Partida Rol por web

Una vez más, con el amanecer una nueva figura empezó a tomar forma aquí: la ya conocida forma de Míriel.

Aina se volvió hacia Míriel con una expresión de sorpresa en su rostro. Aunque se alegraba de volver a tenerlo allí, no se había esperado su regreso. 

- Bienvenido, pero... ¿Cómo lo has hecho? - Se mordió el labio, indecisa, mientras sus ojos celestes bajaban hasta su pecho. - Ya no tienes esos nombres grabados. ¿Significa que Lassa ya no te tiene encadenado? - Le preguntó, siendo esa la primera idea que le había pasado por la cabeza.

- Bueno, por lo menos tu si te alegras de mi regreso a la vida- sonrió Míriel- Yo no he hecho nada, alguien me ha traido pero no se quien es. Y afortunadamente no estoy sometido a nadie... cosa que agradezco.

La pregunta de Aina no tuvo respuesta, pero aún había una manera de saber si su vuelta era propicia para aquellos que pensabamos en Fae.

Salude con un gesto de palacio a Miriel y dije.- Si tras la tarde sigo vivo, probaré tu lealtad... Espero que mis impresiones no sean erróneas pues como Guardia Real te facilitaré la protección de alguien que lleva tiempo sin proteger.

Miré a Aina y sonreí y dije a ella.- En poco sabremos, si podemos confiar al menos entre nosotros tres...

Aina se quedó pensativa. Llevó el dedo índice a sus labios y empezó a golpearlos con suavidad, mientras su mirada celeste se perdía en el infinito. 

- ¿Y si... ? - Se mordió el labio y volvió a mirar a los dos miembros de palacio. - ¿Y si dejamos nuestras diferencias a un lado y nos ponemos de acuerdo en quién pensar a las seis? Estoy convencida de que hay muchos que lo hacen. Fijaos en Allegra, Adam y Lera, y en Anastasia, claro... Ja... - Su voz sonó con ironía. - Siempre eligen al mismo y se han hecho un bloque entre ellos. Anastasia ahora debe haber engañado a Aubin, al igual que hizo conmigo. ¿Os habéis fijado cómo están de acaramelados? ¿así, de repente? En el fondo me sabe mal, pobre infeliz... -

Míriel se sorprendió ante la reacción del sátiro, siempre se había mostrado muy crítico y beligerante con él. No sabía a que se podía deber exactamente aquel cambio de actitud, y después de todo lo ocurrido era difícil que el guardaespaldas de la pricnesa confiara en él.

- Puedes mirar todo lo que quieras Nu-Taur, no tengo absolutamente nada que ocultar- abrió los brazos invitándole a que lo hiciera cuanto antes- ¿Proteger?- arrugó el ceño- ¿Sabes quien es la princesa?- indagó preocupado por el bienestar de la soberana de Fae

Después se giró hacia Aina

- Estoy deacuerdo contigo Aina... sería más producente mirar a ese grupo. Pero por otro lado podríamos terminar por asegurar en quien podemos confiar... Tengo que meditarlo, y si sigo vivo el tiempo suficiente te aseguro que saldremos de dudas con respecto a ellos.

Parecía ser que todos querían que Roger mirara a Paul. Aina lo encontraba absurdo y así lo hizo saber. Pero era consciente de que sus palabras suscitarían malas miradas, por eso terminó diciendo que no se perdía nada. 

En este lugar, la fata miró al que había sido el guardaespaldas de la princesa. - Todavía desconozco cuales son vuestras verdaderas intenciones. Pero quiero confiar en vosotros, porque espero que, en el fondo, queráis el bienestar de la princesa - . Se mordió el labio, sin apartar su mirada de la de Míriel. - Diles lo que quieren saber, aunque en verdad mires a otra persona. Puedes decirles que es verdad que Paul ve dentro de los muertos. Quizás así confíen más en vosotros. O quizás sean tan retorcidos que les haga desconfiar más - . Suspiró y una suave mueca se formó en sus labios. 

