Partida Rol por web

Ella giró por completo hacia él, sino en cuerpo, en espíritu. Su cabeza se inclinó hacia la voz de Omar, como una flor hacia el rayo de luz, aunque sus ojos apenas se apartaron del sector donde estaban Lottie, Sean y Fadil. Omar podía entender qué estaba haciendo Estel: su lenguaje corporal era para él un libro abierto, en el cual se leía una reiteración circular de vigilancia, tensión, suspicacia, atención.

- Si te equivocas, nos equivocamos ambos, Omar – respondió ella, en voz igualmente baja – Pirámides como monumentos, una astronomía extremadamente avanzada, dos pueblos diferentes mirando hacia las mismas estrellas. ¿Recuerdas lo que contaban tu madre y mi padre? ¿Lo que las escrituras de la antigua Mastaba implicaban sobre la existencia de aquella alta civilización?

La expresión de Estel se cerró ante la repentina premura que acuciaba al manager del Hotel, pero no respondió a la reacción de Fadil.

- Aunque no me guste la idea ahora, nada es… imposible – agregó – Sólo improbable. Aquello sólo terminó con un impasse… y además hubo una sobreviviente. E incluso aunque no la hubiera, tal como de nuestros padres hubo descendientes…

La implicancia quedaba clara.

Mike agradeció que Sam volviera a ser la misma de siempre y que saliera con un tema de conversación que relajara el ambiente. Sonrió al escuchar la anécdota de la tía Amber, no era la primera vez que oía la historia pero siempre le había hecho gracia, además no podía dejar de notar cierto parecido entre la loca tía de Sam y su amigo Sean.

-Bueno, Sean no se parece mucho a tu tía, mira que tío más fuerte, va al gimnasio y ni siquiera ha rechistado mientras Charlotte lo cura, además Sean no tiene gatos. Y si quieres un recuerdo exótico de Egipto siempre puedes llevarte a este -Mike señaló al enorme egipcio malencarado que les seguía a todas partes desde hacía un rato.- tiene pinta de ser el alma de cualquier fiesta. -Una nueva mirada al gps le indicó que nada había cambiado, seguía marcando a Mel en Méjico, al final iba a tener que darle la razón a su amiga.- Tienen muy buenas ofertas, eso no puedes negarlo y estuvieron funcionando bien hasta ahora. Yo creo que ahí abajo donde esté Mel no capta bien la señal y se ha vuelto loco, a veces les pasa. Méjico... pinche cabrón.

Omar, al igual que Charlotte parecía creer por completo todas aquellas historias fantásticas que sus padres les habían contado y Mike volvió a agradecer que su padre solo lo hubiera intentado una vez y sin demasiado éxito, aunque Nathan no parecía tan convencido tampoco, al menos no todos estaban locos de atar en aquel grupo.

-Sí movámonos a buscar a mi hermana y después podéis ir a ver a "vuestra amiga". Que por cierto ¿Quien es? -La mayoría hablaba de ella como si la conociera pero nadie había sido demasiado concreto. Estaba claro que no era una chica guapa o Sean se lo habría dicho.- Charlotte nos contó lo que pudo cuando estuvimos en París, pero no mencionaste a nadie ¿Verdad? -La pelirroja se había llevado un susto tremendo cuando Mike había comentado lo de Méjico y el americano sonrió con su reacción.- No te preocupes, es un fallo del gps, como dice Sam, no era el modelo más fiable de todos, pero no me negaréis que molan mucho... -Mike señaló al cuello de Sam donde llevaba un pequeño colgante en forma de corazón con el nombre de la chica grabado, su hermana llevaba uno igual con su nombre y era probable que se lo hubieran visto también.- Entre que son despistadas y lo mal que nos habló mi padre de Egipto admito que me volví un poco paranoico, a decir verdad a nuestro padre no le hacía mucha gracia que viniéramos, pero Mel insistió mucho tras recibir la invitación de Fadil. Gracias Fadil. -No evitó el sarcasmo en su voz, no tenía ganas de seguir disimulando que no estaba disfrutando del viaje.- Y si no te importa ya mirarás lo de tu personal más tarde, vamos a encontrar a Mel, creo que todos estamos de acuerdo en eso. Como bien dice Omar, el resto quedará claro con el tiempo, aunque sí, soy bastante escéptico con todo este asunto.

