Partida Rol por web

Los golpes de Mike se vieron interrumpidos cuando alguien le cogió de las muñecas, se disponía a protestar a Mel o a Sam por no dejarle sacar su frustración cuando se encontró con la fotógrafa susurrándole. Miró hacia atrás algo confuso y puso cara de arrepentimiento, no se había enterado que Charlotte había decidido llamar a su madre, probablemente para pedirle ayuda, aunque poco podría hacer desde Francia. Dejó sus brazos sueltos para que la fotógrafa notara que no seguiría golpeando la puerta.

-Puedes soltarme, tan solo estaba soltando un poco de adrenalina, no sabía que Charlotte estaba llamando.

Tras sus intentos fallidos de abrir la puerta Mike se quedó observando al resto desde allí, quizás no había conseguido salir aún, pero se había quedado mucho más tranquilo y con menos ganas de golpear a Fadil. Se volvió a su hermana que también estaba a su lado.

-Yo prefiero que papá no se entere de esto, no creo que pueda ayudarnos y solo íbamos a darles un disgusto grande. Casi tanto como cuando decidimos cortarnos el pelo igual en aquel campamento de verano, bueno, quizás algo más. -Mike sonrío brevemente.- ¿Y tu Estel? ¿Llamarás a tus padres? -Tras la pregunta Mike decidió elevar el tono de voz hacia el resto de la sala.- Y digo yo... ¿No sería mejor llamar a la policía directamente? No se, como la gente normal... Que vengan al hotel, que bajen a las bodegas y que abran la puñetera puerta de alguna manera. En cualquier caso si alguien no lleva su comunicador puede contar con el mío si quiere hablar con alguien.

Mike siguió escuchando las opiniones de todos, cada una más variada o disparatada que la anterior. Pero debía admitir que en otras circunstancias se lo estaría pasando en grande junto a Oliver, no sabía que se había metido el día anterior pero estaba claro que el efecto aún le duraba. Ante las dudas de su propuesta hizo una búsqueda en internet, aquello no debería ser difícil de comprobar. Mostró el resultado a Mel y a Estel y después se acercó a Oliver y se lo enseñó, aunque lo dejó disponible para que cualquier otro lo viera.

-Creo que tu teoría no funciona, no al menos con una línea recta... Pero bueno, lo has intentado ¿No?
http://www.antipodas.net/antipodaspais/egipto/cairo.php

En cierta forma se alegraba de ir descartando alguna de aquellas locas teorías que iban saliendo y volviendo un poco a la normalidad y a aquello que conocía. Nathan sin embargo parecía mucho más cabal que su amigo y Mike le escuchaba con mayor atención.

-Bueno Nathan, yo no estaría tan seguro de que nos hayamos movido, hay miles de formas de cambiar una señal gps y a no ser que nos hayan metido en un avión mientras estábamos drogados o lo que fuera... Seguimos en Egipto.

Negó con la cabeza viendo como estaba Fadil ahora, solo arrepentido porque le había salido mal todo aquello y le habían metido a él y preocupado porque también tenía seres queridos fuera, pero no se había preocupado por lo que les iba a pasar a ellos o a sus seres queridos antes, engañado o no sabía que no iba a ser nada bueno.

También nosotros cabrón... Que te den a ti y a los tuyos.

Entonces escuchó a Charlotte hablando francés y eso llamó su atención, se había quedado mirando una pantalla, una que antes no funcionaba y que Oliver había activado de alguna manera. Se acercó a ver.

-¿Como lo hiciste? Aunque ahora mismo no estamos para documentales, pero quizás si averiguamos como encenderlas podamos descubrir como cambiar de canales o utilizarlas, o simplemente descubrir como va esto. Nunca había visto este tipo de tecnología antes y te aseguro que he visto muchas cosas....

