Partida Rol por web

Horus - II

Habitaciones (Cap. X)

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12/04/2018, 23:10
Dawn

Habló en perfecto inglés, aunque no te sorprendió. Ya habías esperado que fuera de tu época, aunque realmente esa era una cosa que se sumaba a las incongruencias surrealistas que se iban acumulando una tras otra.

-Hola. Soy Dawn. -Afiló la mirada, haciendo un gesto ambiguo con la mano.-  No parece que él esté ahora aquí... pero prefiero hablar con discreción, nunca se sabe. Supongo que debéis estar aún aturdidos... cuando menos...

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12/04/2018, 23:50
Charlotte Dunne

Charlotte no había esperado que se le tirase al cuello a darle un abrazo de bienvenida, pero tampoco que no reaccionara a su saludo después de haber reclamado su atención.

Se volvió levemente hacia el resto de la estancia, sin darle la espalda a la muchacha y siguiendo con su mirada la de ella, que estaba ¿buscando a alguien? ¿a algo? ¿simplemente esperando? Pero no vio nada fuera de lugar a primera vista o, por lo menos, eso le pareció a ella. De repente, sintió el contacto de una mano en su antebrazo, una presión firme y fuerte, que la arrastró junto a la muchacha, terminando ambas sentadas en el banco junto a la rubia platino.

Lottie fijó su vista en aquellos ojos oscuros cuando le hablaron y escuchó con atención.

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12/04/2018, 23:59
Charlotte Dunne
Sólo para el director

-¿El? ¿Te refieres a Pacal?-preguntó en un susurro, igualando el tono de voz de Dawn y entendiendo ahora las razones de la muchacha para aquel comportamiento. No habían ido desencaminados para desconfiar de hablar en voz alta, se alegró saberlo-¿Aturdidos? Créeme si te digo que estoy más despierta de lo que he estado nunca. Y alerta. Aún a pesar de todo he dormido bien, creo. Aunque muchos de mis amigos sí lo han pasado mal esta noche o al despertar y han vomitado, pero yo estoy bien. Tengo muchas preguntas, Dawn, pero cuéntame tu primero, por favor. Supongo que tenemos que darnos prisa, por si él aparece ¿verdad?

Se había casi olvidado de que Estel, Omar y Nat estaban allí con ella. Sentía la urgencia de la muchacha y sentía que tenían que aprovechar cada uno de los segundos que tuvieran para ellas. Seguía sintiéndose observada, lo que implicaba que, si era cierta su sospecha, no tardaría mucho en aparecer alguien para separarlas si no le convenía a quien los estuviera vigilando que hablaran entre ellos.

Miró a la muchacha rubia rápidamente, seguía comiendo como si ni siquiera la hubiera visto llegar ni sentarse junto a ella. No era consciente de su presencia. Le asustó pensar eso teniéndola tan cerca. Le asustó pensar que ella misma pudiera llegar a estar en aquella misma situación.

Clavó sus ojos en los de Dawn apremiándola a hablar.

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13/04/2018, 11:42
¿Elka?

Después de que las dos mujeres se sentaran de golpe, y ante las palabras cuchicheadas por parte de la chica morena primero, y Charlotte después, la rubia platino que estaba comiendo como si tal cosa, simplemente levantó la cabeza, y miró hacia delante, hacia algún punto indefinido. Quizá hacia su propia mente. Y en voz alta, una voz de bello timbre pero átona, exclamó:

-¡¿Elka?!

E inmediatamente siguió comiendo, de nuevo la mirada opaca.

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13/04/2018, 11:47
Dawn

La joven le cogió la mano con cariño, confortándola.

-Todo va bien, Elka, tranquila. No pasa nada...

Luego siguió hablando con Lottie, en voz baja.

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13/04/2018, 11:49
Dawn

-Si. Me refiero a Pacal. Él es el centro de este despropósito, la clave de todas esta pesadilla. Reconozco que aún no he conseguido saber qué está ocurriendo, ni de lejos. Igual ahora que estáis aquí puedo atar algunos cabos más, pero... -se pasó una mano lánguida por el pelo, mientras sacudía la cabeza, desencantada ya antes de escuchar vuestras respuestas.- ...la verdad es que no me hago demasiadas ilusiones.

