Partida Rol por web

Los dulces de Miu consiguen que mi atención se disperse con la misma facilidad que el calor se dispersa cuando entras en un congelador: un cambio total de tercio que hace que me acerque con ojos golosos y me muerda el labio inferior.

Gracias, Miu-san.

Enseguida me inclino para presentar mis respetos antes de llevarme una de esas maravillas a la boca y suspirar. Lejos quedan las conversaciones y discusiones de los demás, incluyendo la conversación excesivamente azucarada y extraña de Keruh o de Namine y también el juego de cartas de Sasha al que se habría apuntado si le hubiesen invitado y se hubiese enterado.

Así pues el mundo vuelve a ser real cuando Nagisa-sensei habla y hace un resumen que hace que mi estómago se encoja y mi pecho se hinche mientras mis hombros se tensan como la cuerda de un arco.

¿M-matar? Yo... joder... yo... voy a morir.

Si tan rematadamente mal me le daban todos los estudios, y los deportes, y las relaciones sociales... esto ya se encuentra a otro nivel. Tanto es así que ni protesto cuando me asignan a Suitei como compañero ni monto un escándalo cuando me entero de que van a haber habitaciones mixtas. Me giro hacia el que será mi compañero de habitación, el citado Suitei.

Si tienes algún amigo... a mí me da igual cambiar la habitación. Si a Nagisa-sensei no le molesta.

Enseguida miro al sensei y me inclino con respeto. Morir. Morir.

Veía que cada cual tenía sus propias rarezas, unos más evidentes que otros, aunque la propia Sora no era la más adecuada de fundirse el cartel de “Normal” en la frente, más bien de “Apasionada” Oh, esto me recuerda a “Nine hours, nine persons, nine doors” Cada vez encontraba más símiles en los mundos que había visitado, las historias que jugó y los monstruos que derrotó. Parecía que todo estaba conectado.

Volvió de su mundo interior cuando escuchó una voz a su lado, volteando el rostro hacia Garou con la mirada iluminada por la ilusión de haber encontrado alguien que la entendiera.

- Exacto. Estamos ante nuestro propio “Academy Kunigaoka Battle Royale” – Extendió los brazos a medida que mencionaba el título del juego, visualizándolo en el aire.- He vivido esto. Estaba una vez en Fortnite con equipos. Me tocó un ruso que parecía estar comiéndose el micro de lo cerca que lo tenía.- Fingió un escalofrío.- Era un manco, decidió caer en “pisos picados” y apenas murió nada más tocar suelo, un desastre. La cuestión.- Se dirigió a su mesa y se sentó sobre ella con las piernas cruzadas en posición de loto, como si estuviera meditando sobre el pupitre.- Estaba sola, sin apenas materiales para construir y con el círculo achicándose.- Parecía que estaba contando una historia de terror, puesto que bajó unas décimas el volumen de su voz y cogió su teléfono para usar la opción de “linterna”, enfocándole a la cara. Sabía que estaban casi recién levantados y la luz entraba perfectamente por la ventana, pero poco le importaba.- ¡Y ahí estaba! Un cofre en mitad de la nada que podría darme la victoria o la derrota. Me acerqué con cuidado, lo abrí y ¡PAM! – Pegó un grito tan atronador y con tanto énfasis que hizo que el pupitre se tambaleara, estando a punto de caer.- Una escopeta gris y un arbusto. Una mierda en general, pero me serviría.

- Quedábamos sólo 3 en la arena. Yo estaba escondida en modo arbusto bajo una construcción, sólo tuve que esperar a que se mataran y cuando menos se lo esperaran “BAM BAM” – Simuló tener una escopeta imaginaria entre las manos, fingiendo que disparaba al aire.- Gané, por supuesto.- Dibujó una amplia sonrisa de orgullo en su rostro, como si hubiera contado un logro imposible.- Esto no tiene nada que ver con lo que estamos, pero quería comentarlo.- Se encogió de hombros, quitándole importancia.- Por suerte para mi nueva compañera de habitación podrá escuchar las cientos de historias parecidas que tengo.- Saludó con énfasis meciendo la mano en el aire a Kajiwara Emiri.- Tengo taaaanto que contar. ¡No te dejaré dormir, Navi!

