Partida Rol por web

El rincon de los enamorados. Un sitio donde la privacidad es completa ya que solo hay una salida y solo estais los dos. Habéis llegado aqui por una carta de amor que os ha llegado al alma, enamorandoos de esa persona por completo. El capricho de cupido. Ahora sabeis que debeis llegar juntos hasta el final, sea lo que sea el otro. 

Sora llegó emocionada al armario de las escobas para reunirse con su amada. Podría ser una chica impulsiva, alocada y dicharachera pero era cierto que en cuestión de sentimientos, más concretamente los de amor, era una noob de nivel 1 practicando el tutorial de la vida.

Estaba tan nerviosa que le sudaban las manos y, por primera vez en su vida, había pausado un juego cuando escuchó la puerta del armario abrirse. Eso es amor. Sonrió con las mejillas encendidas cuando vio entrar a Miu, quien había denominado “Quina Quen” en grupo pero claramente era mucho más.

- Gra-gracias por venir.- Amplió su sonrisa mientras bajaba la mirada y se rascaba el brazo.- No soy la mejor jungla, tampoco tengo una esfera que vea el futuro ni una espada mata magos, pero prometo que no dejaré que nadie se te acerque. Quiero que seas mi… mi Kairi.- Se atusó el cabello, sintiéndose ridícula por abrirse tanto a otra persona.- Déjame ser tu “Sora”, porque me has robado el corazón.- Se armó de valor, el suficiente como para coger sus manos. Eran tan suaves que podía perderse en la caricia.- Desconozco quienes son los asesinos que quieren matarnos, pero te aseguro que si muero la gente sabrá la verdad. Uno caerá conmigo.

Miu recibió la carta con sorpresa y fue hasta donde decía que se encontrarían. Su corazón latía a gran velocidad, aunque no estaba segura por qué. Era algo nuevo para ella.

Al entrar y ver a Sora, sus ojos brillaron de la emoción y sus mejillas se sonrosaron por completo. Se sentía nerviosa, pero al escuchar a la chica y ver que se sentía igual, se relajó un poco. Le sonrió dulcemente y tomó su mano con firmeza.

- ¿Sabes, Sora? No comprendo mucho de lo que dices, pero puedes decirme Kairi si quieres. Sea lo que sea que venga de ti, suena lindo - acarició la mejilla de la chica con suavidad mientras se acercaba más a ella para besarle tímidamente, pero era un impulso que no podía soportar.

- Tampoco dejaré que nadie te haga daño, saldremos de esta juntas. Lo prometo por el pastel de fresa que hice para ti - su tono era suave y un tanto seductor.

Al escuchar lo último que dijo, agregó - Sugoii... ¿Y cómo funciona? En mi caso... Bueno, puedo convencer a otros de no votar por mí. No es tan sugoii como tu habilidad, pero me puede mantener más tiempo con vida - le sonrió y le dijo una última cosa acercándose más a ella.

- ¿Fuiste tú quien nos unió? -.

El beso fue delicado y dulce, tal y como lo era Miu, llevándola a todos los reinos imaginarios, sobrevolando aldeas y adquiriendo una coraza impenetrable. Tenía tantas ganas de gritar al mundo que estaba enamorada que casi tuvo que morder el labio inferior para no salir corriendo.

