Partida Rol por web

Honor de Gladiador.

C19: Arena de Malatea.

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16/07/2009, 21:45
Director
Sólo para el director
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22/07/2009, 01:08
CALENDARIO.

PRIMERA SANGRE DE TIAMAT 4480:

POR LA MAÑANA.

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22/07/2009, 13:42
Legionario.

 

Legionario ya notó que el ambiente era algo más suave que en su ciudad, estaba algo nervioso pues sabía que sería cosa difícil salir victoriosos en lugar ajeno y con el público seguramente en contra, pero estaba dispuesto a demostrar de lo que era capaz, he intentar así estar mas cerca de su objetivo...

 

Salieron a la arena donde salieron los que se iban a enfrentar, enseguida Legionario vio el problema mas inminente uno de sus adversarios de la ciudad de Maltea portaba un arco, lo que implicaba que serían atacados desde la distancia por él.

 

No obstante tenía confianza en si mismo y en el grupo que representaban a su ciudad, a su lado estaba el gran reptil Lagartija, el cual era un experto luchador sin mencionar al gran campeón Champiñón con el cual ya había luchado alguna vez a su lado y la cosa fue bien, y después estaba Muñón, aunque no era un gran experto sabía que podía hacer estragos con sus extrañas habilidades mágicas...

 

La situación estaba en el aire y la arena eran cuatro pozos de profundidad que mejor no caer dentro, pues algo indicaba que sería arduo difícil salir de allí...

 

Enseguida se puso en marcha el combate y Muñón avanzó y empezó a preparar sus runas, acto seguido los combatientes cogían posiciones, observando que hacía cada uno, para encontrar la manera más practica de golpear primero y hacer perecer lo antes posible a alguno de los luchadores.

 

Era de esperar que el arquero fuese el primero en poder hacer algún daño pues tenía algo de ventaja al poder atacar a distancia, su objetivo fue el campeón, pues seguramente sabría de sus proezas y era uno de los mas peligrosos, así que el arquero no dudó y le acertó con un buen disparo, Champiñon gruñó de rabia...

 

Entonces fue cuando empezó el real combate, una humana como Legionario llamada Ramera se abalanzó contra el con saña y le golpeó con ferocidad, Legionario en se lo perdonaría, pero le había pillado desprevenido y el golpe hizo mella en el, no tardaron en acontecer movimientos y ataques por doquier, y Legionario ayudado por sus compañeros por el momento consiguió matar a la humana después de un golpe muy certero, por consiguiente Muñón había conseguido mediante su bola de fuego acabar con la vida de otra de las criaturas, gracias también a uno de los contrarios, por lo visto habían representación de escuelas rivales y eso ayudó a los de Ditrius.

 

Por otra parte el arquero seguía con sus ataques, cambiando de objetivo y dejando tocados a cada uno de los contrincantes, Lagartija tenía problemas con uno de los adversarios y Legionario atravesado por dos flechas del arquero y pensando que poco podía hacer ya, pues su vida se iba desvaneciendo poco poco, decidió hacer un último gran esfuerzo y atacar al contrincante que tenía entre la espada y la pared a Lagartija, ese echo hizo que Lagartija consiguiese finalmente matar al maldito ser y se lo agradeciera a Legionario con unas palabras que hicieron recuperarse de algunas de las graves heridas que tenía, o al menos eso le parecía a el.

 