Buscó de nuevo por la estancia, esta vez más relajada. Negó de nuevo con la cabeza.

-Ayer llegó otra mujer, Nefissa. Me dijo que venía con su hermano, Fadil. Y éste llegó con vosotros, así que imagino que venís todos juntos. Ellos son egipcios, pero es evidente que tú no... -sonrió mientras señalaba tu cabello pelirrojo.- Intenté que me contara más, pero estaba muy confundida. Me alegro de que tú estés bien. Creo que a ella empezaba a sentarle mal lo que sea que nos inocularon. Como a Elka...

Luego levantó la cabeza y señaló a Nat, Omar y Estel, que se habían quedado un poco atrás.

-Venís todos en grupo... ¿cómo ha sido eso...?

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13/04/2018, 15:43
Nathan Morrison

-¡¿Elka?!

Aquel sonido, como si fuese una palabra mágica pronunciada por un artista de variedades, sacó de su ensalmo a Nathan. No se había percatado de ello pero llevaba un par de minutos absorto mirando cuanto aparecía ante él. El salón, las mesas, los aromas a carne asada mezclada con... ¿sarmientos de hierbas aromáticas? Quizá el simple aroma de la leña crepitando bajo aquellas piezas de carne envolvían el ambiente y lo transformaban en algo casi denso. Degustable... más que simplemente respirable. Y la aparente naturalidad con la que aquel pueblo reaccionaba ante el hecho de que unos extranjeros procedentes de, nada menos que varios siglos en el futuro. 

Pero Charlotte ya se le había adelantado. Hambrienta de información más que de proteínas. Para el canadiense parecía que casi se había teletransportado desde la entrada a aquel comedor hasta la mesa en la que aquellas exóticas mujeres compartían con ella ciertas confidencias. El bailarín no tardó en reaccionar. Con prisa... casi sin prudencia. Quizá su presencia pararía en seco aquella conversación que mantenía la francesa con las otras mujeres. Pero no podía simplemente quedarse al margen y casi en un par de zancadas se instaló junto a su amiga pelirroja.

- ¿Entendéis nuestro idioma...? ¿Qué hacemos aquí...? ¿Cómo es posible que hayamos...? - la verborrea manaba de sus labios con premura pero también con la sensación de no saber exactamente como formular las preguntas correctas. Como un ciego que intenta describir unos colores para los que las palabras no son en absoluto útiles.

- Yo soy Nathan. - concluyó. Unos segundos sostenidos rubricaron su presentación. Tragó saliva con temor... con horror ante la posible respuesta a la pregunta que estaba a punto de formular. - ¿Hay alguna posibilidad de salir de regresar? 

El tono de Nat se había mimetizado con el de ellas. Confidencial. Secreto. Íntimo.

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13/04/2018, 15:59
Mike Yaddow

Un grupo de hombres se acercó a ellos, iban ridículamente vestidos con tan solo unas minifaldas extrañas y unas protecciones en lugares estratégicos que a Mike le recordaban las de algunos deportes como el skate, aunque ellos llevaban una pelota.
Dos de ellos se adelantaron y comenzaron a hacer burla de sus lesiones. No hablaban español, ni hablaban inglés, pero el lenguaje de los gestos parecía universal, también el del deporte, que Mike comprendía a la perfección.
Mike señaló su hombro, imitó los gestos de lloros que habían hecho y después negó con la mano. Acto seguido señaló su hombro malo y después el hombro bueno de uno de ellos queriendo indicar que cuando estuviera bien les daría una paliza a lo que quiera que jugaran.
Por supuesto todos centraron la atención en Oliver, el único al que habían retado.

Joder, deben conocer bien a Mel, no saben lo competitiva que puede llegar a ser, seguro que tienen miedo que les gane una chica.

Y eso le dio una idea para devolverles las burlas. Señaló a los dos "graciosos" y después señaló a su hermana, después los volvió a señalar e hizo el gesto como de llorar, eran unas nenazas.
Sin embargo su amigo Oliver no lo era y para su alegría aceptó el reto.

