Partida Rol por web

Horus - II

Habitaciones (Cap. X)

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16/04/2018, 00:28
Udjat

Quizá alguno se de cuenta, o quizá no, puesto que estáis cada uno a lo vuestro.

Pero por el dintel de la puerta de entrada ha aparecido Sean, renqueante, y se detiene unos segundos inspeccionando el interior del gran edificio del Mercado. Está solo, nadie de los demás del grupo se ha acercado con él.

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17/04/2018, 15:37
Charlotte Dunne

Lottie era la viva expresión del asombro.

-¡¿Tres meses?! -preguntó en un susurro, como si fuera el eco de Dawn en una oscura cueva. Se la quedó mirando un largo rato, en silencio, digiriendo sus palabras. Su cabeza comenzó a rebuscar en sus recuerdos, recuerdos de charlas con su madre las noches de verano en la terraza, las de invierno en la cama, hablando de aquella aventura que ella nunca conoció. ¿México? ¿Por qué México? ¿Qué relación había con Egipto? ¿Por qué tres meses antes era cuando Dawn había llegado allí? Tiraba de un hilo, de otro, de otro más. No recordaba nada de aquellas conversaciones que hiciera conexión con lo que Dawn acababa de decir. ¿Qué había olvidado contarle su madre o qué había olvidado ella de aquellas conversaciones? ¡Maldición! Tenía que haber un cabo que lo uniera todo. Por que sino, la otra opción, es que Dawn y su compañera no tuvieran relación con ellas.

No, no es posible, tiene que haber una relación. No creo que Umayma y sus compinches tengan de hobby ir raptando a gente para hacerlas viajar en el tiempo. No es casualidad que todos nosotros estemos aquí, eso lo sabemos. Y apuesto a que ellas dos tampoco pero, ¿qué tenemos en común con ellas? Había supuesto que era egipcia, fallo mío, no debo presuponer nada o me equivocaré más veces.

Se volvió hacia Nat al que miró expectante por si él había unido de alguna forma ese cabo que ella no lograba agarrar en su mente-Tres meses, ni siquiera nos conocíamos aún nosotros. ¿Cuándo te propusieron a ti venir a Egipto? ¿Tres meses también por casualidad? ¿Oli te comentó cuando le propusieron ir al hotel? Es lo único que se me ocurre para establecer una relación. Quizás Sam también nos pueda dar alguna pista sobre eso… yo no llego a tres meses ni loca, mi primer contacto con esto fue al recibir el email de Fadil-¡No! ¡Fue antes! gritó en su mente al recordar aquel episodio en Madagascar que revivió fugazmente en su recuerdo en aquel momento mientras sus ojos se centraban en los de Nat, pero sin verlo a él realmente Unas tres semanas, sí, tres semanas fue cuando él apareció, está relacionado, estoy segura pero, ¿cómo? ¿por qué? Pero eso no son tres meses. ¿Tenía él el poder de haberme traído aquí antes, como le pasó a Enara, pero no tuvo oportunidad?-aquel pensamiento había surgido en su mente disparado por la actividad frenética de sus neuronas para encontrar un nexo de unión entre ellos y Dawn. Nunca lo había pensado antes, nunca se le había ocurrido, ni siquiera cuando Enara le contó como había llegado allí. Pero el recuerdo de aquella noche en la que tenía la impresión de que alguien la vigilaba volvió a ella poniéndole la piel de gallina.Si tuvo la oportunidad, ¿por qué no lo hizo?... ¡Dios! ¡Me estoy volviendo paranoica por buscar una explicación a esto! Parpadeó, volviendo a enfocar su vista en Nat, urgiéndole a establecer una conexión que ella no llegaba a ver, aunque quizás aún era demasiado pronto para poder hacerla, ¿quizás deberían arriesgarse a confiar totalmente en ella, ha relatarles su pasado y su relación con Umayma y, por defecto, con Pacal? Su corazón le decía que sí, que debían hacerlo, pero era revelar información que aplicaba a todos, quizás los demás no lo vieran correcto, no tan pronto.

