Partida Rol por web

Horus - II

Nat y Oliver

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09/06/2013, 18:44
Nathan Morrison

Cuando sonó el teléfono Nat no se sorprendió lo más mínimo. De hecho sabía a ciencia cierta que iba a sonar de un momento a otro cuando, efectivamente, acabó sonando. En la pantalla del terminal una foto de Oliver despejaba cualquier atisbo de duda inexistente. Nata alargó la mano y sostuvo el aparato por unos instantes antes de contestar.

- Hola... - se limitó a decir secamente.

Desde que el nombre de Oliver Booth había saltado a la palestra de la actualidad rockera Nat no le había perdido la pista. Parecía que finalmente todo se iba encaminando hacia el objetivo deseado. Nat se alegraba... ¡cómo no iba a alegrarse! Sin embargo un sentimiento encontrado aterrizaba en su corazón cada vez que el teléfono sonaba y era Oli el que hablaba desde el otro lado de la línea. Por esto Nat estaba escuchando aquel infame programa de radio que trataba de perpetuar un estilo de música... o más bien, de vida... completamente alejado de cualquier contacto con la realidad social del momento. Por supuesto, Nat estaba convencido del talento de Oliver como músico y como compositor. Lo había visto... lo había vivido en primera persona. Pero aquellas composiciones llenas de rabia y odio no hacían más que impedir que el verdadero genio creador que habitaba en oli diera lo mejor de sí mismo. La belleza siempre será la mayor de las potencias creadoras. Así pensaba Nat... sin más.

Nathan llegó al lugar dónde se había citado con Oli en menos de treinta minutos. Sólo había que tomar un par de metros y caminar un poco más. Treinta minutos eran suficientes. Se saludaron con verdadero cariño. Un abrazo. Hacía sol. No son muchos los días que Mueva York presenta un clima realmente amable y, sin embargo la ciudad en esos días es cuando muestra su verdadero color. Cómo si ésta estuviese pensada únicamente para los días de sol. Oli esperaba en un banco cercano a Central Park. Unos niños jugaban un poco más allá.

- ¿Cómo est...? - la pregunta murió en los labios de Nat pues la respuesta que requería aquella cuestión debía de ser larga y complicada. Esto provocó que rehiciera casi de manera automática la pregunta quedando en el aire un mucho más amable y sencillo de explicar... - ¿Quieres que vayamos a casa?

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10/06/2013, 13:13
Oliver Booth

El efecto de las drogas se había esfumado hacía rato y yo me había quedado planchado en aquel banco, viendo la vida pasar. Estaba tan distraido que perdí la noción del tiempo y para mi fue como si Nathan hubiera aparecido de repente frente a mi. En cuanto le vi me quedé con la boca abierta y miré casi instintivamente mi terminal para comprobar la hora, lástima que ese gordo cabrón y sus lacayos lo hubieran dejado inservible.

- ¡Nat! ¡Has venido! - me levanté como un rayo y le di un abrazo, me alegraba mucho de verle.- Que poco has tardado... bueno, en realidad no sé que hora es - le mostré mi terminal con la pantalla rota.- He tenido que llamarte desde una de esas antiguallas, me sorprende que aún existan.

El asunto de la radio se había zanjado con un ojo morado y un labio roto, me habían echado del estudio literalmente a patadas. A los chicos no les iba a gustar nada mi pifia, pero si no querían que eso ocurriera deberían haber mandado a otro, Rob lo habría hecho mucho mejor... aunque aquel idiota no habría recibido lo que se merecía.

- ¿A casa? ¿Ahora? Nahhh... - dije volviendo a sentarme.- Siéntate un ratito conmigo... esos chavales son la leche, todo el día corriendo de un lado para otro y no se cansan... ojalá pudiera yo decir lo mismo - me quedé un instante con la mirada fija en uno que corría muy rápido.- Nat, ¿Tú crees que yo algún día tendré un chaval como esos? Quiero decir... mentalmente sano y con una buena educación... a veces pienso que he tirado mi vida a la basura...