- Ya te lo he dicho, Mike tío - dije, tocándome la sien con el dedo.- Os dije que estaba seguro de que podía hacer que esto funcionase con el poder de mi mente... Estaba pensando en una vez que estuve en México - los recuerdos hicieron que empezase a reírme porque lo que ocurrió allí fue realmente divertido.- El caso es que el batería de mi grupo... bueno, en realidad ese tío ya no toca con nosotros... tuvo algunos problemas con la justicia, ya sabes... Bueno, pues ese tipo conocía a alguien que le iba a suministrar el peyote más flipante de todo México - en aquel momento, y sin siquiera tener que mirarle, noté la cara de desaprobación de Nat mirándome desde alguna parte de la habitación.- Esto, bueno... la historia tampoco tiene mucha importancia... el caso es que he pensado en ello y ahí lo tienes en los monitores... Deberíais probar todos a ver qué pasa.

Cuando Omar empezó a hablar, Estel levantó la mirada de lo que Mike le estaba mostrando de la línea recta propuesta por Oliver. Había soltado gentilmente al estadounidense cuando él se lo había pedido, y con un movimiento negativo de cabeza le había trasmitido que no sucede nada y créeme, yo también quisiera comenzar a aporrear todo lo que hay. Abrió por un momento la boca para contestarle, pero las interrupciones de Charlotte y su propia sensatez le hicieron cerrarla de nuevo sin decir nada. Ni a él, ni a Mike. Sabía perfectamente lo que pensaba al respecto; sabía mejor aun lo que sentía ante la perspectiva de que sus padres, y sobre todo su madre, se enteraran de ello cuando todavía estaba sucediendo. Pero también sabía que no servía de nada antagonizar sobre ese punto, sobre todo luego de que la bengala ya había sido lanzada de aquel modo explosivo y había sido vista por quizás una de las vigías más preocupadas y testarudas que conocía en el mundo.

Le mantuvo la mirada a Lottie cuando la francesa buscó sus ojos, sin embargo, con calidez pero sin retroceder de su opinión. Mientras Samantha y Fadil hablaban comenzó a acercarse a la francesa para poder tocarla, dado que era claro que lo necesitaba, pero por el rabillo del ojo se dio cuenta que la pantalla de Oliver había tomado de pronto vida. Su atención se desvió al reconocer el sitio retratado y sus ojos, entrenados para la observación y los patrones, vieron percibieron antes que su mente la disonancia entre aquello y sus recuerdos. Tardó un segundo en procesarlo, sintiendo una mezcla de sorpresa e incredulidad que luego mutó en aceptación. En el fondo de su consciencia registró vagamente las palabras de Mike y Oliver, así como la reacción de Charlotte.

- Pues claramente es el peyote que hemos consumido todos, Oliver – dijo, extendiendo automáticamente una mano hacia el antebrazo de Lottie y señalando con la otra hacia la pantalla – Porque, o mis ojos me engañan, o aquí en lo que activaste estamos viendo gente de hace cuatro mil años caminando por las calles de una Chichén Itzá en su máximo esplendor.

Pareció que iba a continuar hablando, pero repentinamente miró a su muñeca. La luz de su comunicador se había activado hacia unos largos segundos, pero no había sido consciente de ello. Estel arqueó las cejas, pero luego las bajó y su rostro adoptó un gesto serio y resignado.

- Bueno, el destino ha decidido por nosotros una vez más. Está llamando vuestra madre – dijo, mirando a Lottie y a Sean. Luego miró a Nathan, y finalmente a Omar – Omar, yo prefiero no involucrarlos ahora. Pero, si la situación ya es irreversible, tendré que estar de acuerdo contigo.

Levantó la muñeca, mientras observaba a su alrededor buscando el lugar que actuase como fondo y menos comprometiera su ubicación actual. Miró a los demás, y con un gesto invitó a Omar a acercarse si lo deseaba. Sabía que Isabelle luego intentaría llamarlo, si no quedaba conforme, y mejor matar dos pájaros de un tiro.

- Por favor, no habléis muy alto – pidió y, tras un segundo de ojos cerrados, los abrió, accionó el comunicador y sonrió – Tante Isabelle! Estel ici.

Omar asintió a Estel. Dejaría que las cosas siguieran su curso, al menos de momento. Sintió la vibración en su muñeca y supuso que sería Isabelle, pero entonces escuchó a Estel decir que era ella quien precisamente la llamaba. Echó un vistazo extrañado a su pantalla y su rostro palideció. Miró un segundo a Estel y tan solo le dirigió una palabra en un susurro apenas audible.