Nagisa-sensei había despertado de su largo y profundo sueño de Bella Durmiente.

-¡Tengo un As! -exclamó Sasha lanzando con ferocidad la carta para ponerlo encima del dos. Estaban jugando al Cinquillo.

Como ella seguía en el mundo, concentrada en las cartas, no se percató de la presencia de Nagisa  y para cuando él estaba integrado en el grupo, hubo sido demasiado tarde.

-¿Q-Quiere ju-jugar...? -su expresión había cambiado por completo. Se sentía inmóvil, como si su cuerpo no le correspondiera.

¿Qué es esto?, ¿por qué me siento...?

Bien, debido a que ya sabeis lo que pasa aquí, lo resumiré. Un ser humano modificado con genes sobrehumanos, ese es vuestro objetivo mientras estudiais para los examenes, ya vereis como el intento de asesinato y el metodo de estudio no difieren tanto. Probablemente haya contaminados así que muy a mi pesar también debeis de encontrarlos para eliminarlos. La mecanica será sencilla, cada mañana a partir de mañana votareis en consecuencia de quien creais que es ese humano modificado genticamente y al finalizar las clases el que tenga el mayor numero de votos me encargaré de ejecutarlo. Hasta que todo esté solucionado dormireis aquí en doce salas que he habilitado para vuestro uso, en cada una tendreis vuestras cosas y el baño está disponible con ducha caliente.

-T-Tenemos qué ma-matarnos... -comentó con una sensación de agobio en el pecho. ¿Por qué? ¿Por qué provocar una matanza entre los que se suponen que son compañeros de curso? ¿Eso quería decir que ya no había más dulces?, ¿juegos de cartas? ¡Oh, no!- ¿Y no hay otro método que no sea el asesinato...? -preguntó-.

Tras ello, un papel le llegó a la mesa. Lo leyó en voz baja:

-'Habitación 9'.

Se giró a KERUH y susurró:

-Ps...¿Qué habitación tienes? Podemos seguir la jugada más tarde en las habitaciones.

Acto seguido, buscó a YU y le hizo una señal que significaba: ''luego seguimos con la revancha''. Así mismo, le pasó una notita a Kenichi en la que lo invitaba a jugar a las cartas más tarde.

Contestando a Sasha...

Me ha tocado con Miu, pero podemos intercambiarnos... me voy a la 9 contigo y que Himura... duerma donde quiera!!!

Pero a que estamos jugando? Yo creía que era a la escoba!!! menudo lío!!!!

Lo de matarnos y esas tonterias seguro que es mentira... nos estan troleando!!! Lo que quieren es asustarnos para que estudiemos y seamos aplicados... como que no me conociera yo el tema ya!!!! bla bla bla memeces!!!

Kiyoshi se mantuvo con la cabeza sobre la mesa; realmente no parecía importarle mucho lo que estaba diciendo Nagisa-sensei. Sin embargo, cuando este nombro lo de que tendrían que matarse...

-¿Eh? -Kiyoshi se incorporó, algo desconcertado por aquello. Sus ojos ligeramente abiertos mostraban algo de asombro ante lo que escuchaba. ¿En verdad tendrían que asesinarse? Realmente era algo que no se esperaba, y el profesor parecía estar hablando bastante en serio.

Tomó el papel que decía que su compañera de habitación sería Ayanami Mizushima. ¿Acaso las habitaciones serían mixtas? ¿No era algo peligroso eso? Kiyoshi se sonrojó, un poco ante la idea de ciertas situaciones, pero no dijo absolutamente nada. Simplemente dejó escapar un pequeño suspiro, y volvió a pegar la frente contra la mesa.

Dante no había hecho mucho caso a todo lo que se había hablado en aquel aula, parecía no importarle lo más mínimo lo que decían sus compañeros; estaba demasiado cansado como para creerse historias absurdas.

