Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Noche 7: La segunda esfera

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22/03/2015, 12:41
Mathias Prats

Mathias se sentó para examinar sus ropas rotas y sucias, una mueca de asco paso por su cara, en ese momento recordó el la oferta de la albina y se fue hacia ella

-¿quieres darte un baño conmigo a la tenue luz de la luna mas tarde?-dijo mientras se iba al rio.

"Con un poco de suerte podría quitarse la roña de la ropa."

después se tumbo a disfrutar de la música pensativo

"¿cuando viviria esta vez...duraría al menos 1 noche antes de enviarle al infierno?"

Antes de darse cuenta callo la noche y vió como los muertos se alzaban una mueca de profundo odio cruzo su rostro, sin embargo al momento una sonrisa cruzo su rostro y se levanto hacia las sombras, a una de ellas en concreto. a "Atamanir"

-hey que pasa-Dijo burlón-¿como se siente cuando te cierran la boca antes de que puedas usarla para meter mierda...no te esfuerces...no hace falta que digas nada-sus ojos se entrecerraron y su sonrisa se alargo en una expresión de pura conformidad "El silencio es oro"-dijo entre risas mientras se iba hacia otra victima "Aina"

-¿como te sienta que alguien a quien desprecias y que has hecho todo lo posible por joderle esta "vivita y coleando" mientras tu estas muerta y remuerta y remuerta y remuerta...y así un rato mas-dijo al perder la cuenta-a cortado con todos tus complots, confabulaciones, y otras cosas dignas de la mas puta entre las putas de palacio ¿eh? ¡pequeña copera!.-chasqueó sus dedos a ambos lados de su cara con gracia antes de irse con una mueca burlona hacia Miriel-y tu...no eres mejor que esa zorra...piscopata mataste a 2 niños indefensos por que te dió la gana y usas "es que eran malos" como justificación...menos mal que alejamos a la princesa de ti, a saber que le habrías hecho si no llegamos a actuar y luego me acusas de 40.000 cosas sin una prueba. Has fallado como fata, Como guardian...y como guerrero es una pena que no lucharas contra Gelion en vida...te habría aplastado como la sanguijuela que eres.-escupió a la zona en la que debería estar su rostro observando altivo como este lo atravesaba. para luego darle la espalda y volver a donde estaba.

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22/03/2015, 13:03
Loth

- ¿Crees que estás viva, sirena? - dijo la voz de Loth, que parecía cansada - ¿Crees que nada de esto es real? Piensa en lo que estamos viviendo: vida, muerte, en un ciclo interminable donde nuestras decisiones no son nuestras, y no somos más que juguetes en manos de otros que deciden nuestro destino.

Inconscientemente, su mirada pasó a Elendire, a Celebia, y a muchos otros, para luego regresó a Mathias.

- ¿No has aprendido nada de todo esto? Lo primero que piensas es en escupir tu bilis sobre todo y todos, con la tranquilidad de saber que los regresados no somos un peligro para ti - alzó un dedo - Pero, ¿y los vivos?

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22/03/2015, 13:50
Elendire

Cuando la morada de los difuntos comenzó a replegarse, Elendire se aferró a la mano que le ofrecía Atanamir sin dudarlo, mirando hacia atrás con ansiedad, sin poder evitar comprobar que Loth no se quedaba en aquel lugar que era morada de muertos para ser olvidado eternamente. Mientras su propio cuerpo comenzaba a temblar, anhelante, sintiendo, al igual que su viejo amigo, el pulso de la Bruma, que la llamaba, tirando de cada ápice de su ser. 

Atravesó la grieta, junto a él, y su expresión quedó llena de asombro al contemplar las carcasas humanas que se encontraban al otro lado. Las conocía, sí. Sabía sus nombres, conocía sus olores, y de algunas hasta había probado el aliento. Pero una cosa era pasearse entre ellos bajo su disfraz pelirrojo, y otra, bien distinta, era contemplarlos con sus ojos de Fata, que los encontraba extraños y de cierta mañena, pequeños, mas no en tamaño.