-Suiza.

Se alejó cuanto pudo de Estel para no interferir en su conversación.

-Omar Echenique al habla -dijo a su interlocutor al otro lado de la línea.

Isabelle Dunne.

-Joyeuse de t'écouter, ma chérie! -El tono de la francesa ahora había pasado a francamente preocupado, aunque intentaba disimularlo. -No sé si estás con Charlotte y con Sean... de hecho acabo de hablar con ellos... uno después del otro. Pero, en fin... ¿Puedes decirme tú qué está pasando ahí? ¿Es sólo una... especie de fiesta desenfrenada...? ¿Una apuesta...? O, a ver. Sé sincera, Estel. ¿Ocurre algo que estén intentando ocultarme?

Director del Immergrüne Schule.

-Sr. Echenique, hola de nuevo. Iré directamente al grano, siento tener que decirle esto así, pero antes de tomar medidas más drásticas prefiero hablar primero con usted. Su hermana debe regresar a la Escuela. Nos dijo usted que estaría fuera unas horas, por eso accedí, pero esto ya es demasiado. No lo he notificado aún a sus padres, es usted un hombre adulto y responsable, pero no es el tutor legal de Enara, ella tiene padres, igual que usted. Me parece completamente irregular que se la llevara, pero me parece infinitamente peor que no la haya vuelto a traer, y que no haya usted dicho una palabra más...

Sean se desplazó por la sala en silencio, sin querer interferir en las conversaciones por los comunicadores. Posó su mano en el hombro de Mike...

Mike, he estado dándole vueltas a una cosa. Hemos dado por hecho que nuestro destino era Chi... el sitio ese de las pirámides en México, con el nombre raro. Pero todavía hay muchos monitores apagados. Creo que no es un viaje del punto A al punto B. Creo que todavía seguimos en movimiento, y que el punto B solo es parte de la ruta. Pero por lo que sea, por alguna paranoia científica o mística, el GPS va por delante de nosotros. ¿Puedes revisar de nuevo los GPS de Mel y Sam? Puede que todavía marquen México... pero si mi teoría...-se odió por como sonaba aquello, y se corrigió-pero tal vez, mientras nosotros estamos aquí, los GPS hayan llegado ya a un punto C.

Siguió caminando, entre los demás náufragos del espacio-tiempo. Al siguiente al que se acercó fue a Fadil. No era su primera opción, prefería mil veces confiar en Omar, pero Fadil era una de las pocas personas que hablaban el idioma de Hermano, árabe, egipcio, o lo que fuese.

Fadil... Tranquilo, soy yo. Todo esto es tan raro que... quizás... He pensado que el interior de esta prisión sí pueda estar en movimiento, pero lo que dejamos atrás, el laberinto, es estático. Así que... creo que esta puerta, que está en el límite de ambas... "realidades"... podría conectar todavía con las catacumbas bajo el hotel. Ahora están hablando, pero cuando terminen, ¿podrías tratar de hablar en "moro" a la puerta? El sonido atravesará la puerta, y pasará de México a Egipto, y Hermano o quién sea, podría escucharlo, y se podría tratar de razonar con ellos. Tú eres el que ha estado todo el tiempo con Hermano. ¿Sabes algo con lo que puedas conectar con él? ¿Algún suceso personal o de su pasado que pueda conmoverle o hacer que se apiade de nosotros lo suficiente para abrirnos?

Espera, Fadil...

Sean miró a su hermana... la propuesta de Omar seguía en el aire. Lo cierto es que tener un asesor en arqueología del otro lado del comunicador sería tranquilizador, pero... ¿se podría hacer eso sin inmiscuír a su madre? No habían tenido tiempo de hacer votación alguna, ahora estaban en las manos de Estel.

Era imposible retirar la vista de aquella pantalla. La cámara enfocaba de un lado a otro, dando una visión amplia de lo que pasaba ¿allí fuera? Era increíble, pero allí estaba.

…una Chichén Itzá en su máximo esplendor…. Confirmó Estel, confirmando asimismo los pensamientos más fantásticos de Lottie.

