Partida Rol por web

El shaman vuelve sobre sus pasos saliendo del túnel de subida, mucho más pequeño que el monstruo.

- ¿Era necesario? - pregunta totalmente sorprendido - Era bastante más sencillo escapar. Por otro lado me alegra de que hubiésemos llegado a un acuerdo - añade aún algo confuso.

Bastia yacía en el suelo, otra vez golpeada por aqauella criatura, pero todo parecía indicar que no era el final de la brinchie pese al quejido que emitía en cada respiración.

Grendalin sonrió cuando el proyectil mágico que lanzó impactó a la criatura dejandolo aturdido, confiando en que los demás lo remataran.
Pero mientras veía como los ataques de sus compañeros no hacían mella en la criatura empezó a retorceder poco a poco.

Esto no me parece que vaya a ser bueno para mí.

Efectivamente la cosa con tentáculos volvió a golpear a Bastia y se lanzó sobre él. No había nada que pudiera hacer para evitarlo y cerró los ojos mientras se encogía esperando el golpe mortal. Podía oler el aliento putrefacto de aquel ser. Apretó los dientes tan fuerte que rechinaron...pero el golpe nunca llegó.
Timidamente abrió uno de los ojos para ver qué pasaba, y se encontró con el capitán al lado de la criatura con su espada manchada en su sangre.
Cayó al suelo de culo y suspiró aliviado.

Muchas gracias capitán. Por un momento creí que me iba a reunir con mis antepasados. Le debo la vida.

Quería levantarse pero sus piernas todavía temblaban y no le respondían bien, por lo que hasta pasado unos minutos no pudo hacerlo. El corazón le bombeaba tan fuerte que no le dejó escuchar el comentario del shaman.

Espero que ahora podamos irnos de aquí tranquilamente.

Flogdegnurt estaba enfadado consigo mismo por no haber sido de ninguna utilidad en aquel combate. Y para colmo, ese druida o lo que fuera, diciendo si era necesario derrotar al monstruo ese. 

-¿Necesario?¿Tu pregunta si matar monstruo necesario? No ze zi tan zencillo ezcapar, pero nozotroz necesitamoz manipaur. Y ella guardaba. Zerá mejor hacerse con ella antez de que suceda nada máz y zalir de aquí. 

El shaman asiente al goblin.

- Bueno, yo había entendido que ya teníais el manipaur - contesta - Mis disculpas si no lo era así. En cualquier caso será mejor irse de aquí lo antes posible.

-Cierto...y por tenerlo monztruo ataca-contestó Flogdegnurt incapaz de comprender lo que le quería reprochar el druida-...o ezo creo ¿Tu dicez que debimoz zalir corriendo arriezgando a que monztruo noz matara? Nozotroz nunca hacemoz azí. Grendalin coge Manipuar. Nozotroz cubrimoz Grendalin y vencimoz monztruo. Ahora nozotroz tenemoz Manipuar y vozotroz oz libraiz de monztruo ¿Qué problema tienez?

Por fin tenían el objeto y no habían tenido ninguna baja. Grendalin había sobrevivido al final y Bastia respiraba. 

Grendalín agradeció el que Norm hubiera matado al monstruo. 

—No hay problema, luego es su turno intentar explicar que hace exactamente ese objeto y aprender a utilizarlo. 

Flog hablaba con el Shamán, que quería que saliéramos de allí.

 —Un momento, por favor, debemos atender a nuestros heridos. Enseguida nos iremos. 

Se acercó a Bastia. La brinchie había sido doblemente despedazada pero se aferraba a la vida. Otra vez podrían recomponerla. 

—Vamos, compañera, vas a salir de aquí. 

El shaman asiente a las palabras de Norm.

- Comprendo - pero no es capaz de ocultar su intranquilidad.

—No creo que haya ningún monstruo más cerca de éste. Se los habría comido. ¿Alguien sabe que criatura era? ¿O a quién servía? 

Bastia estaba destrozada, pero Norm podía ayudarla. Consiguió que hasta se pudiera mover. 

—Vamos, que no eres Softie, eres Bastia y puedes moverte incluso con esas heridas. Después de todo, la mayor parte de los desgarramientos fue encima de cicatrices anteriores, no te golpeó en el poco pelaje que te queda...

Luego se dirigió al Shamán. 

—Ya podemos irnos. No hemos molestado tumba alguna Vikmordere, sino unas élficas. Y siendo elfos los que lo han hecho —señaló a Grendalín— Tomando algo que dejaron para ellos. Damos las gracias por su ayuda y a los Exploradores Grises y al Reino Libre del Norte nos gustaría formar una alianza con vosotros contra la Llama y la Oscuridad. 

