Partida Rol por web

[HLdCN] La puerta de Fäe

Zaira Castleworld

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05/01/2015, 15:03
Director
Sólo para el director
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05/01/2015, 15:32
Narrador

 

Aina

Aina es una de esos Fata que no sólo se enorgullecen de vivir en Palacio, sino también de no haber salido nunca de él. Sobrina del bastardo de un primo del Rey, considera que ese laberíntico parentesco le da derecho suficiente a una posición en la Corte muy por encima de lo que debería esperar. Por suerte el Rey nunca ha sido alguien que se fijase mucho en esas cosas, y ella siempre ha tenido un lugar junto a la familia. Junto a la Familia Real, aclararía ella de inmediato, a pesar de que por sus venas no corría nada de ese tipo de Sangre.

Desde que tuvo uso de razón, Aina trató de seguir los pasos de la princesa Celebia. Cada cosa que ella hacía, Aina la repetía con ahínco. Cada palabra que ella decía, Aina la recitaba más fuerte. No se consideraba a sí misma a la sombra de Celebia, pues entendía que eran cosas distintas. No se entendía a su sombra... Y menos mal, porque aquellos que eclipsaban a Aina solían acabar sufriendo las consecuencias. Al principio nada grave, sólo algunas coincidencias fortuitas capaces de arruinar el día incluso al soñador más optimista. Sin embargo, con el tiempo y el saberse intocable esas pequeñas coincidencias fueron derivando en un daño consciente e intencionado.

Nadie llegó a pillarla nunca. Sí que hubo sospechas, es verdad, pero nadie que no fuera la Reina, el Rey o la propia Celebia podía juzgar a alguien sólo por eso. Y en ese momento el Rey ya se encontraba desaparecido, de modo que sólo quedaban las dos que más reían sus gracias.

Con el tiempo Aina fue creciendo, y con ella su necesidad de atención. Nada era nunca suficiente. Si solicitaba algo y se lo traían, no era lo suficientemente rápido. Si lo hacían rápido, no lo suficientemente bien. Estar siempre cerca de Celebia había hecho que la tratasen con un respeto que ni era ganado ni era merecido. Nadie la puso nunca en su sitio. Nadie, salvo Serindë.

Serindë era una Fata venida de la Linde, que se veía obligada a pasar unas semanas en Palacio. En definitiva, una invitada de la Reina. Y desde el mismo momento en que puso su pie en Palacio hubo algo en ella que llamó la atención de todos. No era difícil darse cuenta de que ella poseía algo especial, algo que atraía a Fatas y soñadores por igual. Algo que Aina quería, pero sabía que no lo podría arrebatar. Y aquella Fata pareció además calar a Aina desde el principio y no tardó en dejarle las cosas claras sobre lo que pensaba de ella.

La sangre de Aina nunca había hervido como entonces, y hubo de contenerse para no provocar una tormenta capaz de llevarse a aquella intrusa más allá de la Bruma. Pero ella sabía que la venganza es un plato que se sirve frío. Frío y con una sonrisa. De modo que se dedicó a esperar su oportunidad. Y esta llegó. Vaya, si llegó.

En uno de los últimos días en que Serindé estaría en palacio alguien asesino brutalmente a los retoños de una Fata de allí, Lassa. Y donde otros vieron horror, Aina vio una oportunidad.

Las escasas pruebas no tardaron en apuntar a Serindë, y esta estuvo a punto de ser condenada y ajusticiada por un asesinato que con toda probabilidad no había cometido, después de todo, ¿qué interés iba a tener ella en todo eso? Pero aquello carecía de importancia para Aina: el crimen que Serindë había cometido era mucho peor: llevarle la contraria. Delante de gente.

Pero algo se torció. Míriel, el que luego sería el guardaespaldas de la Princesa, se atribuyó el doble infantidio en nombre de la justicia. Eso hizo que liberasen de inmediato a Serindë, y Aina sintió furia al escuchar cómo se disculpaban con ella. Aquello era el colmo.

