Partida Rol por web

HLdCN: Los Mitos de Cthulhu

Prólogo: La fiesta de la que todos hablan

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22/03/2016, 11:24
Narrador

Era el 3 de Agosto de 1958. Las mareas de bonanza económica llevaban Waltz & Associted a explorar una cimas de auge monetario que ni en sus mejores épocas habrían podido imaginar, y el capitán de esta nave financiera, el holandés Karl Van Der Waltz, había decidio invertir parte de esta fortuna amasada por su pericia mercantil en los más necesitados. La Fundación Caritativa Van Der Waltz, una institución no lucrativa que proveería al estado francés de comedores sociales, becas de empleo industrial, hospitales en las zonas de mayor necesidad y otra gran diversidad de acertados remedios fiscales para paliar la pobreza en todas las formas posibles.

Así es, ni más ni menos que un magnate invirtiendo en el bienestar de desempleados, sintecho y demás componentes del estrato social más bajo de la sociedad francesa. La generosidad del empresario parecía no conocer límites, y para el deleite de muchos, tampoco parecía hacerlo su elegancia y dotes sociales, pues para celebrar esta nueva fundación se anunció una selecta fiesta en una propiedad rural de la familia.

Cható Noir, una antigua casa de ladrillo adosada a varias hectáreas de terreno agrestre en los límites de la provincia de Burdeos, fue la localización escogida por Van Der Waltz y su esposa. A diferencia del habitual gusto recargado y barroco de la mayoría de los franceses, el holandés demostraba una tendencia mucho más sobria, sin llegar al estoicismo, pero de lineas mucho menos recargadas.

En los jardines de esta mansión se habían dispuesto mesas y carpas con pastas, te, cafés y pasteles, así como otra suerte de aperitivos y refrigerios para mantener ocupado y satisfecho el paladar de la gente, como un anuncio de ejemplo de lo que la Fundación tenía intención de hacer.

La prensa estaba desbocada, queriendo meter sus narices en el evento. Van Der Waltz no pareció molestarse por ello y los dejó entrar también: el hombre no temía al ojo público, pues nada tenía que ocultar. La cobertura mediática seguramente beneficiaría a sus acciones incluso. Bien jugado Van Der Waltz.

Junto a la prensa, la alta alcurnia se paseaba por el lugar como si de dioses misericordiosos se tratasen: miradnos, mirad como damos fraacciones insignificantes del dinero que nos sobra para los pobres desgraciados que duermen al raso. ¿Cuán extensa es nuestra gracia y benevolencia? No debe de tener par en este mundo. Estaban en su salsa, dándose a ver por su dinero y quedando como benefactores por el mismo, en vez de la usual imagen de snobs que transmitían.

También estaba presente el estrato complementario. Los desamparados, aquellos que no tenían que llevarse a la boca hasta que Van Der Waltz decidió poner pan en su plato. Y técnicamente, el plato, la mesa y la habitación entera para ser precisos. Había quien los veía como parásitos sociales con la suficiente suerte como para vivir del dinero de otros, para otros eran pobres diablos rescatados de su miseria por un alma caritativa. Como o qué fueran no importaba realmente, pero el hecho era que aquel día disfrutaban de lujos con los que solo podían haber soñado de no ser por el ricachón holandés.

Y entre estos dos anteriores se encontraba la gente corriente. Personas de un estrato social medio, acomodado pero sin lujos, que por su amistad con la familia o su relevancia social habían sido invitados a la celebración también. Ah, que situación tan exquisita, que bien visten algunos, que alegres parecen otros, cuanta distinción, pompa, excelencia... Esta fiesta era sin duda el lugar en el que estar.

Y entre todos los asistentes destacaban dos figuras, resplandecientes, la creme de la creme, la guinda del pastel.

          

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22/03/2016, 14:38
Karl Van Der Waltz

El magnate vestía con una sobriedad impropia de la alta casta francesa, como si el lujo para él significase "puedo llevar las ropas que guste, pero estas y no otras son las que he elegido pues este es mi gusto y a nadie tengo que rendir cuentas". Aunque no sonreía con profusión y era un hombre serio, su rostro mantenía un deje constante de amabilidad y simpatía, que si bien no era el culmen del jolgorio, hacía fácil acercarse a él e intercambiar unas palabras sin sentir la presión que suele ejercer un hombre con suficiente dinero para comprar una porción del país.

