Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Salón de los Difuntos

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03/02/2015, 01:06
Narrador

 

Salón de los Difuntos

 

Sucedió lentamente, casi como el tiempo que uno comienza a abandonar el sueño hasta que es consciente de que está despierto. Tus ojos empezaban a abrirse en esta nueva realidad con una sola certeza: habías muerto.

Puede que aquel lugar estuviera hecho para esperar durante toda la eternidad. Quizá, sólo quizá, ese tiempo fuera más breve de lo que parecía al pronunciar esa palabra. O puede que simplemente estuviese disponible durante unos días, el tiempo que todo tardase en resolverse. Como un bar a medio recoger antes de apagar las luces.

Sin embargo una cosa era evidente: el sitio recordaba mucho más a Fäe que al mundo de los soñadores. Se trataba de una gran estancia. Una de palacio.

Aquel lugar mostraba el esplendor que un día debió tener. Una enorme sala, con suelos de madera pulida y grandes lámparas de cristal que iluminaban con reflejos plateados la pulida superficie. 

Una de las paredes tenía grandes ventanales, cubiertos de tupidas cortinas de terciopelo granate. Otra de las paredes tenía hermosos grabados de la corte que un día gobernó en aquellas tierras de ensueño. Podía reconocerse a la Familia Real al completo y, junto a ellos, estaba tallada una hermosa joven que muchos conocían con el nombre de Aina.

Pero lo que más llamaba la atención de aquellos grabados era una gran torre de reloj que se podía ver tras la Familia Real. Parecía tallada en la misma madera, aunque quien se quedase el tiempo suficiente y la mirase fijamente se daría cuenta de que funcionaba perfectamente y el minutero se deslizaba por la esfera, marcando cada minuto que pasaba.

Al fondo de la sala había una mesa muy larga de madera ricamente tallada. Varias sillas tapizadas la rodeaban y, sobre ella, había un gran convite. Faisanes, cordero, patatas asadas, frutas y verduras, varios tipos de quesos… Todo lo que cualquiera pudiera desear, acompañado buenos vinos, licores, miel producida a partir de los sueños más dulces y néctar de lirios blancos.

Y siempre presente, la gran balanza del Rey. Aquella con la que decía pesar la culpa de los Fata que eran acusados de cualquier crimen. Aquella que, desde que él había desaparecido, se había convertido en un mero ornamento.

La sala estaba preparada como antaño lo había estado en Palacio. La música resonaba suave, envolviendo a los presentes e invitándoles a bailar durante toda la noche.

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03/02/2015, 01:08
Narrador

Tu presencia en este lugar estaba prevista. Tú le habías dado forma según tus recuerdos y según tus deseos. Sin embargo, no tenías forma de imaginar que sería así.

Eres la primera y solitaria habitante de este Salón de los Difuntos. Que tu estancia sea breve y placentera.

Notas de juego

Destinatarios actuales:

Aina

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03/02/2015, 15:10
Aina

¿Por qué...?

Aina abrió los ojos, todavía algo confundida. Se llevó la mano al rostro, temiendo encontrar un amasijo de huesos astillados y carne desgarrada. Pero no, su rostro volvía a ser el que nunca debía haber dejado de ser. Entonces, como una sentencia, la realidad de lo que había ocurrido la aplastó con fuerza.

- ¿Por qué? - Preguntó en voz alta, a las paredes, a las lámparas y a las cortinas aterciopeladas. Se levantó y empezó a mirar a su alrededor. Aquel era el lugar que había soñado y había amoldado según los recuerdos que tenía de palacio. Sus suelos de madera, los grabados de las paredes, incluso estaba ella, tal y como siempre se había imaginado. Pero... - ¿Por qué yo?

Las lágrimas, llenas de tristeza y amargura empezaron a brotar de sus ojos y rodaron por sus suaves mejillas. ¿Por qué la odiaban? Ella no había hecho nada para que se ensañaran de aquella manera. Ella era bonita y... Nooooooo... Cubrió su rostro con ambas manos y empezó a sollozar, dejándose caer al suelo y encogiéndose hasta hacerse una bolita, mientras los sollozos sacudían su delicado cuerpo. 

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03/02/2015, 19:42
Aina

Aina continuaba llorando, era tal la desazón que sentía que no podía controlar las lágrimas que recorrían su rostro hasta morir en el pulido suelo de madera. No entendía por qué le habían hecho eso a ella. Quizás la habían reconocido y alguien que la odiaba... 

