Partida Rol por web

Horus - II

París: "Arrivées" (Cap. II)

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30/03/2015, 22:22
Melyssa Yaddow

- Sí, sí… Estoy bien… Ahora salgo… Eso fue lo que dijo Mel antes de tardar otros dos minutos más en abrir la puerta del baño. ¿Qué había pasado hasta entonces? Eso tiene fácil explicación si juntamos una americana en un baño francés y con ropa repartida en dos maletas, una de ellas gigante. Todo empezó con querer cambiarse de camiseta…

Como había planeado, entró en el baño, cerró la puerta, se quitó la ropa, cogió las toallitas húmedas que tenía en el bolso y empezó a limpiar su cuerpo cachito a cachito. Lo que no tuvo en cuenta, con las prisas, es que se equivocó y en vez de las que eran para piel sensible, cogió las antibacterianas. No pasaría nada si cuando las compró hubiera encontrado las que usaba siempre, pero esa vez se había agotado. Así que no tuvo más remedio que poner en el carro de la compra las siguientes en tener un noventa y nueve por ciento de efectividad y que tenían un componente que le daba alergia. Pero no pensaba usarlas para otra cosa que no era limpiar una mesa en un restaurante o la manilla de la puerta del hotel. Lo normal y que requería poco contacto con la piel. Luego se iba a lavar las manos y asunto arreglado.

Para cuando acabó y estaba lista para ponerse la ropa limpia, vio como pequeñas manchas rojas empezaban a salir por todo su cuerpo. ¡No pasa nada! se dijo la muy ilusa, sé cómo salir de esta, solo me hace falta poner sobre la piel algo que anule el efecto de las toallitas. Mientras pensaba en que podía ser y si lo tenía a mano, todos los productos conocidos pasaron por su mente como una lluvia, pero en vez de gotas eran nombres. Empezó a andar de un lugar a otro, o más bien girarse a la izquierda y a la derecha porque el baño no daba más de sí, y de repente paró en seco. ¡Ya lo tenía! ¡La espuma de afeitar que le regaló a su hermano! Se puso la camiseta encima, cogió la ropa y tiro las toallitas a la basura. Estaba teniendo una emergencia, pero ante todo seguía siendo una persona ordenada. Abrió la puerta y salió corriendo hacia el salón donde estaba la maleta de Mike. Encontrado el producto, volvió al baño, se echó espuma por todo el cuerpo y luego empezó a aclararse poco a poco. Crisis número uno, resuelta.

El baño estaba hecho un asco, literalmente, y además olía a… hombre. Definitivamente a su hermano poco le importaba lo que usaba para afeitarse, pero ella tuvo cuidado en comprarle un producto totalmente natural y se aseguró de que lo iba a llevar en el viaje. Empezó a secarse el cuerpo y el suelo con papel higiénico, pero un rollo no dio para mucho. Al final tuvo que usar la camiseta que había llevado en el avión para dejarlo todo seco. Crisis número dos, resuelta.

Antes de ponerse la ropa limpia, necesitaba quitarse ese olor e hidratar su cuerpo. Esta vez miró dos veces antes de empezar a aplicarse la crema. El suave aroma a flores de cerezo se impregnó en su piel junto con la loción y ya podía acabar con la “operación camiseta” y volver a disfrutar de la compañía de sus anfitriones, salvo por un pequeño detalle… Solo se cogió una camiseta y ahora no se sentía cómoda si no cambiaba también la ropa íntima.

Abrió la puerta y miró a todas partes, al parecer los demás seguían por otras partes de la casa, así que ella podía ir a buscar sus cosas sin problemas. Se fue directamente a la maleta grande y se agachó quedando completamente oculta detrás de ella. Aunque puso la ropa en orden, en una situación de estrés como aquella, eso parecía un laberinto sin fin. Era peor que buscar algo en las rebajas. No se podía rendir sin haber conseguido su último propósito y la insistencia dio sus frutos. Era tiempo de acabar con aquello de una vez. Levantó la cabeza por encima de la maleta y se aseguró de que no había nadie y enseguida volvió al baño. Se paró en seco antes de cerrar la puerta al ver un smiley dibujado en el espejo. Después de lo que le había pasado en el aeropuerto eso no podía ser coincidencia. ¿Debería ponerse a investigar aquello? No seria mala idea sacar las huellas del espejo… Y justo en ese momento llamaron a la puerta dándole un susto de muerte. Se cambió lo más rápido posible la ropa íntima y abrió la puerta del baño sonriendo como siempre.

- ¿Salimos ya? Tengo unas ganas locas de ver París… ¿Qué habéis hablado mientras estuve en el baño? Seguro que Mike se puso a contar anécdotas de cuando éramos pequeños, siempre hace lo mismo… Mientras hablaba cerraba la cremallera de uno de los apartados de su bolso donde había metido las pequeñas prendas de ropa que se había quitado. No se sentía cómoda llevando eso consigo, pero le parecía raro volver al salón para dejarlo en la maleta. Además ¿qué podía pasar...?

Crisis resuelta. Nota mental "no volver a comprar productos que dan alergia, JAMAS".

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31/03/2015, 23:50
Charlotte Dunne

-Eso es lo mejor, que sin saber cómo lo haces te salen estupendas. Quiero todas las que hagas en Egipto, que conste –le dijo a Mike hincando levemente su dedo índice en el pecho del muchacho, una “amenaza” parisina en toda regla- Y estoy segura de que a tu padre le encantará verlas aunque no lo aparente. Sea lo que sea lo que les pasó, los unió. No se conocían de nada con anterioridad, cada uno es de un país diferente pero, aún así siguieron en contacto durante mucho tiempo. Pero quieras que no, la distancia es la distancia y la vida de cada uno sigue…y cuesta mucho conservar el contacto. Nuestros padres no han perdido el contacto por ejemplo con los padres de Estel ni con los de Omar, los cuatro también estuvieron allí y formaron parte de aquella Llamada. Pero bien es cierto que, geográficamente, pueden ser los seis que se quedaron más cerca, “entre comillas”. Y por cierto, te guste o no, sí, tu también llorabas a la par que tu hermana…. –Lottie se intentó aguantar la risa, pero costaba, ya que intuía que a Mike no le había hecho gracia que le dijeran que el de bebé, también lloraba-…me acuerdo perfectamente de aquellos dos bebes iguales, llorando embarracados a más no poder.

