Partida Rol por web

Madre mía dijo la Señora Potts,Queridos, aún no me puedo creer que eso lo haya hecho uno de los que estamos aquí.Tomó aliento y continuó,vamos, vamos, buscad en vuestro interior. Así recordaréis que sois buenos, y la mejor forma de seguir siéndolo es confesando.

-Yo estaba comiendo con mis amigos Timón y Pumba, de ahí que me oliera tanto el aliento, Carl - digo, en alusión a la llegada del viejo a la torre, que se había puesto cascarrabias y le había echado el aliento rugido.

Escucho a Vanellope.

-Yo tampoco me fío de ellas, pero parecen ser las únicas que saben algo que nos pueda guiar para descubrir al posible asesino, aunque pensándolo bien, ¿por qué no iban a ser más?

¡Qué desvergonzados! Dibujos desagradecidos, ¿por qué os íbamos a enseñar el delito si eramos nosotras las culpables?

-Cálmese, señora. Ese león peludo no quería decir eso. Al fin y al cabo, de donde viene son famosas las traiciones.

Tranquilidad señores. Debemos buscar entre todos una pista o algo que nos guíe hasta el asesino. Y debemos confiar los unos en los otros -digo acercándome a mis compañeros, los cuales parecían empezar a dudar demasiado los unos de los otros.

A continuación me giro hacia Jack -Tu eres el conocido como el "Rey del mal" ¿me equivoco? Sólo quería aclararte, soy, quiero decir era, un ladrón, no un asesino. Nunca maté a nadie y no voy a empezar ahora. Y estuve en casa de Jasmine, disfrutando de la tranquilidad de su palacio -digo recordándome a mi mismo bañándome entre las montañas de monedas de oro.

Luego el ladrón soy yo. El padre de Jasmine tiene riquezas para vivir a todo lujo durante mil vidas mientras su pueblo pasa hambre y penurias.

Si partimos de la base de que el que le ha echo eso al hada madrina está entre nosotros, eso quiere decir, que podemos acabar igual - dije de pronto mientras paso a paso me acurrucaba contra una esquina. - Da igual lo que digamos de lo que supuestamente estuviesemos haciendo, eso no quiere decir que el resto tenga que creerlo. En ese momento yo estaba con las leonas aprendiendo a cazar, por si a alguien le interesa.

De todos modos - dije ya más reflexionando en alto que otra cosa - la palabrería no nos valdrá de nada, está claro que alguien nos engaña.

Nala tiene razón, si nos echamos cuchillos unos a otros, acabaremos todos igual. En cuando me giro y me dirijo al "ladrón". Cassim al igual que le escondías cosas a tu hijo Aladdín, entre muchas cosas lo de ladrón, seguro que escondes más cosas y no las quieres contar. Tal vez hayas matado, y como el día que tu hijo te presentó al padre de Jasmine, el sultán de Agrabah, escondías tu verdadera identidad, el de ser un ladrón. Si, soy el rey del mal, lo admito, pero que rey del mal intenta hacer feliz a niños intentando que puedan celebrar la navidad y rescatar a Santa Clavos de las "manos" de Oggie Boggie. Culpable puede ser cualquiera, señalar es de mala educación, pero yo señalo a la astuta Nala.

Wow señor rey del mal, que bien se nos da acusar sin pruebas - respondí sin moverme de mi esquina -Está claro que de aquí no saldremos con vida ninguno si todos hacemos como usted. Según su regla, yo culpable por astuta. Como Simba es un león, pues también es astuto y también es culpable, o Pluto el perro, o cualquiera que tenga instinto de supervivencia, que se ve que somos cualquiera que no seas tu. Le daría un aplauso por su grandes conclusiones señor Skellington si tuviera manos... lo cual me lleva al robo de la varita, que por si no se ha dado cuenta hay que tener manos, además de conocimientos de magia, para usarla, así que expliqueme usted cómo lo podría hacer yo. - estaba bastante indignada, o sea, dice de no tirarnos cuchillos y es el primero en acusar... para mí lo hace muy, pero que muy sospechoso. - Sinceramente, querido personaje de cuento, si estuviera abierta en canal y sin tripas, sí, habríamos sido las leonas, puesto que nuestra única cualidad, puesto que somos las que damos de comer a la manada. Tenemos mucho trabajo al día como para preocuparnos de aprender magia... es más, Simba como rey puede corregirme, pero te diría que ni siquiera hay magos en nuestro reino.

Veo como la Ardilla grande y peluda no me hace caso y comienzo a escuchar la conversación del esqueleto y la leona:

De todas formas, cuando yo estaba con Izma, ella era capaz de convertirse en cualquier cosa utilizando unas pociones.

Cuando de pronto me doy cuenta de que podría estar allí, comienzo a hablar en voz baja.

Ella era muy lista, puede estar aquí - digo mirando para todos lados y poniendo cara de temor.