- El problema es que soy un mal mentiroso... y que realmente quiero ver a Paul. He sido ajusticiado dos veces por rebelarme mientras que los demás han confiado ciegamente en él... además se da el caso de que Vanya lo eligió a él para ser resucitado. Creo que debo saberlo, al menos así podremos terminar de confiar en nosotros. Lo siento pero miraré a Paul- miró a Aina a los ojos con seriedad, no quería hacerle daño y en verdad confiaba en ella, pero la decisión estaba tomada.

Aina pestañeó y miró a Nu-Taur-Dunath. Una suave sonrisa se dibujó en sus labios y asintió con un pequeño gesto de cabeza. - La he encontrado - . Le dijo  y se acercó a él para darle un beso en la mejilla. - Y ella confía en ti - . Se volvió a mirar a Míriel y la sonrisa desapareció de sus labios. 

- He encontrado a la princesa Celebia y ahora nuestra máxima prioridad es que ella pueda regresar sana y salva a Fäe - . Le dijo, alzando suavemente la barbilla. - Me ha pedido que te diga que debemos estar unidos para poder salvarnos y encontrar a los asesinos. No sé qué es lo que verás en Nu-Taur-Dunath, creemos que todo lo que ha dicho es verdad. Pero si no lo es, no le delates delante de todos. Infórmame y yo hablaré con la princesa y veremos qué podemos hacer. Esa es su decisión y espero que la respetes. Si no lo haces, estarás traicionándola directamente - .  

Míriel miró a Aina un poco cansado de todo aquello, el guardaespaldas era incapaz de confiar en Nu-Taur y menos de después de todo lo que había pasado. Pero lo que más le escamaba eran todos esos ires y venires de la fata de palacio y que cada vez que se dirigera a él lo hiciera con dudas y reproches.

- No se te ocurra llamarme traidor Aina- le dijo muy serio- No he sido tan afortunado como vosotros, habéis tenido mucho más tiempo que yo y habéis gozado de mejor crédito que el mío. Si de verdad has encontrado a Celebia ella sabe mejor que nadie donde está mi lealtad- la duda a aquellas alturas ofendía y más que lo siguieran tratando como a un idiota... había patinado, deacuerdo, no debería de haberse descubierto tan pronto... pero estaba en su pleno derecho de decidir que hacer. Nu-Taur ya había mirado en él con anterioridad, ¿por qué insistía en volver a mirarlo otra vez? Aquel detalle fue lo que terminó de decirlo, mucho más que las peticiones que le hicieron en el otro lado. Su único pecado había sido su impulsividad no su voluntad de ayudar. El guardaespaldas no podía evitar estar enojado con ambos y consigo mismo, de manera que antes de seguir calentándose se retiró de la feliz pareja.

- Pues demuéstrasela - . Aina arqueó suavemente una ceja. - Sólo pide que permanezcamos unidos para poder salir de aquí. Si quieres que ella siga confiando en ti, no la traiciones en lo que te está pidiendo - . Era sencillo, sólo tenía que decirle qué era lo que veía en Nu-Taur-Dunath antes que a nadie. ¿Por qué se ofendía? Después de todo lo que había pasado, era normal que Celebia tuviera dudas de todo el mundo. Tenía que asegurarse de su lealtad. Suspiró y siguió con la mirada al guardaespaldas. 

Míriel se sentía ofendido por las continuas muestras de desconfianza hacia él... después de toda la mierda que había tenido que tragar que lo siguieran tratando de aquella manera era algo que no difería... siempre necesitaban más pruebas... en ese punto ya solo le faltaba que cuando quisiera mear tuviese que someterse a otra prueba para comprobar que efectivamente se meaba...

- No me he negado a decirte a ti primero lo que vaya a ver en Paul... Y ahora si eres tan amable te agradecería que me dieras una orientación de lo que pasa, todavía no se a quien votar.-dijo Míriel con tono muy frío.

Sonreí hacia Ania al ver su alegría lo cual me demostraba en parte que sus palabras eran sinceras. Asentí con un gesto de la cabeza y dije.- Ella me lo ha dicho también a mi... y esta feliz de poder hablar junto a tí. Perdona si no confíe pero no quiero que sufra más.

