Partida Rol por web

Horus - II

Nat y Oliver

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07/07/2013, 13:12
Will Stevenson

-¡De acuerdo entonces! Pasado mañana en el Stevenson Building. No os haré esperar. ¡Prometido!

Con un chasquido el comunicador dejó la pantalla en negro, y el audio se esfumó. No sería difícil encontrar el edificio, con toda seguridad sería uno de esos gigantes de acero y cristal de nueva hornada, los que habían proliferado con diseños redondeados y orgánicos desde que la arquitectura biónica había sustituído a la postvanguardista, transformando el panorama de Manhattan.

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08/07/2013, 09:20
Oliver Booth

Le devolví el comunicador a Nat y me quedé casi como si no hubiera pasado nada... casi. Por dos o tres veces abrí la boca intentando articular algo que no fuese un gruñido, pero no me salían las palabras.

- Errr... Has escuchado lo mismo que yo ¿verdad? - pregunté enarcando una ceja.- Jo-der... creo que necesito sentarme...

Volví a tomar posiciones en el banco donde había estado esperando a Nat antes, dejándome caer sobre el respaldo en una posición casi aleatoria. A medida que comenzaba a ser más consciente de la situación, una sonrisa se iba dibujando en mi cara hasta convertirse en una carcajada.

- ¿¡Te lo puedes crees!? Pensaba que me matarían después de lo que había hecho y... ¡Mira! ¡Will Stevenson! ¡En persona! Estoy hay que celebrarlo, Nat.

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09/07/2013, 11:07
Nathan Morrison

Nathan no lo pudo evitar y abrazó a su amigo presa de un momento de verdadero entusiasmo. La llamada no sólo había sido providencial sino que abría un sinfín de posibilidades a la carrera de Oliver. 

- Si... si, si... claro que hay que celebrarlo. Pero con calma, Oli. Que nos conocemos y además es prontísimo. Yo ni siquiera he comido... y esta tarde tengo función. Usted... señor super estrella... - comentó Nat con fingida sorna - ... será el próximo Axel Rose pero los artistas de "a pié" aún tenemos que salir al escenario cada noche para hacernos un hueco en ese cielo moteado de brillantes destellos. 

Nathan caminaba de un lado a otro absolutamente imposible de contener la excitación que corría por su cuerpo. De hecho, parecía que verdaderamente iba a ser Nat y no Oli quien iba a firmar un contrato millonario con uno de los promotores musicales más importantes del mundo. 

- Comamos... podemos ir a ponernos hasta arriba con un buen chuletón... o langosta. Yo que sé... creo que estoy divagando. ¿Cómo puedes estar tan calmado? Yo estoy absolutamente histérico y eso que esto no va para nada conmigo. Vaya, que me alegro muchísimo por ti. Eso lo sabes, Oliver. Pero, lo que quiero decir...

Nathan paró de hablar en seco y se rió por su propia verborrea. Necesitaba relajarse. La situación era cómica y la risa trajo per se la relajación. El joven bailarín se sentó en el banco junto a su amigo y le pasó un brazo por encima del hombro. Lo estrechó con fuerza... con calor. Y continuó hablando... ahora con otro tono.

- Enhorabuena, amigo. Estas ante algo importante. Algo crucial en tu vida. Pero necesito que me hagas un favor. Que te lo hagas a ti mismo... no lo destruyas.

Las palabras de Nathan sonaron como una acusación. Como un mal augurio. Pero la actitud de Oliver en situaciones precedentes daba a entender que aquel gran salto... aquella varita mágica que de pronto te cae encima y te toca por puro azar, podía convertirse una vez más en una verdadera pesadilla.

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12/07/2013, 11:50
Oliver Booth

Sufrí un repentino ataque de lucidez, seguramente desencadenado por el paternalismo de Nat, que me hizo poner los pies sobre la tierra por un momento.