Charlotte se apoyó en el marco de la puerta del baño, esperando la respuesta de Melissa desde el interior y escuchando como Mike y Sean planeaban su próxima compra y…. -¿Su ex?-preguntó extrañada fijando la vista en su hermano-¿Lissa? ¡Ah! No que yo sepa… aunque… me espero cualquier cosa de “Don Juan Dunne” aquí presente-se cruzó de brazos mirando a su hermano, divertida. ¡Cuantas cosas se había perdido durante los meses en Madagascar! Aunque esperaba no haberse perdido “aquella cosa”-Estoy segura de que os portaréis bien, no había querido decir lo contrario solo es que… -¿lo decía? ¿Se lo callaba? ¡Nahh! ¡Era divertido!- Os parecéis demasiado vosotros dos y …¡eso puede ser un peligro en potencia!-accedió sonriendo, mirando a uno y a otro alternativamente para ver la reacción de ambos a aquel comentario.

En aquel momento la puerta del baño se abrió, sobresaltándola-¡Melissa! Ya pensaba que no te encontrabas bien… -la miró de arriba abajo y….había algo que no cuadraba, pero no sabía el qué, ¿se había maquillado?¿Cambiado de ropa? No llegaba a determinar que era- pero veo que sí, que está todo bien. No te preocupes, los he vigilado y te aseguro que Mike no se ha ido de la lengua…aun, ¡por supuesto! Pero aun queda tarde y noche y un buen viaje en avión para llegar a esos temas. Así que ¡adelante! ¡Nos vamos! Tenemos un poco más de diez minutos para ir al muelle, y si queréis buscar esos gorritos por el camino vamos justos. De camino al muelle no hay mucha cosa, creo que tendréis que esperar a bajar en la Torre Eiffel o bien en cualquier otro sitio –mentira cochina porque allí, en pleno Barrio Latino, las tiendas crecían como las setas con las primeras lluvias, pero no iba a dar pistas, si se percataban del tema, perfecto, que no lo hacían ¡¡mejor!! Aquellos gorritos podían ser de todo menos discretos- ¡Vamos!¡Vamos!   

No les dejó tiempo para mucho mas. Se acercó corriendo a su dormitorio y dejó sobre la cama el periódico en un segundo. Cogió las llaves y su pequeño bolso y se plantó junto a la puerta de salida, abriéndola y dejando paso a su hermano y a sus invitados -¡Paris os espera!

Cuando todos salieron al pasillo y estuvieron en la calle, Charlotte les fue indicando el camino a través del Barrio Latino en dirección al rio.

 

 

-Sobre lo que me preguntabas antes Mike –le dijo al americano mientras andaban y se agarraba de su brazo para poder permanecer juntos entre todo el gentío y no separarse - Conocemos a algunos de los que vamos a ir. Te he nombrado ya más de una vez a Omar y a Estel, los conocéis de vista porque estuvieron en la conversación que tuvimos. Estel es hija de Sofia Roget otra de las Elegidas, como tu padre, es una famosa astrónoma. Y su padre es el famoso arqueólogo que descubrió la Mastaba, Harold Highwater. Se conocieron allí y desde entonces no se han separado. El fue el que estuvo en casa de tu padre examinando la pieza y dictaminando si se correspondía o no temporalmente con la Mastaba. El no iba a examinar todas las piezas, sino solamente las que parecían prometedoras…imagínate lo que debió pasar por la cabeza de tu padre cuando abrió la puerta y lo vio allí, ¡esperando para entrar en su casa y decidir si la pieza viajaría o no a Egipto! Harold apareció en todos los periódicos que cubrieron el descubrimiento de la Mastaba, en muchos de ellos apareció junto al millonario Olam Al-Hassim que subvencionaba la excavación y que fue el promotor igualmente de la realización del Catálogo con todas las piezas recuperadas….  Seguro que habéis visto fotografías de ellos en Internet. Y el otro chico que estuvo con nosotros aquel día, es Omar. El es hijo de Xabier Echenique, profesor de la Universidad de Hong Kong, Mitología y Religiones Comparadas creo que era su especialidad, y otro de los Elegidos. La madre de Omar es Halima, ayudante de Harold, también estuvo en la casa de tu padre aquel día. Ella es originaria de Egipto. El Cairo y Hong-Kong, ya veréis la mezcla que resultó en Omar, os encantará conocerlo. Por lo demás…no hemos mantenido el contacto con ningún otro de los que van a estar en Egipto, siento no poder daros referencias de ninguno más directamente. De sus padres si conozco más detalles, pero no de sus hijos –Charlotte se encogió de hombros, sintiendo en serio no poder dar más información al respecto de los hijos de los elegidos. Miró a Mike un instante y se volvió a ver a Melissa y a su hermano que andaban junto a ellos- ¿He ido muy rápido? Es decir,… ¿estoy suponiendo que sabéis cosas que no conocéis? ¿Sabéis lo del descubrimiento de la Mastaba, la idea de Olam de crear el Catálogo, que Harold y Halima fueron a casa de los propietarios de las piezas y las examinaban con la Lente para decidir si eran verdaderas o no?

En aquel momento llegaron al final de una de las calles, desembocando en la pequeña avenida del rio. Al otro lado, la Catedral ocupaba todo el primer plano, ofreciendo una maravillosa vista desde allí. Todo estaba plagado de turistas con mochilas y planos y, los más madrugadores, tomando ya algo en las terracitas que ocupaban todas las esquinas.

 

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01/04/2015, 19:26
Mike Yaddow

-Muchas gracias por el cumplido Charlotte, eres muy amable y no te preocupes os pasaré todas las fotos, eso si que te aseguro que se me da bien jajaja. InforMaik me llaman mis amigos. Charlotte le caía bien, al igual que Sean, parecía que habían conectado enseguida y eso les hacia sentirse cómodos a todos. Mike torció el gesto cuando Charlotte desveló que él también lloraba en aquel encuentro de hacía tantos años, pero enseguida mostró una franca sonrisa que demostraba que había sido una broma y no un disgusto real. Aunque no lo creas, nos parecemos más de lo que aparenta a primera vista, pero a la vez somos muy distintos. En todo caso espero que este viaje no acabemos llorando también, creo que te dará más apuro tener que calmarnos esta vez jajaja.

Lo de si Sean había tenido algo o no con la amiga de Charlotte del barco parecía algo que solo el pelirrojo podía contar pues ni su hermana parecía enterada, en todo caso le pareció divertido el mote que le había puesto, aunque no sabía muy bien a lo que hacía referencia.

-Bueno que Sean y yo nos parezcamos no es un inconveniente, así tanto Mel como tu podréis saber lo que vamos a hacer e impedirlo.
Ese al menos era el pasatiempo favorito de Mel, aunque esperaba que durante este viaje se relajara un poco y le dejara cierto margen de diversión fuera de todas esas horribles planificaciones que había hecho. Pero seremos unos chicos modelo, te lo aseguro. Mike se acercó a Sean y puso su cara cerca de la del pelirrojo mientras miraban a Charlotte. Pon cara de bueno. Susurró a Sean, mientras él hacía lo propio. ¿No tenemos cara de no haber roto nunca un plato? No hay nada que temer.