Ya quedaban muy pocos adversarios, pero sobretodo quedaba la amenaza mas cruel, el arquero, que apenas se había movido de su sitio disparando los arcos, después de encargarse entre todos del guerrero que quedaba cerca de ellos se dispusieron a encerrar al arquero, pero este se defendió con uñas y dientes derribando a Muñón, Lagartija apenas podía mantenerse en pie, pues parecía que hacía los movimientos por inercia y parecía estar inconsciente, pero finalmente el campeón con su gran habilidad y su perseverancia logró acabar con la vida del arquero, entonces Legionario cerca de él vio como por detrás se desvanecía inconsciente por las heridas Lagartija, solo quedaban Champiñon y él, pero Legionario no quería luchar contra el, pues sabía que los dos se merecían la victoria después de lo ocurrido, no obstante tampoco la regalaría y al hablar lo con el quedó claro que debían de luchar, fue una lucha de dar y recibir, que finalmente favoreció a Legionario por que Champiñon estaba malherido y Legionario había recibido la cura de Lagartija, por la cabeza se le pasó que quizá estuviera en deuda con el reptil, no obstante se acercó a Champiñon y en el oído le dijo, “Sigues siendo el campeón, eso no lo dudes” y acto seguido con la vista borrosa por el cansancio y las heridas miró al público y levantó su gladius en señal de victoria...

Notas de juego

No se si lo puede leer todo el mundo así que lo dejo así :P

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24/07/2009, 13:08
Lagartija.

Es el día de la Sangre y nuestro encuentro ha finalizado. La naturaleza de nuestros espíritus y almas se ha impuesto, dibujando y determinado una vez más nuestras particulares formas de ser y nuestra visión de lo que ha de ser una pelea, un enfrentamiento. Pero en el fondo, tras analizar nuestra lucha, hay quien ha redimido su esencia, aunque quizá sea ciego a ello. Pero no yo.

¿Cómo definir lo que siento, aquí postrado por las heridas de la batalla? Orgullo, satisfacción y una buena dosis de camaradería. Mientras espero la llegada de quien haya de sanarme, mi mente recorre los vericuetos de nuestra victoria. Porque sí, hemos ganado. Pero no po rhaber conquistado la panoplia, ni siquiera por haber vencido a todos nuestros adeversarios, sino por haber dejado de lado nuestras particulares diferencias, las ambiciones que nos mueven, incluso los destinos que perfilan el futuro de nuestras vidas, motor último de cuanto hacemos y decimos. Hemos vencido porque hemos actuado como aliados, porque hemos comprendido que la unión hace la fuerza, porque hemos sentido la importancia de nuestro compromiso para con Detritus, para con el Gobernador y su pueblo, la confianza depositada en nuestros brazos, mentes, dagas y gladius y hemos reaccionado positivamente ante ello.

Giro mi cabeza y los veo. El mediano Campeón de Detritus, herido de gravedad, víctima de su ambición y de su artera naturaleza. El enano, valiente, decidido, que ha constituido una verdadera sorpresa para mí, no muy seguro del acierto de mi postrera elección en cuanto a que nos acompañara a esta ciudad de pecado y perdición. Y el humano. La mayor incógnita. Un ser extraño e incluso contradictorio. Alejado de su grupo natural, de la soldadesca de la XIII Legión, intuyo que su espíritu erró perdido bajo el yugo de la esclavitud y rodeado de extraños que simplemente lo veían como un adversario contra el que habrían de pelear. Hoy, ahora, tras su definitiva victoria, con el triunfo y el premio en sus manos, puedo decir que su mayor éxito ha sido sentirse arropado, acompañado por hermanos de armas, quizá un triste remedo de lo que ha sido su vida pasada, pero que ha redescubierto en él la necesidad de la solidaridad, del lazo de sangre, vida y muerte con el compañero que habrá de salvarte y al que habrás de salvar llegado el caso.

Ideas abstractas, pero si de algo me precio es de saber ver en el interior de quienes se hallan ante mí. Y los hechos solo confirman lo que pienso. Ha sido una jornada interesante, dolorosa en parte, pero la adrenalina aún recorre mi cuerpo, y la expectación inicial ha sido sustituida por la satisfacción, la sensación de la labor bien hecha, del triunfo sin paliativos.