Hemos viajado al pasado, estamos allí…

Una luz tenue invadió de repente su campo de visión. El comunicador de Estel. Con el nombre de su madre en pantalla. Buscó la mirada de Sean para ver su reacción cuando Estel informó en voz alta de la llamada entrante, pero en lugar de encontrarla, vio como su hermano se volvía para hablar con Mike. Cuando volvió a prestar atención a Estel, esta se había separado de ella junto con Omar para contestar a su madre y ella se había quedado junto a Fadil que estaba hablando con Sam. Decidió no moverse y esperar, pero no podía con los nervios de saber a su madre allí mismo y no poder acercarse a Estel, no hasta saber que decidía hacer su amiga. Ahora era su turno y no le había dicho que se acercara. Lottie comenzó a mordisquearse el labio inferior, nerviosa, mientras sus ojos seguían a Estel por la sala. La escuchó contestar al comunicador y activar el modo privado. Apretó las manos y se volvió al escuchar la voz de su hermano de nuevo junto a ella.

Su mirada se cruzó con la de Sean, y comprendió.

Cuando habló, lo hizo susurrando, para no interferir en la llamada de Estel-Es egipcio, no moro. Son diferentes. No creo que la idea de Hermano resulte, no después de lo del Laberinto pero, lo mismo, sí que es cierto que nosotros no podemos abrir la puerta desde dentro. Sonó a estanca cuando la cerraron. Lo mismo tenemos que avisar a quien sea que esté fuera de que hemos llegado y nos tienen que abrir. No es mala idea, Sean-dijo asintiendo a su hermano-¿Te importaría intentarlo, Fadil, cuando Estel termine la conversación?-dijo volviéndose para mirar a Estel que en ese momento saludaba a su madre, y a un Omar que estaba hablando igualmente por su comunicador en aquel momento en lugar de estar junto a Estel.

Lottie arrugó el ceño ¿qué estaba pasando allí?

Se acercó a su hermano, lo rodeó y lo abrazó desde atrás, por la cintura. Poniéndose de puntillas llegaba a apoyar su barbilla en su hombro. Necesitaba contacto humano para tranquilizarse, saberse cerca de alguien querido-No sé qué hacer, peque. No sé que es mejor, ni peor-le dijo mirando a Estel más adelante, y a Fadil junto a ellos-No sé en qué puede ayudar mamá si nos separan miles de años de distancia de ella. Aunque no entiendo entonces como puede siquiera existir esa llamada. ¿Será este lugar en sí? ¿Hará como nexo de unión entre las dos épocas existiendo ambas a la vez aquí? ¿Cómo lo de la puerta que has dicho?-le dijo en susurros desde su espalda- La idea de Omar es buena, si estamos realmente en México hace miles de años, vamos a necesitar a alguien que sepa del tema. Pero si llamamos a Xavier, mamá se enterará igualmente. Si las llamadas quedan activas en este sitio, siempre podremos llamar, siempre podemos llamar a Xavier más tarde. Con los padres de Estel mejor no contar inicialmente, Estel no nos dejará llamarlos a no ser que esto empeore demasiado. ¿Qué estará haciendo Estel? ¡Que le estará diciendo a mamá!-apretó el abrazo y observó a Fadil, preocupado igualmente junto a ellos por Nefissa-Llama a Aiul y adviértele, si hablas en voz bajita no molestarás a Estel, se ha ido suficientemente lejos como para que no te escuchen si llamas. Que ponga a salvo a Nefissa, que sepas que está bien y lejos de las garras de Umayma-Se imaginaba como podía sentirse, o lo intuía, aunque sabía realmente poco de ellos dos.

Se apoyó en Sean en aquel momento. Por mucho que discutieran, que le chinchara o que se chincharan mutuamente, por mucho que pareciera que no se querían, era todo lo contrario. Y ahora, más que nunca, lo necesitaba. Se puso más de puntillas y le dio un beso-La que nos va a caer cuando volvamos a París… No escucho a mamá desde aquí, creo que Estel no le está diciendo nada o escucharíamos los gritos y el alboroto aún con el modo privado del comunicador activado.