-¡YIIIIIIIHAAAAAA! -Gritó Mike levantando el brazo bueno en signo de alegría y ofreciendo la palma a Oliver para que la chocara.- ¡Enséñales a esta gente lo que somos capaces de hacer Oli!

Entonces vino la explicación de como se jugaba, era algo que Mike no había visto en su vida, no era ni baloncesto, ni balonmano, ni voleyball, ni soccer, ni rugby... Aunque tenía elementos de algunos de ellos.

-Jooooder tío... Esta gente juegan unos deportes rarísimos ¿No? Tu diles que si y dales una lección, pero después les enseñamos a jugar al baloncesto, aunque tienen el aro torcido servirá igual. ¿Que te parece Sean?

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13/04/2018, 17:36
Sean Dunne

Sean solo podía pensar en lo histriónicos que eran los lugareños: sin saber lo que trataban de decirle, todos sus lloros y señalamientos resultaban muy sobreactuados. Bueno, quizás "histriónicos" no era la palabra que Sean habría utilizado, pero habría dicho lo mismo con vocablos más sencillos. Seguro que para los gestos exagerados a los que estaban acostumbrados los lugareños, Sean tenía el equivalente a la flema británica.

Jggggg-puaj-escupió la flema al suelo, todo lo lejos que pudo para que no cayese en su pierna mala.

El medio francés medio irlandés estaba en una disyuntiva...

Por un lado le gustaba el baloncesto. No solo practicarlo, también disfrutar heterosexualmente de la para nada gay visión de unos tipos duros y curtidos echando unas canastas. Hasta ya había elegido equipo: el de los jóvenes e impetuosos. Sí, Oli era de los suyos (incluyendo en "los suyos" a aquellos que venían del futuro, formaban parte de los Elegidos y no eran Fadil), pero Sean no iba a animarle. Los más jóvenes levantaban su simpatía desde que se habían acercado a hacer payasadas, caminando como un pirata y llevándose la mano al pecho (o bueno, al hombro) como si estuviesen a punto de escuchar tocar su himno nacional.

Por otro lado, bufff... A Sean también le gustaba desayunar. Era su quinta comida favorita del día, tras el postre (por dulce), la merienda (por los bocadillos de algo tan francés como el paté), el almuerzo (por ser una ingesta caudalosa y descontrolada de alimentos) y comerle los morros a las chicas guapas (por... motivos obvios). Cuando no usaba los dedos para contar, el desayuno caía en la lista hasta el sexto lugar, pero no era de extrañar en el hombre que contó cien columnas.

Así pues, Sean se debatía entre la amistad a Oliver, y el hambre que gorgojeaba en su estómago como sutil llamada de la atención. Un dilema irresoluble que...

¡Me voy a desayunar! ¡Suerte, Oliver! ¡Te guardaremos algo!

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13/04/2018, 18:05
Dawn

Por unos segundos la mirada de la mujer morena mostró sorpresa por como el canadiense las había abordado, pero en seguida se dulcificó y adquirió una chispa divertida. Sonrió ampliamente, agradeciendo aquel despliegue de naturalidad. Asintió, y de Nat sus ojos pasaron de nuevo a Lottie.

-Desde luego sois lo mejor que me ha pasado desde que llegué. Reconozco que llevo un montón de tiempo viviendo entre la incerteza y el miedo. Nada de espontaneidad, nada de calor humano. Elka me... abandonó al poco de aterrizar en este maldito lugar, y sólo he tenido a los nativos como compañía, además del demonio de Pacal.

Su tono de voz seguía siendo bajo, pero había un cambio sutil que Charlotte notó. Estaba algo más relajada. Apremiante aún, como no podía ser de otro modo por el temor de que Pacal pudiera llegar a escucharles, pero ya no con la carga de paranoia que había notado en ella. No tanta, por lo menos.

-Hola Nathan, soy Dawn. -Ahora rió abiertamente, tal y como había hecho con Charlotte al referirse a que era pelirroja. Pero volvió enseguida a la realidad, acababan de preguntarle algo importante. Muy importante. -Regresar. Espero que sí, pero aún no sé cómo. Para empezar... ¿llegásteis por la Máquina, no? ¿En qué año? Puede que sea una tontería, pero no sé si venís exactamente de mi época, aunque hablemos todos inglés.