Se volvió hacia Dawn-Hay otra máquina entonces, son dos, mínimo. Una en México y otra en Egipto. Y quizás hay más, es muy probable entonces, sí-pensó, contando también con la vía por la que Enara había llegado allí pero sin dar más detalles-¿Conocías de antes a Elka? ¿Hay una relación a que estéis aquí juntas? -le preguntó, sabiendo que era muy probable que Dawn le preguntara lo mismo a ella y a Nat.

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17/04/2018, 20:21
Omar Echenique

Tras las bromas, el grupo había avanzado en silencio, síntoma evidente de que el estómago pesaba más que el cerebro y que se anticipaba a lo que esperaba pudiera ocurrir. Digerir comida en condiciones.

Cuando finalmente se detuvieron ante las puertas del paraíso a ojos de Omar, este fue consciente de los bancos de piedra y de la jerarquía que podía acceder a los mismos. la presencia de esclavos revolvió su alma y pese a ser consciente de que no estaban en sus tiempos y que la esclavitud había sido algo habitual, su mente anclada en el presente abogó por una rebelión. Pero la lucha por los derechos civiles flaqueó cuando el crepitar del fuego y el aroma de la carne asada inundó sus fosas nasales. Salivó como nunca antes y de forma incosnciente cogió uno de los lienzos blancos y se secó la boca con él.

Su mirada reposó entonces en las dos mujeres que ya habían visto la víspera y que habían acompañado a su hermana  ante las puertas en la Ceremonia de la Pirámide de Kukulkan. Los ojos de Omar se entrecerraron al tiempo que una de aquellas mujeres se ponía en pie haciéndoles señas.

Charlotte, con su impulsividad natural no lo dudó. Avanzó hacia ellas sin una sola mirada atrás, sin consultar acerca de la oportunidad de aquel movimiento, ciega y sorda salvo a su innata curiosidad y su necesidad de saber y controlar todos los extremos.

-Lottie, esto no es un juego -susurró Omar cuando esta ya ni siquiera podía oírle y aún menos ver su cara. Miró a Estel con seriedad y compuso un extraño gesto solo interpretable por ella-. Bien, creo que no no ha dejado muchas opciones salvo que optemos por separarnos y no creo que sea una gran idea -dijo a sus dos compañeros-. Y la urbanidad manda -se lavó las manos y la cara en el cercano cuenco de agua, se secó y dejó el paño en las inmediaciones-. No quisiera crear un conflicto diplomático por nuestras malas maneras -el tono, pese a ser ligeramente jocoso, traslucía un deje de preocupación.

Pero Nathan pareció tener otras ideas acerca de lo oportuno y de lo inoportuno. Como un lebrel de caza, salió tras los pasos de Charlotte, cuando escuchó el grito procedente de una de las mujeres de la mesa. El rostro de Omar se volvió más serio aún.

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17/04/2018, 20:34
Omar Echenique

Se volvió hacia su alma gemela. Serio, mostrando preocupación por primera vez. Ante ella no necesitaba ni deseaba disimular.

-Me siento como si estuviera rodeado de colegiales. No sé si son conscientes del alcance de todo lo que está ocurriendo. Me da la sensación de que se sienten dentro de un videojuego, avatares elegidos para una aventura en emdio de la selva y en el período maya. Todo es histeria colectiva para pasar a conspiraciones, lanzarse de cabeza a encuentros estúpidos y sin razón, sin tratar de hacer un frente común e intentar dar con el hilo que nos permita estirar del ovillo -dijo Omar mirando en dirección a la mesa en la que estaba Charlotte-. Hemos sido secuestrados, trasladados en el tiempo, mi hermana... La historia de nuestros padres se revive de una forma enfermiza y cruel. Somos víctimas de los pecados de nuestros padres y si miras a un lado y a otro, esto parece un picnic o una de esas estúpidas películas de despedidas de solteros. Joder, hasta una mierda de lémur de Madagascar tiene más fundamento y cabeza que los aquí presentes. Y si hablamos de Mike... mejor me callo -sentenció, sereno, algo pálido y con la mirada mortalmente seria-. Necesitamos un plan. Nuestro, de ambos. A partir de ahí, deberemos decidir a quién implicamos. ¿Te parece bien? No necesitas responderme ahora, Estel. Ya lo harás cuando lo creas oportuno. Ahora debemos decidir si seguimos a ese par de inconscientes o qué hacemos. Voto por acompañrles antes de que hagan alguna tontería. Y a esa morena quiero hacerle un par de preguntas acerca de mi hermana.

