Partida Rol por web

Horus - II

Habitaciones (Cap. X)

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21/05/2018, 12:03
Oliver Booth
Sólo para el director

Era profundamente extraño, y la verdad, Oliver no tenía ni la más mínima idea de lo que querían hacer. Ni de si era o no conveniente entrar en ese lugar. Sin embargo, había llegado hasta allí, estaba cansado, tenía hambre, y en general, las buenas actuaciones tenían buenas recompensas. Eso, al menos, lo sabía. 

¿Quizás fuera una sauna o unos baños? Tenía todo el cuerpo amoratado, estaba cansando, y si querían hacerle daño, iban a poder hacerlo aquí o en cualquier otro sitio.

- Gracias- dijo sonriendo y asintiendo, aunque acompañando dicho asentimiento con un encogimiento de hombros (después de todo no tenía ni idea de lo que estaban hablando). Sin decir nada más, salvo que se lo impidieran, entra en la estancia con el resto de jugadores con más de impetuosidad que de curiosidad o reflexión.

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22/05/2018, 11:36
Jugador de Pelota

Efectivamente, eran unos baños. Baños de Vapor, como recordaste de golpe, de cuando habías estado allí, aún en ruinas. O ya en ruinas. Entonces te había parecido un recinto pequeño y cerrado, pero ahora te diste cuenta de que aquello que habías visto era sólo una pequeña parte de lo que realmente era el edificio entero. 

A un lado había una sala con un banco donde una ristra de retretes habían sido abiertos en la propia piedra. Allí sentados algunos nativos bien ataviados hacían sus necesidades, hombres y mujeres, charlando amigablemente. Sólo unos pocos estaban ocupados, para la larga línea de agujeros practicados. Cerca esclavos y esclavas aguardaban en silencio, sosteniendo manojos de hierba y paños húmedos.

Hacia el otro lado una sala más, ésta con distintos cubículos de función indeterminada. Pero los jugadores siguieron adelante, hacia el centro, donde se abría una estancia más grande, circular, con un agujero central donde piedras calientes humeaban, y con esterillas como respaldo. 

Dejaron todo lo que llevaban encima en repisas a lo largo de la pared de la entrada, invitándote con gestos a desnudarte y hacer lo mismo. Se sentaron en el suelo, y algunas mujeres echaron agua a las piedras para aumentar el vapor. Seguían riendo y hablando entre ellos, y te hicieron un hueco como uno más.

El mayor, el entrenador se sentó a tu lado, y te miró con mezcla de curiosidad y seriedad. Te dijo algo que no entendiste, sólo la palabra Síij que ya habías escuchado un montón de veces a estas alturas. Se giró e hizo un gesto a una de las esclavas que se te acercó con un bote en las manos, y se puso a frotarte las magulladuras con algún tipo de ungüento. Pronto vinieron más e hicieron lo mismo con todos.

Una mujer mayor tocada como la sirvienta que os había sacado de las habitaciones llegó con una vasija y cuencos, y os fue repartiendo un brebaje espeso, caliente y marrón, que los hombres empezaron a beber a pequeños sorbos.

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23/05/2018, 16:45
Oliver Booth
Sólo para el director

Oliver sintió alivio aún antes de desnudarse con absoluta amoralidad. Para él, quitarse la ropa tras una actuación era, en la mayor parte de los casos, que las cosas habían ido bien. Bueno, realmente no era del todo, del todo, una estrella. Pero alguna chica guapa sí se le había tirado a los brazos tras un concierto. Y joder, ni uno es de piedra, ni tiene por qué serlo.

Como fuere: había acertado. Aunque no era capaz de entender las palabras del entrenador, y negó con la cabeza, encogiéndose de hombros.

- No entiendo- dijo muy lentamente, para luego volver a repetir el gesto, y repetir la misma frase- No entiendo. 

Se había quitado la ropa y se sentó junto al resto de jugadores, notando el placer del vapor, y la delicia de las hierbas aromáticas y los unguentos. Las risas, los comentarios del resto de jugadores, aunque no pudiera entender una maldita palabra, le hicieron sonreír.

No parecían monstruos. En realidad, suponía que era como se sentiría cualquier equipo de baseball tras terminar un partido.

- Oliver Booth- dijo señalándose con el dedo, y mirando al resto, deseando, al menos, saber los nombres del resto de los jugadores, y que estos supieran su nombre. Luego tomó de la bebida que ofrecía la sirvienta.