Donald tocó el hada madrina congelada para determinar cuando podía haber sido el ataque. Pero lo que tenía el hielo es que conservaba el cuerpo completamente, así que no se podía saber cuando había se había producido. Además, era hielo mágico, y éste se mantiene tan fresco en meses como el primer día por lo que tampoco se podía saber cuanto tiempo había transcurrido por los restos de agua. El hielo mágico no se derretía fácilmente.

-No sjé los días que hanz pasado desde el atagque- dijo el pato pensando en alto- pero no crjeo que lleve mucho más de unz día. O lasz hadas lo habrían visto anktes.

Así que decidió relatar lo que hizo desde el día anterior. Como algunos decían, quizá no sacaran demasiado en claro con ello, pero nunca estaba de más.

-Ayerj a estas qhoras recibí una inzvitacion para venir aquí- en realidad, lo que quería decir es que había un vale regalo en el Patoland-news de un adulto y un niño gratis para el país de las hadas-luego descontadd 10 horask entre hacer las maletas  y el bviaje- en realidad también entraba dentro de este tiempo la hora jugándose a pares o nones cual era el sobrino que iría con él - Llyegamos sobre lasj 17:30, echamosg un vistazo al lugar y subimosk escaleras. A las 21:30 estábamos, como podéis suponerg, subiendo esjcaleras- intentó omitir como después de dos horas subiendo escaleras se tropezó con un escalón y cayó para abajo otra vez- y llegamosh aquí a las 22:00, cuando muchosz de vosotros. A las 22:10 encontramos al hada congjelada y a lasd 23:00 conté mi hisztoria sobre lo que hice ayerj.

En realidad esa última parte ya la sabían todos, pero Donald quería ser conciso.

La pequeña masa azul empezaba a saltar de un lado al otro para matar el aburrimiento,y veia como poco a poco la gente se iba echando la culpa unos a otros del crimen cometido,paro de saltar y bajo las orejas,se giro a una de las hadas y comenzo a hablarle con tranquilidad y con su graciosa voz.

-Dijeste que el culpable robo la varita y la uso contra su dueña,la varita es un objeto importante,¿como pudo quitarsela asi?,tuvo ser alguien de confianza,y que ademas supiera usarla.

Todos discutían. Ralph pasó un largo rato observando a cada uno de los presentes a la vez que les escuchaba esgrimir sus argumentos.

No podía fiarse de nadie. Sus viajes por la infinita RED le había mostrado de todo y le había hecho muy desconfiado.

Posó su mirada a los presentes. Por un lado estaba el extraterrestre ese tan raro que había hablado último, ese que parecía una garrapata gigante de diente afilados... "qué mal rollo" pensó. Aunque no era el único con pintas de depredador allí, los leones o ese gorila peludo que ni siquiera era capaz de hablar... daba la sensación de poder comerse a cualquiera de la escena. Sin embargo la leona tenía razón. La víctima no yacía a salvajes mordiscos.

Mientras andaba con esas algo se movió de aquí para allá. El niño volador que no cesaba de soltar incoherencias, sin sentido alguno, había visto eso más de alguna vez y siempre en voz de locos y/o esquizofrénicos, se dijo que sin control podían ser muy peligrosos y que podría haber atacado a la señora sin siquiera saber, imaginando cualquier cosa. ¿Loco o se hacía el loco? Peligro, peligro. Además, como él mismo dijo... volaba y tenía confianza de hadas, era lo más parecido a utilizar magia, no daba ninguna seguridad.

¿El que más magia sabía? El "gigante" se lo miró mejor. También estaba aquella extraña mujer que tanto le gustaba ponerse mandona. No. Definitivamente no era menos "rara" ni "mágica" la mujer del paraguas parlante. Recordó como había llegado volando colgada del mismo y como no cesaba de sacar cosas de su bolso.

Siento a alguien moverse por encima de sus hombros. Por otro lado... Vanellope también tenía razón. ¿Por qué fiarse de las hadas? Parecían saberlo todo muy bien y se proclamaban a si mismas sino juzgado si al menos jueces y verdugos. Olía demasiado a un buen plan por su parte. Según había aprendido una estadística llamativamente elevada de asesinatos a mayor parte de los asesinatos, según había aprendido, el que daba la alarma, o presenciaba la investigación en el escenario del crimen solía ser el asesino.

-Huuuuuummmm...-

Luego estaba en no menos importante lugar, personajes con antecedentes. Un ladrón, que aseguraba que no había nunca asesinado. Eso era lo que él aseguraba pero quizás poco costase cruzar la línea para alguien que tiende a quedarse lo que no es suyo. ¿Quién sabía si la vieja lo había pillado in fragganti?
Miró al huesudo. Se denominaba el "señor del mal" o algo así. Además... ¡con orgullo! ¿Es que los de la sala necesitaban un letrero grande que pusiera "criminal" con luces intermitentes de colores y coristas bailando alrededor para verlo?
El genio del mal... ¿cómo sabía tanto del ladrón y su hijo? en el mejor de los casos era un sucio espía.

