Partida Rol por web

Después de que todos los afortunados ganadores del billete dorado se presentasen y lo entregasen para poder entrar en la fábrica, el señor Womkat se los llevó a todos a firmar un contrato de excensión de responsabilidad... ¡escrito en la misma pared! ¡Bueno, a todos no, porque el que se quedó ahi fuera hablando con la prensa incluso cuando se cerraban las puertas... pues ahí se quedó!

El texto era tan largo y tan largo que la letra se iba haciendo cada vez más pequeña, hasta ser prácticamente ilegible. Discutieran lo que discutieran, el señor Womkat se mantuvo firme: todo aquel que quisiera entrar, hubiera ganado billete dorado o no, habría de firmar la excención de responsabilidad que exoneraba a la Fábrica de Kyandi Poppu de cualquier responsabilidad para con accidentes, daños y perjuicios. En realidad, documentos como este lo consiente el internauta medio prácticamente casi todos los días. Sí, esos términos y condiciones del servicio que aceptas sin leerte en ese juego de aquí, ese programa de allá, ese electrodoméstico de acuyá...

No fue hasta que, por fin, firmaran todos los presentes (y si no sabían escribir lo hicieran con su huella dactilar), que el señor Willy Womkat no reanudó (o más bien comenzó) la visita de la fábrica. Tras unos pasillos laberínticos, se detuvo frente a dos grandes puertas y emocionado, antes de abrirlas dijo...

"Ojalá el gran Kyandi Poppu estuviera presente para ver vuestras reacciones... hemos estado trabajando en esto por diecisiete años y medio. Vosotros seréis los primeros en verlo." su voz casi temblaba de la emoción. "¡Un mundo completa y enteramente hecho de dulces!"

"Aguantad la respiración. Contad hasta tres, y pedid un deseo..."

Tras abrir las puertas, lo que parecía una exageración pronto demostró ser realidad. Un río entero de chocolate, setas de crema y pastel, bastones de caramelo por doquier, ositos de gominola creciendo como frutos de los árboles, chicles,  caramelitos blandos mascables y otros algo más duros para chupar, chocolates de distintos tipos y sabores... ¡incluso un río hecho de chocolate!

"Vengan conmigo... y estarán... en un mundo de imaginación pura..." comenzó a cantar. Ah, sí, las canciones, era una de las primeras cosas de las que advertía el contrato. A algunos les gustarían, otros las aborrecerían, pero todos deberían escucharlas en silencio hasta el final. La música, decía el señor Womkat, al igual que el gusto y el tacto, es una de las sensaciones con mayor fuerza emocional que existe. 

"Echad un vistazo..." con un rápido movimiento de bastón bloqueó el paso a a los niños que quisieran saltarse la cinemática y comenzar a comer inmediatamente. No, no, habría que tragarsela antes de tragar dulces. Hasta que no les diera permiso, no podrían saborear otra cosa que su canción. "Y veréis... vuestros sueños más imaginados... ¿hm?" miró rápidamente a cada uno, parecía estar refiriéndose a todos, tanto a los niños más inocentes como a los quizá no tan niños ni tan inocentes. Si esta Fábrica maravillosa de Kyandi Poppu era capaz de crear un mundo de golosinas... ¿qué otras cosas podría lograr?

Empezó a bajar las escaleras casi como si estuviera bailando: dos pasitos adelante y uno atrás: dos escalones abajo, un pie de vuelta al escalón sin bajarlo, y otra vez igual. Encabezaba la comitiva con el bastón en alto, dispuesto a frenar a los niños que se adelantaran demasiado, como ocurriría más de una vez. "Comenzar... con voltear..." dio una vuelta de trescientos sesenta grados deteniéndolos y mirándolos a todos. "...la manera en que veis la realidad..."