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17/04/2018, 21:04
Omar Echenique

A solas con Estel, tras la marcha de Charlotte y de Nathan, pudo ver por el rabillo del ojo a Sean. Renqueante y sin compañía alguna, miraba a un lado y a otro, mirando lo que ellos ya habían visto. Una última mirada a Estel que parecía rubricar lo que le había estado comentando.

-Échame una mano, Estel -le pidió  encaminándose hacia el hermano de Lottie-. Sean, apóyate en mí y en Estel. Necesitas descanso hasta que recuperes totalmente esa pierna. Andar de un lado a otro, sin apoyo o un bastón no te va a beneficiar. En aquella mesa de allí, están tu hermana y Nat. Si quieres vamos hacia allí.

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18/04/2018, 13:39
Udjat

La hilera de puertas y ventanas a tu izquierda acababa en un retranqueo, que abocaba en una plaza interior, delimitada por más columnas y edificios. De uno de ellos emanaba un apetitoso aroma a carne asada. Un hilo de humo salía por un agujero del techo.

Seguía sin verse demasiada gente, y tampoco en la plaza interior se veía más que a algún esclavo cargado con algún bulto, o algún artesano trabajando en la ornamentación.

Entonces, cerca del edificio y después del de la columnata de las habitaciones, viste un campo de pelota más pequeño que el que habías visto en las pantallas de la Máquina. Y allí distinguiste claramente las figuras de Mike, Mel, Sam y... Oliver. Estaban junto a otros hombres, éstos nativos, que iban vestidos solo con taparrabos y protecciones de cuero. ¿Discutían...? Y, como si le estuviera provocando, uno de ellos acababa de tirarle una pelota negra como la pez al pecho del roquero.

Parecían estar preparándose para jugar... Oli también...

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18/04/2018, 21:52
Sean Dunne

Sean pasó uno de sus brazos por encima del hombro de Omar, y balanceó su peso un poco más en su pierna sana.

Gracias, Omar. No veas como agradezco tu ayuda. Me habría venido genial... ¡ochenta y cinco columnas más atrás! Perdona, no te lo hecho en cara. Es la pierna, que me pone de mal humor. Toda esta caminata me está suponiendo bastante esfuerzo. Sí, vamos a ver mi hermana. Y a desayunar. Sobretodo a desayunar...

En realidad Sean estaba molesto porque su capacidad de liderazgo estaba en entredicho. Cuando se adelantó al grupo para venir a la churrasquería, habría dado por hecho que Mel y Sam le seguirían. En lugar de eso, las chicas guapas se quedaron fuera, viendo al guaperas de Oli.

Pssst... ¿habéis visto los cuchillos? Tenemos que hacernos con esos cuchillos-Sean hizo un movimiento de cabeza para señalar discretamente a los cuchillos de las bandejas que transportaban los esclavos con las viandas-¡Disimulad! ¡Disimulad! No miréis a la vez.

Silbó. Es lo que hacen en los dibujos animados cuando alguien quiere disimular, y si los dibujos animados no dijesen la verdad, ya nada tendría sentido en la vida de Sean. Avanzó hasta la esquina ayudado de Omar y Estel.

¡Hola, Lottie! ¡Hola, Enara! Ey-y guiñó un ojo a la rubia añadiendo algo en español-, "niña bonita". Bona sera, "ojos lindos"-dijo a la morena.