Sobre su pupitre habían dos objetos: una especie de libro y un cuchillo con una hoja afilada de un color esmeralda oscuro.

¿Qué hago con esto? - se preguntó mientras miraba a su alrededor.

Se había sentado al lado de una chica (Ayami Mizushima) La miró detenidamente, parecía que era de las pocas personas en aquella clase que no intentaba llamar la atención junto a su compañero de habitación (Kenichi Nobunaga).

Disculpa, ¿tú te crees esta historia? - dijo el muchacho con curiosidad señalando con la mirada a Ayami. No sé, los veo a todos revolucionados tomándose esto como un juego y yo, que no quiero estar aquí, no quiero ser partícipe de estas tonterías. - acto seguido y enfadado cogió el libro que había leído antes y lo lanzó por una ventana que estaba abierta y daba al exterior, donde se suponía que estaba ese campo de fuerza que era tan peligroso. El muchacho quería ver qué ocurría con el libro sin someter a nadie, total, habían muchos más libros en clase.

Dante guardó el cuchillo restándole importancia y le preguntó a Ayami si le importaba que se sentaran juntos a partir de ese día para compartir el libro y momentos de tranquilidad en aquel ambiente revolucionado. También le preguntó a Nagisa Sensei si había algún tipo de aula o sala de mantenimiento con herramientas que él pudiera utilizar.

La rubia levantó la mirada del libro para escuchar las instrucciones del profesor, que parecía haber despertado ya de su desmayo. Al parecer no serían ellos quiénes tendrían que asesinarse entre ellos, sino que lo haría Nagisa-san cada mañana. Pero eso no tenía sentido, ¿para que entonces les habían dado los libros y los cuchillos? No, la respuesta estaba en esos objetos, así que volvió de nuevo su atención al libro.

Pero fue interrumpida una vez más cuando anunciaron las habitaciones que compartirían. Levantó la mirada hacia Sora, que se acercó con gran animación. -Hum.- Respondió, mirándola atentamente sin parpadear. No parecía tonta, quizás podría enseñarle una cosa o dos para sobrevivir.

Ayami estaba pensativa, habían pasado demasiadas cosas en poco tiempo, y aún tenía que pensar en como afrontar todo aquello, y también estaba el hecho de que tenía que compartir habitación con un tal Satou que ahora mismo no sabía ni quien era, y no le hacía mucha gracia, ya que desde luego que ese no era un nombre de chica.

Se nota que somos la clase E, mis compañeros son un tanto... especiales, yo no tenía que estar ahí, sino fuese por lo mal que se me da la educación física...

Pero una voz se infiltró en su cabeza, la de Dante, era la primera vez que se fijaba en él, había pasado totalmente desapercibido para ella, y eso que estaba a su lado, pero con todo aquello del pulpoide no se había dado ni cuenta.

- ¿La verdad? No sé que pensar, es muy raro todo esto - dice respondiendo a la pregunta del chico - nunca imaginé que viviría una situación tan surrealista, pero a ver el pulpoide amarillo ese no parecía una persona disfrazada, era como muy real, así que no sé, supongo que toca esperar a ver que pasa, total, no tenemos otro remedio - añade encogiéndose de hombros.

La joven no le quitó ojo de encima al libro que lanzó por la ventana, si sucedía algo con él, sería cierto lo del campo de fuerza.

- Buena idea, veamos que sucede, oh y claro - dijo sonrojándose levemente - puedes sentarte a mi lado siempre que quieras, es bueno hacer amigos y más si toda esta locura es real. Por cierto mi nombre es Ayami Mizushima, ¿y tú eres? ¿Cómo has acabado en esta clase? Yo bueno, se me dan mal los ejercicios físicos...

Al tener una conversación normal, después de todo aquello, parecía que Ayami se relajaba un poco, además el hecho de que el profesor estuviese bien e intentase poner un poco de orden era tranquilizador.