"Lo que veais... desafiará..." dio unos pasos adelante pero tuvo que golpear con el bastón la barandilla al oir de fondo cómo algunos críos casi pasaban a las manos, dándoles una buena advertencia. "...la razón."  Y ahora de vuelta a bajar escaleras, pero con otro 'paso de baile'. Uno y dos adelante, un intento de un tercero y un saltito atrás. Tres escalones bajados rápidamente, otro saltito atrás, y vigilar a los niños de nuevo para que no se le adelantaran. Cuatro abajo esta vez, y un saltito atrás más. Luego caminó hacia adelante agachándose cada vez más, hasta volverse a levantar enérgicamente y volver a bloquear el camino con el bastón. "Si queréis crear... el paraíso..." levantó un brazo para señalar todo alrededor. "...Mirad alrededor, prevedlo."

"Cualquier cosa que queráis hacer, hacedla..." le puso una mano en el pelo a Jin, acariciándole el pelo azul. "¿Queréis volar, cambiar el mundo?" y entonces le arrancó una púa a JinSonic, que le permitiría correr tan rápido como él  un pelo del cabello a Jin, que puso en su mano e hizo volar soplándolo. "¡No es tan difícil!" Y al son de la música, levantando una pierna y después otra, comenzó a bajar el último tramo de escaleras. Dio una nueva vuelta en 360 grados y... ¡con una reverencia les dio permiso al fin para explorar, comer y probarlo todo!

Él se iría paseando, quizá cantando algún verso más, quizá golpeando con el bastón los árboles para hacer caer sus frutos, quizá enseñándole algún niño que eso de ahí se podía comer y eso de ahí no...

Usagi se encogió de hombros, al ver que ninguno había acertado en su apuesta.

-Pues parece que no hubo suerte señorita Emily, supongo que ya haremos otra apuesta en otra ocasión.

Luego acaricio la cabeza a la pequeña

-Bueno, tu has ganado una moneda, has apostado por la chica adecuada.

Dijo riendo.

-Bueno, pues va siendo la hora de entrar.

Comento mientras se dirigía a las puertas.

No se molesto en especial en leer los términos y condiciones de aquel contrato, al fin y al cabo, si no los aceptaba no podía participar, así que apostaría todo por aquella oportunidad, aunque pudiera acabar mal por aquella apuesta, era un todo o nada al fin y al cabo.

Cuando comenzó a ver todo aquel dulce, los ojos le hicieron chiribitas, que no chirivías, eso hubiera sido raro.

Todo aquel mundo de chocolate y dulces variados, Usagi era una señorita, pero seguía siendo una niña, y además, como aficionada a la magia, aquello no era mas que otra expresión de ella, con lo que disfrutaba cada segundo alli, mas por la vista que por el gusto, aunque a nadie le amarga un dulce ¿no?

-Es todo maravilloso señor Womkat, es aun mas mágico de lo que imaginé.

 Aunque fue ligeramente desconcertante aquello de firmar una pared, un acto un poco desconocido para mi persona ... conozco de aquellas en donde dejan mensajes... pero no viene al caso ... , no iba a mentir que la seguidilla de eventos posteriores fue de lo mas fantástico de ver, e impulsada por mi curiosidad no pude evitar seguir con interés las explicaciones que nos iba entregando el señor Womkat

     S-solo por curiosidad Sr.Wombat ¿ q-que tanto c-cuesta limpiar todo esto ? - comentaba mientras le daba una segunda mirada a todo - c-con jardines de interior, distintas, corrientes de liquidos, las frisas de distintas temperatura para mantener los dulces en el optimo y sin llegar a entrar a la parte mas industrial.... el solo hacerle u-un poco de mantenimiento a cada zona d-debe de tomar todo el dia... ¿c-cierto ? - para intentar mantener una sonrisa un tanto inquieta ... si me dicen que el ganador lo tiene que hacer solo, s-si que me planteo muy fuerte esto de ganar la herencia....

Era el trabajo conjunto de toda una vida y por ello el señor Womkat parecía un tanto melancólico, como cuando dejas volar a tu gusano de seda tras una vida juntos (al menos en la escala del gusano). Se sentó sobre una roca a beber el néctar de na flor comestible mientras seguía cantando ya más bien para sí mismo. Por ello, cuando algunos niños se le acercaron para preguntar sobre el trabajo de diecisiete años y medio, sonrió con orgullo y contestó todo lo contestable.