A Mike no le extrañó ver salir a su hermana del baño con un vestuario renovado, había traído un armario/maleta y estaba dispuesta a usarlo, incluso a llenarlo más todavía con algo que viera en París o en Egipto, de eso estaba seguro.

-Pues de muchas cosas hermanita.
Le dijo con retintín. Seguro que algunas te interesan. Asintió a las palabras de Charlotte confirmando lo bien que se había comportado durante su ausencia. ¡Mira que eres desconfiada! Y las anécdotas prefiero contarlas cuando estas tu delante, las caras que sueles poner son impagables jajaja. ¡Venga que nos vamos ya! Y como dice Charlotte, como tenemos que pasar desapercibidos para entrar en el barco de su amiga a mi se me ocurrió comprar unos sombreros con forma de torre Eiffel para pasar desapercibidos ¿Que te parece? ¡Genial! ¿A que si? Suponía que su hermana le horrorizaría la idea, pero le daba igual, a Sean y a Charlotte les había gustado.

Pronto salieron a la calle y Mike pudo disfrutar del autentico París mientras caminaban, era una ciudad muy distinta a Miami, con un toque encantador. Ademas poder disfrutar de aquel paseo con una belleza como Charlotte Dunne del brazo lo hacia todo mas emocionante, seguro que Mike estaba despertando las envidias de medio París en aquellos momentos. Cuando podía hacia algún vídeo o alguna foto a edificios o tiendas que le llamaban la atención sin dejar de escuchar a Charlotte.

-Si, Estel y Omar, vale, de ellos me acuerdo. Lo que no le quedo tan clara fue la sucesión de nombres y cargos que vinieron a continuación, pero con saber que tenían padres y madres y que todos estaban relacionados con la Mastaba le servia como base, poco a poco podría ir organizando en su cabeza cada parentesco con mayor precisión. ¿Así que sois amigos? ¿Os veis cada poco? Parecía que entre sus familias había mas relación y sus hijos habían seguido con la tradición. Mike negó con la cabeza las ultimas preguntas de Charlotte. Todo lo que te dije en tu casa es todo lo que sabemos y lo poco que encontramos en internet, a partir de ahí creo que tendrás que explicarnos tu lo que sabes, estoy seguro que a Melyssa le gustara. ¿Verdad Mel?

Casi al final de la calle Mike vio una tienda de recuerdos e hizo detenerse a todo el grupo.

-¡Mirad! Ahí seguro que hay algo para pasar desapercibidos. Sean ¿Me acompañas? Mike cogió con su mano libre el brazo de Charlotte con suavidad para poder entrar en la tienda de regalos sin tener que arrastrar a las chicas que seguro preferían seguir hablando fuera. Solo sera un momento señoritas, no notaran nuestra ausencia.

En un rápido vistazo Mike comenzó a revolver en la tienda con la habilidad que le habían dado muchos bazares y mercadillos de los que era asiduo. Encontró lo que buscaba y compro dos sombreros sencillos y baratos, Mike no era de los que se compraba cosas caras, a no ser que fuera algo relacionado con la tecnología. Ademas compro tres miniaturas de la torre Eiffel. Cuando termino salio de la tienda con su nuevo sombrero puesto en la cabeza.

-¡Ya estamos aquí! ¿Que os parece? Le ofreció de nuevo el brazo a Charlotte aunque era consciente de que probablemente, al igual que Melyssa preferiría guardar distancias mientras llevaba su disfraz. En cualquier caso parecía que ya estaban cerca de su destino. Ademas compre esto. Mike les enseño las miniaturas que llevaba en la mano y le ofreció una a Melyssa. Una es para ti hermanita, otra es para Sam y otra... Mike no pudo evitar que se le escapara la risa. La otra es para Fadil. Te hubiera comprado una a ti también Charlotte, pero supongo que sería una tontería comprarte un recuerdo de tu ciudad... ¡Pero te aseguro que en Egipto encontraré algo para ti! soy experto en encontrar gangas.

Notas de juego

Sería algo parecido a esto jajaja:

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02/04/2015, 12:20
Sean Dunne

Sean miró la etiqueta del precio de esos gorros tan "baratos". ¿Acaso sabía en cuánto estaba la relación euro - dólar? Típico turista despistado al que acaban desplumando en todos sitios. No dijo nada. Se le veía a Mike con una cara de felicidad que cualquiera le agua la fiesta.

Bueno, como os iba contando... Lissa no es mi ex. Es... mi Everest, mi cima inalcanzable. O quizás mi Everest y mi K2 juntitas y turgentes. Para que Mike entienda la metáfora: mi estrella de la muerte uno y mi estrella de la muerte dos. Así, algo descompensadas de volumen, pero igualmente hermosas.

O usando un símil deportivo: Lissa implica jugar fuera de casa. Diferencia de edad, más haberme conocido de pequeño, más ser amiga de mi hermana, igual a "no es capaz de pensar en mí de una manera sexual o inseminadora". Ese sería mi hándicap. A penas nos conocemos de vista y de un par de frases cortas cuando pasaba por casa de nuestros padres, antes de que Lottie se independizase.

La última vez que la vi fue en el... ¿veintiséis? cumpleaños de mi hermana, y me trató de manera maternalista, como si aún tuviese ocho años. Bastante humillante, pero también bastante morboso. Para pasar de ser considerado un hermanito pequeño a ser su ex, aún me falta un fascinante y entretenido paso intermedio que quedará para cuando vuelva de Egipto.

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02/04/2015, 16:01
Udjat

Las conversaciones tenían lugar no muy lejos del punto en el que la callecita había desembocado, junto al Sena. Allí cerca una de las estaciones fluviales de las barcazas acristaladas que lo recorrían empezaba ya a llenarse de turistas. No debía faltar demasiado para el siguiente atraque, que, según había hablado Lottie con su amiga, debería ser el del bateau-mouche en el que Lissa ejercía de guía.

Efectivamente, no tuvieron que esperar más que un par de minutos mientras charlaban, que lo vieron llegar. Y asomada en la popa una chica rubia despampanante, con el sello chic innato de la mujer francesa, les hizo señales para que se acercaran a la escalerilla posterior. Por allí debían embarcar discretamente los cuatro hermanos, mientras el resto de turistas subían por el lateral de la parte delantera de la nave.

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05/04/2015, 21:21
Sean Dunne

Jajaja...

Estaba siendo una conversación muy animada, pero de pronto Sean les mandó callar con el índice en los labios. Se metió tras un arbusto y apartó el ramaje para ver lo mismo que antes de ocultarse. Allí estaba: su objetivo, el mouche, Lissa, su Everest y su K2, los dos soles de Tatooine que ponían a Sean todo "Hoth".