Levantó la mirada y sus ojos se entrecerraron mientras un nombre acudía a sus labios - Serindë - Pero no, no podía ser, ¿cómo iba a saber que tras la máscara de Zaira se escondía ella? Entonces, si no había sido ella la que estaba detrás de su muerte, ¿por qué le habían hecho eso?

Respiró profundamente y se levantó del suelo. No era sitio para una dama como ella. Tenía que comportarse, aunque estaba sola. Secó con delicadeza sus ojos azules y caminó hasta llegar a la mesa. Sentía sus manos temblar, toda ella estaba temblando de rabia, de impotencia, de desesperación... Pero tenía que sobreponerse al dolor que rasgaba su alma. 

Cogió una copa de la mesa y la lleno de vino rojo como la sangre. Se la llevó a los labios, pero la detuvo a escasos milímetos de ellos y se quedó con la mirada perdida, absorta. Alguien la había cubierto con una cazadora. El hombre de ojos dorados había tenido el cuidado de mantener un poco su intimidad. Pestañeó y una única lágrima se desprendió de sus pestañas al escuchar a la chica de pelo morado. 

Terminó de llevar la copa a sus labios y le dio un buen trago, sintiendo el delicioso líquido, que le traía el sabor del verano, deslizarse por su garganta reseca tras haber estado llorando, desconsolada. 

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03/02/2015, 23:18
Narrador

Las horas pasaban lentas en este lugar. Ni el lujo ni los manjares eran una verdadera distracción, y la soledad se hacía cada vez más pesada, como pequeñas pesas tirando de tus manos y rodillas hacia el suelo.

De repente, algo cambió. En el reloj había aparecido una pequeña llama de color blanquecino que bailaba con tranquilidad sobre el número VII.

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04/02/2015, 01:18
Narrador

Y así como habías llegado a este lugar, así una parte de ti empezó a abandonarlo... La parte que siempre había habitado dentro del cuerpo de Zaira.

Sin embargo tu otra mitad se quedó aquí. Tú habías dado forma a este sitio. Tú velarías por él, pasase lo que pasase. Estarías lista para recibir a aquellos que llegasen cargados de desesperanza, como tú habías venido unas horas atrás.

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05/02/2015, 23:31
Narrador

La llegada de Falmari a este lugar fue suave. En primer lugar apareció una pequeña cantidad de vapor de agua, que empezó a condensarse hasta tomar una forma casi humana. Y entonces, poco a poco, sus rasgos empezaron a ser reconocibles.

Allí, aguardándola, se encontraba Aina, lista para recibirla como quien da la bienvenida a un invitado.

Notas de juego

Destinatarios actuales:

Aina   Falmari

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06/02/2015, 16:04
Aina

Aina esperaba, con una mezcla de incertidumbre y ansiedad, la llegada de la fata que se ocultaba bajo la piel de Mathías. Le estaba esperando con una copa de vino afrutado en cada mano. Cuando vio que se trataba de una mujer, arqueó una ceja, sorprendida y una suave sonrisa brotó de sus labios.

- Hola querida, bienvenida a Palacio - . Le dijo y le ofreció la copa. 

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07/02/2015, 09:33
Falmari

La fata avanzó de mala gana curiosa por las estancias de aquel lugar, cuando vió a la mujer que le tendía una copa la miró y cambió su contenido al cocktail que solía servir en el bar.

-¿dooonde estamos?-dijo con curiosidad y desganada

¿palacio, que coño dice esta tia?

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07/02/2015, 15:40
Aina

Un brillo asomó a los ojos de Aina, cuando vio que la mujer que tenía delante cambiaba el contenido de la copa, que le acababa de servir, por la bebida que llevaba. Arqueó suavemente una ceja y se apartó de ella, caminando con languidez por el gran salón.

- Querida, estás en el gran salón de baile de Palacio. Aquí podrás descansar y comer lo que desees. Además, estoy yo para recibiros y hacer que vuestra estancia sea... Lo más cómoda posible - . Su voz era ligeramente altiva. Chasqueó la lengua y se llevó la fina copa a los labios.

- Dicen que es verdad que llevas la guerra dentro - . Sus ojos azules se clavaron en los de aquella mujer. - Es curioso la de cosas que se han despertado en nosotros al cruzar aquella cortina. Fíjate, yo puedo estar aquí, haciéndoos compañía. Créeme, estar sola puede ser muyyy aburrido - . Sus labios formaron un pequeño mohín. - Pero también hay otros que pueden ver cosas, y ahora mismo dicen que tú llevas la guerra en tu interior. ¿Por qué? Teníais que haberos quedado quietos para poder regresar a Fäe ¿De verdad no queréis olvidar todas las rencillas y regresar a casa? ¿No estás cansada de vivir una vida detrás de otra como un simple humano?

