Partida Rol por web

La victoria de Ayana Sakanagi era algo indiscutible; pues no solo era la única niña que no había sido saboteada, que no había sido expulsada, y que no había sido asesinada o convertida en tarta; de hecho era la única niña que no había sido secuestrada en un oscuro y lúgubre almacén cerrado a cal y canto o que simplemente no se había ido a explorar por cuenta propia haciendo agujeros por las paredes que esta pasara...

La victoria de Ayana Sakanagi se consolidó cuando esta se deshizo del último escollo en su camino al objetivo, Wii-Liam Womkat que, en vez de bajar la cabeza y aceptar que esta iba a ser la nueva jefa, simplemente se negó y terminó encogido en una barra de chocolate y luego perseguido por los Oompa Loompas por la fábrica mientras este trataba de huir aprovechándose de su tamaño miniaturizado para escabullirse entre sus pringosas manos de caramelo enguantadas.

Pero la pregunta es... ¿Y los demás?.

La pared cayó de repente, y tras el humo apareció la clara figura de Tooth Kowasu, esta muchacha tenía una gran cantidad de polvo encima, y según el rastro de agujeros con su forma, parecía indicar que había atravesado pared tras pared hasta llegar al lugar donde el resto de los saboteados se encontraban.

-¡A... MI... GOS!. -Exclamó al ver a aquellos cuatro saboteados.

Detrás de Tooth Kowasu aparecería Rori Peropero, al parecer esta había seguido guiando a la muchacha hasta allí y cuando finalmente llegaron hasta allá su cara de neutralidad simplemente no vario, aunque consiguió una voz de decepción que después de tanto trabajo, tan solo eran ellos.

-Meh... nada interesante por aquí tampoco... -Comentó mientras volvía a la piruleta. -Slurp.

En aquel patio de juegos se encontraban cuatro personas, tanto Zeni Tsuo como Hana Ai, ambos parecían estar realmente molestos por haber terminado en ese lugar, aunque teniendo en cuenta otros posibles destinos que podían haber ocurrido en aquella fábrica, quizás fuera lo mejor... mientras que la tercera seguía en un estado de catatonia (jeje) voluntario sin hacer o decir nada... y la cuarta lo mismo pero sin el chiste de "cat"-atonia.

La llegada de Tooth asustó a Zeni Tsuo lo suficiente como para ponerse detrás de Hana Ai, al parecer este quería sacrificar a la muchacha al Dios del Muro que había rugido. Pero después de que el humo se levantara, este se asustó de Tooth Kowasu directamente y volvió a sacrificar a Hana Ai para salvar su vida.

-¡Ah!. -Gritó asustada- ¡¿Vienes a rematarme?!.

Kusuri no pudo haberse tomado con mayor relajo su expulsión. En primer lugar porque nunca llegó a tener claro qué demonios estaba haciendo allí, ni que estaba participando por una fábrica; en lo que a ella concierne, lo único que ocurrió durante esa experiencia fue que le regalaron un baño con agua caliente y ropas nuevas (lease: una toalla). ¡Un lujo! Y claro, ni siquiera se molestó en mirar la pantalla, o en seguirle el hilo al concurso que continuó andando por varias horas más.

Ella tan solo se tumbó, se armó un porro y se mantuvo relajada a la espera de que le dijesen que ya podía marcharse. Después de todo no tenía una vida precisamente cómoda, por lo que disfrutar de la comodidad de ese sitio era... Peculiar, agradable y enormemente relajante. Aunque esto último de seguro se debía a los efectos del porro... O a saber.

Se mantuvo todo su rato tirada entre la piscina de pelotas multicolores, hundiéndose en estas y dejando que la engulleran. Pero todo paró cuando el ruido de una de grúa demoledora la sacó de su trance. O algo así. Era Tooth.

-Eeesoooo... Abajo las industrias y todo eso.- Dijo sin mostrarse en absoluto asustada e intimidada, cogiendo una bola de colores y arrojándola contra la pared. No tardaría en salir de la piscina, varias pelotas rebotando alrededor de ella, y entonces comienza a caminar directo hacia las recién llegadas, buscando hacerles la única pregunta que una persona en su situación podría hacer...

Me tapé el rostro cuando la pared fue derribada y cascotes cayeron por todas partes. La niña grandota había venido junto a a la otra niña de rosa. Me alegré mucho de verlas. 

- Gracias por sacarnos de aquí, amiga -  le di un suave abrazo a Tooth y le sonreí para luego mirar el camino de salida - estoy cansada de tanta gente malvada - dicho esto comencé a andar hacia fuera.