Saiga se puso blanco nada mas ver como Kenichi se cortaba sin miedo alguno con el cuchillo entregado, aunque la palidez pronto paso a un azul enfermizo, lo que le obligo a buscar con rapidez una de esas bolsas de papel que guardaba cerca de sus libros, quitarse la mascarilla y esperar que el desayuno volviera a la mesa.

Tras un par de segundos muy malos para su cabeza y estomago, levanto la mirada para ver como todos repartían pastelitos y dulces que se deshacían en la boca y en los dedos, con lo que la gente se relamía y chupaba, mientras el contenido de alguno de ellos se desparramaba por sus barbillas o boca, todo ello en un baile de azúcar y... -¡¡HMMM!! -Aquella visión de cosas derretirse, aplastarse y desparrarse no era lo mejor para el pobre alumno en esos momentos. -¡¡HHMMMM!! -Era mejor apartar la mirada y concentrar sus fuerzas en no quedar exhausto.

Por suerte el miedo puede mas que la enfermedad y la palmada junto con la justificación del profesor poco después lo levanto de su condena para observar con ojos sorprendidos, aquel profesor quien hablaba de la ejecución como quien hablaba de bizcochos. -¿Bizcochos? O no... -Al parecer no le duro mucho el miedo y regreso a la bolsa.

Al parecer, ya no le quedaba mucho mas que vaciar por lo que alzo la cabeza de nuevo con su mascarilla protegiéndose del exterior, ademas tenia algo mas importante en la cabeza que el hecho de tener que elegir quien ejecutara el profe.

-Sensei... pero yo necesito mi humidificar y aparato dental para dormir... Y eso lo tengo en casa... -Logro susurrar desde el fondo del aula. Sabia también que le había tocado a alguien dormir junto a él y con ese nombre seguramente seria de esos enérgicos, algo que tal vez le perjudicara en las noches.

Suitei, mi compañero, permanece altivo y no responde a mi pregunta por lo pronto. Quizá necesite meditar con quién quiere dormir y es normal, esta clase parece que va a ser muy movida. De este modo mi atención se desvía hacia la historia que cuenta Sora provocando que pegue un respingo con ese sonoro disparo fingido y lleve una mano a mi pecho. Menuda locura.

Recibo entonces la  nota de Sasha y la abro con sumo cuidado, como si fuese algo delicado o pudiese romperse en cualquier momento. Leo un par de veces y la busco con la mirada, asintiendo ante la invitación con una amable sonrisa. Aquella chica se había preocupado de invitarme, probablemente había visto mi deseo de apuntarme a unas cartas que había visto demasiado tarde.

Tienes razón.

Concedo a Ayami ante la reflexión de que esto era complicado de encuadrar y absurdamente extraño. Casi cualquier cosa que podamos pensar sobre lo que sucede queda reducida a conjeturas y teorías en las cuales todo puede caber y ser cierto a la vez. Me suena a algo de física pero ni idea. Como sea no me meto más en su conversación con Dante y tampoco entablo conversación con Masaru ya que su susurro al fondo queda muy lejos de mis posición delantera.

Durante todo este tiempo, Haruhi optó por quedarse callada mientras escuchaba al resto hablar: Koro-sensei explicando el por qué estaba ahí y que debían encontrar a alguien para matar. Sencillamente escuchar que debía hacer eso hundió su ánimo por los suelos y sus ojos cristalinos se habían humedecido más. ¿Por qué ellos y no personas expertas o capaces de sobrellevarlo? Con su vista baja vio que le dejaron el cuchillo y el libro, y notar aquella arma cortopunzante le quitó el aliento... ¿Y si alguien creía que ella era esa cosa célula? ¿Cómo podría aclararlo? ¿Le iban a creer? 

Sumergida en sus pensamientos, tomó el libro con mano temblorosa mientras una pequeña lágrima rodaba por sus mejillas blancas ignorando todo lo que los demás decían. Alzó un poco la vista topándose con Garou, quién al verle directamente podría notar ese pequeño sollozo que intentaba disimular y la peliazul no supo cómo reaccionar ante tal gesto de amabilidad, pero él desvió antes y sintió un poco de alivio. ¿Tendría que hablarle? No, era no era la pregunta correcta.. ¿Podía hablarle a alguien?