- No, yo no tengo tal capacidad, sólo me quedé prendada de ti cuando la flecha de cupido me dio de lleno.- Señaló su corazón, terminando de escuchar lo que su amada tenía que decirle.- Entonces estarás protegida por el día, es perfecto porque puedo protegerte por la noche.- Sonrió, como si acabara de descubrir un easter egg.- Puedo inutilizar a una persona por la noche, algo así como hackearlo.- Le daba tanta vergüenza admitirlo que cada vez estaba más sonrojada.- En esta ocasión decidí vetar a Yoshito Takuto. Sea cual fuera su intención, durante esta noche permanecerá completamente dormido en su habitación. Además…- Volvió a acercarse unos centímetros, los suficientes para oler su cabello y perderse en sus pupilas.- Soy streamer, siempre estoy en directo. Estoy emitiendo 24/7 y si alguien me mata las cámaras lo captarán. Puede que muera, sí, pero se publicará un video del causante de mi muerte y será su condena pública.- Sin poder aguantarlo más, abrazó a Miu y se quedó así, disfrutando del calor de su cuerpo durante unos eternos segundos aunque no fueran suficientes para la gamer.- Miu… necesito saberlo.- Sí, por primera vez pronunció su nombre sin motes. Ella era tan especial que le gustaba saborear sus palabras.- ¿Eres uno de ellos? De los contaminados.

Sentir el calor de Sora era embriagador y aunque le costaba un poco concentrarse, prestó total atención a sus palabras para sorprenderse aún más. Respiraba quedamente, casi dejándose llevar por los gestos de la chica. Cuando ella olió su cabello, Miu rió de manera traviesa.

La miró de frente y le dijo con una mirada que mostraba toda su admiración - Eres increíble, Sora. No sabes lo maravillosa que eres para mí - acarició su cabello al escuchar su nombre de labios de la chica y se sonrojó aún más.

Colocó un dedo en la boca de su dulce enamorada y le dijo al oído en un tono dulce, tal y como siempre era su voz - Quiero desnudarme ante ti, Sora, pero antes debemos averiguar las intenciones de quien nos ha unido. Si puede escucharnos y si está de nuestro lado. No quisiera ponerte en peligro - y besó el cuello de Sora un tanto traviesa.

- Pero puedo decirte que te protegeré de todo mal. Moriría si me faltaras -.

Habeis sobrevividi a la primera noche. Aunque no es momento para festejos es una bendicion que sigais ambas ilesas

Había pasado la noche en vela temiendo por la muerte de Miu, tanto que al verla sintió que podía volver a respirar mientras su corazón palpitaba, abrazándola con fuerza.

Me alegra verte. No me perdonaría si algo te pasa.- Sonrió antes de soltarla, aunque no se alejara demasiado de ella.- Pensé en lo que dijiste ayer, sobre si alguien nos está escuchando.- Buscó con la mirada por las paredes, como si estuviera pendiente de encontrar alguna cámara, micrófono o un ninja escondido entre los productos de limpieza.- Me imagino que tendremos que hablar en clave, aunque no sé muy bien cómo. En cualquier caso ya voté y mandé mi hackeo pertinente. Tengo mis sospechas, muchos nombres que no me gustan lo que hacen o me parecen sospechosos.- Respiró hondo, notando que estaba acelerándose.- En cualquier caso mantengo mi promesa de protegerte.

Miu llegó ese día al armario con más afán que nunca y abrazó a Sora con tanta fuerza que temía asfixiarla.

- Sora, pensé que moriría de tener que estar apartada de ti - le escuchó con atención y sonrió al escuchar lo que le decía y agregó.

- Yo también y ya he votado. Quien me vote, cambiará su voto a quien yo voté - le sonrió a Sora diciéndole esto con tranquilidad.

- Sora, tienes razón. Lo único es que los cuchillos no tienen tentáculos - le acarició y la miró a los ojos por un momento, esperando que comprendiera.

- Yo siempre te protegeré, mi Sora - y entonces, escuchó tal vez por error las palabras de Kenichi a Sora y algo en Miu se quebró.

Sus manos temblaban y, por primera vez, se vio que su sonrisa cambiaba por una expresión fría.

- No sé qué me pasa, Sora. Es la primera vez que siento esto, pero siento una fuerte opresión en el pecho y quiero agarrarte tan fuerte que no te puedas soltar, además de querer clavar mi cuchillo en Kenichi... ¿Son celos tal vez? Sí, eso es. No puedo dejar que te tenga. Tú eres mía - sus manos seguían temblando y entonces lamió el cuello de su enamorada para luego morderlo con tan solo un toque de fuerza y dejarle una marca. Seguro se borraría pronto, pero era su manera de marcar su territorio.