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13/04/2018, 18:07
Udjat

Nathan pareció sobresaltarse con el espoletazo que había sido el sonido de la escueta pregunta en los labios de la rubia platino. Así, en respuesta o reacción al ¡¿Elka?! que había resonado desde la mesa, el canadiense salió corriendo literalmente hacia allí, y se sentó con ellas.

Se sumó a la conversación en el mismo tono bajo, prudente...

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13/04/2018, 18:15
Director

Notas de juego

¿Dejas el campo de pelota en dirección al Mercado inmediatamente? ¿Espero a que alguien diga/haga algo o te meto en el otro grupo ya?

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13/04/2018, 22:37
Charlotte Dunne

Lottie había dado un respingo cuando la chica rubia había hablado. Observó en silencio el gesto de Dawn hacia ella y como esta se tranquilizaba, volviendo a comer como si nada hubiera pasado. Era extraño ver a esa chica tan de cerca, era cruel pensar que aquel estado era provocado. Y era cruel también que Dawn tuviera también preguntas y no solo respuestas. La escuchó en silencio pero no pudo evitar que el pelo de su nuca se erizase al pensar en lo que le habían inoculado. Por suerte, el gesto de Dawn sobre su pelo y su apreciación la hicieron sonreír y corrieron un velo sobre aquel asunto del pinchazo. Ya tendrían tiempo de preocuparse de ese tema, aunque el comentario sobre Nefissa le había llegado. Quizás por eso aun no habían visto a Fadil. Quizás estaban juntos...

Se había olvidado casi por completo de Estel, Omar y Nat, concentrada como estaba en escuchar a Dawn. Por eso, cuando apareció Nat y se sentó a su lado, le dio tal susto que estuvo a punto de gritar. Dejó que se presentara, o mejor dicho, que formulara todas las preguntas que él mismo se debía de haber estado preguntando desde que había despertado aquella mañana. Bueno, estaba segura de que era solamente una pequeña muestra del repertorio total, porque a ella le pasaba igual. No veía el momento de preguntar. Así que el susto se convirtió en entendimiento y empatía. Y solo volvió a hablar cuando su corazón volvió al ritmo regular de siempre.

-Nat, lo primero que debes saber es que Dawn me ha confirmado que Pacal controla este sitio. Quizás no quiera que hablemos entre nosotros y, si tiene forma de saber que estamos aquí, no tardará en aparecer. El o alguno de sus secuaces. Así que estemos preparados para el encuentro-informó al canadiense con una mirada tranquilizadora, intentando que aquel contacto visual con él también sirviera para que ella misma se tomara también aquello con calma. Devolvió su atención a Dawn-Intentaremos que no pase nada, ahora ya no estás sola-le dijo con una sonrisa tranquilizadora, aunque en su interior no sabía qué podrían hacer llegado el caso, ni que pasaría o podría pasar-Estás en lo cierto, no soy de Egipto como Fadil y Nefissa, soy de París. Nat es de Canadá y tenemos más nacionalidades en el grupo, ahora irás conociendo al resto. Estábamos en la fiesta de inauguración del hotel de Fadil en El Cairo. Todos nos conocíamos de antes más o menos-no quería contar ahora mismo mucho más del lazo que les unía, no antes de saber si podía o no confiar plenamente en la muchacha-Cuando nos despertamos a la mañana siguiente…-decidió de nuevo no contar cierta parte de la historia, no quería establecer prejuicios-…nos condujeron a la máquina. No creo que existan demasiadas así que entiendo que es la misma de la que tú hablas-guardó silencio un instante mirando a Dawn a los ojos. No se había planteado aquello que ella no fuera de su época aunque su interior le decía que tenía que ver con ellos de alguna forma que aun no sabían ninguno. Pero, ¿de otra época? ¿como iba a estar relacionada con ellos si era de otra época? No podía ser, no tendría sentido, ¿no?-Junio de 2040, en solsticio de verano. ¿Y...tu?¿De qué año y país eres? ¿Egipto?-aventuró, quizás por ahí encontraran un nexo directamente sin tener que preguntar mucho.