Atención... ajustad gorros...-enderezó la torre eiffel de su cabeza para que no estuviese tan torcida como la de pisa; porque en Francia, al contrario que en Italia, sí sabemos hacer las cosas para que se mantengan erectas-Sincronizad relojes... Yo tengo y cincuenta y ocho en seis segundos... cuatro... tres... dos... ¡Olvidad los relojes! ¡No hay tiempo! ¡"Golden Globes" nos ha dado ya la señal! Avanzad. ¡Avanzad! Go, go, go...

Como un ninja pelirrojo invisible de metro noventa y cinco (ocho millas pasado a unidades yanquis, para que nos entiendan los turistas de florida), o de dos metros diez si contamos la torre eiffel de la cabeza (no voy a pasarlo a medida americana, que su país adquiera de una vez el sistema métrico decimal, joder ya), Sean se deslizó hacia la escalerilla.

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08/04/2015, 18:27
Mike Yaddow

-Entiendo Sean, así que Lissa te gusta pero no estás seguro de que ella sienta lo mismo por ti. Bueno quizás hoy consigas hacerla cambiar de opinión, cuenta conmigo para lo que haga falta, pero ten en cuenta que no es una final, será una eliminatoria con muchas oportunidades, solo tienes que ir ganando puntos cada vez y seguro que al final ganas el partido.

Estaba seguro que con la labia que tenía Sean pocas chicas serían capaces de resistirse a sus encantos, y de tanto hablar de Lissa ya tenía ganas de conocerla, seguro que era una chica muy guapa. Mike se ajustó el gorro y siguió a Sean en silencio haciendo caso de su señal, incluso miró instintivamente la hora cuando Sean quiso ajustar los relojes, algo que era inútil cuando ya todos tenían la misma hora dada por los servidores de internet, pero había visto eso en alguna película antigua y sabía que cuando sus padres eran jóvenes los relojes no se sincronizaban automáticamente sino que había que hacerlo de forma manual. Afortunadamente ya no era así.
En cuanto Sean se dirigió a la escalerilla posterior del barco Mike lo siguió no sin antes darse la vuelta y hacer un gesto con las manos a Charlotte y Melissa mientras se reía, la situación le parecía graciosa y emocionante.

-¡Vamos! ¡Vamos!

Al llegar a la escalerilla se paró y esperó a que las chicas llegaran para ayudarlas a subir, no quería que su hermana acabara en el río al resbalar con un escalón.

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10/04/2015, 11:06
Udjat

-¡Go, go, go!...

Avanzabas, claro que sí, corrías. No podías quitar los ojos del par de "golden globes" que se balanceaban bajo la testa rubia, perfectas las tres, tetas y testa. Lissa os estaba haciendo señales, y arrancasteis todos a correr casi a la vez, aunque tú el primero.

Y, de pronto, como en un sueño macabro, por el rabillo del ojo, algo por delante de ti, viste a...

...dioses... era... René.

René Brigodeau, tu fantasma particular, tu compañero carismático, gracioso, encantador... muerto en aquel sinsentido de parkour... tu fantasma, sí.

Y, de pronto Lissa te miró, y no era Lissa. Era Katty. El mismo pelo rubio del que ella decía que el efecto era del "champoo", con ése acento inglés inigualable...

Sólo fue un latido, un instante, lo que dura un parpadeo. Pero durante ese instante todo fue así, de nuevo, y te desgarró por dentro. Y entonces te sentiste observado, una mirada socarrona y maligna, una mirada que no localizaste, en ojos de alguien que no viste.

Debías reaccionar, no podías enviar a la mierda la alegría de aquel par de hermanos, de tu peque-gran Lottie, del encuentro con Lissa en su salsa, de París, del viaje que estabais a punto de hacer...

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12/04/2015, 16:09
Sean Dunne

Sean se paró en seco en mitad de la carrera, a medio camino de los arbustos y del río, completamente al descubierto, y más con su altura. Las punteras de su calzado deportivo inclinaron los pies hacia delante tratando de frenar, lo cual casi le hace caer de bruces si no fuese porque sus brazos hacían aspavientos cómicos como si remasen en el aire. Tragó saliva y se le encogió el corazón. Le entraron dudas. ¿Subir al barco con Lissa? ¿Justo ahora?

Es cómo decía aquel meme premonitorio que encontró el otro día en internet. El de "uno simplemente no entra en Mordor si hay un gran ojo mirando en tu dirección". Signifique lo que signifique Mordor, esa frase expresaba a la perfección sus sentimientos en aquel momento.

También influyó el mensaje de aquella galletita de la suerte de la semana pasada, error tipográfico incluído, que decía lo de "para reconciliarte con tu pasado, primero debeÆÆÆÆÆÆÆÆÆ". No da buen yuyu que tu destino tenga coitus interruptus o lapsus cálami o nada que se defina en latín. Lo apocalíptico siempre viene en latín, todo el mundo lo sabe; salvo el apocalipsis, que es griego antiguo. En un primer momento, relacionó la galletita con la enorme diarrea que le provocó esa comida china barata al día siguiente. Pero ahora, en perspectiva, puede que la galletita no se refiriese a ese ano suelto sino a este instante terrorífico que frenaba sus deseos libidinosos y anclaba sus pies al suelo, como raíces.

Seamos sinceros: le faltaban agallas. Sí, a Sean. El mismo Sean que surfeó con tiburones en la costa de Madagascar se llame como se llame el océano en el que esté eso. El mismo que hizo pesca submarina entre medusas en Acapulco, se encuentre en el país que se encuentre. El mismo que con desparpajo coqueteaba con la profesora Chlötheau para aprobar geografía sin llegar a abrir nunca un libro de texto, o un atlas, y que limitaba ahora tanto sus conocimientos del mundo.

Trató de actuar con normalidad, y tenía la excusa de que la normalidad en Sean le permitía todo un abanico de movimientos hilarantes y comportamientos excéntricos sin levantar sospecha. Había un movimiento de comandos básico en todos los videojuegos cooperativos en primera persona de... bueno, de comandos. Avanzar, frenar, dejar que tus compañeros te adelanten, cubrirles y volver a avanzar.

Paró a Mike con la palma en el pecho, lo retuvo dos segundos vigilando que no viniera nadie, y luego le empujó suavemente para que avanzara el americano en cabeza. Por algún motivo, cuando Sean intentó hacer lo de la palma en el pecho con Melyssa, notó cierta desconfianza. En cualquier caso, de salir todos juntos a la vez, pasaron a avanzar en línea, llegando escalonadamente a una escalerilla que de otro modo les habría apelotonado.