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23/05/2018, 22:41
Nefissa Mahub

¿Umayma?- repitió, alarmada- La vi. Cuando me llevaron a la Máquina... -dijo, notando cómo un escalofrío recorría su espalda- Me hizo algo... No lo sé... Algo maligno. Perdí la noción del tiempo, y de las cosas... -añadió, frotándose a si misma los hombros- Fadil... ¿Qué... Qué tratos tenías con esa mujer? Ella... Ha provocado desgracias que nos afectan directamente. ¿Cómo...?-preguntó, negando con el rostro- Tienes que contármelo. Tengo que saber... Por Alá, ¿estás diciéndome que todo esto ha sido obra de esa bruja venenosa?- concluyó, entrecerrando los ojos, bajando un tanto la voz, tragando saliva, tomando aire profundamente antes de responder a sus preguntas.

Esa persona... No es de aquí. Nos entiende. Lleva... Más tiempo que nosotros en este lugar. -explicó, mirando alrededor- Pero no sé si es de fiar... A penas la conozco.- susurró, nerviosa- Hay un hombre... Pacal. Parece ser una clase de autoridad aquí. Creo que debemos tener cuidado con lo que hablemos delante de él. 

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28/05/2018, 11:04
Nathan Morrison

Nat se había relajado. Apenas duró unos minutos pero le habían venido bien. Como alguien que lleva meses sin dormir adecuadamente y, casi sin venir a cuento, echa una siesta ligera. HAbía contado lo que vio en el fondo del cenote y el hecho de sacarlo de su interior había producido el efecto contrario al que él mismo se imaginó. Le seguía horripilando aquel hecho... la imagen fantasmagórica de aquellas siniestras siluetas recortadas por el agua verdosa... los hilos de sangre siendo antinaturalmente absorbidos por la roca... Pero ya no le atenazaba. Lo había compartido y ahora la carga era menor. Además, el mero hecho de haber ofrecido aquella información a sus contertulias había propiciado que surgiesen varias interesantes teorías sobre el cómo y el porqué de cuánto les sucedía. ¿Habrían llegado a alguna conclusión certera sin percibirlo? De cualquier modo, la charla y la deliciosa carne braseada habían ayudado a que el joven canadiense se sintiese mejor. Menos en peligro.

Varias costillas habían sido acumuladas cuidadosamente en un ladito del mantel de lino ubicado frente a Nathan. Éste, que ya se sentía saciado, observó que tenía las manos manchadas de grasa y, aunque quizá lo normal en aquellas circunstancias habría sido terminar de chuparse los dedos para deleitarse aún más con aquel manjar, el bailarín decidió que las normas mínimas de etiqueta no estaban sólo para la civilización del siglo veintiuno y no pensaba saltarse el decoro por mucha selva amazónica que tuviese alrededor. Alzó el cuello intentando ver algún lugar dónde lavasen los enseres de cocinar...un fregadero o algo parecido dónde enjuagarse las manos y la boca. Quizá con una tinaja con agua sería suficiente...

Cuando sucedió...

Sean se quedó en blanco. Así de simple. Como si alguien en alguna parte tuviese un mando a distancia siniestro con el que poner en pausa a las personas. Los gritos de alarma de Lottie no tardaron en llegar. Las lágrimas de la pelirroja brotaron a raudales por sus mejillas pecosas y su angustia invadió el corazón de Nathan. Pero daba igual... nada se podía hacer. Por lo que a ellos respectaba y tomando como ejemplo a la propia Elka, una vez alguien llegaba a ese estado, ya no regresaba.

Nat regresó a la mesa y procuró abrazar a la muchacha para calmarla. Primero de forma cuidadosa para no mancharla con aquellas manos devoradoras de carne braseada... después, sin miramientos a tenor de las prioridades.

- Tranquila, Lottie... él está bien. Estoy seguro de que están bien todos. Solo que no están aquí. Simplemente. Pero volverán... te lo prometo.

Mientras mecía a Charlotte en sus brazos Nathan dirigió una mirada inquisitiva a Dawn. 

- Y ahora, ¿qué? - espetó como si la chica pudiera dar la clave del próximo movimiento.

Notas de juego

Chicos... semana hipercomplicada la pasada. Siento la ausencia. Ya estoy de regreso y (creo) que más tranquilo.

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29/05/2018, 09:46
Fadil Jannan

Umayma. Sí, respondió. Ella y sus aliados. Pero tiene que ser ella quien tira de los hilos. Les ha prometido la inmortalidad.

