Partida Rol por web

Las acusaciones empezaron a brotar al ponerse el Sol. Algunos estuvieron callados, incapaces de acusar a otros. Pero finalmente, un par de nombres se alzaron por encima de los demás. Vladimir por el lado de los noxianos, Xin Zhao por el lado de los demacianos. Y este empezó a enzarzarse a pelear contra Draven, ante la atenta mirada de Katarina y Swain.

Pero paralelamente, Garen y Shyvana empezaron a pelear contra Vladimir, quien parecía incapaz de superar este handicap, pero realmente no necesitaba ganarles, sino sobrevivir lo suficiente hasta que el resto de noxianos acabaran antes con la vida del Senescal. Y entonces, Ezreal desató todo su poder, y terminó de un sólo golpe con Vladimir, quien quedó como un charco de sangre quemada, la cual ya no volvería a tomar forma humana...

Jarvan observa en silencio, con los brazos cruzados, la lucha de ambos grupos. Finalmente, ve como Vladimir cae ante Ezreal. Mira de reojo a Shyvanna, Garen y Ezreal y asiente ligeramente.

- Espero que sepáis lo que hacéis, y que no os hayáis equivocado. -Busca con la mirada el fantasma de Greyor.- ¿Hay alguna forma de saber si la muerte de Vladimir ha servido de algo? ¿O ha sido en vano?

Cuando los ánimos empezaron a caldearse Katarina fijó su mirada en Xin Zhao, contemplando su pelea contra Draven con atención. Sus manos sobre las empuñaduras de sus dagas largas, preparada para desenfundar en un suspiro. Sin embargo, al poco los ojos se le fueron hacia el lugar donde el grandullón y la semidragona demacianos peleaban contra Vladimir. Todos los músculos de la asesina permanecían en tensión, lista para saltar como un resorte en cualquier momento. Frunció el ceño y siguió aquel combate, moviendo los ojos tan rápido como se movían los combatientes.

No relajó su postura hasta que Vladimir terminó convertido en un charco chamuscado y entonces hizo una mueca de disgusto con la boca. Había sido un buen combate y le habría gustado participar, moverse un poco y gastar la adrenalina que había comenzado a arder en sus venas con la anticipación de la pelea. 

Poco a poco fue aflojando la presión de sus dedos en las empuñaduras de las dagas hasta llegar a separarlos. Rodeó el charco con los restos de Vladimir y lo contempló un instante con una expresión indescifrable en su rostro, después miró hacia la roca donde descansaba el cadáver de Quinn y finalmente volvió a colocarse cerca de su hermana, con el ceño fruncido. 

Escuchó desde allí a Jarvan y enarcó una ceja con escepticismo. Dudaba mucho que el rey demaciano pudiera considerar que la muerte de un noxiano era en vano, o lamentarla. No dijo nada, pero era fácil leer esas dudas en la mirada hosca que le dedicó antes de girarse hacia el fantasma del gigante helado, esperando por si respondía de alguna manera a la pregunta.

Enfundando sus hachas en su espalda tras la intensa pelea, Draven miró a su alrededor, deteniéndose en el restante "cadáver" del Segador. Creo que no saber si el juzgado es el asesino,como el no poder deshacernos de los cadáveres, van a ser problemas considerables -dijo en alto - Y a pesar de esto, me parece que lo más importante sería escapar, incluso me parece más prioritario que encontrar al asesino -miró detenidamente a los presentes - o asesinos, terminó con una sonrisa.

 - Uhg - Bufó asqueada cuando Vladimir cayó, moviendo los hombros en círculo y sacudiendo luego los brazos para relajarlos tras tanta tensión.

 Sonrió ligeramente y asintió a Ezreal, agradecida por acabar de una vez con la confrontación contra el resistente Vladimir, mientras se sentaba sobre una roca cercana y se pasaba el antebrazo por la frente.