Ralph juntó mucho más las cejas sobre su redonda nariz. Pocos quedaban fuera de su lista si aquello iba por democracia no tenía ni idea a quién otorgarle su voto. Casi de la única que se fiaba era de la tetera parlante, que no tenía manos ni nada. El robot pequeño no le inspiraba mayor confianza por internet se poblaba de seres mecánicos asesinos, desde Terminator a Matrix te aleccionaban con que ni siquiera podías fiarte de una cafetera automática.

Aún era pronto. Ni siquiera sabían si era un hecho aislado. No había porqué creer que eso iría a repetirse. Ojala él y la pequeña se hubieran quedados tumbados en el césped lejos de esa maldita torre.

Claro, que tampoco le gustaba la idea de que un asesino campara libre y pudiera degollarles en cualquier noche. Tenía una larga lista de sospechas que debían ser justificadas o refutadas para descartar gentío. Pero ¿cómo iba a hacer que le escuchasen sino no mostraba primero su inocencia?

-Yo...- Empezó a decir sin estar muy seguro de si escucharían o si su voz quedaría sepultada por aquella jauría. -Yo... ni sé magia, ni puedo (como ya os hice observar) usar una varita tan diminuta, ni tengo archienemigos mortales o "villanos de película" ni llevaba nada sospechoso encima. Me conformo con algo de tranquilidad, sino podemos volver al juego, como dijo mi compañera.-

-Por otro lado, si insistís en saber donde hemos estado hoy, pues basta con decir que no he hecho nada, poco más que tumbarnos en el césped (Como podrá atestiguar cualquiera que haya pasado por allí) y echar de menos mi montón de ladrillos.- Al recordarlo se le escapó un suspiro.

-Además... no podría haber pasado por la escalera, ni por la ventana sin causar destrozos a mi paso...- Dijo señalando por donde había entrado por si no era suficientemente obvio. -Así que... es imposible que hubiera estado antes en la escena del crimen. ¿No creen?-

-Luego... si bien supongamos, que es verdad que se confió la víctima por creer reconocer a su agresor... empezaría por preguntar a los metamorfos o aquellos que puedan cambiar de forma sea con magia u otra forma.-  Dijo sin poder evitar escrutar la reacción de Morfo. Tras luchar contra Skrulls y otras clases de usurpadores de identidad como los cylons si algo le hacía desconfiar y detestaba eran los metamorfos.

¿Me queréis echar a mi a la hoguera por solo ser el rey del mal? Tampoco tienes pruebas de que yo tenga la varita, ni que sepa usarla.  Zero empezó a olisquear a Nala. Zero, no inturbies a los desertores. Aquí hay un asesino, debemos atraparlo junto, sin culpar a nadie. Las sospechas hacen que nos separemos más. Debemos unir hilos. ¿Cómo empezamos?

-Creo Jack que hay más de un asesino. Sólo así se explicaría cómo han podido derrotar a una persona tan poderosa como el Hada Madrina. Y dado que no parece haberse defendido, tiene que ser un grupo que ella conociera. O sea, algunos de nosotros.

Y basándonos en la teoría de Nala, que no tienen dedos, somo muchos. Hay un largo trabajo para encontrarlos/s

Asiento a la negación de Nala:

-Es muy cierto que en nuestro reino no existen magos, y muchos menos nadie sabe usar varitas. Como dice Nala, si hubiera alguien con las tripas fuera podríais echarnos las culpas, sobre todo a ella que es cierto que son las leonas las que cazan. Pero no se podría negar que pueda haber alguien con manos para usar la varita compinchado con alguien que no tenga ni patas, como nuestro amigo Morfo, porque os repito, ¿por qué iba a haber solo un asesino? - miro a los presentes, cada vez más, en esta conversación.

¿Que no hay magos? Asintió Jack con un enorme grito... Tal que Zero se escondio bajo la falda de Alicia. Bueno, tal como magos no, pero si hechiceros... ¿o no recuerdas a Rafiki?, ¿Quien crees que hizo lo de la nube?, ¿El señor del tiempo?... Mira, dejad de exculparos a vosotros mismos e intentad, junto a nosotros quien hizo tal atrocidad. Si no, al menos a mi, me haceís pensar mal.

-Rafiki era un chamán, que no es lo mismo, y no usaba magia, se comunicaba con la naturaleza - digo - sin embargo, hace mucho que no sé de él. Repito que en nuestro reino de magia nada, nada de genios, brujas, hadas, esqueletos, bolsos que contienen de todo y pastillas mágicas...

Alguien parece quererse quitar las pulgas de encima, en este caso al muerto..... Dijo Jack con tonito

-No disjcutamos así, que es zpeor.

La calabera y el león parecían tener discrepancias. Siempre salía la tensión en momentos así. Pero de la tensión a las tripas podía haber un paso.

-Haya pazj.