Fadil suspiró. No tenía sentido retrasar lo inevitable.

Me hizo “algo”, dijo, parafraseando a Nefissa. ¿De qué otro modo podía explicarse lo que estaba más allá de la razón? En la mente, añadió, tocándose la frente. Me metió entre ceja y ceja la idea de que ellos, los “herederos”, eran los responsables de la muerte de mis padres. Ahora no tiene sentido, pero entonces lo tenía. Incluso cuando me daba cuenta de que era absurdo, racionalmente, porque lo era, y era evidente, pero no era capaz de luchar contra esa idea. Estaba siempre en el fondo de mis pensamientos, y al mismo tiempo al frente de todos. Y quería vengarme, y no sé si eso era parte de lo que me metió en la cabeza, o salía de mí, admitió.

Y nunca lo sabría. Todo se había desvanecido en la Máquina. También las ansias de venganza, pero eso era natural. No puede haber combustión en ausencia de comburente.

Algo me dice que Pacal y Umayma están hechos del mismo… del mismo veneno, dijo, torciendo el gesto. ¿Podemos hablar con esa persona que conoces?

Nefissa había llegado como ellos, en la Máquina. Eso debía ser importante. Que hubieran usado ese artefacto, y que la hubieran traído. ¿Pero por qué antes que ellos? ¿Por qué sola?

Sola… ¿o no?

¿Estabas sola, hermana? le preguntó. ¿Trajeron a alguien más contigo?

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29/05/2018, 15:00
Melyssa Yaddow

Mel soltó un suspiro de alivio, aunque intentó disimularlo todo lo que pudo. Que Mike hubiera comprobado que el tatuaje de Sam seguía sin crecer eran buenas noticias. Aunque no estaba seguro de si eso seguiría algunas reglas que pudieran aprender, medir o conocer.

- Venga. Ahora que parece que los tres seguimos siendo nosotros, y que estamos en condiciones... vamos a comer algo con los demás. - Opinó muy convencida. - Me muero de hambre y presiento que vamos a necesitar de todas nuestras fuerzas. -

Miró a los dos, se colocó en medio y agarró a cada uno con uno de sus brazos para tirar un poco de ellos hacia adelante.

- Vamos. -

Notas de juego

Me los llevo al lugar del que procede el rico olor de comida.

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30/05/2018, 11:00
Jugador de Pelota

La bebida resultó ser chocolate caliente. Entre brumas recordaste que el chocolate era una bebida sagrada pero habitual, entre los mayas, eso te habían contado entonces, entre un montón de datos que ya no recordabas, pero que iban aflorando a medida que pasabas tiempo allí.

El entrenador, o capitán, o lo que fuera el tipo aquel, te contestó, y largó una larga perorata señalándose a su vez, soltando un sinfín de palabras que sonaban a chasquido, y de las que no entendiste nada tampoco.

Pero estabas bien, el sopor empezaba a hacer mella en ti. Notabas la cálida sensación del chocolate descendiendo hasta tu estómago. La esclava, una chiquilla de apenas quince años se sentó entre tus piernas y te masajeaba los muslos. No era un masaje erótico, no era esa la intención, pero sus pechos desnudos se balanceaban ante tus ojos a un ritmo hipnótico. Reías, quizá bobamente.

Y sin darte cuenta cerraste los ojos, te dejaste llevar.

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30/05/2018, 11:25
Dawn

La mirada de Dawn era de pura tristeza. Comprensión, entendimiento. Y tristeza.

"Y ahora, ¿qué?"

Había espetado con rudeza el muchacho, abrazado a la pelirroja que seguía sollozando. Pero ella no tenía respuesta a eso. De hecho, había confiado en que ellos sí la tuvieran, a que respondieran a sus propias preguntas, a que el hecho de que estuvieran allí abriría nuevas perspectivas. Posibilidades. Pero no, no era así.

Suspiró profundamente, y se levantó con calma, levantando con ella a la rubia Elka. 

-Vamos. Llevemos a todos a sus habitaciones, no podemos hacer nada más. Guiadlos. -Señaló con la cabeza, dulcemente, hacia Estel y Omar, ambos con la misma mirada perdida que Sean, o Elka.-No están muertos, no creo que sufran tampoco,  es como si estuvieran en otra parte, sí. Les sacaremos de ahí, hemos de encontrar el modo. Y luego, todos, todos nosotros... salir de aquí...