Ahora miró a la peliverde, Miu, y con bastante pena y un rubor terrible en sus mejillas, tomó uno de esos dulces. Haruhi parecía que se iba a romper en cualquier momento de tanto nervio.

-Gr-gr... _gracias-y en cuanto volvió a su lugar y los demás continuaban hablando, Nagisa-sensei despertó y se sentó con mucha fuerza debido a que sus piernas flaquearon. Intentó poner la mayor atención posible... ¿Cómo podían tomar eso tan tranquilamente? 

Cuando tomó el número buscó quién tendría el número 11 y vio que se trataba de una rubia, Namine y quiso saludarla, peor en cuanto hizo contacto visual se paralizó y dejó caer su cabeza al pupitre... luego de dejar a un lado su arma, claro. 

 Parece que Kenichi tenía intenciones de hablar con él. Suitei no lo nota al principio; después de todo cuesta bajar al nivel de los demás cuando uno es un ser tan elevado y superior. Sin embargo, finalmente atiende a lo que le dicesu futuro compañero de habitación. Preguntándole si estaba interesado en algún cambio de habitaciones; cosa que dudaba que el sensei permitiese.

- Tsk... tsk... ¿cambiar de habitación por alguna amistad? No, compañero,no tengo interés en ello. Poco me importa tener alguna piyamada o contar secretos a las 2 de la mañana con alguno de los presentes. No veo necesario hacer un cambio. Las habitaciones son la menor de nuestras preocupaciones, sin embargo... tsk... tsk...

 Suitei apunta a el cuchillo y al libro en su banco, dejando en claro que todo el tema del asesinato, de ser verdadero, era una mayor razón para estar preocupados. Sin leer el libro, Suitei lo guarda entre sus pertenencias al igual que el cuchillo.

Naoki se había hecho con una de las carpetas al lado de la ventana, eran sus favoritas, al lado suyo, Kohana se mantenía en el más absoluto de los silencios, justo como él y es que….

¡¿Cómo era posible que les diesen aquella misión a un grupo de alumnos que tenían la fama de ser los peores de la escuela?!

A ver que si las notas de todos eran malas debía haber una razón, o muchas, que posiblemente no eran capaces de comprometerse o ser responsables debía ser una.

Y no digamos que Naoki sea estúpido, él pensaba que todo podía ser una broma de mal gusto, pero uno: no creía que un docente se prestará a hacer aquello y dos, no creía que el instituto se prestará a aquello.

La tercera razón, por otro lado, era que, si existía una posibilidad, por nimia que fuera, de que todo lo que les habían contado, fuese cierto, entonces su preciosa hermana y él estaban en un pequeño e infausto problema.

Incapaz de decir mucho con todo el pandemónium que se había formado, extendió una de sus manos hasta su hermana, y cerro los dedos alrededor de los suyos en cuanto ella le devolvió el gesto.

Y es que, Naoki necesitaba de la presencia de Kohana para sentirse completo, eran uno solo, después de todo.

Y luego, claro, el profesor despertó y la dura realidad golpeo a Naoki, una palabra… separación…

Sus ojos se fijaron por primera vez en Nagisa sensei.

-Espere ¡no puede! Kohana y yo hacemos todo juntos, quiero quedarme con ella –declaro, repentinamente aterrado ante la idea de separarse con un peligro tan latente cerca.

Aiko se mantuvo cruzada de brazos con esa sonrisita pícara en el rostro a la espera de que se peleasen por el dinero o lo devorasen con ojos de lobo hambriento, pero en contra de sus expectativas lo que sucedió no fue aquello, sino algo muy, muy diferente. La mayoría ni siquiera le prestó atención, cosa que le provocó un pequeño tic en el ojo hasta que alguien por fin decidió responder... De una forma completamente distinta a las posibilidades que ella imaginó. Primero Sasha, con palabras que la descolocaron por completo y luego aquel chico Yu, tan presto a cargarse a alguien desde el primer momento. Aquel pequeño tic en el ojo se había vuelto mucho más evidente de pronto, una vena se le hinchó y, en general, parecía apunto de explotar. Y explotó.