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14/04/2018, 18:07
Dawn

La escuchó con detenimiento, procesando cada una de sus palabras con verdadera dedicación. Por un momento frunció el ceño, no con enfado sino con extrañeza. Pareció que iba a preguntar algo, aunque no llegó a interrumpirla. Esperó a que terminara. Y entonces, como olvidando aquello que la había sorprendido antes, se centró en la última de las palabras de Lottie.

-¿Egipto? No, ¿por qué crees que soy egipcia...? Soy de México. De hecho, nací muy cerca de aquí, solo que como vosotros, en el futuro. También lleguamos en el 2040, concretamente a primeros de abril, o sea hace casi tres meses...

Se os quedó mirando mientras afilaba los ojos y se mordía un labio, pensativa. Algo cruzaba por su mente, pero, como vosotros mismos, estaba indecisa en decirlo todo. No es que desconfiara plenamente, pero os estaba tanteando y, al mismo tiempo, intentaba cuadrar la información, encajando las piezas de un puzzle muy intrincado.

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14/04/2018, 18:45
Melyssa Yaddow

Mel se había quedado embobada unos instantes... lo justo para no tener tiempo de responder a la pregunta de Oliver acerca de si tenía alguna idea, o plan o algo...

Estaban ellos ahí atrapados en otro tiempo y lugar... y ella no tenía ni idea de qué hacer o cómo actuar. ¿Pero cómo decirlo? Ya estaban suficientemente mal como para añadir otro comentario pesimista sobre todo el asunto.

Por suerte, aquellos palurdos que llegaron con la pelota les interrumpieron. Observó sus gestos, la explicación y cómo señalaban. Estaba claro que no contaban con Sean o Mike para jugar, pues estaban malheridos. Pero Oliver era otra historia. A ojo, Mel no creía que estuviera en una excelente forma. Después de todo él mismo había confesado que en su vida se había dedicado a los excesos... Pero era un juego. No podía ser muy complicado... ni peligroso. ¿Verdad?

Tragó saliva y se humedeció los labios. Se moría de hambre pero... pero creía que merecía la pena ver aquello. Además no iban a dejar a Oliver sólo. 

- Buena idea Sean... ¡ve y avisa al resto! - Exclamó. - Que se traigan algo de picar y veamos el partido. ¡Ánimo Oliver! - Gritó para animar al chico.

Agarró a su hermano del brazo sano sin que éste pudiera discutir, y casi lo llevó a rastras a un lateral...

- Vamos a buscar un buen sitio donde podamos ver todo. - Ordenó sin darle opción a discutir.

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15/04/2018, 10:42
Oliver Booth

El ser humano es más básico de lo que parecía. Joder, si en el fondo todos queríamos comer, dormir, follar y sentirnos bien. No eran tan jodidamente difícil. Por eso con gestos casi siempre era posible entenderse con todo el mundo. Así que vale, no eran tan complicado. No tocar ese puto balón tan pesado como una piedra con pies, ni manos, ni cabeza. ¿Entonces como querían meter el balón en la puta canasta? ¿Y encima no podía caerse? Al menos las rodillas y los codos servían, porque con la nalga...

Usar las nalgas- no pudo evitar pensar- Nathan disfrutaría viendo hacer el moñas con esta pinta, seguro.

Levantó el pulgar con una sonrisa, asintiendo, mostrando que lo había entendido, aunque rápidamente se señaló el pecho con el dedo índice extendido y se encogió de hombros. El hombre había hablado de espalda, pero no del pecho, y era bueno saberlo.

Realmente Oliver esperaba que fuera un mero entrenamiento y no una partida importante, porque no tenía ni idea de como jugar, y por las caras, el juego parecía importante para esta gente.

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15/04/2018, 11:34
Mike Yaddow

-¡Ey Sean! ¿No te quedas? -Preguntó sorprendido al ver como el pelirrojo se alejaba, parecía que el hambre había podido más.- ¡Eso, guárdanos algo!