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30/05/2018, 11:37
Udjat

Os dirigísteis los tres hacia el edificio por el que habían desaparecido primero Lottie, Estel, Nat y Omar, y al que se había dirigido luego Sean, de eso hacía ya un buen rato.

El partido había acabado, Oliver también se había marchado, y no había rastro de él. 

No os habíais dado cuenta, pero había ya caído la tarde, el tiempo transcurría implacable, pero de un modo extraño, como si vuestras mentes y vuestros cuerpos estuvieran viviendo en intermitencias.

De cualquier modo, todo allí era extraño, no cabían más preguntas que las que ya teníais. 

Llegasteis a la entrada, dentro había una nueva galería con columnas, que podía verse desde la puerta, y dos largas alas a lado y lado.

Era enorme, todo allí parecía enorme. Y casi desierto.

Había largos bancos de piedra, y algunos nativos sentados o deambulando. En los bancos había cestos y platos de cerámica, recipientes todos ellos repletos de comida, o con restos de ella. Unos pocos nativos, nobles y sacerdotes por su aspecto, comían allí mismo, alguno sentado o echado, alguno de pie. Parecían estar ya terminando.

En el centro del lado opuesto, en una especie de parrilla sobre brasas ardiendo sin llama, se habían cocinando varios animales pequeños, y aún quedaba algo de un costillar más grande. Algunos esclavos estaban al cargo, untando las piezas con manojos de hierbas impregnados de aceite.

El lugar era muy grande, y con muchos rincones bañados en sombras. En alguno de aquellos rincones, supusísteis, debían estar vuestros compañeros.

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31/05/2018, 00:52
Samantha Johnson

Había pasado tanto tiempo que empezaba a dudar que aún quedara comida para ellos cuando se encaminaron al edificio, pero al llegar allí sintió una mezcla de alivio y desconcierto. Primero, caería algo de comer, lo cuál les vendría de lujo para reponer fuerzas. Segundo, ¿podía ser más surrealista la escena que se encontró al entrar? Casi se llevó la mano a los ojos para quitarse una inexistente gafa virtual, y es que ver a los nativos tumbados y rodeados de comida y esclavos le recordaba a los tours virtuales que tantas veces había comprado en línea para visitar museos, o cualquier tipo de experiencia RVL (realidad virtual legal). Pero no, allí estaban, paseando por aquel impresionante lugar en busca del resto de sus compañeros de viaje e intentado pillar algo de comer.

- Es todo tan… ¿Cuánto durará esta falsa comodidad? -expresó no tan bajo como querría-. Supongo que deben estar por ahí -Señaló sutilmente hacia la zona de la parrillada que parecía conducir a varios discretos rincones para degustar los manjares de la época.

Siguiendo el olor de la comida, y sin apartarse de sus gemelos favoritos, llegó cautelosa a la parrillada. Sólo ver a los que ya identificaba como esclavos la ponían los pelos de punta, cuanto más intentar comunicarse con ellos para el mero hecho de conseguir que les dieran de comer. Además, ¿qué normas sociales tendrían para ello?

- Así que… -Indecisa miró a los hermanos, y de paso creo un pequeño paréntesis a ver si algún nativo abría camino para la situación. De momento miró con más detenimiento la comida así como los utensilios que usarían, y con suerte alguien los llevaría hasta el resto y les darían de comer.

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31/05/2018, 01:51
Charlotte Dunne

Sintió como unos brazos la abrazaban, titubeantes al principio, intentando tranquilizarla. Las lágrimas le impedían ver quien era, pero no tardó más que un instante en darse cuenta de que era Nat. No podía ser otra persona. Ya no. No quería que fuese otra persona. El era el único que podía estar cerca de ella en ese momento.

Se abrazó a él como si fuera un trozo de madera en mitad del océano. Fuerte, con toda su rabia, con todo lo que tenía dentro. Solo quería sentirlo, vivo, junto a ella. Capaz de abrazarla, de transmitirle su fuerza, capaz de seguir siendo él mismo. Junto a ella. Sentimiento e impotencia se mezclaban en su interior, olas que chocaban con fuerza, rompiendo la tristeza que sentía y llevándola mucho más allá. Lo rodeó con sus propios brazos, apoyando sus manos en los omoplatos del muchacho, sintiendo su respiración junto a la de ella, escondiendo su rostro húmedo en su cuello, sintiendo como la acunaba dándole esperanza.