-¿Qué dice? -la palidez permanecía anclada en el rostro de Omar y una súbita debilidad en sus rodillas lo hizo apoyarse en la pared desde donde resbaló hasta el suelo-. Le aseguro que condujimos a Enara al centro tras haber cenado juntos, pero usted me asegura que no hay constancia de su presencia desde que nos la llevamos. Llame de inmediato a la policía, denunciando su ausencia y trate de comunicarse con mis padres. Ahora mismo me encuentro en Egipto y no puedo salir del país de momento. Y por favor, manténgame informado. Cuando hable con mi familia deles un mensaje de mi parte por favor. Anótelo para no olvidarlo. Umayma. 

-Entonces, ¿no está con usted? Eso es peor, mucho peor. -Respondió el hombre con acritud y bastante nerviosismo.- Desde luego, avisaré a sus padres, eso pienso hacer. Llamaré ahora mismo. ¿Uma... umaima? Se lo diré. Espero que tenga sentido para ellos. -Si el hombre pensó que era una palabra en árabe, o quizá una clave, o un nombre, se lo calló.- Y daré parte de la desaparición inmediatamente a la policía. Le mantendré informado de cualquier cambio, haga usted lo mismo. Gracias.

Cortó la comunicación con rapidez, posiblemente para poner en marcha la búsqueda lo antes posible.

-¿Qué...?

Rodeado por los Dunne, seguía pendiente del comunicador, y ajeno a lo que éstos le decían. Pero algo lo desconcentró.

-¿Ambas... "realidades"...?

Y entonces se dio cuenta de la pantalla que mostraba Chichén Itzá. En ése momento estaba haciendo zoom hacia una especie de plataforma que parecía un podio, o una grada, en un lateral de lo que los que conocían el lugar podrían identificar como el Campo de Pelota.

El zoom aceleró su trayectoria y se centró en un rostro femenino, de piel canela.

Allí, presenciando lo que parecía un entrenamiento en vivo, ataviada como una mujer maya noble, sólo que engalanada con enorme primor y lujo, estaba Nefissa. La flanqueaban dos guerreros con sendos machetes, que parecían custodiarla. O, quizá, la vigilaban, porque la expresión de la egipcia era de auténtico pavor.

Mike miró a Oliver algo confuso, seguía sin creer aquella historia y mucho menos con el poder mental afectado por las drogas que podía tener, aunque quizás fuera eso precisamente lo que le ayudaba a hacerlo, algunas drogas activaban zonas en el cerebro que normalmente no funcionaban.
Recordó que había leído algún blog sobre tecnología experimental en la que las cosas podían funcionar con la mente, apagar y encender, subir el volumen, cambiar de canal... Claro que tan solo eran teorías y experimentos, aún no había nada en firme. ¿Aquella tecnología secreta se basaba en esos conceptos? Estaba claro que la mente funcionaba con alguna especie de impulsos eléctricos y la tecnología también, si alguien había encontrado la manera de combinarlos de alguna forma... ¡Eso sería alucinante!

-Sam, ¿Recuerdas el blog que te pasé en el que hablaba de controlar tecnología con la mente? Hablaba de avances muy básicos aún, pero abría la posibilidad de acciones más complejas en el futuro. Incluso leí una noticia donde los chinos tenían un programa experimental para controlar drones y robots con la mente. ¿Y si estamos ante esa tecnología desarrollada?

Cogió la mano de su hermana y la llevó consigo hasta un monitor de los que no mostraban ninguna imagen aún.

-Sam, Oliver, Nathan, venir aquí, vamos a hacer otro experimento. Oliver, Nathan ¿Habéis estado alguna vez en Miami? Si es así concentraros en lo que recordéis de allí, si no pensar en Estados Unidos en general o algún pensamiento que os pueda conducir allí. Sam, Mel concentraros en casa. Si esto funciona deberíamos poder obtener una imagen de nuestras casas ¿No?

Si querían convencer a Mike de aquello debían demostrarlo con algo distinto a un documental donde apareciera la amiga de Fadil. Tampoco el egipcio les había dicho nunca que su amiga trabajaba en documentales, pero la sinceridad no era su fuerte, estaba claro.
Dejó al resto al margen pues o estaban atendiendo a llamadas o no había estado nunca en Miami y no serían útiles para el experimento.

-Cogeros de las manos, puede que no sirva de nada pero quizás eso ayude a forzar una conexión más fuerte entre todos.