 - Vladimir ya nos amenazaba antes de que nada de esto lo hiciera, Jarvan. Él se lo ha buscado - Se justificó ante Jarvan, y conforme terminaba de hablar observaba, enarcando una ceja, como la pelirroja examinaba lo que quedaba de su sangriento aliado. - Y tú. - Señaló con la cabeza a la asesina. - Espero que no estuvieras pensando en intervenir - Advirtió seria y desafiante, frunciendo el ceño.

 Luego se dirigió al fantasma, tan curiosa como seria. - ¿Es que sólo podemos dejar pasar el tiempo y esperar que nadie más muera cada mañana, sin saber si estamos culpando a inocentes? - Preguntó indignada.

Sivir observa, en parte cansada la pelea con Vladimir, él no había dicho palabra desde que amaneció, dudaba de su culpabilidad y, aunque la semi-dragón justificaba la pelea con la provocación del segador al comienzo de la reunión, Sivir no creía que fuese suficiente prueba. Es cierto que es alguien con apenas lealtades, bueno, era. -Pensó- Pero ahora nadie tiene lealtades, como dijo Shyvana. 

-Esto es absurdo- Dijo para sí, pero quizá demasiado alto. -Incluso yo voté sin la cabeza fría- Pensó.

Sivir traga saliva y suspira profundamente mientras piensa en la posibilidad que planteaba Jarvan. ¿Y si era inocente? En ese caso, no habían logrado nada más que ayudar al o los asesinos, esbirros de Lissandra; si él era inocente, alguien inocente moriría esta noche y ni su muerte ni la de Quinn se compensarían. 

Es Lissandra la había liado parda, y o teníamos ni idea de por que nos habían metido a todos en esto, cual era el sentido. Que Ashe y Sejuani acabasen así, tenía su lógica, pero ¿Lissandra? ¿Y nosotros estamos aquí, con algún asesino chiflado suelto?

Cuando de pronto se calentó el ambiente y comenzaron a pelear, agarré bien fuerte la empuñadura de mi espada, casi aplastando mis propios dedos y me mantuve firme, esperando a que a la mínima alguien diese un paso erróneo hacia mi.

Pero todo paró cuando Vladimir se fundió en su propia sangre. Aunque no por ello cesó mi tensión, Nunca se sabe que podría hacer alguien a continuación.

Con estridente voz, abrí la boca para alzar la voz sobre la de los demás.

-Entiendo que todo esto os esté sobrecalentando-Miraba a cada uno de los noxianos y demacianos, pues son los que más pique llevaban encima.-Pero aquí todos estamos metidos en el mismo cazo de hielo gigante,del cual claramente no podemos salir.-Mire a Draven, quien parecía mentira que no viera que era imposible romper esas paredes.-Séntemonos, calmemos esos humos y pensemos bien. ¿Os parece?-Terminé, alzando mi espada con la punta hacia el suelo para clavarla en este de un solo movimiento hacia abajo,

Cassiopea contemplo en un segundo plano, y con evidente disgusto como aquella panda de primates rabiosos la emprendian a golpes entre si, guiados por su estupidez. Por que tenian que arreglarlo todo de forma tan incivilizada? Al final por suerte solo quedo un cadaver en el suelo, concretamente el de Vladimir, aunque la naga vio con preocupacion que su querida hermanita habia estado a punto de involucrarse en aquella pelea sin sentido.  

- Seamos realistas, nadie va a echar de menos a Vladimir, era un cretino y un psicopata. Puede que no fuese culpable de lo de la chica del pajaro, pero desde luego no era inocente y el mundo esta mejor sin el.- Comento en voz alta la naga.- De hecho diria que muy pocos aqui son inocentes, asi que si os vais a basar en esos criterios... ugh, todo esto es tan irritante. Maldita Lissandra.

Cuando Katarina volvio junto a ella, la naga le susurro.- Por favor, no te involucres en peleas que no son las nuestras. No todos nuestros "aliados" son aliados, y lo sabes. Puede que todo este desproposito al final nos beneficie y todo a los Du couteau.- Cassiopea le dedico una sonrisa complice a sus hermanos.