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12/06/2013, 13:54
Nathan Morrison

Nat no era tonto... ni Oliver tampoco. Pero ya que éste había dado un perfecto capotazo a la proposición, completamente honesta, de su ex-compañero de piso, no iba a ser éste quien insistiera con el tema. En lugar de aquello se dejó llevar a una conversación insustancial sobre un futuro poco probable. Quizá de esa manera consiguiera hacerle entrar en razón.

- No. Sinceramente no creo que suceda. - respondió Nat a la pregunta de su amigo casi de manera automática. - Es más... no creo ni siquiera que sea buena idea, dadas las circunstancias, que te plantees algo tan... trascendental como la paternidad. 

Se hizo un silencio incómodo. Para llevar varios meses sin verse Nat no le estaba dando cancha de ningún tipo. Habitualmente Oliver se ocupaba de desbarrar a gusto y Nat, simplemente le reía las gracias en mayor o menor medida, dependiendo del humor del momento. En un punto justamente anterior a que la cosa se saliese de madre, Nathan se plantaba y comenzaba a actuar "como un adulto". Expresión que, en los labios de Oli, sonaba como un insulto cargado de desprecio e incredulidad. Sin embargo, en cierto sentido, la relación que ambos compartían muchas veces recordaba a la que exhibían Joan Crawford y Bette Davis en ¿Qué fue de Baby Jane?

De cualquier modo Nat no estaba para reír gracias de ningún tipo en aquel momento. El proceso repetido hasta la saciedad todas y cada una de las veces que Oliver había echado mano de la ayuda del canadiense no se iba a repetir una vez más. Ni una sola vez. Tal vez... una más. La última.

Nathan, sin embargo, no estaba arrepentido en absoluto de haber acudido a la llamada. Oliver era su amigo... mucho más que eso y, precisamente, aún sabiendo lo que iba a pasar, lo que Oliver quería exactamente que pasase, no pretendía dejarlo en la estacada. De cualquier modo aquel era un día tan bueno como cualquier otro para hacer un ligero cambio de rumbo.

Probablemente la situación personal de Nathan en aquellos momentos pudo contribuir a un cambio de actitud pero, claro, aquella conversación no pasaba por hablar de él.

- Mira Oli... me has llamado porque necesitas ayuda. Y yo... yo no tengo ningún problema en ayudarte. Estoy encantado de hacerlo... ya lo sabes. Pero necesito que ésta vez me digas exactamente qué quieres de mí. Adivinarlo me ha costado bastante esfuerzo las últimas veces que nos hemos visto y, pienso, que iremos más rápidos si hablamos con calma.

La última vez. O...

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17/06/2013, 12:06
Oliver Booth

- Si... supongo que tienes razón... yo pienso lo mismo - respondí, sin dejar de mirar a los chicos del parque.

Qué razón tenía... seria tan irresponsable que yo tuviera un hijo que imagino que por esa misma razón ni siquiera me lo había planteado seriamente. Para eso primero debería ser capaz de construir una sólida relación de pareja, cosa que hasta el momento no se había dado. Aquello habría hecho polvo a cualquiera, pero no a mi, simplemente me encogí de hombros y seguí con la conversación.

- He venido a verte, Nat... - dije tratando de sonar convincente, pero parecía que no era el momento.- No cuela ¿verdad? - estaba claro que no.- Verás, necesito quedarme un par de días en tu casa, estoy sin blanca... aunque es sólo momentáneo, estoy pendiente de un par de cosas ¡Si me sale va a ser la leche! Pero es que necesitaba el dinero que me iban a pagar en la radio y... bueno, ya te puedes imaginar que no me han pagado, los chicos se van a enfadar conmigo... Tengo que resolver un par de asuntos por aquí... serán sólo un par de días... será como en los viejos tiempos ¿eh? ¿Qué me dices?