Karl Van Der Waltz paseaba con su mujer Irina del brazo aquel 3 de Agosto de 1958 por el jardín de su propiedad, caminando entre los distintos grupos  que se iban formando, saludando y agradeciendo la presencia de los asistentes, aunque para ser honestos, era su mujer la que llevaba la voz cantante en la procesión. Él símplemente se dejaba llevar por el antojo de su mujer, aparentemente satisfecho con el devenir de los acontecimientos.

Su charla era liviana y tranquila, y parecía saber qué decir siempre a todo el mundo, independientemente de su status social. El hombre era un letrado, conociendo con soltura el francés, flamenco, inglés, español y quién sabe qué más idiomas, por lo que nadie quedaba excluído de sus pláticas si no lo deseaba así.

Sin duda alguna, un hombre sobresaliente y una presencia que lejos de acaparar la atención e importancia del evento parecía engrandecerlo llevandolo a los asistentes de manera personal e individual.

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22/03/2016, 14:57
Irina Livnova

Hermosa. Exhuberante, hipnotizante. Un completo hechizo para los sentidos, todo lo que su marido tenía de aparentemente simple y sobrio lo tenía Irina Livnova de espectacular y excepcional, formando con el holandés una pareja de fuerte contraste pero gran armonía.

La mujer casi que arrastraba a su esposo de lugar en lugar, de grupo en grupo, saaludando siempre la primera con una gran y vivaraz sonrisa a todos los presentes. Parecía conocer a prácticamente todos los invitados como si ella mismaa hubiera redactado las invitaciones, pero lo cierto es que en los altos círculos en los que se movía se la conocía por tener una memoria excepcional y un don de gentes nato.

Además la mujer era conocida también porsu afición a la pintura. ALgunos críticos habían descrito su arte como "una deliciosa amalgama del este europeo con las tendencias más modernas provenientes del continente americano". Sin duda parecía saber lo que se hacía, y los que habían tenido la suerte de ver sus cuadros podían afirmar que las lenguas no exageraban acerca de su talento.

En cierto momento de la tarde la mujer, dándo unos suaves golpecitos con una cuchara a una copa mientras se alzaba de pie en una silla, reclamó la atención de los asistentes para anunciarles con su voz cristalina de adorable acento ruso:

- Amigos, amigas, queridos invitados y asistentes. Mi marido querría dedicarles unas palabras.

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22/03/2016, 16:15
Karl Van Der Waltz

- Gracias querida - dijo el hombre mientras le tendía la mano para ayudarla a bajar de la silla con cuidado. Él se abstuvo de subir a la misma, pues no era un hombre de extravagancias, pero allí de pie sobre la pequeña loma del jardín todos podían verle y oírle con facilidad.

- Como ya ha señalado mi hermosa esposa, lo que voy a decirles ahora se resume en un agradecimiento. Un agradecimiento por acudir a este ágape que les ofrezco, pero también un agradecimiento por permitirme hacer realidad uno de los proyectos que de corazón deseaba realizar desde el primer momento que empecé a dirigir esta compañía hace ya muchos años. La Fundación Van Der Waltz es uno de mis sueños más importantes, pues es para mi de una colosal importancia tener la oportunidad de ayudar a quienes de verdad lo necesitan. Yo he sido afortunado en mi vida y nunca me ha faltado nada, pero soy perfectamente consciente de que son muchos, demasiados, los que no pueden decir lo mismo. Es por eso que siento que debo pagar al mundo y al destino todo aquello que me ha dado desde mis inicios para tratar de hacer de este mundo un lugar donde más personas puedan desarrollar sus sueños de la misma manera que he podido yo. - El hombre alzó su copa solemnemente para terminar su breve discurso. - Por un futuro más justo y homogéneo donde a nadie le falte lo necesario para perseguir sus metas.

Y chocando con suavidad su copa con su esposa, que sonreía emocionada de oreja a oreja, el hombre la bebió de un trago mientras el público aplaudía.

- Ahora por favor, no dejen que les distraiga más y contiuen disfrutando del evento.

Y la gente retornó a su cacareo de fondo, comentando en grupos la gracia y elegancia del magnate y la belleza y talento de su esposa.

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24/03/2016, 14:41
Kathe Winmarkt

 Kathe alzó su copa como todos, pero la apuró rápido. En cuanto hubo acabado sacó su bloc de notas y se encaminó hacia el millonario. Pero no era la única. Media docena más de personas por lo menos acudían en la misma dirección.

 A la mierda la exclusiva...

