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Hombres de Honor

La fiesta de Nochevieja

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31/08/2020, 18:22
Director

La fiesta de Nochevieja

No hacía mucho que una copiosa nevada navideña había llenado las calles de Nueva York de un blanco virginal que dotaba a la ciudad de un aire que traía a la mente la imagen de esas postales navideñas que se enviaban a los parientes de Sicilia. La nieve se acumulaba de manera más abundante sobre los capós de los coches y en los tejados de las casas, incluso las escaleras de incendio de los edificios, sus alféizares o cada pequeño hueco o saliente al que había tenido acceso. Las aceras estaban cubiertas por más de tres palmos de nieve, y en algunos tramos se volvían peligrosamente resbaladizas, haciendo que resultase prácticamente imposible diferenciar donde terminaba el bordillo y comenzaba la calzada. Las chimeneas de los edificios humeaban en aquella fría noche en la que en circunstancias normales habría menos gente en la calle dado el poco halagüeño aspecto que presentaba la ciudad. Pero no era una noche normal, era la Nochevieja del año 1927 y mucha gente, joven sobre todo, buscaba salir a divertirse y pasar un buen rato para dar la bienvenida al nuevo año.

Cuatro figuras caminaban por una calle iluminada tenuemente por el resplandor de algunas solitarias farolas, las luces que se colaban desde las ventanas de los apartamentos donde muchos todavía esperaban a recibir el Año Nuevo, y los bares que escupían al exterior algo de iluminación acompañada por el vaho de bebidas prohibidas y calor humano. Quedaba algo más de una hora para que el último día del año se postrara dando paso a uno nuevo cargado de esperanzas y buenos deseos, y aunque la mayoría de las personas de bien se encontraban refugiados en sus casas a la luz de sus lámparas y el calor de sus estufas, la juventud esperaba encontrar en las calles la calidez de los edificios donde los bares permitían una noche de risas y bailes. Y allí era a donde se aventuraban aquellos cuatro jóvenes muchachos que querían algo de marcha y diversión.

Mientras que las calles del barrio permanecían completamente vacías, a excepción de unos pocos transeúntes, los aledaños de los locales aglutinaban una numerosa juventud en busca de un ambiente más festivo. El local de Marinni ocupaba una esquina que daba en su parte anterior a Grand Street, una vía ancha y de doble sentido donde el ir y venir de vehículos era tan frecuente que incluso la nieve había respetado buena parte del asfalto o se había derretido ya bajo los neumáticos al tiempo que adquiría un color oscuro y desagradable. La parte lateral del garito daba a Mulberry Alley, donde un estrecho callejón sumido en la penumbra rodeaba el local hasta un patio trasero en el que se amontonaban cajas vacías y cubos de basura, además de una nutrida colonia de ratas que se daban su particular festín con los desechos del negocio.

Los cuatro muchachos eran Enzo Pagnotto, Salvatore Marrone, Luigi Bacoli y su primo pequeño Filipo Benedetti. Enzo, al que todos llamaban Faccina debido a la habilidad que tenía para conseguir lo que se proponía gracias a su cara de niño bueno, había convencido al grupo para salir a escuchar algo de la música que ponían en el local de Marinni, donde aseguraba que él y su banda de jazz iban a dar el próximo gran show. Los cuatro cruzaron juntos la nevada calle principal hasta llegar a las puertas del local. Las risas se escuchaban incluso desde el exterior, donde un par de hombres cubiertos con gruesos abrigos y el sombrero calado para protegerse del intenso frío hablaban entre ellos al lado de la puerta. Todo cambió repentinamente al cruzar el umbral. Un estallido de luz, humo y ruido inundó sus sentidos. Decenas de personas riendo, fumando y bebiendo celebraban la Nochevieja. La gran mayoría eran desconocidos para ellos, pero también pudieron ver algunas caras conocidas, como Marcos Romano, cuyo padre trabaja en el periódico local Evening Post; Fabrizzio Rubini, estibador en los muelles; Alessandro Schilliamini, que se ganaba la vida en la frutería de su tío; Luca il Bello Drovandi, siempre acompañado de alguna rubia explosiva; Carlo Manfredi, que ayuda a su padre en la zapatería que tiene en Little Italy y cuyo tío fue en tiempos jefe del sindicato de estibadores; y por supuesto, Julia Scalfaro, el amor secreto -y no tan secreto- de todos los chicos del barrio.

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02/09/2020, 09:47
Filippo Benedetti

La noche vieja era un día de fiesta, de júbilo. En muchos trabajos paraban la actividad desde medio día o a media tarde, para dar tiempo a sus trabajadores para pasar más tiempo en familia, preparar la cena y demás. Pero no era el caso de la tienda de Sal. Allí se trabajaba hasta última hora y un poco más. Lo que fuera con tal de ganar unas perras extra a base de atender a los olvidadizos de última hora. Normalmente, no más de dos o tres personas que venían a por sal, unos huevos o cualquier otra chorrada. Como fuera, el caso es que para Filipo era un día extenuante. 

