Partida Rol por web

PRIMERA RIQUEZA DE BANE 4480:

POR LA TARDE.

- Champiñón y Bizcochito son escoltados hasta el Palacio del Gobernador desde la Escuela Amarilla por legionarios imperiales de la cohorte del Gobernador del Escoriae.

- Son llevados a una sala de reuniones donde se encuentra el Gobernador, el Maestro de Ceremonias, el Heraldo y el Juez de la Arena, las principales personalidades de la Organización de la Arena.

- Allí se encuentran también a Lagartija, al que los legionarios fueron a buscar a su casa al saber que tenía el día libre.

- "Tomad asiento, ponéos cómodos. En la mesa que hay delante vuestro hay vino, té y pastelillos. Tomad lo que queráis." -

- "Hemos reunido a los tres luchadores con el Rango de Gorgojo de la ciudad con objeto de haceros una propuesta: que abandonéis la Escuela y trabajéis directamente para la Organización de la Arena de Detritus. 

En el caso de Lagartija, la oferta es que nosotros pagamos su cláusula de rescisión de dos mil monedas de oro con la Escuela Amarilla, y firma un nuevo contrato con nosotros a quince Jornadas con una cláusula de rescisión de cuatro mil monedas de oro. En cuanto a las ganancias que obtenga de sus victorias en la Arena, podrá quedarse con el ochenta por ciento, siendo el veinte por ciento restante destinado a pagar gastos y mantenimiento de la Arena y en concepto de impuestos.

Para Champiñón ofrecemos un contrato idéntico, ya que habrá que pagarle una fuerte suma a la Escuela Azul para que suelten a su Campeón.

En el caso de Bizcochito la cláusula de rescisión sería sólo de dos mil monedas en vez de cuatro mil.

En el caso de Champiñón y Bizcochito además obtendrían la Carta de Liberto, y todas las facilidades para obtener nuevamente la Residencia y la Ciudadanía, derechos ambos que perdieron cuando fueron condenados a la esclavitud.

Esta es nuestra oferta. ¿Qué decís?" -

Ya era bastante sorprendente que me hubieran hecho ir a casa del Gobernador, sin tener ni idea de lo que requerían de mí. Bastante soprendida por este hecho, aunque algo más tranquila, al ver que Babelín venía conmigo, me mantuve en silencio hasta que se nos informó de cual era el motivo de esta inusual salida de la escuela.
Trepé por la silla hasta quedarme en ella de rodillas, como llevaba haciendo desde que había llegado a la escuela ( problemas entre la altura habitual de la gente y el mío ) y ya que ofrecían, pues aprobeché para tomar té con pastelitos..

Tras escuchar atenta la proposición decidí preguntar las cosas que no me habían quedado claras:

- Entonces, en caso de aceptar, seremos nosotros quienes luchemos contra los integrantes de la escuela amarilla? Qué pasará después de esas quince jornadas? Y bueno, supongo que si accedemos a trabajar para la organización tendremos también a algunos entrenadores que puedan enseñarnos no?

mi mente, al oir esas palabras, se volcó en el pensamiento de su prozima vida... ¿cómo sería?, sería libre por fín... pero claro, a un precio... luchar contra sus compañeros de la escuela amarrilla... un precio demasiado barato para negarme a aceptar.

Miraba todo el rato a la mesa que estaba colcada delante nuestra mientras hablaba aquel hombre, cuanda bizcochito comienza a hablar, mi mrada se mueve hacia el suelo, y antes de que ella acabase de hablar, levanto mi vista entonando estas palabras:

-Yo, acepto.

Me sorprendió abrir la puerta de mi casa y ver cómo unos legionarios venían a buscarme en nombre del Gobernador. Agradecí a Kord el haberme recuperado de los males que me aquejaron la víspera por el ataque de aquel engendro pestilente, pues me sentía bien como para acceder a la petición de los militares.

Ya en el Palacio, debí esperar en medio de un silencio expectante la llegada de los que resultaron ser mi compañero de escuela, el mediano, y la hembra mediana de la escuela azul, Dora, a los que saludé con un movimiento de cabeza.