Señor Van Der Waltz ... ¡señor Van Der Waltz!! intentaba atraer su atención como fuera: agitando el bolígrafo,o el bloc...

 Boston Tribune, señor Van Der Waltz.... ¿me concede una entrevista?

Notas de juego

asi, ¿posteamos directamente?

 ¿y cuando sabremos si somos lobos o carneros?

MasterEdit: El domingo por la noche se repartirán los roles si estamos todos listos y se os darán las escenas privadas si os corresponden. Hasta entonces sois todos personas normales. No os preocupéis, el cambio será interpretado on-rol, no es algo que ocurra "por que sí".

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24/03/2016, 14:49
Karl Van Der Waltz

El adinerado holandés parecía acostumbrado a tener a muchas personas a su alrededor disputándose su atención, y con una sonrisa amable y palabras bien escogidas los aplacaba y organizaba con delicadeza.

- Sí... no, muchas gracias a usted.... Claro, puede tomar las fotografías que desee... ¿El interior de la casa? Creo que mi esposa quería enseñarlo ella misma algo más tarde... 

Cuando la periodista Kathe Winmark se acercó solicitando por una entrevista el hombre asintió con cortesía.

- Por supuesto señorita Winmarkt, siempre es un placer. Usted dirá... Si nos disculpan, estaré de nuevo con ustedes en cuanto concluya el reportaje para el Tribune. Estoy seguro de que mi querida esposa sabrá satisfacer su curiosidad hasta entonces. Gracias querida. - Y dando un beso en la mejilla a su mujer, el holandés se apartó un poco para que KAthe pudiera hablar con él.

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24/03/2016, 14:56
Madeleine Bayle

Madeleine estaba ilusionada. Sabía que si esta fiesta se hubiese realizado hace una década ella también habría asistido, pero como necesitada. Aunque había sufrido mucho era una mujer alegre y extrovertida. Había acudido a la fiesta con el objetivo de donar sus ahorros al proyecto. Algunos de los desamparados que allí estaban viviendo un sueño habían sido amigos de la infancia de ella, bien fueran del orfanato, o personas sin techo que había conocido en las calles. Fue saludando a todos y cada uno de ellos. Entre aquellos conocidos estaba Iker Zubiri, con quien se había llevado muy bien tiempo atrás:

- ¿¡Iker!? No puede ser. ¡Cuánto tiempo! - Madeleine también era muy expresiva y enfatizante. Hizo aspavientos con los brazos y le dio un fuerte abrazo.- Me alegro tanto de verte. La verdad es que hacía tiempo que no venía por París ¿Qué tal todo por aquí?

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24/03/2016, 15:09
Diana Maier

Diana escucho atentamente el brindis del señor Van Der Waltz sonriente mientras tomaba y alzaba la copa como todos los presentes, aunque le dio por observar los alrededores, había mucha cantidad de gente, todas de distinto tipo y lugar.

- "Guau, esto promete." - Pensó Diana mientras recorría el lugar la mirada y tras finalizar el brindis tomo un sorbo de la copa dejándola en la mesa. Cogió su cámara rudimentaria de la época con ambas manos mientras se dirigía a algunos invitados pidiendo que posaran para el periódico, ya que seria una exclusiva y sus fotos se iban a publicar, no todas, pero si alguna.

Tras tomar algunas fotos alzo la mirada en busca de alguien en concreto Miss Livnova y allí la encontró a un lado del gran jardín rodeada de gente saludándola, que belleza, que porte, Diana sintió cierta envidia pero no podía evitarlo, era una mujer muy hermosa. Se acercó como pudo entre la marabunda de gente y con un suave carraspeo comenzó hablar dirigiéndose a la señorita Livnova y a quienes pudiesen rodearla.

- Disculpe, ¿Miss Livnova? - Hizo una pausa mientras ella se daba la vuelta para mirar a Diana. - Salut, soy Diana Maier, fotógrafa del periódico "Le petit jornual", ¿le importaría que le sacara unas fotos con sus invitados? - Sonrió con cierta cortesía a Irina ya que no quería importunarla. 

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24/03/2016, 15:52
Iker Zubiri

 Iker continuó comiendo incluso durante el discurso cuando podía evitar las miradas directas llenaba sus bolsillos de todo aquello que pudiera. Cuando de repente una voz familiar le llamó

-¿Madeleine? No es posible llevaba sin verte desde el 49, claro que no me habías visto estuve en Indochina con la Legión Extranjera, allí es donde se me perdió el ojo-sonrió señalando a su ojo izquierdo-.