Ya si eso, Sean se guardaba el cuarto puesto para él, y así se pensaba mejor si subir o no. Que puede que estuviese alucinando tanto por culpa del desodorante olor a lavanda, que estaba causándole efectos de gas nervioso nazi, de ese que se le hecha a los perritos. ¡Mostaza! ¡Gas mostaza! Sí... seguro que era esa mierda ecológica con hierbas naturales químicas la que le había metido todas esas inseguridades. Normalmente se habría tirado a los brazos de Lissa sin pensárselo ni divagar con cosas extrañas. Y es que el desodorante, para ligar, lo es todo.

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12/04/2015, 17:43
Lissa (Cameo Lady Midday)

Lissa miró su reloj. El barco llegaba puntual a aquella parada, como siempre. Y, como siempre, no veía rastro de los pelos pelirrojos de su amiga en el muelle. No era que le extrañase demasiado, era algo típico de su amiga el llegar tarde a todos sitios, pero aquel día no podía hacer que el barco parase más tiempo de la cuenta, estaba lleno de turistas.

Se volvió hacia ellos y cogió de nuevo el micrófono "Je me souviens que, sur la gauche, dans la petite île entourée par le fleuve, nous Notre-Dame. Le plus célèbre cathédrale de Paris ....". Repitió el mensaje en inglés, español e italiano. Se hizo a un lado para no aparecer en la multitud de fotografías que comenzaron a hacerse en todas y cada una de las cámaras que enfocaban al edificio, cada vez más cerca y ganando en grandiosidad con cada metro que avanzaban hacia él. Se apoyó en la barandilla, sonriendo elegantemente a todos y cada uno de los extranjeros que tenía cerca, dejándoles que gastaran megas de sus tarjetas de memoria de sus cámaras y comunicadores. Se volvió de nuevo hacia el muelle y la vio aparecer.

Un, deux, trois, quatre ... Sont tous.

Se acercó a su compañero y le pasó el micrófono, haciéndole un pequeño gesto para que continuara el la visita durante un tiempo. El sabría mantener a todos aquellos turistas eficientemente pegados a sus respectivos asientos y entretenido mirando a la Catedral, a la izquierda del barco. Se fue a la parte de atrás, donde quitó la cadenita que cerraba el paso a una pequeña escalera posterior por la que iba a colar a los cuatro. Mientras esperaba, apoyó los dos antebrazos en la barandilla y se ahuecó el pelo, poniendo a cada pelo individual en el sitio que le correspondía. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, saludó con su brazo, llamándoles la atención por donde subir.

Los vió acercarse y tuvo tiempo de estudiarlos tranquilamente mientras llegaban a su altura. Su primera mirada fue para el chico moreno, ese debía ser Mike. Buen cuerpo, buena sonrisa, y aquel sombrerito indicaba que era extrovertido y tenía ganas de divertirse en Paris. La chica morena debía ser Melissa, la hermana de Mike. Llevaba una cara un poco compungida y no tenía sombrerito, así que supuso que era más tímida o recatada, venía andando en silencio siguiendo a los dos chicos. Tal vez el viaje no le había sentado muy bien. Y su querida Lottie. ¡Dios, que llevaba puesto! Esos meses en Madagascar habían hecho estragos, todos los intentos que había hecho durante todo el tiempo que se conocían para que vistiera elegantemente y se maquillara decentemente, habían caido en saco roto tan rápido que no se lo creía. ¡Ah! y el pequeño Sean venía detrás. Hacia tiempo que no lo veía, pero estaba tan pelirrojo como siempre.

El barco se meció suavemente en la corriente cuando los motores dejaron de empujarle y lo acercaron al muelle donde, con un pequeño crujido, se quedó quieto. Lissa aseguró rápidamente el barco en aquel lugar y quitó la cadenita que impedía el acceso a las pequeñas escaleritas por las que tendrían que subir los cuatro amigos. Se hizo a un lado y sonrió, mientras hacia una elegante reverencia con su brazo, dándoles la bienvenida a bordo.

-Allez-y et bienvenue à mon bateau, les étrangers non comme des étrangers. ¿Prêt à profiter de l'une des plus belles vues de Paris?- les dijo dándoles la bienvenida a bordo sin perder la sonrisa y sin perder de vista a sus invitados, la subida por aquel lugar no era fácil. Sabía que no sabían francés, Lottie le había advertido, pero sabía el efecto que causaba su idioma a los extranjeros, solía gustar a rabiar el acento y la tonalidad- Adelante, bienvenidos a mi barco, extranjeros y no tan extranjeros. ¿Dispuestos a disfrutar de una de las más maravillosas vistas de París? Tened cuidado con las escaleras, suelen estar mojadas y son estrechas.

Lissa llevaba unos vaqueros ajustados, unos tacones elegantes de mediana altura y una blusa con el logotipo de la empresa sobre el pecho izquierdo desabrochada hasta el botón que ocupaba la posición estrategica y no dejaba ver más allá de lo necesario. Elegantemente maquillada, un pelo impecable y un ligero perfume que le daba el aire que cualquier extranjero siempre relacionaba con las femmes françaises.

Se agarró expertamente a la barandilla con una de sus manos y la otra la avanzó hasta el primero de la fila, Mike, listo para subir a bordo, presta a ayudarle a subir -Tu debes ser Mike, ¿verdad? Dame primero la mano y después da un pequeño salto hasta el primer escalón. Agárrate a la barandilla con la otra mano. No quiero que terminéis en el agua. ¡Este viaje en barco tiene que ser perfecto! -detuvo su mirada un instante en los ojos claros del muchacho cuando este subió a bordo, y sus miradas se cruzaron un instante. Ella le guiñó rápidamente, sin dejar de sonreír, y le indicó que pasará y buscara asiento.

Cuando este estuvo a salvo en el barco, le tendió la mano a Sean que venía en segundo lugar -Tu turno, peque. A la de tres y arriba, como Mike. ¡Rapido! -le agarró la mano cuando el adelantó la suya y lo ayudó a subir igualmente. Cuando pasó por su lado, le dió un pequeño empujón a su gorrito de Torre Eiffel inclinándoselo a un lado- ¿Turista en tu tierra, pelirrojo? Estoy segura de que no has subido arriba ni una sola vez... -bromeó con Sean mientras le empujaba hacia dentro del barco y lo miraba de arriba a abajo cuando lo tuvo a su lado unos segundos, sin perder la sonrisa, pero extrañada por algo... Terminó mirándolo de nuevo a la cara un segundo antes de que este siguiera caminando tras Mike.