La puerta se cerró a sus espaldas y Melyssa dio un bote, despertando de su ensoñación. Se dio la vuelta y parpadeó, extrañada al ver el lugar donde se había metido. Estaba sola, la chica nubia se había quedado al otro lado. Idiota, has caído en su trampa. Se dijo al comprobar que sus sospechas se hacían realidad y su hermano no se encontraba allí. A pesar de que las alarmas le habían asaltado momentos antes de cruzar aquella puerta, no había podido resistirse. La curiosidad había sido más fuerte que ella y ahora se encontraba... ¿Dónde narices estoy? Arrugó la nariz mientras sus ojos recorrían aquel extraño lugar. Es como si estuviera dentro de una máquina. Pensó y un escalofrío recorrió su espina dorsal. Ya podía escuchar a Mike reprimiéndola. Sabía que algún día acabarías teniendo problemas. Pensó recordando la voz de su hermano. Mierda, mierda, mierda...

Céntrate Mel, ¿dónde narices estás? Sus pupilas se detuvieron en los monitores y empezaron a recorrerlos. ¡Está todo lleno de cámaras! ¿Estoy en una central de seguridad? Se acercó y pestañeó cuando en uno de los monitores vio a su hermano.

- ¡Mike! -

¡Claro, puedo avisarle con el comunicador!

Sin pensarlo más, accedió a él y empezó a teclear a toda prisa. 

Mike, estoy en una central de seguridad o algo así. Desde aquí puedo ver las cámaras y te veo.

De pronto el zumbido característico del comunicador te indica que te está entrando un mensaje de texto.

Lo activas. Es de Mel!!

Mike, estoy en una central de seguridad o algo así. Desde aquí puedo ver las cámaras y te veo.

Mike notó la ligera vibración de su comunicador y volvió a fijarse en él de inmediato, fijó su mirada en el durante unos segundos, hizo un gesto con las cejas y después manoteó con su otro brazo para llamar la atención de Fadil y el resto, brazo con el que estaba agarrando a Sam con lo cual esta imitó sus movimientos también.

-¡Espera Fadil! Mel me acaba de mandar un mensaje, dice que está en la central de seguridad y que nos está viendo por las cámaras. -Mike buscó alguna cámara en la habitación y saludó sonriendo.- Llévanos allí. O puedes hacerlo tu también Sam que seguro que sabes donde está y Fadil se puede quedar con su amigo.

Sam tenía que saber la ubicación de aquel cuarto pues había estado trabajando en la seguridad del hotel durante semanas, encontrarían a Mel y se librarían de Fadil al mismo tiempo. Lo sentía por los locos que habían llegado a pensar que Mel se había teletransportado a Méjico, pero si querían podían ir allí unas vacaciones, tenía un amigo con familia allí y no le sería difícil organizar algo.
Mike se puso a teclear en su pantalla, para lo que esta vez si soltó a Sam.

Cita:

Joerrrr... qué maja es Sam, contándome esa anécdota del despertador para que no me preocupe por las curas de mi brazo. Y menudo polvo tiene. Gira la vista, Sean, que se va a dar cuenta de que la desnudas con los ojos.

Al volver la cara, el monumento que tenía delante era Estel. Estaba hablando nosequé de los fa-los (falacias lógicas). Debía de ser por la (insignificante) pérdida de sangre, pero Sean empezaba a pensar que estaba metido en el argumento de alguna peli porno. Solo esperaba que no fuese una peli porno gay, porque había muy mala relación de número de nabos y agujeros dónde plantarlos. Sean nunca fue muy bueno en agricultura. Su fuerte tampoco era la geografía, pero parecía por las reacciones del resto que Méjico y Egipto no quedaban demasiado cerca.

Espera un momento, Fadil... Mike. ¿Estás seguro de que no es una trampa? Si alguien hubiese organizado todo esto, estaría en estos momentos en la sala de seguridad, controlando las cámaras. ¿No se puede llamar desde el fijo de la secretaria al fijo de ese despacho, a ver si realmente es Mel la que contesta?

Dos mundos, dos intelectualidades, dos necesidades distintas. A Omar, Mel no le resultaba indiferente pero no era su prioridad, no en aquel momento. Tras Suiza, aquella incógnita que no habían podido desvelar tras los ojos de Enara, la reticencia había dado paso a la comprensión con los últimos hechos. Eran un grupo, pero no una democracia donde todo se resolviera a través del voto. Necesitaba respuestas y las buscaría. Si todo era un sueño de una noche de verano, respiraría aliviado.