Esbozó una sonrisa entusiasta al contemplarlos, y luego miró hacia la Bruma, incapaz de prestar mayores atenciones a los humanos. Su mirada, completamente enajenada, contempló la niebla oscura y misteriosa que comenzó a rodearlos, y ella se sintió inmediatamente impelida a acercarse a su peligrosa proximidad, notando que todo su ser se deslizaba, en forma de pequeños pasos, hasta que la distancia entre su piel y aquel fenómeno temible fue a penas perceptible.

Sus ojos brillaban de pura emoción, horadando en la Bruma, mientras copiosas lágrimas de felicidad y de éxtasis, se derramaban por sus mejillas. Su rostro, era el reflejo del deleite en estado puro. Sus labios se contraían, en medio de sollozos y carcajadas que parecían no tener claro su orden a la hora de brotar de su boca. Contempló durante un instante a Atanamir, ansiando que la Bruma le hablase, y suspiró, tremendamente complacida, antes de abrir los brazos en cruz, como él había hecho, y gritar, entusiasmada y complétamente fuera de si- ¡Ha venido! ¡Ha venido a buscarnos! ¡Llévanos! ¡Llévanos hacia lo Desconocido!

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22/03/2015, 14:21
Míriel

Los acontecimientos se sucedían sin que apenas tuvieran tiempo de asimilarlo. Por un lado Namarie volvió a la vida mientras la princesa Celebia ocupaba su lugar en el mundo de los muertos... a su vez todo a su alrededor seguía resquebrajándose. La Bruma se hacía cada vez más presente, descontrolándolo todo... sumiéndolos en el caos... ¿qué es lo que habría detrás de todo? aquello asustaba, pero no por ello dejaría de caminar. Decidido se aventuró a atravesar el camino y volver con los vivos, asegurándose de tener a la princesa vigilada, su trabajo era protegerla y a pesar de haber tenido tan poco éxito trataría de enmendar todos sus errores.

 El comité de bienvenida fue "encantador" como era de esperar... si ya había despertado pasiones siendo Roger, ahora que podían verlo como el propio Míriel, era comprensible las declaraciones de amor. Miró a Mathias con calma y aguantó toda la retaila de insultos con su frialdad habitual, como si quien le estuviera hablando fuera alguien insignificante... pero hubo algo que si lo hizo reaccionar. Sin saber muy bien por qué la sirena escupió sobre su rostro... Míriel se limpió con el dorso de la mano y miró aquella segregación con asco, el guardaespaldas podia aguantar muchas cosas... pero aquello era lo más parecido a retarlo a un duelo, el fata de palacio era orgulloso y no estaba dispuesto a digerir tantos insultos sin decir nada al respecto.

- Eh... sirena...- sin mediar palabra alguna Míriel se le tocó el hombro mientras apretaba el puño y se dispuso a descargarle un puñetazo a Mathias- Si lo que quieres es medirte conmigo no tienes porque ser tan maleducado. Con pedirlo es suficiente- lo reto cansado de toda la mierda que venía tragando desde el principio- se ve que me has echado de menos, estoy empezando a pensar que soy irresistible.
 

Notas de juego

Mathias, los mueros somos corpóreos por lo que el escupitajo me lo tiras a la cara de verdad ^^

A cambio te regalo un puñetazo que ya lo dejo abierto para que puedas esquivarlo o recibirlo, a tu gusto ^^

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22/03/2015, 18:15
Rais

Desafortunadamente, lo que deseaba confirmar, llegó en respuesta a la muerte de Xia. Pero antes de poder hacer más averiguaciones, la cosa se descontroló y volvieron al plano donde estaban los vivos. O al menos, donde se conservaban aún con su aspecto humano.

La "bienvenida" fue del cobarde de Mathias, quien decidió escapar del otro lado sin brindarle la respuesta. Quería replicarle, pero la respuesta de Loth le arrancó una carcajada al bueno de Rais. - Ciertamente, él y su tropa deberían aún temerle mucho a los vivos. Tarde o temprano, a todo el mundo le llega su hora...