Se lo debía a Mike. Sean tenía que poner en práctica el plan, era su deber. Aunque las abducidas no fuesen el target inicial para organizar un alzamiento de esclavos, valía la pena meter ficha. Cada vez que Sean pudiese. Siempre. Con todas.

No os lo vais a creer... Oli se puso chulo con una pandilla de zulús y les desafió a un partido de baloncesto. ¡Os juro que me voy a comer su ración como se retrase!

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19/04/2018, 00:46
Nathan Morrison

Nathan había pasado de un extremo al otro. De la euforia y la verborrea al mutismo casi más absoluto. Y no es que realmente sus preguntas hubiesen sido respondidas... más bien lo contrario. Pero no terminaba de asimilar la información que Dawn les había dado. Más incluso que lo que les había contado era aquello que callaba. Su actitud retraída... su miedo visceral hacia Pacal... su reticencia a abrir según qué temas... a esquivarlos elegantemente.

¿Podían fiarse de ella...? ¿Acaso era excesivamente paranóico o desconfiado no pensar en la posibilidad de que ella estuviese del lado de Pacal y Umayma y, de algún modo, fuese un instrumento de control del jefe de aquellos indígenas? ¿Por qué sino permitía Pacal que ambos grupos conviviesen juntos? Claro que, de andar ese camino, quizá la primera pregunta a formularse sería... ¿por qué Pacal no los tenía encerrados en una celda o, más aún, directamente muertos?

Los labios del canadiense se habían despegado. Dejaban entre sí apenas un par de milímetros pero esto le confería un aspecto bobo. No sabía articular palabra. De hecho, tal era el torbellino de preguntas y teorías que se arremolinaban en su interior, que su aspecto exterior revelaba estar de hecho en su particular nube.

Fue entonces cuando apareció Omar con Sean quien no paraba de chismorrear sobre cuchillos... chicas guapas y cosas insustanciales. Tan insustanciales que, de hecho, de forma automática estaban siendo ignoradas por los oídos del bailarín... hasta que llegó la palabra mágica. El abracadabra que abría las puertas del entendimiento de Nat. Oli.

EL joven sacudió la cabeza como si realmente no hubiesen sido pronunciadas aquellas tres letras. Pero no era así... había hablado de él. Y en términos que a Nat no le extrañaban en absoluto. ¿Un partido de baloncesto...? En los años en los que conocía a Oliver Booth, jamás lo había visto practica más deporte que el "levantamiento de barra libre". Y ahora, ¿se dignaba en retar a un azteca a jugar al baloncesto... un deporte que, probablemente, ni siquiera se haya inventado aún.

De un respingo Nat se levantó. Enfadado. Más aún... estaba furioso. No entendía qué leches se le estaba pasando por la cabeza a su amigo músico y, en verdad, tampoco le interesaba averiguarlo. Pero iba a ponerle fin en aquel preciso instante. No iba a dejar que la estupidez y la inconsciencia de Oli le causasen más problemas a su amigo y a él de forma indirec...

Un clic.

Algo evidente. Casi sonoro. Sucedió. Un cambio. Ver las cosas de otro modo. Desde otro prisma. Tan evidente que casi sentía vergüenza de no haberlo descubierto antes. De no haber caído. De haber estado tanto tiempo sin reaccionar.

Con parsimonia volvió a sentarse en su porción de banco. Clavó los ojos castaños en los de aquella muchacha y continuó hablando como si no hubiese pasado nada.

- Cuéntanos... ¿por qué te han traído aquí?

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19/04/2018, 10:34
Dawn

"¡¿Tres meses?!"

La escueta pregunta se arrastró por encima de la mesa como un pistoletazo con silenciador, dejando a Dawn perpleja por unos segundos, devolviendo la inquisitiva mirada a su interlocutora, sin comprender.

Pero entendió cuando Lottie derramó una sarta de frases, preguntas y aseveraciones, dirigiéndose a Nat.

Así que ni siquiera se conocían hace tres meses...

Y luego, un pensamiento que no se le había ocurrido antes.