A los pasos de Estel, unió los suyos en dirección al gigante egipcio. Había elegido.

تأخذنا لها

La lengua materna fue el vehículo de comunicación y la decisión quedó clara ante su petición.

-Mike, es fácil manejar un dispositivo y hacerte pasar por otro. Asegúrate que quien te habla es realmente tu hermana -dijo crípticamente. Si el juego había empezado, sabía que habían dos frentes, cada uno dueño de su intereses. Ellos eran los títeres. Era cuestión de ser conscientes de ello y actuar los más inteligentemente posible-. Charlotte, Sean, Nathan, ¿nos acompañáis?

El canadiense sacudió la cabeza decidido.

- Claro... vamos. 

Después de todo y en aquellas circunstancias, si finalmente resultase todo ser una simple confusión, él seguiría guardando incógnitas. No, no se iba a permitir volver a su vida de antes sin saber de cierto si aquello que pensaba y, más íntimamente, sentía era cierto o una simple paranoia que colectivamente había aflorado.

Llegaría hasta dónde fuese necesario llegar.

Envías el mensaje, y luego esperas. Mientras miras la pantalla en la que pueden verse a tus amigos, ves como Mike mira el intercomunicador, y luego busca la cámara, encuentra una que no es la que tú estás mirando, y sonríe y saluda.

Inmediatamente teclea algo, y tu intercomunicador vibra. Es Mike:

Mel, vamos a buscarte, no te muevas de ahí hasta que lleguemos.

Una Charlotte pálida y seria, después de escuchar algo que Fadil le dijo en voz baja, se volvió siguiéndolo con la mirada cuando este pasó a su lado y se acercó a su hermano. Ella los observó en silencio, sin quitarle ojo de encima al egipcio. De lejos, le pareció que Mike le hablaba, pero no estaba para escuchar a nadie. La contestación de Fadil aún le martilleaba en los oídos y no quería perderse ni una sola de las palabras que su anfitrión se cruzara con su hermano.

-No importa, Sean-al escuchar a su hermano pareció reaccionar y se dirigió hacia él, interponiéndose entre su hermano y Fadil, e instándole a que se levantara-Vamos, solo encontraremos respuestas en un sitio, y nos están esperando desde hace un rato. Sí, vamos enseguida, Omar.

Se volvió para mirar seria al resto del grupo-¿Venís con nosotros, Mike, Sam? ¿Y tú, Oli?-Lottie no quería dejarse a nadie atrás. Miró a Omar, pidiéndole un poco de paciencia, para que el resto tomara su decisión. De esa misma que, ya lo tenía claro, no iba a tardar mucho en acabársele a alguien de un momento a otro. Fijó su atención en Mike, era del que más le preocupaba separarse, era el que más conocía de aquel grupo si exceptuaba a su hermano y sus amigos-¿Mike?, dale una oportunidad a lo que os conté en París o a mí si quieres verlo de otra forma. No creo que Mel esté en esa sala…y la persona que nos está esperando te podrá decir donde está.

Las palabras de sus amigos hicieron que Mike pasara de la alegría por saber donde estaba su hermana, que estaba bien y además los estaba viendo a las dudas. Tenían razón, era sencillo hacerse pasar por otra persona detrás de una pantalla, él mismo lo había hecho, pero quería mantener la esperanza de que su hermana estaba bien, esperándolos en un cuarto cercano a ese y que después saldrían a la terraza y tomarían algo mientras descansaban de la resaca.

-Tenéis razón, es una duda razonable y aunque en circunstancias normales admito que no os haría mucho caso, no se si es por algo de este hotel, por lo que vivió mi padre aquí o por la resaca que tengo pero siento algo raro, algo que no va bien del todo, así que... Llamaré a Mel, vídeo llamada, para que todos podamos verla y la mantendré hasta que Fadil o Sam me ayuden a encontrarla. No tenéis que venir, si habíais quedado con "la mujer misteriosa" podéis ir sin problema. En cuanto encontremos a Mel os buscamos ¿Que os parece? O si preferís podemos quedar fuera en la terraza en media hora.

Mientras sus amigos decidían quienes iban a ver a aquella misteriosa mujer, quienes seguían buscando a Mel o quienes hacían cualquier otra cosa, Mike no perdió el tiempo y activó la vídeo llamada a su hermana.