Serindë no tardaría en marcharse de nuevo hacia la Linde, pero dejaría a Aina con la sensación de que no era tan especial como creía. De modo que la Fata empezó a hacer ciertas cosas que ningún Fata debe hacer. Cosas que implican magia antigua, sangre y muerte. Pero cualquier precio era pequeño por volver a ocupar el lugar que le correspondía: si con eso iba a volver a ser especial, si iba a ser el centro de atención, merecía la pena. Aunque tuviera que ver algunos Fata muertos para eso.

Notas de juego

Eres la Médium. Posees una escena ubicada dentro de tu mente que puedes manipular a voluntad y a la que los Fata caídos se ven arrastrados. Además, en caso de que tú cayeses, el Río de Almas seguirá mostrándote el mundo de los vivos.

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29/01/2015, 11:27
Narrador

Volviendo la vista atrás, al momento en la estación de metro, se te hace complicado pensar que te has equivocado. Es difícil calcular cuánto tiempo ha pasado exactamente desde ese momento, pero aún así cada vez sientes a esos que te rodean más cerca, como si compartierais algo más. Como si fueran parte de algo que no puedes recordar. Hay algo más: una sensación latiendo en tu interior. Algo que te dice que para ser tú de manera completa tendrás que escoger a uno de ellos como foco. Puede que aún no sepas cómo o para qué, pero hay una cosa certera: esa elección es importante.

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30/01/2015, 12:12
Zaira Castleworld

Mientras caminaba tras toda esa gente, Zaira volvió a mirar hacia atrás. Poco a poco, la sensación de estar haciendo lo correcto, empezó a calar en ella. 

Al principio se había asustado. Nunca había experimentado nada parecido y había temido lo desconocido. Pero ahora, que había conseguido calmar sus latidos, miró una vez más a toda esa gente y una pequeña sonrisa aleteó en sus labios. Sí, por primera vez en su vida sentía que podía pertenecer a algo. Sentía que estaba donde le correspondía estar y empezó a sentirse extrañamente feliz. Había algo que les unía, algo místico que Zaira todavía no comprendía, pero que podía casi palpar.

Sus ojos rosáceos empezaron a deslizarse entre aquellas personas que compartían un destino común al de ella. Algo la incitaba a elegir a alguien entre todos ellos. En su interior tenía la sensación de que les necesitaba, de alguna manera que todavía no comprendía. 

Sus pupilas se detuvieron en cada uno de ellos. Les había estado observando, en silencio, sin ser apenas consciente de ello. Primero observó al enfermero. Le había hecho gracia como, después de haber intentado matar a aquella extraña niña, había pedido perdón, justificando un acto tan horrible. No sé quién eres, pero valor tienes. Se dijo, mordiéndose el labio y arrastrando de nuevo su mirada, hasta detenerla en un joven que acababa de decirle a Amazarac que era la "maestra del potingue". Enseguida apartó su mirada de él, no le gustaba, desde el primer momento que le vio abrir la boca, una sensación de asco había ido creciendo dentro de ella. Lo único que deseaba era romperla su cara de chulo y meterle dos dedos en sus ojos, para que aprendiera un poco de respeto y educación. 

Pestañeó y sus ojos esta vez volaron hacia el extraño de las gafas de sol y la niña. Había algo en él que le daba escalofríos. Quizás la seguridad con la que actuaba, como si estuviera pasado de vueltas en aquel entorno. Y la niña... Era sólo una niña que no parecía ser consciente de lo que estaba ocurriendo. Parece ajena a todo... Se dijo, llevándose una mano al cabello y retirando uno de sus mechones. 

Sintió que un hombre se había acercado a ella. Parecía algo inquieto y lo miró de soslayo, esbozando una corta sonrisa. Miró de nuevo hacia delante, deteniéndose en la mujer de cabello azul. Seguía sintiendo que la conocía de algo y seguía sin conseguir ubicarla. Quizás sea alguien famosa. Se dijo, barajando aquella posibilidad, al ser consciente que no era la única que la miraba como si la conociera de algo. 

Y así continuó con cada una de aquellas personas, intentando hacerse una idea precipitada de como eran. A la única que no dedicó ni un segundo de su atención fue a la histérica que había empezado a hablar de demonios. Estaba convencida de que estaba como una cabra y no quiso detenerse a pensar en ella.