Salir tarde, llegar a casa, la cena...pensaba que se iría pronto para cama. 

Sin embargo aquel año fue diferente. Su primo Luigi algo estuvo hablando con su padre para que lo dejara salir. El muchacho permaneció mudo durante la conversación, pero para su sorpresa, su padre accedió a dejarle salir con los muchachos. "Si tiene edad para trabajar, la tendrá para salir en noche vieja. Pero échale un ojo, que no se meta en ningún lío".

No se imaginaba porqué su primo se buscaría un "marrón" semejante, pero a pesar del cansancio, no iba a perder la ocasión de salir de juerga con la panda de su primo. Una vez estuvieron los cuatro juntos vinieron las innecesarias presentaciones. Todos se conocían del barrio. Así que ahí estaban. Parecían los amos de la noche; cuatro muchachos decididos a comerse el mundo. El plan era ir a una fiesta o algo así en un local de Jazz. Estaría bien. Nunca había podido entrar en uno de esos tugurios. 

Cuando llegaron al local, Filipo se quedó algo tímido mirando desde la puerta a través de la neblina provocada por el humo de tabaco. Viniendo de la calle, se agradecía ponerse al calor. Por allí veía mucha gente conocida del barrio. Incluso Julia Scalfaro, una tía cañón. Le dio con el codo a su primo mientras la señalaba disimuladamente. 

 

-¡Guarda chi è!¡Mamma Mía, come sta quella ragazza!*

En aquel ambiente se encontraba bastante descolocado entre tanto adulto, así que dejó que fuera otro el que llevase la iniciativa. Simplemente, se dedicó a mirar y a escuchar. En un lugar como aquel se podría aprender mucho de muchas cosas. 

Notas de juego

*¡Mira quien es!¡Madre mía, como está esa chica!

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02/09/2020, 21:48
Luigi Bacoli

Era Noche Vieja, una noche especial. Reunión con la familia, una cena distinta, pero también un día para salir por ahí. No habían muchos días en que salir a celebrar algo. Este era uno de ellos. Un año se iba y llegaba otro, lleno de proyectos y esperanzas. Atrás quedaban los infortunios del año vencido.

Luigi, tras la cena, había quedado con algunos de los chicos. La idea era recibir el Año Nuevo con una copa y escuchando algo de Jazz. Y quien sabe si alguna muchacha, se dejara llevar más por la noche que por el físico del destartalado Luigi...

Su madre siempre se lo decía "hijo, si te dieras un repaso de chapa como los que das a esas máquinas del diablo, tendrías a las chicas haciendo cola por salir contigo!!!"

Bueno tio, que me dices? El muchacho trabaja duro y ya tiene 16... O empieza a  hacer cosas de hombres o tendrás a un chiquillo toda tu vida. Yo me encargo de que se controle, nada de alcohol fuerte, prometido!!! Para el un par de cervezas y el resto Coca-cola. Y le daré algo para que coma... y siii, nada de lios.

Salieron a la calle, y Luigi, le dió un abrazo a Filipo.

Bueno pequeñajo, a portarse como un hombrecito. Nada de meterse en problemas o te doy una paliza con una llave inglesa!!! Hoy sales con los mayores, no la cagues.

La pandilla se fue reuniendo y entre risas se fueron acercando al local de Marinni. El frío era intenso en la calle, pero el vaho que se veía en las ventanas del local indicaban que el calor humano ahí a dentro haría del lugar un sitio agradable.

Al entrar Filipo se quedó con la boca abierta, pero reaccionó rápido al ver a Julia Scalfaro.

-¡Guarda chi è!¡Mamma Mía, come sta quella ragazza!*

 Ehhh, olvidate de ella. Mas que una chica parece el parque de atracciones de Lake Compounce, tiene más visitas montando sus atracciones de las que podemos hacer nosotros 4 en un día. Ni el dunddy de Enzo caería tan bajo.

Notas de juego

Lake Compounce, Estados Unidos (1846) A unas 2 horas de Nueva York se encuentra el parque de atracciones más antiguo de los Estados Unidos.

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03/09/2020, 09:07
Filippo Benedetti

-Pues yo caería sin dudarlo-contestó filipo-.

Los ojos le brillaban solo e pensar en ello.

-...pero esa...esa no miraría para mí ni que me estuviese muriendo en mitad de la calle. Bueno ¿qué?¿entramos?