Mel no me jodas y cógelo, si no me contestas o me contesta otra persona me voy a poner muy nervioso.

Nueva señal del comunicador. De nuevo es Mike, que te solicita una Videollamada.

-Mel no está lejos. Creedme. Y no está en una central de seguridad, lo sé porque no hay nada así aquí, más que esta multipantalla que tenemos delante. Es hora de que vayamos a buscarla.

Se acercó a la puerta de su propio despacho y la abrió. Lanzó entonces una mirada al egipcio, que seguía cruzado de brazos, y que no había respondido a Omar, se había limitado a asentir en silencio. El hombretón asintió de nuevo, y murmuró algo que nadie llegó a entender. Entró en el despacho, y tras él lo hizo Fadil.

Se giró hacia el resto.

-Si queréis respuestas, no tardéis.

Sigues pendiente de la pantalla, donde ves a tus amigos discutir entre ellos, y cruzar miradas y palabras, unos con otros, con Fadil y con el egipcio enorme. No puedes oírlos, porque sólo está conectada la imagen, no hay sonido.

Pero te das cuenta de que realmente es Mike el que ha accionado el comunicador para solicitar la videollamada, y ves que está esperando que respondas.

- Tampoco sé a dónde iba a ir... - Murmuró al leer el mensaje que le había enviado Mike. Levantó la mirada y le vio saludando a una cámara, una sonrisa bailó en sus labios, sonrisa que no tardó en ser sustituida por una mueca de preocupación. Recorrió de nuevo la estancia con la mirada y sus pupilas se detuvieron sobre la puerta. Había escuchado como ésta se cerraba tras ella y había dado por hecho que había quedado atrapada, cerrada al vacío como hacían con los embutidos que metían dentro de bolsas de plástico. No quería preocupar a su hermano y había obviado aquel pequeño detalle. Nunca des por hecho las cosas... Se dijo y empezó a caminar de nuevo hacia la puerta cuando volvió a recibir una notificación del intercomunicador. 

Antes de responder intentó abrir la puerta. Tenía que comprobar si ésta se abría o no antes de decirle nada a Mike. Y tras eso aceptó la videollamada de su mellizo.

- ¿Mike? -

Llevaba un rato sin decir nada porque con cada intervención de aquellos individuos me enfadaba cada vez más. Era como si el espíritu de mi señor padre se hubiera reencarnado en ellos para darme por el culo. ¿Cómo podían estar tan idiotas? Las malditas fantasías y cuentos de mi padre y sus colegas, que les había dado por jugar a Indiana Jones, no dejarían de perseguirme nunca. Y encima Nat volvía a darles crédito, con las veces que habíamos hablado de aquello.

Quizás en otras circunstancias les habrían gritado y les habrían llamado gilipoyas, pero estaba claramente en minoría y no dejaban de ser prácticamente desconocidos para mi. Aún así tenía una extraña sensación de complicidad hacia ellos. Confiaba en ellos, hasta cierto punto. Y luego estaba lo de la hermana de Mike, que eso si que me parecía serio. No sé, supongo que aquel asunto hizo que me olvidara un poco del resto, de todo aquello que me recordaba (y no dejaba de tener su gracia) a aquella mítica película de David Bowie.

- Sí, joder, vamos a encontrar a la hermana de Mike... con toda esta mierda habéis conseguido que yo también me preocupe - respondí, como saliendo de un mal sueño.- Además, alguien tendrá que cuidar de Nat, que tiene miedito - sonreí y le puse el brazo sobre los hombros, abrazándolo con cariño.- Pero, por favor, os agradecería que os dejáseis de todas esas historias de nuestros padres... no somos ninguna especie de "elegidos" ni nada por el estilo... En serio, encontremos a Mel y a otra cosa.

Mel se dirigió al entramado de ruedas, mecanismos, pernos y planchas que era la puerta que acababa de cerrarse tras ella. Comprobó que las juntas estaban perfectamente selladas, a lo largo de todo el perímetro de lo que parecía más una compuerta estanca de submarino antiguo que otra cosa. Sin embargo, así como en las compuertas de submarino, y más en las de los antiguos, había una rueda central que girar para abrirla, allí no había nada de eso.

La empujó, sin resultado ninguno, en absoluto.

Tanteó los mecanismos, las ruedas, tiró y probó de girar, con cuidado al principio, y luego, ante la total falta de reacción, ya frenéticamente.

