Partida Rol por web

-Vaya Nao dibujas... bien. -Se atraganto mientras intentaba no reírse.

Sonreía orgullosa. 

— Husbando ya eres — dijo a Kiyoshi — pero si, un pulpoide estilo koro-sensei tendría su encanto... —

Hacia Kenichi y Masaru levantó el pulgar con el resto del puño cerrado en señal de "victoria".

La rubia miró a un lado, y luego a otro, antes de suspirar. Luego comenzó a sonreír ampliamente. Ahora que nos les quedaba sospechosos, ¿comenzarían a matarse entre ellos? Le hubiera gustado ver al menos por un agujerito...

Colocada en la espalda de Miu, pasando sus brazos por la cintura de la pastelera, Sora esperaba tranquilamente a saber novedades mientras se prendía con el olor del cabello de su amada. No veía necesario decir nada hasta ahora, aunque el dibujo le sacó una sonrisa al ser una representación de cómo le veían todos.

Pero llegó un nuevo invitado, su compañera de habitación y con quien había compartido un par de noches de juegos. Soltó a Miu para acercarse a Kajiwara y le dio un fuerte abrazo con una sonrisa.

- Me alegra verte, amiga. Espero que hayas guardado la partida antes de llegar aquí.- Aquello cada vez parecía una reunión familiar, sólo necesitaba esperar a que el resto terminara con la historia.

Sacudo la mano a modo de saludo a la recién llegada.

Disfruta de la antesala de la muerte definitiva. Si tienes enchufe puedes volver, como Garou-san, pero si eres como el resto te quedarás encerrada con tus asesinos hasta que te dejen descansar en paz.

Le dedico una mirada a Nao. Me encojo de hombros, no hay mucho que añadir.

¿Husbando?

La rubia le hizo "pat pat" en la espalda a Sora, y buscó algún sitio libre. -Mientras el idiota de mi nuevo compañero de habitación no toque nada, los saves estarán a salvo.- Dijo a su compañera.

Miró a Kenichi y le agradeció el saludo con un asentimiento.

— Lo que es Yu para varias, por lo que le dicen que tiene harem — explica no sin sonrisa gatuna a Kenichi.

— Hola Emiri, cuánto tiempo... —

¡Me alegra ver que tenemos tanta compañía!

¿Alguna novedad de los pre-Muertos?

Aaaaaaahhhhhhh... ahhh... ¿ah?

Son las palabras que expongo, con gran elocuencia, ante la explicación de Nao.

¿Entonces tú eres waifu? Por lo que he escuchado...

No termino la frase, ya que Yoshito sigue con su número. Bufo. Miro alternativamente a Kajirawa y a Sora.

No os entiendo. Pero la verdad es que para estar aquí mirando al infinito desde hace no sé cuánto... me apuntaba a jugar a algo.

— En teoría — respondió fingiendo seriedad — aunque yo no tengo un harem...o un pretendiente, ya que estamos, lo de Kiyoshi es unilateral —

— ¿Y si jugamos al ahorcado? Ya saben: adivinamos palabras letra por letra y por cada error vamos cerrando más la cuerda en el cuello de alguien — señaló al delegado — no es que podamos morir otra vez... —

Al menos no habían propuesto de nuevo cartas. La verdad la había hartado un poquito el tema del grupo de Sasha. Le hubiera gustado poder matarla sólo porque si...

-Cualquier cosa que sea hacer sufrir a dos caras aquí...- Señaló al delegado. -Me parece de puta madre. Quizas con una cuerda en el cuello podrían callarlo.

-Sora, ¿te trajiste al menos una cónsola portatil?-

Al ver el dibujo de Nao-chan, Miu ríe. Ella hizo lo propio y tomó su libreta, mientras que en varias hojas de la misma dibujaba la misma silueta, solo que con leves diferencias.

La rapidez con la que la chica dubujaba era inhumana para el nivel de detalle que manejaba. Al terminar, le mostró orgullosa a sus compañeros su trabajo mientras movía las hojas con rapidez.

- Yo me imaginaba más algo así - rió y se fue a abrazar a Sora para darle un beso en el cuello y luego mirar al delegado -. Apoyo a Emiri-san. Seguro como el gran líder que es, no le importará - su mirada era felina.

Una más cayó al lugar, una más que la guardiana ayudó. Esta vez se trataba de Ayami Mizushima, una inocente más. - ¿Estas bien pequeña? - Miró a los demás - Ahora que la mayor ayuda de ahí arriba está aquí con todos nosotros... Solo queda esperar que la única capaz de hacer que vuelva uno más, actue... Eso o que den en el clavo con el contaminado que falta - Informó la guardiana mirando aquel cielo negro.

-¡*CoOf* *cOoF*!

¿Así que eso era lo que se sentía la estar muerto? Pues vaya...

- Sí, eso creo, aunque supongo que aquí poco podemos sentir ya... En fin, ha faltado poco, con suerte el último de los míos podrá vengarnos, y así nuestras muertes no habrán resultado en vano...

Miu vio a la recién llegada y le sonrió con amabilidad. Luego, escuchó las palabras de la guardiana y miró a la nueva.

- La verdad creo que se tardarán mucho porque es alguien prácticamente invisible. Solo digo que esto es aburrido y espero que termine pronto - abrazó a Sora fuertemente.

-Si es invisible, tiene que ser alguien que tenga una capa de invisibilidad -razonó la Naminé, mesándose el mentón, con aire pensativo. Las palabras de Miu eran las primeras que le causaban interés en largo rato-. Y no he visto a nadie con más pinta de Harry Potter que Suitei Ogesana.

Me quedo asombrado viendo los dibujos de Miu y escuchando las teorías. Era sencillamente asombroso.

No vi nada raro en mi compañero. Era... demasiado normal. Tal vez.

Tras la única aclaración que hago al tema vuelvo a centrarme en Nao y en su explicación. Me encojo de hombros con cierta indiferencia.

¿Le robaste el corazón? ¡Qué mala!

Le saco la lengua. Y miro a Ayami algo extrañado.

¿Eras una contaminada?

— ¡Me lo sacó a mi con su forma pulpoide! — explicó a Kenichi ruborizada, tras lo que mostró como había un enorme agujero donde debía estar su corazón (pues ya muerta para qué más le iba a servir). Escuchando a Miu, siguió hablando — ¿Al final habré tenido razón en lo que les comenté antes de que me mataran...? —

Y con Suitei poco a poco se acababan las esperanzas para la humanidad. La guardiana fue a tratarle como a todos hasta ahora. - Se acaba el tiempo - Decía mientras lo analizaba bien al pobre Ogesana y lo ayudaba a despertar - Si no descubren pronto al último contaminado, será el fin de nuestra raza como tal.

-Esperemos que eso no llegue a pasar, y bienvenido Ogesana-san. - Dijo finalmente mientras os rejuntaba a todos