Mike seguía aferrado a Mel en una mano y tendió la otra al siguiente que llegara.

-Sí, díselo -fue la escueta respuesta de Omar, los ojos brillantes por una pátina húmeda, ardientes de ira y frustración. Volvía a sentirse como en el frente de la guerra, aquella sucia pelea en la que los niños eran las mayores víctimas.

Lottie tenía puestos sus ojos en Fadil, en espera de su contestación, pero sus oídos estaban en otro sitio, más allá, donde Estel hablaba con su madre. Y antes de que Fadil respondiera, escuchó la voz de Omar. Fue como si le picara una avispa. Se dio media vuelta buscándolo con su mirada, soltándose del abrazo a su hermano de repente, y encontrando a su amigo más debajo de lo esperado, sentado en el suelo. Su cara, demudada por el miedo. 

-¿Enara? No.... no.... La pequeña no... ¡No puede ser tan cabrona! ¡Es una niña!-susurró apenas, llevada por la sorpresa de aquel descubrimiento.

Había escuchado la última frase de Omar, la única que había escuchado de su conversación, pero había sido suficiente para comprender a qué se debía la llamada. Miró a Estel que rápidamente se dirigía a él. Suiza. Enara. Negó con la cabeza, no podía ser posible. Se quedó clavada en el sitio por la sorpresa, no podía reaccionar a aquella noticia. Siempre había pensado a Enara aparte de todo aquello. Que tonta había sido. Era hija de una Elegida, como Omar. Como todos ellos. Y Umayma no iba a perdonarla.

Es solo una niña... Y nosotros no podemos... Suiza está demasiado lejos y ahora, aquí, no podemos hacer nada... no podemos....   Mamá.

Y no lo pensó más. Ahora sí, no había otra opción. Era la pequeña Enara. Y si había que movilizar a la realidad “actual”, tenían la llamada perfecta en curso si Estel no había colgado.

-Estel, ¿tienes a mi madre aún ahí?-dijo en voz alta, sin temor ya a hablar en alto. París y Suiza estaban a un tiro de piedra. 

Entonces escuchó a su lado la exclamación de Fadil. Se volvió a mirarlo, eso sonaba a más malas noticias, y no pudo evitar seguir su mirada asustada, que la llevó a mirar la pantalla en la que aparecían los nativos. No tardó en ver lo que él estaba viendo, lo que le había impresionado. Era Nefissa. Se quedó mirándola un instante, bloqueada por todo lo que estaba pasando a la vez alrededor de ella. Asustada igualmente por los largos tentáculos que Umayma parecía tener sobre todos ellos. Y entonces, la voz de Mike le llegó casi como si fuera un sueño. ¿Miami? Lo miró con ganas de pegarle una bofetada y hacerlo despertar de una vez por todas, en uno de los pocos arrebatos de aquel tipo que había tenido en su vida. Mike podía darse por satisfecho, acababa de conseguir sacar a Lottie de sus casillas. Se podía poner la medalla y lucirla con orgullo, solo había una más en el mundo y él tenía la segunda.

Pero entonces algo se encendió en la mente de Lottie. Parpadeó, sorprendida. Miró a Mike, giró para mirar la pantalla en la que veía a Nefissa y después se volvió hacia Omar.

-¡Mon Dieu! ¡Mon Dieu!-exclamó, dando literalmente un salto hacia delante y corriendo hacia una de las pantallas que estaba mostrando señal de estática-¿Puede ser posible que....?- Se puso delante de la pantalla que tenía más cerca y se concentró en un solo pensamiento, en una sola idea, con todas las fuerzas que tenía, con toda su energía. Sentía su corazón latir desbocado.

Enara. ¿Dónde está la pequeña Enara?  Le gritaba mentalmente a la pantalla. ¡Enciendete de una vez y enséñamela!  

Soltó la mayor palabrota que conocía en francés.

¡Ahora! ¡Máquina estúpida! ¡Ahora!

Estel apretó con más fuerza la mano de Omar. En su interior, la vorágine hacia la cual había despertado y la cual había reprimido, aquella misma vorágine de impotencia, ira y desasosiego de la guerra, comenzaba a tomar control de nuevo de su sangre y su espíritu. La presencia de Omar a su lado, sin embargo, la ancló al presente. Se necesitaba que ella mantuviera la calma. Una única mirada a Lottie bastó para silenciar el resto.