Escuchó su voz, hablaba con Dawn y, tras unos momentos que a ella le parecieron eternos, escuchó a la muchacha responder. Pero solo hasta que el abrazo fue poco a poco calmando su alma fue cuando entendió lo que él había dicho, la respuesta de ella. Y respiró hondo. Una y otra vez. Tranquilizandose poco a poco. Volviendo a ser ella misma. Estableciendo prioridades en la esfera de seguridad que le había proporcionado el canadiense. Ella sabía qué hacer. No podía ignorarlo más tiempo. Levantó su rostro, seco ya, y acercó sus labios al oído de Nat.

-Hay que buscarlo...nos necesita y nosotros a él…-le dijo en francés en apenas un susurro, esperando que él entendiese, antes de elevar la voz a su tono normal, uno que ya podría escuchar sin problemas Dawn-Gracias, Nat-le dio un beso en la mejilla, intentando disimular ante Dawn si ella había oído algo y casualmente entendía el francés, y deshizo a regañadientes el abrazo, más por educación que porque no quisiera seguir inmersa en él. Lo miró a los ojos un instante, temiendo romper aquel momento, hablar, moverse. Miró hacia la puerta, hacia su hermano y sus amigos, a Dawn.

-Sé que están bien, estén donde estén-dijo titubeante, con la voz ronca por la emoción-El problema es que… lo que temo es… que si eso nos pasa a todos no podremos hacer nada por volver. Mientras que quede uno sé que luchará pero… -posó su vista de nuevo en los ojos de Nat-confío más en unos que en otros, ellos…-dijo señalando hacia la puerta-no son conscientes de lo que pasa, de la envergadura de todo. Si a mi me pasa lo que a Sean, se que tu lucharás por llevarnos a todos de vuelta, si te pasa a ti puedes estar seguro de que lucharé hasta el final pero… pero si tu y yo…-se le hizo un nuevo en la garganta y tuvo que tragar para deshacerlo. Negó lentamente-Partamos de la idea de que a nosotros tres no nos va a pasar…eso tendrá que bastar-miró entonces a Dawn, incluyéndola.

Dawn, ¿podría confiar en ella hasta tal punto que podría contarle lo de esa presencia en su interior?.  Quizás ahora mismo era mejor que no, podría pensar que le estaba pasando lo que a Sean. Quería confiar en la muchacha pero quizás no era mala idea guardarse un as en la manga hasta que no supieran más de ella. Pero, ¿por donde empezar a buscar? Intuicion por ahora. Intentar averiguar.

-¿Llevarlos a las habitaciones? De acuerdo, aquí no se pueden quedar…-¿podría enfrentarse al resto?¿donde estaban de hecho? Habían estado tanto rato comiendo y hablando que ahora podía darse cuenta del cambio en la luz en el exterior. Y por primera vez se preocupó por el resto. Quizás alguien más había caído ya. Ni tan siquiera se había acordado de Fadil, que tampoco había aparecido por allí a tomar algo de comida. Ni de la pequeña Enara. ¿Dónde estaban todos? ¿Quizás era tarde para alguno más? Quería salir, pero no quería al mismo tiempo. Pero al mirar a sus dos amigos y a su hermano algo fue despertando en su interior. Dawn, Nat y ella. Tres personas conscientes del peligro. El resto dependían de ellos hasta que no le demostraran que eran conscientes de lo que había pasado. Si ellos caían, si ellos se quedaban parados, si ellos no reaccionaban…en algún momento sería tarde. Ese pensamiento removió algo en interior de una vez por todas. Se convirtió en certeza, firme en su interior.

-Sí, llevémosles a las habitaciones. Busquemos al resto del grupo-asintió mirando a Dawn-Tenemos que buscar también a Enara, tengo que hablar con ella. Lo mismo algún niño le ha comentado algo de interés que nos pueda dar más información, o incluso que contándonos en detalle cómo llegó aquí nos revele algo de importancia. ¿Estas segura de que no hay nadie más de otra época aquí? Quizás no tiene porqué estar en libertad como nosotros, quizás alguien ha dado problemas, no se ha tomado esto tan bien como nosotros y está encerrado en algún sitio… Estoy segura de que si en algún momento damos problemas no permitirán que estemos andando a nuestro antojo por aquí. Le ha podido ocurrir a alguien antes y por eso no los has visto. No podemos descartar ninguna opción-le preguntó a Dawn en un torpe intento de que la muchacha recordara algo parecido. Una especie de carcel, una zona protegida por guardias, algo que le hubiera llamado la atención pero que no hubiera relacionado con su situación en un principio.

