Partida Rol por web

Como era ya una tradición en los viajes que Walt Dis Reginal hacía al extranjero; ya había logrado embaucar a dos jovencitas para que se pasaran por su ultra-secreta habitación en su aún más secreto Yate de la Compañía. Por desgracia para él, cuando estaba en el baño de la Suit Cenicienta, se encontró que las dos mujeres a las que había invitado a pasar una "velada de fantasía" estaban demasiado interesadas la una en la otra como para prestarle atención.

Así que sentándose en la cama contigua comenzó a ver la secuela inédita de una querida película. "Frozen II: Elsa Goes Berserker".

Bueno, bueno, bueno. Bienvenidas a la Suite Cenicienta, llamada así en honor a la labor de mi padr un lejano amigo de mi famil la familia de mi cliente

Elvira entra en la sala contoneándose. En cuanto accede a ella mira a su alrededor observando el lugar con una sonrisa de aprobación. Parecía satisfecha con lo que veía. Sin mediar palabra ni dirigirse a los presentes pasea por el lugar acariciando con la yema de los dedos el sofá, la chimenea, la cama... Finalmente, se vuelve hacia Reginald y Adele.

-Vaya, veo que sabe usted cómo agasajar a una dama, Reginald. Me gusta... -dice mientras se acerca hacia él lentamiente.

Era algo escéptica sobre la invitación del caballero que continuamente parecía confundirse de palabras. Lucía algo raro el hombre aunque en apariencia correcto, sin embargo, invitar a dos damas (entre ellas a la farandulera) a una suite privada hacía dudra de su decencia.

La suite era bastante acogedor y, después del largo viaje, hasta a una vieja gruñona como yo le apetecía tirarse a la cama para no levantarse en horas. Entré detrás de los otros dos, piafando ante las palabras de la señorita Elvira. La miré y, de pronto, sentí cierto encanto en ella. Parpadeé, algo confundida.

- Un lugar ciertamente cómodo - dije mirando alrededor.

Llega Sparragos con una bella dama a los besos...

Por mi parte no hace falta que roleeis vuestro amor...

-¿Como que no? ¡Aguafiestas!...-

Sparragos se va para seguir besando a su dama en otra "suite"... 

-La verdad es que esta sala es el lugar más acogedor de toda la mansión

Contesta Elvira con una sonrisa. La mujer se acerca a la cama y se sienta sobre ella. Da pequeños botecitos tanteándolos hasta que una sonrisa aún mayor de complacencia decora su rostro.

-Venga a sentarse, mi Lady, la cama es muy cómoda y estará cansada del viaje -da suaves golpecitos sobre la cama con la mano invitando a su acompañante- Y dígame... ¿alguna idea de quién es el culpable de todo esto?

- Sí, un lugar sin tanto macho intentando demostrar su hombría es un lugar de lo más acogedor - dije con cierto tono irónico, pero mi gesto se suavizó al mirar a la chica. Mi primera impresión de la joven iba cambiando por momentos.

Con tranquilidad, me aproximé y me senté a su lado.

- Es difícil saberlo ahora mismo, aún desconozco a la mayoría, pero por experiencia he aprendido que la gente que está más a la defensiva y los que intentan pasar desapercibidos son los más culpables. Por el momento, será mejor observar cómo se van desarrollando los acontecimientos. 

-Me temo que sí... -suspira-De momento no podemos saber quién ha sido el asesino somos todos una panda de desconocidos y no tenemos nada en qué basarnos para juzgar.

Elvira se reclina un poco hacia atrás en la cama apoyándose en sus manos.

-Lady Adele, confío en que de estar usted relacionada, me lo diría. Créame, no le juzgaría, al contrario... estamos juntas en esto.

La mujer guiña un ojo a su acompañante.
 

Si cualquiera de nosotros tuviera algo que ver lo debería confesar puesto que todos nos deberíamos comprometer a trabajar conjuntamente sean cuales sean nuestros objetivos. - Interrumpió a las damas.

No obstante, creo que no es el caso. Quien me hace desconfiar es el señor Seen. A pesar de votar a un silencioso y al mismo silencioso que voté yo, me resulta inquietante que confesase sus votos únicamente en un ambiente más privado en lugar de decirlo abiertamente como otros hicimos.

Con gesto digno, negué con la cabeza y miré a ambos.