Respiró hondo, y abrió la conversación de nuevo, cuidando de no mostrar más que su propio rostro.

- Isabelle. Escúchame atentamente, por favor sin desesperar - dijo, con su voz analítica desprovista de toda otra emoción salvo una determinada firmeza. Una voz que parecía de su madre - Necesitamos que avises ahora mismo a Xabier y a Halima que Enara ha desaparecido de su internado en Suiza. No tengo tiempo de explicarlo, salvo por esto: Umayma ha vuelto - la mano de Estel tembló en la de Omar, pero no lo hizo ni su gesto ni su voz - Nosotros estamos bien. Enara es la prioridad ahora. Avísales inmediatamente, Isabelle.

Hizo un gesto claro de cortar la comunicación, claro para la francesa al otro lado, pero la dejó abierta sólo por unos segundos más. No esperaba que Isabelle hiciera otra cosa que cortar inmediatamente, pero no podía arriesgarse a que no fuera el caso.

La turbación estaba comenzando a hacer presa de todos y Nathan no era una excepción. Más aún, se encontraba como la proverbial Alicia cayendo por el agujero de la madriguera del conejo y haciéndose más grande y más pequeño a la vez. Como un malestar físico. Algo imposible de describir y, a la vez, tan real y palpable como la misma realidad elástica y distorsionada que le rodeaba. El no entender se convertía en un virus peligroso y lacerante que devoraba el alma a golpe de desazón. Nada había para agarrarse. Ningún atisbo de realidad, compasión o cordura. Los comunicadores se encendían y apagaban con arbitrio sumo y el bailarín no era capaz de controlar o alcanzar a comprender como se ramificaba todo aquello si las llamadas empezaban a volar y la histeria se apoderaba de los que allí se encontraban recluidos así como de sus familiares. 

- Papá... - la idea nació y murió en el mismo instante. Volaría desde Edmonton hasta El Cairo si fuese necesario pero llegaría tan absurdamente tarde que protegerlo de aquella irrealidad era lo más compasivo dadas las circunstancias. Si desde el exterior contactaban con él, al menos no habría sido responsabilidad suya. De algún modo, Nathan pensaba que avisando a su padre dejaría de sentirse digno heredero del mismo. Un signo de debilidad... de cobardía. De no estar a la altura que ellos mismos habían marcado con una hazaña completada veinte años atrás.

Mike tironeó de su camisa de falso lino para ponerlo delante de un televisor. Uno de los que estaban aparentemente sin señal pero Nat no prestaba atención al experimento. Tanto le daba si efectivamente Mike estaba en lo cierto y con aquellos aparatos podía verse... ¿el qué? ¿Qué esperaba demostrar? ¿La supuesta conexión con nuestros propios antepasados? ¿Realmente si Umayma supiera de aquella tecnología la pondría a la disposición de sus enemigos cautivos? ¿Para que descubrieran un modo de abrir aquella extraña jaula o de encontrar el punto flaco de la anciana?

Y mientras sucedían cosas. Cosas terribles. Suficientes como para que Omar resbalase hasta el suelo tras escuchar lo que fuera que había sido dicho en aquella llamada impertinente. Estel, a su vez, no pudo continuar con la mascarada ante la madre de Sean y Charlotte y, a su vez, ésta, parecía entender el lenguaje de silencios cargados de angustia que se estaba hablando entonces.

- ¿Enara...? - dijo Nat en voz queda - ¿Quién es Enara?

Su paciencia se agotó en aquel preciso instante.

- ¡¡¡Shh...!!! - como a un animal, un perro de caza o algo parecido, hizo callar a Mike que seguía con su parloteo sobre pantallas mágicas y documentales a la carta. Con Oliver, en ocasiones, usaba un tono similar. Él no solía molestarse ya que, por otro lado, no pocas eran las veces que usaba al canadiense de Pepito Grillo... tarea ardua y harto desagradecida. Pero no así Mike, con quién, por otro lado, no gozaba de la confianza suficiente. Y, sin embargo, si había de disculparse por algo tan poco considerado, Nat ya lo haría después. Ahora no era el momento de los modales. Era el momento en que lo terrible se convierte en horrible. La catarsis... como una tragedia clásica. - Mike, por favor... Omar está en el suelo.