Como siempre la idea de Mel era mejor, Sean podía avisar a los otros y que trajeran comida para ver todos juntos el partido. Por un instante se sintió como cuando quedaba con sus amigos para ver alguno en directo. Se dejó arrastrar por Mel con gusto y como no tenía otro brazo se limitó a gritar a Sam.

-¡Venga Sam, vamos antes de que nos quiten los mejores sitios!

Y allí estaban. Oliver en defensa del orgullo de todo el grupo, junto a Mel y a Sam. Entonces fue como si la historia le recordara lo que siempre pasaba una y otra vez. Allí, dando la cara se encontraban los Estados Unidos de América, juntos, como si fueran uno, daba igual el sexo, la clase social o cualquier diferencia, cuando las cosas se ponían feas ellos daban la cara. No podían contar con Canadá, tampoco con Europa. Una vez más los Estados Unidos serían los responsables de enderezar las cosas, así que animó a Oliver, necesitaban que diera el cien por cien y sabía que el músico no les defraudaría.

-¡Eh Oli! ¡Estamos contigo tío! -Alzó el puño en símbolo de fuerza y después se puso de pie, recto y solemne y empezó a cantar sabiendo que sus amigos se unirían. Iban a enseñar a esta gente que nadie podía con el espíritu americano.- O say, can you see...

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15/04/2018, 11:42
Jugador de Pelota

Por el rostro, la mirada, la actitud entera del hombre cruzó una sombra maligna y socarrona a la vez. En respuesta a la muda pregunta del bueno de Oli.

Entonces agarró el balón que aún sostenía el jugador sustituído, y sin previo aviso, sin dar tiempo a reacción alguna, lo tiró hacia arriba sin demasiada fuerza. Pero con absoluta precisión, porque la bola cayó sobre el pecho del desprevenido Oliver.

No llevaba más que la inercia de la caída, afortunadamente. Aún así, se quedó unos segundos sin aliento, ante el terrible impacto directo de los 4 kilos de caucho sobre su esternón...

Después, escuchando cantar a Mike, levantó una ceja, y asintió. Devolvió la bola, que había atrapado al aire después de su impacto sobre el pecho de su nuevo compañero, y esperó en actitud respetuosa a que el americano terminara. Si algo tenía el juego de pelota maya era misticismo.

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16/04/2018, 00:19
Director

Notas de juego

Sean se ha ido al edificio del Mercado, ya no le veis ni le oís. No lo marquéis, por favor.

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16/04/2018, 00:20
Udjat

Llegas a la entrada del edificio del que emana el aroma a asado. Hay dentro una nueva galería con columnas, que puede verse desde la puerta, y dos largas alas a lado y lado.

Es enorme, todo allí parece enorme. Y casi desierto.

Pero pronto te das cuenta de que hay largos bancos de piedra, y algunos nativos sentados o deambulando. En los bancos hay cestos y platos de cerámica, recipientes todos ellos repletos de comida. Los nativos, nobles y sacerdotes por su aspecto, comen allí mismo, alguno sentado o echado, alguno de pie. Algunos esclavos traen más bandejas, y vasijas con vino o bebidas, copas metálicas y cuchillos. No hay manteles ni servilletas ni nada parecido, pero junto a la entrada hay una pica llena de agua con un montón de lienzos de hilo cuidadosamente doblados al lado.

En el centro del lado opuesto, en una especie de parrilla sobre brasas ardiendo sin llama, se están cocinando varios animales pequeños, y un costillar más grande. Más esclavos están al cargo, untando las piezas con manojos de hierbas impregnados de aceite.

A medio camino entre la puerta y uno de los rincones ves a Omar y a Estel, parecen tomarlo con calma, la mirada puesta en las sombras de ese rincón.

De pronto, escudriñando el lugar al que se dirigen tus amigos, ves sentadas en una esquina a dos mujeres que reconoces sin duda: La rubia de aspecto nórdico, y la morena. Ambas las que acompañaban a la pequeña Enara ante las puertas en la Ceremonia de la Pirámide de Kukulkan. Y sentados con ellas, hablando todos entre cuchicheos, tu hermana y Nat.