Partida Rol por web

La noche fue muy larga para la mayoría. Se oían pasos y graznidos, lejanos, y no tan lejanos. Entre pesadillas en las que más de uno acababa muerto, o los gritos que se podían apreciar no fue una noche agradable. Se podían oír también gotas de agua resonando en charcos, o el viento silbando por alguno de los ventanales. Esta noche la corneta se hizo de rogar para muchos. Al fin sonó, aunque este día el ruido fue más apagado y grave. La gente aliviada por una parte, ya que estaban vivos, y nerviosos por otra, ya que no sabían lo que se podían encontrar al llegar al comedor. El gran portalón chirrió al abrirse. En la entrada había pequeños manchones de sangre. Al lado de Pete se encontraban una figura muerta y un pequeño saquito. Parecía un intento fallido de acupuntura sobre una figura humana. Los que le echaran una pequeña visual al saco verían cachos de algodón y trocitos de tela rosa.

- Buenos días mis queridos amigos. O malos días mejor dicho. Una vez más hemos encontrado dos personas asesinadas. ¡DOS! No me parece normal después de las votaciones de ayer. ¿Acaso fue un error condenar a esa chica? ¿O es que el número de sucios y asquerosos traidores es tan alto? Sea como sea, como bien os he dicho antes, dos vidas menos se encuentran en este castillo. Una de esas personas es LOKI, alguien que fue un buen dios. Ha aparecido con una gran cantidad de lanzas clavadas en la espalda.- Dijo señalando el cadáver con la vista.- Y el segundo, el segundo digamos que lo hemos encontrado en un montón de pedazos. No nos acompañará más el querido LOTSO. Sin duda era un grande a la hora de actuar y un gran villano. Hoy volveremos a realizar las votaciones, así que ya podéis ir depositando por aquí sus papeletas.- Dijo colocándose junto a la urna.

Observó atónito la escena. De nuevo ocurriría lo mismo: moría un gran villano, alguien poderoso y un juguete insignificante. Estaba claro que había un patrón y no necesitaba a la Fuerza para saberlo. - Qué extrañas muertes, pareciese que alguien odia a los juguetes... y a los poderosos. - Miró a todos, ignorando deliberadamente a Sid, haciéndolo patente. - Compañeros, amigos. Los héroes quieren acabar con los poderosos para así  dejarnos sin fuerzas, pero no debemos permitirlo. - Notaba cómo la ira lo llenaba y un sirviente pagó su furia, al salir despedido contra la pared, llevado por la Fuerza.- Las votaciones empiezan ahora y mi voto está claro. - Señaló a Sid. - Me parece genial que en tu tiempo libre destruyeses juguetes, pero parece ser que tu sed destrucción te ha llevado a matar no a uno, sino a dos de tus compañeros villanos. Por eso ahora, públicamente, te acuso, Sid, de haberte pasado al bando de los héroes.

Dicho eso, cogió su papeleta y la mostró. Sid estaba escrito en ella. Acto seguido, tras llegar a la urna, lo depositó.

- Que la Fuerza os ayude a decidir vuestro voto.

Tras escuchar al Conde Dooku, Darth Vader se acerca también y deposita su voto solo su respiración metálica rompe su sepulcral silencio.

Edgar se une a sus compañeros de mesa de una manera peculiar, se pone la mano en la boca y fuerza la respiración en simpatía de su compañero, y va a votar.

Mire con desprecio a sid y le grite: -has matado a mi hija! Digoo a mi nov... no no a mi amiga.Han matado a candace por tu culpa eres peor que gigante de doraemon!! ¡Asesino!
Me puse a mirar a la puerta y pense.. ah no que seria muy obvio
Mire a Ken, aunque parecia que le odiaba me recordaba a perry el ornitorrinco, me arrepiento de haberle votado para matarlo.
Me acerque a Ken y le dije:-Ken siento la perdida de tus amigos de verdad, aun que creas que no te entiendo

El Duende estaba en una de las conversaciones que solía tener con él mismo cuando oyó al de la fuerza oscura. Acusaba al que se divertía torturando juguetes... y la acusación era seria.

-Debí imaginarlo, destruir juguetes no es tan malvado como las cosas que hacemos otros. Además, si matan a los pocos que hablan esto va a ser un muermo.

En realidad, nada le garantizaba que Tyrannus dijera la verdad, aún así le dio un voto de confianza. Si mentía, pronto le acabarían pillando, y si no lo hacía estarían más cerca de destruir a los héroes. Aunque Osborn sabía que los Vengadores también estarían por ahí, haciendo de las suyas.

-Dos muertos más, malditos traidores, decir quienes sois, confesar y vuestra muerte sera rapida, si os descubro yo sufrireis.Parece que hay dos asesinos, uno sigue un patrón de matar a los muñecos y el otro de matar gente fuerte, solo teneis que confesar.