Aquella voz, ahora recodaba bien su tono. Apremiante, anhelante. ¿Corría peligro inminente? ¿Se le acababa el tiempo? Debían encontrarlo. Sabía su nombre, era parte de ella. ¿Por qué ella podía escucharle pero él a ella no? Bueno, no estaba segura de eso, pero tenía esa sensación... quizás faltaba algo, quizás tenía que darse cuenta de algo...

Se acercó a Sean y lo ayudó a levantarse. Le respondió sin ningún problema, de forma automática, como había visto hacer a Elka, y lo empujó con cariño hacia la puerta. Hizo lo mismo con Omar y con Estel. Pero mientras lo hacia no lo sentía, había decidido no dejarse caer de nuevo y su mente se movia rápido. Tenía que tirar de los hilos que tenían. Sintió de nuevo el apremio de aquella voz. ¿Cuando tiempo tenian exactamente?

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31/05/2018, 12:14
Udjat

Por un lado, los dos Yaddow y Sam se han adentrado en el edificio que, a todas luces, es el comedor de la nobleza. Están acercándose a la zona de la parrilla, donde aún quedan algunas piezas asándose, y escudriñando los rincones más alejados y oscuros por si están allí sus compañeros.

Por otro, de uno de esos rincones emerge de entre las sombras un grupo que parece dirigirse hacia la puerta. Lo malo es que en cuanto uno le echa el ojo encima, no puede evitar un escalofrío: Entre Charlotte y Nathan conducen literalmente a Sean, Estel y Omar, que les siguen mecánicamente, automáticamente. Igual que ocurre con la abstraída rubia platino que ya vieron en la Pirámide, quien es gentilmente acompañada por la otra mujer, la morena, ésta de mirada tan afilada como la que ya le habían visto.

Notas de juego

Estáis todos juntos.

Conscientes: Lottie, Nat, Sam, Mel, Mike y la morena.

En el Limbo: Sean, Estel, Omar y la rubia.

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31/05/2018, 18:37
Mike Yaddow

Bien flanqueado por Mel y Sam entró en el espacio que parecía destinado al comedor, no hacía falta ser muy listo para darse cuenta de ello al ver la cantidad de comida desperdigada por diversos lugares, mucha de la cual ya había sido degustada y solo quedaban restos. Pero aún así seguía habiendo más que suficiente para saciar el apetito de los americanos.

-¡Mirad! -Dijo al ver la gran "barbacoa" gigante mientras la señalaba con la cabeza.- ¿Os acordáis aquella vez que Henry nos invitó a una barbacoa en su casa? Recuerdo que estuvisteis una semana intentando poner excusas para no ir, pero al final logré convenceros. Ese día lo pasamos bien ¿Verdad? -Sí. Habían sido felices, Mike diría que exceptuando alguna ocasión puntual había disfrutado de una buena vida, llena de amigos, diversión y gente que le quería. Se preguntaba si algún día podrían volver a disfrutar de algo así.- ¿Recordáis la canción que Henry no paraba de cantar mientras hacía las hamburguesas y la carne? ¿Como era? ¡Ya me acuerdo! ¡La barbacoa, la barbacoa...! Bueno, no me acuerdo de más.

Era increíble como ciertas cosas u objetos podían traer a la memoria momentos pasados. Pero otra visión le devolvió a la realidad, ver a sus otros amigos.

-¡Ey chicos! -Aceleró un poco el paso haciendo que Mel y Sam tuvieran que seguirle. Había muchas cosas emocionantes que contarles, al menos la parte del partido que había jugado Oliver, pero al acercarse vio como Sean, Estel, Omar y aquella rubia nórdica de la que habían hablado del día anterior, a no ser que hubiera otra, estaban como zombis. Le dolió recordar que Sam había estado así apenas unos minutos antes y se le borró la sonrisa de la cara. Ahora era patente su preocupación.- Charlotte, Nathan... ¿Que pasó? -Por un momento pensó que debía ser cosa de la comida, así los estaban intentando drogar, pero entonces porqué Charlotte y Nathan parecían estar bien. Ser francesa no parecía suficiente explicación, ni ser canadiense tampoco, eran raros, pero Sean también era francés y hablaba francés... Tenía que ser otra cosa.- ¿Habéis comido algo?