Luego como otros, prestó su atención en la Bruma. No era el mayor conocedor de todos sus secretos, ni siquiera había nacido en la Linde. Pero confiaba en la gente que había conocido allí, y esperaba que la Bruma fuera la clave para poder salvar aún esta nefasta situación.

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22/03/2015, 18:30
Gelion

Cuando llegaron al mundo de los vivos, se giro para mirar a Lúva, quién no decía nada. Sus fosas nasales se contrajeron, antes de apartarse de ella. Incluso se dio el lujo de pasar por el lado de Celebia, sin decir nada.

Se dirigió hacía Falmari y Miriel, quienes discutían. No le agradaba la primera, el segundo le generaba pereza, pero tenía un rol histórico que cumplir.

Cuando Miriel arrojó el puñetazo, Gelion apareció por el lado a tiempo de sostener el puño de Miriel, lo presionó.- Por muy tonta que sea Falmari, es un habitante del Bosque. Y tu, guardián del Palacio, no vas a tocar a los míos... ¿Esta claro? - Sus fauces se abrieron, y un gruñido comenzó a escapar de su garganta. 

Su atención se dividía entonces entre Miriel, Falmari, y la Bruma, y de reojo pudo ver los sacrificios a la Bruma. Se preguntó si entre ellos se mostraría Lismar. La mano de Gelion apretó con más fuerza el puño de Miriel, ya que era lo único que sostenía en ese momento.

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22/03/2015, 18:47
Míriel

A Míriel le hubiera gustado partirle la cara a la sirena, por todos los insultos que habían salido de su boca referidos a él como a otras fatas, se merecia un escarmiento, pero Gelion le apresó el puño justo a tiempo. El rostro de Míriel no se inmutó, pero los ojos del guardaespaldas de la princesa se centró en el guardián del bosque dedicándole una mirada fría como un témpano de hielo... ¿por qué se metía en medio? la cosa no iba con él. Un atisbo de revancha le cruzó por la mente, recordando el combate que ambos habían protagonizado en el mundo de los muertos... podría hacerlo, seguramente Gelion aceptaría y así el orgullo de Míriel quedaría intacto... tensó los músculos del brazo que Gelion tenía aferrado... el guardaespaldas era mejor guerrero que detective, sería fácil dejarse llevar y luchar a su manera, estaba en su derecho... pero con todo Fae requebrajándose, aquella idea debía ser desechada.

- Si eres tu el que responde por ellos, deberías de enseñarles modales... ¿Podría ahora liberar mi puño? no creo que lo quiera como recuerdo guardián del bosque.
 

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22/03/2015, 19:22
Misty Holes

Misty contempló lo que ocurría, con una mezcla de curiosidad y temor en su rostro. la última vez que el reloj había hecho de las suyas casi acabaron todos en el otro barrio pese a lo espectacular que había sido. Una vez las cosas se calmaron se quedó ensimismada unos segundos mirando la bruma antes de recorrer con la mirada el rostro de todos los presentes. Se detuvo en Elendirë y le dedicó una sonrisa divertida.

No tardó en formarse el jaleo. Los sentimientos ocultos por el tiempo empezaban a aflorar y las rencillas parecían demasiado grandes como para dejarlas a un lado. La joven del pelo blanco se acercó allí y miró, sin llegar a intervenir. Cuando todo parecía empezar a calmarse miró a Mathias.

Creo que aceptaré tu invitación. Dijo, mientras se ponía de nuevo la bombona llena de colores chillones, a juego con sus gafas de buceo, sus aletas y su ropa. Le dedicó una sonrisa. ¿Vamos? Me tomaré esto como la última voluntad de un moribundo. Le dijo, ensanchando la sonrisa. Espero que estés disfrutando de la tarde, dudo que vuelvas a ver más.

Sin añadir nada más, se acercó hacia el puente con paso torpe debido a las aletas y se lanzó de cabeza con un gritito. !Al agua patos!