Es curioso ver como unos minutos hacen que todo pueda cambiar. Unos minutos que no me canso en rememorar. Bajo el plácido clima de Malatea, la Arena y sus hombres y mujeres. Las gradas plagadas de gentes que ignoran de nuestra fuerza y capacidad, que expectantes y sedientos de diversión y sangre ansían ver triunfadora a alguna de sus escuelas, Pelícanos, Halcones o Tigres. Nosotros, igualmente ignorantes de aquello a lo que nos habremos de enfrentar. Cautelosos pero sin temor. Precavidos, pero sin renunciar a la osadía. Vigilantes, pero dispuestos a vender cara nuestra sangre, sea del color que sea. Y ellos, nuestros adversarios, humanos, elfo, medianos y semiorco. Armaduras de cuero, gladius singulares y a doble mano, dagas, arco... Ventajosos en número, ataque y defensas. Pero hoy Kord nos ha bendecido, y en la lejanía, la voz de una sacerdotisa orando a Moradín hace que su dios también nos sonría.

Aún ahora soy capaz de visualizar nuestros primeros pasos. Y nuestras reacciones. El enano, trabajando duramente para consolidar su magia, empleando toda su concentración para dibujar mil y una runas que brillan sutiles sobre la arena, místicos grabados que sustentan su magia poderosa y casi incomprensible para quienes dependemos de nuestras habilidades meramente físicas. Sus hechizos han volado certeros, en un fogonazo de runas extinguiéndose, buscando las víctimas más oportunas, aquellas qu ehan demostrado lo importante de nuestra actuación en grupo. Aun veo al pícaro que nos acompañaba en la escuela de los Halcones, atacado por un adversario de otra escuela, debilitando el frente que podían haber establecido contra nosotros y el estallido de hielo que el enano hace impactar contra él, dismnuyendo los efectivos de nuestros contrarios en uno. Cuatro a cuatro. El número se equilibra. Y entonces de su mano brota una magia densa, ardiente como la de mi Montaña de Fuego, en forma de esfera que recorre el espacio atacando una y otra vez a nuestros enemigos, debilitándolos. Grande ha sido su fuerza y valentía, siendo por desgracia el primero de nosotros en caer. Pero su caída no ha sido decepcionante, su derrota ha sido un acto de valentía. Un gran enano que no hace sino confirmar lo que Grumcha y Varian me han demostrado estos meses. Son un gran pueblo.

El mediano. Víctima de su fama, de su naturaleza tramposa, de su propia fuerza y habilidad, de su ambición. Contra él fueron los primeros ataques, devastadores. Arco y gladius cayeron sobre él, de la mano de una humana y un elfo, un oscuro ser que no puedo evitar visualizar como un alter ego del elfo Petaculos de Detritus. Nuestro mediano, quien busca de forma artera y sibilina la protección de otros cuerpos, que aprovecha la mejor oportunidad para esconderse y atacar y volver a refugiarse. Aun así, es bueno. Y logra su victoria, el cuerpo de elfo acabará por yacer a sus pies. Pero la ambición le pierde y será un compañero quien ponga fin a la misma. Una ambición que le llevará a desdecirse de loq ue anteriormente había prometido. Pero no me sorprende, ¿verdad Dora?

El humano. Taciturno, silencioso, con una extraña carga sobre sus hombros, un oscuro secreto y un mal que mucho habrá de costarle superar. Pero hoy se ha redimido en parte. Su espada ha sido ágil y generosa. Generosa con el enemigo que ha visto su sangre derramada, la carne sajada y los huesos rotos. Generoso con los amigos, a los que ha procurado proteger. Y no hay acción sin reacción, y su generosidad ha sido recompensada, y ello le ha conducido al triunfo final, al éxito absoluto. Espero que se haya dado cuenta de todo ello y sepa que este ha de ser su camino de cara al futuro.