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04/06/2018, 19:47
Melyssa Yaddow

Mel observó el interior de aquel lugar y las bandejas repletas de restos de comida. Se le antojaba todo tan apetitoso que no estaba segura ni de por dónde empezar. La saliva comenzó a llenarle la boca y escuchó cómo su estómago rugía. Sí, llevaba mucho tiempo... demasiado tiempo sin probar bocado. Debían comer algo.

Entonces Mike comenzó a mencionar cierto evento del pasado y Mel sonrió al recordarlo.

- Sí. Era la barbacoa... decía que era una canción famosa en España o algo así. - Dijo haciendo memoria. Pero recordar canciones no era su fuerte. - Hay que estar aburridos para hacer una canción titulada la barbacoa... En ese país se deben pasar el día de fiesta o echándose la siesta. - Comentó sin pensarlo mucho ni darle muchas vueltas.

Se colocó junto a una de las bandejas y llevó la mano al primer trozo de comida que vio... que resultó ser algún tipo de carne a la brasa. No sabía de qué era, pero se le antojaba enormemente apetitoso, y no le importaba comer sin cubiertos.

Pero su mano se frenó en cuanto divisó al otro grupo. Sonrió al reconocer a sus compañeros... pero su sonrisa se truncó al instante al divisar el rostro vacío de varios de ellos. La pregunta de Mike le paralizó, y retiró la mano de la bandeja de comida como si le hubiera dado una descarga eléctrica.

- ¿Qué... ? ¿Qué ha pasado? ¿Están bien? - Preguntó mirando a Sean, Estel y Omar. No tardó en reconocer a la otra rubia... pero si debía ser sincera, lo que le ocurriera a ella le importaba más bien poco. Quitando el hecho de que seguramente a ellos les pasaría lo mismo algo más tarde.

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04/06/2018, 22:37
Charlotte Dunne

Charlotte levantó la mirada de su hermano y de sus amigos cuando escuchó la voz de Mike y la de Mel. Allí estaban, junto con Sam. Por fin aparecían. Y, enseguida, surgieron las preguntas.

-Estel, Omar y mi hermano... la verdad es que no sé qué nombre darle a esto. Simplemente estaban bien y después ya no estaban. Físicamente creo que están bien pero en un momento dejaron de estar aquí, mental y emocionalmente hablando...Ya lo habíamos hablado antes en la habitación, teníamos la sospecha de que nos va a ir pasando. ¿Por qué afecta a unos antes que a otros? ¿por qué tan rápido? No lo sé... pero les ha tocado a ellos, como a Elka-señaló a la muchacha rubia-está así también casi desde que llegó.Por cierto, esta es Dawn. Dawn, los hermanos Mike y Melissa, de Estados Unidos. Hijos también de Herederos.

Esperó un instante a que se presentaran.

-Ibamos a llevarlos a las habitaciones. Aquí no hacen nada y allí, por lo menos, estarán más cómodos. ¿Vais a estar aquí comiendo? Os hace falta... Dejadnos un momento que los llevemos allí y los acomodemos y volvemos con vosotros. Y ya nos contáis donde habéis estado tanto rato, mi hermano nos comentó que estábais jugando ¿un partido de pelota con los nativos?-Lottie los miró inquisidoramente-Ya os vale después de lo que vimos en la Máquina, pero no diré nada hasta que nos contéis en detalle. Y después ya os contaremos también nosotros-miró a Nat, dudando, quizás el querría quedarse con el resto allí. Pero eran tres para llevar a las habitaciones y no sabía si seguirían andando dócilmente o en algún momento tomarían alguna decisión de forma unilateral y sin sentido. Y, si sucedía, ella no podría manejarlos. Así que necesitaba egoistamente a Nat. Y no solo por esa razón, realmente-Nat, no te importa ayudarme, ¿verdad? Vamos rápido, estaremos de vuelta en breve. Por cierto, ¿habéis visto por ahí fuera a la pequeña o a Fadil?

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06/06/2018, 19:32
Mike Yaddow

Mike sonrió y asintió cuando Mel le confirmó que recordaba aquel recuerdo, aunque a él los hispanos no le parecían aburridos, todo lo contrario.

-Pues... Es una buena pregunta para que se la hagas a Estel, seguro que conoce la canción.

Después estuvo a punto de dar un manotazo a su hermana cuando cogió algo de comer, pero ella misma se arrepintió de lo que había hecho y se quedó más tranquilo. No así con la explicación de Charlotte. Mike asintió algo circunspecto.