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19/06/2013, 16:56
Nathan Morrison

Nathan esbozó una sonrisa algo cansada. No lo iba a negar, le hacía ilusión tener de nuevo a Oli en casa. En cierta manera, cuidar de él era un modo de tenerlo cerca otra vez. Tal y como él lo había dicho... como en los viejos tiempos. Podrían pasar unos días estupendos. Se levantarían tarde, verían la tele juntos e incluso podrían salir a tomar una copa. Charlar... Oli era un fantástico conversador que, aunque se las daba de estrella rock descerebrada y límite tenía mucho más en su interior. Mucho que ofrecer y nadie a quien hacerlo. Probablemente éste fuese parte de su problema. 

Oliver se había construido en torno a sí una especie de mitología que encajaba como cada una de las piedras de un imponente castillo. Una verdad sustentaba la otra y éstas circundaban algo que se hallaba en su interior y que no muchos conocían. Nat no había conseguido desentrañar el laberinto... pero a lo largo de los años había aprendido a ver entre los resquicios de aquella fortaleza lo que se guardaba celosamente en su interior.

De haber sido su padre, cosa de la que Oli le acusaba con frecuencia, habría acordado con que el rock había malogrado a aquel tierno muchacho. No la música en sí... ni siquiera la estética o la vida artística en toda su decadencia. Pero sí la obediencia ciega a unos clichés absolutamente demodé en los tiempos que corrían.

El mundo se había vuelto complicado y, a la vez, de un simplismo lacerante. Todo lo que no encajase en el capitalismo más voraz no tenía cabida en aquella sociedad y un alma atormentada como la de Oli era una rara avis digna de un museo de historia. Exactamente eso; Oliver Booth no parecía haber nacido para vivir en aquellos años.

- Debes saber que tu cuarto ya no existe. Cuando se fue Sally del piso monté un estudio. Pero el sofá sigue disponible si te interesa. Me gustará mucho tenerte en casa Oli... en serio. Pero, honestamente preferiría que fuesen un par de meses y no un par de días. Creo que... bueno... no te ofendas pero creo que necesitas algo más de tiempo para... reconstruirte.

Aquella última palabra supuso un pequeño cisma. El canadiense no sabía como indicar a su amigo, de manera seria pero amistosa, que éste estaba entrando en una peligrosa barrena de la que difícilmente podría remontar si no ponía freno a tiempo. De cualquier manera Oliver no solía tomarse demasiado en serio los consejos de Nathan. Ni al propio Nathan tampoco... ni siquiera a sí mismo se solía tomar demasiado en serio.

- Tengo funciones toda la semana... menos el lunes. Sé que no lo harás pero... me haría ilusión que vinieras a verme al American Ballet. Y si no puedes quedarte en casa viendo la tele... ¡vamos! - concluyó mientras se levantaba de aquel banco casi de un salto. - Te daré una copia de la llave.

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22/06/2013, 18:34
Comunicador

El salto de Nathan al levantarse del banco coincidió casi exactamente con el zumbido ronco de su Comunicador. Estaba entrándole una llamada.

Miró la pantalla, pero no era nadie conocido. Y, de hecho, el que hacía la llamada lo hacía con el identificador oculto.

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24/06/2013, 16:40
Nathan Morrison

Nathan no se reconocía. Siempre que el cometa Oliver amenazaba la vida en el tranquilo planeta Nat éste se escondía bajo varias capas de superficie en pos de proteger lo más valioso. Sin embargo en aquella ocasión Nat, sin ser desagradable o excesivamente tajante, había conseguido la asertividad necesaria para decir lo que opinaba desde una perspectiva madura y diametralmente clara. Quizá la vida se había vuelto más seria de repente. Tal vez desde que Sally se marchó del apartamento, las horas de soledad habían hecho madurar aquella fruta jugosa que era el bailarín. Un cálido solo había hecho que algo hermoso floreciera en el corazón y la razón del muchacho canadiense.

Nathan levantó la mano a la vez que caminaba un par de pasos alejándose del banco en el que aún estaba sentado su amigo. Al fin y al cabo la naturaleza y privacidad de la llamada entrante era una incógnita y, sin bien no poseía demasiados secretos inconfesables, había "alguien" que Nat prefería que quedase fuera de la órbita gravitacional del magnético Oli.