Y yo. Señor de la Guerra. Preocupado por el más débil, protegiendo su retaguardia. He visto volar haci ami al semiorco y su gladius caer sobre mí implacable. Ah, qué gloriosa campaña, qué pelea tan sin igual. Mis ataques certeros lo han magullado, herido, roto. Pero su fuerza sin parangón y su ansia asesina han buscado mi cuerpo y lo han hallado casi destruyéndome. Pero por las secretas fuerzas del destino, la divinidad y el deseo de lucha, he conseguido recurrir a un estado de trance, y el fuego acumulado en el lecho de mi sagrada Montaña de Fuego me ha permitido hacer frente a todo. Y el humano ha colaborado en ello. Mi gladius ha cercenado su vida sin compasión y en un fukgurante ataque he conseguido derribar a un segundo malateano. Dioses, el cáliz de la victoria estaba tan próximo. Palabras dracónidas han brotado de mi boca, sanando, restaurando a mis compañeros y aliados. Poco más puede hacer, antes de caer al suelo, incapaz de moverme, de seguir peleando cuando tan solo el mediano y el humano quedaban en pie. Pero seguí aallí, incapaz de nada salvo de ver el resultado final, sin posibilidad alguna siquiera de murmurar una sola palabra.

Hemos vencido. Hemos triunfado. Todos y cada uno de nosotros. Hoy Detritus puede sentirse orgullosa de sus gladiadores. Y Malatea ha comprobado cómo se las gastan sus adversarios.

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26/07/2009, 18:35
C19: Niño (Tigres de Malatea).

No me interesaba especialmente el premio, tan sólo la venganza contra nuestros odiados enemigos del Halcón Negro.

Extrañamente los halcones sólo presentaron a uno de sus luchadores más novatos, Lavativa. Que los Pelícano no se presenten, es extraño, pero está dentro de sus excentricidades habituales. Lo de los halcones es inexplicable.

Así todo, había un Halcón Negro, y era mi oportunidad para humillarle. Sin embargo, de entre las filas de los malditos detritianos surgió una bola de fuego que acabó con mi presa antes de que yo tuviera la oportunidad de acabar con el mediano.

Después, el dracónido, que parecía sumido en una especie de trance hipnótico, se las arregló para derribarme a mí. ¡Qué injusticia! La próxima vez que nos encontremos mis aceros trazarán un mapa de Malatea en su escamosa piel...

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26/07/2009, 18:46
C19: Pimpollo (Tigres de Malatea).

No era mi intención hacerme con la Panoplia, tan sólo esperaba servir de apoyo a distancia a los luchadores de mi Escuela.

Estoy acostumbrado a que mis compañeros aguanten el tipo mientras mis flechas hacen el trabajo, pero esta vez no fue así. Primero Ramera, nuestra mejor guerrera, se deja tumbar por el humano detritiano.

Fétido, nuestro semiorco, parecía que tenía al dracónido, pero de alguna manera el repil se levantó y siguió luchando, tumbando no sólo a Fétido, sino también a Niño... Mal ha aprendido mis lecciones ese chaval...

Al final me las vi yo solo luchando contra todos los detritianos. Conseguí tumbar al enano y herir el resto, hasta que el mediano me atrapó con arteras artes de pícaro y me dejó inconsciente.

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26/07/2009, 18:52
C19: Fétido (Tigres de Malatea).

Dicen que Fétido es tonto, pero no lo es. Yo seguí una estrategia, di un rodeo para coger a esos forasteros por detrás... ¡Y vaya si les cogí! Aplasté al dracónido con la furia de Gruumsh, pero él también debía estar recibiendo ayuda divina, porque se levantó con los ojos en blanco y me hizo ver las estrellas a golpes.

La próxima vez que nos encontremos se demostrará que Gruumsh es más fuerte que cualquier extraño dios de los dracónidos.

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26/07/2009, 18:55
C19: Ramera (Tigres de Malatea).

Me gusta tomar la delantera, pero esta vez lo hice sin el apoyo de mis compañeros de Escuela. Fétido se fue por un lado, Niño por otro.

Lancé un poderoso asalto contra los detritianos, pero no fue suficiente y pronto me vi luchando contra varios de ellos a la vez. En honor a la verdad son luchadores fuertes, en especial ese Legionario, que me derrotó y se acabó llevando el premio.

Creo que debería de desafiarle a muerte para conseguir las armas, antes de que se vayan de Malatea.

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18/10/2009, 16:02
CALENDARIO.