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22/03/2015, 19:32
Lyman F. Gale

El reloj volvió a brillar con fuerza y su luz me cegó, pese a haberme alejado bastante de él. Esperé nerviosa los resultados de esta nueva jugada del consejo, que no tardó demasiado en presentarse.

La bruma nos rodeó y, con ella, llegaron los fatas muertos, perecidos en este absurdo juego que el Consejo había diseñado y que unos y otros habían aceptado de una forma u otra.

Apartada del resto observo la escena desde el cuerpo de Lyman, usando para ello mis ojos. Las palabras de Mathias vuelven a reafirmar la razón por la que se ganó el odio desde el principio y no puedo más que asentir, sin quererlo, a las palabras de Loth. 

Pronto el conflicto se volvió a iniciar, como seguramente ya se produjo en Fäe, aunque nuestra memoria no quisiera permitirnos recordar dichos ellos. Los habitantes de las distintas zonas entraban en conflicto, enfrentándose sin reflexionar. Y, como era de esperar, dicha disputa tenía como protagonistas al bocazas del Bosque y al asesino de niños de Palacio.

Tsk -murmuré para mí al ver la ridícula escena de fatas disputándose y amenazándose en un mundo al borde de la destrucción.

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22/03/2015, 19:46
Mathias Prats

Mathias miró al cefalopodo con cierta repulsión nego con la cabeza y siguió abanzando hasta que sintió una presión en el hombro-No tengo tiempo para tus payasadas mata-niños-se sacudió su mano son el hombro y al poco escuchó el impacto del puño contra otra supreficie, se giró y ahí estaba el...el protector del bosque le había salvado de recibir una hostia de aquel gusiluz depravado. Sin embargo no pudo evitar la tentación de sacarle burla con la seguridad del hombre que le humilló en combate singular no hacia mucho.

Una voz lo saco de su pasatiempo momentaneo para centarse en la albina, la contemplo con una sonrisa y fue tras ella-ya bueno...como todos me dan por muerto y ya he muerto 1 vez...quiero un comodin-dijo alegre mientras la contemplaba y trotaba hasta ponerse a su altura-y mas que voy a disfrutar guapo-poso un brazo sobre su hombro-tenemos que ponernos al día...y ya que sacamos el tema ahora yo tengo mucho que dar y tu que recibir-dijo mientras le guiñaba un ojo con picardia.

soltó una carcajada al ver como se metia en el agua mientras que el aprovechaba para quitarse toda la ropa y lanzarse de cabeza. 

Notas de juego

ups...¡lo siento! planeaba atravesarte la frente 

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22/03/2015, 22:01
Lúva

El dolor que había sentido al escuchar las palabras de Aina sobre Gelion habían hecho que este se alejara de ella, inundándose en un profundo silencio. El santuario de Aina se desmoronaba y Lúva solo siguió la sombra del guardián del bosque hasta que vio aquello: La Bruma, el objeto de su rabia, aquello que le había quitado descaradamente todo lo que poseía, la cual le negó su felicidad, pero a la cual ella nunca se entregó.

Sintió la fuerza emanar de su interior una vez más y la atravesó sin temor ni misterio, como antaño hizo con Loth. Ella era uno de los pocos fatas de la Linde que no se había visto afectado por ella, ya que su lugar nunca fue ese, su espíritu la hacía fuerte.

Al ver los cuerpos de los vivos, buscó la mirada de Gelion y solo hizo un amago por hablarle cuando vio cómo se manifestaba todo, una pelea con Falmari y con Miriel. Luego, observó a los vivos y miró a Misty con un gran desprecio, para luego buscar a Niba y decirle - No puedo creer lo que has hecho - una vez más, se giró a buscar un humano en especial, aquel hombre que desde la estación había mostrado una predilección especial por Allegra. Luego buscó su propio cuerpo humano y volvió a mirar al hombre directamente, esperando que él hiciera lo mismo. Dio un paso hacia Adam con decisión y miró a Lera pidiendo su paciencia. Saltó a Allegra a propósito, ya que no le agradaba mucho su fata - Todo este tiempo buscándote, tratando de salvarte y ayudarte para que, al final, nunca hubieras dado respuesta a mi plegaria. Después de lo que hice por ti, después de todo. Me fallaste como amigo al ignorarme. ¿Por qué lo hiciste? - miró por un momento a Andy y comprendió algo: los vivos eran prisioneros en vida, la muerte era la liberación de su prisión. Le dijo con un tono fuerte - Eres aún esclavo, te crees humano - luego se giró hacia su querido amigo Loth. Se acercó a él para decirle - Nos persigue la Bruma, amigo mío - su rostro expresaba una disculpa implícita, aunque no podía evitar su tristeza. Se alejó después de mirar a Elendire y Atanamir con algo de desprecio. Se giró hacia los fatas que peleaban y se dirigió hacia allá.