- Bueno... quizás sea demasiado pronto para decir eso - "El próximo Axel Rose...".- Este mundillo es un tanto extraño, a veces las cosas no salen o, simplemente, salen proyectos mejores o que reportan más beneficios... Por desgracia, somos esclavos de las productoras y no estoy seguro de cual es mi límite, no sé si permitiría que cambiasen mi música ¿me entiendes? - Will Stevenson no era el típico productor discográfico, cierto, pero aún así había que presuponer que su objetivo era forrarse, y para eso nosotros teníamos que triunfar a toda costa.- Tampoco quiero joder este momento... ¿Sabes? Tienes razón, tendré cuidado, esta vez no la voy a joder, saldrá algo bueno de esto, ya lo verás...

Pero en realidad yo no estaba del todo convencido. No sé si era paranoia o sentido común pero hasta no comenzara a ver resultados no iba a confiarme, no esta vez. Las cartas estaban sobre la mesa, sólo había que jugarlas correctamente.

- Bien, pues tú eres el anfitrión ¿A dónde vas a llevarme? - sonreí, me dejaría llevar por la euforia.

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23/07/2013, 10:49
Nathan Morrison

Nat sonrió paternalmente. Ahora, en base a los comentarios que Oliver dejaba caer y que no mostraban sino su estado real de nerviosismo, de duda, de suma expectación, se podía ver que el joven rockero no era un cliché más. No era un prototipo de niñato harto de la vida que adopta el rock como forma de expresión por no tener otra vía más adecuada. Oliver Booth era único y Nathan lo sabía desde hacía muchos años. Probablemente él fuera de hecho el primero en percibirlo... siempre lo supo... incluso de algún modo puede que incluso antes y más claramente que el propio Booth.

- No eres un cliché. No eres una cara bonita a la que explotar. Si ese tipo te llama es porque te quiere a ti. ¿Entiendes? Sería ridículo pensar en un cantante de laboratorio a partir de un tipo que la lía parda en una entrevista por la radio. Ese tipo de artistas, por llamarles algo, tienen que resultar a la fuerza altamente maleables... manipulables. Y ese no eres tú. Y estoy seguro de que el señor Will Stevenson lo sabe.

El joven bailarín se acercó de nuevo a su amigo y le puso la mano en la nuca en gesto amistoso. En cierta manera, por mucho que Oli quisiese vender esa imagen de loco despreocupado y kamikaze, no era más que un joven con sueños y aspiraciones como cualquier otro... con dudas, con ansias de éxito... con un corazón que, seguro, estaba latiendo con fuerza agitado en aquel momento.

- Ahora es pronto... pero podemos ir a cenar a algún sitio bueno. Puedes venir a recogerme al teatro cuando termine la función de ésta tarde y mientras... mientras... mientras es imperativo que vayamos a casa y que te des una ducha y te cambies de ropa. - apostilló con un teatral gesto de asco mientras meneaba la mano que había puesto en la nuca de su amigo. - Casi se me queda pegada la mano y me la tienen que amputar. ¿Tienes algo de ropa con la que cambiarte? ¿Has traído equipaje?

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29/07/2013, 10:48
Oliver Booth

- Si, tienes razón, apesto - dije dándome cuenta por primera vez.- La verdad es que no recuerdo si traía una mochila conmigo, no pensaba quedarme... pero es igual, si la traía esos cabrones de la radio la habrán tirado a la basura - "Nota mental: deja las drogas tío, te joden el cerebro".- Si me prestas unos pavos para comprarme un nuevo comunicador podré acceder a mi cuenta de ahorros... si es que puede llamarse así - solté una carcajada, tendría suerte si aún quedaba algo de dinero en esa cuenta.- Con eso te devolveré lo que me prestes y luego iré a comprarme algo de ropa mientras tu estás en el teatro... Bueno ¡Qué demonios! Seguro que tienes entradas ¿no? Hace mucho que no te veo bailar.

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19/08/2013, 13:11
Nathan Morrison

- ¿Mucho...? ¿Eso que es... un eufemismo...? No recuerdo que hayas sido capaz de tragarte un ballet entero ni en vídeo. Anda... se te valora el esfuerzo pero olvídate. Vete de compras... necesitarás ropa además de otro comunicador. Incluso sugeriría un ligero corte de pelo aparte de la ducha. Parece que acabes de salir de una pensión de carretera en la ruta 66. Ya me devolverás el dinero cuando puedas... por eso no te preocupes.