 

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06/09/2020, 15:10
Director

Los primeros minutos tras la llegada del grupo fueron un ir y venir de gente acercándose a saludarlos, antiguos compañeros de escuela y otros amigos de la pandilla cuando eran más jóvenes, pero todos eran del barrio. Algunos de ellos bromeaban con que hubiesen traído al pequeño Filippo pero el argumento de que si ya era mayor para trabajar lo era para ver mundo terminaba convenciendo a todos. Finalmente, lograron llegar a la barra para hacerse hueco donde Francesco, un barman de aspecto serio con los hombres y sonriente y amable con las mujeres pero siempre atento y buen conocedor de su trabajo, les sirvió un trago en una taza de té, que era el método que se utilizaba tanto en aquel como en muchos otros antros semejantes para servir el alcohol y burlar alguna visita policial inesperada. Francesco estuvo reticente a servirle algo a Filippo, pero finalmente Luigi le convenció de que el chaval se merecía beber algo, así que finalmente le sirvió una cerveza.

El ambiente de camaradería que sólo se da en ocasiones especiales fue la tónica de aquellos primeros minutos en Marinni, gracias al reencuentro de viejas amistades y aquel sentimiento especial que acompañaba a las festividades señaladas como la de aquel día. Sumidos en medio de tan agradable entorno, aprovecharon para ponerse al día con viejos conocidos, recordar viejas correrías y anécdotas. Uno de los primeros en acercarse al grupo fue Alessandro Schilliamini, un chico delgado, pálido y de pelo moreno, con una ancha sonrisa siempre presente en su rostro y un carácter de lo más extrovertido y simpático, al que por cierto sabía sacar partido en la tienda de su tío Genaro donde encandilaba a los clientes con su labia. En cuanto vio al grupo corrió hacía ellos y les saludó con un fuerte abrazo, revolviendo el pelo de Filippo y contándoles alguno de sus famosos chistes. Marcos Romano, un chaval de sus años, mediana estatura, no excesivamente delgado pero tampoco robusto, de tez morena, ni guapo ni feo y tan tímido que uno debía mirar dos veces para asegurarse de que seguía ahí, les contó que entró recientemente a trabajar en el periódico Evening Post como aprendiz. Su padre era el linotipista y logró enchufarlo cuando el corazón del viejo Fucci, el dueño del periódico, dijo que hasta allí había llegado. Todos conocían esa historia, al viejo lo encontraron con los pantalones bajados sentado en el lavabo de su casa. Marcos se encargó de recordarla y añadió jocoso con un guiño que "quizá apretó demasiado". Otro de los que se acercó a saludar a la panda fue Fabrizzio Rubini, un joven de mediana estatura que lucía una barba de varios días, ancho de hombros y fuerte como una mula. Tras estrechar la mano con él tuvieron que sacudirla para quitarse el entumecimiento que les había provocado su fuerte apretón. Fabrizzio trabajaba en los muelles, donde entró varios años atrás siendo más pequeño que Filippo por entonces. Su padre también era estibador, y el hijo estaba dispuesto a emularle. Fabrizzio cargaba con una cara permanente de enfado y un carácter hosco que quienes lo conocían de verdad sabían que era pura fachada.

Cuando llevaban un rato hablando y riendo con los chistes de Alessandro, Carlo Manfredi se acercó hasta ellos y los saludó efusivamente. Carlo era un joven de aspecto normal salvo por su enorme nariz aguileña, de un tamaño desproporcionado respecto al resto de su cara. Alessandro solía decir en tono burlón que bien podría fumar bajo la lluvia y el cigarro no se le apagaría, una broma de la que Carlo era el primero en partirse de risa pues se tomaba el tema con humor y achacaba el aspecto de su nariz a la herencia de un antepasado emperador romano, lo cual le daba un aire distinguido que ninguno de ellos tenía. Lo cual era rematado por Alessandro diciendo que tendrían que imprimir monedas más grandes para poder grabarle de perfil en ellas. Carlo iba bien vestido, probablemente era el tipo más arreglado de la fiesta, y lucían especialmente sus zapatos italianos de calidad superior. Su padre era dueño de una zapatería a la que acudía lo más selecto de Little Italy. No obstante, su prosperidad provenía de los muelles, donde su tío paterno fue el jefe del sindicato de estibadores. Ya fuera por el respeto que generaba su tío o porque su padre realmente era un buen zapatero, el negocio floreció como un vergel. Sin embargo en los últimos tiempos su familia tenía problemas con ciertos pagos a Albert Anastasia, magnate de los muelles y jefe del conocido como Escuadrón de la Muerte les apretaba las clavijas, aunque de aquello Carlo poco sabía, lo cual le parecía injusto ya que consideraba que algún día heredaría el negocio y tendría que saber sobre el tema.