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07/02/2015, 16:35
Falmari

Falmari se quedó estupefacta al ver la recepción y el sermón, luego se quedo mirando a la azafata comodidad...aburrimiento ¡esta lo que quiere es que le den tijera! 

-si...ya veo, y esto puede ser mas aburrido estando contigo.-la sirena le dio un gran trago a su copa y después fue a buscar un lugar para ponerse cómoda-mira pajarito eso que llamas "simple humano" tiene mas emoción que estar aquí dentro saltando y nadando salvajemente por el jodido bosque y fornicando todo el día por puro aburrimiento.-le dio otro sorbo a su copa y se la quedó mirando-un humano tiene "necesidades" Dormir, comer, beber, mear, cagar y follar, ademas de que son muy emocionales y ahí esta toda la diversión, en explotar esas necesidades al máximo.-se quedó mirando la copa y la apuró de un trago-que sabrás tu de eso, siempre fuiste una aburrida.

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07/02/2015, 18:54
Aina

Una de las muchas cosas que Aina agradecía no tener que hacer siendo fata, era el mear y el cagar, tal y como decía esa mujer. No entendía como podía decir que eso era mejor que ser fata. La miró con una expresión de asco y una mueca en sus labios. Pero sus mejillas se sonrojaron violentamente cuando la sirena la llamó aburrida. - ¿Tú qué sabrás? No sabes nada de mi - . Le dijo, molesta por sus palabras.

Vio como buscaba un sitio para sentarse y ponerse cómoda. - Entonces... ¿Estás diciendo que me matasteis porque quieres seguir siendo humana? Seguro que si se hablara, podríais quedaros con esos mortales y follar todo lo que queráis. No me fastidies, joder - . Pestañeó y se mordió el labio. Antes de la guerra y todo eso, Aina siempre había sido una fata muy cuidada con su vocabulario. Pero todos aquellos años como humana, le habían pegado costumbres y palabras que en su vida hubiera imaginado. 

Otra pregunta rondaba por su cabeza. Desde que la cogieron aquella noche y golpearon su cabeza hasta matarla, esa pregunta había estado martirizándola. Arrugó un poco el ceño y bebió un buen trago del delicioso vino afrutado. Se acercó a la mesa para dejar nuevamente la copa sobre su superficie, y volvió a mirar a la mujer.

- ¿Por qué me escogisteis a mi?

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07/02/2015, 20:07
Narrador

Y delante de vosotros en el reloj que se podía ver desde la sala apareció una nueva llama. Una negra, bailando de manera lenta pero continua sobre el número III. Parecía hacerlo al mismo ritmo que la otra, la blanca que estaba situada en el VII.

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08/02/2015, 09:33
Falmari

Falmari no pudo evitar poner los ojos en blanco cuando la niña se enfurruño y hundió las manos en la cara desesperada cuando recibió la acusación sin fundamento-Diosss...que tortura-a ver....no se si te has dado cuenta de que yo estoy muerta...y parece que no escuchaste bien con Amarac y la labios morados "no se puede volver con los humanos"-miro su copa y se la mostró a la otra-lo siento..pero eso no va a pasar, en todos estos años no has cambiado ni un poco, sigues siendo la misma inocentona remilgada, portate bien y traeme mas liquido-si tenía que pasar la eternidad con esa pelmaza lo haría...pero mentalmente incapacitada

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08/02/2015, 13:02
Aina

De nuevo Falmari le hablaba como si la conociera y le faltaba al respeto, pero Aina no conseguía recordarla. Y para más colmo, la trataba como si fuera una simple criada. Pero... ¿Qué se había creído? La miró, entrecerrando los ojos y con una expresión de rabia contenida en su rostro.

- Si quieres algo te los sirves tú. Sólo faltaría que encima tuviera que servirte - . Le dijo y agitó su larga melena dorada, mientras se alejaba de ella con la barbilla ligeramente alzada, en una pose orgullosa.

Se acercó de nuevo al panel y durante un rato se quedó observando la torre del reloj. Aquí también había aparecido la llama negra sobre el número tres. - Curioso - . Murmuró para si misma y una pequeña mueca se formó en sus labios. Suspiró y se volvió a mirar de nuevo a la mujer sirena.