- Eres mía. Solo mía. ¿Verdad? - besó a la chica mientras esperaba su respuesta.

Al verla tan pequeña, tan mona, pensaba que sería una chica tímida pero ahora que conocía esa faceta más “íntima” no podía sino sorprenderse de lo lanzada que se mostraba, tanto que ahora era la propia Sora quien se quedaba muda y estática, simplemente disfrutando con los labios apretados y un evidente calor en su cuerpo.

Sólo tengo ojos para ti, el resto solo son ovejas del Minecraft.- Era cierto. Besaba el suelo que pisaba y quería respirar su aliento, sin importarle que quienes fueran el resto. Sólo tenía ojos para una persona, la misma que ahora besaba.- No te preocupes, nadie nos separará.- Se perdió entre sus labios, dejándose llevar por el momento y acariciando su espalda con tal de estar más cerca. Cuando se separaron jadeaba al notar que le faltaba aire.- Espero que hayamos votado a la misma persona, al menos que acertemos en nuestras predicciones. Quiero que esta pesadilla termine rápido.

Las caricias de Sora hicieron que Miu soltara un suave suspiro debido a lo placentero que esto resultaba para ella y al separarse, su respiración era fuerte jadeando a la vez que Sora. Le sonrió con sus mejillas aún coloradas y escuchó lo que tenía que decir.

- Yo he votado a Ogesana-san porque creo que esconde algo debido a esa reacción tan prematura. Ya hemos visto que hay más personas con la posibilidad de matar durante el día. ¿Y si Ogesana-san acabó con uno de los acuchillados? Esa es mi elección - acarició el cabello de Sora y le sonrió con tranquilidad otra vez.

- Buena niña - dijo en su tono dulce de siempre, recuperando la tranquilidad que le caracterizaba.

Tras la confesión de Miu sobre quién había votado Sora se sobresaltó. ¿No nos podían estar escuchando? Instintivamente volvió a otear el pequeño armario mientras pensaba en las consecuencias de que supiera sus elecciones aunque… ¿realmente las habría?

- Supongo que no pasará nada por decirlo…- Se respondió con un susurró a sí misma. Al fin y al cabo estaban ante unas votaciones generales con casi toda la clase, que supieran a quien votaron dos personas no afectaría en nada. Además, no tenía inconveniente en decir su elección y el motivo.- Yo voté a la pija.-  Claramente se refería a Aiko Midori, aunque todavía no le había adjudicado un mote claro.- No sé, hay algo que no me gusta de ella. Creo que esconde algo, algo malo… Tal vez no sea uno de los contaminados, pero ya viste que ofreció dinero prácticamente para que alguno se suicidase con tal de comprobar lo del campo de fuerza… No puedo descartar que tenga a “alguien”, como un mafioso o algo así, dispuesto a matar por ella.- Suspiró visiblemente preocupada.- Por eso la voté. Si hay alguien que crea que puede hacerte daño sin necesidad de votaciones, no tendré piedad.

Le miró y pasó un dedo por la comisura de sus labios cuando Sora hubo terminado de hablar.

- Eres tan hermosa cuando hablas seriamente... -.

- Tienes buen ojo, Sora. Haré todo lo que esté en mis manos para protegerte en las noches. Y si realmente nos escuchan, tal vez nos ayuden en esta situación -.

Cuando pasó lo de Kenichi, Miu miró a Sora sorprendida - Gafas sin tentáculos... No lo entiendo... -.

Miu llegó donde Sora aquella noche con algo de urgencia y le preguntó.

- Sora, perdona que te pregunte esto tan de repente, pero ¿a quién has retenido esta noche para que se quede dormido? Ha sido una noche extraña y si todo sale bien, prometo contarte todo mañana. Lo prometo - acarició su mejilla y su tono era suplicante.