Se volvió a ayudar a la segunda invitada de los hermanos Dunne-Bienvenue à Paris! américain de petites!-la ayudó a subir a bordo tal y como había hecho con los chicos y se quedó mirando como iba tras ellos. Parecía un poco cortada. Decidido. El viaje no debía haberle sentado muy bien y no había tenido mucho tiempo de descansar en casa de su amiga.

Se volvió hacia Lottie, que la estaba esperando para subir. Se apoyó en la barandilla y la miró un instante, evaluándola- Sin maquillar, casi no te has peinado y... ¿qué traes puesto? Unos vaqueros con los que podrías ir a plantar lechugas a un huerto y esa camiseta... -esa era la bienvenida que le daba tras todos los meses separadas sin verse durante los que Charlotte había estado trabajando en Madagascar-...mejor no comento nada de ella o acabaré de los nervios. No debería dejarte a subir al barco. Me lo estoy pensando en serio. No se si quiero que te relacionen conmigo -le dijo totalmente sería, mirándola desde la altura que le daba el barco. La miró en silencio unos segundos, antes de romper en carcajadas y tenderle la mano-¡Arriba, tonta! Esos monos de Madagascar te han hecho que seas aún más inocente de lo que te fuistes, si eso es posible, ¡Claro! Ja, ja, ja, ja. ¡Cuando daño hace no tener a un buen francés a tu lado!¡Y en especial a Lissa! Ja,ja,ja,ja. ¡Creo que no te voy a dejar salir del pais en unos buenos meses, tienes que recuperar todo lo perdido! Ten cuidado al subir, que te conozco pelirroja....

Notas de juego

Aviso a lectores: no sepo francé, cualquier reclamación de ortografía o semántica, a Google!! XDDD

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13/04/2015, 19:44
Mike Yaddow

Mientras corrían Sean lo paró a mitad de camino. Mike miró a su alrededor pensando que alguien los había visto y que tendrían que retirarse y volver a intentarlo, pero era una falsa alarma pues el pelirrojo le indicó que siguiera adelante y Mike no dudó en abrir la marcha hacia el barco.
La amiga de Charlotte apareció sonriente y los saludó haciéndoles señas para que se acercaran a la pequeña escalerilla trasera que le daría acceso al barco. No entendió nada de lo que dijo pero para su fortuna pareció repetir lo mismo en inglés instantes después. Con un simple vistazo comprobó que Lissa no se parecía mucho a su amiga Charlotte, pero que sin dudas haría buenas migas con alguien como Mel o Sam, se notaba que le gustaba ir perfectamente arreglada incluso en su trabajo. Mike tenía la intención de dejar pasar primero a Charlotte y a su hermana pero Mel lo empujó hacia la escalerilla y desde arriba Lissa ya le tendía la mano para subir, la aceptó y subió con agilidad. Los barcos no le eran desconocidos, había ido a pescar con sus amigos y trabajado un par de veranos como guía turístico en los Cayos para ayudar a un colega.

-Sí, soy Mike y tu debes de ser Lissa, gracias por dejarnos venir. Como era su costumbre se acercó a Lissa para darle un par de besos de presentación.

No quiso acaparar la entrada del barco, ya habría tiempo para conversar cuando todos estuvieran a bordo. Se puso al otro lado para tender su mano al resto, al menos mientras Charlotte y Mel subían, cuando le tocó el turno de subir a Sean el americano había desaparecido de allí y tan solo encontró la mano de Lissa para subir.
Apoyado en una de las barandillas miró el río y el paisaje que se ofrecía desde allí.

-¡Es estupendo! Le hizo un gesto a Melissa para que se acercara a su posición dejando a los amigos ponerse al día. Se rió con la broma de Lissa que no quería dejar subir a Charlotte, aunque a él no le parecía que fuera mal vestida, le gustaban las chicas que sabían vestirse de manera informal y que no iban de tacones a todos lados, algunos bastante inadecuados, como un barco, aunque debía admitir que Lissa parecía moverse con asombrosa facilidad por la cubierta a pesar de sus zapatos. ¿Que te parece hermanita? ¿Es París como te imaginabas?

En cuanto pudiera intentaría llamar la atención de Charlotte para que se acercara y Sean pudiera quedarse con su amiga, pero parecía que hacía mucho que no se veían y no era el momento oportuno, habría tiempo durante el viaje, siempre se presentaban oportunidades y Mike lo sabía bien.

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15/04/2015, 11:42
Sean Dunne

Sean solo se quedó callado y se recolocó el sombrero mirando para el suelo.

¿Qué estoy haciendo aquí? No debí subir. ¡No debí subir! Galletitas de la fortuna y Happy Meals... y memes en internet con sonoridad profética. Ojalá me hubiera quedado en tierra. ¡Ya sé! Aún puedo bajarme.

Se asomó por la barandilla de popa y miró al agua sucia y verde del sena. Podría tirarse. Es buen nadador. Lo malo era el desnivel del cauce para volver a tierra firme. Eso solo le dejaba bucear hasta una de las bocas de desagüe y colarse hasta el alcantarillado, cruzarse con las tortugas ninja y el fantasma de la ópera, y salir tres calles más allá.

Lo malo son los caimanes gigantes y las ratas. Los caimanes tienen un pase, porque si algo aprendió del enésimo remake de Peter Pan es que bastaba con estar atentos al sonido de metrónomo para evitarlos. Pero las ratas eran silenciosas. Y con el olor a lavanda que tenía Sean en estos momentos, era cómo si un letrero de Neón le señalase con la frase RAT'S FOOD. Lo de las alcantarillas descartado, y Sean atrapado en aquel barco con sus fantasmas interiores.

No quería estar aquí. Bueno, sí que quería, pero eso era antes. Esto es ahora, y ahora apesta. Ni siquiera se atrevía a levantar la vista y mirar a Lissa a los ojos (ya, claro, como si Sean mirase a alguna chica por encima del cuello). ¿Y si lo intentaba? Tragó saliva, se tapó los ojos con la palma de una mano y empezó a separar los dedos anular y corazón para escudriñar a Lissa por la rendija. Solo por probar, a ver cómo eran las vistas y si habían cambiado mucho desde la última vez...

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27/04/2015, 23:22
Charlotte Dunne

Charlotte puso los ojos en blanco cuando escuchó a su hermano hablar de las "K2 juntitas y turgentes" y de las dos "Estrellas de la Muerte" de Lissa.

-Ahora entendeis porque él y Lissa no.... -se encogió de hombros mirando a los hermanos Mike- cualquier chica con un mínimo de inteligencia huiría de esas comparaciones.

El barco se acercaba ya a la parada y Charlotte saludó a Lissa en respuesta a su saludo, mientras sus ojos seguían la mirada de su amiga que les indicaba por donde subir. La misma mirada e indicaciones que todo pillaron al vuelo, pues cuando quiso darse cuenta, era la última en correr hacia el barco.