- Vaya parece que la niñita se nos ha hecho una mujer-cuando se abrazaron percibió su aroma a perfume- y que mujer por favor estás preciosa. ¿Qué es de tu vida, veo que ahora no vienes por la comida?

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24/03/2016, 16:11
Camille Rossi
  • Asegurarse de que siempre hay al menos 10 copas de cada vino listas para los invitados.
  • Cuando la mesa esté vacía, dar una vuelta con una bandeja de grupo en grupo.
  • No permitir que nadie de su zona tenga la copa vacía. 
     

Camille encontró extraño el interés en que todo el mundo tuviese su copa siempre llena - Estoy seguro de que alguien se pasará de la raya a este ritmo - pero era nuevo y no tenía ningún interés en contradecir al jefe de sala - Esas son sus reglas y yo jugaré acorde a ellas.

Jóvenes, profesionales, gente con ropas ostentosas, bastantes periodistas, muchos pretendiendo parecer lo que no son...  Pasaba revista a la sala discretamente, parapetado por la mesa de las bebidas, mientras una chiquilla jugando a adulta elegía si quería un Pinot Noir o un demi-sec burbujeante. 
- ¿Le puedo ayudar señorita? El rosado es muy suave, se lo recomiendo. 

Va a ser divertido - pensaba - Espero estar a la altura. 

En el mismo instante en el que la mesa se quedó vacía, Camille rellenó las copas limpias, tomó 9 y las puso en la bandeja. Sacudió ligeramente su cadera hacia la derecha como si fuera a empezar a bailar y, con la espalda tan recta como un tablón, se aproximó lentamente al primer grupo donde una muchacha rubia de unos veinte años saludaba alegremente a un caballero con un parche en el ojo. 

 

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24/03/2016, 16:11
Demetria Antoinette Laforêt

Escuchó el discurso de Van der Waltz con atención, alzó la copa y de un rápido sorbo se bebió su contenido. Echó un vistazo a su alrededor.

"No sé en qué momento Karl ha pensado que esto era una buena idea. Esto está lleno de gente mugrienta"

Un escalofrío recorrió su espalda.

Miró a Karl, que pronto se vió rodeado de periodistas y curiosos luchando por atraer su atención.

"Ya hablaremos luego"

Buscó a algún camarero que pudiera rellenarle la copa, pues no soportaba la idea de tenerla vacía. Encontró uno que se paseaba con una botella de champagne y llamó su atención agitando sutilmente el brazo.

-Bonjour- le saludó cortésmente mientras él prodecía a llenar la copa -¿Qué se siente al tener que servir a mendigos cosas que ni en sus mejores sueños probarían?- lo miró a los ojos, con superioridad.

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24/03/2016, 16:15
Camille Rossi

-Bonjour madamme - contestó Camille a la dama que 'amablemente' llamó su atención. Antes de que la mujer le pidiese nada, comprobó que estaba bebiendo un semiseco que habían descorchado horas antes de que los invitados llegasen a la sala y procedió a rellenarle la copa - Beben cualquier cosa - pensó - el carbónico de estas botellas hace tiempo que está entre las lámparas de la sala...

 -¿Qué se siente al tener que servir a mendigos cosas que ni en sus mejores sueños probarían?

No torció el gesto pero no pudo evitar sus cejas se arqueasen ante la pregunta de la invitada. 

- Discúlpeme madamme, pero entre mis encomiendas no se encuentra el expresar mis sentimientos. Permítame sin embargo extralimitarme aplaudiendo su buen gusto por el vino. El que ha elegido está entre los mejores que hemos descorchado hasta el momento. 

 

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24/03/2016, 17:19
Iker Zubiri

Estaba más que acostumbrado al desprecio, al oír los comentarios de la mujer dibujo una sonrisa. Y por personas como esta yo luché en La Résistance-pensó.

-¡Por fin! Algo para beber- dijo en voz alta mientras se dirigió hacia el camarero Perdona,¿tenéis algún vino español? Los vinos franceses son demasiado suaves para mi gusto. -dijo esto mirando a los ojos de la mujer y sonriendo.

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24/03/2016, 18:18
Kathe Winmarkt

 De pronto se vió junto al gran hombre. Y no veia a su fotógrafo por ninguna parte. Maldito holgazán. Tendría que apañarse sóla. Piensa, piensa... ¿qué? ¿quien? ¿cuando? ¿dónde? esa era la idea, ¿no?