Además, abrazó a Sora porque temía que fuera elegida, pero afortunadamente ambas estaban bien.

Como cada día contaba los minutos que quedaban para ver a su amada, mirando cada dos por tres el reloj de la pared con más nerviosismo a medida que se acercaba la hora. Esa noche llegó incluso más temprano para poder abrazarla, sabiendo que se había librado de la votación aunque ya le explicara que era imposible que fuera escogida de esa forma.

¿Qué? – Le sorprendió la pregunta pero no podía negarse a los deseos de su amada, respondiendo inmediatamente.- Mandé a dormir a Nao-chan, ¿por? – Inmediatamente se preocupó, ¿acaso había hecho algo mal? ¿La había puesto en peligro? – ¿He-he hecho algo? ¿qué ocurre?

Miu escuchó a Sora y respiró profundo. Tal vez aliviada.

- Me alegra saber eso - sonrió ampliamente.

- Como dije, mañana te diré detalles, pero eso que hiciste explica una parte del rompecabezas. La otra parte es que ha llegado alguien nuevo. Bastante exagerado vistiendo blanco y dando órdenes, pero con una extraña vestimenta. Aún no sé qué pasó, pero esto se torna aún más extraño -.

- La tendremos un poco más difícil de lo que creí, tú y yo -.

Aunque no le explicara nada con certeza, Sora creía poder leer entre líneas más cosas de las que realmente le gustaría. Igualmente negó con la cabeza descartando todas esas ideas: Daba igual lo que fuera, daba igual cual fuera su objetivo, había prometido protegerla y ayudarla por encima de todo. El resto le daba igual.

Cerró unos segundos los ojos mientras le cogía de las manos, meditando sobre todo lo que llevaban y, al abrirlos, se encontró con la dulzura de Miu.

Dime qué hacer y lo haré. Votaré a quien me digas, dormiré a quien te suponga una amenaza. Sólo un nombre y lo haré.- Sora estaba decidida, más que nunca, sintiendo que se enfrentaba a una de las salas finales de la partida sin haber guardado previamente.- Me da igual que sea contaminado, pulpoide o asesino. Haré todo lo que me digas sin pedirte explicaciones. Mi poder y mi voto son tuyos.

Miu sonrió ante las palabras de Sora y sus mejillas se colorearon cuando esta le dijo esto tomando sus manos. Posó su frente sobre la de la chica y se dedicó a sentir su aroma por solo un momento. Era más dulce que cualquiera de sus postres.

- A partir de mañana, todo será diferente. ¿Sabe Nao-chan que has sido tú? No quiero que eso te ponga en peligro. Tienes muy buen ojo, mi amada Sora. No quiero que te hagas blanco. Pude quitarte de la mira una vez, pero temo que aparezcas de nuevo allí. Haré lo imposible por ti. Te lo prometo - se lo dijo casi susurrando y le besó otra vez con dulzura, pero también con urgencia. Casi parecía que quisiera grabarse la sensación de sus labios para no olvidarla ni desfallecer.

- Tengo opciones para el pulpoide, pero no estoy segura. Necesito de tu aguda vista en eso. Hasta ahora no has fallado y si encontramos al pulpoide, aumentaremos nuestras posibilidades de sobrevivir. Siento que estés involucrada - volvió a besarla y la abrazó para sentir su contacto más cercano. Quería impregnarse de su aroma y nunca perderlo.

Abrió los ojos como platos, ¿había acertado en uno de “los malos”?