Luca El Guapo se acercó hasta la barra para pedir una copa para su bella acompañante mientras ésta iba al baño a retocarse el maquillaje y aprovechó para saludarles. A Luca le llamaban así por motivos que saltaban a la vista: era un tipo alto, fuerte, de dientes perfectos y cabello negro siempre bien peinado, elegante y bien vestido. Un auténtico galán. Solía vanagloriarse, cuando sus citas no estaban presentes, de que no había mujer que se le resistiera, y después de ver el largo historial de bellas damas con las que le habían visto pasearse del brazo no era ninguna exageración. La dama que lo acompañaba en aquella velada era tan guapa que solo de mirarla quitaba el aliento, aunque sabían que en menos de una semana lo verían con otra que haría fea a la de aquella noche. La única espina clavada en la larga hilera de muescas del cabecero de la cama de Luca era Julia Scalfaro, a quien no había logrado seducir jamás a pesar de sus grandes dotes de galán. Julia parecía haber sido más lista que el resto de chicas y haber visto las intenciones del Guapo. Por supuesto que eso era algo que Luca nunca iba reconocer, pues sería como reconocer una derrota y su ego no se lo permitía.

-¿Os habéis enterado de que Julia tiene novio? - Les dijo Luca con una mueca. -Un fulano llamado Roberto Masseria. - Dijo con cierto desprecio en la voz.

Aquel fulano, era ni más ni menos que el ahijado de Joe The Boss Masseria, quien se sabía que dirigía una de las familias mafiosas de la ciudad. Ahí era nada.

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06/09/2020, 16:10
Luigi Bacoli

Luigi, no pudo dejar de soltar un sarcasmo al respecto del comentario de Luca.

Y cuando ha sido noticia que Julia tuviera novio? no es a caso lo habitual cada semana? Parece que los dos competís por ver quien tiene más acompañantes "distintos" jajajajaja.

Particularmente prefiero un Isotta Fraschini Tipo 8. Eso si es una belleza, y no te deja tirado una semana mas tarde... El día que gane las 500 millas, voy a tener que llamaros para que me saquéis de encima a todas las mujeres que querrán estar conmigo, jajajaja. 

Aprended de una vez que los años pasan y os vais aponer todos como higos, y entonces, buena gente como Alessandro os pasara por encima, con su don de gentes... jajaja.

Luigi levanto su taza de "te" y mirando a Alessandro le hizo un brindis, entre risas, mientras le guiñaba un ojo. 

Notas de juego

Isotta Fraschini Tipo 8. primer automóvil de producción con un motor de ocho cilindros en línea.

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06/09/2020, 21:57
Luca Drovandi

-¿Julia? - Luca miró sorprendido a Luigi cuando afirmó tal cosa. -¿Pero qué dices, hombre? Debes haberla confundido con otra. Esa es más santa que la Madonna. Te lo digo yo. - Luca arrugó la frente y justo a continuación su rostro adquirió un tono burlón. -Y para tu información, cuando sea viejo seguiré siendo irresistible para las muchachas. Espero que tengas hijas y nietas, Bacoli. No quisiera perder el contacto contigo en unos años. -Dijo el Guapo con tono jocoso guiñándole un ojo a Luigi.

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07/09/2020, 23:32
Salvatore Marrone
Sólo para el director

Había luz en la ventana de la cocina. La misma bombilla de siempre. Así que por fin el viejo Rothmann había conseguido alquilar el apatamento en el que su familia y él habían vivido. El húmedo, minúsculo y humildísimo apartamento en el que se había criado con sus hermanos. Lo miró un rato más desde la esquina, notando la nieve en los bajos de los pantalones. Por fin se subió las solapas del abrigo y caminó unos cuantos pasos hasta el ligar de la cita.

Había quedado con Enzo cerca de Marinni. También iría Luigi Bacoli, y al parecer llevaría a su primo pequeño, Filipo. Sal sonrió para sus adentros. Era un chico despierto y vivaz, pero sabía comportarse y callarse cuando tocaba. Sal apreciaba eso. Y era un Bacoli, y eso tenía resonancias de honradez y dignidad para Sal.

Se llevó la mano al pecho para palpar otra vez el arrugado fajo de billetes que llevaba en el bolsillo interior de la chaqueta. La partida había sido larga y tediosa, con unas manos mediocres y jugadores de esos más mediocres todavía. A Sal le gustaba aprender de sus oponentes, pero aquella noche no había sido posible. Dejó la mesa en cuanto pudo hacerlo, alegando una cita; lo que era cierto, y de esperar en una noche como aquella.

En realidad, no era tan de esperar para Sal; había pasado alguna que otra Nochevieja solo, y algunas más rodeado de desconocidos e igual de solo. Por eso había agradecido tanto (aunque una sonrisa y un asentimiento hubieran sido todo) la invitación de Faccina. Era un buen tipo, Faccina. Era casi un amigo.