El número era desconocido... oculto. Ummm... eso implicaba casi con toda seguridad que, al otro lado de la línea, habría una simpática operadora que tendría como objetivo vender algún servicio nuevo de comunicación con unas condiciones inmejorables a un grupo exclusivo de clientes muy selectos.

Nathan accionó la pantalla y respondió con voz cansada:

- ¿Sí...?

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24/06/2013, 17:05
Comunicador

La voz que respondió era femenina, sí, pero no le asaltó con las consabidas cantinelas comerciales. En vez e eso fue escueta, y... bueno, sorpresiva.

-¿Señor Nathan Morrison? Soy la secretaria personal de William Stevenson. Sé que tiene usted al lado al señor Oliver Booth. Y que el señor Booth ha... tenido un percance con su comunicador, por eso le estoy llamando a usted. El señor Stevenson desea hablar con el señor Booth, si es posible.

Lo dijo con la seguridad y soltura de quien sabe que no habrá ni un resquicio de duda acerca de lo que se está diciendo, y de a quién lo está diciendo. Y en nombre de quién.

Nat apenas tardó una fracción de segundo en relacionar el nombre con el personaje. ¡Oh, sí! Will Stevenson, un hombre multimillonario, un joven heredero que tras la muerte de su padre había multiplicado por mil la fortuna familiar como un moderno Rey Midas, seguro de sí mismo, portada de todas las publicaciones, desde las económicas hasta las del corazón, el soltero más codiciado, el magnate más inteligente.

¿Cómo había dado con su número, y había sabido que estaba junto a Oli, y sabido que a éste le habían destrozado su comunicador...? Y, mucho más más interesante aún, ¿para qué le llamaba...?

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24/06/2013, 17:35
Nathan Morrison

Nathan giró sobre sus talones y encaró a Oliver en el momento en que la interlocutora le mencionó. Aquello se pasaba del término inusual. La situación era de lo más marciana... tanto que en la mente del muchacho se perjeñaban un crisol de caminos que se abrían como un colorista abanico:

Bien podría hacerse el interesante y exigir que si William Stevenson quería hablar con Oliver que tendría que ser el mismo William quien lo solicitara y no escudarse tras una secretaria con una perfecta dicción y voz suave y asertiva. Otra opción sería hacer de filtro y proteger al amigo con una batería de preguntas; ¿por qué...? ¿cómo sabe que Oli y yo...? ¿qué es lo que...? ¿cuándo...? Y un largo etcétera que se expandiría hasta que la paciencia de la secretaria se estirase. E incluso habría una tercera opción...

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24/06/2013, 17:42
Nathan Morrison

Nathan giró sobre sus talones y encaró a Oliver en el momento en que la interlocutora le mencionó. Aquello se pasaba del término inusual. La situación era de lo más marciana... El joven se quitó el comunicador del brazo y se lo tendió a su amigo a la vez que se volvía a acercar a él con cara de extrema extrañeza.

- Es para ti...

Nathan no dio más explicaciones.

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25/06/2013, 09:19
Oliver Booth

Aún estaba pensando qué contestarle a Nat cuando fui, literalmente, salvado por la campana. No es que no quisiera quedarme, pero mi cabeza estaba trabajando a marchas forzadas para intentar dilucidar si tenía algo importante que hacer en las próximas semanas. La perspectiva de tragarme espectáculos de danza no me agradaba en absoluto, pero debía reconocer que las veces que había visto actuar a Nat había salido satisfecho. Es como una gota de esperanza en mitad de un mar de mediocridad y, tristemente, al igual que esa gota hipotética, solía pasar desapercibido entre el resto. Formaba también parte de su forma de ser, era un tipo discreto y sobrio, lo contrario a mi... demasiadas veces me pregunté qué hacíamos juntos o por qué éramos amigos, puede que mi profesora de física del instituto tuviera razón y realmente los polos opuestos se atraen de algún modo.

- ¿Qué? - pregunté con incredulidad.- ¿Para mi? ¡Joder! ¿Quién puede saber que estoy aquí?...