SEGUNDA SANGRE DE TIAMAT:

JORNADA DE DESAFIOS.

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18/10/2009, 16:24
Vocinglero.

- "¡¡SEÑORES, HAGAN SUS APUESTAS!!" -

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18/10/2009, 16:25
Lagartija.

Apuestas:

1.- 25 de oro a favor de: Legionario.

2.- 25 de oro a favor de: Muñón.

3.- 25 de oro a favor de: Champiñón.

4.- 25 de oro a favor de: Lagartija.

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18/10/2009, 16:25
Legionario.

 - Apuesto 100 mo por mi victoria...

 

Legionario ya estaba concentrándose en su próximo combate, pero le vendría bien ganar algo de dinero, y que mejor que apostar por el mismo para fortalecer su ánimo...

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18/10/2009, 16:36
Vocinglero.

- "¡APUESTAS CERRADAS!" -

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18/10/2009, 19:08
[RIP] Champiñón.

 Esta última semana he estado volcado en el entrenamiento con el enano, y no he dedicado mucho tiempo a definir mi técnica ni mi físico después de las heridas del combate pasado. Pero nada de esto importaba.

 

Me iba a enfrentar a un mediano, como yo, aunque no sabía como lucharía ese Tambaleo, lo único que me importaba era ser el mejor gorgojo del ranking de luchadores. 

El combate comienza, el porta una gladius, y yo vuelvo por segunda vez a mis principios, daga en mano. Nos acercamos con cuidado el uno del otro, sin previo aviso, Tambaleo se lanza contra mi, nada pude hacer sufrí un leve daño, pero esto sólo era el preludio de lo que ocurriría a continuación:

 

El mediano comenzó a fintar, yo, poco a poco, me fui desplazando hacia el lado con el fin de poder esquivar su proximo ataque: Inutil, me golpeó fuertemente, estaba muy dañado y detrás mía tenía el agua.

 

Sonrío, eso era poco, contraataqué igual de rápido que el me atacó, con mi primer ataqué, hice que quedase a mi merced, después, solo me basto apuntar bien para que mi contrincante cayese al suelo derrumbado.

 

Soy el mejor Gorgojo- Pienso, tal vez mis palabras intenten convecerme a mi mismo de que luchar contra ese enterrador sería un intento de suicidio.

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19/10/2009, 21:35
Lagartija.

Vergüenza. Eso es lo que siento mientras escribo estas líneas en la convalecencia de mis heridas. He fracasado. Miserablemente. Mientras los demás miembros del equipo de gladiadores malateanos pueden sentirse satisfechos con su actuación, las cabezas adornadas con el laurel de la victoria, yo tan solo puedo hacer contrición de mi penoso ejercicio.

Con qué cara miraré a mi alumno, cuando ni siquiera he sido capaz de vencer a la humana llamada Ramera. Analizando cuanto hice, solo puedo afirmar que el orgullo y la falsa convicción en mi triunfo se convirtieron en mi principal enemigo. No mantuve mi cabeza fría, no supe racionalizar la pela, ni saqué provecho de la situación. Lamentable. Sí, muy lamentable.

Sin embargo, si algo he aprendido es que incluso de la derrota es posible extraer una lección. Dura, dolorosa, pero real. Soy débil. De espíritu y de cuerpo. Quienes me instruyeron en mi lejana tierra se sentirían defraudados, me volverían la espalda, me azotarían con su silencio e indiferencia hasta que meditara sobre las causas de mi mal hacer. Y esas no son otras que mi debilidad, mi pretencioso orgullo, la vanidad.