Nat sacó las llaves de su casa y se las tendió a su amigo. Sabía que, a pesar de ser un poco desastre el tema económico era realmente sagrado para Oli. Mucho le había costado ganarse la independencia económica que su padre le impuso y volver a depender de alguien en ese aspecto no era en absoluto de su agrado. Es más, Nat sabía que Oli no le pediría dinero a cualquiera. Era realmente orgulloso.

- Ten... ponte cómodo y ven a recogerme al teatro a las nueve y media. Guapo, limpio y perfumado... las anoréxicas del cuerpo de baile se morirán de envidia cuando te vean aparecer por allí. Y si te portas bien, te daré el teléfono de alguna.

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30/08/2013, 11:53
Oliver Booth

La respuesta de Nat me hizo sonreir, era cierto que nunca había ido a verle bailar digamos oficialmente, y eso que había participado en más de una obra de reconocido renombre. El mundo de la danza también estaba corrupto y podrido, como la música, el arte apestaba por la cantidad de chupópteros y gentuza que estaba dentro sangrando a los artistas y desaprovechando su talento. A Nat siempre le ocurría lo mismo, entusiasmo y esfuerzo antes de la prueba, aceptación de un papel mediocre y, por último, más esfuerzo en brillar a pesar de estar en un segundo plano. Un talento desaprovechado en favor de algún ricachón con influencia o alguna frágil belleza destinada a convertirse en un juguete roto. Sin embargo, si que le había visto ensayar millones de veces y, en cierto modo, lo echaba de menos.

- ¡Oh, no! Gracias, pero no me va ese tipo de autodestrucción - dije en respuesta a la oferta de números de teléfono.- Soy más de bellezas salvajes ¿sabes? - recogí las llaves y las guardé en el bolsillo.- Está bien, pondré un poco de orden en mi vida y después iré a recogerte ¿de acuerdo

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03/09/2013, 13:26
Nathan Morrison

Nat se rió del comentario de su amigo acerca de las "bellezas salvajes".

- Si vieras como se putean las unas a las otras en los vestuarios ibas a saber lo salvajes que pueden llegar a ser. - apostilló con sorna. - Te espero a las nueve en la salida de artistas del Teatro David H. Koch, en el 20 del Lincoln Center Plaza... no llegues tarde o no podré presumir.

Nat comenzó a alejarse en dirección a la boca de metro. Sin poder evitarlo llevaba una ancha sonrisa en los labios. Estaba encantado de haberse reencontrado con su amigo. Muchas veces se había prometido que iba a dejar de pensar en él de "cierta manera" pero el carisma de Oliver era realmente difícil de ignorar y ahora que las cosas parecían estar a punto de irle realmente bien quizá pudiese encarrilar su vida hacia la estabilidad y el equilibrio... y no hacia la autodestrucción que le había guiado en tantas ocasiones anteriores. Eso le bastaría a Nat.

En apenas un par de horas tenía que comer algo ligero y presentarse en el teatro para los calentamientos previos y demás preparativos. Pero el tiempo estaba destinado a pasar lentamente hasta volver a reencontrarse con Oliver y, más aún, asistir a la reunión con aquel misterioso multimillonario promotor.

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23/09/2013, 13:50
Nathan Morrison

Al día siguiente Nat preparó café y tostadas. Oli aún roncaba en el sofá de su apartamento, el que otrora fuera también el hogar del músico, mientras el bailarín untaba de mantequilla algunos trozos de pan de molde. La noche anterior lo habían pasado bien... una buena cena, algunas copas, risas, complicidad, recuerdos. Cuando Oli estaba a buenas no había nadie más que pudiera hacerle sombra. En cambio, la época en la que Oliver se había convertido precisamente en eso, en una sombra de lo que fue, Nat sentía que tanta oscuridad podría haberle engullido. Sintió miedo y por eso se alejó de él... se apartó del abismo. Y al final Oli cayó sólo.