Así que allí estaba, con los zapatos limpios (y ahora mojados), el mejor traje que tenía y bien repeinado y perfumado, dispuesto a estar a la altura y sintiendo, como siempre, que no lo estaría. Saludando con la mano al trío que se aproximaba por la calle tenuemente iluminada.

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08/09/2020, 00:09
Salvatore Marrone

-¿Roberto Masseria? Gesummaria, buen partido.

No había abierto el pico desde que habían entrado en el local. Ni siquiera se había quitado el pesado abrigo, elegante pero muy desgastado, con el calor que hacía allí dentro. De hecho, tampoco había abierto la boca desde que se habían encontrado los cuatro en la calle, muy cerca de su vieja casa, salvo para saludar y explicar que venía de uno de esos parlour de mala muerte del Lower East Side donde había sabido retirarse a tiempo. No le había ido mal. Total, unos cuantos trabajadores y oficinistas, tampoco es que se estuviera haciendo rico...

Y cuando por fin lo había hecho (lo de decir algo) fue para soltar una obviedad con voz apagada y sonrisa de conejo. Buscó ávido algún tipo de aprobación o complicidad hacia su inane comentario y rápidamente desvió la mirada hacia Enzo, que en ese momento se dedicaba a saludar a troche y moche, como si estuviera observando algo muy importante.

Por lo menos se quitó el abrigo.

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08/09/2020, 20:46
Filippo Benedetti

Filippo había recibido una buena educación y sabía que cuando los mayores hablaban, debía callar. Lo cierto es que sus acompañantes apenas le ganaban en 3 o 4 años, pero en aquel ambiente, un tanto sórdido, era como si esa diferencia de edad fuese un abismo. Sonrió cuando Alessandro fue a saludarles. Le gustaba aquel tipo ¿y a quién no? 

Aceptó la cerveza cuando se la sirvieron. La probó y se tragó el primer sorbo por no hacer el feo, pero lo cierto es que nunca había podido entender como aquel mejunje podría gustarle a alguien. 

Solo cuando el tema de conversación volvió a Julia Scalfaro se atrevió a hablar. 

-Julia Scalfaro habrá conocido muchos hombres pero novio formal, no que yo sepa. Sería toda una noticia, desde luego.

 

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09/09/2020, 22:54
Salvatore Marrone

Dejó con cuidado el abrigo, que había conocido tiempos mejores seguramente antes de la Gran Guerra, sobre una silla cercana, y se alisó el traje con las manos como mejor pudo. Tampoco era nuevo, pero también destilaba calidad y este no tenía los codos tan rozados, aunque hacía meses que no veía una plancha. Se palpó la chaqueta a la altura del pecho y dijo, con un tono de voz apenas audible:

-Esta ronda corre de mi cuenta.

Así fue. Enseguida llegaron las tazas de té llenas de un brebaje alcohólico que tenía un lejano parecido con la ginebra (y que para aquella generación crecida en tiempos de templanza lo era realmente, pues no habían conocido otra cosa) y Filippo le ayudó a distribuirlas; esta para Luigi, esta para Enzo... Carlo, Luca, Marcos, Fabrizio, Alessandro... Todos servidos. Sal se aseguró de que el chico tuviera la suya, acompañada de un guiño cómplice. Otros se encargaron de brindar alegremente, Marrone se limitó a alzar su taza y sonreír tontamente antes de beberla en dos rápidos tragos.

Notas de juego

Filippo, tu nombre es con una o con dos pes?

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10/09/2020, 00:55
Luigi Bacoli

Ehhhh, Sal, la responsabilidad del chico es mia, no tuya... Di mi palabra que nada de bebidas fuertes. Quieres a caso que no le dejen salir más? Si ni siquiera soporta la cerveza...aun.

Por cada bronca que me lleve por tu culpa, voy a hacerte un siete en ese traje viejuno!!! "Porca misseria"

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13/09/2020, 21:59
Salvatore Marrone

Sal encajó la reprimenda festiva de Luigi con su sonrisa conejil. Escuchimizado, de aspecto repelente y con pocas dotes sociales, no se le daba bien gestionar cosas como las relaciones de amistad y las chanzas asociadas. Así que se limitó a eso, seguir sonriendo con una expresión más bien tonta, meintras levantaba tímidamente la taza y lanzaba fugaces miradas a Filippo y Enzo, como esperando que hablaran por él.

Corría el alcohol, la música resonaba, subía la temperatura de la sala y la fiesta continuaba. Sal se animaba por momentos; no era el tipo de joven que se pasara la vida de celebración en celebración. Acercó su cabeza a la de los tres chicos con los que había venido a Marinni's. Intentaba ser dicreto, pero casi tuvo que gritarles en la oreja para hacerse oír.

-¿Otra taza? ¿Eh?