Se acercó a Gelion y posó una mano sobre su hombro, esperando que la mirara tan solo un instante para decirle - Tienes el honor de un guerrero, lo creeré de tu parte. Se acerca el fin, la Bruma reclama su pago. ¿Te quedas conmigo? - se lo preguntó y miró cómo las víctimas de la Bruma se levantaban, esperando encontrar a sus padres entre ellas.

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22/03/2015, 22:31
Anastasia Bubois

Anastasia alargó su mano, imitando a Adam, y cuando el gesto de él se tornó en una invitación de acercamiento, el de ella, lo hizo a una aceptación más amplia de lo que podría haber sido la invitación, alargando aun más su mano hasta agarrar la de él, y con ese punto fijado terminó sus pasos, y con cada uno de ellos sus dedos se iban aflojando hasta que su mano resbaló de la de él como si nunca se la hubiese cogido con tanto anhelo.

 Anastasia sonrió al exyonki y luego entregó esa misma sonrisa al abrazo de las dos hermanas. - Admiro vuestra fuerza. - les elogió a los tres en un pensamiento que se escapó de ella y cuando ambos hermanos acabaron su recibimiento, o, mejor dicho, dejaron una brecha de aire en Lera, Anastasia la cubrió para abrazarse a la regresada apretándola con fuera contra sí, abrazando con ese gesto mucho más que aquella chica a la que apenas conocía. - Gracias por devolvérmela. -  le susurró con un hilo de voz antes de soltarla cuando el cielo empezó a teñirse de negro una vez más.

Se alzó con la mirada en el cielo, y sin dejar de pasear sus ojos en él la trasladó hasta el reloj y se evadió en él, sin saber cuanto tiempo pasaba, sin entender exactamente qué era lo que le tensaba la espalda y la incitaba a agudizar su oído, su olfato y en erizar su piel. El olor a humo la extrajo de su ensimismamiento y empezó a observar los mundos e imágenes que las brechas mostraban, a inhalar sus aromas y a recular ante aquellas que vibraban.

Y tras un pestañeó los fatas que habían caído en esa ciudad oscura, ahora quebrada, volvían a ella, como tales, liberados de sus carcasas humanas, y una vena de envidia envolvió su corazón.

Los miró con la ilusión y fascinación de un niño, como si fuesen las hadas que siempre había creído escondidas en el bosque, los gnomos a los que entregaba bellotas con la esperanza de llegar a ver algún día,  el conejo de Pascua entregarle los huevos de chocolate en persona. Y poco a poco ese choqué entre su forma humana y los fatas se fue desvaneciendo, perdiéndose en una capa muy profunda y no escuchada de su mente, junto a la mayor parte de los recuerdos de Anastasia Bubois.

Sonrió a Eirien, saludó con una leve inclinación de cabeza a Atanamir, clavó su mirada en Leithian, y la apartó antes de que se la atrapara, y cuando sus ojos se detuvieron en Miríel y Celebia su pulso disminuyó junto con su respiración.

El lento ritmo de sus latidos armonizó con sus pasos, que arrancaron un andar incrédulo e inconsciente, separándose de aquellos a los que apreciaba para acercarse al espejismo de su corazón. La impaciencia por alcanzar a ese fata poseyó las puntas de sus dedos que se alargaron hacía Míriel, trazando a la distancia, el camino que dibujarían sus pies.

