso de su hermana.

Allegra dio un respingo que tensó los músculos de su cuello y su espalda cuando sintió las manos de Anastasia sobre sus hombros. Su primer instinto fue apartarse. Sin embargo, no lo hizo y se mantuvo inmóvil, apretando en un acto reflejo la cabeza de Lera contra su regazo. 

Poco a poco la calidez de los brazos de Anastasia traspasó la tela de su camiseta y el helor que sentía cubriendo toda su piel. El beso que depositó en su cabeza hizo que ahogase un sollozo. - Gracias. - Murmuró sin sentirse capaz de decir nada más. Despacio fue soltando la cabeza de Lera hasta depositarla con infinito cuidado en el suelo y se puso lentamente de pie, sin llegar a rechazar los brazos de la joven de cabellos morados y girando la cabeza para apoyarla en su hombro algunos segundos. 

Al sentir la presencia de Adam llegar hasta ella, se giró un instante para mirar a Anastasia y asentir con la cabeza muy levemente, indicándole que estaría bien junto a su hermano, que en ese momento lo necesitaba a él. 

Y los ojos de ambos se fundieron en una mirada con la que parecían decirse todo lo que no necesitaban poner en palabras. Dejó que el hombre limpiase sus lágrimas con ternura y se abrazó a él, aferrándose a su camiseta con dedos crispados, como si fuese un ancla que la atase a la realidad. Permaneció varios segundos, escondida en su pecho, intentando gestionar el dolor que retorcía sus entrañas y su esencia, hasta que finalmente se separó un poco para mirarlo de nuevo a los ojos. 

- Ella no querría uno de esos pedestales. Llevemosla a ese cine que le gustaba visitar por las noches. - Propuso en un susurro, con la voz ronca y la garganta apretada en un puño. 

Ivanna observó la sonrisa de Seth, extrañada, acostumbrada como estaba a la máscara inexpresiva del fata que se encontraba en su interior. Sin embargo, debía reconocer que a pesar de la circunstancia, le resultaba agradable contemplarla, y un leve sonrojo subyacente a la aflicción se instaló en sus mejillas antes de que él se desprendiese de ella.

Lo dejó marchar, al menos de momento. Sabía que necesitaba sentir que podía valerse por si mismo, o al menos comprobar hasta dónde podía llegar por si solo.

Observó entonces en panorama, entristeciendo de nuevo al contemplar a Adam y Allegra, negando con el rostro, apesadumbrada, al percatarse del presagio que suponía la expresión del yonki- El odio y la revolución acabarán matándonos a todos. -sentenció, sin hablarle a nadie en concreto, tras haber presenciado ya tantas desgracias en un intervalo de tiempo tan escaso, pensando que quizá, el hecho de que Loth no estuviese a su lado, era lo mejor para él. 

Finalmente, sintiendo que no tenía nada más que añadir al respecto, decidió que debía hacer algo importante antes de que fuera demasiado tarde. Posó entonces su mirada sobre Misty, acercándose para besar su mejilla, con delicadeza- No sé si mañana volveré a despertarme. Pero si no lo hago, quiero que sepas, que procuraré no volver a olvidarte- se abrazó a ella, de manera breve pero intensa, y acarició su pelo, inhalándolo, intentando guardar su olor en su memoria, por lo que pudiera pasar. 

Y sin decir más, se alejó, buscando el sitio en el que Seth había decidido reposar. En su mente, muchas razones le impedían acudir en su búsqueda, pero los recuerdos que conservaba como Elendire acabaron pesando más que cualquier otra cosa, y acabó aproximándose, para sentarse, sin decir nada, a su lado.