Motivado por las drogas seguramente, me quedé en silencio y miré hacia un lado y hacia otro. Vi a un tipo sospechoso pero luego me di cuenta de que sólo estaba jugando con su hijo... bueno, puede que ese niño no fuera su hijo y lo estuviera secuestrando... En realidad no había tiempo para teorías conspiratorias inducidas por el consumo de sustancias, de modo que dejé de lado esos pensamientos y cogí el comunicador que Nat me tendía.

- Ehmm... Estooo... ¿Si? ¿Quién es?

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25/06/2013, 10:13
Comunicador

Oliver contestó sin apartarse de Nathan, así que ambos pudieron escuchar la voz de mujer, bien modulada y expeditiva, que acababa de oír el bailarín. Repitiendo casi las mismas palabras que había dicho hacía unos segundos, ahora más brevemente.

-Señor Oliver Booth, soy la secretaria personal de William Stevenson. El señor Stevenson desea hablar con usted un momento, si es posible.

Al igual que le había ocurrido a Nat, Oli no tardó nada en relacionar ese nombre con su poseedor. ¡Desde luego! Will Stevenson, el multimillonario, el joven heredero que tras la muerte de su padre había multiplicado por mil la fortuna familiar como un moderno Rey Midas, seguro de sí mismo, portada de todas las publicaciones, desde las económicas hasta las del corazón, el soltero más codiciado, el magnate más inteligente... y poseedor, según le constaba a Oliver, de la discográfica más puntera y atrevida, la cazatalentos de apuestas más enormes. La discográfica por la que cualquier músico como él daría la cabeza por fichar, por grabar con su sello: "Transgression".

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25/06/2013, 15:25
Oliver Booth

Por un momento me quedé blanco, como cuando fumas demasiado y... eso, blanco. No sabía si interpretarlo como una buena señal o no, quizás no tuviera nada que ver con la música ni con el grupo, ni con aquella inocente escena que había protagonizado hacía un rato.

"¿Eres idiota o qué? Pues claro que tiene que ver con eso" - me dijo una voz en mi cabeza.

Claro que si de verdad era por eso sólo podía tratarse de algo bueno, no iban a llamarme sólo para echarme la bronca por lo que había hecho ¿no? Si estaban pensando en ofrecerme algo sencillamente habrían tirado la idea a la basura y a otra cosa. Pero no, me llamaban, bueno, en realidad llamaban a Nat, que por alguna razón misteriosa sabían que estaba con él, y quería hablar conmigo ¡Will Stevenson! ¡En persona!.

- Eh... Siiii... si, claro... claro que es posible, páseme con él si es tan amable - miré a Nat y me encogí de hombros.

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25/06/2013, 15:53
Nathan Morrison

Nat miraba a Oliver con los ojos como platos. Nervioso como si fuese a él que le estuviese llamando el mismísimo Mijail Baryshnikov. Atento a las palabras que la secretaria le daba como si de pronto pudiese llegar a oírse la propia voz del magnate Stevenson.

- A lo mejor quiere verte... en persona. - apuntó en un susurro casi incapaz de callar ante algo tan... "heavy".

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26/06/2013, 10:38
Comunicador

-Bien, un segundo por favor.

Un clic, una música de stand-by poco convencional que os hizo parpadear extrañados, y otro clic tras unos pocos compases.

Y una voz masculina, agradable y sin afectación en el tono.

-¿Oliver? ¿Oliver Booth, cierto? Soy Will, Will Stevenson. ¿No te habrá molestado que te contacte a través de tu amigo? lo intenté primero con tu comunicador, pero me dijeron que te lo averiaron. Dile a él que me disculpe, pero ¡quería hablar contigo! Ahora, en caliente, quiero decir. -El hombre hablaba de forma fluida, como si estuviera charlando con un amigo al que hace tiempo que no se ha visto, de modo cálido y cordial. Parecía tener una edad parecida a la de ellos, por el timbre, se ajustaba a lo que recordaban de él en los medios.- Te he oído, aún me estoy riendo. Hay que tener lo que hay que tener para expresarte así en la radio. No sé si ha sido premeditado, en cualquier caso ha sido rompedor. Y la gota que ha colmado mi vaso, me has hecho decidirme. Llevo ya un tiempo con una propuesta para con tu grupo rondando por mi cabeza, pero lo de hoy ha sido definitivo. Te quiero, os quiero, para Transgression. Os propongo lanzar un disco bajo mi patrocinio. Si os apetece, claro, no es una imposición, ¡jajaja!