"Hay otra máquina entonces, son dos, mínimo. Una en México y otra en Egipto. Y quizás hay más, es muy probable entonces, sí"

Ellos venían de Egipto, por tanto, tal como la pelirroja había dicho. Y que estaban allí justo la noche antes de que los metieran en la Máquina, por eso la había sorprendido que hubieran viajado hasta México con tanta rapidez. Pero si había más de una Máquina...

Las preguntas seguían cayendo. Se pasó la mano por la frente, tratando de ordenar sus ideas.

- Sí, Elka y yo trabajamos juntas en un proyecto de investigación. Bien, en realidad yo contacté con ella para que viniera aquí... bueno, al Chichén Itzá del siglo 21, quiero decir. Soy arqueóloga y antropóloga, y estoy haciendo mi doctorado acerca del cenote que se descubrió bajo la Pirámide de Kukulkán. Fue un descubrimiento de hace años, pero se dejó ahí, y no se investigó. Yo he querido profundizar en ello, y he reactivado las pesquisas...

Miró a Elka, que se había detenido, con un bocado a medio masticar, y sonreía bobamente.

-Descubrí algo extraño cuando me sumergí en el Cenote Sagrado, buscando el acuífero que conectaba posiblemente a ambos cenotes. No encontré el acuífero, pero sí un trozo de tubo, con micro orificios. Muy raro, no podía ser antiguo por el tamaño de los agujeros, pero, ¿Qué hacía allí? Además parecía de oro. Lo hice analizar y resultó ser una aleación de oro y cobre, de muy difícil obtención en la proporción en que estaba compuesto... no os aburriré con datos, pero, ¿os suena? En seguida me vino a la cabeza. ¡Oricalcum!

Elka se giró al escuchar la palabra, y por un segundo sus ojos recobraron lucidez. Dawn asintió.

-Elka es una experta en...

La llegada de un Sean burbujeante como una botella de champán explotando la dejó con la palabra en la boca.

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19/04/2018, 11:06
Dawn

Sean, entre Omar y Estel, se acercó a la mesa donde se encontraban las dos mujeres, Nat y Lottie, como una mariposa revoloteando entre flores. Burbujeante, sonriente. Inconsciente.

La morena le miró impasible, y escuchó sus palabras en inglés y español con los ojos entrecerrados. Ladeó la cabeza, sin responder inmediatamente.

Después le sonrió, con una indulgencia que recordó el gesto que había hecho momentos antes con Elka, al tomarle de la mano.

-Hola, tranquilo, no pasa nada. No soy Enara, soy Dawn...

Se giró hacia sus contertulios, y sacudió la cabeza.

-Creo que tenéis a otro afectado, no sólo Nefissa. Y además me doy cuenta de que cada uno reacciona de un modo distinto. -Se mordió el labio, pensativa.- Quizá si pudiéramos encontrar un patrón...

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19/04/2018, 12:26
Nefissa Mahub
Sólo para el director

Nefissa abrió los párpados, lentamente, con la pesadez propia de un sueño prolongado e impuesto, y con la sed atenazando su lengua. Se llevó una mano a los ojos, sorprendida por la luz abundante que entraba en aquella habitación que no reconocía como propia, y miró alrededor, aturdida y en parte desorientada. ¿Qué había ocurrido por último? Había estado hablando con aquella mujer... Y luego... Luego empezó a encontrarse mal, se dijo, con un recuerdo nauseabundo en la boca de su estómago.

A penas si tuvo tiempo de plantearse cualquier cosa más. Aquellas mujeres irrumpían en el silencio de la habitación, dispuestas a realizar sus tareas, y la apremiaban, para que saliese. Nefissa las miró, nerviosa, mientras entrecerraba los ojos, tratando de levantarse y de entenderlas, sin éxito, deduciendo tan sólo algunas cosas por la insistencia demostrada. 

Miró hacia el montón de tela blanca, y hacia su pelo, descubierto, y enrojeció profundamente al pensar en pasearse por aquel lugar con la melena descubierta. Era absurdo, quizá, para muchos. Pero no para ella, que había llevado cada día el hijab, desde los catorce años.  