Pero aquella época ya había pasado y, aunque el mejor amigo y confidente del bailarín aún no parecía estar del todo centrado, si tenía ciertas perspectivas de encarrilar su vida y llevarla por el camino de la prosperidad. Nathan ya lo había conseguido. Aún existían ciertos retos... ciertos puntos oscuros que seguían sin estar iluminados pero, en definitiva, el sentido de la vida según Nathan no era otra cosa que andar el camino que se nos presenta y tomar las decisiones apropiadas en cada encrucijada. El éxito profesional, el sentimental, el social... aquello no eran sino escollos que podían llegar o no. O lo que quizá era aún más perturbador... que podían llegar en grado sutil. Así pensaba Nathan por aquellos entonces y, aunque su vida estaba llamada a cambiar esa aséptica forma de filosofía práctica, en aquel momento entendía que el concepto de felicidad no estaba exento de cierta gradación... así como el de éxito, amor o entrega.

Con la taza humeante en las manos se sentó frente a su portátil en la mesa de despacho que había comprado para lo que en su día fue el dormitorio de Oliver y dio un mordisco a la tostada mientras se iniciaba el sistema. Encender el terminal era la mayoría de las veces un acto más automático que premeditado. En realidad no había ninguna consulta que desease hacer y tareas tales como comprobar el correo, revisar las facturas o buscar cursos especializados de danza que se fuera a impartir pronto en la ciudad no eran aptas para aquel momento. Y aún así se sentó frente a la pantalla y casi sin pensarlo tecleó en la casilla de búsqueda global...

Will Stevenson negocios...

La búsqueda no tardó en devolver algunos datos interesantes.

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24/09/2013, 12:18
Udjat

La búsqueda del magnate le llevó un buen rato. No porque no encontrara nada, o fuera difícil hacerlo, sino al contrario. Un aluvión de entradas inundaron su pantalla, y seguirlas fue entretenido.

Al parecer Will era un hombre popular, aunque no proclive a dejarse ver en los medios. Porque era fiero de su intimidad, eso estaba claro.

Empresario brillante, no parecía que tuviera enemigos en ese sector, aunque sí competidores y detractores. Gustaba de gastarse fortunas en aquello que deseaba, o en aquellos proyectos en los que creía. Ecologista activo, patrocinaba incluso aquellos que parecían descabellados. Por ejemplo, el Stevenson Building era un antiguo sueño arquitectónico de Callebaut que no fraguó, el Dragonfly, y que él financió e hizo suyo. No lo había dedicado por entero a una granja ecológica, como había estado diseñado, pero sí en parte.

Como ése, otros edificios, fincas o incluso antiguos palacios en Europa, habían sido rescatados del olvido o la degradación. Y reconvertidos en Hoteles o resorts, cierto, según muchos le criticaban. Pero salvados al fin y al cabo.

Bon vivant, amante de lo bueno. Buena cocina, buena música, buenos trajes, buenos coches... para muchos un derrochador díscolo e insustancial. Pero sus amigos, que al parecer eran pocos y discretos, decían de él que era un hombre ejemplar. No solía conceder entrevistas, y si salía en revistas o en la televisión, siempre era "cazado" por paparazzi durante algún concierto, un acto benéfico o alguno de sus incontables viajes a lo largo y ancho del mundo, que recorría con avidez.

Transgression era otro símbolo de sí mismo, de su modo de ser. Inquieto, avanzado, un punto más allá. Sin perder el respeto, sí cuestionando, sí denunciando. Buscaba a los mejores, desde luego, pero siempre dentro de esa línea inconformista, insatisfecha con lo establecido, lo convencional. La ruptura, el avance, la novedad audaz, creadora.

Oli encajaría como un guante en esa filosofía.

Otra cosa era el bufete, el Stevenson, Harunn & Sorensen. Era una iniciativa de su padre, no suya, y él lo había dejado evolucionar en el estilo que su padre habría querido. Más tradicionalista, mantenía su progresión y su éxito, aunque él era un socio más. No participaba como abogado, había dejado eso para los otros dos socios, un egipcio y un sueco, pero sí que lo seguía de cerca y las decisiones eran a tres bandas, por igual.