Creo que ya están haciendo callo. - dijo Bastia palmeando el hombro de Norm a modo de agradecimiento cuando por fin se pudo poner en pie.

Pese a sus héridas y los temibles embites que había soportado, avanzaba por su propio pie como si no hubiera sucedido nada*.

Cuando pasó junto al cuerpo de la criatura, no pudo evitar arrearle una patada despectiva soltando un bufido.

le di una patada a la criatura ... - era dura ..., estas bien gatita??? - digo de forma cojoca al ver que se recupera

El druida no parecía tener más objeciones, lo que era bueno. 

Sonrió al ver que Bastia se levantaba con suficiente vitalidad como para darle una patada de rabia a la bestia muerta. 

-Me alegro que tú bien, Baztia-dijo Flogdegnurt-¿Tenemoz lo que buzcamoz? Zi ez azí, mejor machar. 

Lanzaba la pregunta al aire, para cualquiera que pudiese determinar la autenticidad del hallazgo. 

Se acercó a Grendalin para ver como era lo que se suponía, era el Manipuar. Que total, nada sabía de estas cosas. Era más que nada curiosidad.

Cuando salieron, Norm trato de entablar buenas relaciones con los Vikmordere. Al shamán, que parecía algo ilustrado, le explicó la situacion del Imperio, del estado al que ellos representaban y la misión de los exploradores grises. Les aseguró que si necesitaban ayuda contra la Llama o la Oscuridad, podrían pedírsela. 

Luego miró al escriba. 

—¿Puedes echar un vistazo a esa cosa mientras volvemos?

Finalmente habían logrado salir todos con vida de aquella tumba elfica antigua. Grendalin estaba seguro de que Bastia había muerto, dos veces. Pero se alegró de que no fuera así, era una gran guerrera sin duda, y seguramente el haber estado ella recibiendo ataques había hecho que el escriba saliese menos magullado.
Pero ya estaban fuera y tenían el objeto que habían venido a buscar. Al eldakar le hubiese gustado ponerse a examinarlo allí mismo, pero necesitaban un lugar tranquilo para hacerlo, por no hablar que aún estaba resentido y le dolían las costillas allí donde aquella cosa había apretado fuerte.

El capitán se hizo eco de sus pensamientos.

Sí. Esa es mi intención. Pero preferiría descansar un poco antes de hacerlo. Me gustaría saber bien lo que hace antes de que lleguemos a Rybalka y se lo enseñemos a Myhal.

- Podéis considerarme vuestro aliad en cualquier lucha - contesta a Norm el shaman - Sin embargo nadie en mi pueblo podría ratificar esa alianza en nombre de todos nosotros. Solo en tiempos de guerra nombramos jefes, y aún así generalmente no son aceptados por todos. - el shaman se encoge de hombros.

Ya fuera de la tumba, el shaman y sus hombres se despiden de los sureños. Aunque la mayoría de los Vikmordere se mantienen desconfiados y atentos, Nyndn'rl se muestra totalmente relajado. Aún así el tampoco puede evitar que se vea el alivio en su cara cuando el grupo se aleja del túmulo.

Durante el viaje Grandalin tiene tiempo a examinar el extraño puño. No tarda mucho en creer que es realmente un objeto fabricado por los propios ascendidos: alrededor del objeto hay una muy poderosa, pero muy pequeña, aura mágica. Apenas se extiende más allá de unos milímetros de él. Sin embargo, el objeto parece absorber cierto tipo de aura (seguramente nigromanticas) en un gran área, seguramente de varios kilómetros de radio.

Flogdegnurt se despide con una reverencia. 

-Yo agrezco en mi nombre, en nombre de ezploradorez grizez y en nombre del pueblo elfo. Nozotroz debemos a ti.Tu ziempre amigo. Vikmordere amigoz.

Y luego comenzó a caminar de vuelta a Ruybalka, sin mirar atrás.

Bastia solo hizo un gesto de cabeza a los vikmordere, magullada como estaba y con suficiente mala leche como para preferir no abrir la boca.

Parecía que el destino le había puesto en los Exploradores para batallar contra la muerte más que contra los enemigos y que no fuese a abandonar su misión no quería decir que le tuviese que gustar.

Una vez que se aseguraron de que no había más peligros en el mausoleo subieron las escaleras y recuperaron algo de resuello*.

- Amiga, esta vez ha estado cerca. ¡Déjame que te revise esos zarpazos! La criatura era dura por todas partes, eres increíblemente tozuda ante la muerte.

Dicho esto se inclinó sobre Bastia y vertió lo que le quedaba de ungüento sobre las heridas de la brinchie.

- No es mucho lo que puedo hacer ahora, pero la limpiaremos bien y debe ser suficiente. Seguiré tratando esa herida cuando lleguemos a Ryalka de nuevo.