 Gracias, señor Van Der Waltz, ¿como definiría la fundación? ¿cuales són sus objetivos?

 Escuchó la respuesta con atención y garabateo sus notas en el cuaderno.

 Ahá, ¿y la va a dirigir usted en persona o delegará en un consejo de administración? ¿Su esposa, quizá?

 Nuevamente tomó notas mientras pensaba rápidamente en su siguiente pregunta.

 ¿Por qué ahora? ¿Que pretende conseguir? ¿Es un buen momento para "invertir" en caridad?

 Mientras escuchaba la respuesta, tomó una copa de las que Camille servía y dió un trago que pretendía ser corto pero no resultó así. Tosió y comenzó a apuntar de nuevo, sosteniendo la copa entre los dedos como podía.

 ¿A dónde deben dirigirse los necesitados para obtener la ayuda prometida? Me imagino que no siempre servirá canapés a los pobres en su jardín, ¿no?

 Al acabar la pequeña entrevista, agradeció al millonario su atención y le pidió a una fotografa cercana, una tal Diana, que les hiciese una fotografía con su própia cámara. A cambio, le ofrecería diez dólares. Era una pequeña fortuna por sólo disparar una foto, pero estaba desesperada. Dándo un apretón de manos a Van Der Waltz, posó sonriente para ella.

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24/03/2016, 18:34
Irina Livnova

La esposa rusa parecía manejarse como pez en el agua en el evento, era todo sonrisas y comentarios agudos y certeros que levantaban carcajadas y aplausos en los distintos grupos por los que pasaba.

Cuando Diana Maier llamó su atención para unas fotos la mujer asintió encantada.

- ¡Por supuesto querida! ¡Es un placer posar para mis amigos del petit! ¿Así está bien? - preguntó la mujer con un posado que años más tarde se compararía en belleza y clase a los de Marilyn Monroe. Tras las fotos la mujer volvió a sonreirle a la chica.

- Y parece que reclaman sus servicios incluso señorita, ¿no es un día maravilloso? Venga conmigo más tarde cuando haga el tour por la casa, ¿de acuerdo? Seguro que puede conseguir algunas fotos preciosas. - Y con una amable toque delicado en su hombro, Irina Livnova volvió a zambullirse en la marea social de invitados a la fiesta.

Mientras tanto Karl Van Der Waltz respondía con tranquilidad y amabilidad a las preguntas de la reportera, y posaba momentos después junto a ella para la fotografía con cara de tranquila beatidad.

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24/03/2016, 19:01
Leonor Giovannoni

Desde donde se había ubicado, Leonor apenas había podido oír el breve discurso del anfitrión. Había conocido al matrimonio en uno de sus conciertos en Roma, dos años atrás, y había sido invitada por ambos a este evento. Mas adelante ejecutaría las piezas que ellos mismos habían seleccionado, pero no de momento.

Paseó por los jardines, mas cerca de los árboles que del tumulto de gente que se había formado. Le pareció apropiado beber algo mientras esperaba su momento y caminó hacia una de las mesas con menos gente. Un hombre con un parche en el ojo hablaba alegremente con una mujer mientras que el mozo servía la copa de otra mujer, pero al acercarse notó que el ambiente era mas tenso de lo que parecía.

-Sería tan amable de servirme una copa de vino? Aprecio su recomendación, elija por mí el que le parezca mas apropiado - le dijo al camarero como si de un juego se tratase. Volteó su mirada hacia el hombre con el parche - Juzgar a los vinos solo por su origen es como juzgar a la música solo por el compositor, va a disfrutar mucho mas si se deja llevar por la experiencia que la vida le presenta, tal vez descubra nuevos gustos que ni sabe que tiene. Le recomiendo que se sirva lo mismo que yo y veamos que sucede. Ustedes, no gustan de acompañarnos?- dijo por último a las dos damas que estaban al lado.

 

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24/03/2016, 19:14
Iker Zubiri

-La experiencia que la vida me presenta, dulce juventud-su tono de voz era tremendamente paternalista- la experiencia es distinta para cada uno de nosotros. Respecto al vino es más por sentimiento que por gusto después de todo señorita nací en España. Al decir esta última palabra su voz tembló recordando como abandono su hogar.