Hades levantó una mano como pidiendo turno para hablar.-Sólo añadir una cosilla, yo no gano nada con las muertes. Es decir, el Inframundo casi que se maneja solo y yo no cobro entrada ni nada. Es más una obligación que otra cosa.

- Y en cuanto a acusar a Sid...tiene cierto sentido.

Scar miró a los presentes con las cejas curvadas en ironía.

-¿Por qué debería sospechar de Sid, Haaaades?.- le preguntó con tremendo interés. La verdad, consideraba a los pequeños humanos como un alimento más, no recordaba haberle escuchado hablar. Sin embargo encontró tremendamente interesando que se agarrara tan rápido al argumento del Doctor.

—¡Nos están masacrando!— gritó Ken perdiendo los nervios, y su compostura inmutable de plástico.

Su sonrisa de ensueño y su imagen impecable había quedado atrás. Estaba nervioso, tembloroso y temía por su pequeña vida. Pero, sobre todo, por no poder volver a ver a Barbie si lo que se imaginaba terminaba por hacerse realidad.

—El niño no odia los juguetes— dijo con voz histérica—. No es malo. Lo fue— aseguró el muñeco de Mattel—. Pero ya no.

Miró a aquellas mesas que aún estaban intactas, cuyos miembros no habían sufrido ninguna baja.

—Que sepáis que los malos traidores están ahí— señaló a las mesas llenas, imperturbable—. Es estúpido pensar que el héroe está en la mesa cuyos miembros están cayendo como moscas. No tiene sentido.

Miró a los que ya habían votado, y frunció su elegante ceño.

—Claro, os interesa ir rápido, ¿verdad? Os interesa que salga el pobre Sid cuanto antes. ¿Por qué tanta prisa?— preguntó Ken, cruzándose de brazos con cierta dificultad—. ¿Queréis desviar la atención de vosotros mismos? Sí, claro que sí. 

El crío hizo una mueca de incredulidad. ¿Estaban todos tontos? -No voy a llorar por unos muñequitos, pero ya lo dije ayer, si hubiese sido yo... ¿Estaría Lotso taaaaaannnn... despedezado? No. NO. Yo soy... un artista que sabe mejorarlos. Yo les daba nuevo sentido en sus vidas, les hacía máaaaaas... funcionales. Como el Duende Verde con su grupo de vengadores oscuros. La niña me acusó de ello ayer, estaba claro que buscaba culparme para deshacerse de mí, pero yo la voté antes siguiendo lo que señaló el cuervo. Mirando los votos veo que no fui el único ¿verdad? Lo hice siguiendo el cuervo porque no tenía ninguna pista sobre nadie.- Sid se levantó mosqueado. Era más que evidente lo que se estaba haciendo ahí, incluso el muñeco de Mattel lo veía, y eran tontos todos los villanos que iban a ser masacrados si no llegasen a entender lo mismo.  -Ayer, el profesor Doofenelimpronunciable señaló a toooooooooooodos los de mi grupo como culpables, alegando tener unas pruebas que le enseñaría solo a la niña que no presentó a nadie, intentando que cayésemos unos y otros. La pija también nos acosó. Está claro que, viendo quienes me señalan hay uno al menos o dos grupos que intentan culparnos para poder ellos actuar libremente. El cuatro, sin duda, y quizás también el uno. Veo muchos juntos.

Observó con desconfianza. -Estoy seguro que el grupo cuatro quieren eliminar los de nuestra mesa. Lo hacen de noche y luego instigan para que también seamos eliminados por votaciones. Yo veo muy claro donde están los asesinos. Mi voto, a no ser que alguien aporte alguna prueba de algo más convincente, será por el doctorzuelo que fue el uno de los primeros instigadores.

Permanecí apartado de tantas disputas tratando de reflexionar sobre como se habían sucedido las vocatciones de todos y cada uno de ellos y deliberar con tranquilidad de a quien votar, tenía claro que muchos de los que hablaban mentían, no sabía el porque de sus intenciones, pero tenía claro que mientras estuviese vivo no les permitiría acabar con los malos Disney, pues eramos nosotros las esencias de las historias, mucho más importantes que aquellos otros que eran los buenos Disney. 

Otros dos. Vaya, vaya... Esto ya es preocupante de veras, dice bajando la voz a medida que habla, como si meditase. No les conocía apenas. Incluso diría que el "dios" era un arrogante, pero, hay algunos que siguen sin decir nada de todo esto, dice mientras pasea la mirada por los presentes.

Entre tantas disputas y discusiones en la sala se había montado un gran alboroto. De repente la puerta vuelve a chirriar viendo a Lotso entrar por ella.