"Me alegro de que te guste, Usagi Shiroi." le agradeció con sinceridad. "Aparte de ofreceros un paraíso de color y sabor, lo que intentamos el gran Kyandi Poppu y yo es deciros, de corazó, una frase que sin duda habréis oído mucho pero nunca ha sido más real: si os esforzáis y nunca os rendís, vuestros sueños pueden acabar haciéndose realidad, por muy locos que sean."

"¡Excelente pregunta, Dory! Muy bien pensado. Sí, no se trata solo de una habitación llena de dulces porque se derritirían y echarían a perder pronto. Gran parte del motivo por el que tardamos casi dos décadas en lograrlo fue encontrar la fórmula estabilizante y conservante correcta, una que naturalmente no fuera tóxica ni en grandes ni pequeñas dosis. Aún así, el mantenimiento es costoso, pero no más de lo que cuesta mantener un parque de atracciones. Tenemos personal altamente cualificado y dedicado, los Oompa Loompas, que de hecho viven en la fábrica diligentemente, ya los conoceréis más adelante. En cuanto a los números exactos de todas las cuentas... podrás saberlos una vez heredes la fábrica, pero, al menos por el momento, te bastará con saber que afortunadamente no son números rojos." le guiñó un ojo con complicidad.

¡Hey! - gritó Jin cuando el Goomba le arrancó un pelo, haciendo que el resto de su cabello se erizara mucho. Resopló para mantener la calma y su pelo volvió a la normalidad. Se cruzó de brazos y miró con mala cara a aquél loco excéntrico que estaba por regalar su fábrica. - ¡Eso no mola tío! - acompañó su frase con un gesto con el dedo.

Miró ahora a los demás. - Os recomiendo a todos no hacer lo mismo que este hombre. Mi pelo puede ponerse muy duro y os lo podéis clavar en los dedos, como si de una astilla se tratara. - miró entonces en concreto a cierta persona y guiñó un ojo. - Puestos a tocarle la cabeza a alguien, podéis probar a ver si sacáis más monedas.

Luego empezaron a hablar de limpieza, personal, cuentas... Algo que se le hizo bastante pesado a Jinso, por lo que desconectó casi inmediatamente del hilo de aquella conversación.

jou, fallamos. Mire a mi nueva amiga con miedo de que pudiera haberse enfadado conmigo por hacerla fallar. Agache la cabeza cuando note unas palmaditas.

-Bueno, tu has ganado una moneda, has apostado por la chica adecuada.

Sonreí de inmediato.

¿No estás enfadada entonces? ¿Aún puedo quedarmela? 

Cuando vi que ella avanzaba, avance con ella también, al menos había hecho una amiga. 

La fábrica era realmente impresionante y eso que acabamos de llegar, era super bonita y llena de colores bonitos.

¡Ualaaaaa! ¡Qué chulo todo esto! ¡Es genial! ¿Podremos probar algo? Mire todo alrededor mientras la boca se me hacía agua.

La respuesta de Cerise la dejó tan descolocada, que la burlona sonrisa de Yasuko se transformó en un gesto de pánico mientras por dentro procesaba lo que acababa de ocurrir.

-¿¿Qué? ¿De verdad? Hostia joder-- Es que---no terminaba de expresarse bien, así que intentó ir al grano como pudo.-Que yo también lo soy. Que coincidencia.

Si tan solo Yasuko se hubiera leído el ticket dorado antes de venir.... Pero es que al que le gustaba leer era a Akio, como se vio en la manera en la que Yasuko pasó olímpicamente de leer el muro de reglas antes de firmarlo. Ya podría estar permitiendo vender su alma para varias eternidades, que nunca se enteraría (si es que no la había vendido ya por error).

Pero de vuelta con Cerise, a la niña no parecía haberle importado mucho el comentario, sino que de hecho se había puesto a hablar como si nada sobre sus planes de ser policía, con una ilusión que aunque Yasuko no compartía, de repente le sabía mal no apoyar. Algo parecía haber cambiado en ella, quizás porque de repente pensaba que estaba con la otra única huérfana del lugar, y simio no se mete con simio.