Pronto, la oferta de los representantes de la Organización nos llegó. Procuré permanecer impasible, valorando los pros y los contras de esa oferta. Tentadora, económicamente hablando si obviaba que debería cumplir con 6 combates más, e inquietante si eso suponía pelear contra mis amigos. Por nada del mundo me convencerían de cruzar mi gladius con Grumcha o con Varian. Pero dudaba que aceptaran fácilmente un no, o que este no tuviera consecuencias. Quien solo mide sus inversiones por el espectáculo que puede ofrecer a las masas no suele aceptar que se le rechace.

Aguardo en silencio, sin tocar un solo pastel ni beber nada, a la espera de escuchar lo que tienen que decir los medianos y las respuestas a sus cuestiones.

Es el Maestro de Ceremonia quien responde a Bizcochito.

- "Efectivamente, vuestro papel será muy similar al que hasta ahora cumplía la Escuela Azul. Excepto que seréis libres y cobraréis oro por vuestras victorias.

Después de quince Jornadas en la Arena pueden pasar muchísimas cosas. A los luchadores más exitosos seguramente les lloverán ofertas de contratos con Escuelas de otras ciudades. La Organización de la Arena se planteará llegado el momento presentar una oferta económica en función de los resultados de estas quince Jornadas iniciales. Tenemos que asegurarnos de invertir sabiamente el dinero público.

Actualmente no tenemos entrenadores, pero una vez libres podéis comenzar a ganar dinero y encontrar vuestros propios entrenadores en la ciudad. Nuestras condiciones económicas de llevarnos sólo el 20% son muy ventajosas en comparación con lo que ofrecen la mayoría de Escuelas. Tener el patrocinio de la Organización de la Arena es siempre muy beneficioso." -

Vuelvo a escuchar las palabras y por suerte, soy bastante buena cuando no quiero que se note lo que estoy pensando, porque sino me volvían a encerrar y esta vez, tiraban la llave.

- Vamos, que nos dan la libertad y punto, y nos buscamos la vida. Claro, qué mejor para tener guerreros que den espectáculo que aquellos que se tengan que buscar la vida por su cuenta.. Hay que ver qué patéticos e inútiles son para tener un espectáculo tan rentable como la arena. Creo que necesitan unas clases de administración, otro par de picardía y otras mil de sentido común. No me puedo creer que nadie sea tan sumamente negado. Supongo que lo de atender a la arena será sólo un pasatiempos para el Gobernador, porque sino no se merece ni la mitad de lo que tiene..
Ahora bien, mis opciones se decantan en decir que no a esta propuesta, que viniendo del que viene, supone no obtener jamás en la vida mi libertad en la arena porque no se olvidarían de que me negué; o bien aceptar y rezar para seguir respirando dentro de 15 jornadas. Pues.. mirándolo así, va a ser que tengo que aceptar por narices.

- Yo también acepto. - Es mi única respuesta.

El Heraldo les da unos documentos a Champiñón y a Bizcochito:

- "Firmad estos papeles, aquí, aquí y aquí. Eso es." - Luego mira a Lagartija, esperando su respuesta.

Miro a Babelín en cuanto me dan los papeles. - Menos mal que estás tú - Pienso mientras le miro.
Antes de firmar los papeles, me pongo a leerlos, no me fío ni un pelo de que no quieran estar engañándome y como era ese dicho de engañar a quien engaña..

¿Y cómo se que son fiables?, mi lectura es penosa... intento leerlos, pero los estraños vocablos y las frases complejas me dejan con un plamo de narices, entonces veo como Bizcochito los lee, y espero a su reacción.

BIZCOCHITO:

- El lenguaje es muy jurídico y pomposo, Bizcochito, pero la sensación que te da es que los papeles están en regla. Uno es el contrato con la Organización, otro es la Carta de Liberto y otro es la solicitud de Permiso de Residencia.

Vuelvo a mirar de reojo al mediano que está a mi lado y soltando un suspiro después, me pongo a firmar los papeles, aunque aún sin estar totalmente convencida de lo que estoy haciendo.