Se adentró en la disputa del guardián del Bosque y el guarda de Palacio, ajena a ella, obviándola, y, quizás suertuda de que el puño de Míriel se encontrase sujeto por Gelion. Las manos de Anastasia enmarcaron el rostro del fata de cabellos dorados, y al sentir el tacto de su piel una de las centellas de sus ojos se desprendió de ellos dejando en su lugar una estela plateada.

Cerró los labios, ahogando su mueca de sorpresa, y tragó saliva tras una discreta sonrisa. Aun con una mano parada en su mejilla izquierda, la derecha correteó en una caricia hasta sus cabellos y lo apretó contra su cuerpo.

- Aidëmie.  - declaró casi ahogada por la alegría de poder sentir el tacto de aquel espejismo - La he encontrado. - suspiró antes de besar su sien y levantar su mirada hacia Celebia - Eimedia. - despegó su mando de los cabello de Míriel para estirarla hacia Celebia - Mi pequeña, ven. 

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22/03/2015, 22:42
Shawn D. Williams

En lo más profundo del corazón de Ohtar despertó su peor temor, la bruma. Permaneció impasible a lo que se iba formando a su alrededor, a la grieta que se abría y como la bruma inundaba el paisaje. Su vista se nubló, dejó de fijar la mirada y quedó con aspecto ausente, desde entonces solo pudo verse triteza en el rostro del guardián. 

¿Hemos fallado, se terminó? — se preguntó.

La bruma se arremolinaba y de ella terminaron por formarse nuevos cuerpos. Fatas que una vez cayeron recientemente y muchos otros pasados también fueron tomando forma. Shawn interpretó aquello como un error en Fäe, algo que nunca debería haber ocurrido. Por lo tanto el bosque estaba perdido, y con ello su esperanza. Se dejó caer de rodillas y comenzó a negar lentamente con el rostro. 

Escudriñó en la espesura esperando encontrar otra figura amiga además del resto de fatas exiliados. — Lísmar — susurró. Después de unos segundos cesó en su búsqueda y terminó posando sus ojos amarillos en Elendire.

— Elendire, ¿de quien escapabas cuando nos encontramos? ¿Tuviste algo que ver con los sucesos de palacio de entonces?

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22/03/2015, 22:51
Adam Hart

Adam observó aquel acontecimiento con gesto serio. Se puso en pie y cruzó sus brazos sobre el pecho, erguido y bastante más imponente de lo que en un principio aquel desperdicio de carcasa parecía semana atrás. Observó el altercado entre Miriel y Mathias. Su gesto permaneció inmutable, pero sus ojos expresaban curiosidad. Lúva se acercó a él y le habló. Su gesto y su silencio fueron todas la respuestas que obtuvo. La miró de arriba a abajo y contempló como se alejaba. Pudo ver como cada uno de los fatas que se aproximaban a la bruma, hacían su particular recibimiento a esa niebla oscura. Algunos con fanatismo, otros con resignación, y otros con valor. Terminó clavando su mirada sobre Mathias corriendo tras Misty para darse un baño.  Tomó la mano de Allegra y de Lera dando un beso en la mejilla a ambas para continuar observando cómo partían hacia la bruma los difuntos.

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22/03/2015, 23:02
Míriel

Míriel estaba tan concentrado en conseguir que Gelion liberase su mano que sencillamente no se dió cuenta de la cercanía de Lassa hasta que se encontró en los brazos de la misma... con el brazo aún sujeto por Gelion, que parecía haberse quedado en su mismo estado de shock. ¿Por qué las situaciones más esperpénticas sólo le pasaban a él?

No era la primera vez que el guardaespladas se encontraba en los brazos de Lassa... el color del cabello de Míriel era el mismo que el de su hijo fallecido y al mirar a Celebia, comprendió la reacción... el cabello de la princesa era el mismo que el de la hija de Lassa. Al ver la cara de poker de la princesa Míriel la miró a los ojos sereno y le indicó con un gesto que no se preocupara. Debía de haber sufrido uno de sus espejismos... al igual que lo sufriera con anterioridad.