Al margen del trabajo su vida amorosa parecía muy privada. Acudía a fiestas y eventos sólo, aunque nunca salía así. Las mujeres acudían a él como polillas a la luz, y también los hombres. Posiblemente bisexual, aunque nunca hacía declaraciones al respecto. No se le conocían escándalos, aventuras "sonadas", ni siquiera romances. Lo que sí se sabía es que durante su adolescencia había tenido una relación con una compañera de instituto, cuyo nombre no se dejó traslucir al ser menor, que había fallecido tras una penosa leucemia que no se consiguió remitir. Y desde entonces se había encerrado en sí mismo en ese aspecto.

Altruista, desde entonces dedicó esfuerzos y dinero a la investigación médica y científica. Además de la informática, área en la que ha contribuido a hacerla avanzar mucho más de lo que se esperaría por su natural tendencia. Y de sus bienes saben no poco muchas ONGs, de todo tipo.

Un hombre sorprendente, para ser tan relativamente desconocido, y con sólo 32 años.

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26/09/2013, 13:42
Oliver Booth

Había dormido cómo... bueno ¡Cómo nunca! Supongo que tenía que ver con que no me había colocado hasta perder el conocimiento. Por primera vez en mucho tiempo (muchísimo tiempo, de hecho) me sentía como una persona común y corriente y no como un colgado que se creía capaz de todo, y francamente, era una sensación agradable. Nada de arcadas ni dolores de cabeza.

" ¡Wow! Tengo que hacer esto más a menudo " - pensé al mirarme al espejo mientras me tocaba la cara.

Mientras yo admiraba mi recién recobrada humanidad, Nat tecleaba en silencio en su portátil, seguramente ajeno a mis hallazgos. Después de lavarme la cara fui al salón para tomarme una taza de café con mi amigo mientras charlábamos un poco, como en los viejos tiempos.

- Hacía siglos que no dormía tan bien... me siento como si hubiera viajado en el tiempo o algo así - Nat seguía pendiente del ordenador.- Si que estás concentrado... ¿Qué haces?

Tampoco es que esperase mucho a que me contestara, simplemente me senté a su lado empujando su culo para hacer sitio al mio, y miré con curiosidad la pantalla para ver si entendía algo de lo que estaba haciendo. Yo siempre hacía ese tipo de cosas, como cuando estás leyendo un libro en el metro y el tipo de al lado parece que lee tu libro por encima de tu hombro, sólo que a Nat no le gustaba que yo hiciera eso.

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29/09/2013, 21:12
Nathan Morrison

Nat cerró el portatil y dedicó una mirada hostil a su amigo.

- Nada en realidad... un poco de porno gay. Ya sabes, tíos comiendo los rabos de otros tíos... - contestó con intención de escandalizar a Oliver. - Ya que tú preferiste el sofá a mi cama me tendré que aliviar con algo, ¿no crees? - rió con ganas mientras intentaba hacer cosquillas al contrario.

Si le hubieran preguntado a Oliver... de hecho si le hubieran preguntado a cualquier persona que conociera mínimamente a Nathan, habrían dado por seguro que él no era del tipo de personas que solía gastar aquel tipo de bromas pero la presencia de Oli allí le removía hasta los cimientos. Oliver siempre sacaba cosas de él que ni siquiera él esperaba. Su yo más gamberro, más contestatario y más predispuesto a saltarse las reglas y consumir la vida a cada momento era la parte de Nathan que permanecía durmiendo mientras la racional y emocionalmente ordenada conducía sus pasos y tomaba sus decisiones. Oliver era la poción que sacaba a un tímido Hyde del cuerpo de un Jekyll más "sosainas" de lo normal.

- En realidad buscaba trapos sucios de tu benefactor pero, no te lo vas a creer, he visitado la url trapossuciosdewilliamanderson.com y resulta que la página no existe. ¿Será una confabulación? - comentó con fingida suspicacia por su chiste absurdo y sin sentido. - ¿Se te ha quedado frío el café...? Me alegro que hayas dormido bien. Me alegro mucho de que estés aquí, Oli. En serio.