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13/09/2020, 22:47
Enzo "La Faccina" Pagnotto

Enzo hablaba con unos amigos algo apartado… no había parado de saludar a distro y siniestro desde que entro en la sala un poco alejado del grupo… se había quedado atrás en la marea de gente. Todavía riéndose, saludo a unos metros a Carlo con la mano… ya tendría tiempo de acercase. Pero de repente algo llamó su intención. 

-¿Os habéis enterado de que Julia tiene novio? - Les dijo Luca con una mueca. -Un fulano llamado Roberto Masseria.

... Enzo echó una mirada por encima de su hombro izquierdo... y vio a su compañero de fiestas con los chicos… ¿Julia?. Era momento de volver con ellos… se había dejado llevar por la emoción al entrar y ver a tantas caras conocidas, Carlo… Luca… y Julia Scalfaro. Eso sí, a ese animal tan bonito lo había mirado una sola vez, directamente a los ojos, medio segundo más de lo normal, y a otra cosa. Se había pasado el tiempo saludando al personal como si fuera el dueño del local. Con la corbata medio suelta y atusándose el pelo, daba la mano abrazos y se carcajeaba guiñando el ojo a mas de uno. Incluso a gente que conocida de vista. Hoy estaban todos bien vestiditos, y el enseñaba su plumaje como un pavo real. Al ver a El Guapo lo saludó con la mano y levantando las cejas con complicidad… ellos dos, bueno, no era la primera vez… hacían un equipo tremendo al breakaway… terrorífico. Se les daba bien salir juntos, por aquí, por allí, mi amigo toca el saxofón… etc. Simbiosis. Pero con Julia… se cubrían. Por ahí si que podía llegar un gancho al mentón, y salir a palos. En esas se observaban como dos boxeadores en el asalto 11, pasito a la izquierda… pasito a la derecha… marca la distancia ja, y ahora con novio… stronzzo di mer… y un maldito Masseria eh ¡bha!...  No le hacia ni puta gracia… pero… bueno, Julia era una bomba… y de alguna forma, ahora era mucho más atractiva. En mitad de sus cavilaciones, mientras intentaba aparentar y no aparentar a la vez…  se dio cuenta de la estampa de sus amigos: pulpos en un garaje, el chaval como unas castañuelas con los ojos como platos, Carlo y Luca dándole vida y Luigi como siempre, con los coches y enfurruñado… sonrió... y el pobre Sa… pero… ¡por Dios, si Sal esta… comprando unas copas!... las cosas tienen que estar muy mal… un par de cachetes amables a sus otros colegas, unos empujones y Enzo volvió al grupo…

- Lo siento chicos, lo siento… ya sabéis… ¡claro Sal!  que no se diga, una tazita…

Volvió la cabeza hacia Filipo, y le pasó el brazo por el hombreo con camaradería. Mirando a su primo de forma burlona… como si le estuviera diciendo un secreto, le dijo…. – Ni caso a tu primo, Filippo... luego te la presento, eh, verás… le decía mientras subió la mano a su cabeza despelucándole cariñosamente, …pero cuidado ¡tendrás que ponerte a la cola ragazzino! Dijo señalándole con la cabeza a Luca mientras le guiñaba un ojo al Guapo…

- ¡Luca! Me alegro de verte hermano, se acercó a darle un abrazo. 

- Venga, venga, ¿dónde esta esa bebida? les dijo a los chicos con Luca todavía de la cintura

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14/09/2020, 01:29
Luigi Bacoli

Mira Filippo, yo me llevaré una bronca de tu padre, y tu igual ya no saldrás más con los mayores, hasta los 18 años. Tu eliges. Ahi va tu primera decisión como adulto. Asumiré tus equivocaciones para que aprendas por el camino rápido y duro... o decides hacerme un poco de caso, en lugar de a estos truhanes o tu verás.

No era cierto que estuviera enfurruñado, pero yo era responsable y mis "amigos" no me lo estaban poniendo fácil...Seguían tratando al muchacho como a un muchacho y yo quería precisamente que eso no ocurriera...pero tampoco podría evitar que esos paletos me hicieran caso, y si era malo que Filippo anduviera con nosotros, peor sería que se buscara su propia "banda" y acabara en un lio mayor.

Oid, panda de descerebrados, hoy es Noche Vieja y he venido a oir un poco de música, de acuerdo no es el sonido de un buggatti, pero tambien me gusta, así que voy a buscarme un sitio con mejores vistas y mejor sonido. El que quiera venir ya sabe... el resto que la Gran Maddonna os proteja, jejeje

Luigi cogió su segunda "taza", saco un pitillo, se lo encendió y empezó a ir hacia el lugar donde solían tocar los músicos. Lo último que  que hizo fue hacerle una mirada a su primo y soltar una media sonrisa, mientras meneaba la cabeza de un lado al otro...