Se seguía discutiendo de si Sid era un buenazo de los que escacharraban juguetes o no. Algunos defendían al crío diciendo que se estaban aprovechando de su superioridad. El Duende había fijado su sospechoso en su mente, pero eso no quería decir que no pensara en otras probabilidades.

Como si alguien oyera los torturados pensamientos de Osborn, Lotso volvió a la vida. Si alguien podía despejar dudas, era él.

-Bienvenido, Lotso- en su mundo de superhéroes y supervillanos mucha gente moría y volvía a la vida años después. Aunque algo le decía que igual aquí no pasaba tanto. Por eso mismo se alegró de que alguien lo lograra, sobretodo si tenía respuestas- ¿viste quién te despedazó?

El niño se quedó con los ojos abiertos, y acto seguido se puso de pie, a pegar saltos y dar escandalosas palmadas. -¡Ja, ja JA! ¡¡¡Está viiiiiiivooooooooooo!!! Seguro que ahora puede contarles a todos que no fui yo. Queríais endosarme el muerto, queríais eliminarnos en nuestra mesa por la noche y por el día... y ¡¡ahora el Osito está de vuelta!! ¡Toma ya! ¡¡Chupaos esta!! Diles Lotso que no fui yo. ¿Ahora que tenéis por decir, eh?

Ahora sabremos los culpables por sus votos. ¡Ja!

¿Por dónde nos culpará, eh, doctorzuelo de pacotilla? Siempre dice pero nunca rebela nada. Dijo que la niña merecía su castigo sino uno mayor, pero a la vez la defiende y la llora. ¡Es él quién debería de explicarse!- Sid se volvió a sentar en su sillón reclinándose eufórico y sonriendo al osito. nunca se había alegrado tanto de ver un juguete entero.

Mire a sid y le confese un gran secreto: - Bueno lo siento sid, a mi la pelirroja me comio el tarro con que eras tu.He cambiado respecto a ella por que se parece a mi hija Vanessa, si tienes familia lo entenderas Le toque el hombro y le mire con cara de pena, sentia haberle culpado sin pruebas, pero lo de los juguetes indicaba su culpabilidad.. yo ya no se que pensar

La cara de Ken que parecía una máscara de porcelana que no revelaba ningún tipo de emoción más allá de su sonrisa de ensueño, se desencajó de la sorpresa.

—¡LOTSO!— gritó a pleno pulmón el muñeco de Mattel, totalmente emocionado por aquel regreso—. Pero, ¿cómo?

Pestañeó varias veces, sin comprender. No estaba seguro de cómo había pasado ni por qué estaba de vuelta, pero el peluche rosa seguía oliendo a deliciosas fresas, y Ken estaba feliz por que su compañero juguete estaba de vuelta.

—Lotso, siéntate, amigo— dijo, dejándole su propio asiento—. Tienes que estar muy cansado.

Miró a Sid. Sabía que él no era el que le había hecho daño al Lotso. Quizá, pensó, lo había traído él de vuelta, pero no lo sabía. Suspiró de alegría. La cuestión es que el osito estaba de vuelta, y Ken estaba, de momento, tranquilo por ello.

—Bienvenido, Lotso— dijo con voz solemne.  

-Scar, amigo, compañero, un poco de cuartelillo, que sólo he dicho que tenía sentido ¿es eso un crimen?

Las acusaciones volaron entonces de un lado para otro mientras Hades empezaba a consumir uno de esos puros que tanto le gustaban. Bien es cierto que lo que decía Sid tenía sentido, y esos ataques a una mesa que ya estaba debilitada resultaban algo sospechosos. Pero entonces llego la sorpresa.

-Hey, ahora tenemos un bonito oso de peluche retornaaado de entre los mueeeertos.- Dijo entonando de manera siniestra, parecía que eso le hacía especial gracia.- Jeje. Bueno, Lotso, podrás darnos muchas pistas.- Hades empezó a levantar sus dedos según hablaba.

-¿Sabes quien te ha atacado?

-¿Sabes por qué?

- Y quizá lo más interesante ¿Cómo es que has vuelto?

Tiraba los dados al aire una y otra vez. Dos muertos más y de forma distinta cada asesinato. Puso una mueca de disgusto - quizás por las formas de asesinato... lanza por ejemplo - observó como Lotso volvía de entre los muerto y no puedo evitar mirar curioso a Hades - ¿vaya esto es cosa tuya rey del Inframundo? beh da igual - se encogió de hombros - lo que quiero saber es porque el doctor ha cambiado tan rápido de idea al ver que le acusan a ellos. Usar como escusa a una muerta no es muy decoroso, ni legítimo.... humm

Seguía moviendo los dados al aire, con gesto pensativo.