-Ustedes dos...- Dijo con un tono cargado de indignación. -¡Como se atreven! ¿Acaso saben con quien están hablando? ¡Un par de don nadies como ustedes dos deberían conocer su lugar! Además, ¡Tú encima votando a la desesperada buscando matar a alguien!- Apuntó directamente a Yu, con el dedo. -¡¿No serás una de esas cosas?! ¡Con esa cara horrible que tienes de seguro...!-

En fin, digamos que la zanahoria no se guardó mucho. Sus palabras enfadadas pasaron por encima de la voz del profesor Nagisa y ni siquiera se percató de la existencia de este mientras descargaba su molestia sobre aquellos dos que le habían desafiado. ¿Intenciones de parar? Ninguna en absoluto, no al menos hasta que el profesor se pronunció de forma tan inesperada y poco habitual. Aquello no solo descolocó al grupo de Yu y Saha, sino también a ella quien segundos atrás estaba completamente irritada y ahora, sin embargo, mantenía la boca cerrada del todo. Al final se resignó, apretó los puños, se cruzó de brazos e hizo un gesto rápido con la cabeza en señal de desprecio que agitó en el aire sus cabellos anaranjados.

El resto de las palabras del profesor pasaron sin pena ni gloria para ella, quien aún se mostraba disconforme y un poco incrédula ante todo lo que estaba sucediendo. Asesinar, seres modificados y lo peor de todo, quedarse en la escuela durante quien sabe cuanto tiempo. Sin embargo ya no podía evitarlo y, cuando se le acercó la caja, no pudo evitar soltar un prolongado suspiro antes de meter la mano y sacar cual sea que fuese el número que le correspondiese. 

Cuando encontró quien sería su pareja de habitación curiosamente Aiko no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa. Miró a Nao y, sonriendole de medio labio, le devolvió aquel guiño de complicidad de forma calmada. Casi daba la sensación de que la conocía desde antes pese a que al igual que ella no tenía ni la más mínima idea de quien se trataba, únicamente le seguía el juego.

Dante agradeció las palabras de Ayami con una leve sonrisa. 

Yo soy Dante Nage y estoy aquí porque mis padres me han obligado, saco malas notas porque juego hasta tarde con las consolas y luego me duermo en clase. - dijo como si le pesase cada palabra que iba soltando. Tras decir esto, empezó a rebuscar su móvil entre sus bolsillos, era tan desorganizado que lo colocaba en cualquier bolsillo sin prestar atención.

Aquí está, te dejo mi número por si ocurre algo. Al final si la historia es cierta, mejor que estemos comunicados - dijo el muchacho mostrando su contacto.

Al ver que mis compañeros no le estaban dando a este asunto la importancia debida, decido tomar al toro por los cuernos y procedo a exhibir nuevamente mi herida, mientras elevo un poco la voz para llamar la atención de mis compañeros.

Bueno, ante todo me presento, mi nombre es Nobunaga Kenichi, ahora les pido a todos que no os tomeís esto a broma, estas armas son muy reales. - digo mostrando mi herida.

Sinceramente creo que el pulpoide y los suyos van a intentar acabar con nosotros de forma rápida y brutal, pues su objetivo real no somos nosotros, sino todos los que que ahora están fuera de la barrera.

Nuestros padres, hermanos, familiares y amigos, depende de nosotros mantenerlos a salvo, porque si fallamos, ellos serán los siguientes, es por ello que les pido que se lo tomen con seriedad. - sentencio con seriedad.

Y por favor mantengámonos unidos hasta el final, pues de lo contrario el pulpoide y los suyos ganarán. - dicho esto último, regreso a mi pupitre a vendarme tlu leer el libro que nos dejó Kkokoro-sensei

La presión, la tensión, la falta clara de directrices a cumplir, y el más que claro y evidente incumplimiento del horario programado para la impartición de clases al añadir un nuevo objetivo para el curso, hizo que Yoshito perdiera los pocos nervios que le quedaban intactos tras su seminario de estudio y ejercicio. El hecho de ver con quién compartiría habitación, no fue más que un extra que hizo que el vaso de estrés de Yoshito finalmente desbordara.