Julia Scalfaro, tenia mas kilometros hechos en su cuerpo que un antiguo CADILLAC 1903 MODELO A RUNABOUT... Posiblemente soy al unico del barrio que no le interesa esa chica...

1903 Cadillac Model A Runabout Poster - GMPhotoStore

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16/09/2020, 17:57
Julia Scalfaro

El camarero no tardó en servir una nueva ronda de tazas de té bien cargadas. La fiesta continuaba y el ambiente era tan festivo y divertido que hasta Sal se había animado a invitar a aquella ronda. Enzo saludó a más personas que un ministro y tras rezagarse un poco acabó regresando junto a ellos justo a tiempo para la invitación de Sal. A Filippo se le abrieron los ojos como platos con la invitación a la ginebra, pero Luigi le reprendió rápidamente, advirtiéndole de las consecuencias. No obstante, al muchacho más se la abrían los ojos al ver a Julia Scalfaro. Aunque eso era algo que les ocurría todos los que estaban en el bar, algunos miraban boquiabiertos y otros con más disimulo dirigían miradas de soslayo. A excepción de Luigi, que solo se casaría con un Buick, si pudiera echarle mano a uno de esos.

Que Julia levantara pasiones no era para menos. Si de normal ya era bella, aquella noche levantaba pasiones. Alta, de pelo negro, estilizad figura, largas piernas, dientes perfectos y unos preciosos ojos que serían capaces de volver loco a uno con solo mirarlo. Vestía elegantemente, y estaba maquillaba mínimamente, pues realmente no lo necesitaba. Mientras el grupo recibía sus tazas de té, Filippo se percató de que Julia estaba mirando hacia ellos, mostró una hermosa sonrisa y se acercó hasta allí con una manera de andar digna de una diva.

-Hola Enzo. - Dijo al llegar, su mirada se paseó a continuación por el resto de presentes mientras les miraba uno a uno sonriente. -Hola chicos, ¿qué tal? ¿Quién es el ragazzino? - Preguntó después con curiosidad.

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16/09/2020, 21:41
Enzo "La Faccina" Pagnotto

Enzo recogía tazitas ayudando al su amigo el bookie a pasarlas - Carlo, eh… EH… EHHHHH  LUCAAAA… habían conseguido abrir cuatro palmos de espacio en la barra. Están lejos del escenario, pero la banda había empezado otra vez… y la música era buena ¡con trombón! * Recogió la suya todavía de cara al barman, y con el bueno de Sal dando cuenta. - Gracias Salvatore, le dijo con la mano en el hombro. Al darse la vuelta ocuparon el lugar como pudieron. Apoyado en la barra, Enzo oteaba la sala, sonriente, con total tranquilidad. Estaba contento. Seguía el ritmo de la música con la muñeca y moviendo en pie. Mientras veía a Luigi de espaldas, intentando avanzar por la marabunta hasta las mesitas frente al escenario... baaah, madonnnnna Bacoli, mucha tela hace falta ahí Luigi, mucha tela para sentarse…

De vez en cuando, un bailecito del cuello, coordinado con los saltitos de la muñeca y una caída del hombro contrario. Se hacia rebotar levemente en una pared imaginaria, elástica que le hacia sincoparse con el compás de la trompeta. La neblina del humo, el olor a tabaco negro, en pipa, mezclado con el perfume de flores de las señoritas. Era perfecto. Que contraste. Esto era lo que había dentro, dentro de esos garitos que veía de chico mientras se helaba el culo con su hermano en la calle, como un perro tapatapaaa.. tapata… ta ta tapatá…. golpeaba la barra con la mano completamente feliz, excitado, cuando se le sincopo un latido al ver como Julia los miraba de lejos. Una mirada de reojo al Guapo, que no parecía empaparse. Enzo peino con la mano el lazo izquierdo dejando caer el flequillo por el derecho mientras se encendía un pitillo, mirándola a través de la sala. Siguiendo el ritmo de la música, la siguió mirando a los ojos mientras se acercaba patirapati… pataTA. La banda dio paso a otro tema**. Reconoció el comienzo de Anywhere Sweetie Goes con claridad …. sweetie goes… puso la más inocente de sus caras al despegarse de la barra... en dirección a la espalda del chaval y de Luca…

Hola Enzo

Más que un bailecito, avanzó disfrutando de la música en dos baldosas… consciente de que ella era la única que le prestaba atención… along the avenueee…. pa pa pa… canturreaba al verla llegar …anywhere my sweeeeetieeee goeeeees… Julia… seguía canturreando al ritmo del jazz. La recibió con la mejor de sus sonrisas ¡felice capodanno!  le dio dos besos con delicadeza cogiéndole brevemente la mano. Estás preciosa… ¡eco! como siempre, dijo con educación y dejando espacio.