Míriel se compadeció de ella, aquel hechizo le estaba proporcionando felicidad... pero era ficticia e insana y debía romperlo.

- Lassa...- dijo sencillamente, consciente de que su voz, la voz de Míriel la sacaría de su ensimismamiento.

Notas de juego

O_o

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22/03/2015, 23:22
Elendire

Elendire se dio lentamente la vuelta, reticente a dejar de observar la Bruma. Se enfrentó entonces al rostro humano de Shawn, y una sonora carcajada salió de sus labios- Oh por todo Fäe Ohtar, ¡estás horrible! ¡Extraño! ¿Dónde están tus cuernos? ¿Dónde está tu piel verde? -preguntó, señalando la cabeza y el cuerpo en general de Shawn- Y ese cuerpo, ¡eres tan pequeño!- exclamó, entusiasmada, midiéndose a si misma a su lado. Y a pesar de resultar incluso más pequeña que Ivanna, no podía evitar reirse al imaginar al Fata del Bosque comprimido en aquella carcasa humana. 

Sin embargo, de pronto, su expresión ensombreció- Ya te he dicho que no lo recuerdo- dijo, de pronto molesta- ¿Para qué quieres saberlo, Ohtar? ¿Has encontrado otra manera en la que puedas poner en duda mis intenciones? ¿Has encontrado una nueva forma de difamarme? ¿De olvidar que alguna vez nos conocimos y compartimos lo que compartimos? ¿Qué será ahora? ¿Robar los dones de Gélion? ¿Suplantarte?- su voz salía de entre sus labios, dolida y embravecida- ¡Desde que supe quién eras he confiado ciegamente en ti! Menuda estupidez, ¿verdad? ¿Por qué iba a hacer algo así por ti, viendo que tú eras incapaz de hacerlo por mí? Quizá tan sólo es porque eres mi primer recuerdo, desde incluso antes de que abandonase Fäe. Quizá es porque me aferraba a la idea de que aún aquellos días podían significar algo para ti. Pero no. Veo que he sido una estúpida- se encogió de hombros- Es curioso que la primera cosa que soy capaz de recordar sea ahora la primera que deseo olvidar ahora que la Bruma ha venido a por nosotros. ¿No te parece?- sentenció, justo antes de darse la vuelta y acercarse a Loth, quedando encogida sobre si misma, de pie, frente a él, ofreciéndole su mano en un ruego silencioso y evidente- Ven a verla conmigo. Por favor- pidió, temerosa y suplicante.

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22/03/2015, 23:28
Gelion

Cuando sintió las palabras de Lúva, y el tacto de su mano en el hombro, Gelion soltó a Miriel. Luego se acercó Anastasia, quien al parecer era Lassa. Sus fosas nasales se contrajeron, antes de darle espacio al guardia del Palacio, y a la otrora habitante de aquel lugar. 

Se apartó de ellos con la fata de las ruinas, en silencio, hasta que se sintió en medio de todo el lugar.- Lo único que podría detener a la Bruma de tragarnos es el Bosque... Pero, ¿hay forma de traer al Bosque a este lugar? - Giro su mirada a Lúva, acarició su mejilla, antes de volver a todo el lugar, y los incontables sacrificios que la Bruma mostraba.

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22/03/2015, 23:52
Essä

Cuando aparecí de nuevo entre los vivos en mi forma de Fata, observé con cuidado a aquellos que continuaban con vida. No sabía muy bien qué estaba pasando, si este cambio lo habían provocado los que nos habían traído hasta aquí o si significaba que Fäe estaba cada vez más inestable. No obstante no pude darle muchas vueltas. Las primeras palabras de Falmari me enfadaron hasta límites que no había sentido nunca, cómo era posible que guardara tanto mal en su interior. Sería verdad que siempre fue así o realmente el mundo humano y la guerra le habían cambiado tanto. Observé como se marchaba con Misty hacia el agua con todo el desprecio que era capaz de albergar mi corazón, que hasta entonces no había sido mucho. Esperaba que su regreso no durara mucho.