- Tan sólo espero que estoy sea lo correcto y no tener que arrepentirme después.. - Pienso tras haberlos firmado.

Observo a lo medianos. Apenas han tenido tiempo de pensar antes de firmar. Apenas han formulado preguntas. Pero la libertad es un buen cebo para un alma mercenaria que suspira por ella. Yo, sin embargo, ya tengo mi libertad. Me levanto.

- Agradezco vuestra oferta - señalo dirigiéndome a los presentes -, pues resulta altamente halagadora. Sin embargo, aunque libre, soy esclavo de la palabra dada, que siempre me gustó respetar. Firmé un contrato con la Escuela Amarilla y asumí un compromiso. Me gusta cumplir con mis compromisos y actuar de forma responsable. Y es por ello que me veo obligado a rechazar vuestra propuesta. No me sentiría digno corriendo de un lado a otro y abandonando a aquellos con los que me comprometí. Espero que lo entiendan.

- "Es perfectamente comprensible, Lagartija. En Detritus nos gustan los gladiadores honorables. Tal vez cuando hayas cumplido tu actual contrato con la Escuela Amarillo podamos hacerte una oferta." -

Escucho las palabras de Lagartija, quien al menos, ya era libre de decidir lo que quería o no quería, no así como mi primo y yo, ya que aún seguíamos siendo esclavos y nuestras opciones se limitaban a aceptar o aceptar. De todas formas, me hubiera gustado tener a ese enorme reptil de compañero, ya que cuando llegué a la escuela amarilla, pude comprobar que era muy agradable y seguramente, alguien con el que se podría contar.

El Maestro de ceremonias recoge los contratos de Bizcochito y Champiñón una vez que éstos los han firmado.

Les entrega unos lujosos portadocumentos de cuero de buena calidad a cada uno, con su Carta de Liberto y el Permiso de Residencia.

"Aquí tenéis los documentos que atestiguan que ya no sois esclavos y que podéis residir libremente en la ciudad. El coste del Permiso de Residencia es de cincuenta monedas de oro para cada uno, pero por esta vez quedáis exentos del pago.

Si no tenéis donde alojaros, podéis dirigiros a la Posada del Pico Torvo. He reservado habitaciones para vosotros. Yo me haré cargo de la factura durante este primer mes, hasta que os encontremos una vivienda que podáis comprar.

Para cualquier cosa que necesitéis, podéis considerarme vuestro manager. Mi casa está muy cerca de la Arena y siempre seréis bien recibidos allí.

Necesitaréis la Carta de Ciudadanía para poder participar en las competiciones mayores, para lo cual es necesario ser propietario de un bien inmueble. Llegado el momento, si necesitáis negociar una hipoteca con el Banco de Detritus, podéis contar con el Aval de la Arena.

Bizcochito, en tu caso debo comentarte que estás al borde del descenso de categoría, no puedes permitirte otra derrota. Será mejor que escojas bien a tu siguiente adversario.

Eso es todo, luchadores. Ah, se me olvidaba. Hemos preparado estos uniformes para vosotros." - Os hace entrega a Bizcochito y a Champiñón de unas ropas de gladiador de buena calidad, de un intenso color rojo sangre, con capas a juego.

- "Es posible que os llamen los Capas Rojas o el Equipo Rojo con estas ropas. Esperamos que sean de vuestro agrado." -

El hombre sonríe a Lagartija:

- "Habíamos preparado un uniforme también para ti, pero tendrá que esperar." -

Cojo las ropas y memorizo el nombre de la posada: Posada del Pico Torvo, aunque luego, vuelvo a preguntar como comienza a ser costumbre cada vez que me preguntan algo.

- Podría pasarme por la escuela amarilla a despedirme? - Pregunto bastante apenada por la nueva situación en la que me encontraba.

- "Claro, aunque es bastante tarde y de todos modos les verás a todos mañana en la Arena.

Mañana, Champiñón hará su último combate para la Escuela Amarilla. Y tú, Bizcochito, puedes todavía considerarte luchadora Azul hasta que terminen los combates de mañana." -