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28/06/2013, 12:03
Oliver Booth

Me quedé con la boca abierta como un maldito subnormal. Miré a Nat, perplejo, después miré el comunicador, volví a mirar a Nat, y cuando me di cuenta de que estaba tardando demasiado en contestar volví a prestarle atención al comunicador.

- ¿Qué si me apetece? ¡Claro que me apetece! ¡Es mi puto sueño! - contesté dejándome llevar.- Aunque tendré que consultarlo con los chicos... ¿sabes? Acabas de salvarme el culo porque pensaba que iban a arrancarme las pelot... - me estaba tomando demasiadas confianzas.- Ejem... ahora mismo estoy en Nueva York, voy a quedarme un tiempo con un buen amigo - miré a Nat, le sonreí y le guiñé un ojo con complicidad.- dime qué tengo que hacer y lo haré... aún no me creo que esto me esté pasando a mi...

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03/07/2013, 18:44
Will Stevenson

-Pues yo ahora mismo estoy en Madagascar, ultimando un asunto. Y puesto que el piloto de mi jet, aunque lo intenta, aún no hace milagros, no podré estar ahí hasta... pasado mañana. Si te parece, habla con los demás, y ven a verme a mi sede de Manhattan entonces. Te estaré esperando, quiero que me cuentes algunas cosas, cara a ver cómo lanzamos la campaña. ¡Oh, y dile a tu amigo, Nathan, que por favor venga también, si quiere. Sé que es pedirle mucho, pero me encantaría disculparme con él en persona, por mi intromisión en su comunicador! ¡jajaja!

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03/07/2013, 18:56
Nathan Morrison

Nat casí se pone a pegar saltos de alegría. No sólo el ultramillonario, además de tío bueno del año en varias convocatorias consecutivas, Will Stevenson le llamaba a su comunicador personal sino que, además sabía su nombre y... ¡le invitaba a unirse a la juerga de la contratación de lo que sería el súper exitazo de Oli que lo lanzaría al lugar del firmamento al que pertenece.

El bailarín alzó los dos pulgares en señal de afirmación para que su amigo pudiera cerrar la fecha y la cita quedara en firme. Aquellas cosas pasaban una vez en la vida y, a pesar de todo, si alguien merecía una oportunidad como aquella era Oliver Booth. Qué demonios... ni siquiera una vez en la vida. A la mayoría de las personas no se les presentaba en toda su existencia una oportunidad de ese calibre y Oli, tal vez a causa de la estupefacción (o los estupefacientes), parecía mantener la calma como un verdadero profesional. Estaba contento pero no parecía la fan grupie quinceañera en la que, seguramente, Nat se estaba convirtiendo.

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05/07/2013, 09:37
Oliver Booth

"¡Ahí va! Madagascar... ¡Flipa!" - pensé imaginando algo así como un safari.

Nat estaba tan emocionado como yo, o incluso más, y es que era una noticia increíble. Sorprendentemente, a pesar de mis excentricidades, debo reconocer, y esto es algo que sabe cualquiera que me conoce bien, que soy capaz de mantener la compustura en momentos difíciles. Si... vale, lo reconozco también... puede que las drogas tengan algo que ver en eso... pero sólo un poco.

- Si, claro, hablaré con los chicos... pero te adelanto que estarán de acuerdo, hemos hablado muchas veces de lo flipante que sería grabar con Transgression - respondí entusiasmado.- Si... le diré a Nat que venga, estará encantado...Bien, nos vemos en dos días ¡Gracias por esta oprtunidad, no te arrepentirás!