Puede que su mirada se detuviera más tiempo en la chica de los ojos tornasolados. Le había impactado ese cambio de colores desde el primer momento en el que sus miradas coincidieron. 

Observó a la joven rubia que se había presentado en primer momento. Le había caído bien y parecía querer ayudar a todo el mundo. No pegaríamos ni con cola. Se dijo y miró al chico que todavía no había conseguido decir dos palabras seguidas que se pudieran comprender. Le tenían que llevar casi arrastrándolo, ya que era incapaz de caminar por su propio pie. Zaira arrugó suavemente el ceño y pestañeó, apartando su mirada asqueada de él. 

Y sus ojos de tono rosado se detuvieron esta vez en el chico que había intentado detener al enfermero. Le había gustado el par de huevos que había demostrado. Quizás detuvo su mirada más de lo necesario en la figura del muchacho y una pequeña sonrisa se perfiló en sus labios. 

Sabía que era una elección muy importante. Lo podía sentir en cada poro de su piel. ¿Y si me equivoco? Se dijo, volviendo a repasar con su mirada a los presentes y pensando en la primera opinión que había tenido de cada uno de ellos. Sus pupilas se anclaron de nuevo en la chica del pelo azul. Sentía que tenía fuerza. Sentía que era alguien, en una u otra realidad, esa joven acaparaba la atención de la personas. ¿De qué la conozco? Se volvió a preguntar, sin hallar todavía las respuestas y sin ser consciente de que empezaba a pensar en todo aquello como si fuera otra realidad. Todos ellos tenían algo especial, algo que les hacía únicos y aquel extraño ser, sacado de algún cuento fantástico, les iba a abrir los ojos. Zaira quería estar preparada, así que, con el corazón acelerado y un pequeño brinco emocionado, eligió a Allegra Blue entre todos aquellos desconocidos. 

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31/01/2015, 14:38
Zaira Castleworld

Zaira había cruzado la cortina y su respiración se detuvo, durante unos segundos, cuando contempló la ciudad que se extendía delante de sus ojos. Dejó que aquellas sensación, poco a poco, fuera penetrando por los poros de su piel. Durante muchos años había sabido que no era como el resto de las personas que vivían a su alrededor. Sabía que ella era especial. Pero nunca se había imaginado que perteneciera a otro mundo, a una realidad muy diferente a la que estaba acostumbrada. 

Cuando ella chasqueó los dedos, todas sus vidas fueron vomitadas en su mente. Sintió un pequeño vahído y la sensación de ahogarse entre toda aquella información. Volvió a sentir las cosas de otra manera y entonces supo quién era.

Aina...

Ese era su verdadero nombre. Sintió las lágrimas agolparse en sus pupilas rosadas y algo saltar de júbilo en su interior. Recordó la corte, recordó el palacio y a sus gentes y deseó volver a contemplar sus majestuosas paredes, sus cortinas de terciopelo y los hermosos grabados que se sucedían por todo el palacio. Deseó volver a escuchar la música en sus salones de baile. Volver a sentir el poder que sus finos dedos habían llegado tan sólo a acariciar. 

He estado dormida tanto tiempo...

Bajó la mirada y sus labios formaron un mohín. Continuaba atrapada en aquella cáscara humana. Deseaba recuperar sus hermosos cabellos dorados y el azul, cristalino, de sus iris. Fäe, cuanto tiempo, por fin voy a regresar.  

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01/02/2015, 16:37
Narrador

Ahora que tu alma volvía a ser consciente de quien eras realmente, ahora que empezabas a intuir de lo que eras capaz... Las cosas volvían a estar más o menos claras para ti.

Sin embargo aun faltaba algo. Sabías que no estabas completa. Tu poder, tu capacidad para lograr tus objetivos... Aún podía crecer un poco más. Sólo tenías que terminar de encontrarte a ti misma. Pero ¿cómo? La respuesta no estaba sólo en ti. Estaba en tu pasado. Estaba en tu presente. Escuchabas a los que te acompañaban, consciente de que allí, entre ellos, se encontraban algunos de los Fata que conociste en otro tiempo. ¿Podría estar en ellos ese catalizador que te diese lo que te faltaba?