- Voy a rescatar a Fou y saldré con él de este sitio peligroso - dije con seguridad - si no tiene papás, lo llevaré conmigo y esperaré a que los míos despierten en el hospital. Él me ayudó y creyó en mi, es mi turno de cuidar de él.

Y dicho esto, salí de aquel lugar sin mirar atrás.

La llegada de Tooth Kowasu y Rori Peropero hizo que saliera de mi malestar general y diera un fuerte salto por temor a que esto fuera a ser el final y que Ayana Sakanagi viniera ahora a por nosotros para convertirnos en dulces o algo peor. Es por eso que sin querer evitarlo, usó mi habilidad con la recién llegada y con el que tenía más cerca.

-Ups... Etoo... -Dije luego de darme cuenta de mi error- Bueno, yo tambien tengo que irme... adiós.

Y sin esperar a ver como esto resultaba, salí del lugar por el agujero que había hecho Tooth Kowasu.

Un sentimiento idéntico y a la vez contrapuesto se asentó en los corazones del miedoso de Zeni Tsuo y de la gigantona cabeza hueca de Tooth Kowasu. Ambos se miraron mutuamente durante unos cuantos segundos antes de que, finalmente, uno de ellos alzara la voz.

La grandullona de Tooth Kowasu se quedó mirando fijamente al pequeñín de Zeni Tsuo, o al menos pequeñín para ella, y sin mediar palabra alguna con este otro participante, la gigantesca mano de la joven chica de cabellos rosados agarró algo de la sala previa y la colocó en el suelo frente a Zeni Tsuo.

-Tu. -Le llamó- Carrera. Quien comer antes esto. -Dijo mientras sacaba para sí otra gigantesca bolsa de caramelos- ¡YA!. -Y sin esperar siquiera nada, Tooth comenzó a comer de su propia bolsa de caramelos.

Aquel muchacho también tuvo un sentimiento similar al ver, tras toda aquella nube de polvo, a aquella gigantona. No solo eso, el hecho de que esta le pusiera ante el aquella bolsa con caramelos hizo que este agarrara el mango de su katana como acto reflejo y para cuando esta empezó a comer los suyos, el ya no sabía qué hacer o qué pensar.

-Yo esto... -Logró balbucear nervioso, comprendiendo que mientras estuviera aquella gigantona frente a el no iba a poder escapar, simplemente cerró los ojos y dejó que su instinto actuara...

Y por instinto, esto era que Rori Peropero se adelantara, agarrara la bolsa de caramelos y mientras Tooth Kowasu estaba distraída comiendo los suyos, esta simplemente la lanzó a la piscina de bolas cercana. Realmente la niña no tenía tiempo que perder en todas esas tonterías o competiciones.

-Ala, ya se terminó. -Dijo a la gigantona- Ahora continúa esto es aburrido. -Y tras esto, le dio un lametazo a su piruleta- Slurp.

El hecho de que Tooth Kowasu no viera como, en efecto, Rori Peropero había hecho trampas en nombre de Zeni Tsuo el cual su instinto se limitaba a quedarse quieto apretando firmemente los dientes mientras temblaba, hizo que esta grandullona creyera con estupor que había perdido.

-Tooth Perder... -Comento Tooth con una mezcla entre sorpresa y tristeza- ¡Competir de nuevo!. ¡Otro día!. ¡Ver quien ser mejor!. ¡Tocar a ti escoger!. -Sugirió a Zeni.

El muchacho estaba demasiado asustado con todo aquello como para pensar ahora mismo algo en el que pudiera estar compitiendo con Tooth Kowasu en estos momentos, aunque ese mismo sentimiento fue el que le dio aquella pequeña idea como para salir con vida de todo aquello.

-Va-Vale, -dijo tartamudeando- ma-mañana competiremos... a... a... ¡Mañana te digo!. -Y así fue como, de forma heróica salió corriendo.

Y usando el mismo túnel que había hecho Tooth Kowasu para entrar, este cuarteto de saboteados salieron de aquella sala para escapar de toda esa trampa mortal que era La Fábrica de Dulces de Kyandi Poppu, dueño que ni siquiera habían podido ver en persona en ningún momento.

Pasando por muro tras muro con la silueta marcada de Tooth Kowasu, aquel cuarteto logró llegar hasta la sala de las ardillas en donde, Fou Malvaviscfou se encontraba esperando a su final, o a que alguien le ayudara.

Y evidentemente, aquellas manos amables vendrían por parte de Michiko Abe, confirmando así la teoría de todos los fans del "MichiFou", recogiéndolo antes de salir del lugar junto a los otros tres saboteados.