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04/10/2013, 10:18
Oliver Booth

Me reí a carcajadas cuando dijo aquello del porno gay, aunque alguna vez cuando vivíamos juntos había pensado acerca de ese tema. Mi hipótesis, que nunca ha llegado a ser contrastada, era que si yo veía porno, mi compañero Nat tenía que hacerlo también, ya fuera gay o no. Nunca le había preguntado expresamente, pero es de esas cosas que no hace falta preguntar, es una cosa propia del sexo masculino al menos.

- Deja mi culo en paz, amigo, es virgen y quiere seguir siéndolo - dije continuando con la broma.- O sea que andas buscando trapos sucios... eres peor que esas marujas que salen en los programas de la tarde... Lo cierto es que dudo que encuentres nada demasiado escandaloso, al fin y al cabo este tío tiene tanta pasta que puede eliminar del mapa cualquier suceso turbio que le implique, y a todos los implicados también, claro...

Me imaginé a Will Stevenson dándole un fajo de billetes a otro tipo trajeado y con gafas de sol en la intimidad de una pizzería italiana... "Que parezca un accidente..." dice Will, y el tipo asiente y coge el dinero, paga la cuenta, deja una buena propina y se va.

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15/10/2013, 13:02
Udjat

Los dos amigos disfrutaron, cada uno a su modo, del extraño hado que les había reunido de nuevo después de haber distanciado sus andaduras. Ahora ambos, en el piso de Nat, compartieron anécdotas y cervezas, risas y chanzas. Y esperanzas. Porque parecía que la trastada de Oli en la radio había, inexplicablemente, abierto una puerta de futuro que pintaba extraordinariamente bien. Y que, además, Nat estaba en cierto modo invitado a traspasarla junto a él.

Las horas pasaron veloces, y sin casi haber podido ni darse cuenta llegó el día de la entrevista. Ambos cayeron en la cuenta de que con los nervios no habían quedado a ninguna hora en concreto, de modo que en principio, podían acudir a la que quisieran... o deberían llamar antes para concertarla.

Pero no fue necesario. Un mensaje apareció en el comunicador de Nat, convocándoles, si no les iba mal, a las 11:45 de la mañana, en el Stevenson Building de Manhattan. Debían dar su nombre en recepción. Y adjuntaban un número de contacto a nombre de Yasmin, secretaria personal de William Stevenson, por si debían cambiar la hora o el día, u ocurría cualquier incidencia.

El Stevenson Building resultó ser, como Nat ya sabía, el imponente Dragonfly, uno de los más emblemáticos proyectos del estilo arquitectónico biónico. Entrar en él fue toda una experiencia, y pasaron algunos minutos de admiración y desconcierto antes de localizar la enorme área de recepción, donde una docena de personas atendían a aquellos que se acercaban por cualquier motivo.

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16/10/2013, 12:24
Oliver Booth

Me pase lo que me parecieron horas mirando por la barandilla de aquella especie de plataforma en la que se encontraba el mostrador de recepción. Para un tipo como yo, que en muchos aspectos vivía aún anclado en el pasado (y a veces en un pasado realmente remoto), aquello era como ver el futuro que imaginaban los cineastas en aquellas películas de los años 70, con todas aquellas personas vestidas de blanco, con la cabeza afeitada y que evitan tocarse por miedo a contraer alguna enfermad extraña.

" Si supieran cuán equivocados estaban..." - pensé inveitablemente.

El jardín que habían montado en el interior del edificio desafiaba toda ley arquitectónica que yo conociese... bueno, en realidad no estaba muy informado acerca de la corriente bioarquitectónica, pero era fascinante de todos modos.

- ¡Wow! ¡Mira eso, Nat! - dije señalando algo que nadaba en un estanque.- ¿Crees que todo esto será de verdad? A lo mejor sólo son hologramas o cosas virtuales - miré con más atención la figura hasta que desapareció.- La verdad es que no sería capaz de distinguirlo... Nat ¿Has visto todo esto? ¡Es alucinante! Aunque... bueno... no sé qué tiene que ver todo esto conmigo... no me siento encajar en esto...