Fui a la Arena, no pensando en la misión que se me había encomendado, sino invadido por una peligrosa seguridad. No temía la derrota, pues ni siquiera me la planteaba. Satisfecho por haber interiorizado los secretos de un nuevo ataque me jacté ante la diosa Fortuna y ella me castigó. Del peor modo. Consintiendo que mi adversario recibiera todos mis golpes. Golpes certeros, llenos de gracia y elegancia, pero nunca efectivos. Como si el acero de gladius se hubiera transformado en vil madera, mis estocadas apenas lograron herir a mi adversaria. Ella, en cambio, jugó conmigo. Incrementó mi confianza, lanzando contra mí ataques constantes, igualmente certeros a los míos, sajando mi carne, mis venas, mis músculos. Pero nunca en demasía. Hasta que al final, en el agotamiento de un combate prolongado en exceso, me enseñó la lección que me reservaba. Dos simples golpes, dos, y la derrota fue total, con la vida huyendo de mi cuerpo. Solo me libré por la naturaleza del combate.

Ahora, mis heridas cicatrizan, pero hay una que no sanará. Al menos, en mucho tiempo.

Lo siento, alumno mío. Te he fallado. Ya casi no soy digno de proporcionarte tu instrucción, pero me esforzaré. Pero en mi vergüenza, me siento desautorizado par formular un nuevo desafío. Me abstendré de tal cosa y dejaré que sean los malateanos quienes decidan si soy merecedor de que crucen su espada con la mía.

 

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28/10/2009, 11:21
Lavativa.

Lavativa sabia que hoy no podria decepcionar a su publico, despues del ultimo combate si caia en este seria el hazmerreir de su escuela.

Su combate contra el enano era el ultimo, asi que la espera se hacia eterna, cada combate que pasaba le ponia mas nervioso.

Tras una larga espera es llamado para combatir, era su turno, le tocaba demostrar que lo que paso la ultima vez fue un hecho aislado.

El combate empezo, el enano se encontraba bastante cerca de mi, lo tenia todo calculado, utilizare mi rapidez para acercarme a el antes de que se de cuenta, pero algo fallo, en los calculos no habia tenido en cuenta que los nervios le podian jugar una mala pasada y dejarle clavado en el sitio a la merced de Muñon.

Un desastre mas, cada vez tengo mas dificil el poder demostrar lo que valgo, pero rendirse no esta en mi vocabulario.

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28/10/2009, 12:30
Muñón.

Las apuestas estaban cerradas. Todo se decidiría en breve.

Desde la celda en que esperaban los miembros de la delegación detriniana, Muñón alternava dos visiones. Una, la de un público gual de ávidode sangre que la de Detritus, algarabías que clamaban por la muerte de los luchadores, tanto extranjeros como locales, si no daban un buen espectáculo.

La humanidad...¿a esto ha llegado su autoproclamado imperio? pensaba el enano meneando la cabeza en gesto de desaprobación.

La otra imagen que observaba el enano era más mundana, más importante para él. El azar...si es que existía tal cosa, le había vuelto la espalda una vez más. Su contrincante no sólo se hallaba recluido en su misma celda, como si fueran camaradas de escuela. Para más escarnio de los hados, comenzarían el combate uno junto al otro.

¿Acaso me puede salir algo peor? se quejaba para sí, sabiendo que de nada le iba a servir mostrarse ya derrotado Va a clavarme esa daga suya en cuanto salgamos. Qué gran combate para un Señor de las Runas va a ser...

 

Algo llamó la atención de Harold. El combate de su nuevo maestro, Chapiñón, comenzaba. El otro luchador, el tal Tambaleos actuaba ccauteloso. Pero el luchador de los Capas Rojas, el campeón de Detritus no se dejó engañar. Era un rival peligroso. Su primer golpe fue brutal, logró incluso hacer retroceder al otro mediano. La gente estaba exhultante. Champiñón casi cayó al agua, un agua muy extraña...

Mientras apartaba la mirada hacia el líquido que lo intrigaba, el campeón mediano decidió pasar a la acción. En un par de rápidisimas acciones, Tambaleos yacía inconsciente en el suelo. Ya había ganado.

Cuando pasó junto a él, Muñón sonrió y palmeó la espalda de su compañero.  Das miedo ,champiñon

He sabido contraatacar, espero que tu lo hagas igual contestó el maestro al alumno.