La mujer examinó las telas que se le ofrecían, y miró alrededor, buscando cómo apañarse, cómo cubrir su pelo, y así se lo indicó a las tres que habían entrado, con un gesto con el que cubría su cabeza, de manera diferente a lo que lo haría el tocado. 

Notas de juego

Buscará la manera de cubrirse la cabeza, y luego saldrá de la habitación. Si no se puede, pues ajo y agua jajaja. 

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19/04/2018, 12:47
Dawn

De un respingo Nat se había levantado. Enfadado. Más aún... estaba furioso.

¿Por qué...? ¿Qué le ocurría al estilizado muchacho? Pero su reflexión no duró casi nada, apenas un latido. Mientras, la atención de Dawn se vio polarizada por el recién llegado y sus exuberancias. Hasta que hubo entendido la situación del pelirrojo. Y entonces...

Un clic.

Algo evidente. Casi sonoro. Sucedió. Un cambio. Ver las cosas de otro modo. Desde otro prisma.

Con parsimonia volvió a sentarse en su porción de banco. Clavó los ojos castaños en los de aquella muchacha y continuó hablando como si no hubiese pasado nada.

- Cuéntanos... ¿por qué te han traído aquí?

Pero no respondió. En vez de eso desvió su atención del pelirrojo recién llegado, ése al que Nat había obviado, del que se había desentendido. Olvidándolo también.

Dawn clavó también sus negras pupilas en las de él. Negro contra castaño, pozos de desconfianza ambos, unos y otros, acechando el alma opuesta en busca de una certeza, convertir la sospecha en realidad, o no, o transmutarla en alivio, en confianza...

En absoluto silencio...

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19/04/2018, 15:49
Omar Echenique

No dijo nada ante la puya de Sean y siguió en silencio mientras avanzaban hacia la mesa. Su silencio tan solo indicaba que su cabeza estaba dando vueltas y más vueltas, concentrada en a saber qué, pero sí lo suficientemente importante como para que el proceso de rumiarlo lo volvieran introspectivo y callado.

Cuando finalmente se sentó, Omar hizo lo propio tras invitar con un gesto mudo a Estel para tomara asiento a su lado. Miró a la mujer que hablaba, cuyo rostro mostraba una expresión muy diferente de la de su apática compañera.

-No, en efecto. Usted no es Enara. Enara es mi hermana -dijo sin mayor inflexión-. Mi nombre es Omar. Y siento si interrumpo una conversación ya iniciada... señorita Dawn. No obstante, y dadas las circunstancias, obviaré pedir disculpas. Es más, me gustaría saber si estaría dispuesta a responder algunas preguntas. Necesitamos saber. Con urgencia. Demasiadas cosas y quizá poco tiempo.

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19/04/2018, 18:37
Charlotte Dunne

Todo sucedió junto, a la vez. Fue como un trueno en su interior que, de repente, rompe la tranquilidad de la noche.

Estaba escuchando a Dawn, sus explicaciones enhebradas con cuidado a partir de sus propios comentarios y de las preguntas que había lanzado a Nathan. Quería que él respondiera, aportando algo de luz. Quería seguir hablando con Dawn, terminando de tejer lo que acababan de empezar a desenredar.

Estaba tan ensimismada en el pequeño círculo que formaban las dos chicas, Nat y ella, que no había reparado en que Omar y Estel se habían acercado trayendo con ellos a su hermano. Fue la voz de este la que rompió el circulo emocional que se había formado, dejando en silencio a Dawn, que lo miró con una expresión mezcla de sorpresa y entendimiento que Lottie acababa de ver hacía un instante pero no llegaba a ubicar. Pero antes de relacionar el comentario de la muchacha con el saludo de su hermano, Nat se levantó de un salto casi, de forma imprevista e irreflexiva, como si hubiera recibido un pinchazo en su trasero. La mirada de la francesa osciló entre la espalda de Nat, que se contrajo en algo que podía traducirse como el comienzo de una carrera a toda velocidad pero que al segundo siguiente se relajó de la forma más absoluta, volviendo de hecho a tomar el canadiense asiento junto a ella. Cuando este se hubo sentado de nuevo, lo miró un instante con curiosidad, antes de que su vista pasara a su hermano. Y fue entonces cuando en su mente se unió su saludo con la expresión de Dawn. Y en ese momento, Dawn volvió a hablar y nombró a Nefissa. Y el trueno estalló. Lottie se volvió hacia ella, en un giro rápido, boquiabierta, sin respirar siquiera.