Algunos desvariaban y otros nos miraban extrañados, no sabía si mantenerme al margen o acercarme a alguien. Cuando me moví lo hice lentamente mientras me acercaba a Loth, si todo había acabado y nos esperaba el olvido, al menos desaparecería con un amigo.

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23/03/2015, 00:19
Lera Madison

El abrazo se sintió aún más cálido cuando Adam se unió, y aquel golpecito juguetón amplió su sonrisa, convirtiéndola en alegría radiante. Estaría de sobra decir que, cuando aquel sonoro beso llegó, cerró sus ojos y no los abrió hasta que se separó por fin de ella, como un niño demasiado acosado por padres extremadamente cariñosos que lo habían dado por desaparecido.

Muchas gracias – contestó al poder respirar nuevamente, en cuanto Allegra la soltó, a las dos mujeres. – Me alegra estar de vuelta.

Un tierno gesto, inesperado, llegó de parte de Anastasia. Un abrazo casi tan sentido como el de sus hermanos, que con sinceridad agradecía por algo en lo que ella no creía haber tenido participación alguna. Su fuerza la había obtenido de sus hijos, y de la búsqueda de justicia por ellos – No hay nada que agradecer. – se limitó a decir, con una sonrisa acogedora.

Asustada por las grietas, se alejó un poco de los fatas que salían de ellas, poniéndose de pie. Parecía ser que todas aquellas discusiones y batallas de ese reencuentro de los muertos las habían traído ahora a este plano, y temió que aquello fuera definitivo. Pero entre aquellos conflictos habían pocos que realmente le importaran, pocos como, por ejemplo, el que Lúva traía a la mesa. Por su mirada supo que no pretendía mal, y que solo buscaba una oportunidad. Y se la concedió. Sin embargo, su cuerpo no se alejaría más de un paso del de Adam.

Dentro de todo, la interacción fue justa. Estaba en su derecho a pedir explicaciones de quién había sido su amigo por tantos años. El problema era que no parecía entender que Adam no buscaba el mal de nadie, y que si la había ignorado había sido por su propio bien. Tomó su mano firmemente cuando el la buscó, asegurándole que todo iría bien.  Estaban preparados para enfrentarlo. 

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23/03/2015, 00:22
Allegra Blue

Allegra había terminado la canción y empezaba a tender la guitarra hacia Adam en un ofrecimiento mudo, todavía con la sonrisa que la vuelta de Lera había pintado en su rostro y que se le antojaba imborrable en aquellos momentos.

Fue entonces cuando el cielo se oscureció y la joven se puso en alerta. Sus músculos se tensaron y se deslizó de la barandilla para acercarse a oscuras al lugar donde Anastasia abrazaba a Lera. Desde allí buscó el reloj, contemplando la esfera y en silencio se acercó a sus hermanos, sintiendo la espalda crispada y los nervios a flor de piel. 

El mundo pareció enloquecer. Los muertos atravesaban con su verdadera forma aquella grieta y la Bruma los rodeaba amenazante. Allegra se la imaginaba relamiéndose ante un bocado exquisito y no pudo evitar que acudiese a su mente la imagen de un Amazarac grotesco, lamiendo sus labios con esa larga y horrible lengua. Se estremeció.

En silencio y manteniéndose cerca de Lera y Adam tomó la mano que el hombre le tendía y contempló cómo los caídos traían sus rencillas desde aquel reino de Aina de vuelta a la ciudad lúgubre. No dijo nada, tan sólo los siguió con la mirada en su deambular, escuchó sus palabras y disputas y finalmente su mirada volvió irremediablemente a la Bruma. Había aprendido a temerla y respetarla en la Linde. De ella salían los que habían sido sacrificados y suponía que conocería a algunos, aunque probablemente los habría olvidado. Y en ese momento todo ese miedo irracional que durante años se había impregnado en su esencia de Fata, erizó la piel de su carcasa, haciendo que un cosquilleo recorriese su nuca. Si la Bruma era el último enemigo, no creía que tuvieran nada que hacer contra ella.