-Ah, si quieres ser ese tipo de policía entonces guay, esos están bien.-asintió despreocupada, como si siempre hubiera apoyado a los polis y su intento de meterse con la niña nunca hubiera pasado.-Soy Yasuko Tone, por cierto, y tengo diecisiete años. ¿Tú?

Se acercó a Yasuko Tone.

¿He oído que tienes dieciocho años? Mmmmmmmm

¡Osea, que ya puedes votar y conseguirme drogas y alcohol de forma legal! Estupendo, creo que nos llevaremos bien.

Yasuko se giró hacía aquel extraño monstruo peluche semi-desnudo que por alguna razón se pensaba que era más mayor de lo que acababa de decir, y sin inmutarse ante su propuesta, dijo:

-Claro, ¿tienes dinero?

Yuna acompañó a la comitiva dentro del edificio, siguiendo de cerca al único adulto que había (no al del bigote falso), e intentó no perderlo de vista durante todo el trayecto. Durante el mismo, dedicó su más cálida sonrisa a cada infante que intentó interactuar con ella, pero en ningún momento habló o hizo ademán de continuar la interacción. 

El señor Womkat, el único adulto, aunque se comportase a veces como un niño alocado, les condujo hasta la firma de un papel que estaba en la pared. Era el primer impreso que firmaba en una superficie de este tipo. Esperó paciente hasta que le llegó su turno, leyó el documento con presteza y lo firmó seguidamente con un ápice de incertidumbre. 

A continuación alzó la vista y siguió al señor Womkat y al grupo de niños hasta una puerta enorme, que cuando se abrió, la fascinó por completo. Un paisaje inmenso y magnificente, repleto de dulces, chocolates y chucherías eclipsaron su mirada, y eso que ni siquiera le gustaban. Se quedó varios segundo observándolo "Este será mi reino" pensó mientras no podía apartar la mirada de esa increíble estampa.

El esplendor de dicho paisaje hizo que se perdiera la “increíble” actuación, de danza y canto, del señor Womkat. El estrafalario anfitrión les ofreció explorar la estancia a gusto personal. Yuna se sentó en una enorme roca de chocolate, arrancó un trozo del tamaño de su mano y le dio un mordisco fingiendo alegría, sin perder ojo al señor Womkat, esperando que dijese algo referente a cómo se podría optar a la herencia del señor Kyandi Poppu.

No sé muy bien que esperaba hallar en aquella fábrica, pero tras firmar en aquella pared donde la cantidad de palabras fatigaban la vista, nos sorprendida.os con esa enorme sala llena de cosas hechas de dulces. Algo que no podía ni creer de que fuera posible, parecía como si hubiéramos entrado en un mundo de sueños.

Con la boca abierta de no poder creer fui mirando por todos lados, sin comer nada porque realmente aunque se veía comestible no estaba seguro si no era solo una ilusión y quizá fuera de las primeras pruebas. Despues de todo si alguien iba a quedarse esa fábrica se suponía que tenía que controlar no comerse todo.

La cosa con el señor Wii Liam venía de aburrimiento en aburrimiento, primero su canción donde no pude evitar sentirme aludido en alguna estrofas y finalmente esa cháchara sobre limpieza y conservación. Había definitivamente perdido mi atención, pero aquel tío extraño y peludo sin embargo la acaparó toda, ya le había visto acosando a una niña y ahora parecía querer tomarlas con otra chica que parecía estar en harapos.

Te está molestando la bola de pelos?

Le pregunto a Yasuko poniéndome cerca de ella en actitud de guardián, mostrando músculos, sacando pecho y mirando al tío en cuestion como si pudiera fulminarle con lasers de los ojos.

Siguiendo lo pasos del resto llego hasta el muro, donde todos parecían firmar y garabatear la pared. Boru se encogió de hombros y cuando fuera su turno, se chupo la mano que aun tenia chocolate y la estampo en el muro sonriente. -Seguro que el mio es el mas original. -Con el trabajo hecho prosiguió el camino, mientras intentaba tararear la cancioncilla de Womkat, que era pegadiza, aunque su baile un tanto ridículo y sin sentido, pero era el precio a pagar por ver una ciudad alemana.

Primero se lleno los bolsillos de los frutos de los arboles, para luego llenar su gorra en el rio de chocolate y sorber sin miramientos.