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20/10/2013, 17:49
Azafata

El estanque resultó ser auténtico, así como lo que fuera que había saltado. El Stevenson Building era distinto a lo que debería haber sido si se hubiera construído como fue proyectado, a principios del siglo XXI, puesto que debería haber sido una granja urbana, pero aún así conservaba una gran fuerza de su sentido ecológico inicial.

En Recepción, cuando se acercaron, una joven asiática les sonrió, y antes de que pudieran preguntar nada, se levantó de su sitio y se dirigió a ellos con dos plaquitas identificadoras colgando de sendos prendedores.

-Señor Booth, señor Morrison. Les están esperando arriba. Yo misma les acompañaré, síganme por favor. Aquí tienen sus acreditaciones, pónganselas si son tan amables...

La siguieron hasta unos acristalados ascensores, y ella les guió hasta uno algo separado, que, según les explicó, iba directo a la última planta, la zona del despacho del Sr. Stevenson. Subió como una bala por entre el entramado de cristal y verde, con el cielo a sus espaldas, y New York a sus pies.

Cuando llegaron la puerta se abrió a una cómoda sala de espera, apenas dos o tres personas en ella.

-La Srta. Yasmin está avisada de que han llegado. Si son tan amables de esperarla aquí, ella les llevará con el señor Stevenson. Buenos días, y hasta luego.

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22/10/2013, 18:07
Nathan Morrison

Aquel edificio era como vivir en un futuro lejano y mejor. Nada que ver con esas ilusiones distópicas que el cine había regalado a la humanidad sobretodo en los años que rodearon el cambio de milenio. ¿Acaso sucedió como en la edad media y la gente realmente se pensaba que el efecto dos mil iba a acabar con la existencia de vida en el planeta? De cualquier modo la construcción en la que Nat y Oli se habían metido no recordaba para nada a todo aquello. El edificio era espectacular. La vegetación hacía el interior fresco y agradable sin que existiera ese clima antinatural proporcionado por las maquinarias industriales de control de temperatura. La luz entraba por todas partes y los grandes ventanales deban la sensación realmente de no estar dentro de un lugar... sino fuera. Fue como salir a un edificio. Una sensación extraña y sin precendentes.

- Esto es...

El calificativo murió en los labios del bailarín antes de ser pronunciado. De hecho no había palabra para describirlo y cualquier adjetivo por mucha referenci que hiciese a la hipérbole que suponía un lugar como aquel, simplemente no le hacía justicia. Y las sorpresas no habían hecho más que comenzar.

La azafata les reconoció al instante. ¿Cómo podían...? ¿Es que se habían dedicado a buscar por internet a aquellos dos pelagatos para saber cómo eran y darles una bienvenida de reyes? Qué demonios... si lo habían hecho así lo habían hecho absolutamente genial. De cualquier modo el ascensor ofreció una nueva perspectiva de aquel mundo envuelto en cristal y materiales respetuosos con el medio ambiente. Desde arriba se podía ver como si aquel gigantesco vestíbulo fuese un pedazo de selva... vivo y complejo en sí mismo. Y cada planta era aún mejor. 

Allí dónde habían "aterrizado" era también un voluptuoso vergel. El diseño, las lineas limpias y puras y las formas que la naturaleza dibujaba sobre estas hacían que uno pareciese estar viviendo dentro de un sueño extraño del que, probablemente, era mejor no despertarse.

- Jo, Oli... no sé tu pero yo creo que no vamos bien vestidos para hablar con este tío. - rubricó tratando de mutar la sorpresa con el humor.

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22/10/2013, 18:25
Udjat

Era extraño. Y algo embarazoso. Porque a su alrededor, nadie parecía compartir esa sensación de estar fuera de lugar, de irrealidad. Y, sin embargo, así era.

La sonrisa y la belleza de la azafata que les había acompañado, casi robótica. La limpieza, el orden, la perfección.

Era como andar dentro de un escenario, de visita, y en el que los actores están perfectamente integrados y asumiendo su papel. Y tú, tú estás al margen, sintiéndote un estorbo...