Katarina levantó la mirada y soltó una carcajada al escuchar a Shyvana interpelándola. - ¿Me lo habrías impedido tú? -preguntó a la semidragona con tono juguetón, enarcando una ceja con aire divertido.

Sin embargo, las palabras de Cassiopeia atrajeron su atención y le devolvió la sonrisa negando con la cabeza. -No te preocupes, hermanita. No lamento especialmente la muerte de Vladimir. Era gracioso, pero también era un perturbado. -Se encogió de hombros con naturalidad. -Lo que lamento es haberme quedado con las ganas de un buen combate. Llevamos demasiado tiempo quietos sin hacer nada y tengo ganas de algo de acción.

Con sus últimas palabras sus ojos se desviaron con una pizca de picardía hacia el bando de los demacianos buscando al grandullón durante un instante para después dirigirse a Shyvana y contemplarla ladeando ligeramente la cabeza.

Leblanc había permanecido ausente desde el incidente del día anterior. Se había mantenido apartada del grupo, sin llegar a participar en las conversaciones. Sin embargo, permaneció atenta a lo que se decía y ocurría, habría sido estúpida si no lo hubiera estado dada la situación en la que se encontraban.

No participó en la batalla, simplemente se limitó a observar desde la distancia con su largo bastón a mano por si llegase a necesitarlo. No hizo falta. Cuando todo acabó, Leblanc rompió su estado ausente y se acercó al grupo con el ceño ligeramente fruncido. Pues yo creo que Noxus entera podría llegar a echar de menos a Vladimir. Dijo, mirando a Cassiopeia. Acabamos de perder a uno de nuestros guerreros más formidables y tal vez sea inocente de lo que está pasando aquí. Ha hecho más por Noxus que muchos, aunque claro, alguien que antepone su familia a la nación no creo que pueda entenderlo. La miró con frialdad. 

Ah. Añadió. Eso que has dicho sobre Vladimir, lo de que el mundo está mejor sin él... Cuidado. Yo diría que más de uno de los presentes pensaría lo mismo de ti. La mirada de Leblanc se posó unos segundos en Sivir antes de volver a la naga.

Nuestra prioridad debería ser la prosperidad de Noxus y para conseguirlo deberíamos acabar con los que asesinaron a Quinn. Si Vladimir no era uno de ellos, no deberíamos alegrarnos, habríamos podido perder a una pieza clave, tanto para resolver este misterio, como para el futuro de Noxus.

Todo había pasado muy rápido. La confrontación había sido feroz y apurada, los nervios acumulados y todo la tensión se desató en un segundo para algunos de los presentes, incluyendo a Ezreal, quien había tomado cartas en el asunto y acumuló toda su ira y su odio para hacerle ese ataque devastador a Vladimir, quien había caído muerto al instante.

Un noxiano menos...Malditos...- Pensó para si mismo, preparando durante unos instantes mas de su poder en su guante por si algún aliado de Vladimir pensaba vengar su muerte...Pero...Parecía no ser así.

El rubiales recibió la aprobación de Shyvana sonriendo de medio lado, ¿había hecho bien verdad?, había acabado con alguien que se merecía ese destino...Y hasta sus supuestos aliados hicieron caso omiso a su muerte.- Él se lo buscó...- Clamó reuniéndose con los suyos, y observando las palabras y gestos de los demás en silencio.

  La semidragona se encontraba aun descansando sentada sobre una roca, más tranquila, cuando miró a Katarina de lado enarcando una ceja. - Ts - Fue su única contestación a la asesina, acompañada de una sonrisa y una leve negación. 

 Se alivió al comprobar que no todos los noxianos, ni los presentes en general, le guardaban rencor por su reciente lucha contra Vladimir. No se arrepentía de haberle dado su merecido, y hasta había entrado en calor con el combate, pero la sentencia de LeBlanc resonaría en su cabeza más adelante si resultara cierta. Como fuera, lo hecho, hecho estaba.