Con un poco de suerte Celebia se encontraría también allí. Habías permanecido a su lado toda la vida: con toda seguridad te apoyaría si podíais hablar a solas. Sin embargo, aquella otra Fata... Serindë. Como ella también estuviera en el grupo podría querer aprovechar esta oportunidad para vengarse de lo que le hiciste. Quizá deberías asegurarte de que no pudiera hacerlo. Y luego estaba esa chica, Allegra Blue. ¿Quién era en realidad? ¿Tendría ella las respuestas que buscabas?

Notas de juego

Ya conoces tu rol, pero no es lo único que puedes hacer. Hay varias formas de lograr esta otra capacidad, pero tú sólo conocerás una. Aquí tienes una lista de sucesos. Deberás tirar cuanto antes 1D4. Aquel que salga elegido será el catalizador que te haga ir un paso más allá.

1. - Compartir escena con Celebia.
2. - Muerte de Serindë.
3. - Allegra Blue sobrevive tres dias y tres noches consecutivos.
4. - Muerte de Allegra Blue.

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01/02/2015, 18:06
Zaira Castleworld
- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Ohhh! Mola :3

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03/02/2015, 01:49
Narrador

En cuanto la noche llegó pudiste sentir el aroma de la muerte en el ambiente. Paladearlo. Había gente con sed de sangre a tu alrededor... Pero eso no significaba saber quiénes, claro. La oscuridad cada vez era más densa y llegó un momento en que no se podía ver nada que estuviera a más de un metro de ti.

Entonces fue cuando lo sentiste. De improviso alguien te agarró por detrás, por el cuello. Alguien fuerte apretaba tu garganta impidiéndote respirar. Pero aquello no fue suficiente. De inmediato comenzó a empujarte hacia el río. Trataste de forcejear: no fue suficiente.

Ni siquiera llegaste a ver su cara. Antes de que pudieras llegar a decir o hacer nada más que intentar luchar de manera improductiva tus fuerzas comenzaron a fallar, y no tardaste en estar en el suelo. Lo último que viste fue cómo quien te había agarrado dirigía tu cabeza hacia el suelo para impactar con fuerza en el adoquinado. Después todo fue negrura.

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04/02/2015, 13:15
Zaira Castleworld

Mierda, mierda, mierda...

Zaira no quería que nadie supiera quién era ella. Sabía que habían muchos que la odiaban y, aunque no entendía el por qué, sí, de verdad estaba convencida de que le tenían envidia ya que lo que había hecho en palacio habían sido pequeñas travesuras, tenía miedo de lo que pudieran hacerle.

Sintió ganas de abofetear a aquella presuntuosa pelirroja. Cuando la había escuchado cantar, se había emocionado. Había creído que de alguna manera, su muerte le había afectado. Pero ahora, al escuchar que pronunciaba su verdadero nombre y se lamentaba de que estuviera de vuelta, la rabia sacudió el cuerpo de Zaira. Pero también sintió dolor, dolor porque después de tantos años seguían odiándola y ella solo quería estar en el palacio. Poder vivir todo aquel ensueño que era la corte y sus integrantes. Nadie podía entender lo que le había costado llegar a donde había llegado. 

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05/02/2015, 23:36
Narrador

El día iba pasando, y delante de ti unos y otros iban tomando posiciones ante lo sucedido. Las acusaciones y preguntas sin respuesta empezaban a volar, y era difícil saber cuáles de ellas tendrían fundamento. Si es que alguna lo tenía.

Además, todo sería más sencillo de saber quién se ocultaba tras cada piel. Y había alguien que, por encima de los demás, te gustaría encontrar: Celebia. Habían ido a por ti. Te habían machacado la cabeza contra el suelo. Sin embargo, eso no debería pasar si la Princesa te ayudaba. Eso es lo que hacía la Familia Real, ¿no? Cuidar de sus súbditos. Y nadie más leal que tú para eso.

Debías dar con ella pronto. Eso te ayudaría a salir con vida, seguro. A salir de allí y volver a Fäe, con ella. Incluso si pudieras ayudarla... Eso te haría subir tantos peldaños... Ya podías imaginar los bustos y estatuas en tu honor. Las fiestas. Serías una heroína. Sólo tenías que encontrarla.