Hablando de desbordar, echando espuma por la boca, este cayó al suelo desmayado.

Al ver a Yoshito desplomarse desmayado, Namine no lo duda ni un momento y echa a correr hacia él, con el corazón palpitante de preocupación y sintiendo que sus ojos se llenan de lágrimas.

La joven no puede evitar pensar si al apuesto muchacho le habrá sucedido algo malo y trata de buscar la forma de ayudarlo. Sus manos recorren la espalda de Yoshito, intentando darle la vuelta a su desmayado cuerpo.

-¡Oh, mi príncipe! ¿Qué te han hecho? -pregunta, con gran preocupación. Luego, volviéndose hacia sus compañeros, pronuncia esa frase que toda persona debería decir al menos una vez a lo largo de su vida-. ¡Por favor, un médico! ¿Hay algún médico en la sala? ¡Es urgente!

¡Por favor, un médico! ¿Hay algún médico en la sala? ¡Es urgente!

Como todo héroe de aventura, Sora alargó la oreja al escuchar el grito de socorro de Namine, activando su sentido arácnido dando un salto para bajarse de la mesa en la que estaba sentada.

- ¡Apartaos! Me he pasado todos los Trauma Center, ¡dejadme paso! – En realidad le faltaba el último para pasarse ya que un capítulo se le quedó atravesado siendo incapaz de pasárselo, pero ese sería un secreto que se llevaría a la tumba.

Prácticamente apartó a todos los que estaban en su camino de un manotazo para tirarse de rodillas al suelo al lado de Yoshito Takuto y Namine. Había visto ese movimiento tantas veces, derrapar de rodillas para llegar a tu objetivo que prácticamente lo tenía interiorizado. Pero claro, en los videojuegos no había personas, pupitres, sillas y un suelo más duro que una barra de pan de hace cuatro días, así que al tirarse no se deslizó, más bien casi se mata contra dos mesas provocándole un chichón en la frente.

- Estoy… estoy bien. Sólo he perdido medio corazón.- Parpadeó para terminar de acortar camino a gatas, colocando una mano en el hombro de la joven rubia.- No te preocupes, yo me encargo.- Se crujió los dedos, ladeó el rostro… antes de empezar a hacerle cosquillas al delegado, moviendo los dedos en torno a su cintura.- Eh tú, “Vincent Brooks”, ¿estás bien? – Esperó a que recuperara la conciencia antes de colocarse muy, muy pegada a Namine.- Posiblemente veas doble por la contusión, porque somos muy parecidas.- Claramente eran “idénticas”. Una morena que parecía que se había enchufado a una máquina de monster y la otra rubia y calmada. Hermanas gemelas.- No te meteré en un juego con ovejas, pero ante la duda simplemente ¡escala más alto!

Ya fuera para bien o para mal, Nao-chan se sorprendió un buen tanto cuando encontró respuesta afín en la que sería su roomie, y es que ¿cómo mantenerse indiferente cuando quizás podría tener eco en sus normales excursiones a la aleatoreidad?

No obstante su animada sonrisa fue casi enseguida reemplazada cuando, tras sufrir lo que parecía un colapso nervioso, el efusivo Takuto se desmayó con toda la clase como testigo, pero a diferencia de Namine que parecía a punto de otro colapso similar el gesto que se dibujó entonces en la cara de Nao fue de sorpresa.

— Wow...implotó — dijo en voz lo suficientemente audible, acercándose no precisamente para ayudar sino para mirar mejor, claramente emocionada cuando Sora parecía tomar las riendas del asunto. Ella por su parte hubiera picado con un lápiz al delegado o quizás habría optado por zangolotearlo, pero a esas alturas dudaba que la dejaran hacerlo...