 Entonces miró hacia la cúpula y se dirigió a todos. - Espero que esta cúpula desaparezca junto a los lacayos de Lissandra... -  Comentó. - Y Tryndamere pidiendo calma en tal situación... Estando además Ashe en tal estado... - Miró al frío rey bárbaro, luego a su reina helada, y a Quinn por último. La expresión de la semidragona se volvió entonces más seria, entre molesta y preocupada. Expresión que al poco dirigió hacia Jarvan, pero que acabó y mantuvo unos segundos en Katarina.

Le Blanc, mio a la noxiana tú estas pensando solo en Noxus, y no te discuto que Vladimir era un excelente guerrero de dicho país. Sin embargo, casi todos deseamos que esto acabe de una vez. No hay que sacar conclusiones precipitadas. Yo mismo quiero que esto acabe de una vez, y ver a Ashe y Sejuani liberadas, volver a Freljord y seguir todo con tranquilidad, sin embargo, ahora estamos aquí. Lo mejor que podemos hacer, es descubrir a el o los o las o la posible culpable/s y darles lo que se merece/n por matar a Quinn

-Como bien me has dicho tu antes, Shyvanna, ahora no es cuestión de Demacianos o Noxianos, si no de esbirros de Lissandra. Que Vladimir era un cretino y que ni hasta en su propio bando lo querían -señala con la mano a Cassiopeia y Katarina tras sus respuestas sobre Vladimir- es algo bastante obvio. Pero esa no es la cuestión ahora mismo. Todos queremos salir de aquí, y matarnos en el campo de batalla, antes de acabar muertos, ya sea porque lo haga alguien, o lo este frío. -mira de reojo a Tryndamere y arruga ligeramente la nariz. Mira a todos los demás, sobretodo a los que se mantenían más callados.

Sivir mira hacia la cúpula mientras siente el frío en los huesos, la noche ya era profunda y ni siquiera sabían si Vladimir había sido el culpable de algo, al menos aquí dentro. Entonces escucha las palabras de Jarvan y responde. -Sin embargo Jarvan, la gente no cambia sus lealtades tan rápidamente, aún conociendo la situación y sabiendo que cualquiera puede ser culpable, alguien que ha pasado toda su vida admirando a alguien. -Echa una ligera mirada a la semi-dragona.- Difícilmente será capaz de creer que haya asesinado a alguien. Creo que en teoría todos sabemos que cualquiera puede ser culpable, pero acusaréis a vuestros hermanos? A gente a quien admiráis? Aunque decirlo es fácil llevarlo a la práctica no lo es. -Acaba diciendo.- La cúpula tiene que desaparecer con las fuerzas de Lissandra, lo que significa que o Vladimir era inocente, o hay más asesinos entre nosotros. Y eso hay que solucionarlo como sea. -Lanza su bumerán contra el suelo con rabia y determinación.- Librarse de las lealtades es difícil, claro, pero son una carga en situaciones así. Olvidadlas o si no podéis, haced nuevas. Que superen las anteriores.

Dada la situación, las lealtades, amistades, o vínculos familiares - dijo el sarcástico ejecutor, deteniéndose en Shivanna y el soberano demaciano, en el Rubiales y en Lux, y finalmente en los DuCoteau - son una carga. Pensad en que vuestro rey, amigo o hermano puede mataros sin piedad o remordimiento alguno - continuó, mostrando una sonrisa al escuchar en su voz la palabra "piedad" - Pensándolo así, esos vínculos no son tan fuertes ¿Verdad? - Preguntó retóricamente, caminando por el centro de la sala - mientras observaba la cúpula de hielo, buscando desesperadamente una salida.