Buena señal, tienen ganas de divertirse y el paseo en barco les apetecía y no han dicho que si solo por cortesía....

Esperó a que todos subieran al barco y cuando fue su turno tomó impulso para subir la voz de Lissa la paró en seco. Escuchó su discurso sorprendida por el arrebato de su amiga y no pudo evitar mirarse de arriba a abajo. No es que fuera para ir de fiesta pero era ropa cómoda y funcional, ¿qué tenía de malo? Si Lissa la hubiera visto en Madagascar la hubiera denunciado si se ponía las manos en la cabeza por como iba vestida en ese momento. Pero, aún así, no pudo evitar compararse con ella y ver la diferencia. Y aquello, junto con saber que los hermanos Yaddow, su hermano y medio barco estaba escuchando la arenga hizo que su rostro se pusiera al rojo vivo.

-Lissa...podemos hablar de esto en otro momento... ¿no? -le dijo mirando de reojo al barco y haciéndole una seña para que comprendiera que con clientes a bordo y con tan solo unos segundos para que barco se pusiera en marcha, no era el momento de aquellas historias. Pero antes de terminar la frase, Lissa estalló a carcajadas-¡Ya te vale! ¡Te odio cuando te pones así! -levantó la voz al ver que Lissa le había tomado el pelo vilmente-¡Mierda!-susurró entre dientes cuando se dio cuenta de un pequeño detalle. El barco había empezado a separarse del muelle. Dudó un instante, la distancia entre el muelle y la escalinata del barco iba creciendo lentamente y ahora podía ver el agua allá abajo, pero era ahora o se quedaría en allí plantada. Lissa sonreía divertida al ver la situación pero, sin prestarle más atención, se dio media vuelta, subiendo a cubierta tras los demás. Lottie dio entonces un salto y aterrizó en el primer escalón de la escalerita, agarrándose fuertemente a la frágil barandilla y sintiendo como por un instante perdía el equilibrio y se escoraba hacia fuera del barco. Se impulsó de nuevo y consiguió subir hasta cubierta, deteniéndose junto a Lissa que la esperaba allí sonriendo. La miró un instante, pero terminó abrazándola y riendo con ella- No te voy a dar la oportunidad de que me conviertas en una parisina modelo como tú, ¡me marcho mañana mismo lejos de tus redes! ¡y de las de cualquier francés que se precie! jajajajaja

Estuvieron unos minutos poniéndose al día, pero Lottie tenía invitados y eso era lo principal. Le hizo un gesto a Lissa indicándole que tenían que acercarse y ambas se dirigieron a donde estaban Sean, Mike y Melissa. Antes de llegar junto a ellos, Lissa agarró del brazo a Lottie y le dijo algo al oido, entre risas, y sin perder de vista al trio hacia el que se dirigían. Lottie se volvió hacia ella, sorprendida por lo que acababa de escuchar y que, fuera lo que fuera, tuvo la propiedad de volver a incrementar el rojo de su rostro y hacer que contestara algo en francés, escandalizada, que cortó la conversación.

-El barco sube un poco más hacia adelante, rodeamos la Catedral y bajamos por el otro lado. Busquemos unos buenos asientos -les dijo cuando llegó junto a ellos, aun con dos tonos más de color en sus mejillas que antes de subir al barco. Se acercó a los hermanos Yaddow y les animó a elegir asiento de entre todos los que estaban libres en cubierta. Sus ojos se cruzaron un instante con los de Mike y no pudo evitar comparar de nuevo mentalmente su indumentaria con la de Lissa y.... con la de Melissa. Tal vez Lissa tuviera razón y se estuviera dejando. A lo mejor tantos meses en la selva la habían vuelto más 'salvaje', parisinamente hablando, claro. Bajó la mirada un instante, llevándose un mechón de pelo tras la oreja, rehuyendo la de Mike, buscándose de nuevo a ella misma y a su 'comodidad ante todo' y dejó que ambos hermanos eligieran asiento junto a la barandilla. Ella se quedaría en pasillo, era desde donde mejor los sacaría junto a los monumentos por los que iban a pasar.

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28/04/2015, 00:14
Lissa (Cameo Lady Midday)

Lissa rió ante la reacción de su amiga a su comentario, divertida por que ella se escandalizara ante su comentario y, cuando esta echó a andar delante de ella para alcanzar el grupo, le lanzó una palmada directa a su trasero.

Sean, entre sus dedos, pudo ver que las Estrellas de la Muerte estaban perfectamente situadas donde tenían que estarlo, que la sonrisa seguía siendo tal y como la recordaba y que, todo, absolutamente todo, desde su moviento de caderas al andar por la cubierta hasta el brillo de sus labios pasando por aquella mirada enigmática hasta más no poder, la convertía en la perfecta cougar que siempre había soñado junto a él en su dormitorio.

-¡Bien, bien, bien! -exclamó cuando llegó hasta ellos- Hacedle caso a la pelirroja y buscar un buen sitio, ¡vais a tener asientos de primera fila para ver lo mejor de Paris! -Se detuvo al lado de Sean, inclinando la cabeza mirando al muchacho, extrañada por su postura- No me digas que te duele la cabeza, ¡oh! ¿o es que te has mareado? -le preguntó mientras que le agarraba del brazo con suavidad y le retiraba con la otra mano la mano con la que Sean tapaba su rostro, intentando adivinar cual de aquellas dos posibilidades era.

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28/04/2015, 19:23
Mike Yaddow

Quizás Charlotte tuviera razón y su hermano y Lissa no tuvieran muchas cosas en común en un principio, pero Mike había visto parejas más dispares en su vida y además estaba seguro que Sean tenía los suficientes recursos para conseguir a una mujer como ella, o en realidad a cualquier mujer por la que se interesara. Sonrió al ver como en aquellos momentos había conseguido llamar la atención de la muchacha que ya se estaba interesando por él tras ponerse al día con su hermana. Charlotte se acercó a ellos y les instó a escoger unos asientos. Mike tomó la iniciativa y eligió una fila que estaba vacía y donde podrían sentarse los cuatro, pues supuso que Lissa no podría hacerlo durante el trabajo. Les indicó con la mano a Mel y Charlotte para que pasaran y se sentaran despreocupándose de Sean, ahora mismo no necesitaba más compañía que la de la simpática amiga de su hermana.