Nada.

Realmente, si había algún modo de abrir, ella no lo encontró.

Por fin, decidió aceptar la videollamada, sudorosa por el esfuerzo y la tensión.

A Lottie no le sorprendió ver que Mike tampoco le hacia caso.

¿Como pueden ser tan iguales? Deberían ser ellos los hermanos, y no Sean y yo....De acuerdo, de acuerdo. No insisto. Pero después que nadie me diga nada. Hombres, y encima más pequeños. ¡Cabezotas!

Se apartó un poco para dejar paso al enorme egipcio que se perdió en el interior del despacho de Fadil. Lottie levantó una ceja, sorprendida porque fuera, precisamente, en el despacho de Fadil a donde tenían que ir-Vaya, al final de todo no se ha tenido que desviar demasiado para curarte, ¿eh, peque? Apostaría algo a que si ese botiquín no hubiera estado a la vista ni se habria parado...-le dijo a su hermano en un ligero tono sarcástico cuando los dos egipcios desaparecieron.

Algo le pasaba a Lottie, no solía hablar así, más aún despues de parecer agradecer sinceramente a Fadil su ayuda. No sonreía y tenía una expresión diferente a la que había tenido hasta escasos minutos antes. ¿Era perplejidad? ¿Desasosiego?  Se pasó las manos por la cara y se puso un mechón de pelo por detrás de la oreja.

-Si votre jeu... susurró para ella, intentando alejar lo que fuera que tenía en la cabeza...- vous ne gagnerez pas!
 

Respiró hondo y miró a los presentes, en especial a Omar-Vamos.

Tenía claro que era ir o ir tras Fadil, no había otra opción. Bueno, tal vez quedarse eternamente en aquel hotel vacio achicharrándose bajo un sol que nunca se pondría. Asi que solo la primera opción le valía.

Había pensado mucho, desde siempre, en el pasado de sus padres. Ellos habían sido los Elegidos, y ahora, sus hijos eran los Hijos de los Elegidos, lo creyeran los demás o no. Estaba pasando, ya estaban allí y solo quedaba ir hacia adelante. Y el siguiente paso era hablar con Ella. ¿Tenía miedo? Nunca había pensado que lo diría, después de tanto pensar en que le encantaría ir a Egipto y vivir lo que vivieron sus padres, o saberlo de alguna forma de primera mano. Pero lo tenía.

Lottie tenía a sus padres en un pedestal. Ella no era tan fuerte como ellos. Le venían a la mente trozos de la historia, ¿sería ella capaz de algo parecido a lo que hizo su madre? Lo intentaría al menos. Por ellos, por Sean.

-Peque, no te separes. Y no te acerques demasiado a Fadil...-le dijo a Sean, echando a andar hacia la puerta y atravésandola, siguiendo al egipcio.

Melyssa lo intentó todo lo que se le ocurrió para abrir aquella puerta. Buscó alguna rueda, algo que sirviera como mecanismo. La empujó, intentó deslizarla hacia un lado, la golpeó... Todo era inútil. Finalmente se apoyó en ella y se dejó caer hasta dar con las nalgas en el suelo. 

Al principio, al entrar en aquella habitación, había intentado mantener la calma y la sorpresa de ver a su hermano a través de la pantalla había hecho que no se planteara su encierro. Pero según iban pasando los minutos iba siendo más consciente de su situación y estaba empezando a entrar en pánico. 

- Idiota... - Se dijo y apoyó la cabeza en la puerta. Escuchaba la llamada de su hermano, pero no sabía cómo decirle que estaba encerrada, que se había metido en la boca del lobo. Tardó unos largos segundos en responderle. Sus pupilas se habían inundado de lágrimas de frustración. Cerró con fuerza los ojos y éstas empezaron a escaparse y a deslizarse por sus mejillas. 

La llamada continuaba, insistente y Melyssa sabía que Mike no pararía hasta que respondiera. Se secó las lágrimas con el dorso de la mano mientras que con la otra intentaba arreglarse un poco el pelo. No quería preocuparle. Finalmente respondió y, a pesar de que sus labios se forzaban por sonreír, su voz sonó temblorosa y sus pupilas brillaban por las lágrimas que se esforzaba por retener. 

- ¿Mike? - Tragó saliva. - Creo que me he quedado encerrada. La puerta tiene que abrirse desde fuera... -