¿Quién es el ragazzino?

- ¿como? ¿no os conocéis? questo es Filippo… trabaja donde Don Andretti. Le dedico una sonrisa amplia al chaval, y un toque en el hombro… que decía ¡no te amilanes!. Primo de Luigi… dijo con una cabezada a la espalda de Luigi que todavía miraba en dirección al escenario… 

Pero los tiempos lo eran todo, en la música y en la vida. Cambiaron de tema… *** - ¿Que te parecen? señalando al escenario. Si, son buenos chicos… miro un poco a la banda siguiendo el ritmo. Lo son... hizo una pausa, mirando hacia abajo ladeando la cabeza, como si escuchara un código oculto en el bailar saltarín del jazz con una media sonrisa. Medio de broma medio en serio. Levantó la mirada lentamente, con sorna, una ceja levantada y dando una calada al pitillo - Nosotros somos… mejores, menos orquesta, mucho más… disparó una sonrisa en su dirección, y con un gesto con la mano buscaba la palabra… divertidos dijo mientras le guiñaba un ojo, como quitándole importancia. En la frontera de la indeterminación, entre la inocencia y la desfachatez - La semana que viene tocamos en el Blueberry … ¿eh Filippo? se dirigió al chaval divertido, a ver como se desenvolvía con la señorita. Le tenía confianza, tenia nervio Filippo para vigilar una esquina… pero esto era otra cosa ¿Tu nos vas a venir a ver, eh? le dijo a Filippo.

Notas de juego

Un poquito de ambientación ; )

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16/09/2020, 23:16
Salvatore Marrone

Escuchaba atento y asentía cuando Luigi mencionaba un coche. Algunos ni siquiera los conocía, se imaginaba conduciendo los otros. -Ya, el Isotta...

Se encogió de hombros y sonrió a ambos primos cuando dejó la taza al alcance de Filippo. Enzo volvió como un huracán, y Sal estaba contento, agradecido porque aceptara su taza y por verse envuelto en la estruendosa música y el humo de tabaco y las voces y el calor de la humanidad apretada.

Cuando llegó La Scalfaro, Sal se calló y dio un discreto paso atrás, sorbiendo de su taza y mirando por encima del borde.

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17/09/2020, 08:04
Filippo Benedetti

Filippo comentó algo cuando vio que la Scalfaro se fijaba en ellos.

-¡guarda, guarda sta cercando qui!

Por un momento se cruzaron la mirada. Filippo la rehuyó e intentó disimular con muy poco éxito, no sin antes haber reparado en su seductora sonrisa.

Y entonces ella se acercó. Se quedó sin habla en cuanto "la Scalfaro" se dirigía haca ellos y no pudo evitar sonrojarse cuando se interesó en él.  

-Io...non sono un ragazzino ¡Guadagno i miei soldi!

Le hubiera gustado decir algo que sonase mejor. Algo que pudiese impresionarla, pero eso fue lo mejor que acertó a salir de sus labios.

 

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17/09/2020, 17:34
Julia Scalfaro

-¡Felice capodanno, Enzo!- Exclamó con una sonrisa. El bailecito de Enzo era contagioso y Julia se dejó llevar por él, moviéndose con gracia al ritmo que la música marcaba en el espacio que Enzo había dejado entre ellos. La banda cambió de canción y Julia hizo una pequeña reverencia y fue entonces cuando Enzo se encargó de presentar a Filippo,

-Mi scusi, Filippo. - Dijo con voz dulce y una sonrisa tan cautivadora que no perdonarla sería un delito capital.  -Has crecido mucho, casi no te reconozco.

Enzo era el único del grupo que mantenía la conversación con Julia, Sal estaba demasiado intimidado por su presencia, Luigi comprobó que no tenía ruedas y pasó de ella y Filippo intervino de aquella manera, lo que al menos le valió ganarse una sonrisa de su parte. Pero Enzo actuaba con normalidad, sabía manejarse con naturalidad en ese tipo de situaciones y si estaba nervioso, al menos no lo aparentaba. Julia parecía sentirse a gusto hablando con Enzo, lo cual le valió varias miradas de envidia por parte de muchos de los presentes en el local y una mirada asesina por parte de Luca. Enzo sospechaba que si Luca tuviera un cuchillo se lo hubiera clavado a base de bien en la espalda, a pesar que la chica con la que compartía aquella velada el Guapo bien podría ser una miss. Pero Julia... Julia era harina de otro costal.

-¡Yo también quiero ir a veros! - Dijo emocionada. -A Roberto seguro que le encanta vuestra música. -La sonrisa de Julia se congeló un momento al pronunciar el nombre de Roberto, alzó la vista por entre el gentío en dirección a la puerta y después miró el reloj con cierto nerviosismo.