-¿Que os parecen estos? Dejó que su hermana pasara hacia la barandilla exterior, seguro que desde allí disfrutaría de las mejores vistas y después hizo un gesto para que Charlotte pasara y se sentara a su lado si quería, si no pasaría él. No le importaba estar lejos de la barandilla pues las vistas eran buenas desde casi toda la cubierta y se podía poner de pie para hacer fotos. Además así estaría al lado de Sean si es que volvía con ellos, ojalá no lo hiciera o tardara, eso significaría que todo estaba saliendo bien con Lissa. ¿Que os parece si os hago una foto a las dos? Así con el río detrás y los edificios... Quedará muy bien. No dio tiempo a que dijeran nada y mientras lo miraban disparó, le gustaban las fotos espontáneas y las chicas lucían una bonita sonrisa, claro está que sabía que protestarían, al menos su hermana, así que se adelantó intentando excusarse. Esta era de prueba, para comprobar la luz, pero mirar que guapas salís. Les enseñó la foto a ambas para que lo vieran por ellas mismas. Creo que salió tan bien que la voy a conservar ¿No os parece? ¿Queréis que os haga otra? Y mientras las chicas se ponían de acuerdo aprovechó para decirle algo a Charlotte. Por cierto Charlotte, menudo salto el de antes, no estuvo nada mal. Seguro que si hubieras llevado otra ropa no lo hubieras podido hacer, me alegro que no hayas perdido el barco jajaja. Mike le guiñó un ojo dejándole claro a la pelirroja que a él si le gustaba su forma de vestir que además no era muy distinta a la suya, solo que Mike en vez de vaqueros llevaba un pantalón corto. ¿No vamos tan mal no? No se aquí en París, pero en MIami no hay problema en ir así por la calle, supongo que como allí también habrá zonas o lugares, en algunos restaurantes no se me ocurriría presentarme así, no solo porque no me dejarían entrar si no porque Mel y Sam pondrían el grito en el cielo, se parecen a tu amiga Lissa en eso. Afortunadamente no suelo frecuentar mucho esos sitios, solo cuando ellas me invitan jajajaja y no lo hacen mucho últimamente. Lo último lo dijo con cierto reproche guasón dirigido a su hermana. En realidad Mike podría vivir sin ir a esos restaurantes pijos y elegantes pero sabía que a su hermana y a su amiga les gustaba ir de vez en cuando, no siempre con él que de vez en cuando se escaqueaba, aunque desde que Mel trabajaba fuera y Sam tenía tantos viajes con su empresa había empezado hasta a echar de menos aquellos momentos. ¿Que? ¿Te gusta París? Llevas días hablando de París sin parar y ahora parece que te comió la lengua el gato. Miró a Charlotte para darle una explicación. No me creerás, pero cuando le da habla por los codos: Que si la cuidad del amor, que si la ciudad de la luz, que si el "Lobre" o algo así, que si la torre Eiffel, que si bla bla bla. Lleva así desde que sacamos los billetes, aunque creo que el viaje en avión la ha decepcionado un poco. ¿Como podía yo saber que el vuelo iba a ser tan incómodo? ¿O a quien nos iban a poner cerca? Pero esas son las cosas de los viajes ¿Verdad? Lo que los hace impredecibles. Tu has viajado mucho, seguro que sabes de lo que hablo.

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02/05/2015, 10:39
Sean Dunne

Sean había escuchado el susurro de Lissa a Lottie, más o menos tergiversado. Por mucho que una mano tapase uno de sus ojos, y unos dedos arropasen parte del otro, no tenía los oídos en la cara. Aquel comentario que puso roja a la pelirroja de su hermana versaba sobre Mike. No logró distinguir los matices de las palabras de la guía, así que podía ir desde un "haríais buena pareja" o "está como un queso, ¿no crees?", hasta un "me lo follo tó" o "le lamería hasta los padrastros de los pies", que en francés queda la mar de fino. Y es que un simple padrastro se llama "petite peau", no hay manera de ser ordinario en francés, pero es que a su hermana es fácil sacarle los colores: rojo.

Mantuvo el mensaje interceptado en el más absoluto de los silencios, y no lo compartió con Mike. Aquel inconsciente era un turista de manual, además de un friki, y estaba más preocupado en sacar fotos en vez de echar la caña. Para Sean era bastante probable suponer cómo había curtido el americano su instinto de depredador cazador-recolector sexual: en festivales de la cosecha bailando country entre montones de heno. De ahí la expresión fiebre del heno: a los yanquis les falta un hervor en esto de ligar.

De Sean tampoco se podía hablar mucho mejor. Si no tuviese las piernas tan largas, apoyaría las rodillas en el pecho para hacerse un ovillo cual paciente trastornado de psiquiátrico. Estaba completamente cohibido. Aún no había superado la impresión que le produjo la primera visión de Lissa cuando la vió desde los arbustos. Aún por encima, su comportamiento errático estaba llamando la atención de Lissa. Inclinó el torso en el asiento hacia Mike, alejándose de aquella atractiva mujer que estaba invadiendo su espacio corporal.

N-no... no, no. Estoy bie...

Se puso en pie, para demostrar que no estaba mareado, pero no pensaba dejar que Lissa le tomara la temperatura. Esa era la versión valiente de la crónica. Otros dirían que se levantó para huir como una alimaña cobarde del contacto físico con Lissa. Demagogos. Lo cierto es que solo podía moverse al otro lado de la barcaza, lo que los marineros llaman eeemmhbor, cuando no son marineros ni son nada, y no saben diferenciar estribor de babor, o simplemente están borrachos. Y como si fuese Cristofol Colom, levantó el índice para señalar de manera afectada...

¡Uoooaaala! ¿Qué edificio es ese de allí? ¡Es precioso!

En seguida se dió cuenta de que acababa de meter la pata, porque era la Catedral de Notre-Damm, como las cervezas, y lo conocía de sobra, como a las cervezas. Pero se suponía que Sean era un turista extranjero más, así que no pudo desdecirse ante Lissa con una mentira sobre que nunca había visto la catedral desde este ángulo en sus veintipico años en París, y por eso no la reconocía.

No le salió del todo mal... Los turistas giraron los objetivos de su cámara en aquella dirección. Se creó así la necesidad de que una guía diese explicaciones panfletarias (que "panfleto" siempre suena menos zafio que "folleto", salvo en francés, cuando ninguna de las palabras suena a aquí te pillo aquí te mato). Sean aprovechó la distracción para escurrirse al asiento de la fila anterior a la que ocupaban Lottie y los Yaddow.

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28/02/2016, 19:30
Udjat

El trayecto, el regreso y los días que siguieron fueron un paréntesis excelente en las vidas de los nuevos amigos. París es París, y su atractivo innegable, atractivo que Lissa aumentó con su presencia.

Sin embargo, Mel seguía con repentinas ausencias, y Mike no dejaba de notarlo. Pero en fin, quizá ir a Egipto, y allí encontrarse de nuevo con Sam, además de conocer al resto del grupo, la animaría y la sacaría de ese ensimismamiento un tanto extraño.

Y llegó el momento. Egipto.