-¿Que es un Onpa Lompa? -Pregunto al adulto que no fingía ser niño.

Usagi acaricio de nuevo la cabeza de la niña cuando le pregunto si estaba enfadada.

-¿Enfadarme?¿Por no ganar una apuesta?

La joven dama negó con la cabeza

-No, este tipo de cosas son las que ocurren cuando apuestas, y lo que le da emoción al juego. Si ganase todas nis apuestas, significaria que soy una tramposa. Simplemente me parecia mas emocionante apostar por la intuicion de una nueva amiga, que decir lo que se me ocurriese que podia ocurrir. 

Le dijo riendo.

-Y si, ya te dije que puedes quedarte la moneda.

Añadió volviendo a acariciar su cabeza mientras entraban.

Ver la fabrica viendo como aquella pequeña disfrutaba de cada maravilla no hizo si no aumentar la emoción de haber estado allí, alegrándose de que la pequeña pudiera disfrutar de aquello a tan tierna edad, ella, desde luego ella no había tenido la misma suerte y bien sabia, que si la pequeña volvía al orfanato, las posibilidades de que sufriese los mismos problemas eran muy altas, suspiro, intentando olvidar los malos recuerdos y centrarse en el ahora.

-Seguro que el señor Wombkat nos deja probar los dulces, pero se obediente y hazlo cuando nos de permiso, no queremos que se enfade.

Le dijo arrodillándose para ponerse a su altura mientras tenia una amplia sonrisa en el rostro.

Al fin pudimos entrar todos. Pero el momento de la firma fue una aglomeración extraña de niños chocándonos entre nosotros, intentando garabatear en aquella pared con letras interminables. Cuando fue mi turno no pude evitar ir inclinándome más y más, con los ojos bien abiertos y la misma expresión de desconcierto - MADRE MIA!! NO PUEDO LEER NADA DE ESTA MINI-LETRA! JAJAJAJAJA - solté una risa nerviosa antes de firmar, obviamente, pues si no se firmaba no había oportunidad de nada. - ESPERO QUE NO DIGA NADA PELIGROSO AHÍ!! - mi tono seguía siendo demasiado alto.

Hasta que me callé de golpe al entrar en la propia escena de magia y fantasía del mundo de caramelos y piruletas. Eso sí, en mi cerebro habría un gran OH. DIOOOS.. MIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!! que resonaba mientras me caía el sudor por el lado de la frente. Que era todo eso?? era acaso posible? Era una broma? estaba loco el señor Womkat?

Usagi Shiroi le dijo a la pequeña Hana Ai que no cogiera nada sin el permiso del sr Womkat, pero yo veía que otros ya cogían algo y lo masticaban. 

-DE..DE....DE VERDAD PODEMOS COMERNOS ESTO?? - miré al señor, señalando una especie de planta que parecía totalmente de un plástico brillante y de la cual colgaba un fruto rojo caramelizado. Lo cogí y me lo acerqué a la boca, nervioso... le di un mordisco y.... - HHHHHHMMMMMMMMMMMMMMMM !!!!! - en una expresión de gloria bendecida por los cielos, mirando hacia el techo, y con la boca llena, exclamé el extremo sonido del placer por el gustoso sabor de aquél dulce. - Que... maravilla....!!... -  por primera vez, mi tono sonó normal. Como si aquél dulce me hubiera relajado del todo, aunque aún seguía mirando al techo, como si estuviera viendo a un ángel.

Sonreí mientras jugaba con la moneda con cuidado de no perderla y seguí caminando con ella hacia el interior, luego se agacho a mi altura.

Seguro que el señor Wombkat nos deja probar los dulces, pero se obediente y hazlo cuando nos de permiso, no queremos que se enfade.

Mire a Usagi mientras me explicaba que tenía que preguntar al señor. 
mmmmm, lo entiendo, ¿Entonces solo tengo que preguntarle a el verdad?

Mire al chico que se acababa de unir a nosotras lo mire y le sonreí.

Preguntémosle  entonces... Señor Womat ¿Podremos comer luego algún dulce? Nos gustaría probar algo.