Notas de juego

Tu rol secundario es Buscador.

Cada noche después de la primera podrás designar a un humano y confirmar si se trata o no de Celebia. En caso de acertar la conexión entre ambos será inmediata.

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07/02/2015, 04:11
Narrador

La noche se acercaba, lenta e inexorable, y el recuerdo de lo que había pasado sólo veinticuatro horas atrás se hacía cada vez más presente. Encontrar a la Princesa era casi una necesidad.

Notas de juego

Estás en tiempo de usar tu rol secundario si lo deseas. ^^

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07/02/2015, 15:31
Aina

Zaira caminaba por las calles abandonadas de esa oscura ciudad. Se dirigía hacia la torre del reloj. Estaba pensativa, necesitaba encontrar a la princesa. 

Solo así podré volver a Fäe. La familia real me estará inmensamente agradecida por encontrar a su heredera y llevarla de vuelta a casa. No pudo evitar que una sonrisa se dibujara en sus labios, al imaginarse regresando triunfante a casa. Volvería a ganarse la confianza de los reyes y nadie volvería a tratarla con desprecio. 

Pero es tan difícil... Cebelia, ¿dónde te escondes? 

Podía ser cualquiera y no tenía tiempo de ir comprobando a uno por uno hasta dar con ella. A ver, piensa, ¿cómo ha reaccionado la gente al saber quien era? Hubo una persona que la saludó y pareció emocionada. Pero era un hombre y Cebelia... Puede ser, es mejor disfraz para pasar desapercibida. Espero no equivocarme y encontrarte, princesa. Se dijo mientras cerraba los ojos y la imagen de Andy McGregor se materializaba en su mente.

Notas de juego

Utilizo mi don de Buscador con Andy McGregor

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10/02/2015, 14:27
Zaira Castleworld

¿Me ha llamado payasa?

Zaira apretó con fuerza los puños. Ya no le importaba si decía la verdad o no, le iba a hacer pagar aquella insolencia. ¿Cómo había osado tratarla de esa manera delante de todos? 

Hija de puta, te vas a enterar...

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13/02/2015, 00:27
Narrador

La noche había vuelto a caer, y con ella tu nueva oportunidad de buscar a la Princesa. Sabías que debías aprovechar la oscuridad: si los que os estaban dando cazan te veían haciéndolo, quién sabía lo que harían con ella. O contigo.

La noche anterior no habías tenido demasiado suerte. Andy podría haber sido un buen candidato, sí... Pero en cuanto repasaste su forma de hablar, su mirada, sus gestos... Te diste cuenta de que no se trataba de ella. Ojalá tuvieras más tino en esta ocasión.

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13/02/2015, 13:44
Zaira Castleworld

Aunque intentaba mantener la compostura, por dentro se sentía un amasijo de nervios. Se había mantenido a un lado, observando el combate mientras sus ansias de golpear a aquella zorra se iban disipando. Una mueca se había formado en sus labios y sus pupilas buscaban entre todos los presentes. 

Cebelia, ¿dónde estás?

Su mirada se detuvo en Kammy. ¿Eres tú? La forma en la que había salido en su defensa y como había creído sin pestañear sus palabras, hacían que sintiera que ella podía ser la princesa.

Notas de juego

Busco en Kammy Phillips

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15/02/2015, 23:26
Narrador

Una vez más trataste de encontrar a tu Princesa. Celebia... En algún lugar tenía que estar, y al menos tenías la seguridad de que, de encontrarse entre vosotros, su carcasa mortal no había fallecido.

Al caer la noche en esta ocasión te fijaste en Kammy: aquella chica de pelo color violeta que había salido en tu defensa. Sin embargo... No podía tratarse de ella. Los ojos de aquella chica no paraban de cambiar de color, revelando una y mil emociones. Celebia en cambio nunca había sido tan sensible...

Tendrías que seguir buscando. Sólo podías esperar que, cuando la encontrases, no fuera demasiado tarde.

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17/02/2015, 14:35
Zaira Castleworld

Mierda... Mierda... Mierda...