- Por supuesto no soy ninguna de esos ladrones, menuda desgracia sería para el honor de mi familia y para mi difunto marido, descanse en paz - afirmé con vehemencia - no obstante, con vosotros haría una pequeña excepción si fuera así el caso. Todos podemos tener nuestros momentos de debilidad.

- Señor Coleson, estoy de acuerdo con usted, yo también desconfío del señor Seen. De hecho, fue mi primera opción para la votación, pero al final voté al señor Patrón.

¿Usted voto al Patrón? Interesante. Dese cuenta de algo. Usted voto al patrón, yo voté al Patrón, el presidente y el señor Seen, ambos indicaron haber votado al Patrón. El Patrón llevó 3 votos... ¿Quién miente? Y más importante ¿por qué?

Por otro lado, no sé si servirá de utilidad o no, pero debo confesarles algo. Yo... no me llamo Reginald... en realidad soy el heredero de Walt Disney y es precisamente ese el objeto que traigo a subasta... el cuerpo criogenizado de mi padre. ¿Qué traen ustedes?

- Le aseguro, joven, que uno de los tres votos que fueron para ese maleducado fue mío y me inclino a creer en usted, por lo que uno de esos dos miente. La cuestión es saber quien.

Alcé la ceja levemente al escuchar su confesión, aquello aclaraba sus continuas correcciones.

- Su artículo es a la vez espeluznante y apasionante, señor Coleson, el mío no llega a ser tan interesante - saqué un bello reloj que evidentemente era muy antiguo - esto perteneció a un famoso pirata y se supone que lleva a un gran tesoro - dije como quien saca una simple piedra bonita sobre la mesa.

Elvira mira encandilada a sus acompañantes mientras escucha sus palabras como embobada.

-Qué interesante... así que alguien miente descaradamente sobre sus votos. Yo voté por el rechoncho francés, la verdad -Elvira se encoge de hombros -¿Por qué? No lo sé, había que dar un nombre y no tenía nada a favor ni en contra de ninguno así que... fue al azar.

La mujer comienza a hacer círculos sobre la manta con su dedo índice realizando un trayecto y rozándola apenas con la yema del dedo.

-Yo traigo para subastar el pene de Oscar Wilde, el cómo y dónde lo conseguí prefiero callármelo de momento. Hay una apasionante historia detrás... Además, he de confesarles algo. He podido saber que es muy probable que haya al menos un culpable entre el Dr. Jones, el Patrón, la señorita Unasga Yolas, Miguel Ortega, Rosa Castillo y Yoshitoko. Sé que no es nada concreto, pero menos es nada.

Teniendo en cuenta que el dr Jones ha sido afirmado inocente, que el Patrón ya ha sido ajusticiado y que María Unasga Yolas ya no está con nosotros, eso deja 3 nombres y es bastante información. No se disculpe. De esos nombres de quien más desconfío de primeras es de Rosa del Castillo, pero por mera intuición fundada en sus participaciones.

Elvira sonríe al señor Disney Coleson ante sus muestras de apoyo.

-¿Sabe? La señora Castillo tendrá hoy mi voto, no hay más que ver cómo se ha lanzado a acusarme cuando es más que evidente que quien pusiera esa nota ahí intentaba incriminarme.  Eso me hace pensar que tengo una diana sobre mis preciosos pechos -la mujer se lleva la manos a los pechos.- Tendré que tratar de disfrutar el tiempo que me quede aquí si no quiero acabar como María...

- Creo que yo también votaré por la señora Castillo. Hay otros de los que desconfío más, pero como bien dice el señor Coleson, de los tres que nos quedan de su lista, señorita Elvira, resulta ser la más sospechosa y su reacción me ha hecho sospechar aún más. 

- Señor Coleson, me temo que usted también estará en la mira en esta ocasión, el incidente del cuervo y el hecho de que haya dado tan fervientemente su opinión hará a la gente sospechar. La mejor manera de evitar que linchen a uno de nosotros es que votemos los tres a la misma persona y así aumentar nuestras posibilidades. 

Bueno, el cuervo fue inesperado, pero no podía dejar que los ojos de los demás se posasen en... - Traga saliva al mirar a Elvira, puesto que lo primero que atraía las miradas de la chica era obvio - ... quiero decir, que no podía dejar que las acusaciones de los demás pusieran en riesgo a mis queridas invitadas. Juntas son fuertes. Yo soy prescindible.