-¡NO! -exclamó con vehemencia a la chica, rechazando la idea-No lo sugieras siquiera…-siguió, con apenas un hilo de voz, pálida como la leche y el miedo asomando a sus ojos. Un miedo primario que hizo que el frio se instalara en su interior, mareándola durante unos instantes, sintiendo que acababa de llegar en un instante y sin saber como, al borde de un enorme precipicio. No podía tocarle a Sean. No. No podía. No aún. Sus ojos trasmitían su miedo, su dolor. Pero sabía que no podía dejarse ver así por su hermano, así que se recompuso rápidamente como tantas otras veces había hecho y, solo cuando pasaron unos segundos se atrevió a volverse hacia los tres recién llegados-Sean, siéntate o esa pierna te dolerá más tarde… ya no vas a crecer más, anda-le dijo con cariño, indicándole un lugar libre.

Miró de nuevo a Nat, extrañada por su comportamiento, preguntándose, muy a su pesar, si aquellas cosas, aquellos pequeños detalles, significaban más de lo que ella podía suponer. ¿También Nat? Se descubrió pensando en esa posibilidad y sintió de nuevo como se movía en el filo del abismo. Parpadeó rápidamente, intentando evitar lo que no quería que pasara, y respiró hondo, exhalando lentamente. Intentando ahogar la opresión que se había instalado en su pecho.

Y, cuando Omar habló, Lottie sintió como esa opresión era sustituida por otra cosa, algo que le dolía incluso más. Desencanto. Era su amigo, ¿qué pensaba que estaba haciendo allí? ¿tomando un café con pastas? ¿la creía incapaz de poder estar hablando con alguien acerca de lo que estaba pasando allí e intentando obtener información válida para todos? Dioses, cuando le salía la vena periodística, era para temerle. Y Estel entraría a la zaga enseguida. Volvió a inspirar lentamente, quizás solamente estaba demasiado susceptible, tenía que tranquilizarse. Y quizás era lo mejor dejarle a los periodistas la entrevista, aunque no le gustaba verlo así, le había caído bien Dawn y el ratito que habían estado hablando había estado muy bien.

Miró a la chica-Sí, este es Omar, mitad japonés mitad egipcio. Ella es Estel, mitad española, mitad británica. Y él es Sean, mi hermano. Ambos franceses, como te he dicho antes, pero también irlandeses, por parte de padre-completó, siguiendo el hilo de una conversación ya mantenida con la muchacha-Se lo debemos a él-añadió cogiendo un mechón de su pelo y completando información que antes no había detallado y en la que acababa de caer. Si su padre se enteraba de eso, la desheredaba. Le seguía pareciendo que Omar había abordado a Dawn un poco bruscamente, pero esperó a que ella le contestara por si misma, presentándose si quería, antes de decir ni una palabra más o se le notaría el desencanto en su voz. Se recostó en el banco de piedra y le lanzó una mirada a su hermano, comprobando si estaba bien. Y siguió con Nat, con quien si podía hablar con un susurro sin interferir en el resto de la conversación–¿Estás bien?

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19/04/2018, 20:23
Melyssa Yaddow

- ¡Dales caña, Oli! - Exclamó Mel dando un pequeño saltito cuando su hermano acababa de cantar el himno estadounidense.

Lanzó un vistazo en la dirección que se había marchado Sean confiando en que les hubiera escuchado y regresara con los demás. No sentía mucha confianza quedándose allí solos con todos aquellos indígenas.