Tras una pausa, comenzó el siguiente combate. Poco esperaban los detrinianos que el admirado Lagartija sucumbiera ante la llamada Ramera, pero así fue. Aunque el combate resultó igualado, e incluso entretenido para el público, parecía que los golpes del dracónido se hacían menos letales que los de su rival por momentos, y finalmente, el aguerrido escamoso cayó inconsciente. Ramera le honró, saludándole al modo del guerrero. Al menos,eso le han concedido pensó el enano.

El turno del bárbaro Legionario se saldó con eficacia. Su contrincante parecía más un mono de feria que otra cosa. Tras hacer reir al público con diversas payasadas, Legionario se trabó cuerpo a cuerpo con él. Sin embargo, el tipo parcía gozar de toda la suerte del mundo. Cada vez que el guerrero arremetía contra él, de un modo u otro, lo esquivaba y devolvía el golpe. Legionario se iba enfureciendo cada vez más, hasta que tras propinarle dos golpes brutales, el tal Bolsillos se rindió.

No me lo puedo creer... será mejor no andarse con remilgos. O le hago papilla en cuanto comencemos, o soy enano muerto...

Por llegó el momento. Lavativa se encontraba a escasos metros de Harold. En cuanto la trompeta sdio inicio al combate el enano se jugó el todo por el todo, marcando un par dee runas justo bajo sus pies, para acto seguido desatar su conjuro más poderoso. Una de las manos del enano se tornó azulada por el frío que salió despedido de ella alcanzando al desprevenido Lavativa. El dolor se hizo patente en su rostro, mas no podía moverse lo bastante rápido. Harold, sin perder ni un instante convocó u ya acostumbrada esfera llameante, que golpeó al estático pícaro sin problemas. Tras ello, el combate estaba decidido. Lavativa ardió por los cuatros costados, y Harold dio gracias a los dioses por haberle permitido salir indemne de aquella, mientras se retiraba...

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28/10/2009, 19:39
Legionario.

Legionario había vistos los combates anteriores sin mucha atención, pero no pudo mas que sorprenderse de la derrota del que ahora era su maestro en los entrenamientos que estaba realizando para mejorar, aunque intentó no darle importancia eso trastocó algo a Legionario, había entrenado duro esos días y quizá notara la fatiga a la hora de su combate...

Lo llamaron para que saliera a la arena y este acudió algo ausente, antes del combate fue nombrado para su ascenso y el publico lo vitoreó, mientras el cansinamente levantaba la espada en alto, poco después hacía presencia su contrincante, que mas que un luchador parecía un bufón de feria con su actuación cara al público rascándose el trasero y lanzando sonoros pedos para sacar las risas de la plebe...

Llegó la hora del enfrentamiento, y mientras Legionario se sentía algo extraño con la armadura nueva y la espada, Bolsillo se adelantó, entonces Legionario hizo lo propio, llegando a tener la oportunidad de lanzar el primer ataque, intentó hacer unos de sus movimientos que mas le gustaba, pero tal vez la fatiga de los entrenamientos hicieron que se quedara en eso, un simple movimiento, pues carecía de precisión y fuerza, igual que algunos ataques que siguieron a ese, echo que aprovechó Bolsillo con picardía para intentar nivelar el combate a su favor con unos golpes durísimos que a mas de uno lo hubieran dejado en el suelo...

La resistencia de legionario era grande, y necesitaba toda ella para soportar el desastroso combate que estaba realizando, solo hacía que golpear al aire en sus continuos golpes mientras recibía los de Bolsillo, hasta que finalmente pareció recobrar la compostura y encadenar algún que otro acierto con la espada a la cual no estaba acostumbrado, la armadura y el escudo que portaba lo ayudaron a recomponerse haciendo con algún ataque fuerte y certero que su contrario se rindiera, pero le faltó poco para perder el combate, contra alguien que aparentemente parecía fácil de batir...

Legionario se retiró después de que el heraldo lo proclamó vencedor, estaba lago ausente y pensativo, parecía como si no se hubiera dado cuanta apenas del combate, algo le rondaba por la cabeza...