Luego miré hacia Roger y dige.- No tengo problema en que mires dentro de mí y los expongas frente a los demás, pues no veras nada que no haya dicho ya. La princesa quiere que nosotros cuatro estemos unidos, ya que de esa manera piensa que Fäe tiene un poco de esperanza más.

Si en cambio decides en el último momento cambiar de juicio y observar algo que en los demás me gustaría saber que no me equivoco al pensar que Chris será una buena ayuda, pues algo me dice que sabe mucho y que sus observaciones nos pueden ayudar... o puede que a lo mejor la opción fuera saber el porqué Aubin se comporta así... 

Pero como te digo... esa es tu elección... 

Y poco a poco la forma de Míriel empezaría a desaparecer en este lugar mientras Roger se disponía a descansar de una forma perpetua, permanente.

- ¡No! - Aina alargó una mano al ver como la figura de Míriel empezaba a desvanecerse. Pero no pudo llegar a tocarla, nuevamente estaba sola, junto a Nu-Taur-Dunath.

 - ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! - La fata tuvo una pataleta. Se cruzó de brazos y empezó a dar golpes con los pies en el suelo. Finalmente se detuvo y volvió su mirada hacia el fauno.

- Aubin está hechizado o algo parecido por Lassa. Lassa es Anastasia. A mi me pasó lo mismo, creí que me había enamorado perdidamente de ella, pero sólo me utilizó para lo que quería y, cuando la necesité, desapareció. Ahora estoy segura de que a Aubin le pasa lo mismo, por eso ella está haciendo el papelón delante de todos. Nos ha estado engañando, haciéndose pasar por una pobrecita y delicada jovencita, pero en verdad es una zorra amargada y cruel - . Respiró profundamente y apretó los puños. - Y creemos que Allegra es Sërinde. Ha estado manipulando a la gente. Estamos casi convencidos de que es la que encierra a la gente en otros sitios y luego les posee. No sé cómo, pero el primer día, cuando poseyó a Ivanna, de alguna manera sabía que era yo y por eso intentó putearme diciendo mi nombre de fata e insinuando que estaba mejor muerta. Eso sólo podía ser cosa de esa puta - . Aina estaba muy cabreada y no controlaba su lenguaje, normalmente fino y educado. - Míriel podía haber hecho fuerza junto a nosotros para acabar con ese grupito que se ha estado creando. Pero quién lo haya matado ha sido un estúpido - .

Al mismo tiempo que en el otro lugar, aquí pudisteis ver esas dos nuevas llamas aparecer: La blanca sobre el X, la negra sobre el III, uniéndose a las demás en su baile.

Asentí a las palabras de Ania y dije apoyando mi mano en su hombro.- Sus dudas sobre mí, no me hacían desearle que se fuera de aquí. Es más puede que al ver dentro de mí, pudieramos encontrar un camino juntos, al rededor de la princesa.

Como supongo sabrás reconocer por mis palabras, el corazón del reloj se ha mostrado a mí... ahora entiendo esos números en los caídos. Lo que no entiendo tras las palabras de Anastasia es... si ella conoce la elección de todos en esa zona del reloj, ¿Por qué hasta ahora no nos había mostrado, y sólo lo ha hecho al caer el escritor?

Yo he elegido el número del padre... a ver si en él encontramos arropo y protección como la que da un padre y nos ayuda a salvar a la princesa.

Aina miró a Nu-Taur-Dunath sin terminar de comprender a qué se refería.

- No... No te entiendo. ¿Qué es lo que se te ha revelado? - Le preguntó y seguidamente volvió a mirar el reloj.

Y mientras Zaira moría, en este lugar la figura de Aina empezaba a desaparecer, dejándote a solas.

Al mismo tiempo que en el otro lugar aquí aparecieron las mismas llamas. La negra sobre el número V, y las blancas sobre el III y el VI.

Sin embargo eso no fue todo. Aquel temblor que se vivía en el otro lugar que habitabas llegó a notarse también aquí, aunque con una intensidad mucho menor. Cuando todo terminó pudiste ver aquí una grieta como las que ahora llenaban la ciudad. No era lo suficientemente grande como para ver a través de ella, pero sí como para intuir que estaba comunicada con ese otro sitio que tu compartías con los demás.