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24/03/2016, 20:28
Madeleine Bayle

Madeleine se acercó con Iker a junto el camarero. El comentario de Demetria la irritó muchísimo, tanto que en el momento las palabras se le atragantaron en la garganta, aunque sonrió con el comentario de su amigo. Respondiéndole a la pregunta que antes había quedado en el aire le dijo:

- La verdad es que sigo siendo la misma niña que era antes. Aventurera y siempre con ganas de encontrar nuevas experiencias. Estuve estudiando historia y arqueología y he estado varias veces en América.- acabó la copa que sostenía en la mano de un sorbo, y la posó en la bandeja del camarero.- Hice un par de hallazgos, pero ninguno me dio mucho dinero, y he venido a aportar ese dinero a la iniciativa del señor Van Der Waltz.- En ese momento Leonor Giovannoni le ofreció acompañarlos. Conocía a aquella mujer, había tenido el placer de estar en un concierto suyo una vez que estuvo en Italia, trabajando en una ciudad antigua situada en un barranco de la Toscana.- Aceptaré encantada tomar una copa con usted. Es un placer conocerla señorita Giovannoni, su música es excelente.- dijo con una amplia sonrisa mientras cogía una copa del vino que ella había sugerido. Miró para el camarero.- ¿No se le permite al caballero tomarse una copa con nosotros?

 

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24/03/2016, 20:45
Carmen Justo

Sin alejarme nunca demasiado de la señora de la casa, paseaba y daba vueltas mirando que todo estuviera en orden, recogiendo abrigos y prendas que la gente dejaba de necesitar debido al calor que proporciona la ingesta de alcohol, recibiendo a los invitados en la puerta del jardín, o cualquier otra cosa que se requiriera de mí.

Al llevar ocho años en Francia, hablaba bastante bien el idioma, y al haber servido a la familia Van Der Waltz durante los últimos cinco, me desenvolvía bien con ellos, con sus invitados, a los cuales algunos ya conocía, y con sus fiestas, sabiendo lo que querían y cómo lo querían en cada momento.

Por norma general, no era cotilla, no ponía la oreja donde no debía, y nada me distraía de mi trabajo. Sin embargo en aquella fiesta, al pasar por al lado de una pareja que parecían viejos amigos y charlaban con ánimo, capto las palabras "vino español", y sin poder evitarlo, tengo que parar un momento, girarme, e interrumpir.

- Disculpe, caballero. - Le hablo en francés. - Perdone mi intromisión. ¿Pregunta usted por vino español? Si no es indiscreción preguntar, ¿es usted de aquella tierra?

Aunque eran muchos los españoles residentes en territorio francés y no era extraño encontrarse con alguno, sobre todo en el mercado, donde fácilmente encontraba a otros integrantes del servicio doméstico de otras casas, siempre me emocionaba saber de alguno. Sobre todo, por si llevaba poco tiempo en Francia, y podía contarme algo sobre la situación allí.

Notas de juego

Por si no queda claro, le pregunto a Iker.

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24/03/2016, 20:53
Bixente de Vergaresse y Lizárazu

Desde una esquina del jardín Bixente escuchó el discurso del adinerado anfitrión con atención y gesto serio, pero sin dejarse llevar a engaño, sabedor de que toda aquella riqueza y fastuosidad provenía del trabajo del proletariado y de un sistema económico cada vez más desigual. 

 

Cuando el diligente camarero le ofreció una bebida, Bixente la declinó con un gesto amable. No había nada que celebrar y no pensaba brindar por una mentira. 

 

Las clases trabajadoras pagaban un alto porcentaje de impuestos con el sudor de su frente, solamente por ejercer su derecho al trabajo, mientras que los ricos magnates y terratenientes llamaban a esos impuestos caridad y obras sociales, que no eran más que una pequeñísima parte de lo que se embolsaban. Una parte muchísimo más pequeña en proporción de lo que pagaban las clases obreras.

 

A los ricos como el señor y la señora Van der Waltz les importaba mucho la opinión pública y quedar bien ante la sociedad, presentándose como generosos benefactores, cuando en la mayoría de los casos obtenían grandes desgrabaciones por sus supuestas obras de caridad. 

 

Bixente se santiguó dando inicio a su labor, dando un paso al frente y mezclándose entre los invitados. Él no había elegido ese sistema injusto, e incluso luchaba cada día por cambiar las cosas, pero estaba obligado a luchar con lo que había. De nada servía lamentarse y había que cambiar las cosas desde dentro. Armado de valor observaba a los invitados tratando de hallar alguna oportunidad de recaudar fondos para la causa.