-Hola Dawn. -Saludó a la chica que la francesa les presentaba.- ¿Llevas aquí mucho tiempo? ¿Qué puedes contarnos?

Necesitaban saber todo lo posible sobre lo que pasaba allí, aquel lugar, su condición, si sabía algo de la droga y los tatuajes. Seguramente aquella chica podría ayudarlos. Mientras contestaba se centró en lo que estaba contando la pelirroja e intentó tranquilizarla, aunque quizás no podía conseguirlo, tampoco es que él se sintiera muy tranquilo con aquella situación.

-No te preocupes Charlotte, se pondrán bien. A Sam le pasó lo mismo durante el partido, que por cierto... Es una larga historia, luego te lo contamos. Sam, cuéntale a Charlotte y a Nathan lo que te pasó, lo que sentiste. Nosotros simplemente vimos que de repente no parecía estar allí, estaba como ausente, pero solo fueron unos minutos. -Mike también estaba preocupado, pero se alegraba que Sam hubiera vuelto en si y esperaba que el resto hiciera lo mismo. Negó con la cabeza ante la última pregunta de Charlotte, no habían visto a la hermana de Omar y a Fadil tampoco, ni tenía ganas de verlo.- No, no estaban donde el campo.

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07/06/2018, 00:04
Nefissa Mahub

Nefissa escuchó, notando cómo un nudo se instalaba en su garganta, apretando los labios ligeramente, contrita, tragando saliva antes de apoyar una mano sobre la mejilla de Fadil, buscando su mirada- ¿Por qué no me dijiste nada, Fadil? ¿Por qué no me contaste que habías hablado con esa mujer? O en lo que pensabas realmente cuando viniste a pedirme que me involucrase en ese proyecto... -suspiró de nuevo, entrecortadamente, notando cómo la imagen ante sus ojos se emborronaba, humedeciéndose- Por Alá... ¡Se aprovechó de la muerte de tus padres! Y eso si no fue ella quien...-negó con el rostro- Soy... Siempre he estado a tu lado, Fadil.-dijo, finalmente, sin poder evitar un ligero tono de reproche al pronunciar aquellas palabras.

Yo... No recuerdo si había alguien más conmigo en La Máquina. Perdí la noción de lo que ocurría a mi alrededor.

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08/06/2018, 12:17
Dawn

-Hola...

Respondió simplemente a las presentaciones y saludos. Pero el chico le había preguntado más, así que suspiró levemente, sin soltar el brazo de Elka, y repitió lo que ya había explicado a los demás antes:

-Como le decía antes a Charlotte, estoy... estaba haciendo mi tesis doctoral acerca del Cenote que existe bajo la Pirámide de Kukulkán. Llevaba meses indagando cuando un día, sumergida en el Cenote Sagrado, me encontré una cosa extraña. Una pieza de metal que no parecía compatible con los mayas antiguos. Pensé que no cuadraba, y tampoco le encontré explicación si era actual ¿qué hacía allí? Pregunté, pero nadie sabía nada. Así que me hice con una muestra, y la hice analizar. Era de Oricalcum. Y Elka es una experta en temas de la Atlántida. -Sacudió la cabeza, al recordar.- Pacal me descubrió, nos descubrió. Y nos metió en la Máquina... aunque esto pasó hace meses.

Asintió, lentamente, recalcando el sentido de lo que acababa de decir.

-Sí, llevamos aquí desde primeros de abril. O sea, casi tres meses. Del 2040, igual que vosotros.

Después calló, esperando a que acabaran de decidirse entre ellos. Había mucho que asimilar, y poco tiempo para hacerlo.

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08/06/2018, 15:35
Fadil Jannan

Fadil se pellizcó el cuero cabelludo, buscando una hebra íntegra en la telaraña de sus pensamientos. Cómo podía expresar lo que él mismo no era capaz de entender.

No lo sé, respondió, sacudiendo la cabeza. Era mi venganza, y yo tenía que cargar con las consecuencias. Mi venganza, y la de Umayma. Puede que fuera todo parte de lo que me hizo pensar. O que no le hiciera falta, que supiera que no iba a contarte nada, para no ponerte en riesgo... Pero también te usé.

Los hombros se le hundieron, como si los músculos se hubieran vuelto gelatina. No había pensado en Nefissa. La había usado para acercarse a los demás. No solo había lanzado a los herederos en las garras de Umayma, también a su propia hermana.

Mándame a donde merezco si quieres, pero hazlo cuando hayamos regresado. Dame la oportunidad de arreglar todo.