Nathan avanzó un par de pasos y agarró a Lottie del brazo. Se la veía conmocionada y, aquella actitud de súplica a un monitor la hacían parecer poco menos que una loca desdichada. Y, sin embargo, cuando toda esperanza parece desvanecerse como el humo, la locura parece mutar en un lugar agradable.

La comunicación de Isabelle se cortó en una fracción de segundo. Antes sólo un "¿Enara?" Y un "¡Umayma!"

Y luego, silencio. La francesa, la Madre por excelencia, esa sí, se había puesto en marcha.

Enara...

Sean puso la mano en la espalda de su hermana y la acarició con cariño, tratando de dar consuelo. También lo haría con Omar, pero para el pelirrojo era más apropiado que esos ánimos viniesen de Estel: esos dos tienen una relación tan cercana que conectan como solo ellos dos saben hacerlo. Sería raro que lo intentase otra persona... al igual que para Sean se le hace raro que Nathan haga este acercamiento tan repentino a Lottie... pero no, no es momento de ponerse en plan "hermano pequeño sobreprotector". Lo dejó pasar.

Y es que había demasiados frentes abiertos. Nefissa acababa de demostrar que se podía viajar físicamente atrás en el tiempo. No solo eran imágenes captadas del pasado, de algún modo Nefissa había llegado allí. Y si Sean tenía razón, y la puerta por la que entraron seguía dando al laberinto, para llegar hasta Nefissa debían de hacerlo por otra ruta. Echó un vistazo a su alrededor, pero ni siquiera había una pared lisa que se pudiese deslizar a un lado para mostrar un pasadizo oculto.

Se centró en el suelo... se arrodilló, y examinó con cuidado el suelo, tratando de encontrar la forma de salir de aquella máquina del tiempo. Quizás una trampilla. Quizás la sala estaba diseñada de modo que los monitores mantenían la atención de la gente, y los mantenía en el centro de una plataforma que pivotaba sobre una superficie móvil. Como un freno, si se deslizaban todos juntos al mismo extremo de la habitación, el peso inclinaría el suelo presionando algún mecanismo en ese lado. Quizás... ¿un manual de instrucciones? Tallado en relieve a sus pies, de modo que no se notase por las suelas del calzado, o inscrito através de dibujos ya gastados que no se pueden contemplar salvo por minuciosa revisión.

Un breve gesto de asentimiento precedió que Estel bajara la muñeca del comunicador. Con la conversación claramente finalizada, miró por un instante a Omar, antes de volver la mirada hacia donde estaban Nathan, Sean y Charlotte. Quizás era inquietante ver lo que parecía una máscara analítica y distante en su rostro y su semblante, pero quienes la conocían sabían la forma en la cual Estel se veía cuando dejaba que su mente tomara el control de su cuerpo.

- Gracias, Nathan - dijo, con una sinceridad tan seria que podía ser difícil recibirla. Continuó hablando sin hacer ninguna pausa - Enara es la hermana pequeña de Omar.

No dijo otra cosa, pues no era necesario que lo hiciera para completar el cuadro. Sus propias palabras hacia Isabelle las habían escuchado todos, y no quería repetir lo que ya había salido una vez de sus labios, y varias veces de los de Omar. Miró un momento a Lottie, a ver cómo la francesa estaba sobrellevando las cosas, pero casi de inmediato su atención se posó en quien estaba a su lado. Los ojos de él brillaban con una pátina húmeda; los de ella, bajo la represión de su mente, se encontraban secos. Sin embargo, cuando sus miradas se cruzaron, guardaban la misma emoción e intensidad.

Guardó silencio, sin embargo. ¿Qué podía decir, que Omar ya no supiera que iba a ser dicho? Movió los brazos, encerrándolo entre ellos con fuerza, y descansó la cabeza contra la suya. Con su cuerpo, formó una barrera entre él y los demás, apartándolo por un instante de todos y de todo lo demás.