A Braum le dolía la cabeza con tanto alboroto, el combate había sido cruel pero rápido nada que ninguno de ellos estuviera acostumbrado, pero esta situación claramente les sobrepasaba a todos. Tenían miedo seguramente, aunque el orgullo de Demacia y Noxus así como la dureza de Freljord no les dejaba demostrarlo, pero nadie quería morir y el no iba a dejar que sus amigos lo hicieran aunque era consciente de que tampoco podía dejar que los demás murieran tampoco, esa no era su forma de hacer las cosas.- Necesitamos tenerr la cabeza frría chicos. Segurramente Lissandrra lo que busca es justo esto, que nos dividamos y así ella podrra hacerr todo lo que quierra con nosotrros porrque estarremos mas prreocupados por matarrnos entrre nosotrros que en lo que nos ocupa ahorra mismo, así que porr favorr mejorr pensemos en como salirr de aquí con vida y ya verremos luego lo que ocurre.- miró el cadaver de Vladimir con cierta pena.- Aunque ya no podrremos salirr todos...

Miro a Ezreal y le puso una mano en el hombro amistosamente, no le juzgaba por lo que había pasado y en parte se culpaba a sí mismo por no haber podido reaccionar a tiempo, después de pronunciarse se sentó cerca de Shyvana con las piernas cruzadas, las manos sobre las rodillas y esbozando la gran sonrisa que le caracterizaba mientras miraba a todos los presentes.

Xin en posición de defensa de tres atacantes, Kata, Swain y Draven. Sentía que su final ya estaba escrito, al parecer no lo estaba, no aún.

Gritos y una posterior calma hacen no avanzar a los tres atacantes que probablemente le ubieran arrebatado la vida en un abrir y cerrar de ojos, se paraliza al darse cuenta que Vladimir ya no estaba, solo quedaba una posa roja que asimilaba sangre.

Aprieta su lanza con fuerza. - Maldito, hasta para morir me tiene que joder... Dice al no poder estar en el combate que derrotó al vampiro rojo.

Luego mira a los tres que tenía al frente. - ¿Me vieron como asesino o como amenaza, chicos?... Espera unos segundos. - Me parece extraño que justo ustedes tres se hayan puesto de acuerdo para atacarme, ¿no creen? Dice mirando al resto de los demasianos.

Sivir se mueve de un lado a otro escuchando las conversaciones de los demás, pensando y haciendo girar su bumerán de manera juguetona, era agotador hacer que miembros de facciones que llevaban años y años en guerras se pusiesen de acuerdo para eliminar un enemigo común desconocido. Según camina se acerca al lado noxiano, a Katarina en concreto y le pide que vaya con ella un momento. Intenta hacerlo mientras la charla está acalorada y miembros de ambas facciones discuten para no llamar la atención. Es importante- Susurra en una especia de súplica.

Katarina había estado escuchando las conversaciones sobre la lealtad y las alianzas sin llegar a decir nada al respecto, tan sólo intercambiando una mirada con su hermana. Permanecería a su lado mientras pudiera. Sus ojos se desviaron hacia Talon y resopló en voz baja. Lo de él era más complicado, parecía haberse quedado mudo desde que entraron en Fredjold. 

Las palabras de Xin Zhao llamaron su atención y enarcó una ceja, contemplando al senescal de arriba a abajo con desagrado.

- Sólo puedo hablar por mí, pero si te señalé fue porque ayer estuviste calentándonos la cabeza con tu discusión absurda con Vladimir. Nadie más había llamado mi atención. Y entre los dos, él al menos me parecía gracioso. Tú ni eso. - Le dedicó una mirada hosca y luego miró a los otros dos que le habían señalado, Swain y Draven. - No me puse de acuerdo con nadie, pero tampoco me desagrada que otros compartan mi criterio. ¿Qué tiene de extraño que tres personas coincidieran en un nombre? Más extraño me parece que tú señalaras a Draven después de fijarte en Vladimir repetidamente. ¿A qué se debió ese cambio, senescal? ¿Y qué quieres decir con "justo nosotros tres"? -añadió, entrecerrando los ojos y posando la mano sobre la empuñadura de la daga-.

Notó entonces la presencia de Sivir junto a ella y la miró frunciendo el ceño con curiosidad, pero sin apartar la mano. Vio sus señas y asintió con la cabeza hacia la mercenaria. -Claro. Aunque no creo que la acústica del hielo nos proporcione mucha intimidad -respondió, señalando hacia arriba con escepticismo, pero dispuesta a acompañarla-.