- Mike... - Susurró a su hermano y Sam mientras se mantenían a un lado observando el juego. - ¿Crees que Oli podría hacerse amigo de estos si les gana o si juega bien al juego? - Preguntó. - Quizá podríamos convencerles de que nos ayuden a escapar... - Sugirió. Lo veía muy poco probable. De hecho, era algo un tanto irreal... pero no perdían nada por intentarlo. ¿verdad?

Miró a Sam, buscando con la mirada su apoyo para aquella loca idea. Y luego se quejaba de las tonterías de su hermano...

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20/04/2018, 11:21
Sirvienta

El montón de tela blanco junto al jergón era, efectivamente, una túnica limpia. Debajo sólo un paño también blanco, posiblemente para lavarse. Aunque sí, podía servir para cubrirte la cabeza.

Pero la mujer, ante tus gestos, pensó que alababas su propio tocado, y riendo y sin dejar de parlotear se lo quitó y te lo ofreció, obsequiosa, insistiendo para mostrarte como debías colocarlo.

En la habitación, colgados por las paredes, había diversos tapices de tela y fibra vegetal, con dibujos coloreados y brillantes. Algunos eran más rígidos, otros no. Pero deberías descolgarlo si querías usar alguno para cubrirte.

Ahora estabas ante la mujer, que te tendía su tocado, agarrándote del brazo para que lo tomaras. Las otras, las esclavas, se habían detenido y te miraban con curiosidad, en silencio. ¿Qué harías...?

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20/04/2018, 11:28
Udjat

Sam no respondió a Mel ni siquiera con su mirada. En realidad la joven rubia estaba un poco ausente. Asintió con un movimiento mecánico, y seria como un palo se dispuso a presenciar el partido. ¿Quizá empezaba a notar los efectos de lo que fuera que les habían inyectado? ¿O quizá estaba acusando el cansancio de todo lo que la situación les estaba representando?

Fuera como fuera, el partido iba a comenzar inmediatamente, por la actitud del jugador que sostenía la bola...

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20/04/2018, 11:35
Jugador de Pelota

Efectivamente, el hombre que iba a arbitrar, al que Oli había sustituido, levantó la bola y mirando al cielo empezó a recitar algo que sonó a plegaria. Los demás levantaron la cabeza también, y respondieron a sus palabras al unísono.

Entonces la lanzó tan alto como pudo, en el centro del campo, y se apartó.

El juego había empezado.

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20/04/2018, 11:42
Director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro aquí, para hacernos menos lío. Narraremos en función de los resultados de las tiradas, si te parece.

9x2, 6x2, 2x2, 1x2

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20/04/2018, 12:21
Dawn

Miró a Lottie, haciendo un esfuerzo para no quedarse boquiabierta.

Todo era tan surrealista...

Elka, a su lado, completamente ida. Los dos pelirrojos, antítesis uno de otro, ella intentando hilar información, pero ante la irrupción de su ¿alocado? hermano reaccionando como una leona celosa de su cachorro. El elegante y esbelto moreno saltando como un muelle en respuesta a... ¿qué...? para rehacerse al instante y seguir como si nada. El guapísimo medio árabe medio oriental hablándole de usted, dirigiéndose a ella como "señorita". Y la enigmática anglo-española silenciosa como una tumba, mirándola con ojos inquisidores.

Parpadeó. Debía centrarse, debía mantener la cordura, a pesar de todo, de todos.

Asintió, no en respuesta a nada concreto, sino como un gesto necesario para sí misma, una reafirmación. Y su mirada, toda su actitud, se dirigió a Omar.

-Saber es lo que yo también necesito. Estoy respondiendo a todas las preguntas, y quiero seguir haciéndolo. Y también tengo las mías. Si tengo... tenemos... alguna posibilidad de cambiar nuestra suerte, de... volver, si es que eso es posible, hemos de compartir todos los datos que tengamos. Este es un buen sitio, mientras estemos solos. Nadie nos entiende, estoy convencida de ello, excepto Pacal. Y ahora no está aquí.