Técnicamente no, no deberían de saber que he sido yo.- Tenía una pequeña duda, tal vez alguien pudiera terminar viendo que ella dormía, pero desconocía siquiera si eso era posible. Por si acaso negó con la cabeza, quitándose esos problemas.- No sabía a quién hackear, y como me pone nerviosa la gente que habla con "-chan" la escogí a ella. Sinceramente no esperaba acertar, aunque tampoco sé si es efectivo. Ya ves que el día anterior dormí a Yoshito Takuto y aun así hubo muertes.- Quería poder ayudarla pero no sabía cómo, sintiendo una leve impotencia.- No sé quién puede ser el pulpoide, ni siquiera los contaminados. Me guío más por lo que veo en las clases… Igualmente si tuviera que apostar, alguien con tanto poder dudo que se expusiera demasiado. Debe ser alguien de los que están en un segundo plano o apenas hablen, es lo que yo haría, piensa que tiene que escapar de las votaciones diurnas.- Por desgracia sólo llevaban un día de clases y prácticamente la mayoría de las personas habían mantenido un perfil bajo, incluso la propia chica que votaron que ni se acordaba de su nombre.- No te pongas en peligro por mí, ¿me has oído? Si hace falta, diles que puedo ayudarles a cambio de tu seguridad. Me sacrificaré por ti si es necesario.

Por primera vez Sora sintió miedo, pero no a morir, sino a perderla a ella, un dolor más grande que la propia muerte. Apretó los labios antes de abrazarla con fuerza, negándose a separarse.

- Pero si me pasa algo quiero que me prometas algo.- Su voz era un susurro en el oído de Miu, tan pequeño que le costaría escucharlo.- Si muero, haz que entren en mi cuarto, es la habitación 8. Recuérdalo, tienen que entrar en mi cuarto, sino no podré ayudarte desde el "otro lado"

Miu escuchó a Sora y acarició su cabello con ternura. Todo esto era tan difícil que empuñó sus manos con fuerza para lidiar con la presión y le dijo.

- Midori-san quiere deshacerse de ti. Al parecer he logrado persuadirles, pero me aseguraré de acabarles de ser necesario por ti. ¿Cómo no podría arriesgar mi vida por ti? Quiero salir de aquí contigo, no con nadie más. Nadie más importa, solo tú - besó su mejilla y apretó más su abrazo.

- ¿Si usas tu poder contigo misma, estarías a salvo de ataques? No dejaré que te maten. Mañana, si eso te protege, úsalo en ti misma -.

- Y también acertaste con el delegado, aunque él es nuevo - reflexionó y volvió a mirarla, aunque no quería despegarse.

- Quédate conmigo así. Hasta que llegue el día - le besó una vez más. Su ansia era perceptible, al igual que su nerviosismo.

En otra circunstancia donde el amor no cegara su percepción, pensaría que Miu la estaría mintiendo para hacerle creer que todos los nombres con los que se involucraba, de una forma u otra, eran del grupo “malo”, pero al salir esas palabras de su amada no podía más que pensar que tenía que comprar un boleto de lotería nada más salir de la escuela, si es que lo lograba.

- ¿La pija? ¿Pero qué le he hecho? – Intentó hacer memoria de todas las conversaciones y, hasta donde llegaban sus recuerdos, todavía no le había siquiera dirigido la palabra. Seguro que tiene alguna partida frustrada y lo paga conmigo, siempre pasa.- No lo sé, no creo. Mi hackeo lo único que hace es dormir a la gente por la noche, haciendo que sea imposible que actúe, no tiene nada de protección, al revés, estaría más expuesta.- Se mordió la uña, nerviosa intentando pensar en algo cuando escuchó lo del delegado.- Espera, ¿qué? ¿cómo? - ¿”Nuevo”? ¿Acaso eso era posible? – Te juro que yo no he sido, sólo me encargué de que durmiera, pero no sé si alguien aprovechó eso para atacar… - Cada vez entendía menos, hasta que cayó en la cuenta de que esa noche también había dormido a alguien.- Nao-chan. Dormí a la chica esta noche, si se convierte mañana significa que alguien está interfiriendo en mi poder.- Alargó el abrazo, sintiendo que, en esta ocasión, lo necesitaba más que nunca.- Todo irá bien. Pase lo que pase, siempre estaré ahí.- Y guardó silencio esperando a que la noche terminara y saber el destino que le había guardado.