- Falmari... - La llamó por su nombre, a pesar de que ella no se había presentado en ningún momento. Había dejado el mosqueo arrinconado, tenía que estar allí metida con ella y prefería intentar llevarse lo mejor posible, a pesar de la rabia que sentía por dentro. - ¿Has visto el reloj? Ha aparecido una nueva llama, esta vez es oscura - . Le comentó, señalando la torre que se podía ver tras la familia real. 

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08/02/2015, 17:47
Falmari

La sirena pestañeo ante la tontuna de la otra fata ¿pero no estaba aquí para servir a los que vinieran? -mira...no voy a hablar contigo si no me traes algo, así que tienes dos opciones 1 me traes un recipiente con muuuucho liquido y si te portas bien te doy un poco y la 2ª es: me levanto y no te dirijo la palabra en 1000 años-a ella le daba igual, total, ya vendrían otros mas interesantes que ella.

Miró a la fata y espero su reacción con impaciencia.

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08/02/2015, 20:34
Aina

El rostro de Aina se sonrojó al escuchar las palabras de Falmari. Se quedó mirándola fijamente, durante unos segundos, hasta que finalmente una suave sonrisa se dibujó en sus labios. - ¡Oh! Perdona, claro, quieres un recipiente con líquido... - Dijo y chasqueó los dedos. 

Al momento se materializó un cubo lleno de agua sobre la cabeza de Falmari que se vació completamente sobre ella. - Ahí tienes, si necesitas alguna cosa más, no dudes en pedírmelo - .

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09/02/2015, 00:01
Narrador

Y lentamente no una, ni tres, sino cinco Fata comenzaron a tomar forma a vuestro lado con la llegada del nuevo día.

Míriel y Nu-Taur-Dunath, habitantes del Palacio, Aidane, ocupante de las Ruinas, Elendire, quien era conocida en el Bosque pero moraba en la Linde y Loth, aquel que llegó de lo Desconocido. Aquel que recorrió todo Fäe una y otra vez en busca de respuestas.

Notas de juego

Destinatarios actuales:

  Aidane   Aina   Elendire   Falmari   Loth   Míriel   Nu-Taur-Dunath

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09/02/2015, 12:44
Míriel

Míriel despertó con sabor de su propia sangre en la boca, la forma en que lo habían ejecutado había sido muy dolorosa, estaba claro que habían esperado aquel momento con ansia y él se había serbido a sí mismo en bandeja. Cuando abrió los ojos se sorprendió ante el escenario que tenía ante sí, pero aún más cuando comprobó que no había muerto él sólo aquella noche. Se incorporó y observó a sus compañeros, no se atrebió a dirigirles la palabra, si estaban allí debía ser porque de alguna manera estaban relacionados con él, pero es que jamás habría imaginado una cosa así, él sólo arriesgó su vida no la de los demás, sino jamás lo hubiera echo.

-¿Cuantos... ¿Cuantos Fata hemos caído esta noche?... ¿No tenía que ser sólo una quien morara aquí antes que nosotros? consiguió decir extrañado mirando a su alrededor.

Notas de juego

Reeditado post: Aina, he dado por echo que había alguien con la habilidad de hablar con los vivos porque hay más muertos de los que hemos venido, fallo mío que con esto creo que se subsana... mil perdones :(

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09/02/2015, 13:01
Aina

Los ojos de Aina se abrieron como platos al ver materializarse las cinco figuras. En el otro lado todavía dormía, incómoda, apoyada en una de las frías paredes junto al río. Pero aquí lo único que hacía era beber, comer o bailar, recordando las fiestas de antaño. 

Miró a los cinco, deslizando su mirada azul por cada uno de ellos. Su ceño se había fruncido y sus labios se mostraban apretados en una fina línea. 

Se había quedado sin habla. La copa que había preparado para recibir al nuevo habitante de aquel salón permanecía olvidada sobre la mesa. Tendría que haber preparado más copas. Fue el primer pensamiento racional que cruzó su cabeza. Pero no había llegado a pronunciar ninguna palabra, cuando Míriel preguntó por cuantos fatas habían caído. Sus pestañas aletearon y forzó una sonrisa, que se asemejó más a una mueca.

- Míriel, soy yo la que mora aquí. Estoy en los dos sitios a la vez y puedo mantenerme en contacto tanto con los vivos como con los muertos, al menos mientras permanezca con vida - Tragó saliva. - Habéis aparecido cinco  ¿Qué... Qué ha pasado...? -

Notas de juego

No te preocupes, creo que esos errores nos ha pasado a todos ^^

Editado también mi post  :D