¿Cómo podía haberse confundido? Aquella vez había estado casi segura de haber dado con ella. Pero no, Cebelia no mostraba de aquella forma sus sentimientos. Ella era fuerte.

Zaira se sentía frustrada. ¿Cómo podía ser que no consiguiera encontrar a la princesa? Siempre se las había dado de conocerla mejor que nadie, y ahora estaba fallando continuamente. 

Y encima, estaba el idiota de Paul. Tanto hacerse la víctima la sacaba de sus casillas. Pero tenía que controlarse y poner buena cara. Sabía que la había cagado al decirle aquellas palabras delante de todos. Si en verdad era como decía, el bufón de la princesa, a ella no le gustaría que le tratara de esa forma.

Pero uno de los dos miente... Se recordó y un bufido salió de sus labios. Había intentado ser amable, ganarse la confianza de ambos. Pero se sentía entre la espada y la pared y odiaba esa sensación. Siempre le había gustado controlarlo todo y conseguir lo que quería, pero ahora... Todo era tan complicado...

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19/02/2015, 23:40
Narrador

Con la llegada del anochecer de nuevo se acercó tu oportunidad de dar con Celebia. Al menos tenías la certeza y el consuelo de que, de estar entre vosotros, estaba viva, y eso era algo que te impulsaba a seguir buscándola.

Quizá se estuviera ocultando conscientemente. Quizá intentaba que los enemigos de Palacio no dieran con ella... ¿Había otra explicación a por qué te costaba tanto a ti encontrarla? Probablemente no.

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20/02/2015, 21:17
Zaira Castleworld

Empezaba la tercera noche en aquel lugar y Zaira continuaba sin haber encontrado a la princesa Celebia. ¿Tras qué ojos debía estar oculta? 

Tengo que encontrarla, sea como sea. Ella me protegerá de todas esas serpientes. Pero... ¿Dónde estás?

¿Podía ser Allegra? Era la primera persona en la que se había fijado nada más llegar a aquel andén. Se dio cuenta de que, de alguna manera, despertaba el respeto de la gente. Era conocida en el mundo de la música y, por lo que había visto, parecía ser alguien que actuaba con bastante discreción. 

Pero la princesa siempre había sido su amiga y ahora parecía hacer como si no la conociera. Claro, todos saben quién soy y que era la favorita de la princesa. Debe temer que la descubran los asesinos, por eso se debe mantener en las sombras. Pero la encontraré y podré regresar triunfante a Palacio. 

Aquel día miraría a Allegra. Había estado intentando buscar entre las personas que le habían mostrado algo. Cuando lo más seguro era que la princesa la ignorara deliberadamente para no llamar la atención de sus enemigos.

Notas de juego

Busco en Allegra 

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23/02/2015, 00:19
Narrador

Mitad preocupada por ti, mitad por tu amada, te fuiste a dormir. Y si alguna parte de tu mente quedaba libre era para pensar en Celebia. Ya habían pasado tres días y aún no habías encontrado. ¿Es que no estaba entre vosotros?

Quizá fuera Allegra quien la escondía. Quizá, sólo quizá... Tus últimos sueños fueron deseando que fuera así. Deseando haberla encontrado. Sin embargo algo te interrumpió. Algo dentro de ti te hizo saber que las cosas no marchaban bien. Miraste alrededor, temiendo ser atacada una vez más, pero la noche sólo te devolvía silencio... Entonces lo sentiste más cerca. El peligro. Pero no era a ti a quien amenazaba, sino a Lassa. Ni siquiera sabías tras qué cuerpo se escondía, pero no te hacía falta, una fuerza superior te guiaba.

Al llegar pudiste ver una sombra escabullirse. Habías interrumpido el ataque, salvándole la vida. Fuera quien fuera no había podido terminar su trabajo, y menos mal... Tus ojos centelleaban de ira, y podías sentir tu furia crecer dentro de ti. Habías estado a punto de perderla. Pagarían por ello.

Pero aquello no era todo. Al ver a Allegra defender a alguien más supiste que no podía ser Celebia. La Princesa jamás se expondría así por nadie. Ella era una superviviente.

Una vez más, te habías equivocado.